De Cómo Las Ideas No Son Propias (Episodio chu)
Hace dos años escribí un apartado en este mismo blog, contando mi emoción por encontrarme en Wattpad una historia similar a la mía, en cuanto a personajes y trama. Y lejos de ponerme berrinchuda y en pose «mii riibiriin liii idiiiii» (Google translate: me robaron la idea), decidí darle promoción en este espacio. Creo que ya entienden a qué viene esta entrada.
Luego de terminar mi lectura pasada, la cual reseñé en este blog (la encuentran paginando hacia allá👈🏻), decidí buscar algo más en mi biblioteca, y me encontré esta bonita historia de LunnaDF que había guardado cuando el perfil de Ficción General la destacó. Apenas leí la sinopsis, me volvió a atrapar con la misma intensidad que el día que la encontré.
Los Corazones Que No Vemos nos introduce en la vida de Catrina, una joven que trabaja como prostituta para poder pagar el asilo de su abuela. Pero ese no es el problema, el verdadero problema es que nadie sabe acerca de su trabajo, y es por ello que lleva una doble vida. De día estudia enfermería, y se justifica con sus compañeros diciendo que trabaja en un albergue transitorio como recepcionista, cuando en ocasiones la ven llegar a las clases cansada. A su abuela, en cambio, le dice que trabaja en un hospital como enfermera. La cuestión es que nadie en su círculo íntimo sabe su verdadera profesión, y lucha a diario por mantener las dos vidas separadas, mientras reza por no encontrarse un cliente del burdel en la calles. Cosa que está por demás decir: le pasa.
Por el otro lado, tenemos a nuestro protagonista: Dante. Un jovencito que también lleva una doble vida, solo que una es real, y la otra es online. Dante es gamer de profesión, y tiene un canal de videojuegos del tipo Let's play muy popular en Youtube. Pero no es como PewDiePie, no señores. Dante tiene un problema de sobrepeso, casi casi obesidad mórbida, y no sale de su casa más que para asistir a la universidad. Su vida social en línea es excelente, pero al salir a la calle le da vergüenza interactuar con las personas por miedo al bullying. Para él eso no era problema, pero resulta que se enamora de Priscila, una compañera de la facultad, y aquí es cuando se encuentra en una encrucijada. Con la autoestima mellada por su sobrepeso, un amigo le propone acudir a un burdel para practicar el contacto social con las chicas que trabajan allí.
Me imagino que ya saben a dónde fue, y con quién se encontró.
Y se preguntarán. ¿Por que estás haciendo un apartado de cuando las ideas no son propias? ¿O me la estás reseñando? Y como fue la otra vez: las dos cosas.
Bancame... Vos no tenés ninguna novela de burdeles o videojuegos.
No. Tengo a Onírico. Y créanme. Se parecen una bocha. Y me encanta.
Quienes estén leyendo o hayan leído Onírico, sabrán que cuento la historia de Paulo y Alba. Dos criaturitas que están atrapadas en la friendzone simplemente por no detectar las señales que el otro emite, y no «tirarse a la pileta sin saber si hay agua», como decimos en mi tierra cuando alguien no quiere arriesgarse por miedo a que las cosas no salgan como uno espera. A medida que avanzaba con la lectura, las similitudes que encontré con Onírico eran increíbles, siendo dos personajes en un mundo completamente distinto al que mi cabeza inventó.
Para empezar, ellos se conocen en el lugar de trabajo del otro. Dante acude al budel en busca de ayuda para enfrentar sus problemas sociales, y allí es donde conoce a Trini. Igual que Paulo, que fue corriendo antes que cierre su local de comidas favorito, y tan tarde era que Alba ya andaba rondando fuera de la cocina y ahí es donde se conocen. Por suerte o desgracia, ya casi no quedaba comida, y Alba, la dueña del local y cocinera principal, le ofrece prepararle algo y lleváselo hasta su casa luego de cerrar.
Primera similitud: Ambas amistades surgen de un encuentro laboral.
Teniendo un mismo disparador, dirán:
Mi amiguito Bugs tiene razón, y es que las similitudes con Onírico no acaban en el disparador. Basta de momos, y a seguir.
Dante encuentra en Trini una persona que no lo juzga por su apariencia física, o sus problemas a la hora de socializar. A medida que avanzan la charla en el primer encuentro, ambos se dan cuenta de que no son tan distintos como piensan: Trini piensa que ella puede darle asco a los hombres por la vida que lleva, y Dante siente lo mismo, pero por su apariencia física y su incontrolable sudor inodoro. En paralelo, descubre que su sola presencia puede ayudar a mejorar un poco la vida de Trini para que sea un poco más llevadera a pesar de toda la shit que la rodea. Igual que Paulo.
Cuando Paulo conoce a Alba, le cuesta poco darse cuenta que ella pide ayuda a gritos para liberarse de Raúl, y de la monótona vida que lleva junto a un hombre 20 años mayor que ella. Sin quererlo, comienzan una amistad en el entorno de Alba: la casa de comidas para llevar. Del mismo modo en que Dante comienza a acudir cada noche al burdel: para evitar que Trini tenga que atender hombres desagradables, él paga cada noche la tarifa completa y se queda conversando con ella hasta que el burdel cierra.
Segunda similitud: En ambos casos, se genera una amistad que los desnuda por completo frente al otro, en el lugar de trabajo de uno de los dos.
Incluso, en mi caso, puedo tomar también el departamento de Paulo como su lugar de trabajo, si tenemos en cuenta que él es el encargado del edificio en el que reside.
¿Y que pasa cuando encontrás una persona que te comprende? Que te acepta tal como sos, con fantasmas y todo, y con la que compartís un montón de similitudes y pensamientos. ¡Siiii! El amor dice «Holi».
Cuando Dante comienza a salir al mundo y afrontar sus mayores temores, también empieza a sentir un desinterés por Priscila, pero no comprende por qué. Después de tanta lucha con sus demonios internos y el rechazo a su cuerpo, cuando tiene todo lo que deseaba, no le sabe como él imaginaba. Igual que Paulo.
Por otro lado, Trini comienza a sentir cosas por Dante, y ella es consciente de eso. Pero también sabe que Dante está interesado en otra persona, y que las cosas masomenos van por buen camino. Y por eso decide callar lo que siente. Igual que Alba. Bueno... Y un poco Paulo. Quien también calla su sentir porque está Raúl en la vida de Alba. Un hombre tan peligroso y turbio como el mundo en el que se mueve Trini en las noches. La diferencia entre Paulo y Alba, es que Paulo sí admite sus sentimientos, como Trini. y a Alba le cuesta darse cuenta, como Dante.
Paulo tarda poco en descubrir que todo lo que hace por Alba es por amor, esto porque sus fuerzas están concentradas en que Érica, nuestra Priscila argenta, no se enamore. Paulo defiende a Alba a capa y espada cuando Érica lo cela, siendo que la mujer sí nota los sentimientos escondidos de Paulo. Y Alba tiene su sentir bloqueado al ver la relación de Paulo y Érica, que aunque no tiene etiquetas, ambos son exclusivos. Bueno... Al menos por el lado de ella.
Con uno de los dos enamorados, ya sea Trini o Paulo, se genera una friendzone imaginaria, por decirlo de algún modo. Porque convengamos que la friendzone oficial es cuando te confesás a tu amigo, y éste te dice «Yo te quiero... Como un/a amigo/a». Mientras no exista esa frase, todo está en tu cabeza. Puede salirte bien, y ambos abandonan la amistad para empezar una relación, o puede salirte mal y quedar estancado en esa tan temible etiqueta. O en el peor de los casos, te quedaste sin pareja y sin amistad.
Pero ni Trini ni Paulo se arriesgaron a confesar lo que sentían por el otro, y decidieron dar lo mejor de sí en forma de amistad. Esta es la tercera similitud.
En ambos casos, la amistad se vuelve íntima, única. Los mejores amigos. Esa persona que siempre va a estar para vos a pesar de todo. El tiempo pasa, los sentimientos no se disuelven, por el contrario, se vuelven poderosos. Pero como suelo decir mucho en mis escritos, el destino es un titiritero macabro, ¡oh, si! Los caminos se separan por diversos motivos. Trini huye de su vida, pero por sobre todas las cosas, huye de lo que siente por Dante, porque en el fondo sabe que es un imposible. Al igual que Paulo. Y aquí entramos en la...
Cuarta similitud: Paulo y Trini huyen de sus sentimientos con la excusa de un nuevo trabajo, en un nuevo lugar.
Paulo tiene una oportunidad laboral en Flores, otro barrio de CABA, muy accesible desde Balvanera. Y decide aceptarla, porque oportunidades como esa se dan una sola vez en la vida. Un trabajo menos pesado, un departamento a estrenar, un sueldo por duplicado... ¿Quién no aceptaría esto? ¿No es así, Trini?
Trini abandona su vida en el burdel, aceptando una oportunidad laboral «normal», en el lugar de sus sueños, Luna Blanca. Deja atrás a Dante y decide comenzar de cero, olvidarlo será fácil con la premisa de que él también era una parte de su antigua vida.
Pero en ambos casos, aunque el ajetreo de la cotidianidad en un nuevo lugar oculte esos sentimientos que ambos quieren olvidar, siguen ahí. Dormidos. Bastará una sola cosa, un movimiento del destino para que ambos acepten la derrota.
Y acá ya dejo de comparar, porque ya les conté bastante sobre la obra de Araceli. No quiero pecar de spoiler para que no me apedreen, porque de verdad, Los Corazones Que No Vemos vale la pena para martonearla en un finde de cuarentena, como lo hice yo. Solo voy a decir que los finales son tan iguales como distintos. El móvil del final es similar, lo sabrán en cuanto termine Onírico, aunque el desenlace no lo será. Ni ahí, ni cerca. Solo vayan preparando el cajón de tomates porque sé que más de uno no se quedará contento con el final que pretendo para Paulo y Alba.
Dejaré esto por aquí...
Quinta similitud: el móvil del final.
C ba lentamente...
No, no voy a matar a nadie. Quédense tranquilos, que ya eso lo hice en Historias Para Viajar, y el que la leyó lo sabe bien, todavía recibo amenazas bomba por el final de Obsesión.
Y otra cosa que quiero destacar, que nada que ver con Onírico, es la relación de Trini con su abuela. Me ha robado más de una sonrisa, porque tenía muchas actitudes que me recordaron a mi abuela, que también estaba en un geriátrico, y a la cual iba a visitar al salir del trabajar y los fines de semana. No sé si será un cliché de abuela, no sé si será porque a mí también me crió ella mientras mis papás trabajaban, pero esa intuición y esos comentarios incómodos sin una pizca de malicia me hicieron recordarla a ella, ahora que ya no la tengo conmigo.
Resumiendo: me reconfortó el alma nuevamente encontrar una obra similar a la mía, como sucedió en el apartado anterior. Y no quería dejar de compartirla, porque lejos de ocultarla bajo la alfombra al grito de «miii riibirriinn liii idiiii», las ideas son libres, pueden aterrizar de la misma forma en la mente de cualquiera. En mi caso, fue a través de un sueño, esto lo conté en dos entrevistas que me hicieron en el último tiempo. No sé si Araceli quiso plasmar la misma idea que yo, lo dudo, ya que en Onírico quiero mostrar la friendzone desde el lado masculino, y en LCQNV la friendzone la sufre Trini. La de Araceli es una historia de superación, ya sea en el pasado oscuro de Trini como en los complejos de Dante. Onírico solo pretende mostrar que los hombres también sufren la friendzone, y que los hay también modelo caballeros. Porque si Paulo hubiera sido otro tipo, se hubiera cag*do en la relación de Alba y hubiera ido por todo a la conquista. Y no. Se traga su sentir como todo un caballero.
Nuestros objetivos a la hora de contar una historia fueron distintos, pero el móvil, ese camino para llegar del punto A (Prefacio) al punto B (Epílogo) es el mismo. Aplaudo a Araceli porque ella transmite un mensaje mejor que el mío, yo solo cuento la historia de un pobre portero que lucha contra la friendozone, enamorado de la mujer de un hombre peligroso.
No mientas, Raúl le tiene más miedo a Paulo, que Paulo a Raúl.
Lo sé, pero admito que Paulito se me salió de los dedos al escribir la historia. No estaba pensado así, pero boe... Hay un poco de «bad boy» argento en Paulo, gócenlo chicas.
En breve tendrán el desenlace de Onírico. Cuando digo «en breve», puede ser Noviembre, Diciembre, Enero 2021... No desesperen, no la voy a clavar. Solo hay un poco de cuarentena y home office en mi vida. Pero mientras tanto, los quiero ver llenando de votos a Araceli en Los Corazones Que No Vemos.
Sean felices.
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