Latinoamérica era la respuesta

Agua.

El agua es la piedra angular de la vida. Nos nutre, riega nuestros cultivos y riega nuestro ganado. El agua es vital para todas las formas de vida conocidas. Confiamos en ella para el 99% de las cosas de nuestra vida diaria. Sin el agua la civilización dejaría de funcionar. Los gobiernos colapsarían, paralizados por un enemigo invencible: la sequía. Sería cuestión de días, no más de una semana, antes de que todos los seres vivos de la Tierra murieran. En resumen, no podemos vivir sin agua.

Hace dos días, nos vimos obligados a empezar a hacer precisamente eso.

No sé cómo empezó. Nadie que queda con vida lo hace. Durante las primeras horas surgieron teorías al respecto, la más aceptada por las personas en general era el hecho de que un asteroide había pasado cerca de la tierra, pero este no era un asteroide normal, de hecho parecía ser un planeta, uno de longitudes mayores a la tierra, se quedó a unos cuantos millones de kilómetros de la luna, había llegado prácticamente disparado y se detuvo sin sentido en esa zona en particular y empezó a rotar al rededor del sol, nadie sabía de dónde venía este extraño planeta ambulante, pero fuera lo que fuera estaba destruyendo la vida en la tierra.

¿Que pasó?

Lo pondré simple.

La primera fue que cada gota de agua dulce en todo el planeta se evaporó instantáneamente para luego reubicarse en el nuevo planeta.

No creo que pueda hacer justicia a este evento, pero lo intentaré.

¿Te imaginas que cada río, cada lago, cada fuente natural de agua se seca instantáneamente, sin una explicación racional? Dudo que puedas, pero eso es exactamente lo que pasó. Tampoco sé restringió a fuentes naturales. Por lo que yo sé, toda el agua embotellada del mundo también se evaporó, al igual que en los tanques de agua y otras fuentes similares. También desapareció de otras sustancias, incluidos los refrescos, creando compuestos de azúcar repugnantes que enfermarían bastante a quienes lo consumieran. No quedaba ni una sola gota de agua dulce en ningún lugar de la Tierra para que alguien la bebiera.

Pero a pesar de todo esto no sucedió en todo el mundo, se descubrió que los países del continente latinoamericano habían quedado intactos, al igual que ambas coreas, Japón, Bután, Suiza, Gambia e Irlanda, nadie sabe el porqué ellos no fueron afectados, pero pronto todo se convirtió en un caos.

Pero hubo un segundo efecto.

El envenenamiento por agua salada.

Muchas personas acudieron en masa a las plantas desalinizadoras en las primeras horas, esperando la salvación.

No encontraron ninguno.

Aproximadamente al mismo tiempo que la evaporación mundial, la solución salina se quintuplicó en todos los mares u océanos de la Tierra. Las plantas desaladoras pudieron hacer frente a esta carga durante aproximadamente veinte horas. Entonces, el combustible comenzó a agotarse, y con el inminente colapso de la civilización gracias a las múltiples catástrofes nucleares, no se entregó más. Por lo tanto, la última gota de agua dulce de la Tierra se extrajo a más tardar a la medianoche de ayer.

Después de la sequía vino el colapso y el intento de conquista a los países no afectados.

Incluso yo me sentí ofendido cuando el presidente de Estados Unidos se declaró como líder mundial y por lo tanto gobernador de Latinoamérica, exigiendo que entregarán el agua dulce al instante. Lógicamente los países se negaron y Estados Unidos declaró la guerra, Corea del Norte tuvo que intervenir, para evitar que el continente latinoamericano fuera conquistado tuvieron que sacrificar a Panamá, fue doloroso y completamente cruel, pero no había opción, a tan solo 16 horas de la evaporación total del agua dulce Corea del Norte envío trescientas bombas nucleares a Panamá, tan sólo se les dió 12 horas para escapar.

Iban a destruir el país.

A pesar de lo que se pueda pensar muchos si lograron escapar, tan solo era el 20% del país pero algo es algo y finalmente Panamá desapareció, quitando cualquier acceso directo a cualquier país de Latinoamérica, lamentablemente Irlanda no tuvo la misma suerte y en menos de lo que se esperaba fueron conquistados por Inglaterra y Rusia, Bután tuvo que construir barreras pues Rusia los tenía en la mira, ambas coreas se unieron para proteger sus tierras y Japón se armó hasta los dientes listos para morir en el intento, Suiza por otro lado intento unirse a Gambia, pero estos lo rechazaron al descubrirse que era un plan para obtener más recursos.
Sin agua disponible, la civilización pronto descendió a la anarquía. Los gobiernos, típicos de la autoridad hasta el final, intentaron mantener el orden. No funcionó. Los soldados se rebelaron, disparando a los alborotadores y a los corredores por igual. Los que no murieron fueron brutalmente ejecutados momentos después. Se volvieron el uno contra el otro muy pronto, con solo unos pocos militares intactos de la carnicería. Los desertores huyeron, no queriendo quedarse y ver la extinción de la Tierra.

Pero luego vino lo peor, mucho peor que cualquier cosa antes.
De hecho, había una fuente de agua que no había sido tocada.
Tengo tanta suerte de haberme dado cuenta antes que nadie en mi ciudad.

Era sangre.

La sangre, que es más del 90% de agua, era el único líquido que quedaba para beber.

Y así lo hicieron algunos.

Al principio, no lo creí. Fue demasiado horrible.

Aquellos que no pudieron migrar a algún país no afectado empezaron con los animales. Los desesperados bebían sangre de gatos, perros, mascotas y animales salvajes de todo tipo. Muchos ofrecieron muy poca sangre para tener algún valor. La situación empeoró por el hecho de que por alguna razón estos empezaron a desaparecer, algunos expertos de Colombia sugirieron que fue debido a que el nuevo planeta se los había llevado, dejando poco l nada.

Entonces supe que los humanos eran la única otra opción.

Lo vi por primera vez hace un par de horas.

Un hombre, posiblemente un político viejo, gritaba por ayuda, diciendo cómo habían masacrado a su familia, como los policías habían perdido la cabeza y lo estaban destruyendo todo. Estuve a punto de abrir la puerta, pero de sólo pensar que podría ser uno de los que apoyaba la conquista de Latinoamérica me hacía detenerme, porque aunque no lo pareciera esos gobiernos nos estaban ayudando. Los llamaban cultivadores de agua, eran hombres y mujeres con entrenamiento militar cuya misión era llevar cargamentos de agua a la mayor cantidad de países, pero México fue estúpidamente influenciado por Estados Unidos y en vez de agradecer la generosidad de los países no afectados acabaron masacrando a las personas que traían el agua y suministros, dejándonos en la lista negra de Argentina, Ecuador, Venezuela, Chile y Bután.

Fue tan estúpido, ellos sólo querían ayudar.

Y ahí fue cuando lo ví, tres personas, dos hombres y una mujer, saltaron de la sombra de un árbol cercano. El pobre bastardo no tenía ninguna posibilidad. Saltaron sobre él, frenéticos por su deshidratación, y lo atacaron con herramientas improvisadas. Fue el espectáculo más aterrador de toda mi vida. Uno de los hombres tenía un bate con clavos en la punta y se dispuso a golpear las articulaciones del hombre, una por una. Grieta. Grieta. Grieta. Me vomitaba bilis cada vez que el martillo golpeaba el hueso, tan repugnante era el crujido. El otro tenía una azada de jardinería. Se cernió sobre el anciano, bajando el arma improvisada una, dos veces. La herramienta cortó los tobillos del hombre como un cuchillo atraviesa un filete.

La metáfora me hizo vomitar. Después de hacerlo, miré hacia atrás, aunque sólo fuera para satisfacer mi propio horror creciente.

Oh, como desearía no haberlo hecho.

La mujer, que estaba desarmada a excepción de sus uñas afiladas, se había sentado a horcajadas sobre el pecho del hombre. Sus manos estaban extendidas sobre el rostro del hombre que gritaba mientras sus propios compañeros lo masacraban. Luego, incluso mientras yo miraba, clavó sus pulgares en sus ojos. Aulló como nada que yo hubiera escuchado antes. Cavó más fuerte, empujando hacia adentro y hacia afuera simultáneamente. Cuando los sacaron, la sangre y un líquido aún menos perceptible salpicó por toda ella. Ella los agarró y se los comió como frutas. Podía escuchar los sonidos de masticación desde mi puerta, luego le apuñaló la garganta y como un vampiro empezó a beber de allí, con la tráquea rota y gorgoteando, él seguía vivo. Se inclinaron para consumir la preciosa sangre y yo me di la vuelta.

Ellos saben lo qué hacen, saben que está mal, saben que en el caso de que vengan cultivadores del agua no se los van a llevar, lo saben y aún así no hacen nada para lucir arrepentidos, por eso yo y otros más nos manteníamos tranquilos y serenos, intentando ser lo mejor posible, para evitar la pérdida de la posibilidad de ir a Latinoamérica o a algún país no afectado.

Quizás...

Quizás pueda ir...

Han pasado otras seis horas. Realmente puedo sentir la deshidratación ahora. Mi lengua se siente entumecida y mi piel se siente como papel de lija. Intenté comer un poco y casi me ahogo, sin saliva para humedecer mi garganta. Ahora tengo hambre y sed. Ni siquiera sé por qué sigo escribiendo esto. Quizás sea algo para ocuparme durante las últimas horas de la humanidad. Tal vez tenga alguna esperanza de que se encuentre una solución y alguien en el futuro lea esto y recuerde cómo era. Quizás solo estoy delirando.

Es cada vez peor. Respiro con dificultad y me siento cada vez más letárgico. Esta habitación se siente como una sauna. Casi puedo ver las olas de calor rebotando por la habitación, volviéndose cada vez más intensas hasta que estoy literalmente cocinado vivo.

Tengo mucha sed.

Sea lo que sea ese jodido planeta, nos va a extinguir a todos.

Tan sediento. Está oscuro y he perdido el arma. La visión casi se ha ido.

Tan sediento.

Hay nuevas noticias.

El planeta ambulante se está acercando a nuestra órbita, humanos han estado desapareciendo en todo el mundo, el planeta ambulante se los lleva.

Me estoy volviendo loco. Estoy muriendo y no puedo hacer nada al respecto. Espera, ¿qué es eso? Alguien está llamando a la puerta. Quieren que los dejen entrar. Dicen que estamos en la lista negra de todos los países no afectados.

No es posible, no es posible, no es posible, no es posible, no es posible, no es posible,no es posible, no es posible, no es posible, no es posible, no es posible, no es posible,no es posible, no es posible, no es posible,no es posible, no es posible, no es posible,no es posible, no es posible, no es posible.

Tanta esperanza perdida, ya no queda nada...nada.

Lo arruinaron todo.

Tengo tanta sed...
¿Debería? No lo sé.

Quizás iré a tomar una copa. Tengo mucha sed.

Después de todo...ya no tengo nada que perder.

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