Capítulo 36
Jueves 30 de octubre 2025
¿Las palabras eran necesarias cuando los sentimientos están allí?
Tal vez sí. Tal vez no.
Mi relación con Gunther estaba en un limbo. Porque los sentimientos estaban allí, pero ninguno de los dos era lo suficientemente valiente para dar el primer paso para admitirlos en voz alta.
Solo eran besos robados cuando nadie nos veía. Miradas de complicidad que ahora tenían otro significado. Té de limón y menta que compartimos mientras teníamos charlas en su departamento o el mío. Más tiempo juntos fuera de la pista de hielo, conociéndonos en un aspecto más profundo. Citas exprés por toda la ciudad y como toque final unos deliciosos postres que en su mayoría eran de limón.
—Solo son diez participantes. —Murmuró Gunther mientras caminaba de un lado a otro por el vestuario.
El Grand Prix en Canadá era su primera vez en una competencia significativa y a su vez era la primera vez que ambos participaremos en algo tan importante como pareja. No vamos por el podio, porque sabemos con claridad que hay muchas parejas superiores. En equipo nos planteamos poder superar nuestras propias marcas.
—Gunther —Me interpuse en su camino y él se detuvo—. Tranquilo, ya hablamos muchas veces de esto. Solo seremos nosotros dos en la pista, sin presiones.
—Lo intento. —Estaba agitado. Nervioso. Preocupado. —¿Cómo puedo ayudarte?
—Solo dame algunos segundos. —Pero parecía que empeoraba.
—Haré lo que sea para que te tranquilices.
—¿Lo que sea? —preguntó dudoso.
—Cualquier cosa.
Ignorando mi pregunta, rodea rápidamente mi cintura mientras me atrae hacia él. Mis labios se presionan a los suyos. Nuestro beso está cargado de diferentes emociones, pero trato de poder transmitir tranquilidad, porque uno de los dos en esta ocasión tiene que mantenerse cuerdo.
Rodeo su cuello y lo atraigo un poco más cerca, la diferencia de estatura apesta en algunas ocasiones.
—¿Caramelo de menta? —Pregunté lentamente mientras me separaba. Podía saborear que había un toque de menta.
—Para los nervios —Sonrió. Ahora estaba menos tenso. Misión cumplida.
—Bueno, ahora que estás menos tenso viene la parte difícil.
—¿Cuál?
—Tendremos que salir allí y dar lo mejor de nosotros.
—Después de ese beso estoy mejor, creo que encontré mi cura ante los nervios.
—No te pases. —Lo golpeé.
Esquivó el segundo golpe y me atrapó en un abrazo.
—Tranquila. —Se ríe antes de depositar un beso en mi frente.
Bueno, tal vez eso podría tranquilizarme. Sus besos lograban eso, desarmarme.
La música se estaba poniendo lenta. Era el momento de dar el cierre al programa corto, escuchaba los aplausos cuando Gunther me dejó con seguridad después de una pequeña elevación. Últimos movimientos. Pose final dando por terminada nuestra participación.
—Bien hecho. —Lo abracé.
Al separarnos hicimos el saludo correspondiente al público que respondió con muchos aplausos.
No esperé que la pista se llenará de leones de peluches, nunca lo vi venir. La pista se inundó con muchos de esos leones que eran los mismos que años atrás. Traté lo mejor posible de no llorar en ese preciso momento.
Dirigiéndonos fuera de la pista donde nos estaba esperando Mallory con los protectores de las cuchillas. Antes de salir me giré y saludé al público, agradeciendo el gesto. Las niñas pequeñas estaban por todos lados juntando lo que las personas habían lanzado al hielo. Gunther salió primero y cuando varios peluches de león cayeron al lado mío quise juntar al menos uno, pero no me parecía lo correcto. Ya no era esa Darya.
Antes de salir me fijé en un peluche de osito. Cuando iba a levantarlo un peluche de gatito marrón cayó enfrente mío y lo tomé sin pensarlo mucho, para poder desocupar la pista antes de que me metiera en problemas.
—Mira, se parece a Chocolate. —Se lo entregué a Gunther.
—Es lindo. —Lo ubicó entre nosotros cuando nos sentamos para recibir nuestras puntuaciones. Como siempre estaba en el medio, entre Gunther y Mallory.
—The scores, please, for Darya Neumann and Gunther Dietz.
En la pantalla que apenas podía ver logré divisar lo que habíamos conseguido.
—They have obtained in the short program 68.48. They are in third position.
—68.48 —Susurré.
—Un logro —río Mallory. Ella sola nos había acompañado a la competencia. Edrick tenía que quedarse con los demás patinadores y mantener el orden.
—Es lo mejor que tenemos ahora. —Nos levantamos todos para ir a los vestuarios.
—La verdad es que esperaba un poco más, pero estoy contento. —Gunther me tomó de la mano mientras miraba el peluche con curiosidad.
—Poco a poco. —Mallory respondió al comentario.
—Me gusta como símbolo del equipo y no sé parece en nada a Chocolate. —Sacudió la cabeza como si eso lo hubiera ofendido.
—Lo tomaremos como símbolo —accedí.
Mallory nos dio una señal de que Edrick la estaba llamando por lo que se retiró para tener privacidad.
La competencia había sido por la tarde por lo que tendríamos la noche para relajarnos y mañana competiremos de nuevo con nuestro programa largo. Nos dirigimos hasta los vestuarios y por suerte no nos encontramos con otras parejas en el camino. En esta competencia había una de las ex compañeras de Gunther y algunas parejas que parecieran que no nos querían aquí.
—¡Por fin los encuentro! —Una chica rubia con lentes nos interceptó a ambos—. Para Love of ice skating, ¿puedo hacerles algunas preguntas?
Miré a Gunther y asentí como respuesta.
—Gracias. —Sacó una grabadora un poco vieja y empezó el interrogatorio—. ¿Cómo sintieron esta nueva experiencia en el hielo?
—Fue genial, al principio estábamos un poco nerviosos porque el nivel de todas las parejas es alto y eso llegó a intimidarnos, pero cuando fue nuestro turno, solo queríamos dar lo mejor para que todos pudieran disfrutar de nuestro programa. —Gunther tomó confianza al final. Estaba nervioso.
—Como son la nueva pareja todos tenemos diferentes expectativas al respecto de ustedes, ¿creen que pudieron satisfacerlas?
—Nosotros como equipo estamos satisfechos con lo que hicimos, probamos que pudimos avanzar y eso es gratificante para nosotros. Entrenamos duro para cada día estar a la altura e ir mejorando poco a poco.
—Se vio un cambio grande en tan poco tiempo desde aquella primera participación, debo felicitarlos por eso. —Se dirigió a mí y esperaba que sus preguntas no fueran duras—. ¿Qué se siente volver al hielo después de tanto tiempo?
Trabajé por ello, por lo que se siente magnífico.
—Bueno, es una modalidad diferente. Junto al equipo estamos haciendo todo lo posible para que ambos nos adaptemos lo mejor posible. Es muy diferente a lo que venía haciendo antes, creo que estamos haciendo un buen trabajo.
—Última pregunta: ¿Qué sentiste Darya cuando el público te recibió de esa manera?
—Sentí...—No sabía cómo responder—. Sentí que estaba de nuevo en casa, después de todo lo que pasó, me sentí acompañada por el público. Junto a mi compañero vamos a dar siempre nuestro mejor esfuerzo en cada competencia y junto a este pequeño amigo —Le mostré el peluche para que diera a entender que sería nuestra marca—, daremos todo en la pista. Siempre.
—¿Quieres ir a una cita? —Le pregunté a Gunther antes de que cerrara la puerta de su habitación de hotel.
—¿Qué? —Me miró cauteloso.
—Una cita —dije antes de arrepentirme de mis palabras.
—Una cita...—susurró—. ¿Nosotros? —Nos señaló.
—Si.
—Claro. —Parecía dudoso.
—Si no quieres está bien. Lo entiendo. —Tal vez estaba malinterpretando nuestros sentimientos.
—Claro que quiero —habló con rapidez—. ¿Dentro de dos horas?
—Está bien. —Abrí la puerta de mi habitación y entré antes de arrepentirme de mis palabras.
Era una montaña rusa de emociones. Desde la participación en la competencia, la entrevista que de alguna manera tocaba mi pasado, los besos de Gunther y ahora la cita.
—Eres una mujer fuerte Darya. —Me di ánimo—. Puedes con una cita.
Fui hasta mi maleta y tomé el vestido que Simone me había hecho empacar. No sabía para qué lo necesitaría si solo utilizaba ropa deportiva, ahora era un buen momento para usarlo. Le agradecería a Simone su insistencia.
Era negro con margaritas como diseño combinaba con el par de zapatillas que utilizaba para ocasiones más elegantes y me fui a bañar. Debía estar lo mejor presentable posible. Solo tardé unos veinticinco minutos en estar parcialmente decente.
Flor atendió mi llamada cuando le pedí ayuda de emergencia y ella un poco sorprendida me dio consejos para guiarme en mi tarea de estar lo mejor posible. Cuando me tranquilicé obtuve un interrogatorio por mis sentimientos hacia Gunther. Corté la llamada entendiendo algunas cosas en el proceso.
Jamás había ido a una cita, bueno habíamos tenido algunas con Gunther, pero jamás tuvo el título formal de "cita". Por lo que estar nerviosa era común y estaba bien.
Me maquillé de manera simple y lo acompañé con un moño suelto. Mi vestido, zapatillas y un pequeño bolso eran mi outfit para la cita de hoy. Tocaron la puerta y me preparé para visitar Vancouver junto a Gunther. En una cita.
«¡SI!»
Pasear por Vancouver era entretenido y más con la compañía de Gunther. Fuimos a uno de los mercados nocturnos donde nos entretuvimos comprando diferentes presentes para llevar a Alemania. Fuimos en el transporte público porque era con lo que podíamos acceder más fácilmente, ya que el tráfico era considerablemente alto.
En donde nos encontrábamos era un combo completo porque no solo tenía manualidades, también había comida y músicos locales. Por lo que todo era muy animado y había una cantidad considerable de personas.
—Aquí tienes. —Me entregó mi comida que estaba caliente.
—Pedí lo mismo, solo que el mío tiene salsa de soja. —Me entregó mis palillos.
El mercado poseía una gran variedad de puestos de comidas de diferentes partes del mundo. Por lo que cuando paramos en un puesto de comida coreana fue lo que más me llamó la atención. Pollo frito marinado, yo elegí la opción picante mientras que Gunther decidía en ese momento que iba a comer, al final terminó con lo mismo.
Caminábamos mientras comíamos aquella comida que se me deshacía en la boca.
—Vayamos allá. —Gunther señaló una colina que parecía que era un mirador. Supuestamente era algo que formaba parte del recorrido en el mercado. Las personas se dispersan buscando diferentes lugares para poder comer con tranquilidad.
—Está muy lejos. —Me quejé mientras ambos empezamos a caminar por la calle. No había muchas personas alrededor. Los puestos disminuían.
Algún tiempo después y con mis quejas en el camino llegamos a lo que parecía que era un mirador. Algunas luces estaban prendidas ayudando a que no nos tragara la oscuridad.
—Jamás comí un pollo frito como este. —Gunther se sentó en una de las bancas disponibles y lo acompañé.
—Está muy sabroso. —Concordé.
—Fue divertido todo el día de hoy.
—Lo creo. —Dejé el plato vacío a un lado—. Estaba picante.
—¿Mucho?
—Tolerable.
—Odio el picante en exceso —admitió. Tomó nuestros platos y los tiró en un cesto de basura.
—Igual. Este plato estaba rico.
—Dentro de un rato vayamos por el postre, vi en uno de los puestos unas galletas que parecían interesantes, si me gustan veré si puedo conseguir la receta.
—Algo me dice que lo harás.
—Ya sabes como soy insistente.
Nos quedamos allí. En silencio. Observábamos todo lo que se podía ver desde acá arriba, una parte de la ciudad que estaba encendida. Las estrellas estaban cubiertas por nubes, como todo el día de hoy. Parecía que el clima no se ponía de acuerdo.
—Tienes un hermoso color de ojos. —Crucé mis piernas, mientras miraba hacia el frente. No podía verlo mientras confesaba eso, pero podía sentirlo.
—Los tuyos también son bonitos. No suele verse personas con esa tonalidad de verde.
—Me gusta tu corte de cabello.
—Lo sé. Te sorprendí ese día y te quedaste embobada todo el entrenamiento.
—Gracias por insistir —hablé—. No podía volver al hielo sola.
—Gracias por aceptar y luchar.
—Lo hice por todos, pero principalmente por mí. No podía quedarme estancada en ese momento, debía seguir adelante. Después de todo lo que pasé, creo que fue una advertencia para seguir adelante, una advertencia de que tenía que crecer.
—Gracias por arriesgarte.
—Me arriesgué y fue complicado, pero al final salió dentro de todo bien. Tomé aquel riesgo porque de alguna manera no quería perder la oportunidad que me ofreciste.
Silencio.
—Me encanta el sonido de tu risa. —Me giré para mirarlo—. Es algo que me encanta escuchar.
—Momento de confesiones. —Sonreí—. No entiendo mis sentimientos hacia ti. Supongo que era muy ciega para verlos. Todos estos meses que pasamos juntos y también lo que tuvimos separados siempre estabas en mis pensamientos. Bueno, siempre estás en mis pensamientos.
—Darya...—Se calló de golpe. Dudaba en decirme algo. ¿No siente algo por mí? ¿Él no tiene todas esas emociones que tengo yo por él?
—Está bien.
—No quiero decirlo y que te vayas al final. No puedo soportarlo. No puedo soportarlo otra vez.
—No me iré. —Parecía serio con sus palabras—. Sea lo que sea lo comprenderé.
—No te digo mis emociones, porque no quiero...—Cerró sus ojos y soltó un suspiro que parecía que llevaba tiempo siendo retenido—. No te digo que te quiero, porque no quiero que te vayas. Mis emociones suelo callarlas, para que no me dejen al final.
No abrió los ojos después de su confesión. Me acerqué y me apoyé en su hombro, quedándome ahí con él.
—Te dije que no me iría.
¡Gracias por leer!
Les dejo las imágenes de como visualicé algunas elementos en diferentes momentos del capítulo. El programa de abajo es como me imaginé la coreografía y el vestuario de esa manera.
https://youtu.be/LTnmFDeULEA
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