Mi cielo
-Ya, ya cariño ya no llores, ¿Quieres comer? A ver ¿Quién tiene hambre? Vamos a la cocina por un biberón para ti y por un vaso de agua para papi- si... La paternidad no suele ser un cuento de hadas, mucho menos para alguien que jamás se planteó con seriedad ejercer tal labor y aún más con un hueco en el corazón, hueco que ha jurado llenar con el amor que le regalará gustoso a la pequeña que alimenta en sus brazos, ¿Uno o dos? Tal vez cuatro o cinco, no sabe cuántos días han pasado desde que su hermana partió de su lado, días que ha estado en vela cuidando de su ahora hija, ¿Cómo llegó a esto? Por una promesa de amor, un amor fraternal lleno de dolor. Su pequeña es muy hermosa, le recuerda a Lori cuando veían las fotografías familiares -ay Lori estoy seguro que hubieras hecho un mejor trabajo, sólo cuando tú la cargaste durmió como un angelito, la fórmula de Lisa parece funcionar pero creo que la leche materna es mucho mejor para los bebés, hay tantas cosas que no te pude decir, tú eres mi heroína, eras mi ejemplo a seguir y por favor espero que desde el cielo cuides a esta pequeña, no hay nadie en quien confíe más que en su mamá- lágrimas de tristeza caen sin cesar desde los ojos de Lincoln -no llores, ¡No llores! Podrías manchar a tu hija con tus lágrimas, aún no abres tus ojitos Loan pero estoy seguro que serán igual de hermosos que los de tu madre- ante los ojos de Lincoln su hija es de cristal, es pequeña y muy bonita, su piel suave como la seda y sus cabellos dorados la hacen resaltar por cualquier lugar en el que esté pero hay un problema pues la pequeña no ha dejado de llorar desde que nació, todos especulan sobre ella al ser la tercera bebé en su familia pero a los ojos de Lincoln ella extraña a su madre, desde que inició el funeral se lamenta en silencio culpandose a sí mismo por la muerte de su hermana -no sabes cuánto quisiera cambiar mi lugar contigo Lori, yo no tenía nada, un estúpido con un trabajo de mediano éxito, sólo y sin nada por lo que luchar, la muerte debió llevarse a este tonto antes que a una madre hermosa capaz de todo por los que ama, es imposible que alguien como tú se haya ido, a veces me pregunto qué harías si estuvieras aquí, de seguro levantarías los ánimos de toda la familia, me darías una bofetada y arreglarías este desastre... Lori... Te extraño... Extraño tus abrazos, tus cálidos regaños y tus lindas charlas con Loan... Lori... Hermana te extraño... Ayúdame... No creo poder con esto yo solo, desde Leni hasta Lily, todas tienen sus propios problemas, tienen sus vidas y nuestros padres no pueden cargar conmigo y con Loan como si fuéramos su responsabilidad... ¿Qué hago Lori?
-Podríamos empezar por amar su mayor tesoro... Lo haces mal- un pequeño gesto materno hizo que Loan bebiera más rápido del biberón -los bebés no pueden sentarse y ella se mueve mucho.
-Gracias Luan... Soy terrible, no soy un buen médico, tampoco un hermano y mucho menos un padre, solo soy un niño cuidando de una bebé, quiero llorar todos los días, fue mi culpa que Lori muriera y también que mi bebé naciera con el odio de nuestros padres, Luan... Si yo llegara a faltar...- si, Luan no resistió a darle un puñetazo a su hermano en la cara haciéndole guardar silencio a punta de golpes.
-¡Eres un estúpido! Yo no me haré cargo de ella, Loan es tu responsabilidad desde el día en que nació, no, desde el día en que supiste que ella vendría al mundo, ahora tienes una personita que necesita de ti, tendrás que entregarte a ella en cuerpo y alma. Cuando Leonore nació me sentí igual que tú pero cuando abrió sus ojitos, cuando me dijo "mamá"... Esos son los momentos más bellos que como padres podemos vivir, si, tal vez tú tuviste algo de culpa en la muerte de Lori pero vé en Loan aquello que no pudiste proteger... Dime... ¿La dejarás morir sola otra vez?- no, Lincoln no podía darse por vencido, una bebé dependía ciegamente de él, desde respirar Loan necesita de sus cuidados pero es cierto, Lincoln no puede con todo el peso por sí solo.
-Tienes razón Luan, no podría llamarme Lincoln Loud si no cuido de mi niña- tal vez el primer paso de muchos pero por primera vez Lincoln se detuvo un momento para apreciar a su hija -tú eres la rosa blanca más bella de todo el mundo, tú eres la bebita más preciosa y perfecta del planeta, tu madre es la persona más fuerte que ha existido y como su hija sé que serás capaz de ayudarme a andar sin ella, sin nuestro Edén mi niña, cuando crezcas te contaré millones de historia chistosas de mami, mi vida está en peligro de extinción pero tú eres la cura de todos mis males, lamento no poder estar completamente contigo ahora pero prometo por mi vida que ante la ley serás una Loud, estarás con nosotros siendo la niña más feliz del mundo y serás mucho más fuerte de lo que fue tu mamá¡Porque tú eres una Loud! ¡TÚ ERES LOAN LORI LOUD! Mi preciosa y regordeta hija- eso era todo lo que Luan quería, un gesto paternal sincero de parte de Lincoln, besos llenaron el rostro de la bebé, los besos de su padre llenos de amor y orgullo fueron capaces de tranquilizarla.
-Wow es la primera vez Linc.
-¿La primera vez?
-Si, es la primera vez que actúas como un papá y no como su padre.
-Me temo que no te entiendo Luan.
-Lo harás en unas semanas hermanito- una madre como ella era capaz de comprender los sentimientos de ineptitud que a veces pueden sentir los padres, esos pequeños errores que lastiman a los hijos por culpa de sus inexpertos progenitores -te ayudaré estos días así que no te preocupes Linc, por cierto ¿Hace cuánto que no duermes?
-No he dormido desde hace que Lori murió, a veces duermo por ratos pero no me gusta dejar a Loan sin supervisión.
-Así que eso pasa, trata de descansar de camino a la funeraria, ¿De acuerdo? Lucy dijo que su amiga enviará un auto por nosotros.
-Agradécele a Haiku de mi parte Luan.
-¿Por qué sigues enojado con ella? Yo creo...
-Hermana lo que menos necesito ahora es una pareja.
-Pero ese día en el hospital los dos se veían muy lindos.
-Gracias pero ella no es de fiar, he confiando muchas veces en Haiku y siempre se va cuando hay problemas.
-Bueno, ella aún no se ha ido.
-Lo hará hermana, me sorprende que aún siga con nosotros pero créeme que lo hará- no, ni él mismo piensa eso, él confía, quiere confiar en que esta vez Haiku se quedará a su lado, cree que por fin podría hacer que ella esté con él sosteniendo sus manos mutuamente frente a los problemas pero a veces la responsabilidad es mayor a nuestros deseos y ahora sus deseos deben ser dejados de lado por algo mucho más importante -como sea iré a darle a Loan un baño y después a dormir ¿O no mi vida? ¿Quién es la princesa de la casa? Tú, eres tú mi amor- claro que sin importar el dolor de su corazón los mimos y el cariño hacia su ahora hija debían de ser los mejores -regreso en unos minutos Luan, gracias por el apoyo ¿Y dónde está Leonore?
-Está con su papá, no quería que viera esto, después intentaré explicarle lo mejor posible sobre lo que le sucedió a su tía.
-Trata de ser cuidadosa, ella es muy pequeña para entender ese dolor.
-Creo que tú deberías de seguir tus propios consejos hermano- la tristeza se ha vuelto el pan de cada día para su familia, con un dulce beso en la mejilla de su hermano le deja en claro que cuenta con ella -cuida de mi sobrina Linc sé que harás un buen trabajo- puede que no lo note pero su hermano se encuentra destrozado por la partida de Lori -ay hermana, ¿Qué hubieras hecho tú en mi lugar?- se preguntó Luan llorando en silencio.
-De seguro habría hecho algo muy inteligente- dijeron desde las sombras de la sala.
-Lo sé Lucy.
-Pero saberlo no hará nada, lamento decirlo pero justo ahora el funeral de Lori es lo menos importante.
-Lo sé pero aún no puedo asimilarlo.
-Yo tampoco, aún me pregunto por qué no abracé más veces a Lori ¿Recuerdas cuando peleábamos en este mismo cuarto?, ¿O cuando la dejaban a cargo de cuidarnos e hicimos una revuelta en su contra? Quisiera dejar de llorar por ella pero sigo siendo una niña en cuanto a dolor se trata, aún sigo fingiendo que no me duele pero cada vez que veo a esa bebé es más difícil no pensar en Lori.
-Ya no llores Lucy, créeme que sea dónde sea que ella esté se encuentra agradecida contigo por amarla cuando más te necesitó, si eso no es amor no sé que lo sea.
-Muchas gracias Luan- de repente su plática se vio interrumpida por el llamado de la puerta desde fuera, Lucy fue quien abrió encontrándose con su mejor amiga -hola Haiku- le saluda todavía con una pequeña sonrisa.
-Hola Lucy ¿Puedo pasar?
-Tu pregunta me ofende, de hecho me siento mal por lo que estás haciendo.
-No pasa nada, después de todo era lo menos que podía hacer por Linc y su pequeña ¿Puedo preguntar dónde se encuentran?
-Lincoln está bañando a Loan, no le quita los ojos de encima desde que nació.
-Comprendo- dentro de casa Haiku se pregunta la razón por la que aún le cuesta tanto trabajo entrar, lo hizo en el pasado como amiga de Lucy y compañera de Lincoln, aunque quisiera no se siente con la libertad de andar tranquila por aquella casa, sus nervios la traicionan y más aún su amiga.
-¿Entonces aún extrañas a Lincoln?
-¿Tanto se nota?
-Cuando se trata de él eres un libro abierto Haiku, te sucede desde que éramos niñas ¿Por qué terminaron mal la última vez?
-Por mí como siempre, después del problema en la universidad me alejé por miedo...
-¿Miedo por lo que te podría pasar?
-¡¿Qué?! ¡No! Miedo por lo que mis acciones le podrían causar a él, tenía un gran futuro adelante y aquella vez fue la pauta para su futuro.
-Creo que entiendo ¿Y le has explicado? ¿Alguna vez trataste de hablar con él sobre eso?
-No, me dió miedo ver su odio pero cuando nos reencontramos... Le pedí una cita sin pensar y él accedió. El vino, la cena y aquella noche... Por Dios Lucy todo fue perfecto, cuando desperté le hice el desayuno y me recosté sobre él como siempre había querido, sentí que esa vez de verdad podríamos avanzar con firmeza nuestra relación pero después sucedió lo de Lori y perdimos contacto, estuve al margen pero no como quisiera, siempre que intentaba él me alejaba y por eso quiero darle el cariño que he guardado por este tiempo y la mejor manera que encontré de hacerlo fue a través de Loan.
-Haiku...
-No Lucy esta vez es verdad, en serio me quedaré con Lincoln hasta el fin o hasta que él me quiera fuera de su vida por completo pero por favor acudo al acuerdo de amigas una última vez ¿Puedes Lucy? Ayúdame una vez más.
-Ayúdale Lucy- Luan nunca se fue pero escuchó la conversación en silencio prestando completa atención -no sé lo que haya pasado aquella vez pero recuerdo el tumulto que se generó en casa por aquellos días ¿De verdad pensaste que lo estabas protegiendo?
-Si y lo volvería a hacer si eso ayuda a Lincoln.
-No puedo negarte que no le ayudó pero recuerdo que él te seguía necesitando.
-Aquella noche lloré tanto que me enfermé...
-Y antes pasó lo de tu...
-Si... La falsa alarma...
-Haiku yo soy de las últimas personas que confiaría en ti pero hace unas semanas pude hablar con Lori y una de esas conversaciones fue sobre ti precisamente y por alguna razón ella depositó toda su confianza en ti, no sé porqué pero lo hizo y si alguien como ella pensaba eso quisiera hacer lo correcto y darte mi apoyo en su nombre pero antes contestame: ¿Estás dispuesta a acompañar a Lincoln tal y como dices?
-Si, claro que sí, si Lincoln me lo permite estaré con él todo lo que mi cariño me lo permita.
-Ya lo veremos Haiku- Luan no era tonta, sabía los problemas que podría traer pero también confiaba en el juicio de Lori, a diferencia de Lincoln el dolor no la ciega y cree que tal vez alguien como ella podría darle a su hermano el apoyo que necesita -puedes ir a mi cuarto, mi hija y Lindsey están ocupando el de Lincoln y aunque no se encuentran quisiera dejarles su propio espacio.
-Sé que sonará estúpido pero, ¿Dónde quedaba tu cuarto?
-Tch, sígueme y no hagas ningún ruido- Haiku se levantó de su asiento enseguida pero al hacerlo sorprendió a Luan quien no podía creer lo que estaba viendo.
-Wow- exclamó sorprendida Luan -¿Eso es...?
-Un pequeño presente para alguien muy especial.
-Tú si que estás loca- afirmó Lucy.
-Cállate Lucy- al igual que un tipo extraño de Santa Claus una gran mochila redonda va en la espalda de Haiku quien después de subir las escaleras y entrar a una de las habitaciones se sienta en completo silencio esperando muy nerviosa.
-Sólo recuerda, has lo correcto.
-Si... Prometo hacerlo...- por supuesto que muere de nervios al estar en aquella habitación, su pierna se mueve de arriba a abajo en un minúsculo y repetido movimiento. Mientras en el baño Lincoln se encuentra secando a su pequeña haciendo algo que Lori solía hacer con él en las noches de tormenta.
-El mundo es cruel...
Hermoso a la vez...
Igual que la realidad...
A ver cariño ya estás limpia y feliz. ¿Qué color quieres usar hoy? Diría que el anaranjado va perfecto contigo amor ¡Uy pero me olvidé del morado! ¿Tú cuál escoges?- Loan descansaba sobre una suave toalla de baño completamente inmóvil por supuesto -¡Claro! El amarillo va más contigo mi amor ¡Rayos! Olvidé los pañales en el cuarto, perdona a tu bobo padre- al igual que un pequeño rollo de sushi Loan termina envuelta en su toalla de baño, Lincoln sale a paso veloz hacia la habitación para que el frío no le dé a su bebé, cuando entra cierra la puerta detrás de él -rayos tengo que cuidar estos detalles, ¿Ahora dónde dejé esos pañales? Hacer cosas es más difícil mientras cargo un bebé pero eso no importa amor porque papi hará esto y mucho más por ti- y como caído del cielo un pañal llegó a su mano -gracias... Espera...
-Sigues siendo tan tierno...- esas palabras, ese tono de voz y la figura, no cabía duda alguna.
-¿Haiku?
-La misma en persona.
-¿Qué haces aquí?
-Tranquilo Linc dije que estaría contigo ¿No es así?
-Debes de entender que para mí es muy difícil creerte.
-Lo sé y por eso mis acciones hablarán por mí...-la calidez de Haiku siempre ha sido la debilidad de Lincoln, un pequeño toque en su mano y un beso en la mejilla de Loan le hicieron olvidar por un segundo sus penurias -¿Me dejarías darte una mano?
-No...
-Vamos Linc puede que no lo parezca pero sé cuidar niños, aprendí durante mis prácticas profesionales, de hecho esos pañales aunque caros no son los recomendados para recién nacidos.
-¿En serio? Y yo compré como cien de ellos.
-Jajaja no pasa nada, traje un par de cosas para esta lindura- dijo refiriéndose obviamente a Loan -los "dulces sueños" son los mejores para bebés con días de nacidos ¿Me dejarías mostrarte?
-Si... Pero que conste que lo hago por Loan.
-Por supuesto... Paletita.
-¡Haiku! Te dije que no me llames así.
-Jajaja no te preocupes veo que alguien más merece ese apodo mejor que tú- ¿Cuándo pasó? Ni él mismo lo supo pero de un momento a otro Haiku sostenía con suavidad a Loan en sus gentiles brazos -¿No crees? "Nueva paletita".
-A veces olvido que eres tierna cuando te lo propones.
-Lo soy con las personas que lo merecen. ¡Bien! Ahora hay que vestir a esta señorita- aunque muy lento Haiku vistió a Loan de una manera muy tierna, primero le colocó con mucho cuidado su pequeño pañal, después le puso una pequeña playera térmica para conservar el calor, calcetines miniatura, un pequeño mameluco, un suéter, un par de guantes en círculo y un pantalón muy pequeño vistieron por completo a la bebé que con ojos cerrados se estaba quedando dormida -¿Ya comió Linc?
-Si, lo hizo antes del baño.
-Que bueno porque eso es algo que no sé hacer.
-¿Para qué son los guantes?- preguntó Lincoln jugando con las manitas de su hija.
-De vez en cuando las personas olvidan cortarle las uñas a los bebés, sus uñas crecen muy rápido y a veces al pasarse las manos por la cara se rasguñan así que los guantes lo evitan, son de seda y el estambre que los sostiene está acolchado con algodón, Loan no sentirá nada de nada en sus manitas- Lincoln la observa con tranquilidad, él no sabía eso de los bebés pues nunca le importó en el pasado y los cuidados básicos fueron olvidados con el fuerte trauma que acababa de vivir.
-Gracias por ayudarme- dijo Lincoln dando un gran y profundo suspiro.
-No, no agradezcas lo hice por ella... Oye... Es muy linda ¿De qué color crees que son sus ojos?
-De seguro iguales a los de su mamá, cuando Lori era bebé se veía exactamente igual a ella.
-Sé que no lo es pero... Es lindo.
-¿Qué cosa?
-En honor a Lori ella literalmente volvió a nacer y ahora tienes la oportunidad de cuidar de ella justo como lo hizo contigo, puedes regalarle el tiempo que no la tuviste, puedes amarla todo lo que te hizo falta y puedes regalarle la vida que le faltó por vivir- sin decir o hacer nada más que quitarle a Loan de las manos y recostándola en un pequeño corralito Lincoln se sienta detrás de la puerta llorando sobre sus manos.
-Stephanie... Me duele verlo... No cuidé a Lori lo suficiente además de ser su asesino... Y lo peor es que me la pueden arrebatar ¡Y no quiero!- los gritos insonoros de Lincoln llenan de dolor el corazón de Haiku quien inesperadamente comienza a llorar -Roberto está planeando cómo quitarme la custodia de mi bebé y no quiero... Haiku... Ayúdame... Sé que te lo he pedido muchas veces pero por una vez ayúdame...- ella ya no resiste verlo llorar, con mucho cuidado toma su mano obligándolo a levantarse del suelo -¿Haiku?
-Durante toda mi vida siempre busqué tener una noche perfecta y divertida... Sólo contigo he vivido aquello que muchas veces soñé, tal vez no sea la portadora de tu alegría.
-¿Por qué...? Tus consuelos siempre me abrazan como si fueran pétalos de rosas- pensaba Lincoln viendo a Haiku sentarse en la cama sin la mayor preocupación hasta que ella golpeteó su regazo con la punta de los dedos de su mano.
-¿Vas a hacer que te lo pida?- el rostro de aquella sombría y elegante mujer se torno de un magnífico y risueño rosa pastel -ven aquí- claro que tal acción dejó a Lincoln completamente idiotizado.
-¿Qué? ¡Oh! Claro, ya voy- la vergüenza en su rostro no pasó desapercibida por Haiku.
-Veo que todavía te gusta recostarte aquí Linc.
-No pero...
-Tranquilo te dije que todo lo que pase entre nosotros sería nuestro secretito.
-Haiku... ¿Por qué me cuesta tanto creer en ti?
-Por mi culpa, nadie tiene la culpa de tu dolor contra mí más que yo pero prometo hacer las cosas bien de ahora en adelante.
-Yo... Quiero creer en ti...
-Y me aseguraré de que eso pase, Lincoln quiero prometerte algo, cuando confíes en mí prometo darte un buen día.
-¿Qué estás planeando?
-¿Yo? Nada Linc... Sólo quiero que mi paletita sonría como siempre, yo me encargaré de eso.
-Mentirosa...
-Sh no hables, Loan está bien, ella duerme tranquila y tú debes de hacer lo mismo- ese amor, esas caricias en su cabello, nada era mentira, amor y calor humano genuinos envueltos en forma de una cálida siesta -duerme Linc, duerme y sueña con algo bonito.
-Yo... No puedo...
-Claro que puedes... Cierra los ojos y no digas nada, respira profundo y descansa, yo estaré aquí hasta que despiertes- con una gran elasticidad un beso de buenas noches silenció los dudosos labios de Lincoln.
-Odio cuando me robas besos...
-Lo amas y lo sabes paletita, duerme bien... Prometo no volver a besarte hasta que tú me robes uno a mí- y así por primera vez en días Lincoln tomó una bella siesta olvidando a Lori, a su familia y a sí mismo. Un pestañeo para él pero en realidad Lincoln se encontraba solo en una habitación completamente oscura inmersa en la densa noche.
-Oh dios no había dormido así en días... Espera... ¿Haiku? ¿Loan? ¡¿Loan?!- una horrible desesperación retumbó el terror en Lincoln, al encender las luces no había señales de la bebé y mucho menos de Haiku, las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos sin precedentes -¡Loan! ¡¿Dónde estás?!- gritó y sollozó como si Loan fuese a contestar, nunca en la vida había sentido el miedo que siente ahora, no sabe dónde está su hija, sale de la habitación corriendo escaleras abajo -¡¿Dónde está Loan?!- grita a toda su familia siendo interceptado por Lana gritándole:
-¡Cállate bruto! Loan está bien, Haiku la sacó cuando empezó a llorar para que durmieras, mamá le dió de comer y ahora está jugando con ella.
-¡Oh! Gracias al cielo, creí que algo le había pasado.
-Tranquilo hijo- con voz serena Rita llamó a Lincoln -tardamos cuatro horas pero por fin se calmó, nunca había visto a un bebé tan inquieto pero no pasa nada- Lincoln observó con mucho cuidado a Loan tratando de asegurarse que nada le haya pasado.
-Gracias mamá.
-No agradezcas hijo, mi nieta merece una abuelita que la ame tanto como a sus primas.
-Por cierto... ¿Y Haiku?- la pregunta incomodó a todos los presentes hasta que Lola fue la que decidió hablar.
-Verás Linc... Ella...
-No me digas... Ella se fue, debí haberlo sabido ¡Siempre se va! Cuando más quiero confiar en ella me da la espalda... Eso me pasa por pensar que alguien como ella podría quedarse.
-Lincoln- trató de llamarlo Leni.
-No hermana está bien ya me acostumbré a verla irse pero de verdad pensé que ella se quedaría a mi lado esta vez, de verdad quería creerle.
-Lincoln- esta vez Luna fue la que trató de interrumpirlo -¿Eso quiere decir que aún la quieres?
-No es tiempo para hablar de eso Luna, ¡Qué más da si la quiero! Ella seguirá huyendo de mí y más aún porque ahora tengo una hija...
-En realidad me estaba dando un baño- a sus espaldas Haiku llevaba puesta una bata de baño y una toalla envuelta a la cabeza.
-¿Haiku? Creí que te habías ido.
-¿Irme? Lincoln yo te prometí estar contigo en estos tiempos de penumbras, te quiero y que tengas una hija no te hace menos, de hecho es lindo ver a un padre soltero, es sexy.
-Wuuuu- dijeron todas sus hermanas al oír tales palabras.
-¿Y por qué el baño Haiku?- le preguntó Lincoln.
-Bueno... Cuando te dormiste te arropé en la cama y después fui a ver a Loan, ella estaba despierta y sus ojitos aunque cerrados me dieron la impresión de que estaba mirándome fijamente como juzgándome, nunca había visto algo así en un bebé y me pareció tan bello que la cargué y fui con Lucy y Luan, estuvimos charlando un poco sobre Loan y después tuvo un cambio de pañal que Lucy muy amablemente le hizo, después Lisa envío un mensaje donde nos marcaba su hora de comer, Luan lo hizo y después yo la cargué para hacerla eructar, lo hizo y después le di un besito en la punta de su nariz y fue ahí que... Loan vomitó... Lucy me prestó una de sus batas y después de un baño al igual que tu hija estabas juzgándome.
-Lo lamento Haiku.
-No hay nada que lamentar, estás en tu derecho de hacerlo.
-Espero que Loan no haya sido ninguna molestia.
-Por supuesto que no, para la próxima trataré de no tener la boca abierta.
-¡Y eso fue increíble!- como una persona amante de esas cosas a Lana le pareció un tanto impresionante -y eso que ni siquiera movió un músculo cuando pasó.
-No es para tanto Lana- afirmó Haiku.
-De hecho niña si lo es- contestó Rita -cuando Lori nació hizo exactamente lo mismo y casi la tiro pero tú la sujetaste perfectamente.
-Muchas gracias señora Loud, bueno llamaré a un taxi para que venga por mí.
-Nada de eso Haiku, quédate a dormir conmigo- por supuesto que su mejor amiga se preocupó por ella -desde el entierro que no pasamos una noche juntas y mañana será nuestro último día en calma ¿Por qué no lo pasas con nosotros?
-No quisiera abusar de su confianza.
-Claro que no, sólo es cortesía Haiku.
-¿Oigan y Lincoln?- al igual que Lucy él había desaparecido junto a Loan.
-Él hace esto muy seguido desde aquel día- respondió Rita tratando de no llorar -nos pidió a su padre y a mí hablar con él a solas, por favor no vayan a interrumpirnos- lo que ni Lynn ni Rita sabían era que Lincoln les tenía planeada una horrible trampa.
-Y por eso... Cuando ganemos el caso quisiera que ustedes fuesen los tutores legales de Loan solo en caso de que yo le llegase a faltar ¿Podrían?- así es, Lincoln quería que sus padres firmaran una responsiva en la cuál se estipulaba que en caso de que el falleciera o no pudiese hacerse cargo de la bebé sus padres fuesen los tutores de ella. Rita meditó la petición en muy poco tiempo dando una respuesta única:
-No- esa palabra dejó helados tanto a Lincoln como a Lynn.
-Pero cariño ¿Por qué no? Solo es en caso de...
-Por eso- interrumpió Rita a Lynn -lo lamento Lincoln pero no, nosotros no firmaremos eso y yo me encargaré de que ninguna de tus hermanas lo firme.
-¡¿Por qué mamá?!
-¿Quieres que firme tu muerte? Sé lo que vas a hacer antes de que lo pienses... Lincoln... Yo perdí a mi hija, la perdí y no volverá y no sabes cuánto quisiera cambiar mi vida por la de ella- la voz fuerte y resonante de Rita comenzó a quebrarse lentamente -mi vida no vale nada en comparación a la de Lori que tenía una hija por la cual vivir. No encontrarás el camino facil con nosotros hijo así que me duele decirte esto pero no lo haremos. Cuando el juicio termine buscarás un departamento y te irás, no quiero saber nada de ti hasta que seas responsable, tú luchaste hasta con los dientes para defender la idea de que su nacimiento era lo correcto, ahora dejarás de decir estupideces, te pondrás los pantalones y darás la cara por ella, si regresas a seguir pidiendo idioteces olvídate de que tienes madre ¿De acuerdo Lincoln?
-Pero yo no...
-Vete (sniff) por favor Lincoln solo vete- con lágrimas en los ojos y Loan en brazos su despedida fue tan atroz cómo dolorosa.
-¿Por qué le dijiste eso Rita? ¡¿Qué no ha sufrido bastante?!
-¡Eres un tonto Lynn! Él buscaba eso porque se dió por vencido...
-¿Sobre qué?
-¡Sobre su vida! Está buscando quién lo salve y le quite su responsabilidad, lo lamento pero prefiero que mi hijo me odie a tener un segundo hijo muerto... Por favor Lynn esta vez necesito que me apoyes y que confíes en mí.
-Siempre tienes la mejor manera de solucionar las cosas, confío en ti.
-Gracias cariño- Rita no iba a permitir que su hijo se suicidara por el producto de su miseria y culpa aún si ella tenía que ser la villana de la historia.
El siguiente día llegó, durante el mismo Lincoln ignoró a todos incluyendo a Haiku, ella lo notó más triste de lo normal, con ayuda de Leni forzaron el cerrojo de su puerta logrando pasar a verlo, él estaba recostado en la cama con Loan durmiendo a su lado.
-Hola Linc ¿Puedo pasar?- sin respuesta alguna Haiku decide entrar -¿Está todo bien?- él aún sigue sin responder mirando hacia la nada -mira sé que todo está peor que mal y créeme no vengo a darte ánimos pero si a hacerte compañía.
-Vete...
-No, no esta vez- y claro que ella lo iba a ayuda a su manera, con fuerza lo jaló hasta que cayó de la cama -¡Arriba Lincoln!
-No...
-¡Te dije que te levantes!- Haiku no es tan fuerte pero eso no evita que trate de levantarlo con todas sus fuerzas -¿Lincoln hace cuánto que no te das un baño?
-No recuerdo Haiku...
-Te irás a dar uno justo ahora Linc, no puede ser que no te arregles- los gritos y órdenes parecen no funcionar pues para él la vida ha perdido sentido al mismo tiempo que lucha por guardar la poca esperanza que le queda -escucha Lincoln no tengo idea de cuánto te duele pero si de algo estoy segura es que Lori no querría verte así, por algo te confío la vida de su única hija- para Haiku la respuesta contra el dolor de Lincoln lloró en la habitación, la levantó con cuidado y la colocó en los brazos de su ahora padre -ella no tiene la menor idea de lo que pasa, perdió a su mamá y yo no dejaré que pierda a su padre, ella te necesita más que nunca. Tal vez no lo veas porque aún es bebé pero algún día tendrá que ir a la escuela, te presentará a su primer novio, la regañarás por los errores que cometa y algún día la entregarás en el altar si ella quiere... Lo que trato de decir es que te falta toda una vida por delante, una vida que vivirás con Loan pero esa será tu decisión, si quieres podría buscar un buen orfanato y no estoy sugiriendo nada pero es mejor que alguien que la quiera se haga cargo de la pequeña así que contéstame en este momento ¿Tú serás esa persona para ella? ¿Estás dispuesto realmente a convertirte en el padre de esta criatura?
-Si, yo quiero ser su papá- las palabras de Haiku eran como cuchillos, la verdad duele con frecuencia y más en tiempos difíciles, para Lincoln no es fácil ver a quien no pudo salvar todos los días al despertar pero para su suerte Haiku tenía razón cuando dijo que Lori le había confiado su mayor tesoro -Haiku... No... Stephanie... Gracias.
-No agrade...- un beso selló los labios de la bella mujer que se congeló enmedio de aquella habitación.
-Yo también te quiero pero no ahora... Necesito tiempo y comprensión.
-Te lo mereces más que cualquiera- Haiku trató de sostener a Loan pero Lincoln la detuvo.
-Lo siento- le dijo -pero no me siento capaz de confiarte a mi hija, al menos no por ahora.
-Lo entiendo... Es que yo...
-Está bien, ese beso solo fue un desliz... Lo lamento.
-Podrías tener varios de esos más seguido.
-No lo sé... Me gustaría que si pero aún me da miedo confiar en ti...- así Lincoln salió de la habitación dejando sola a Haiku.
-Sé que no puedo recriminarte... De haber hecho las cosas diferentes, de haber sabido lo que pasaría... De haberte amado como era debido... Tal vez... Confiarías en mí...
-Cuídalos...- ¿El viento? ¿Acaso algo más? Nada era claro excepto por una voz hermosa casi inaudible.
-¡¿Quién dijo eso?!- la misma Haiku se asustó ante tales palabras.
-Cuídalos por mí...
Y así en menos de un abrir y cerrar de ojos los problemas llegaron a su clímax...
Juzgado de lo familiar, Royal Woods, Michigan.
-¡De pie para recibir a la honorable jueza Anabelle Sanders!- el respeto debido ante la representante de la ley dió comienzo a una última batalla -¡Presentando el caso de la demanda por la custodia de la infante Loan Lori Loud!
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