09: Diez horas para el día final
*Narrador omnisciente*
Diez
El hombre que lo empuja al piso comienza a patearlo, estaba tan furioso.
—No me gusta que tengas amigos—Grita furioso Dermot—Debo ser el único en tu corazón, en tu vida.
—Nunca vas a estar ahí—Dice adolorido el ojiazul—Nunca te voy a querer, eres un maldito desgraciado.
—Y tampoco me gusta el que me engañaras fingiendo perdida de memoria
—Era mejor a que me siguieras haciendo esto.
—Me contuve por mucho tiempo.
Lo jala del brazo para levantarlo, lo empuja a la cama, se acuesta encima de él.
—Algún día te llegará el karma.
—Eso no va a suceder—Acaricia su mejilla—Porque tengo todo el dinero del mundo, soy intocable.
—Eres un simple ser humano—Lo mira con rencor—Sientes dolor al igual que todos, tu día llegará, tarde o temprano todo se paga.
—Escuchame bien—Comienza a atar sus manos—Aunque llores, corras, te escondas, intentes acabar con tu vida, siempre volverás a mi.
—Al menos me alegra haber podido verte la cara de imbécil estos últimos días.
—Y saber que tuve que actuar gentil contigo.
Nadie se burlaba de él, eso se lo dejaría muy en claro el día de hoy.
•••
La camioneta se detiene cerca de una bodega abandonada, después de asegurarse que no había nadie, bajan del vehículo.
—¿Qué te pareció Asher?—Pregunta Matt comenzando a fumar.
—Tiene esa mirada que pide a gritos auxilio—Responde Bastián mirando a lo lejos otro carro acercarse—Creo tiene potencial, además nos falta alguien que no tenga miedo si comienzan a volar balas.
Lo malo de ser catalogado como la oveja negra, es que terminas tomando enserio lo que dicen, la prueba eran las más de dieciséis cajas llenas de armas en la parte trasera de la camioneta.
Ahora de verdad se habían convertido en criminales, porque cada persona es dueña de su propio futuro.
Estaban quienes era maltratados, humillados, inculpados y simplemente querían hacer del mundo un lugar mejor.
Como también estaban, quienes fueron corrompidos al grado de querer destruir todo a su paso, le perdieron miedo a morir, simplemente vivían para demostrar su poder.
El carro se detiene frente a ellos, un hombre alto, de complexión un poco gruesa pero con músculos bien definidos que se podían notar por traje negro, sus pasos eran elegantes, su edad no pasaba de los 35, cabello castaño, ojos oscuros como la misma noche, semblante frío, cualquiera le tendrían miedo pero ahí estaban ellos justo en la boca del lobo.
—En esta parte sur de la ciudad perdimos a nuestro proveedor—Comienza a hablar mientras dos hombres lo acompañan—Terminó siendo comida para gato.
—¿En el sentido metafórico?—Pregunta Nathan ganándose un golpe de parte de Bastián.
—No—Responde serio—A Yaratık le encanta domesticar felinos salvaje.
—La mercancía está aquí.
Abre la parte trasera de la camioneta, el hombre misterioso comienza a abrir una de ellas, carga una de las armas, le dispara a la puerta de la bodega, sonríe de lado.
—Blut es generoso con sus colaboradores—Les dice con una sonrisa—Todo lo que deseen lo pueden tener, pero valoramos la lealtad y sobre todo no soportamos los soplones.
—Les digo que siempre he querido tener—Vuelve a hablar el rubio—Un conejo.
—Tengo una pregunta.
—Si es sobre el pago, ya les dije que sería lo mínimo. Pero les están concediendo la oportunidad de robar a su gusto sin que la policía interfiera, tenemos a esos perros domesticados.
—Y lo agradecemos—Dice Matt mirándolo—Si por x razón deseo que alejen a cierto mafioso, ¿lo mantendrían a raya?
—Si esta en la lista negra de Yaratık si.
—¿Y si le digo que es uno de sus propios "colaboradores"?
—Tenemos reglas estrictas, si se trata de una situación que a Yaratik no le agrede, probablemente si acepte mantenerlo a raya. Pero el precio a pagar será mayor—Observa las armas como si estuviera en una jugueteria—Cargen las cajas a la camioneta—Les ordena a quienes lo acompañan—¿De quién se trata?
—No escuche con exactitud su nombre, pero creo que se apellida Rodhes.
—Investigaré si ha hecho algo que moleste a Yaratik—Se dirige a su auto—Nos seguiremos viendo, quiero un cargamento de esas armas dos veces al mes.
—Perfecto.
El tenebroso mafioso se sube a su auto, observa al conductor unos segundos.
—¿Qué sabes de Dermot? No ha pasado ni un dólar a Blut.
—Escuche que ha estado vendiendo a un chico a unos millonarios, se queda con las ganancias.
—¿Dempsey? O tal vez ¿Eiding?—Eran clientes importantes en uno de sus negocios que no habían ido en meses.
—Si, ellos están entre sus clientes.
—Bien, ¿Y porque no me lo habías dicho?
—Jefe, pensé que no era importante.
—¿Importante?—Saca su arma, le dispara en la cabeza—Ese maldito hijo de perra se está robando mis clientes y NO es importante.
Nueve
La cama se movía con violencia, las lágrimas en los ojos del adolescente habían mojado la almohada donde tenía escondida la cara, con cada movimiento sentía que lo rompería en cualquier momento.
La cuerda que había usado, sentía que ardía en sus muñecas, más por las cicatrices que tenía de antes, su ojo izquierdo estaba morado, tenía el labio roto, diversos golpes en el abdomen, hasta en la espalda.
—Ves, que bien se siente.
Asco, eso era lo único en su estómago en ese momento, nadie escuchaba sus gritos de ayuda, nadie se iba a preocupar por su vida.
¿Porque?
¿Por que vivía en una ciudad donde la policía se tomaba a broma sus palabras? Tal vez en parte era por la corrupción, todo ahora estaba marcado.
Todas las veces que busco ayuda, que fue a la policía a denunciar, solamente se burlaban, como si a un hombre no le pudiera suceder.
Pero todo era mentira, todos los seres humanos lloran, de felicidad o de dolor, pero lo hacen, todos llegan en algún momento a un punto de quiebre.
Nadie está exento de sufrir, pero parecía que la policía de esa ciudad no estaba lista para esa conversación, por que siempre lo humillaron, restandole importancia a un delito como lo es la prostitución de menores de edad.
En ese momento, hubiera deseado una luz de esperanza para sobrellevar ese vacío en su corazón.
Ocho
—Espero que con eso aprendieras la lección—Dice Dermot dándole una nalgada.
—Vete al infierno.
—Lo siguiente a corregir—Presiona con fuerza sus dedos en la mejilla—Es esa boquita mal hablada tuya.
—Te apesta el aliento a cebolla—Hace una mueca de asco—Y sabes que, creo que por más que lo hagas, no siento nada, tal vez sea por el tamaño—Enseña su dedo meñique—Cierto, es más grande mi dedo.
Un golpe llega de nuevo a su rostro, cae sobre el mismo colchón, el de cabello azabache se levanta enojado mientras busca su ropa.
—¿Herí tu pequeño ego?
—¿Sabes cual será tu premio?
—Vas a desaparecer de mi vida.
—Te iras a vivir conmigo—Dice decidido, el castaño niega—Y hoy vendrá tu último cliente, porque apartar de mañana serás solamente de mi propiedad.
—Prefiero morir a que eso suceda.
—Adelante, matate—Lo anima—Nadie notaria tu ausencia.
Seis
Dermot se encontraba con Iliana afinando detalles, mientras que Asher intentaba escuchar la conversación desde la grada más alta de la casa.
—¿Lo quieres para vivir contigo desde mañana?
—Si—Dice con una sonrisa—Es hora de poder tener a mi linda mascota solo para mi, así que pon el precio que quieras.
—Diez mil dólares.
—Ocho mil dólares.
—Esta bien—La mujer sonríe como si acaba de realizar una gran hazaña—Mañana mismo será todo suyo.
La vida del adolescente acabaría realmente, si era vendido, si estaba encerrado en ese mansión, ya no podría salir jamás.
Estaba tan cansado de luchar, de poner resistencia, sus fuerzas a ese punto eran casi nulas.
Cinco
Un último intento, al menos quería poder despedirse, ahora estaba más seguro de su decisión final.
Desde la computadora, ya que su celular fue raptado hace poco por su madre, decide escribirle por Messenger un mensaje a Saúl.
Si, habían terminado mal, pero en algún momento fueron amigos, en algún se amaron tanto como un par de adolescentes podían hacerlo.
Hola, me sorprende que no me bloquearas por aquí todavía.
Solamente quiero que sepas que...
Te amo, siempre lo haré, eres el único recuerdo hermoso que tendré, terminamos mal. Pero no dudes por un segundo mi amor hacia ti, te lo suplico.
Cuando mires el mar, recuerdame. Espero que logres cumplir todos tus sueños.
Los míos están destruidos ahora, no queda ni un solo motivo para continuar.
Lamento haberte fallado, nunca hubiera sido mi intención, eras lo único real en mi vida de mierda.
Después de darle enviar, espera unos segundos, podía observar que estaba conectado, se inclina hacia delante en su silla al observar que dice "Escribiendo".
No me vuelvas a escribir. Olvidé bloquearte pero gracias por recordarmelo.
Y me importa muy poco lo que te pase. Por mi puedes morirte, si quieres.
—
Muy pronto—Susurra a la pantalla al observar el mensaje—Nadie me extrañaría.
Dos
Su madre lo estaba obligando a empacar, claro que comenzó a hacerlo, necesitaba disimular el plan que tenía en mente.
—¿Y esto?—Dice observando unas fotografías donde Asher estaba junto a Saúl, a diferencia de su actual yo, en la imagen se veía tan feliz—No las necesitarás.
—Devuélveme eso—Dice rápidamente intentando arrebatarlo de su mano.
—No las necesitarás—Las rompe—Ni tampoco esto—Termina destrozando todo lo de valor del ojiazul—Tendrás una vida mejor junto a Dermot.
—No puedo creer que de verdad seas mi madre, permitir tanto daño, la muerte es lo mínimo que te mereces.
—No tienes el valor para matarme—Dice desafiante—Nunca podrías acabar con mi vida.
—Tal vez, pero no debo ser yo quien se ensucie las manos.
—Deja de decir tonterías—Camina a la puerta—Mantendré la puerta con seguro, para que no escapes.
Uno
Pasos fuertes en la escaleras, sabía lo que significaba, su momento había llegado, sin importar si se rompe otro espejo, cuando el viejo corpulento entra a su habitación.
Logra clavarle un pedazo de vidrio en el brazo para después salir corriendo, escucha los gritos de su madre pero los ignora, no quería detenerse.
Solamente corría por las calles, sin detenerse, hasta que llegado a un punto desacelera su paso.
*Narra Asher*
Siempre pensé en el poder que tenían las palabras, las consecuencias que desataban el ignorar a una persona que gritaba por ayuda. Muchas veces era algo aparentemente normal, una conversación que se deja para después, una verdad que es tomada con burla, un mensaje que es dejado en visto, unos pocos insultos, traiciones de las personas que quieres.
Porque mi sufrimiento es estar solo como el viento, es saber que sí grite y nadie me va a escuchar, no se podía reparar una pieza de cerámica rota, siempre iba a existir un pequeño trozo perdido.
Una parte de mi tenia la esperanza de que todo podía mejorar, pero el mundo era cruel, no tenia amigos, ni mas familiares, la policía era inútil, mi única forma de ser libre estaba frente a mis ojos.
—Puedo hacer esto—Me animo a mi mismo.
Con cuidado paso una pierna por la baranda, apoyo el pie izquierdo en el pequeño muro de cemento, paso mi pierna derecha, me sostengo con ambas manos del frío metal, el viento golpea mi cara.
Me permito observar hacia abajo, el río se veía tan lejano, inhalo una vez mas, solo un paso y podre tener mi final feliz. Mi libertad, siento nublado los ojos por las lagrimas contenidas.
Al fin tendría tranquilidad, esa presión en el pecho desaparecía, los golpes, gritos, súplicas, todo se esparciría como ceniza con el viento, estaba tan cerca.
¿Entonces por que estoy dudando? ¿Por qué estoy esperando una razón para vivir? ¿Por qué siento la necesidad de luchar, de hacer justicia? ¿Acaso estoy esperando una señal de que puedo construir una vida nueva?
Todos mis sueños estaban rotos, cada fragmento se quebró, entonces el único recuerdo bueno que tengo de estos meses aparece en mi mente, la calidez que sentí en el corazón cuando conocí a los amigos de Matt, por primera vez en mucho tiempo me sentí en una familia, la idea de mi nuevo amigo ya no me parecía tan estúpida.
¿Vivir o morir?
Solo yo tenia la respuesta a esa pregunta, no le iba a dar la satisfacción a Dermot de saber que me había destrozado, de saber que había matado todas mis esperanzas. Quería tener una familia, un lugar donde no importara el pasado.
—Las mejores personas están locas—Siento el brazo de Matt pasar por mis hombros de manera casual, señala el mapa en la mesa—Y esta es nuestra idea millonaria.
—¿No sería casi como un suicidio?—Pregunto mirando tantos puntos y líneas.
—Elegir vivir o morir—Bastián se encoge de hombros—Somos dueños de nuestros actos, cada uno de nosotros solo busca una salida y esta deja mucho dinero.
—Y agujeros en tu cuerpo.
—No, si sabes esquivar balas—Dice Beth para después guiñar el ojo—Es simplemente un robo a una joyería, ¿Que puede malir sal?
—Ya algo salio mal—Digo riendo bajo los efectos del alcohol—Pensé que nadie podía robar en territorio de Blut.
—Yo digo que barrio no debería matar barrio—Dice Nathan arrastrando las palabras.
—Me encargue de eso—Habla Bastián—Nos reuniremos con uno de alto rango, para darles una mercancía que les conviene, armas.
—¿De donde sacaron ?
—Haces muchas preguntas—Gruño al sentir que me desordenan el cabello—¿Quieres hacer una estupidez grupal? Puedes ser quien esquive las balas o quien lleve el arma.
Agrando los ojos, ese día hable de más, carajo, lo que me lleva a otro punto. Hoy se iban a reunir con esa persona.
Agradezco recordar mi momento de cuando estaba borracho, debería confirmar si de verdad sucedió o es un espejismo que me esta distrayendo de mi objetivo.
Pero fuera como sea, el escapar, robar, no era mala idea. Después de todo no me queda nada que perder, tampoco quiero darle el gusto a Dermot de saber que me destruyó por completo.
Y esa fue la ultima noche que me permití llorar, porque esa noche murió una parte de mi, llore por mi propia muerte, todo quedaba enterrado, a partir de mañana seria una nueva persona.
Al mirar hacia abajo, solo sentí un vacío en el estómago, no era el momento, aun no, vuelvo a la parte segura, cuando mis pies tocan el asfalto el aire se siente menos pesado.
—Adiós, Asher—Digo mirando con nostalgia el puente
Nadie, absolutamente nadie volvería a hacerme daño sin obtener una consecuencia, nadie volvería a ver mis miedos. Porque a partir de ahora mi pasado ya no existía.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top