Dejándote entrar
-Eso pasó la semana pasada ¿Cómo no nos dimos cuenta?
-Fue porque vino durante su hora de comer, trajo a su hija con ella y se lo llevó al comedor. Escuché que incluso le pidió matrimonio justo frente a todos.
-¡No! Espera, incluso yo escuché que ella ya quería "practicar" para darle un hermanito a su bebé.
-¡Ya, cállense!- exclamó con sumo desdén aquella terrible mujer, sus palabras eran veneno y sus labios fuego llameante para cualquiera que la escuchara -no me importa, sólo sé que él es un estúpido.
-Pero doctora Month, ¿Por qué dice eso del doctor Loud?
-¡Porque lo es! ¡Por Dios Beatriz, sólo mira a esa mujer! Pareciese que la probre se romperá si la tocas ¿Crees que él se merece un estropajo así? Además, ¿No creen que su forma de vestir es extraña? Parece como si estuviera de luto, eso no es sano para un bebé.
-Disculpe doctora...
-¡Cállate! Lo que trato de decir es que parece que los hombres inteligentes toman las decisiones más estúpidas. ¿No recuerdan cuando lo invité a salir?
-Si- respondió una pequeña enfermera de tiernos ojos cristalinos -nos dijo que fueron al cine y después a cenar y que siempre se portó como un caballero.
-¿No había dicho que también hubo un beso?- preguntó otra colega por el mero placer del chisme.
-¡Sh! Sharyl, no digas eso en voz alta... ¡Claro que lo hubo! Sus labios son dulces y cuando te abraza... Ah... Sientes que él es tuyo. ¡Pero justamente ese es mi punto! El doctor Loud merece a alguien mejor, alguien que pueda comprenderlo y que le sea fácil empatizar con él, alguien distinguida, elegante y de basta inteligencia, pero tal parece que él se conforma con simples tontas que son fáciles de influenciar ¡Imagínense! Hasta hace poco que regresó de su residencia en Canadá no tenía a nadie, ahora casi un año después una cualquiera se deja embarazar y le enjareta a su hijo, sabrá él si ese bebé es suyo.
-Oh, claro que es mía, es una niña de hecho, su nombre es Loan y es la bebita más hermosa de todas- lo peor de hablar a las espaldas de los demás es que siempre se terminan dando cuenta, las víboras que hablaron tantas sandeces de Stephanie y de Loan quedaron expuestas ante aquel que las adoraba más que a cualquiera, y lo peor fue que ninguna supo cómo disculparse.
-Este... Doctor... Nosotras solo...
-Sharyl y Anne, el doctor Bouth las espera en el ala doce de cuidados intensivos, el chico con quemaduras está despertando y necesita que hagan análisis, ¿De acuerdo? Yo mismo le dije que las vendría a buscar.
-¡Entendido!- le respondió una de ellas sin voltear a verlo mientras la cara se le caía de vergüenza -pero...
-No hay pero que valga, señoritas. Si están tan ocupadas hablando de mi vida privada y de mi esposa e hija entonces tienen tiempo para doblar guardia y turno, las necesito hoy y mañana en la madrugada, tenemos poco personal para urgencias y los practicantes no pueden hacerlo todo solos. Yo me encargaré personalmente de que estén aquí del alba al anochecer ¿Está claro?
-Pero doctor...
-Sin excusas, vayan a dónde les indiqué y les ruego que dejen de hablar tantas estupideces de mi familia, lo que yo haga no les incumbe, ustedes y yo solo somos colegas ¿De acuerdo?
-Si- ambas le respondieron deseando que la tierra se las tragara.
-¡RÁPIDO! ¡ESTE ES UN HOSPITAL, SIENDO ESTÚPIDAS NO ME SIRVEN NI A MÍ NI A LOS PACIENTES! ¡SI NO SE DAN PRISA LEVANTARÉ UN REPORTE! Y Sharyl, tengo entendido que tú ya habías sobrepasado los límites cuando llegaste a tus turnos de consultas en estado de ebriedad. Si no quieres perder tu trabajo, apúrate.
-¡SI!- y ambas mujeres se apresuraron a huir del terror del hospital, o así le decían cuando se enojaba. Nunca lo habían visto molesto, siempre eran cuentos de sus ataques de ira pero ahora que ellas mismas fueron testigos feacientes de lo sucedido aprendieron que hacerlo enojar no era muy inteligente.
-Doctora Month- sus crueles palabras sinceraron las vociferadas que ella había soltado contra sus amores, con solo oírlo hablar se dió cuenta que estaba en problemas.
-Doctor Loud, de verdad le ruego que...
-Mi hija es lo más preciado para mí, mataría o moriría por ella, daría mi vida y más sólo por verla sonreír, no me hace falta una prueba de ADN para saber que ella es mi hija. Por otro lado la mujer que me acompañó a comer es la doncella más especial, perfecta y amorosa de todo el mundo, es elegante, tierna, amorosa, linda y educada, todo lo contrario a usted por supuesto y además, se me había olvidado decirle que ella es médico forense de profesión. Las funerarias "Suspiro" son de su propiedad, ellas son las dueñas de mi vida- tiernamente volteó su mirada hacia abajo, de su dedo índice colgaba el más simple anillo de tela jamás creado, la muestra de amor más sincera que haya recibido en toda su vida, con sólo ver su mano sabía perfectamente a quiénes le pertenecía su vida -esa mujer es mi prometida, es la única mujer que yo haría mi esposa y es a la única a la que amo tanto como para formar una familia con ella. Entonces, si es que no ha entendido le ruego que deje de inventar idioteces de mi familia a mis espaldas. ¿Cree que su estúpido cerebro de maní recuerde eso?
-Pe... Pero es que... ¿Qué hay de nuestra cita? ¿Ya no la recuerdas, Lincoln? ¿Acaso ese beso no significó nada para ti?
-¡¿Cita?! ¡Era una junta de representantes de hospitales de la zona! Tú me acompañaste sólo porque la doctora Fritz se enfermó, y sabe perfectamente que ese no fue un beso, una simple despedida después de una larga noche, sólo quise ser amable e invitarle una cena y una película para pasar el rato. Cuando quise besar su mejilla en señal de amistad como despedida usted se aprovechó y me robó un beso en los labios. También sé que a veces me esperaba en el estacionamiento para llevarla a su casa, ¿Sabe usted que esa y todas sus actitudes son las de una acosadora? Fácilmente podría levantar una denuncia por acoso en contra suya.
-¡Pe... Pero eso es imposible!
-Claro que no, yo me siento sofocado por el hecho de que siempre está siguiéndome, es aterrador y ahora que sé que tiene en la mira a mi familia me siento más intimidado, entonces si no quiere problemas le ruego que me deje en paz, detenga los chismes y comentarios contra mi persona y se aleje de mí, como se lo dije antes a nuestras colegas: usted y yo somos compañeros del trabajo, no hay más ¿Está de acuerdo?
-Es que... Yo no... Si... Estoy de acuerdo, Lincoln.
-No, para usted soy el doctor Loud y para mí usted es la doctora Month- él dió media vuelta mientras sostenía una enorme carpeta entre las manos -que tenga buen día doctora, nos vemos- ganas no le faltaron para tirarle los dientes a esa mujer infame que sólo escupía veneno por la boca, era un caballero y por eso se contuvo con ellas, además, gracias a su prometida sus estallidos de ira disminuían gradualmente.
-Vaya que te enfadaste en serio Linc- le habló uno de sus tantos colegas mientras degustaban un café de Starbucks.
-¿Se te ofrece algo Kyle? No estoy de humor.
-Yo sólo decía que estaba muy bien hecho lo que hiciste, se lo merecían.
-No somos jueces ni verdugos Kyle, tú y yo lo deberíamos de saber.
-¿Entonces por qué te enojas?
-Nadie se mete con mi familia, de mí pueden hablar lo que quieran, burlarse e inventar que incluso como perros. Pero nadie habla de mi familia, nadie se mete con mis princesas mientras yo esté aquí.
-¿Entonces también comes perros?
-A veces sueles ser un verdadero idiota cuando te lo propones. Por cierto, agradezco el café pero ya tengo que regresar...
-Lincoln, ¿Te sientes seguro para regresar?
-No, no me siento bien Kyle... Pero hay cosas que un hombre tiene que hacer, ahora tengo responsabilidades, una familia depende de mí y no puedo dar marcha atrás, no puedo simplemente llegar con ellas y decir: "Loan, Stephanie, lo lamento pero me quedé sin empleo por miedo, ¿Creen que me puedan proteger de mí mismo?" Eso sería una estupidez. Yo soy el muro invencible en el que ellas se tienen que apoyar, si no estoy yo ¿Entonces quién?
-A veces olvido que eres el hombre más correcto que conozco.
-No soy correcto, sólo trato de hacer las cosas bien.
-Lo comprendo perfectamente viejo amigo- aquel distante doctor parecía conocerle mucho más de lo que aparentaba. Después de un gran sorbo de café sacó de su bata una pequeña caja -toma, creo que te hará falta.
-Por favor dime qué no es otra broma de pintura.
-No... Bueno, sé que me pasé con esa última broma jajajaja pero creo que tú y tu familia agradecerán esto- aquel médico se fue, tenía mejores asuntos que atender a comparación de Lincoln quien después de irse a su consultorio decidió abrir el regalo por mera curiosidad, esperando que no fuera nada malo o ruin como Kyle siempre acostumbra hacer.
-Vaya- se dijo al ver el regalo -a veces olvido que ese idiota sabe lo que necesito... Gracias viejo amigo, gracias por no hacerme sentir tonto y aún así darme esperanzas. Ya sé cómo usar esto...
-Bueno, supongo que Luan tenía cosas qué hacer. Ser madre no es sencillo y entiendo que no puede descuidar a su familia por nosotras así que vendrá más tarde, tal vez una hora antes de que papá regrese, hasta entonces hay que divertirse ¿No crees, paletita?- la más tierna de los Louds no podía estar más de acuerdo (ni en contra en realidad), sólo se llevó su mano a la boca tratando de descubrir su extraño sabor, todo mientras unos preciosos y enormes ojos azules miraban a una triste chica solitaria que fue puesta a prueba por aquellos que la aman -tienes razón mi angelito, ¿Cómo vamos a divertirnos sin música? Sé que el estruendo puede causarte estrés cariño, también estuve investigando y un experto dijo que tú necesitas empezar a descubrir el mundo a tu manera ¡Pero eso no significa que te dejaré sola! Sólo estaré supervisando a mi hermosa paletita ¡Aw, déjame comerte a besos!- Loan era la nena más tierna del mundo, sus regordetes cachetes rojizos conquistaron el frío y corazón de Stephanie, el temple de acero que forjó a base de golpes que destrozaron cualquier vulnerabilidad se vió quebrantado por la criatura más inocente y hermosa que el mundo le haya dado el placer de conocer. Y si eso no fuera poco Loan le tenía lista una linda sorpresa.
-Abh- sus pequeños intentos por balbucear simplemente eran tan hermosos como una aurora en el ártico, Haiku se desvanecía con cada balbuceo que Loan le daba.
-¡Sí! Así es mi pequeña bubu, eres linda, así, ¿Quién es mi linda paletita?
-Mii- eso era mucho más que un simple balbuceo, Haiku sabía que desde hace algún tiempo a la fecha algo había cambiado en Loan, se veía más interesada en ella que antes, no le perdía la mirada desde que se dormía hasta despertar, sus lindos ojos de pistola apuntaban contra Haiku tratando de decirle algo.
-¿Qué pasa mi cielo? ¿Quieres decirme algo?- y mientras aún la llevaba en brazos extendió con una sola mano una gran alfombra en el suelo, trajo todas las almohadas de la casa, tendió otras cuatro cobijas sobre la alfombra y cuando estuvo lo suficientemente suave recostó a la bebé en el suelo con ella a su lado -esto si que es lindo ¿No te gusta Loan? Mi mamá solía hacer esto conmigo cuando era bebé ¡Más o menos a tu edad! Mamá ponía menos cobijas pero yo prefiero cuidarte el doble de lo que ella me cuidó porque tú eres el doble, no ¡Millones de veces más especial que yo! ¿Y sabes qué? Una de mis amigas se especializa en pediatría, le llamé después de que papá se fuera a trabajar y me dijo que para desarrollar un buen habla de tu parte tengo que ayudarte así que te hablaré de todo durante todo el día, diremos correctamente cómo se llaman las cosas, objetos, lugares y personas ¡Será divertido! Tú, yo, palabras una tras otra ¡¿No te gusta?!- Loan todavía no entendía su lenguaje, sabía que a ella le llamaban de una manera en particular, que había algo a lo que debía reaccionar pero al igual que con Haiku algo despertó en ella, pese a ser una simple bebé sin conocimiento del mundo su propio instinto la hizo querer buscar ese algo que tanto extrañaba.
-¿Quieres gatear?... Espera... ¡Quieres gatear! ¡Oh mi vida! ¡Tú puedes!- la bella mujer que apenas era primeriza en esto temblaba de emoción al ver tan bello acto de vida, para ella ver a Loan intentando algo era como si hubiese recibido un millón de dólares, quería ayudarle pero no tenía idea de cómo, quiso levantarse para grabarla pero cuando Loan logró moverse unos cuantos centímetros apenas y con mucha dificultad la más linda bebé decidió que era el mejor momento para tomar una siesta, un momento a solas con aquella en quien más confiaba recostada en su cobijo buscando sus latidos.
Haiku lo entendió al instante, sin mediar palabra alguna ambas sabían lo que la otra pedía, cuando lloraban o cuando se amaban, no hacían falta palabras, en el gran lenguaje del amor muchas veces las palabras sobran.
-Entiendo a la perfección lo que usted busca señorita... Pero Loan ¿Estás segura que sea yo?- el amor es difícil de corresponder, aún más cuando es mutuo ¿Cómo confiar nuestro corazón en el otro cuando no sabemos si nos amamos a nosotros mismos? No sabemos si aquel extraño cuidará de nosotros casi tanto como lo hacemos y aún así esas dos decidieron confiar mutuamente la una en la otra. La frágil delicadeza con la que Haiku la cargaba era más que envidiable, parecía que Loan flotaba alrededor de ella y cuando por fin descansó sobre su pecho aquella princesa suspiró de sueño buscando descansar en el único lugar del que ella se había enamorado.
-Eres tan cálida como papá, siempre sabes cuándo necesito uno de tus abrazos... Sé que aún eres pequeña, estoy consciente de que Lori era la madre perfecta para la hija perfecta... Y estoy segura de que podría amarte tanto como quiero hacerlo- de su dedo colgaba algo muy inusual, un pequeño detalle que trascendió el tiempo mismo desde hace casi ya quince años atrás -aún recuerdo el día en que llegó a mí con esas flores, sus poemas y sus besos... Desde la primera vez que supe que estaba enamorada de tu padre me dí cuenta que él era el hombre al que yo quería entregarle mi vida. Desconozco si lo que pasó durante el viaje fue lo mejor que pude haber hecho, pero el tenerte aquí conmigo sintiendo tus latidos viendo cómo tu respiración se agita con cada suspiro que tu vida toma de este cruel y apático planeta destinado a la destrucción hacen que mi corazón no quiera otra cosa más que amar a nuestra pequeña familia... Tan sólo desearía que papá también lo quisiera así... Sin embargo, todas y cada una de esas pequeñas cosas con las que toda madre sueña (sniff) eso y más es lo que hace que me enamore de ti cada vez que despierto y te veo dormir a mi lado soñando con el Sol, con animalitos y flores. Un poco ambiguo y hasta diabético para mí si me dejas decirlo... Sabes, eso me da una idea ¿Te apetece una canción de cuna?... Si, por supuesto que quieres una... El problema es que yo no sé ni una de ellas jajajaja y créeme cantar "estrellita dónde estás" es insufrible para ma... ¡Mí! Quise decir, es insufrible para mí... Si... Tengo que parar de hacer eso o si no Linc se podría enojar... Aunque a decir verdad no quisiera imponer que me llames de esa manera, sería un sueño si tú me vieras como tal, ese es mi único deseo en vida, sin embargo, sé que el amor no puede obligarse, estoy consciente de que tu cariño no se compra, ese se gana y juro por Dios que haré todo lo posible para ganarlo... Y aunque tú jamás me veas como tal yo sí lo hago- un beso maternal adornó la frente de Loan en aquel cuarto inmerso de silencio salvo la música clásica con la que Haiku siempre disfrutaba de escuchar junto a su pequeña.
Y con todo el mundo en contra como siempre ha sido, Haiku transformó una odisea bélica en una bella canción de cuna:
-I'm on the front line
Don't worry i'll be fine
The story is just beginning
I say goodbye to my weakness
So long to the regret
And now I see the world through
Diamond eyes...
Si... Esa canción tiene una bella historia, desearía poder contarla cuando despiertes, así podrías apreciarla tal y como yo lo hago...
-Yo la recuerdo- habiendo vivido con ella durante la universidad así como las veces en que las mañanas los saludaron cuando jugueteaban por toda la habitación de Lincoln durante la preparatoria e incluso las veces que han despertado juntos desde que todo comenzó le habían mostrado a Lincoln la manera de ser tan silencioso como ella. Fue fácil escabullirse en silencio a la casa, lo difícil fue tomar a Haiku con la guardia baja. A sus espaldas estaba ese a quien tanto amaba sonriendo como hace tantos ayeres ya no hacía.
-¡¿Li... Lincoln?! ¡¿Cuándo llegaste?! Perdona pero aún no está lista la comida y yo...- él la silenció con un beso en los labios, uno robado como los que tanto amaba arrebatarle al amor de su vida.
-Oye mi vida, tú hiciste la comida de ayer ¿Qué no me toca la de hoy?
-Pe... Pero tú vienes de trabajar...- él le regaló el mismo beso para cesar sus palabras -y yo acabo de terminar de bañar a Loan y...- y de nuevo besó esos magníficos labios de los que sólo él era dueño -¡Ya! ¡Deja que hable!
-Jamás- dijo después de robarle otro beso a su amada -amo tus labios, desde que recuerdo, el esfuerzo por reprimir mis ganas de besarte es inútil, amo besar estos deliciosos labios tuyos, dulces en un tono oscuro que hacen que los quiera besar todo el tiempo- no pasó mucho para que ella también le devolviera el beso -así me gusta, me encanta besar tan magníficos decoros que Dios colocó suavemente sobre tu rostro, ¡Cielos! ¡Cómo amo tus besos!
-¡Ay, Lincoln!- ¿Por qué no? Un pequeño beso frenético de dos enamorados en su propia casa ¿Alguien podría decirles algo? ¡Claro que no! Su amor dejó de ser prohibido en un santiamén, ahora pueden disfrutar el uno del otro como siempre debió ser.
-Te amo, lo sabes ¿Verdad, Stephanie?
-Yo te amo más, amorcito... ¡Pero la comida! ¡Dios! De amor no se vive. Ayer tú hiciste la comida. Lo lamento, no contemplé tu hora de salida ¿O es la de comida? Perdón, enseguida la tengo hecha...
-Tranquilízate, mi cielo- su suave toque para calmar sus nervios la sentaron junto a Loan nuevamente -hoy lo haré yo, ¿Bien? Déjamelo a mí, a tu cheff personal.
-Pero Linc, debes estar cansado...
-Sólo un poco, pero mi familia no tiene solo una hora de comer, huelgas o circunstancias que me deslinden de mis responsabilidades. Veo que estabas cuidando de Loan, dime ¿Cómo se ha portado mi princesa?
-Ella está bien- le respondió tratando de evitar el contacto entre ellos, tenía miedo de que aquello que pasó pudiera ser sólo efímero, quería que durase por el resto de su vida y eso la hizo darse cuenta que con un error podría perder todo lo que tenía.
-¡Maravilloso! Gracias por cuidar de ella Haiku. Sabes, esto me hace recordar el día en que sin querer me dí cuenta lo hermosos que eran tus ojos, lo tierna que eras y lo maravillosa que podrías ser... Creo que desde ese día me enamoré de ti sin darme cuenta jajaja- como un verdadero hombre se dirigió a la cocina colocándose un mandil dejando de lado la bata que siempre llevaba puesta y aún más se dió cuenta de que algo no estaba bien, antes hubiera ordenado que le dieran una explicación con gritos, pero ahora que es padre supo que debía de tranquilizarse y reaccionar mejor que antes -oye, linda ¿Pasó algo que yo no sepa?
-¡¿Qué?! ¡No!
-No quiere mirarme a los ojos, tiembla y está tartamudeando. No pasó nada malo pero algo le afecta ¿Será algo que le dije? No creo, no he dicho nada malo... A menos que sea... ¡Claro! Lincoln, ¿Cómo pudiste ser tan tonto?- sus pensamientos eran menos erráticos, ahora y al igual que hace años sabía lo que ocurría con aquellas que amaba -Haiku- le habló con voz serena -yo lo siento.
-¿Lo sientes? Pero...
-No digas que no tienes idea de lo que pasa- no había excusas, pedir perdón cuando es necesario es sinónimo de madurez y un padre siempre debe de avanzar con pasos de hierro por el bien de su familia -Haiku, lamento haberte gritado aquella vez en el hospital, no tengo excusas por haberme portado como un idiota contigo frente a Loan, he intentado mejorar por el bien de este hogar. Tengo que hacerlo, es mi responsabilidad como padre de Loan... Y también como tu prometido, no tengo derecho de hablarte de esa manera- cuando menos se percató él ya estaba a su lado haciendo que ambos se recostaran en el suelo y que la bebé siguiera descansando en el pecho de Haiku -me hiciste ver que una vida a tu lado es todo lo que deseo... Gracias por cumplir tu promesa de matrimonio.
-Je... Más de diez años después pero la cumplí...
-Te dije que confiaba en ti, lo haré todo el tiempo que me lo permitas, quiero seguir tan enamorado de ti como desde aquel día que supe que no podía vivir sin la doncella de la melancolía que hoy mató a mi corazón y en su lugar dejó miles de sentimientos de los que sólo ella es la dueña.
-¡Ahhh! Lincoln... ¿Cómo es que siempre sabes qué decir?
-Hace años una triste niñita me dijo que antes de hablar hay que pensar, que nuestras acciones provienen de nuestros pensamientos y que una simple palabra puede curar hasta al corazón más triste y oscuro de todos.
-Eres un tramposo- él tomó a Loan entre sus brazos y la recostó a un lado de ellos envuelta entre almohadas -oye, no me quites a mi paletita.
-Ella ya te tuvo lo suficiente ¿Crees que me puedas dar un poco de amor a mí?
-¡Cómo no!- el amor verdadero siempre sabe qué hacer, Haiku no era la excepción a la regla. Habiendo conocido a su esposo desde hace casi toda su vida sabe cómo tratarlo -tú eres mi héroe amor, ven, deja que Haiku te mime como nunca te han mimado- ambos son muy jóvenes, nunca creyeron que su historia pasaría tan rápido y tan lento al mismo tiempo. Los problemas, el pasado, en fin ¡Todo desapareció! Sólo estuvieron ellos y su pequeña familia en el mundo cuando Haiku lo recostó sobre su pecho mientras le acariciaba el cabello -sé que no es mucho pero espero que disfrutes tu recompensa. Adoro cuando dejas que te cuide.
-Me gusta que lo hagas, me haces sentir como si aún fuéramos niños.
-Apenas tienes un par de años de haberte graduado de la universidad, para muchos aún somos niños.
-Los niños no tienen...
-¿Qué cosa?
-Una familia... Nosotros tenemos una, pequeña y algo triste... Pero es nuestra.
-Por mucho que quiera desmayar de felicidad al considerar esta familia como "nuestra" antes necesito preguntar: ¿Qué te pasó en el trabajo? ¿Fue un mal día?
-¿A mí? Haiku, pero si yo...
-Tienes ojos tristes que se curvean cuando algo anda mal, tratas de cambiar la plática cada vez que algo no sale como lo esperabas. Lo hacías desde la primera vez que me molestaron en la escuela y tú saliste a defenderme.
-¿Aún lo recuerdas?
-Me sorprende que pienses que no... Por mi culpa... Tu pierna...
-La dí por mi esposa y si hiciera falta daría la otra por cualquiera de ustedes.
-¡Lo ves! Lo haces de nuevo- y como siempre ella le castigó para hacerlo hablar:
-¡JAJAJAJA, NO! ¡HAIKU, PARA!
-¡No! ¡No lo haré hasta que hables!
-¡JAJAJA! ¡JAMÁS!
-¡Aw! ¡¿Mi paletita mayor tiene cosquillas?!
-¡SI! ¡JAJAJAJA! ¡TÚ SABES QUE SÍ!
-¡Entonces anda! ¡Canta pajarillo, canta!
-¡JAJAJA, BIEN, LO HARÉ! ¡ALTO CANELITA, PARA!- y ella se detuvo al instante -jajajaja... Wow... Oye canelita ¿Estás bien?
-Desde aquel baile... Esa fue la primera vez que me llamaste así... No lo hiciste hasta...
-Hasta que pasó lo de Liv...- ambos se abrazaron inconcientemente al recordar a ese lindo angelito que jamás llegó a ellos -lo recuerdo... ¿Recuerdas cuando le cantabas?
-Recuerdo cuando tú le decías que su mamá era una regañona.
-Porque lo es... Siempre tenías que poner el orden.
-Alguien tenía que hacerlo, ambos eran unos locos que no me dejaban dormir.
-Ese era mi bebé... Bueno...- con el permiso de Lori ya era hora de que Lincoln y Stephanie dieran un paso muy importante en sus vidas. Desde la infancia hasta la adultez era momento de dar rienda suelta a su vida, volar mientras olvidan a sus familias, buscar su nuevo lugar en un nuevo hogar, comenzar desde cero igual que un reinicio en el mundo de los cómics -al menos así era... Hasta que...
-¿Qué, Linc?- y sin darse cuenta Haiku comenzaba a llorar.
-Al menos fue así hasta que... ¿Prometes no irte o enfadarte?
-Lo prometo, Marie.
-Sólo usas mi segundo nombre cuando hablas en serio... Bien... Pues la verdad es que creo que al menos así lo fue hasta antes de que este bello angelito por fin llegara a nuestras vidas.
-¿Tú crees que...? Tal vez se escuche extraño pero...
-Sí Stephanie, estoy seguro de que Loan es el mismo angelito que desde antes ya planeaba llegar a nuestras vidas, a este mismo cuarto en esta misma casa.
-Esta no es una casa (sniff) apenas tenemos un pequeño departamento jejeje.
-Tienes razón, esta ya no es solo una casa- ese siempre fue su sueño, desde que era niño cuando tuvo su primera novia sabía que su vida de soledad se terminaría solo de una manera: con Loan durmiendo sobre su pecho y con Haiku descansando sobre su brazo teniéndolo en un abrazo con casi todo su cuerpo encima suyo -este Stephanie, si me permites decirlo, es nuestro hogar, aquí es dónde quiero criar a Loan y no sé... tal vez también veamos a una Stephanie bebé de cabello blanco o un pequeño Linc de cabello negro corriendo por ahí, claro, si tú...
-Claro que quiero, diré que sí todas las veces que quieras, desearía repetir mi vida a tu lado más y más veces para que la eternidad misma sea la que me permita enamorarme de ustedes una y otra y otra vez hasta que el mundo difiera del tiempo mismo, dándome un éxtasis de eternidad de la mano del hombre que revivió mi corazón- no podía faltar un lindo beso escurridizo que le aterrizó en los labios -sigues siendo tan dulce como siempre. Pero aún no me dices ¿Qué fue lo que pasó?
-Nada en particular... Es sólo que unas compañeras chismosas del trabajo dijeron cosas de ti y de Loan, pero no les hagas caso.
-Si tú le estás haciendo caso creo que debería de prestarle atención Linc. La verdad es que no me siento cómoda con que algo de mí te moleste...
-¡¿Qué?! ¡No! Para nada, nada de ustedes me molesta. Es sólo que dijeron cosas muy groseras como que Loan no era mi hija y que tú solo te aprovechabas de mí... Y eso... Sonará un poco infantil pero...
-Te hizo sentir mal- él asintió con vergüenza vibrando desde su arqueado rostro -Linc, ambos sabemos que es mentira. Nosotros somos una familia, es normal que cosas así te molesten, a mí también me molestan pero lo más sano que podemos hacer es dejarlas ir ¿No crees? Sé que no soy suficiente pero...
-¡No, nada de eso!- un fuerte tono de voz le rebotó en los oídos a Haiku, con lo dulce que siempre es con ella había olvidado lo poderosa que era su voz y la presencia que tenía con solo hablar con un poco de fuerza -tú eres perfecta... Pero eso me hizo sentir que el que te debe una disculpa soy yo... Me has tratado de ayudar y desde que todo esto empezó yo sólo he sido grosero contigo... Por eso quiero...- algo venía, era hora de que el terror volviera a sus vidas de una manera pacífica trayendo consigo un lindo futuro.
-¿Está todo bien?- ambos se pusieron de rodillas, Haiku colocó a Loan en el sofá de su sala para que siguiera durmiendo. Con lo que le dijo Luan sabía que si algo malo estaba pasando lo mejor era que ella no se diera cuenta. Cuando la bebé descansó suavemente sobre el sofá ambos retomaron su discusión:
-No Stephanie, nada está bien ¡Literalmente he estado haciendo mal las cosas!
-¿De qué hablas?
-Anoche... Soñé con Lori... Fue el sueño más bonito que he tenido en mucho tiempo ¡Incluso siento que fuera real!
-¿Quieres hablar de ello?- sus manos se encontraron de nuevo con las suyas buscando darle ese consuelo que las palabras a veces olvidan regalar a los demás.
-Si, no hay duda Lincoln, es ahora o nunca... Y Lori, te tengo que agradecer, si no fuera por ti ya habría tirado todo esto a la basura... Te amo hermana- sus caóticos pensamientos parecían trangiversar intrínsecamente todos los caminos de su mente al mismo tiempo, dentro de su ser el caos reinaba de nuevo, esto era nuevo, esto era real, esto era suyo...
-¡Si! ¡No es que lo quiera! Tú y yo tenemos que hablar seriamente de algo- Lincoln tomó las manos de su querida Haiku, ambos se miraban a los ojos sin mediar palabras -por Dios- dijo él embelesado de la hermosa mujer que esperaba por sus palabras.
-¿Qué? ¿Pasa algo?
-Si... Tus ojos son lo más precioso que jamás haya visto... Amo ese color negro tan elegante con el que me enamoraste desde que era un niño.
-¡Lincoln, basta! ¡Siempre haces que me ponga toda roja!- Haiku se avergonzó tanto que intentó darse media vuelta pero él la detuvo con solo sostener su mano, no hacía falta fuerza, nunca ha hecho falta usar un poco de fuerza con ella pues Haiku es la rosa más linda del jardín prohibido, es una triste virga que cae del cielo, delgada y frágil que podría romperse hasta con el viento más suave del oeste. Ella no se negó, presentía que algo estaba a punto de pasar y por esta nueva vez decidió quedarse a enfrentar lo que viniera:
-Amo cuando tu belleza se realza con ese lindo rojizo de vergüenza que siempre supiste ocultar... Y eso me recuerda a tantas cosas... ¿Recuerdas nuestro primer beso? ¿Recuerdas cuando fui hasta tu casa en nuestra primera cita y que tu papá me arrojó un balde de agua para tratar de echarme?
-Jajajaja claro que lo recuerdo. Aquella vez nuestra cita fue un desastre, el más lindo desastre de todos.
-También recuerdo cuando me ibas a ver al hospital, las veces que me cantabas, cuando me tratabas de contar chistes para hacerme reír aún cuando eras pésima en ello.
-¡Oye! ¡Lo que importa es la intención!- claro que ella lo golpeó, aunque fuera muy débil pues sabía que aunque él tenía razón no lo dijo para insultarle sino para halagarla.
-Y esa intención es la que me vuelve loco por ti... Pero sobre todo, aún por encima de nuestra historia lo que más amo de ti es que llegaste a mi vida cuando menos me lo esperaba pero cuando más te necesitaba, adoro que me haces sentir miles de millones de cosas cuando soy feliz y también cuando no, me haces sentir tranquilo en los momentos que más triste me siento, me encanta que durante este tiempo desde que se resolvió la custodia de mi hija cuando despierto lo que veo es a ti durmiendo como una princesa.
-Y tú como un troll.
-Jajajaja tienes razón, lamento no dormir tan tranquilo por las noches jajaja.
-No te apures, después de tantas veces durmiendo juntos aprendí cómo hacer que descanses completamente quieto a mi lado durante las noches.
-¿De verdad?
-Ajá, pero es un secreto.
-Al igual que la primera vez que nuestro noviazgo vio la luz de la noche y las tinieblas del Sol... Y por eso y muchas cosas más quiero pedirte un último favor, uno egoísta pero que es muy importante para mí.
-Lo que sea por mi prometido.
-Yo... Quiero que escribas tu nombre aquí- de entre sus manos sacó un pedazo de papel rugoso, un poco amarillento incluso, también le acercó una pluma y se los dió en las manos a su amada.
-¿Y esto qué es? Es muy pequeño...
-Esto... Esto es... Hará que... ¡Tú no te preocupes y pon tu nombre justo aquí- le dijo mostrándole solo una muy pequeña porción del papel, enrollado en forma de un pergamino muy pequeño que no pasaba de los cuatro centímetros pero de todas formas Haiku escribió:
Stephanie (Haiku) de Loud.
-¡Listo!- le dijo sin sonreír o mostrar algún sentimiento justo como siempre hizo -¿Qué es esto?
-Esto... Esto es para...
-Estás tartamudeando de nuevo.
-¡Lo sé! Es que me dan nervios.
-Sólo dime qué es lo que acabo de firmar.
-Con esto... Has dejado de ser mi prometida- Haiku sintió que se iba a desmayar, quiso salir corriendo y llorar en silencio de no ser porque él siguió hablando y fue entonces que se dió cuenta que quedarse siempre fue la mejor opción de toda su vida:
-Haiku, no, Stephanie, tú y yo ya no somos prometidos; esta carta perteneció a Harriet Svagydo, mi bisabuela; luego pasó a manos de Alice de Velices, mi abuela; y por último lo llevó mi madre, Rita Loud... Mi bisabuela dijo que esta carta pertenecerá a aquella que decida aceptar esto como suyo- Haiku pensó que ahora sí se iba a desmayar cuando vio que Lincoln sacó una hermosa caja en miniatura de su bolsillo, la misma que Rita le había mostrado antes de la resolución del juicio, aquella caja sólo tenía una cosa en su interior:
-Es... El anillo de matrimonio de tu bisabuela.
-Error Haiku, es el anillo de matrimonio de mi madre... Y yo... Te pido que hoy y siempre, en las buenas y en las malas, en esta pequeña familia que los tres hemos formado a base de sonrisas y lágrimas seas tú quien de ahora en adelante sea la dueña de este anillo.
-Li... Li... Li... Li... Yo... ¿Tú... Vas a...?
-Stephanie McCougan, tú eres la mujer con la que siempre soñé, no me imagino de la mano de alguien más que no seas tú. Eres la dueña de mi vida, de mi alma, de mis cheques incluso y también... La única que sería lo suficientemente capaz de ser una madre casi tan buena para Loan como lo hubiese sido Lori... Y por eso quiero que aceptes dejar de lado el apellido McCougan y a cambio te pido que aceptes ser la señora Stephanie Loud... Mi única, perfecta y linda esposa, dime Haiku ¿Me aceptas como tu esposo?
-No, no te acepto como mío solamente. Ahora tenemos una pequeña que aprenderá de nosotros, tenemos que ser de ella solamente, pero a cambio acepto ser tu compañera de vida, acepto que tú y yo seamos aquellos que viajan de la mano hasta viejos cuando las arrugas adornen nuestros rostros, cuando los pasos me cansen y por último cuando te dé mi último aliento de vida. Quiero que seas mi amigo, mi compañero y mi fiel esposo así como yo prometo serlo para ti.
-¿Y cómo sabes que yo moriré primero? ¿También lo viste en tu bola de cristal que se parece a Google?
-Jajajaja claro que no... Es sólo que no resistiría vivir en un mundo en el que no estés tú a mi lado para compartirlo todo.
-Estoy seguro que si tú te vas antes que yo posiblemente moriría de tristeza a los pocos días. No soporto la idea de vivir en un mundo en el que mi canelita no está conmigo.
-¿Sabes que cada vez que me dices así me haces feliz?
-Siempre lo he sabido, me gusta llamarte así desde aquel día de tu cumpleaños. Aquella fue la primera vez que esa linda sonrisa se elevó frente a mí, me dijiste que me querías, me dejaste dormir contigo y me permitiste besar tu mejilla por primera vez en la vida. Cuando toqué por primera vez esa piel tuya tan suave como la seda supe que esa era la chica a la que yo quería besar por el resto de mi vida. Por esa y muchas cosas más la única mujer que quiero como esposa es a ti.
-Oye... Quiero celebrar esto...
-¿Y qué tienes en mente?
-Tengo sábanas que nunca he estrenado ¿Qué dices si me ayudas a cambiar las que están en mi cama por las nuevas?
-¿Pero si yo no...? Oh... Ya entendí.
-Llevamos haciéndolo desde los dieciséis y aún sigues sin captar mis indirectas.
-Siempre has llevado la batuta en ello, me gusta que sea así pero no puedes corromper a un hombre como yo.
-Veamos si dices eso cuando...- definitivamente esa tenía todas las intenciones de ser una magnífica celebración desde la tarde hasta la mañana del día siguiente, lo hubiera sido de no ser porque una tierna bebé comenzó a balbucear otra vez -vaya, Loan despertó.
-Espera, Loan solo despertó, deberíamos dejarla descansar...
-¡No! Te lo dije Linc, primero está ella y después lo estás tú. Si mi paletita me necesita tengo que estar con ella- por mucho que deseaba tener a Lincoln en sus manos de nuevo ahora tenía prioridades, ya no era más una niña. Ahora poseía en sus manos algo más especial, mucho mejor que cualquier aventura de un par de horas -¿Lo ves? Mira lo tranquila que está... Oye ahora recuerdo que tú no debías de salir sino hasta las seis de la tarde ¿Qué haces aquí?
-Salía a esas horas porque apoyaba a los practicantes en urgencias, en exámenes sanguíneos y les mostraba cómo conectarle el suero a los pacientes. Después de que Loan nació le pedí al doctor Bouth que lo hiciera por mí. Era su trabajo en un principio pero después de contarle para qué quería el tiempo extra me dijo que no habría problema y que mejor regresara con ustedes.
-Eso significa que tendremos que invitarlo a la boda.
-¿Boda?
-Exacto ¡Y lo quiero todo! Vestido, fiesta, salón, música, una iglesia, que Lindsay y Leonore repartan pétalos de rosa negros al paso de mi boda mientras tú me esperas en el altar... Sólo eso quiero. Y después nos llevaremos a Loan a la luna de miel y será fabuloso y perfecto y... Y etcétera...
-Si es lo que mi esposa quiere eso es lo que tendrá- ¿Para qué perder el tiempo? Los pasos intermedios sólo estorban para alguien como Lincoln que entendió la manera en que la vida debería de disfrutarse. No tenía qué esperar, la más importante ya había dicho que sí y con tantos ahorros de sobra era sencillo ponerse en marcha.
-¿Hola?- casi de inmediato sacó su teléfono del bolsillo, marcó un número después de buscarlo por un par de segundos al menos -si, ajá, ¿Cuánto cuestan sus pasteles de bodas?... Si... Diría que para unos 200 invitados aproximadamente... ¿Y es verdad que también venden vestidos de novia?... Ajá... ¿Y cuánto por dirigir un plan de bodas?... Bien, le preguntaré a mi prometida y le devolveré la llamada en un momento, gracias.
-Y... Linc... ¿Eso qué fue?- Haiku escuchó más que perfecto la conversación de Lincoln, no pudo actuar al llevar a su pequeña en brazos.
-¿Qué? Sólo quiero casarme contigo lo más rápido posible.
-Linc, ¿Puedes cargar a Loan un segundo?- siempre se ha portado de una forma tan refinada y elegante que jamás ha hecho destrozos, sus pasos lentos le dan esa hermosa pose galante de la que tanto se jacta sin darse cuenta. Cuando le dió a Loan en brazos ella dió media vuelta hasta asomarse a la ventana.
-¿Haiku?
-¡¡SI!! ¡LO DIRÉ DE NUEVO! ¡SI QUIERO CASARME CONTIGO! ¡QUIERO SER TU ESPOSA! ¡QUE LO SEPA TODO EL MUNDO! ¡QUE TODOS SE ENTEREN QUE DE AHORA EN ADELANTE SOY STEPHANIE LOUD!... Esposa de Lincoln Loud. Soy tuya Linc así como tú eres mío y solamente mío por y para siempre...- y después de un infierno por el que la vida los hizo pasar por fin se dieron cuenta que no podían vivir el uno sin el otro, sus manos se encontraron en secreto, el amor que sentían el uno por el otro era algo nuevo, ni la ecuación más compleja de todas, ni siquiera el fin del mundo bastaría para separar lo que la vida y la muerte unieron. El Sol y la Luna danzan sin problemas cuando ellos se besan; para ella, él es el héroe con el que siempre soñó y para él, ella era la que lo salvó de su propia muerte. Sin ella quién sabe lo que le habría ocurrido, por eso es que han decidido unir sus vidas en sagrado matrimonio hasta que la muerte los separe.
-Y nada me haría más feliz que seas tú quien se adueñe de mi vida.
-Mii... Ma- Lincoln y Haiku fueron interrumpidos por nadie más que el regalo más bello con el que la vida los bendijo. Su linda voz angelical penetraba en los oídos sin problemas dándole a quien quiera que la escuchara un magnífico día.
-¡Exacto lindura!- le dijo Lincoln a Loan. Tanto padre e hija sonreían de nuevo, era como si de verdad esa fuera la realidad en la que su familia siempre debió vivir -Haiku y yo nos vamos a casar. Tu papi y tu ma...
-¡Alto!- de repente Haiku detuvo a Lincoln de llamarla como sabía que lo haría -no le digas eso a Loan.
-Pero mi amor, pensé que... Yo creía que...
-Y créeme Linc lo que más deseo es intentar amar a Loan con toda mi alma una y otra vez, no hay nada más que quiera en esta vida que convertirme en la... En la mamá de Loan... Pero no puedo obligarla a amarme, si quiero ser algo así para ella quiero ganarlo, no aceptaré ayuda de nadie. Si ella me ama quiero que lo haga por mis propios méritos- Haiku volvió a su habitación casi corriendo, Lincoln juraba que incluso podía ver pequeñas lágrimas en sus ojos. No pasaron ni diez segundos cuando ella volvió con una fotografía de la familia Loud -ella es su madre... Lori es la mamá de Loan, estoy segura de que ella la ama más que tú y que yo juntos. Quiero que recuerdes algo, Lincoln: nunca te perdonaré el que obligues a Loan a amarme, ella ya tiene una mamá que la ama (sniff) Lori es la mejor madre que Loan pudo haber tenido, y si yo quiero ganarme ese lugar lo haré con mi propio esfuerzo, sin ayuda de ti ni de ninguna de tus hermanas ¿Entendido? No seré la madre de Loan hasta que me lo gane.
-Siempre has sido terca y orgullosa desde que recuerdo... Lamento haber dicho algo así... Yo deseo que tú y Loan se amen como lo merecen. Así que prometo no interferir entre ustedes- el amor se refleja cuando aprendes a conocer a los demás. Loan estiró sus brazos buscando amor, deseaba sentir ese bello cariño que sólo encontraba en la mujer más triste del mundo -pero Haiku, hay alguien que ya te ama y eso es algo que tú te has ganado- y como si ella misma supiera lo que sucedió, en su rostro se deslumbró la sonrisa más hermosa que jamás hubiesen visto. La sonrisa de Loan por ver a sus dos personas favoritas juntas cuidando de ella resplandeció más que un eclipse solar, para cuando ellos la vieron Loan hizo que sus rostros se derritieran de ternura por ella -¿Lo ves, amor?- le preguntó a Haiku -tú eres la chica perfecta para nuestras vidas. Lo más gracioso es que Loan se dió cuenta de ello antes que yo.
-Es que ella es muchísimo más brillante que tú- lo magnífico del cambio es que nunca se detiene. Loan le tomó el dedo cuando ella trató de acariciar su mejilla.
-En eso tienes razón, Loan es mucho mejor que yo en todo. Incluso te ama mucho mejor de lo que yo lo hago.
-¿Y entonces qué se supone que hagamos ahora?
-Sólo nos queda una cosa por hacer...
Cinco minutos después...
-Ya casi... Ah... Falta poco, Linc...
-¿Aún no entra?
-Está por entrar, hazlo con fuerza.
-¿Estás segura?
-¡Si! Si te detienes ahora sólo habrá sido una pérdida de tiempo.
-Ah... ¡Listo! La pañalera al fin se cerró.
-Nunca me imaginé que esto sería tan complicado, esto es más duro que el viejo que casi me mata del susto cuando era practicante.
-¿Hablas de ese tipo que ya habían dado por muerto y que reaccionó justo antes de que lo partieras a la mitad?
-Justo ese, recuerdo que cuando habló me desmayé.
-Lo recuerdo, Taylor me llamó pidiéndome que fuera por ti.
-No la menciones.
-Pero querida, yo no hice nada...
-¿Ah, no? ¿Entonces por qué tenía tu número en su teléfono esa roba-novios?
-Fue porque la primera vez que atendimos una urgencia, Kyle se desmayó y llamó a su hermana desde mi celular para que fuera a recogerlo.
-¿Y quién le dió permiso de ponerte "My Bunny" como nombre de contacto?
-No sé... Yo solo...- ella lo tomó del cuello hasta acercarlo cara a cara.
-Tú eres mío y de nadie más ¿Está claro?
-Ajá... Tus celos me ponen la piel de gallina... Y eso me enloquece.
-Recuerda esa sensación si un día pretendes siquiera voltear a ver a otra chica... Bobo.
-Jamás lo haría, tú eres mi chica, no podría hacerle eso a mi linda Haiku.
-Sólo estás diciendo cosas lindas para salir de esta.
-¿Y funciona?- un beso y una cachetada de su esposa no fueron suficientes como para saberlo -eso... Me dejó igual de confundido.
-Eso es un más o menos. Mañana que vayamos con tus padres para decirles de la boda te acusaré con Rita, veamos quién tiene la razón en esto.
-¿Me vas a acusar con mi mamá sobre lo que otras chicas piensan de mí?
-¿Asustado?
-Claro que no, mamá sabe que no haría algo así.
-Ya lo veremos.
-Pero cariño, hablando de padres ¿No crees que...?
-No, ni en un millón de años.
-Pero Haiku, ellos merecen saber que...
-Lincoln, sabemos que mis padres nunca aceptaron nuestra relación. Cuando se enteren que estamos formando una familia y que nos vamos a casar será demasiado para ellos. Me duele que mis padres no quieran estar conmigo en un día tan importante.
-¿Y cómo sabes que ellos no quieren? Acabamos de comprometernos, creo que sería prudente al menos mencionarles que vamos a casarnos.
-Lo creería si fueran razonables. Nada es igual desde que pasó lo de Rose.
-Pero creo que de no haber sido por ella jamás habría tenido la oportunidad de conocerte mejor. Ella fue la que me hizo darme cuenta lo increíblemente ñoña que eras.
-Cállate...
-Aunque nos jugó malas bromas creo que el desenlace fue estupendo ¿No crees?
-Tal vez, pero habría sido mejor.
-¿Hablas de esa vez que me quedé colgado tres horas de tu ventana?
-Jajaja jamás podría olvidarlo. Papá jamás hablaba conmigo pero justo en esa noche se le ocurrió darme "la charla" por si acaso.
-¿Y funcionó?
-No lo sé... Esa noche era un día seguro... Y recuerdo que alguien no me dejó dormir en toda la noche.
-¿De veras, Haiku? Porque yo recuerdo a alguien que tomó la tira de condones que siempre llevaba a tu casa, recuerdo que los arrojó a su techo y me atacó al instante.
-Yo no recuerdo nada de eso... Salvo que fueron las mejores tres semanas de mi vida.
-Y de la mía... El perfume de tu piel por la mañana es embriagante. Cuando escucho tus latidos sonar sobre mi pecho siento como si un ángel me cubriera con sus alas. En la cama muere la chica inocente amante de la oscuridad, te conviertes en la mujer más sexy y salvaje del mundo.
-Y yo amo que sepas perfectamente lo que me gusta. Cuando dejas atrás esa faceta de chico bueno y te vuelves un animal en la habitación... Ohhh... Cómo quisiera arrancarte la camiseta y llevarte a mi cama. Pero no lo haré, Loan nos necesita y creo que estarás de acuerdo conmigo en que esta bebé es más importante que recordar esos desenfrenados tiempos- una hermosa llovizna comenzó a golpetear la ventana, el crujido de los hidrometeoros que caían desde el cielo era ruido blanco que sin querer mecían a Loan en brazos de Haiku. Sus ojitos comenzaron a pesar sobre sus propios párpados. Su padre le cubrió las manos con los lindos guantes que Haiku le regaló. El calor de una pequeña mantita heredada cuidaba de Loan, todo era casi perfecto para una siesta excepto por una cosa:
-Oye, Haiku ¿Qué dices si le cantamos una canción?
-Diría que sí de no ser porque canto terriblemente, no quiero que Loan sufra con mi pobre voz.
-No digas eso, tu voz es increíble, más cuando ese dulce susurro tuyo arrulla el alma- no había juzgados, la familia Loud y la familia McCougan desaparecieron. Ahora, una nueva familia surgía desde el dolor del pasado y las lágrimas del ayer. Una madre, un padre y su hija, sin nadie en el mundo ellos tres eran todo lo que tenían -es más- le dijo a su querida prometida -hoy quería salir a pasear un poco, divertirnos juntos y tal vez darnos un lindo obsequio, ya sabes, como familia.
-Oye... Oye... Yo... ¿Me estás diciendo que...?
-Cantémosle juntos cuando regresemos. Hoy, la familia Loud dará su primer paseo. No tenemos nada más que hacer, podríamos salir a comer ya que aún no preparamos nada y podemos cerrar el día cantándole a la bebé más preciosa y gordita del mundo, ¿Qué dices, canelita?
-Digo que Loan no está gordita, sólo se encuentra perfectamente nutrida. Persephone dijo que tenemos que seguir su dieta, dijo que al haber sido ochomecina teníamos que cuidar de ella lo mejor posible. Si mal no recuerdo también tenemos que comprarle la nueva fórmula, la de tres meses en adelante será suficiente según ella.
-¿Tres meses? Pero si Loan apenas cumplirá tres la próxima semana.
-¡Lincoln Marie Loud, tú no vas a privar a mi paletita de su fórmula! Sé que no te agrada la idea, pero Loan está creciendo muy rápido, en un santiamén cumplió tres meses. Creo que a este paso tenemos que abrirle una cuenta personal para la universidad.
-Pero amor, ¿No crees que es demasiado pronto? Literalmente aún faltan dieciocho años para eso.
-¡Pero ella tendrá que ir a Harvard! Por favor Linc, su tía Lisa fue profesora con honores de la universidad número uno del mundo, ¿Crees que Harvard está lejos de Loan? Unas clases con Lisa, unas charlas motivacionales de Lynn y... ¡Boom! ¡Niña genio de la familia!
-Tú sí que eres precavida- él se levantó del sueño en el que se encontraba con Haiku, sabía que las palabras de su prometida tenían razón así que perder el tiempo ya no era opción para él -por eso te amo.
-Me amas porque soy perfecta- le contestó jactándose un poco de su orgullo.
-Eres más que perfecta, eres tú, y eso, querida mía, vale más que la boba perfección. Eres mi bello ángel negro que Dios envió para mí. Si tuviera un deseo ese sería enamorarme de ti y de nuestra familia una y otra vez hasta que el fin del tiempo nos separe- antes de robarle un beso o de darle alguna muestra de afecto él decidió darle su confianza -ahora ten, cuida a mi... No, ya no más... Haiku, cuida a nuestra pequeña, Loan te necesita, pero también te ama, cuídala, confío su vida en tus manos.
-Espera... Lincoln... ¿Estás diciendo que...?
-Desde que recuerdo tartamudeas cuando algo te emociona... Y si no me equivoco en unos segundos estarás...- y Haiku se soltó a llorar sobre el pecho de su amado cargando a Loan en brazos.
-¡SI, ACEPTO CON GUSTO! ¡PROMETO CUIDAR DE NUESTRA BEBÉ CON MI VIDA! ¡LA CUIDARÉ COMO UNA LEONA! ¡MI BEBÉ SIEMPRE ESTARÁ BIEN SI ESTÁ CONMIGO! ¡TE AMO, AMO A LOAN, TE AMO A TI Y AMO A NUESTRA PEQUEÑA FAMILIA!- él no hizo nada más que aceptar su tierno amor.
-Sabía que llorarías.
-¡Es que tú me haces llorar! ¡Te odio!
-¿No habías dicho que me amas?
-¡Es un amor a mi manera! Y si quieres vivir conmigo más te vale acostumbrarte.
-Una vida junto a ti es todo lo que quiero- besó su frente demostrando protección a su familia, le sonrió con sinceridad a su querida Haiku y con un roce entre sus narices se soltó de ella -ahora ponte bonita, tapemos bien a Loan y salgamos en el auto.
-Pero no tenemos auto...
-...
-...
-...
-Lincoln... Nosotros no tenemos auto ¿O si?
-Bueno...
Cinco minutos después en el estacionamiento del edificio de condominios "Disfrutemos la vida"...
-¡LINCOLN MARIE LOUD! ¡¿COMPRASTE UN AUTO SIN CONSULTARME ANTES?!
-¡Aguarda! Cariño... Cariñito mío... Sé que parece una locura ¡Pero no te preocupes! Este auto se pagará solo... Con ocho meses de mi salario también... Je...
-¡Lincoln! No podemos costear un auto ¿Recuerdas lo que dijo la jueza sobre la inspección?, ¿Qué dirá si entra y ve que compramos un auto antes que la fórmula de Loan?
-¡Eso ya lo tengo planeado! Y por eso, este auto fue mi última rebeldía- y como un gran hombre le entregó en sus manos una chequera.
-¿Qué es esto?
-Ábrelo, lee y luego regáñame si lo crees necesario.
-Lincoln no creo que... Ba... Ba... Ba...
-Hoy has tartamudeado más de lo usual.
-¡Trescientos mil dólares! ¡¿De dónde los sacaste?!
-Hace meses tenía planeado comprar una casa en Canadá... Después... Sonará algo raro pero... Estaba elaborando un loco plan para re-enamorarte y después llevarte conmigo a Canadá en una zona donde nadie nos encontraría... Era eso o una cabaña de descanso para vacaciones...
-Eso es románticamente raro... ¿Pero y esa casa?
-La vendí, llevaba años ahorrando en ella. Bueno, la vendí a una reserva que busca preservar la interacción naturaleza-hombre, pero con la condición de que en épocas decembrinas o en verano tuviésemos acceso a ella. Será nuestra casi casa de verano. Si un día quisieras podríamos ir de vacaciones allá con Loan y divertirnos unos días.
-¿Y por qué el dinero está a mi nombre?
-Porque tú eres mucho más responsable para estas cosas que yo. Te dije que aparte de mi corazón y de mi vida también eras dueña de mis cheques, no era broma.
-Pero yo... ¡No puedo...!
-Sí, si puedes. La señora Loud puede aceptar este dinero. Si con ello te comprometes a cuidar de nuestra pequeña con ese dinero yo no tengo problemas.
-¿Por qué eres tan lindo conmigo?
-Porque te estoy dando una última oportunidad. Esta es nuestra última oportunidad para salvar nuestro amor, sé que podemos, yo quiero que podamos- el tierno abrazo con el que la cobijó terminó hundiendo sus corazones en uno solo -¿Tú quieres recuperar nuestro amor?
-No quiero recuperar nada si no lo hago contigo. Te amo mi cielo.
-Yo también te amo... Además, también tenía algo por lo cuál regresar a Royal Woods contigo.
-¿Qué cosa?- el tierno abrazo se esfumó cuando ambas manos de su amado cayeron más que por su espalda baja.
-¿Tengo que decirlo?
-Lincoln, aquí no, estamos en público.
-Eso no parecía importante aquella vez en el parque.
-No, espera un segundo...
-Amo tu ternura, pero este lindo trasero me vuelve loco. Firme, grande y hermoso. Y lo mejor, es todo mío.
-Lincoln...
-No sabes cuánto amo este trasero.
-Aguarda un poco... Aquí no...
-¿Por qué, mi amor?
-Desde hace un año que no hago nada de esto cuando tuvimos esa junta... Ah... Estoy muy sensible... Y Loan está dormida en mis brazos.
-Muy bien, lo haré por Loan. Pero que quede claro que acabo de comprar radios para bebés. Así podemos escuchar a Loan si es que llora. Sólo por hoy uno estará al lado de su cuna y el otro irá directo al sofá.
-Lo reitero... A veces logras hacer que te odie.
-Me amas, me amas tanto que esperas por regresar y dormir a Loan.
-Menso.
Hay quienes dicen que los bebés aman dar paseos en auto. A veces los arrullan y otras más los alteran, y Loan no fue la excepción. Cuando el auto comenzó su marcha el mismo sonido del motor la hizo despertar. Haiku la saludó con un "hola" y una linda sonrisa, pero Loan le dió una mirada como diciendo "¿Qué rayos es esto?, ¿Dónde estoy?" Y, aunque su mirada era tierna, a su padre le pareció gracioso que su pequeña abriese tanto los ojos, su risa contagió a Haiku tanto como para hacerle entender que a veces los bebés también pueden ser graciosos.
Pasados unos cuantos minutos en los que Loan perdió la percepción de su mundo por completo llegaron a su nuevo destino en un pequeño local oculto entre una tienda de conveniencia y una dulcería. Haiku casi llora al ver el lindo lugar y la bella sorpresa que su Lincoln quería darle a ella y a Loan.
-¡No! ¡Dime qué no bromeas!
-Aunque siempre hago chistes esta vez no bromeo, esto es real... Kyle me dió la idea cuando me regaló un marco para fotos hoy en el trabajo.
-Ja, ese bobo siempre sabe lo que necesitas, cuando lo veas dale las gracias de mi parte por la idea.
-Por supuesto querida.
Exactamente, un estudio de fotografía era lo que estaba frente a sus ojos. Era pequeño, bastante sencillo para ser muy serio, de hecho, cualquiera podría pensar que la sencillez era sinónimo de un mal trabajo, claro, cualquiera que no lo conociera diría eso. Sin embargo, cuando entraron y el propietario les preguntó por el trabajo que querían que él hiciera la pareja no hizo más que esbozar una gran sonrisa en sus rostros para posteriormente decir al único: "queremos una foto familiar". Y con ello, sellaron el que sería el bello inicio de la tragedia más hermosa de todas con Lincoln vistiendo de camisa blanca y corbata anaranjado, Haiku luciendo un hermoso y sencillo suéter color vino y Loan posando tranquilamente con un mameluco de color celeste observando un gracioso juguete que brillaba justo por detrás de la cámara, con la culminación de varias fotografías que pasarían a la posteridad como un lindo recuerdo de una nueva familia.
-Entonces paso por las fotografías el martes, ¿Está bien? Le pediré a Luan y a Leni que vengan conmigo.
-Haiku, ¿Estás segura que Leni estará bien con esto?
-Leni jamás podrá superar la muerte de Lori, ella se culpa por lo que pasó hace tantos años, se culpa igual o más que tú en ese entonces.
-Nunca pensé que por querer esconder lo que sentía por ti destruiría a mi familia.
-Mi culpa... Yo básicamente te orillé a ocultarlo tan celosamente, fue mi culpa... Para variar.
-Haiku... ¿Sabes algo? ¡No! ¡En honor a Lori literalmente nada de eso fue nuestra culpa! Nosotros solo éramos chicos tratando de descubrir lo que era el amor. Nuestro trabajo, como niños, era dar nuestro primer paso al mundo del amor, nuestra única preocupación debió haber sido que al tomarnos de las manos hubiera frío para no sudar por los nervios... Y gracias a Leni y a Bobby le tuve miedo al amor durante varios años.
-Y no fue hasta la preparatoria que olvidaste ese miedo.
-Tomaste mi primera vez de la manera más linda y tierna que jamás pude imaginar. No por algo me hiciste confiar en el amor nuevamente.
-Por cierto amor siempre quise preguntarte algo... Sé que me lo dijiste en la preparatoria después de varios encuentros pero... Aquella vez en la secundaria, ¿Cómo fue que pasó lo de la directora? ¿Alguien más se enteró?
-Nadie excepto tú jajajaja. Como te lo dije aquella vez, Haiku, "eso" sucedió más de una vez y sólo diré que Lisa y Leni tuvieron todo que ver.
-Lo sé, sólo quería hacerte sufrir.
-Mala, me atormentas con mi propio pasado.
-No te puedo reclamar nada después de lo que yo te hice en la secundaria.
-Lo recuerdo perfectamente, la guerra empezó justo después de ese día.
-Me sorprende cómo es que todo se vino abajo. Sé que no fue nuestra culpa pero el destino acomodó todo a la perfección para que se diera un tropiezo tras otro.
-El efecto mariposa, querida Haiku.
-En efecto... Lo bueno de esos errores es que ahora podemos evitar que Loan caiga en esos mismos pozos de dolor.
-Haremos lo posible por mantenerla alejada de ello... Por cierto, Haiku, quisiera preguntarte algo.
-¿Qué sucede, amor?
-¿Cuándo sentiste que teníamos esa mágica conexión? Digo, ¿Recuerdas un momento en específico que te diga eso?
-Pese a tener cientos de recuerdos felices y tristes a tu lado creo que hay uno que me dijo "¡Oye, chica! Él es más de lo que vez, no lo sueltes y podrás llevarte una sorpresa", ¿Tú también sentiste algo igual?
-Por supuesto que sí, sucedió poco después de nuestro reinicio de cómics después de devolver la bicicleta jajajaja.
-Creo que ambos nos referimos al mismo día.
-¿En serio? ¿Y tú cómo lo recuerdas?- Haiku observó que Loan los miraba con atención tratando de descubrir lo que ellos jariany a continuación, Haiku sabía que Loan le pedía algo nuevo. Ella río, besó la mejilla de su pequeña para darse valor, tomar aire y a oídos de sus amores hacer algo lindo pos su familia:
-I'm on the front line
Don't worry i'll be fine
The story is just beginning
Él comprendió que la mágica conexión que sintió con su prometida era compartida. Con amor alzó la voz en coro de la mano de la única dueña de su corazón:
-I say goodbye to my weakness
So long to the regret
And now that i'm alive
Y así, juntos, decidieron cantarle al amor, a la viva imagen que su cariño formó al pasar de los años, del dolor y de la alegría, de la comprensión y el respeto mutuo que su propio amor forjó el uno con el otro. Así es, ellos decidieron cantarle a Loan, su perfecto tesoro, su verdadero amor:
-I'm on the front line
Don't worry i'll be fine
The story is just beginning
I say goodbye to my weakness
So long to the regret
And now that i'm alive
I'm on the front line
Don't worry i'll be fine
The story is just beginning
I say goodbye to my weakness
So long to the regret
And now I see the world through
Diamond eyes!
I'm on the front line
Don't worry i'll be fine
The story is just beginning
I say goodbye to my weakness
So long to the regret
And now I see the world through
Diamond eyes!
Una canción que dice más de mil palabras, un beso muestra más que la pintura más bella del mundo y un amor sincero vale más que un millón de monedas de oro. Ese tesoro tan hermoso que pocos se dan a la tarea de conocer fue descubierto por Lincoln y Haiku quienes decidieron tomar la mano de Loan para encaminarla hacia un buen lugar.
La regordeta bebé se quedó dormida al pasar de un par de canciones, para cuando llegaron a su hogar ya se encontraba dormida en los brazos de Haiku.
-¡Y llegamos!
-Así es Linc, en honor a nuestra promesa: ¡He aquí! Hogar, dulce hogar.
-Gracias por aceptarme, Haiku.
-Ya no digas esas cosas- ya no tenía que preguntarle nada, como su prometida, él tenía que complacerle en todo sentido todo el tiempo. En silencio lo llevó de la mano hasta su habitación y lo hizo recostarse sobre la cama -listo, ya está todo listo.
-Oye amor, Loan aún no está en su cuna y yo...
-Oh, lo lamento mucho pero no haremos nada de lo que estás pensando- con un simple aplauso apagó las luces de la habitación -hoy sólo quiero dormir. Hace algo de calor en la habitación a pesar de ser época de lluvias. ¿Por qué no dejas a Loan en la cama y te cambias para dormir?
-Pero son las seis...- el rostro de enfado de Haiku lo dijo todo -enseguida me cambio- ¿Cómo no hacerle caso a ella? En simpleza decidió colocar a Loan sobre la cama, dándose media vuelta para quitarse la camisa y la corbata -cariño, mi pijama está de tu lado debajo del espejo, ¿Me la puedes pasar?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque no te has quitado todo, déjame verte al igual que yo y te la daré- la suave mano de su amada le tocó el hombro para voltear su vista hacia ella -dime, ¿Aún me veo linda?- la vista era hermosa, una tierna mujer que sólo vestía su ropa interior frente a frente de quién ella estaba enamorada -sé sincero.
-Wow... Eres la mujer más bella del mundo... Lo dije desde mi cumpleaños, lo dije en la preparatoria, lo dije hace un año y lo digo ahora... No hay mujer más hermosa que tú... Te amo...- un beso prematuro, ella lo detuvo con un sólo dedo tocando suavemente sus labios.
-Te lo dije, igual que yo- rápidamente se despojó de su pantalón, quería llevar a Loan a la cuna para no molestarla pero Haiku le ganó. Recostó a la bebé con cuidado en la cuna justo del lado donde su padre solía dormir -listo, Loan ya está descansando pero...
-¿Pero qué? ¿Pasa algo?
-Recuéstate en la cama- él lo hizo pensando en que ella haría algún jugueteo como los que tanto adoraban hacer, pero lo que pasó lo hizo enamorarse de ella aún más -déjame quitarte esto.
-¡No!... Es decir... Mi prótesis no... No quiero lucir como un fenómeno, no frente a ti...
-Nunca te vería de esa manera... Por mi culpa perdiste tu pierna (sniff) y eso es algo que jamás me perdonaré (sniff) sufriste tanto por tantos años por mí... Salvaste mi vida y...
-Y ahora soy un estúpido cojo que no puede andar sin su estúpida pierna de metal...
-No eres un estúpido cojo- amor, el amor lo puede todo, a pesar de las inseguridades ella lo acogió con amor. Lentamente comenzó a retirarle la prótesis que cuidaba de su andar por la pierna izquierda -esto es un símbolo... Es la prueba de que mi héroe me salvó la vida... Cuando me empujaste fuera de peligro yo moría de miedo, casi me lloro cuando creí que estarías aterrado por tomar mi lugar... Pero... Al verte mientras caía al suelo tú me regalaste esa bella sonrisa que tanto amo... Me dijiste sin palabras que todo estaría bien (sniff) y yo confíe en ti sin dudarlo (sniff) es mi culpa que te sientas así y por eso... Yo...
-No tengo nada que perdonarte... Una pierna por el amor de la chica de mis sueños... Daría ambos brazos por un beso tuyo.
-Y por eso quiero que dejes que te quite esta cosa, ¿Crees que no me doy cuenta?
-¿De qué hablas?
-Por muy robótica y avanzada que sea esta cosa sé que no es muy cómoda. Por la madrugada te levantas, usas el bastón que guardas detrás del armario y limpias la parte de tu pierna que se monta sobre la prótesis. Parece que te molesta un poco y que te irrita incluso.
-Sólo a veces, suele pasar cuando estoy mucho tiempo de pie o cuando corro, en el hospital siempre estoy corriendo.
-Lo sé... Por eso quiero que me dejes hacerme cargo de mi hombre por hoy. Siempre nos andas cuidado, deja que esta vez sea yo quien te proteja- sin darse cuenta le retiró el resto de la prótesis sin problemas. No tardó nada en encontrar todo lo que Lincoln usaba para limpiar la zona que le molestaba -ahora deja que te cuide- él tenía muchas dudas, creía que ella haría una cara rara, tal vez disgusto o incomodidad, pensó que eso le haría más daño que recordar que no tenía una pierna, pero lo que vió fue una linda acción, una desinteresada y bella acción. Haiku no hizo mueca de disgusto alguna, ni un poco de incomodidad ¡Todo lo contrario! Una muy pequeña y genuina sonrisa se esbozaba en su rostro, cuidando con el toque más suave de todos no hacerle daño -si te lastimo puedes decirme. Tengo que aprender a hacerlo perfectamente si quiero cuidar de ti de ahora en adelante.
-A veces yo... Suelo sentarme frente al espejo para simular que aún tengo la pierna, así yo...
-Calmas el dolor fantasma, ¿Aún te pasa?
-Cuando no duermo lo suficiente, pero...
-Nada de peros, mejor deja de pensar y deja que te cuide- dos horas de cuidados intensivos, masajes, pomadas y una muy buena técnica para vendar después y Lincoln se encontraba al borde del llanto -¿Estás bien?
-Creí que (sniff) al ver "esto" te daría asco...
-Nada de ti me daría asco... Excepto cuando haces esos concursos de eructos con Lola.
-Jajaja eso es tradición nuestra ¡No la podemos romper!
Y con un nuevo rumbo a una nueva vida la bella familia de tres comenzaba un lindo camino. Sin embargo, este apenas era el principio, ¿Acaso algo malo podría venir?...
Eres tan bella... A pesar de haberte visto por solo unos segundos supe que eras especial. Lincoln y Stephanie cuidarán bien de ti... Sin embargo... Como tu mamá jamás podré dejar de preocuparme por ti, así que permaneceré a tu lado por el resto de tu vida, prometo que te cuidaré pase lo que pase... Mi linda Loan... Mi perfecta bebé... Mi hija... Mía...
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