No Te Metas Con Los Gatos

Hay dos cosas en el mundo que haría desaparecer de un solo chasquido si tuviera el poder de hacerlo:

Los gatos y los farsantes.

Los gatos solo son criaturas ególatras y narcisistas, les das todo cuanto el oro puede comprar y ellos te dejarán en la mínima oportunidad, además de poderse considerar como plagas. Odió a los gatos, no sólo por lo antes dicho, tampoco por mi alergia hacía su pelaje, los odió porque el gato de mi hermana se comió a mí hámster cuando yo era un niño, desde entonces solo he podido sentir despreció por esos peludos seres.

Por otra parte los farsantes, aunque los odié, son mí única fuente de ingresos.

Siempre fui un tanto escéptico a todo el tema de lo paranormal o fantástico, literalmente mi trabajo trataba de ello, investigar si algún suceso "mágico" era real o una farsa. Ya había tenido cientos de caso, todos, por supuesto, falsos. La empresa para la cual trabajo se encarga de desmentir o dar como verídico estos casos, en mis 20 años trabajando para la empresa ni un solo caso ha sido verídico.

Una niña que aseguraba que hablaba con Dios, falso. Un hombre que podía hablar con los muertos, falso y robaba información personal el muy maldito. Una mujer que podía controlar a los animales, falso, se descubrió que ocultaba comida en su ropa y así los atraía.

Por eso ya estaba listo para declarar como "Falso" este caso, ingenuamente pensé que solo sería mirar y tachar de falso, pero no fue así. La noticia de una adolescente que podía controlar la naturaleza, temperatura, mover cosas sin tocarlas y montón de habilidades más era demasiado bueno para ser verdad y hasta cierto punto así fue.
Cuando me notificaron de ese caso solo pensé que era una adolescente más del montón que solo quería atención, ya saben, ahora todos tienen depresión y otras enfermedades mentales, pensé que era el caso pero con "poderes", pero no, esto fue distinto.

Llegué a la inhóspita localidad de Quindío con todo mi equipo y mi hermana, una escritora exitosa que se la pasaba lucrando con cada caso que yo atendía, salvo que ella los hacía pasar por reales en sus historias.

La chica en cuestión vivía a las afueras del pueblo, entre las montañas, en una zona muy difícil de acceder, literalmente estuvimos a punto de contratar un helicóptero para poder llegar, pero al final conseguimos entrar. Lo primero que noté de ella era que siempre estaba con su gata carey de nombre Frida, una esponjosa gata que nos miraba con detenimiento, como si nos analizará. Mí equipo y yo nos presentamos a ella, y le dijimos a qué veníamos, usualmente este es el punto en el que se tornan agresivos o nerviosos a verse pronto descubierta su mentira, pero ella sólo ladeó la cabeza y nos dijo que ya lo sabía, aún con esa gata en brazos. Pensamos que era una muy buena actriz, pero para nuestra sorpresa había preparado un gran festín para nosotros, fácilmente se podría explicar que tendría invitados más tarde e hizo pasar toda esa comida como hecha para nosotros, pero dudó que fuera así, la chica no tenía ni siquiera padres y el pueblo todos creían que era un espíritu "maldito".
Sí, sí, sí, no debíamos sacar conclusiones apresuradas, pero no podían juzgarnos, literalmente nunca había visto algo verídico, todo podía ser desmentido.

Cómo estábamos cansados decidimos comer primero y luego hacer el resto, mí hermana estaba radiante comiendo toda la fruta tropical que la chica nos había traído la comió con tanto gusto que cuando la término no pudo evitar verse decepcionada, fue entonces cuando la chica que hasta el momento había permanecido acariciando a la gata en su regazo hablo.

— ¿Quieres más? — mi hermana dijo que sí, pensamos que ella se levantaría e iría en busca de más fruta, en vez de eso solo tomó unas semillas de la misma fruta y colocó sus manos alrededor de ellas.

Nos miramos entre nosotros aguantando la risa, ¿Enserio esta chica pretendía engañarnos así? Puede que nos veamos tontos, ¡Pero de tontos no tenemos nada! Fue entonces cuando las semillas empezaron a vibrar, una a una las semillas negras se abrieron y de ellas surgieron grandes tallos verdes que uno a uno se transformó en árboles de años y años, con las hojas cargando grandes cantidades de frutos que en segundos maduraron.
Salté del susto al ver tal escena, al igual que lo equipo, la chica solo tomó un cuchillo y trepó el árbol, cortando varios de los frutos del mismo, luego bajo y se los dio a mi hermana. Mí hermana dejó caer la madura fruta de la cual emanó un aroma exquisito y salto dando gritos aterrada. Mi vista se clavó en la comida, ¿Es posible que ella nos hubiera drogado? Mis compañeros parecían tener la misma hipótesis que yo, por eso uno de ellos guardo lo que le quedaba de comida en una bolsa para analizarla más adelante. Sin perder más el tiempo nos dispusimos a trabajar, empezamos tratando de comprobar su "don" con la temperatura, era una prueba fácil, tendría un termómetro en las manos y tendría que cambiar la temperatura de un vaso de agua. Por varios minutos no pasó nada, no hasta que Frida dio un salto a sus piernas que todo se volvió extraño, la temperatura del termómetro se disparó y el agua empezó el proceso de ebullición, las burbujas de vapor empañaron mis gafas, ya la mitad del agua de había evaporado cuando la temperatura bajo con la misma rapidez con la que subió, estaba tan fría que en segundos empezó a congelarse. Al terminar el experimento miré a mis compañeros que al igual que yo estaban asustados, uno de ellos grabó el suceso, lo repetimos fotograma por fotograma y darnos cuenta de que fue la llegada de la gata quien activo la extraña temperatura decidimos analizarla a ella, buscamos entre su pelaje alguna máquina que ameritara tal cambio brusco en la temperatura, pero no encontramos nada, de todas formas si algo así hubiera pasado la gata abría maullado por el frío o el calor y su pelaje se hubiera quemado. No encontramos nada.

El siguiente experimento fue el de la telekinesis, colocamos varios objetos en una mesa, ella sólo debía moverlas un centímetro. Colocamos la cámara en la posición correcta, la chica nos miró y cuando menos lo esperamos la gata había saltado en la mesa, dicho salto provocó que los objetos salieran disparados, pero en vez de caer quedaron congelados en el aire, flotando como si estuvieran debajo del agua.

— ¿Qué demonios? — exclamé horrorizado, justo en ese momento los objetos cayeron al suelo.

No había duda de que algo malo estaba pasando.

Después de pensarlo mucho con mi equipo llegamos a la conclusión de que la gata tenía algo que ver, siempre que se hacía algo "anormal" ella estaba presente. Tomamos a la chica y la sentamos en una silla, y le preguntamos qué estaba pasando. Ella nos sonrió y siguió acariciando a Frida en sus piernas.

— Dinos la verdad, ¿Haz fingido todo esto? ¿Cómo lo haz hecho?

Estaba ansioso por vender dichos trucos a alguna cadena televisiva.

— ¡Yo no he fingido nada! — se defendió ella —. Todo es real, ustedes mismos lo han visto.

— Sí, pero...— me quite los lentes y sacudí mi cabeza — ¡Debe haber una explicación lógica!

— Oh, ¡Claro que la hay! — dijo ella, acercándose a mí.

Sus manos tocaron mis mejillas y en mi mente apareció la imagen del espacio exterior, una especie de sistema solar con tres estrellas gigantes se abría paso frente a mis ojos, un extraño planeta humeante con anillos como los de Saturno fue lo que vi primero.

— De allí viene Frida — la voz de la chica sonaba distante y en eco, como si estuviera muy lejos de mí —. Esa es la galaxia de Frida, está a 9000 años luz de la tierra, bastante cerca, ¿Verdad?

De repente aquél humeante planeta con anillos fue reemplazado por un planeta más grande de color azul, con algo saliendo de su atmósfera.

— De aquél planeta sale agua y en esa agua hay cosas...cosas que caen en la tierra.

Mi vista volvió a aclararse y vi la sonrisa infantil en el rostro de la chica, cuyas manos ahora estaban fijas en su gata carey, me estremecí al ver que el animal sonreía, sonreía como el gato Cheshire de Alicia en el país de las maravillas, giré mi cabeza y vi a mis compañeros igual o más asustados que yo.

La chica se levantó con la gata en brazos cuyo rostro ahora reflejaba la expresión normal de un felino, retrocedí cuando ella se acercó.

— ¿Vas a responder? — la chica señaló mí teléfono, el cual vibraba implacable en mi bolsillo.

Lo tomé y vi que era una notificación de otro caso que tenía que atender: una extraña criatura en una cueva que atormentaban una población.

Salimos corriendo de aquella casa con el equipo y las cámaras al hombro, huimos por el bosque, cayendo y levantándonos, a veces corriendo en cuatro patas.

Pasaron semanas hasta que por fin pudimos calmarnos e ir a investigar el otro caso. Ya habíamos intentando cazar a pie grande y a Nessie, pero ni una sola prueba habíamos encontrado. Tachamos el caso de la chica como "falso", era más fácil que explicar aquello, porque ni nosotros lo podíamos entender.
Llegamos a la cueva en plena tarde, la cueva quedaba en una montaña a los alrededores de una universidad pública, pensábamos que en un día escolar no tendríamos nada que temer, sólo bastaría con un gritó para tener a la mitad de la universidad con nosotros.

Llegamos, pasamos delante de los jóvenes adultos adictos a las hierbas y el sexo, ya saben, típico universitario. Había palmas alrededor de la carretera y la montaña estaba a tan sólo siete minutos de las instalaciones. La cueva en cuestión era muy oscura y gris, a pesar de estar a pleno día, allí adentro era demasiado oscuro, prendimos nuestras linternas y con cámara en mano empezamos a caminar. No había nada raro, sólo un extraño lago en medio de la cueva. Como no teníamos nada más que hacer nos sentamos y bebimos cerveza en lata, preguntándonos qué había sido con la chica misteriosa cuyos poderes resultaron ser ciertos. Quizás fue el alcohol, quizás el hecho de que uno de mis compañeros empezó a gritar obscenidades mientras golpeaba y lanzaba cosas a las paredes con eco de cueva, el punto es que...algo se despertó de las profundidades del pequeño lago. Estábamos listos para tachar de "falso" el tema del monstruo cuando lo escuchamos.

~Miau~

Alterados miramos hacía la azul laguna, en la cual poco a poco se estaba formando un remolino, acompañado por una sombra que surgía dentro del lago subterráneo. Era largo, como una serpiente, aletas en cada lado, una especie de cabeza en el lugar dónde debería estar la cola, una trompa como la de un elefante, ojos saltones y negros, una dentadura capaz de cortarte de sólo mirarla.

Y esa cosa empezó a salir de esa masa de agua de tan solo un metro de ancho.

Correr, era lo único que pensábamos, correr.

Aquella monstruosa criatura se movía como una serpiente, fuera del agua, esa cosa salió del agua. Al salir de la cueva aún podíamos escuchar sus quejidos y serpenteantes movimientos, pero en ningún momento nos detuvimos, aquél monstruo serpenteante de casi siete metros estaba detrás de nosotros, estábamos seguros de que en algún momento dejaría de seguirnos, pero no fue así, ni siquiera cuando llegamos a las instalaciones de la universidad. Podía escuchar los gritos de los drogados jóvenes al ser golpeados por la cabeza de la cola de aquella cosa, fue entonces cuando la vi: aquella chica con la gata encima; era ella, miraba todo desde un punto del coliseo de la universidad. No sé porqué, pero corrí hacia ella, tomé su maldita gata y la lancé hacia la cosa, escuché a la chica gritar del miedo, la tomé de la mano e hice que corriera. Pude escuchar los gruñidos de la gata peleando contra esa abominación, sus maullidos, gruñidos y chillidos fue lo más espantoso que escuche en mi vida. Tome a la chica y junto con más personas asustadas entre a un edificio, tratando de alcanzar altura y salvarme de esa cosa, lamentablemente la universidad daba directamente una playa, vi como esa criatura se movía serpenteante, hasta llegar al agua, dejando un camino de sangre y cadáveres.

No fue hasta que entró al agua que me di cuenta de que ahora ese monstruo era más grande.

Sorprendentemente la gata llegó cojeando poco después, se veía lastimada, pero ante mis ojos sus heridas se sanaron, los rasguños, los trozos de carne colgando, incluso la mitad de su cabeza rota sanaron, era como si nada le hubiera pasado. La maldita se veía tan esponjosa y linda como la primera vez que la vi. Cuando la gata entro en el edificio empezó a maullar, la chica prácticamente me mordió y salió corriendo a socorrer los llamados del animal, la chica la tomó en brazos, la reviso de pies a cabeza y me miró de mala manera, puedo jurar que la gata también lo hizo, casi pude ver su rostro enojado conmigo.

Después de eso renuncié a mi trabajo, no podía seguir trabajando en aquello después de ver semejantes cosas.
Hace unos días se hizo un reportaje en vivo desde un helicóptero sobre el mar Caribe, allí estaba, esa cosa con dos cabezas, era tan grande que con solo un movimiento hundió un crucero. Los biólogos marinos aseguraban que era una especie de ballena desconocida para la humanidad, pero yo sé que no es verdad, yo sé que esa cosa vino del espacio, de un planeta del cual sale agua.

La chica y su gata desaparecieron poco después.

Desde entonces no he podido volver a ser el mismo, cada vez que veo un gato le dejó una pequeña lata de atún o alguna golosina, ahora ya no salgo de casa si no tengo algo que darle a los gatos. Puedo verlo en sus ojos, su mirada me muestra que ellos saben lo que sé y les divierte que lo sepa. Hace unos días pasaba por el mercado y vi a un pequeño gato blanco con negro, se me acercó y me maulló, sus ojos me hicieron saber que tenía que cuidarlo. Lo llame Manchas, ya que...bueno, tiene manchas, le he dado todo lo que un gato podría desear, intento vivir con normalidad, pero aún no puedo dormir, porque lo veo, allí, en un rincón oscuro de mí habitación, con sus ojos amarillos y brillantes mirándome fijamente, a veces mirá la ventana, el cielo estrellado, moviendo sus orejas como si recibiera alguna clase de mensaje que solo él y los de su raza pueden escuchar, y lo puedo ver sonreír, de la misma forma en la Frida sonreía, con sus pequeños y filosos dientes capaces de acabar con los peores monstruos del espacio exterior brillando bajo la luz de la luna.

Últimamente muchas personas han desapareciendo, he investigado y me dí cuenta de que el común denominador que tienen todos es que...fueron buenos con los gatos.

Tras el reporte de la "ballena desconocida para la humanidad" llegó otro que fue opacado por los avistamientos de la monstruosa criatura capaz de destruir cruceros con solo un aleteo, el reporte era de una gran masa de agua que se mueve, lentamente por el espacio, flotando, hacía la tierra, dicha noticia le hizo ilusión a la ciencia, ya que si había agua en el espacio, había vida, pero para mí no fue una buena noticia, no sólo porque sabía que ya había vida en el espacio, sino porque si dicha masa de agua es tan grande sólo puede ser porque tiene algo igual o más grande en su interior. Saber que los gatos son una raza espacial fue el remate de un mal chiste, ¿Imagínate? Llevamos toda nuestra existencia buscando vida en el espacio, imaginando a monstruos intergalácticos cuando a fin de cuentas dichos seres tienen una gran debilidad por el estambre.

A veces miró a Manchas y me preguntó si he sido lo suficientemente bueno con él como para que me salve de lo que sea que viene en esa masa de agua, porque sí esa cosa de la cueva provino de una gota de agua de aquel planeta, lo que sea que venga en esa masa de agua será capaz de provocar el fin del mundo.

Creó que estoy empezando a amar a los gatos.

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