Bad Liar

-Y aquí estamos de nuevo. Hace años que no te veía.

-...

-Esto me sorprende. Quisiera decir que es un placer verte o podría mentir diciendo que detesto que volvieras a contactarme pero si hay algo que he aprendido en este tiempo es a recordar que las personas pueden cambiar. Qué conste que hago esto para que nuestro futuro pueda tener un nuevo sentido. Quisiera que mi bebé crezca en una familia normal y para ello sé que es necesario que te conozca- Stephanie lleva consigo una linda cuna de colores azules turquesa con blanco, dentro de la misma una linda bebé de apenas unos meses de edad yace descansando, sin embargo, la bebé no duerme, solo descansa. No obstante, Stephanie no dejará que esto sea tan sencillo. Cuando la persona que la acompaña estira su brazo para destapar la cuna y ver a la bebé su mano es detenida por Haiku -tampoco dije que sería sencillo. Esto no es algo que pase de la noche a la mañana, así que, dime ¿Qué quieres de mí?

-Creo que eso ya lo sabes... Estos años que no te he tenido conmigo han sido agonizantes. Quisiera, en primer lugar, decirte que te he extrañado como no tienes idea; en navidad, año nuevo, en nuestros cumpleaños ¡Nuestras tardes de compras! Ya ni siquiera puedo comprar un kilo de zanahoria sin pensar en preguntarte si te gustaría comerla... ¡Mírame bien! Amor, estoy hecha un desastre, no duermo como debería, ya no veo televisión ¡Si no fuera por tu padre no podría ni comer!

-Comprendo... Entonces haces esto por ti... No por mí ni por mi nena... Lo haces por ti... Gracias por aclararlo (sniff). Acepto que por un instante creí que dirías algo lindo sobre mí y mi familia (sniff) pero me equivoqué... De nuevo...

-¡No! ¡Amor, tú no lo entiendes! ¡¡No hago esto por mí!! ¡Mis días de preocupación por el resto del mundo terminaron!- sus manos buscaron las de Stephanie para sostener algo más que su palabra -¡Escucha, hija! ¡Esto ya no es por mí! ¡Ni siquiera por ti! Yo solo... Solo quiero conocerla (sniff) quiero ver a ese angelito que llevas en la cuna... Quiero darle ese amor, paciencia y atención que jamás pude darte... Sé que nuestra relación no fue la mejor desde aquel día y eso es algo que jamás podré arreglar ¡Si tuviera una máquina del tiempo lo haría! Daría mi vida por tenerte de la misma manera en que tú tienes a esta bebé- de entre sus fríos ojos asesinos las lágrimas más débiles y terribles de todas comenzaron a salir por sus lagrimales. Stephanie, conmovida, trataba de resistirse ante las bellas palabras de esa mujer que tanto le pedía por ser parte de su vida de nuevo ¡Pero no! Esto no era algo que se solucionara con un "lo siento mucho" ¡Todavía no! Gritaba Stephanie en su corazón.

-Escucha... No sé qué quieras de mí pero...

-¡LAS QUIERO A USTEDES! ¡QUIERO VOLVER A SALIR CON MI HIJA! ¡NECESITO QUE VUELVAS A SER MI NIÑA! ¡TE EXTRAÑO MÁS DE LO QUE IMAGINAS! ¡No hay día que no rece por ti! ¡Y, cuando creí que nada podría ser más doloroso! ¡Llega ella!- con su triste mirada señaló a la bebé que todavía no conocía -¡Mírala! ¡No puede ser que todavía no la conozco y ya la amo tanto! ¡MÍRALA! Mi pequeña ya tiene una bebé (sniff) y me lo perdí... Me perdí ese momento especial, mágico que solo las mamás conocemos... Y esos momentos ya jamás regresarán, se quedarán ahí por la eternidad... Pero eso no me impide crear nuevos...

-Te recomiendo que cuides tus palabras... Los recuerdos malos son los que más duelen y los que se quedan más arraigados a nuestra historia. Si quieres conocerla, verla o hacer algo por ella... Primero tendrás que pasar sobre mí ¡Este tesoro es mío! Y lo celaré como corresponde ¡Nadie pondrá sus manos en ella sin mi permiso! Y para ello primero debo de confiar en aquel que quiera conocerla. Tristemente a ti te dejé de conocer desde aquel día que llegaste a mi casa, cuando destruíste mi hogar, a mi familia y a mí.

-¡¿Qué acaso nosotros no somos tu familia?!

-¡Se supone que la familia es tu hogar! ¡Con ustedes jamás me sentí así! ¡¿Qué no recuerdas tus mentiras y chantajes?! ¡Siempre te di una oportunidad tras otra tras otra tras otra tras otra tras otra y jamás lo entendiste!

-¡Era amor! ¡NO SABES POR LO QUE...!

-¡TÚ TAMPOCO SABES POR LO QUE HE PASADO! ¡¿CREES QUE ESTO FUE FÁCIL?! ¡NO, POR SUPUESTO QUE NO! ¡DESDE HACE AÑOS QUE TÚ DEJASTE DE SER MI FAMILIA! ¡Desde esa tarde que arruinaste mi sueño! Ese maldito día (sniff) cuando deseaste mi muerte (sniff) ¡Pues bien! ¡¡TU ESTÚPIDO DESEO SE CUMPLIÓ!! ¡ESTUVE MUERTA EN VIDA VAGANDO POR MUCHO TIEMPO SOLA! ¡ESTUVE A PUNTO DE QUITARME LA VIDA...! Hasta que ellos aparecieron... Cuando Lincoln regresó dispuesto a darme una nueva oportunidad decidí que no volvería a defraudarlo... Ma... No... Carol... Esto que te diré es algo que siempre quise decirte, desde el día que comimos esa tarta juntas a mitad de la noche... Hay una persona que desde hace años vive en mis pensamientos. Cuando estoy con él mi corazón se complementa, esos sentimientos frívolos que desbordan desde lo más profundo de mi ser se intensifican y desaparecen cuando estoy entre sus brazos. Jamás he besado labios iguales a los suyos y espero nunca hacerlo. Carol... Él no sólo me gusta... Es la persona con la que he decidido compartir mi vida, a su lado quiero vivir todo eso que alguna vez me contaste cuando niña; quiero salir de fiesta con él, adoro verlo dormir en las mañanas, lo amo cuando se despide de nosotras con un beso después del desayuno y cuando regresa a tomarse cinco minutos de tiempo fuera para darnos su mejor versión durante el poco tiempo que nos pertenece, el cuál siempre ha sido de calidad... Él... Es quien me propuso matrimonio con esto- frente a ella el anillo milenario de su nueva familia deslumbraba frente a Carol -esto ha estado por generaciones en su familia... Error... En nuestra familia... Esto es mío y nadie me lo va a quitar porque de hacerlo significaría que abandoné a mi bebé... Y por ello y muchas cosas más es el hombre con el que quiero pasar el resto de mis días amando, cuidando y adorando a nuestra pequeña familia... Nuestra rota y feliz familia... Y por eso te pregunto: ¿Qué es lo que buscas? ¿Estás segura de querer regresar a la familia? Escoge tus palabras, esto es entre tú y yo, deja a ese que tanto daño le hizo a mi familia y piensa por ti misma: ¿Qué es lo que quieres?- al igual que preguntó hace años cuando la confrontó, Carol estaba desecha en el lugar... La respuesta era obvia, su corazón le gritaba por responder, su cerebro estaba a un suspiro de hacerlo, sus manos todavía querían retener a su hija... Pero su temor era más fuerte... Eso le impidió dar marcha hacia adelante... Cuando Stephanie observó como Carol desvió la mirada comprendió todo -ahora lo entiendo- tranquilamente secó sus lágrimas con un pañuelo que suele guardar en las mangas para ocasiones importantes. Suspiró por un largo momento y dió un sorbo al café que tenía frente a ella -no te preocupes. Vine con pocas ilusiones de arreglar las cosas. Créeme que desearía ser la hija que tú quieres, ya sabes, esa que estudia derecho, que gana campeonatos con primer lugar y esa que tuviera a alguien a quien apruebes con el corazón. Sin embargo, no soy esa y agradezco que nunca lo seré. De igual manera te pido que no te preocupes por pagar (sniff) me conocen en este café, tengo una cuenta y recientemente mi esposo y yo abrimos una para nuestra pequeña. Será para cuando crezca así que pide lo que quieras y ponlo en mi cuenta. Gracias, Carol, gracias por mostrarme la clase de madre que no quiero ser- Stephanie tomó la cuna de Loan y se fue dándole la espalda a la que alguna vez fue su madre. No obstante, aunque su espalda y su actuar se vieran helados dentro de su mente solo ella sabía la verdad -mamá... ¿Por qué no me amas? ¿Qué acaso no soy lo suficientemente buena para ti? Mis bebés son perfectos a mis ojos, ninguno de ellos se ganaría mi desprecio por nada... ¿Cómo es posible que no me quieras cuando yo todavía te amo con todo mi corazón? Así que, te agradezco, gracias por mostrarme lo que no debes de hacerle a un hijo...- declaró Stephanie desde lo más profundo de su ahora amoroso corazón...

La pobre chica decidió dar un pequeño paseo por el parque, echar un vistazo a la vida para calmar sus impulsos de reclamarle a su madre por ese amor que siempre debió de tener. Después de un par de minutos caminando decidió sentarse en una de las bancas del lugar. Abrió la cuna para observar a la bebé más hermosa del mundo, misma que se encontraba comiendo su propia mano tratando de descubrir su sabor... De nuevo.

-Oh, princesa, te he dicho que eso no se come- un solo vistazo a su reloj de bolsillo para asegurar la hora le indica que es momento para almorzar para su pequeña -bueno, paletita, es hora de comer- armada con su confiable pañalera en menos de un minuto tenía a su pequeña comiendo una papilla -¡Eso amor! Sabía que te gustaría más la que tiene sabor a manzana ¡Tu padre es un bobo! Él no sabe lo que nos gusta- pese a su corta edad, Loan parecía tratar todavía de dar un sentido a una única palabra que aún no podía declararle a esa que ella adora con todo su corazón. Stephanie es una gran madre pues, a pesar de negarlo, aprendió a darle de comer a Loan a la perfección, a cambiar pañales, a cantar, bañarla, vestirla, arroparla, etcétera... Todo gracias a la madre de su esposo -tan solo quería que mi mamá me diera consejos... Loan, paletita... Prométeme que nosotras jamás nos odiaremos como mamá me odia a mí ¿Qué dices, bebé? Sé que no soy tu mamá pero realmente quiero pasar el resto de mi vida junto a ti y tu padre, quiero que seamos la familia que tanto necesitamos, deseo que, cuando crezcas, sientas en tu corazón eso que te invite a llamarme como tanto quiero que lo hagas... Pero eso no significa que te presionaré a que lo digas, de hecho, jamás te obligaré a hacer algo que no te guste ¿Recuerdas las caras chistosas que hiciste cuando probaste el plátano? ¡Pues adiós! ¿Y qué tal del día que comimos espárragos? ¡También fuera! Pues no importa lo que suceda... Te prometo que Haiku estará de tu lado, seré tu confidente, tu mejor amiga, secuaz, compañera... Y... Oh, Dios, perdóname por lo que diré pero sólo será está vez... Loan... Prometo que... Aún por encima de todo eso (sniff) yo... Yo... Prometo ser... Ser tu ma... Ma...

-Ma...- existen miles de millones de emociones viviendo en nuestro ser al mismo tiempo. Todo ocurre tan rápido que al pestañear nos perdemos de cientos de situaciones que nos hacen reaccionar ante todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Para Stephanie, al escuchar que fue su pequeña la que le ayudó a ver lo mucho que significa para Loan fue como si su mundo se destrozara en un santiamén. Todo su ser se desvaneció cuando Loan le pidió desde lo más profundo de su corazón que fuese para ella más de lo que necesitaba. Lo que la bebé le pedía era ese amor que no muchos son afortunados de tener. Stephanie no lo tuvo todo el tiempo, fueron pequeños momentos los que puede recordar en los que tuvo una verdadera madre... Y ahora la vida le estaba poniendo en sus manos ese amor por el que tanto había esperado en forma de una regordeta, inocente, tierna y amorosa bebé.

-Lo... Loan... ¿Qué dijiste?

-...- la bebé la observó profundamente con las mejillas rellenas de papilla.

-Loan... No... No juegues así conmigo... Dilo... ¡Dilo por favor! Mi pequeña princesa, por favor no me dejes imaginar que escuché mal... Por favor...- Stephanie dejó de controlar sus lindos sentimientos, ahora era una cascada que era imposible detener -¡Mi paletita! ¡Dilo de nuevo!... Por favor...

-Creo que la única que no se da cuenta de lo que significa esa palabra eres tú...- por detrás de ellas una silueta gris y melancólica se escondía de Stephanie y de Loan. No era otra sino Carol quien las siguió hasta el parque donde las encontró en el mejor momento posible. Stephanie hizo el intento de limpiar sus ojos de nuevo pero por los nervios tan intensos que sentía solo pudo mover su mano de un lado al otro mientras intentaba ignorar a Carol.

-¿Qué (sniff) quieres?

-Lo mismo que tu bebé te pidió... Quiero ser tu mamá de nuevo... ¡Quiero que vuelvas a ser mi hija!- hace tantos años que ya no lo hacía... Sus brazos se estiraron hasta alcanzar la espalda de Stephanie. Su triste rostro ahogado en lágrimas se derramó un poco por encima de Loan quien las miraba como preguntándose: "Mami ¿Quién es ella?" Mientras Haiku todavía parecía no poder creer nada de lo que estaba pasando.

-¡¿Cómo puedes pedirme eso?! ¡¿Qué acaso no cuentan los años que me dijiste que dejé de ser tu hija?! ¡¿Tienes idea de cuánto sufrí sin mi mamá?! ¡Mi embarazo, los hospitales, los llantos y funerales! ¡¡TE NECESITÉ MÁS QUE NUNCA Y TÚ ME ABANDONASTE!! ¡¡ME DEJASTE SOLA!! ¡YO SOLO QUERÍA A MI MAMÁ!!- Stephanie dejó de suprimir sus sentimientos. Entre altavoces dió rienda suelta a sus dolorosos gritos de agonía igual a un alma en pena -¡¡Mamá, te extraño mucho!! ¡Extraño cuando me preparadas mi desayuno especial en mi cumpleaños! ¡¡Extraño salir a tomar un jugo al salir de la escuela!! Extraño cuando me abrazabas (sniff), cuando besabas mi frente y me decías que me querías... Extraño cuando me amabas... Extraño a mi mamá...

-Y yo extraño a mi bebé (sniff), extraño cuando me abrazabas por las tardes, cuando nos probábamos ropa para tus citas... Extraño cuando me abrazabas y me decías que me amabas... ¡¡Mi pequeña, te extraño!!

-¡Y yo a ti mamá!- el reencuentro entre madre e hija fue más que espectacular. Stephanie ya no estaba sola, ahora tenía más de lo que podría haber deseado: una pequeña espectacular, el mejor esposo del mundo, una familia increíble y una mamá sin igual. Stephanie pasó horas llorando sobre el hombro de su madre recordando todas las veces en que esa mujer le dió el consuelo que necesitaba. Llegadas las 4:00 pm ambas habían recobrado la compostura. Ahora descansaban tranquilas sobre el pasto del bello y pacífico parque en el que resolvieron todo lo que hacía falta.

-Y si la dejas explorar más de vez en cuando puede sorprenderte. A su edad eras toda una diablilla que no se quedaba quieta. Recuerdo que el gato de los Johnson te tenía miedo porque lo correteabas siempre que podías.

-Jajaja adoraba a ese gato, era negro y muy odioso.

-Recuerdo lo feliz que te pusiste cuando tuviste ese gatito a escondidas en casa por un mes ¿Lo recuerdas?

-¿Hablas de Tim? Fue increíble... Hasta que tu esposo lo descubrió y me hizo salir a la mitad de la noche a encontrarle un hogar. Agradezco que Persephone lo acogió en su casa.

-Ambas salimos a recorrer las calles de Royal Woods aquella noche... Por cierto, amor... ¿Crees que pueda pedirte un favor?

-Depende, lo haré solo si no le hace mal a Loan- la sonrisa de Stephanie era majestuosa. Ante los ojos de Carol la imagen vívida de su hija demostraba amor pleno y sincero. Cuando menos se dió cuenta un flash cayó sobre Stephanie y Loan -¡Oye!

-Ahora ya tengo un lindo fondo de pantalla que jamás quitaré- dicho y hecho ahora la foto era el fondo de pantalla del teléfono de Carol. Después de mostrarle a su hija la foto pidió permiso a Stephanie para cargar a Loan quien aceptó amablemente pues ahora que habían arreglado las cosas entre ellas confiaba la vida de su paletita en las manos de su madre -¡Hola mi bebita hermosa!- decía mientras la cargaba -¡Así que tú eres Loan! ¡Eres preciosa! ¡Un diamante hecho y derecho! ¡Sí que sí!- con un movimiento le picó sus pies y estiró sus manos haciendo a la bebé reír -¡Sí! Sabía que funcionaría.

-¿Cómo hiciste eso?- preguntó Stephanie con una hermosa sonrisa.

-Tú tenías las mismas cosquillas a su edad... Tú y ella son... Son perfectas (sniff) ¿Verdad que sí, Loan? ¿Verdad que tu abuelita tiene razón?- Loan solo se quedó mirándola fijamente -¡Y hasta tiene tu misma mirada! Tétrica, me encanta.

-Y yo la amo... Por cierto, ma ¿Qué es lo que querías pedirme?

-Bueno, amor, yo quería...

Una hora después dentro de la nueva residencia Loud un joven padre preparaba la cena.

-Y... ¡Listo! Ahora Stephanie estará feliz cuando vuelva. Tengo que hacerla sentir en casa. Nunca terminan bien las pláticas con su madre y siempre se deprime después de ello así que hoy le tengo su favorito esperando por ella ¡Y eso no es todo! ¡Ahora tengo esto para hacer juego en familia! ¡ESTO ES PRECIOSO! ¡SEGURO QUE STEPHANIE AMARÁ ESTE REGALO!- *toc toc* sonó la puerta de su hogar -¡Un segundo!- Lincoln salió para atender a quien tocaba -residencia Loud ¿En qué puedo... Ayudarle?- cuando abrió la puerta... Carol estaba de pie frente a él.

-Buenas tardes- le dijo a Lincoln -¿Puedo pasar?

-Buenas tardes- respondió en seriedad -Stephanie no se encuentra por el momento.

-No vengo a verla a ella... Vine a verte a ti...- Lincoln dudó en dejarla entrar. Tantas cosas egoístas y groseras que hizo hacia él en anteriores ocasiones no le daban la seguridad de dejarla entrar a su hogar.

-Disculpe- dijo mientras cerraba la puerta -no creo que sea prudente...- Lincoln cerró la boca cuando Carol lo abrazó desprevenidamente -¿Está bien?

-¡No, nada está bien! ¡Jamás dije esto pero perdóname! Perdón por lo que les hice a ti y a Stephanie cuando eran jóvenes (sniff), perdón por nunca apoyarlos y por dejarlos a la deriva cuando más me necesitaron... Perdón por ser una terrible suegra contigo.

-Oh... Wow... Vaya... Esto es...- Haiku apareció detrás de Carol con Loan en brazos. Lincoln trató de explicar pero al ver a Stephanie tan feliz comprendió que esta disculpa era verdadera -¡Qué demonios! ¡La vida es muy corta para guardar rencores!- y al igual que Carol él devolvió el abrazo -no se preocupe, con tal de que ame a Stephanie yo me doy por bien servido.

-Se supone que las suegras dicen eso.

-Jajajajaja supongo que sí, señora.

-¡No! ¡Nada de eso!- rápidamente se alejó de Lincoln para verlo a los ojos, su mirada estaba llena de determinación -tú te vas a casar con mi hija ¿No es así?

-¡Así es!- respondió igual que un soldado sin duda alguna sobre su afirmación.

-Entonces eso no me hace ninguna extraña... De ahora en adelante puedes decirme "mamá Carol" ¿Entendido... Hijo?

-¡Entendido, mamá Carol!- la madre de Stephanie no podría estar más felíz, sentía que ahora su vida comenzaba a retomar ese dulce sabor que hace mucho creyó haber perdido. Lincoln y Stephanie la invitaron a pasar e incluso le pidieron que se quedase a cenar, sobretodo Lincoln quien parecía más emocionado de lo normal. Una vez que todos compartían la mesa, Lincoln levantó a Loan de las manos de Haiku dejándola con los brazos estirados.

-¡Oye! ¡No me quites a mi princesa!- el claro reclamo de Haiku solo lo hizo reír al verla haciendo pucheros.

-Por supuesto que no te la quito. Sin embargo, en un mundo como el nuestro es necesario que Loan comience a crear sus propias habilidades, es escencial que ella crezca y descubra por sí misma este mundo así que para ayudarle a hacerlo... Tambores por favor...- mientras con sus manos emulaba el sonido de un par de tambores de presentación, debajo de una sábana descubrió un gran bulto que cubría:

-¡Ta ra!- exclamó Lincoln con un brazo abierto mientras con el otro carbaga a Loan -¡Es una sillita alta para bebés! La compré de camino aquí. Nuestra pediatra de confianza me dijo que es preciso que nuestra hija comience a comer sola, que no importa si hace un desastre en su cara o en su silla pues esto le ayuda a su desarrollo intrapersonal y a su independencia. No es sano que dependa de nosotros para comer pero es mejor que aprenda eso con nosotros.

-Lincoln... ¡Esto me encanta! ¡Es increíble! ¡Y mira su sillita! ¡Tiene portavasos!- Haiku observó el asiento de Loan por todos lados y aunque estaba de acuerdo con su esposo tenía una pequeña petición -esto es hermoso, amor, pero creo que podemos esperar a empezar con su independencia mañana, hoy quiero darle de comer a mi bebé ¿Crees que pueda? ¡Anda! ¡Porfis, porfis, porfis, porfis, porfis, porfis! ¡¿Sí?!- al verla tan emocionada Lincoln no tuvo otra opción más que ceder:

-Por supuesto, canelita, puedes hacer lo que quieras.

-¡Yay!- casi de inmediato comenzó a alimentar a Loan con delicadeza. Con cada bocado que la bebé le da a su papilla, Haiku le roba un beso en su mejilla, manos y frente. Carol no hizo nada más que observar a su hija siendo la mujer que siempre imaginó. A su mente llegaron los recuerdos de cuando Haiku misma le pedía ayuda con la tarea, cuando le daba mimos en los desayunos o cuando juntas planearon cientos de travesuras pero lo que mejor recordaba era aquella vez que Lincoln hizo llorar sin querer a su hija.

-Oigan- dijo Carol -¿Creen que mañana pueda hablar con los padres de Lincoln? No quisiera que me vieran como una extraña en la vida de... De esta preciosa nenita.

-No, no le digas así, mamá Carol- el repudio de Lincoln parecía ser mal visto pero en el fondo tenía un mejor significado.

-¿Pero por qué? ¿Acaso hice algo malo?- rápidamente fue Carol quien intentó disculparse pero Lincoln la detuvo sosteniendo su mano mientras la invitaba a cambiar de asiento con él en la mesa.

-Escuche, algo de lo que siempre hablamos Stephanie y yo es sobre decir la verdad. Verá, no me gusta disfrazar la realidad, odio que las cosas no se digan por lo que son y en este caso usted es la madre de Stephanie, mi futura esposa- a manera de demostrar que lo que dijo eran más que simples palabras, Lincoln le entregó a Carol una pequeña cuchara sumergida en la papilla que Loan estaba comiendo -eso quiere decir que ya no es una extraña para Loan... Ahora es su abuela- cuando Carol escuchó tal afirmación sintió que por un instante su corazón se detuvo, incluso lloró poco a poco deshaciéndose de ese frío semblante, todo para aceptar la clara invitación de Lincoln para formar parte de esta nueva familia que Stephanie y él estaban formando.

-Así que soy abuela... Me siento agradecida de ser parte de la vida de Loan... Prometo que no voy a desperdiciar esta oportunidad ¡Lo juro! Mi nena va a tener todo lo que una abuelita le puede dar a su nieta. Iremos de compras en su cumpleaños, le daré miles de regalos en navidad y siempre cuidaré de ella aún por encima de todo. Por supuesto que la voy a consentir, le daré dinero a escondidas y también estaré ahí para todas las etapas que la vida me permita vivir junto a ella... Lincoln, Stephanie... Gracias... Gracias por aceptarme.

-No agradezcas, ma- aún con lágrimas sobre sus mejillas, Haiku decidió que era momento de comenzar una nueva etapa con un mejor camino -puedes cuidar de ella todo lo que creas conveniente. Sin embargo, por hoy debo decir que la noche es fría y muy oscura, es peligroso salir a esta hora así que, dime ¿Te gustaría pasar la noche con nosotros? Tenemos un cuarto para invitados así que puedes quedarte ahí todo lo que quieras- como si fuera un despertador, Loan escuchó un timbre proveniente de uno de los relojes de la casa e inmediatamente comenzó a caer dormida -¡Oh! Veo que mi paletita se durmió.

-Vaya que su horario de sueño es inquebrantable- mencionó Carol quien apenas estaba terminando de alimentar a Loan.

-Lo es, Lincoln y yo procuramos no dejarla dormir más allá de las 8:00 pm. Es importante que regule su tiempo de sueño en un horario cómodo. Además, no es por presumir pero gracias a mis cuentos nocturnos cuando cae dormida no hay poder humano que la despierte así que ahora podemos limpiarla, cambiarla a su ropa para dormir y dejarla descansar en su cuna, así que vamos a...

-¿Puede dormir conmigo esta noche?- los ojos de Carol le mostraron a Haiku que estaba decidida a dormir con Loan, su madre no iba a aceptar un no por respuesta.

-Es que no sé... Apenas ha dormido lejos de nosotros unas pocas noches cuando las hermanas de Lincoln vienen de visita pero...

-Adelante, Carol, por supuesto que puedes- ¡Haiku no lo podía creer! Su prometido aceptó que mantuvieran a Loan lejos por una noche ¡Y con alguien que no es una Loud! Esto dejó conmocionada a Stephanie quien no sabía si él lo decía en serio. Carol aceptó de inmediato y casi al instante ya se encontraba con una pijama prestada de su hija y con Loan en la habitación de invitados.

-¡No se preocupen!- dijo Carol con una gran sonrisa y lágrimas cayendo desde sus ojos -¡La cuidaré tan bien como lo harían ustedes! Estaré vigilando a esta princesa toda la noche ¡Ustedes descansen y nos vemos en la mañana! ¡Los adoro!

-Pe... Pero es que yo...- aún cuando Stephanie dudaba en dejar a Loan con su madre era Lincoln quien la llevó casi a rastras hasta su habitación diciéndole una y otra vez que estaba seguro que podían confiar en ella. Cuando al fin entraron a su cuarto, Haiku todavía no parecía estar convencida con la idea -oye Linc, sé que esto de comenzar una nueva relación con mi mamá es genial y todo pero ¿Crees que ella realmente deba cuidar de Loan? Digo, mamá es excelente con los bebés y todo eso pero hay algo que no me deja pensar con claridad, es más yo creo que...

-Tú no irás a ningún lado- Haiku no se dió cuenta en qué momento terminó sentada sobre las piernas de su prometido de espaldas hacia él -ahora guarda silencio amada mía que podrías despertar a nuestra pequeña.

-Oh... Ya entiendo porque estabas tan insistente en dejar a Loan con mamá... Oye... Oye... Esto no está bien... Mi mamá nos puede oír.

-Es igual a esas veces en tu casa cuando me dejaste quedarme a dormir ¿Lo recuerdas?- poco a poco las manos de Lincoln comenzaron a tocar a Stephanie en lugares que ella apenas recordaba -¿Lo recuerdas, amor?

-Espera... Ah... Oye... Oye... ¡Espera!

-¡No! ¡Desde que regresé no ha habido día que no deje de pensar de pensar en tener este cuerpo para mí de nuevo!

-Ese no es el problema... Ah... Eso... Es... Espera... Lincoln... Sabes que no me controlo... Hace mucho tiempo que no lo hemos hecho que... Es... Espera... Oye... Te... Li... Linc... ¡Lincoln! ¡LINCOLN! ¡Ahhh!- rápidamente cubrió su boca con un beso para evitar que gritara, un largo beso que duró varios minutos hasta que ella se calmó -¡Estúpido! Te dije que estaba sensible... Me... Perdón... Es que hace tanto que no me tocabas que había olvidado lo mucho que me encanta...

-Te veniste con unas cuantas caricias mi amor... Ahora déjate llevar. Loan estará segura con tu madre cuidándola...

-Espera... No podemos...

-Claro que podemos, estamos en nuestra casa, nuestra hija está durmiendo y tu madre cuida de ella... Solo no grites, si mamá Carol me descubre estoy seguro que volverá a usar la escoba.

-...- cuando más la tocaba menos posible le era a Stephanie controlarse.

-¿Entonces, Haiku? ¿Podemos continuar?

-... Mhm... Ah... Yo... ¡Ahhh!

-Anda amor, han pasado siglos desde que te tuve para mí ¡Déjame hacértelo una vez más! Sabes que también lo necesitas...

-Si...

-¿Cómo dijiste? Casi no te escucho.

-¡Que lo hagas! Yo también quiero hacerlo contigo desde hace eones... Pero con cuidado, la cama rechina un poco y por mi parte, como acabas de ver, me encuentro muy sensible...

-No te preocupes mi bella Stephanie... Cuidaré bien de ti- una vez más al igual que en el pasado no sólo sus corazones conectaron sino también sus cuerpos. Pasaron horas y horas en las que ninguno quiso alejarse del otro, ambos luchaban por aferrarse mutuamente durante casi toda la noche. Sus ropas terminaron por los suelos, sus sábanas y cobijas los cubrieron fuera de la cama para evitar que Carol los escuchase, el ruido de la ciudad cubrió su secreto del resto del mundo hasta que ambos estuvieron satisfechos de haber aceptado unir sus cuerpos una vez más terminando completamente exhaustos tirados en el suelo de la habitación cubiertos por sus cobijas.

-Li... Lincoln... Amor... ¿Qué hora es?

-Son las... 4:00 am. Creo que se nos pasó un poco la hora de dormir jajaja.

-Menso... Pero no puedo negar... Que lo necesitaba urgentemente... ¿Crees que podamos aceptar que mamá Rita también cuide de Loan de vez en cuando?

-En realidad Leni nos está invitando a pasar unos días en un resort en la playa. Creo que mamá y papá pueden cuidar de sus nietas por un buen rato... Así puedo apreciar los hermosos bikinis negros y morados que tienes- lentamente comenzó a besar a su prometida desde el cuello hasta sus brazos -cuando te veo con bikini no puedo evitar pensar en cómo se siente tu cuerpo, tu piel tersa y perfumada con un toque dulce que encanta mis sentidos. Podría verte por horas.

-No y no ¡Literalmente acabamos de hacerlo! No me tientes de esa manera... Lincoln... Ya te he dicho que no me veas así- Stephanie sabía que ya no podría resistir otro encuentro así que para detener a su prometido se colocó la camiseta que él llevaba apenas hace unas horas para cubrir su cuerpo -¡Y listo! Así evitamos las tentaciones.

-Lo lamento mi lindo cuervo. No puedo evitarlo. Cuando te veo desnuda frente a mí temblando, agotada y jadeando haces que simplemente no pueda tener suficiente de ti- lentamente tomó su mano sin perder de vista sus ojos -¿Te había dicho lo hermosa que eres cuando estás despeinada?

-Solo un millón de veces... Me encanta cuando no dejas de mirarme... Oh, Dios mío, había olvidado lo que se sentía. Ahora, si me permites quisiera dormir un poco.

-Entiendo mi amor pero si quieres hacerlo- rápidamente la levantó hasta colocarla encima suyo -tendrás que hacerlo de esta manera.

-Jajaja eres todo un caso... Oye... Esto me recuerda a la primera vez que dormí con una de tus camisetas.

-¿Hablas del día que Lucy comenzó a tratar de juntarnos?

-¡Ese mismo! Todavía recuerdo que Charles era bastante tranquilo en el parque de perros. Fue lindo pasar ese día contigo.

-¿Aún lo recuerdas?

-No podría olvidarlo... Fue la primera vez que me rompiste el corazón sin saberlo.

-Jajaja pero literalmente no fue mi culpa ¡¿Por qué no me preguntaste la verdad ese día?!

-¡Porque estaba muy ocupada tratando de no llorar! Y si te soy sincera lo único que me dió consuelo esa noche fue la camiseta que dejaste en mi casa.

-Ya puedo imaginarlo... Eras bastante sensible en aquel entonces.

-Vaya que lo era. Todo por tu culpa.

-Jajajaja por supuesto que es mi culpa, si no lo fuera no estaríamos comprometidos... ¿Quieres saber algo lindo?

-¿Qué pasa?

-Creo que desde ese día fue que me comenzaste a gustar.

-¡¿En serio?!

-Claro, ese día te veías preciosa, tus labios morados me tentaron a robarte un beso por primera vez. Tomar tu mano y acariciarla fue la experiencia más emocionante de toda mi vida ¿Lo recuerdas, Stephanie?

-Por supuesto que lo recuerdo. Como si hubiese sido ayer...

























Recuerdo que me aferré con fuerza a Lincoln y él se dejó llevar por mis brazos... Todo mientras los dos nos veíamos a los ojos... Esperando a que el otro diera ese paso, decir aquello que ambos moríamos por decirle al otro... Y eso era...

-¡Lincoln... Quítate de encima! ¡Gordo!

-¡Cla... Claro Haiku! ¡Perdón!- ¡Por supuesto que lo quería lejos! El muy bobo cayó sobre mí desde las escaleras. Por supuesto que era atlética pero claro que si te cae tu amigo encima vaya que duele. Noté que nuestros rostros estaban completamente pegados pero tristemente el golpe en el estómago era más fuerte que cualquier sentimiento que tal acto pudiese despertar en mí. Mi amigo se dió cuenta que, en efecto, me había lastimado con tal caída. Rápidamente ayudó a levantarme y me llevó a su sofá para sentarme.

-Cielos, lo siento Haiku, creo que Lana tiene más fuerza de lo que recordaba.

-Claro... Esto es increíble. Estaba emocionada por visitar a mi único amigo raro y ahora... Me falta el aire...

-¿Quieres un poco de agua?

-Creo que... Paso por ahora...- y como siempre sucedía, Lucy llegó agitada, me miró como si estuviera furiosa conmigo por algo. Se me acercó, se sentó a mi lado y sin decir una palabra me golpeó en el brazo -¡Oye! ¿Qué te pasa?

-Lo tenías en bandeja de plata, de ahora en adelante es mejor que aproveches todas las oportunidades que te doy ¿De acuerdo?

-¿Me dejarás en paz si digo que te entendí?- y ella me volvió a golpear, sin embargo, Lincoln llegó en mi ayuda.

-¡Lucy! ¿Qué crees que haces?- su hermana lo miró extrañada -no puedes golpear a Haiku así.

-¿Y tú desde cuándo la proteges tanto?- creí que sería mejor que ellos se arreglaran a su modo... Al menos hasta que ese bobo chico se cabello blanco me hizo vivir una nueva experiencia.

-¡Lo hago desde que somos amigos!- Lincoln vino en mi ayuda, me dió un vaso de agua y con un simple juego regañó a Lucy por ser agresiva conmigo, me revisó el brazo para ver que no estuviera lastimada y con una boba sonrisa me dijo que castigaría a su hermana si así lo quería... Eso me hizo sentir protegida. Había sido independiente durante casi toda mi vida hasta este momento. Nadie me había tratado tan dulcemente como él anteponiendo mis necesidades a las suyas. Me hizo sentir cuál damisela en un santiamén por lo que, contrario a lo que hubiese hecho, seguí con su juego:

-Linc, ella es mala conmigo. Dile que no me moleste- Lucy me miró anonadada, su mirada perdida sobre mi único ojo visible la hizo quedar sorprendida de lo que había dicho. No obstante, no hizo nada más que quedarse ahí mirándome con la boca abierta.

-¡Ya la escuchaste, Lucy! No seas mala con Haiku ¿No ves que ahora tú y yo somos sus amigos? ¡Es más! Estábamos a punto de ir a dar una vuelta al parque ¿Por qué no...?- creí que ese tonto estaba a punto de arruinar el plan que había hecho premeditadamente, al menos así fue hasta que Lucy lo golpeó para callarlo -¡Ouch! Oye, eso me dolió.

-¡Más te vale no decirle eso a nadie más!- Lucy echó un vistazo alrededor para asegurarse que nadie más viniera -¡Listo, perímetro despejado!- mi amiga me tomó del brazo y también a su hermano. Ni siquiera me dejó terminar mi vaso de agua, en honor a Lori ella literalmente nos sacó a rastras de su hogar, cerró la puerta y nos gritó que no volviéramos hasta la tarde.

-Esto... Fue extraño...- dije para aminorar el ambiente -entonces... ¿Estás listo? ¿Vine demasiado rápido?

-¿Qué? ¡No! Para nada, Ku... Te ves perfecta...

-¿Qué dijiste?- ¡No! ¡Lo juro que lo escuché! ¡El lo dijo! ¡Lo dijo! ¡Me aduló por primera vez! ¡Lo sabía! ¡Mamá, gracias por el pequeño cambio de look! ¡Te amo! Pensé cientos de cosas en un segundo, dejé de sentirme tranquila cuando ese bobo me coqueteó... Espera... ¿Alguien me coqueteó? ¡¿Alguien piensa que soy lo bastante bonita como para coquetearme?! ¡Siii! ¡Lo logré! Quise detener mi celebración pero estaba tan emocionada que mis piernas comenzaron a temblar y mejor decidí voltear mi cara para que él no me viera y me hiciera todavía más vulnerable ante sus palabras.

-¡Nada!- exclamó casi de inmediato sacándome de mis dulces pesadillas -¡Dije que gracias al cielo que Charles está justo aquí!- yo también me sentí agradecida que ese lindo perrito estuviera ahí, pude distraerme fácilmente acariciando al lindo animalito que estaba esperando impaciente por un paseo -ja... Mira qué curioso.

-¿Qué cosa?

-Él usualmente no se deja tocar por los extraños, es un perrito algo ermitaño pero contigo... Vaya... Parece como si fueras de la familia- me sentí halagada por tan linda declaración, tal parecía que Charles conocía mejor mi corazón que yo misma.

Pasados un par de minutos en los que él le colocó la correa a Charles comenzamos nuestra pequeña huída hacia el parque. Ninguno quería decir nada acerca de lo que había estado sucediendo entre nosotros. Yo no era tonta, desde ese día en el centro comercial cuando Ronnie Anne vino a molestar fue que todo comenzó, no, de hecho, tal vez fue sólo la gota que derramó el vaso para dejarnos vulnerables ante esta nueva y extraña situación en la que nos estábamos envolviendo. Sin embargo, poco sabía sobre cómo sacar a relucir el tema ¿Sería bueno hacerlo ahora? Estamos solos y muy probablemente nadie podría molestarnos... Vaya pésima elección de palabras que siempre tomo en momentos como estos.

Mis penurias comenzaron a disociarse cuando llegamos a una pequeña área en la que podíamos dejar a Charles encargado sin problemas a cambio de un pequeño pago. Por supuesto que yo pagué, lo único que quería era comenzar a callar estas locas voces que me decían miles de cosas sobre mi nuevo amigo. Creí que todo iba bien pero no me dí cuenta en qué momento comencé a cerrarme a la plática con Lincoln hasta que él me regresó con un toque sobre mi hombro.

-¡Hiii!- exclamé al asustarme pero él solo se limitó a observarme en silencio, creí que estaba juzgándome así que exploté:

-¡Sí, así hago cuando me asustan! ¡¿Contento?!

-¡Perdón! ¡No creas que pensé en algo grosero! Es sólo que eso... Sonó bastante tierno- cuando él me dijo eso... Bueno... Supe que era momento para hablar de ello. Tranquilamente lo ignoré y al igual que mamá solía hacer me fui a sentar a una banca no muy alejada de dónde Charles estaba, golpeé el asiento libre a mi lado para invitarlo a compartir la banca a lo que él accedió. Ni él ni yo dijimos palabra alguna, sabía perfectamente que Linc ya había hecho bastantes acercamientos, sus esfuerzos por guardar mis sentimientos fueron sinceros y su linda manera de tratar conmigo era simplemente encantadora... Así que esta vez era mi turno de comenzar a mover las piezas de este extraño pero a la vez emocionante juego.

-Lamento que te haya obligado a traerme aquí- le dije para tratar de averiguar si había sido mala idea salir en primer lugar.

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Nada de eso! Desde hace días me agrada pasar tiempo contigo. Eres muy divertida, parece que siempre nos metemos en problemas y creo que quien debería de pedir una disculpa soy yo. Supongo que te he estado... Yo... He... He tratado... Tratado de decirte algo desde hace unos días...- cuando dijo eso una respuesta lógica vino a mí sin previo aviso. Mis manos temblaron aún más de lo que ya lo hacían, comencé a sudar terriblemente y mis labios se estremecieron pensando en que tal vez... Podría dar mi primer beso... La idea de un beso robado no me molestó, instintivamente giré mis piernas hacia él esperando darle un mejor ángulo para que intentaste hacerlo... Pero al igual que siempre hacía superó con creces mis expectativas.

-Linc, tranquilo, para eso somos los amigos... Lo que sea que tengas en mente... Pu... Puedes ser... Ser... Directo... Te prometo que trataré de ser lo más comprensible con cualquier asunto que quieras tratar.

-¡Y es que ese es justo el problema!- cuando ví que contenía dentro suyo algún tipo de resentimiento supe que mis sueños eran más locos de lo que había imaginado. Él se giró hacia mí y casi llorando me dijo:

-¡Perdón!- cuando se disculpó me tomó de las manos, mis sentimientos frívolos se detuvieron por verdadera intriga sobre lo que le estaba sucediendo. Yo sostuve sus manos tratando de mostrarle que no importaba lo que me tuviera que decir porque yo estaba con él.

-¿Perdón? ¿De qué te debo perdonar?

-¡Perdóname! ¡Soy un asco de persona!... Yo... Haiku... Es la razón por la que quise comenzar a hablar contigo... Esto tiene que ver con otro de mis conocidos... La verdad del porqué comencé a hablarte tiene que ver con... Verás... Yo... Yo...

-Te acercaste a mí porque al parecer todo indica que le gusto a ese alguien ¿Me equivoco?- por supuesto que ya lo sabía pero quería verme misteriosa e inteligente frente a él. No podía dejar que me viera con la guardia baja. Además ¿Qué no hice lo mismo en primer lugar? Sería muy cínico sentirme ofendida al respecto -por supuesto que no, ya lo veía venir.

-¡¿Cómo lo supiste?!- exclamó sorprendido al enterarse.

-Tengo mis métodos- respondí alejándome poco a poco de él -pero... Linc... No... Lincoln ¿Acaso eso significa que nuestra amistad es mentira? Yo... "No somos amigos" ¿Me tratas de decir eso?

-¡NO, YO JAMÁS HARÍA ESO!- su fuerte voz me hizo palidecer ante él. Había oído que la madurez en los chicos es un poco más lenta pero en ese instante juro que escuché como se le engrosó la voz, tal sonido armónico me hizo estremecer desde los rincones más profundos de mi cuerpo. Creí que eso sería todo hasta que él me tomó de las manos nuevamente sin alejar su mirada de la mía ni un milímetro -¡JAMÁS PODRÍA MENTIRTE CON ESO! ¡Y POR ESO TE LO DIGO! (Sniff) Lo sé, reconozco que soy una porquería de persona al tratar de hablarte por esa razón... Sin embargo, en el tiempo que llevamos siendo más cercanos... Bu... Bueno... Tú... Te has vuelto más y más importante para mí... Y por eso... No pude continuar con mi plan, jamás podría contarle a otro chico sobre ese lindo deseo que tienes por la piña o por tu gusto hacia los peluches tiernos que harían llorar a los unicornios jajajaja. Tampoco podría mencionar nada sobre esa linda voz que puede dormir tus miedos más profundos con una simple lectura de un libro de terror. No quisiera entregar esos secretos que me confiaste con todo tu corazón y jamás podría apuñalarte por la espalda revelando todo lo que hemos vivido... Y es por eso que necesito rogar por tu perdón... Perdón por ser un amigo de mierda, perdón por no haber tenido ese tacto de tratarte como era debido desde el primer momento en el que nos conocimos... Sabes algo, ahora me doy cuenta de lo idiota que fui, tiré mucho tiempo a la basura al no haber visto a la hermosa persona que eres, Haiku- fue entonces que ambos miramos nuestras manos, los dos sabíamos que nuestras almas buscaban estar cerca una de la otra. Ninguno dijo nada, teníamos terror de descubrir que la respuesta del otro fuera contraria a lo que estábamos deseando. No hizo falta palabra alguna para que nuestras manos se sostuvieran con más fuerza -pienso que si pudiera volver en el tiempo entonces podría decirle a las demás chicas con las que salí en ese baile que me disculpen... Pero encontré a la persona indicada para compartir esa noche...

-Te invitaría...

-¿Cómo... Dijiste?

-Si yo pudiera volver en el tiempo... Iría hasta tu aula para pedirte que fueses conmigo al baile. Me hubiera gustado que pasaras por mí a mi casa y nos fuéramos en taxi. Te habría dicho que cuidaras de mí porque... Ese fue mi primer baile... Y sin duda alguna te habría pedido que me dieras de ese postre que hiciste para nosotras que tanto amé...

-Fue... Para ti... Al parecer a Rose también le gustan las piñas pero... Si te diste cuenta... La tarta estaba rellena de mermelada de uva... La hice pensando en ti... ¡NO, NO QUISE DECIR ESO! ¡ESTÚPIDO LINCOLN!- al igual que todo buen hombre él mismo se golpeó el rostro para entrar en razón -¡Quise decir que lo hice inspirado en ti! Ya sabes... La tarta era colorida por fuera y oscura y dulce por dentro... Tú eres lo contrario...

-Entiendo... Osea... Entiendo lo que tratas de decirme... Gracias...- está plática me hizo recordar que no faltaba mucho para el mismo baile anual, así que, sabía que debía tragarme la vergüenza y preguntar lo que nunca creí que haría:

-¡Oye! ¡Li... Li... Li...! ¡Yo... Tú... Baile! ¡Conmigo!- jamás creí que podía tartamudear de esa forma ¡¿Qué rayos estaba haciendo? Literalmente me petrifiqué ante él tratando de no imaginar el escenario en donde era rechazada.

-¿Haiku? ¿Está todo bien? ¿Acaso dije algo que...?

-¡EL BAILE SERÁ MUY PRONTO! ¡Y... YO... YO QUIERO... PE... PEDIRTE QUE... QUE VAYAS CONMIGO AL BAILE!- ¡SÍ, LO DIJE! ¡No es posible, lo hice!... No... ¡Mierda! ¡No es posible! ¡Lo dije! ¡Rayos! ¡De seguro piensa que soy una tonta!... Ahora el rechazo está más que seguro. Se supone que el hacer que las chicas inviten asegura una cita plena para ambos... Ahora no me queda más que esperar por...

-Si...

-¿Có... Cómo di... Dijiste?

-Digo que... Sí... Por supuesto... Igualmente no sé cómo fue que se enteró pero Rose me invitó al mismo baile... Ella dijo que podría ir con ambas, ya sabes, como ella no es de la escuela podría ir como tu acompañante pero para anotar la pareja del baile podríamos ser tú y yo los que nos tomemos la foto para el anuario... Así que... En realidad estaba esperando invitarte pero... Dios, es genial que lo hayas hecho... Me siento halagado...- ¡No! ¡Maldita Rose! ¡¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?!! ¡SE SUPONE QUE ERES MI PRIMA Y CONFIDENTE! ¡Se suponía que ibas a ayudarme a proteger mi corazón!... No es justo que me quites al único chico con el que quería ir al baile y me lo restriegues en la cara.

-Oh... Wow... Eso... Es genial- por supuesto que debía aparentar. No podía mostrarle lo mucho que me dolía que hiciera eso.

-Claro... Genial... Aunque... Haiku... No sé cómo suene esto pero... ¿Te gustaría que le dijéramos a Rose que el baile comienza a las ocho de la noche?

-¿Qué? ¿A las ocho? ¿Pero qué no empieza a las cinco?

-¡Así es! Pero... Yo... Lori me contó que ese baile es muy importante en la vida de toda chica así que... Yo... Pa... Pasaré por ti a las 4:45 y... Y llevaré una rosa en la solapa... Y... Y entonces... Podemos pedir un taxi para que nos lleve hasta la escuela para que no te canses... Po... Podemos pasar las primeras tres... Tres horas solos tú y yo disfrutando del baile... Claro... Si no te molesta bailar un poco con un bobo como yo... Entonces no... Nosotros po... Podríamos disfrutar del baile a... A nuestra manera para que... Para que Rose nos deje solos por un rato... Así que... ¿Qué dices?- ¡No puede ser! ¿Acaso sabe leerme el pensamiento? ¡Sí! ¡Esto era justo lo que quería! ¡Mi boca clamaba que gritara "por supuesto que sí" a todo pulmón! Pero mi vergüenza por lo que había dicho era tal que solo me dí media vuelta para que no viera que él me había transformado de una duquesa de la oscuridad a un tomate -este... Haiku.. ¿Acaso lo que dije no es buena idea? Claro... ¡Cómo lo sería! Tú, yo y el baile Sheady Hawkins... Esto sólo era una propuesta inocente, no podría decir que...- de acuerdo con las historias de mamá y con mi nueva autoestima renovada solo había una cosa que quería hacer desde hace algunos días atrás...

-...- lo hice, esa sensación que tanto había extasiado a mi persona volvió más fuerte que nunca, mi corazón latía con fuerza y mis piernas palidecieron ante mí quedando sin fuerzas para avanzar. Todo mientras todavía intentaba mantener mi rostro fuera de la vista de Lincoln quien por supuesto notó mi cometido.

-Ha... Ha... Haiku... Yo...

-Yo... Acepto... Sería... Ge... Genial si... Si pasamos un par de horas... Juntos...

-...-

-...-

-...-

-Li... Linc...

-Ajá...

-Mamá dijo... Que a veces soy muy di... Directa... Pero lo... Lo que nadie sabe es que me... Avergüenza mucho mostrarme vulnerable...

-Si...

-Y... Lo que hice ahora... Perdón, Linc... No debí hacerlo...

-¡No!- cuando creí que podría alejarme, él me sostuvo con el toque más suave que jamás me hubiesen dado -a mí... También me gusta estar así... Contigo.

-Oh... Eso es genial...- lentamente comencé a sentir pequeñas caricias que me hacían estremecer con cada repetición.

-Haiku ¿Te molesta que lo haga?

-¡No! Para nada... Adelante... Es lindo...- sí, lo sé, es difícil imaginar lo que dos pre adolescentes estuviesen haciendo en un momento así, pero ¿Qué fue lo que hice? Pues mi única reacción verdadera ante mis sentimientos afloró aquella vez que nos tomamos de las manos, solo quería revivir el momento... Y fue grandioso. Ahora sólo tenía un par de mis dedos sobre los suyos pero aquella sensación fue mágica.

-Si... Lo es...- cuando retiró su mano creí que sería todo... Al menos hasta que levantó mi muñeca y entrelazó nuestros dedos.

-...

-¿Haiku?

-...- lo único que encontré lógico para hacer fue recargar un poco de mi cuerpo sobre él. Quería decirle tantas cosas que jamás salieron de mi boca. Mi triste y muerto ser dejó de sentir frío en aquella tarde bajo el tenue Sol.

-¿Eso es un sí? Perdón... Soy nuevo en esto...

-Lincoln...

-¿Si?

-Hablas demasiado...

-Si...

Si de algo estaba segura era que cualquier palabra podría romper ese lindo sueño que estaba viviendo. Mi mano no quería soltar la suya, él acarició travieso los dedos de mi mano una y otra vez, mi respiración se unió a la suya y mis ojos se cerraron en presencia de alguien más por primera vez...

¿Horas o tal vez cinco minutos? Dejé de sentir el pasar del tiempo cuando nuestras manos se encontraron. Esta vez mi salida con el hermano de mi mejor amiga parecía más un sueño que un favor debido. Agradecí cientos de veces a mamá el haberme obligado a cambiar de vestimenta para esta ocasión especial. Durante todo ese tiempo ninguno dijo una palabra, creí que a partir de ese día nada podría interferir entre nosotros... Al menos hasta que ella llegó.

-¡LINCOLN! ¡¡LINCOLN!!- los gritos de una chica nos asustaron, sentí que mi vida pasó frente a mis ojos en un parpadeo. Instintivamente me retiré de su lado temiendo que se iniciara un chisme en la escuela o peor aún... Con sus hermanas. Sin embargo, al soltarlo vi un triste rostro desolado...

-Continuemos a solas...- lo único que quería era que mi sueño se repitiera una vez más -veámonos antes de entrar a la escuela... Todavía quiero que vengas conmigo al viaje del mirador.

-¡Cla... Claro! Ahí estaré... A un lado de la entrada...

-¿De cuál entrada están hablando?- juro que jamás me di cuenta del momento en que esa maldita chica se nos acercó tanto como para escuchar nuestra conversación.

-¡¡Ahg!! ¡Hanna! ¡No me asustes así!- juro que al escuchar ese maldito nombre si no salté sobre ella para correrla a patadas fue porque Lincoln estaba ahí... Y porque tengo principios ¿Pues qué clase de loca crees que soy?

-¡Perdóname mucho, Linku! Pero te vi a lo lejos y quise pasar a saludar... Es más... ¡Mira la hora! ¡Es casi la hora de mis clases con Lisa! ¿Qué dices si vamos a tu casa y...?

-¡Hanna! No puedo... Hoy... Vengo con una amiga así que me gustaría...

-¡Oh! ¡Pero si es Stephanie McCougan! ¡Nos conocemos perfectamente!- y sin mediar alguna palabra esa chica me abrazó como si fuésemos mejores amigas.

-Claro...- respondí casi mordiéndome la lengua.

-¡Oh, eso es bueno! Entonces no tengo que presentarlas. Pero, Hanna, todavía falta mucho para tu clase con Lisa, apenas son las...
¡13:44! ¡Se terminó el tiempo de Charles! Bueno, señoritas, las dejo un momento, debo ir por mi perro ¡Ahora vuelvo!- con Lincoln fuera creí que podría sacar información valiosa de sus intenciones con él... Vaya la terrible idea que tuve.

-¡Por cierto, Stephanie! Quería platicar algo contigo- cuando ella tomó la iniciativa para hacerme una plática supe que estaba en problemas.

-¿De qué quieres hablar?- traté de mantenerme firme al ocultar mis emociones... No supe que ya estaba en la palma de su mano.

-Bueno... Lincoln y sus hermanas hablan mucho de ti últimamente y... Yo... Sólo quería saludarte y preguntarte si no había resentimiento alguno sobre lo que pasó en la prueba de matemáticas pasada...

-Oye... ¿Hanna, verdad? Puedes estar tranquila, no te guardo ningún tipo de rencor.

-¡¿En serio?!

-Es muy en serio- incluso traté de sonreír para mostrarle que de verdad no le guardaba rencor. Ahora quería sacarle información de lo que las hermanas de Lincoln hablaban de mí... Vaya estúpida que fui.

-¡Genial! Entonces puedo quedarme tranquila.

-¿Quedarte tranquila?

-¡Claro! Porque verás, creí que intentarías algo como un chisme con el asunto de Lincoln y yo como para hacerme...

-Oye... ¿Qué tipo de asunto hay entre Lincoln y tú?

-¿No lo sabes? Oh, perdón, es que Linku es algo modesto- ella me tomó del hombro y como si fuésemos viejas amigas me susurró:

-Tú tranquila, así es como lo llamo de cariño.

-Ajá... Pe... Pero ese asunto entre Lincoln y tú...

-¡Oh, claro! Pues verás... Nosotros somos algo así como una pareja formal y... Bu... Bueno... Que una chica salga al parque con el novio de su ex contrincante da una mala idea... ¡Pero qué bueno que no es así! ¡¡Oh, eso significa que podemos ser amigas!!- claro... Ser amiga de la novia del chico con el que me tomé de la mano era la mejor idea del mundo... -oh... Oye, Stephanie, tienes algo en tu mejilla- el shock de saber la verdad fue tan intenso que una triste lágrima solitaria recorrió mi rostro por completo.

-Gra... Gracias- limpié mi mejilla de inmediato, traté de tranquilizarme lo más rápido posible pues Lincoln venía hacia nosotras casi corriendo. No podía arruinar nuestra relación con esta verdad ¿O no? De todas formas solo somos amigos ¿No es así? Así que ¿Por qué debería de sentirme triste al saber que mi raro amigo tiene novia? Creí que por tomarnos de la mano era especial para él ¡Ja! Qué gracioso... Muy gracioso.

Realmente perdí la noción de lo que sucedía a mi alrededor, recuerdo que Hanna se fue no sin antes abrazar por un largo rato a Lincoln, tomó su mano como si nada y se fue diciéndole que esperaba verlo temprano en su casa. Para tratar de distraerme le rogué a Lincoln que me dejase cuidar un poco a Charles lo cual, para variar, fue una buena idea pues juguetear en el parque con tan lindo perrito fue divertido, me hizo olvidar momentáneamente el duro pesar de los tontos sentimientos que comenzaba a idealizar. Lincoln por el otro lado trató de tomar mi mano otro par de ocasiones pero gracias a Charles fue que no lo logró pues el perro vaya que se encariñó conmigo tanto como para rogar mimos cada cinco segundos. Realmente me sentía mal, no creí tener la fuerza para continuar con la cita que habría deseado tener con él y sí, lo admito, habría deseado mucho que nuestra salida se hubiese vuelto una cita... Mi primera cita... No pasó mucho tiempo para pedirle que me dejase regresar a casa.

-¿Entonces esto es el fin?- me preguntó antes de irme

-Si... Le prometí a mamá que iríamos al centro comercial a comprar unas cosas que necesitamos.

-¡Pero eso es genial! ¿No crees que pueda...?

-Quisiera que lo hicieras... Pero no creo tener la fuerza para continuar... Creo que cancelaré con mamá e iré directo a mi casa.

-Oh, por supuesto- creí que solo daría media vuelta y se iría pero... Él lo hizo de nuevo.

-...

-Haiku... Desde que Charles terminó su turno te noté algo distante ¿Estás bien?

-Claro (sniff), todo está bien- no, nada estaba bien.

-¿Estás segura? Todo iba bien hasta... Bueno... Ya sabes...

-Si... Pe... Pero creo que eso... No deberías hacerlo.

-¡¿Pero porqué no?! ¡Dijiste que todo estaba bien! ¡¿Te incomodé?! ¡¿No te gustó?! ¡Perdón! ¡No vuelve a pasar!

-¡No! No es nada de eso...- sí, lo sé, sé que estaba actuando como las mujeres que tanto odio de la literatura pero en este momento Hanna no estaba ahí. Tomé nuevamente su mano entre las mías, mis lágrimas dejaron de ocultarse y un océano de ellas comenzó a inundar los parteaguas de mi rostro.

-¡KU!- rápidamente trató de abrazarme pero yo me negué.

-¡NO! ¡No puedes hacer esto! ¡No después de ocultarme algo tan importante!

-¡Pero jamás te he ocultado nada! ¡Te he contado los secretos más importantes de mi vida! ¡¿Qué otra cosa te podría ocultar?!

-¡Descarado! ¡TÚ SABES PERFECTAMENTE LO QUE OCULTAS! ¡Tú...! Me volviste vulnerable, me hiciste creer que podía ser débil frente a alguien... ¡¿Pues sabes qué?! ¡Lo lograste! ¡Me viste la cara! (Sniff) ¡Pues bien! ¡Puedes ir al baile con quién quieras!- pese a todo lo que dije y sin importarme mis propias lágrimas... Dí mi primer paso:

-Ku...

-Eres alguien muy especial, un gran amigo... Pero no puedo se partícipe de esto. Quiero seguir siendo tu amiga pero buscar tu mano es algo que no puedo hacer de nuevo (sniff) no después de lo que ocultaste... Habría sido más sencillo si hubieses sido sincero.

-No... Conozco esas palabras... No lo digas...

-Tú las dijiste primero (sniff) antes de siquiera hablar...- un último abrazo antes de partir era todo lo que quería. Todavía puedo sentir su calor, ese rápido palpitar que me hacía querer estrujarlo aún más. Me separé de él sosteniendo su mano una última vez -escucha... Todavía podemos ir al baile pero si ella te invita no iré...

-¡¿Pero de quién estás hablando?!- no podía soportar más su hipocresía. Con lágrimas escurriendo sobre mi rostro lo alejé fuertemente y salí corriendo de ahí. Gracias al cielo que no llevaba puesto mi vestido pues no habría podido huir como lo hice. Corrí y corrí lo más fuerte que pude. Lincoln trató de seguirme pero al ser buena escondiéndome fue sencillo perderme de su vista hasta llegar a mi hogar. Rápidamente le envié un mensaje a Rose y a mamá para decirles sobre cancelar nuestros planes. Papá no estaba en casa y mis tíos casi nunca se encontraban a excepción de la noche. Cuando crucé mi puerta di rienda suelta a mis lágrimas que rápidamente comenzaron a dejar un largo rastro desde la entrada hasta mi habitación.

-¡Mírate, tonta! ¡¡NO PUEDES LLORAR POR UNA NIÑERÍA COMO ESA!! ¡NO PUEDE SER QUE DESPUÉS DE USARME...! Él... Simplemente decidiera jugar conmigo (sniff), jamás había tomado la mano de un chico de esa forma... Nunca antes me había sentido feliz de hacer travesuras con alguien, me alegré genuinamente al tener un amigo así (sniff), uno que fuese tan raro... Justo igual a mí... Pero me pregunto ¿Por qué lo hiciste? Dijiste que me entendías mejor que nadie (sniff), a nadie le había hecho una carta antes, jamás me disculpé con nadie en el pasado y jamás me habían horneado algo tan delicioso como tus postres... Entonces ¿Por qué lo hiciste?- mientras lloraba a cántaros en mi casa no me dí cuenta que Lucy llamaba a mi número incesantemente una y otra y otra y otra vez buscando respuestas...







































-¿Chicas? ¿Qué hacen aquí afuera?

-¿Lori? ¡GRACIAS AL CIELO QUE LLEGASTE!- fue Lola quien se sintió aliviada al ver a su hermana mayor. Un mero abrazo fue suficiente para que el resto de chicas también fuesen a celebrar su llegada.

-¿Alguien me podría decir qué sucede?

-¡Lucy sabe!- exclamó Lynn -¡Esa pequeña vampiro no nos ha querido decir!- Lori no quería pelear, regresar a casa después de días largos en la universidad te hacen querer tirar los problemas por la ventana. No era normal ver a sus hermanas perdiendo el control de esa manera, se veían quietas y temerosas, algo que encendió en Lori las alarmas de "peligro" de su cerebro.

-Solo le diré a Lori, ella sabrá qué hacer- Lucy tomó a su hermana por la muñeca para llevársela al patio trasero. Con una simple mirada de Lori todas supieron que de seguirlas habría desastrosas consecuencias así que decidieron dejarlas a solas.

-¿Me dirás qué es lo que sucede?

-Es Lincoln... Verás, hace unas horas tuvo una cita.

-¡EEEEEEEE! ¡¿QUE ÉL QUÉ?

-¡Shhh! ¡Lori! Esto no es bueno.

-¡Claro que lo es! ¡¿Quién fue la afortunada?! ¡¿Quién revivió su corazoncito?!

-Fue... Es que... No puedo decirte...

-¡Entonces sí sabes! ¡Vamos, Lucy! Tengo que saber.

-No se puede... Y es que ese es el problema...

-¡Oh, vamos! ¡No puede ser tan...! Espera... Aguarda un segundo... Lucy ¿Qué fue lo que hiciste?

-¡Te juro que yo no hice nada! ¡Ellos se reencontraron por sí solos! Yo sólo les ayudé a salir sin problemas de casa y...

-Entonces es lo que imaginaba. Vaya, esto no es bueno ¿Fue Persephone?

-No, de hecho, fue Haiku.

-¡¿Haiku?!

-Aguarda ¿Tú cómo conoces a mis amigas?

-Oh, créeme, recuerdo perfectamente a Haiku y déjame decirte que de no haberla robado ella tendría una amistad diferente de ti, muy diferente.

-¡¿Cómo que de no haberla "robado?! Aguarda ¿Hablas de mí? ¡¿Yo me la robé?!

-¡Dah, literalmente lo hiciste pequeña genio! Pero no es tiempo para hablar de eso. Entonces dime ¿Qué ocurrió?

Diez minutos después Lori fue la única con la fuerza y el conocimiento suficientes como para entrar y enfrentar a su hermano. Dentro de casa todo parecía casi normal excepto por un detalle ¡Había cientos y cientos de papeles por todas partes! Hilos que conectaban con dibujos de chicas, de sus hermanas y hasta de personas que Lori jamás había visto en Royal Woods. Esto parecía más una escena de investigación policial que un berrinche. Lori caminó lentamente por los papeles cuidando no estropearlos, con cada paso que daba más evidente era la locura de su hermano.

-¡No, esto no sirve!- escuchó a Lincoln decirse una y otra vez mientras tenía en sus manos uno de los experimentos extraños de Lisa. Lori llegó hasta su hermano pensando en encontrar lágrimas o furia. Grande fue su sorpresa al verlo como un cascarón vacío, sin vida y con la mirada perdida en el vacío.

-¡Lincoln!- una forma terrible para verse de nuevo, su hermano apenas parecía haberla visto pero su dolor parecía ocultarlo del mundo. Ella lo abrazó apenas sintiendo que él le respondiera, ambos sabían que esta situación era más delicada de lo que parecía.

-Lori...

-¿Si?

-Creo que... La lastimé en serio...

-Lucy me contó que saliste con Haiku ¿Qué fue lo que pasó?

-Stephanie... Su nombre es Stephanie y yo la lastimé ¡Y lo peor de todo es que no sé ni siquiera qué hice!

-Tranquilo, podemos encontrar la solución. Si me dejas ayudarte, claro.

-Para eso había tomado esto- en sus manos sostenía lo que parecía un pequeño casco con decenas de cables conectados a una computadora -según Lisa esta cosa debería de mostrarme mis recuerdos más recientes... Pero apenas enciende y me comienza a quemar la cabeza.

-No necesitas esto- Lori le retiró aquel extraño artefacto -¿Por qué no te llevo por un helado y hablamos de lo que pasó?

-Eso... Sería bueno...































-¡Hijita, por favor abre la puerta!

-¡Ya te dije que no! ¡Perdóname mamá, no puedo!

-¡Stephanie, por favor, no puedo ayudarte si no me dices lo que sucede!

-¡Mamá, es en serio, no quiero hablar de esto!- sabía que mamá solo buscaba mi bienestar, su voz era cálida y sus palabras me hacían ceder más y más, sin embargo, no podía darme el lujo de ser débil frente a ella. Al menos así fue hasta que mamá hizo lo que las madres saben hacer mejor.

-Hijita... ¿Esto tiene que ver con Marie?

-...

-¿Amor?

-Si te dejo pasar... ¿Me ayudarás? Nada de críticas, por favor, es lo que menos necesito ahora...

-Por supuesto- cuando abrí la puerta sabía que mi rostro era un desastre, mis ojos eran agua y el triste semblante que llevaba sobre mí me daba la razón de mi triste soledad. Mamá entró a mi cuarto y sin decirme nada me abrazó.

-Tranquila, cuéntame todo lo que pasó.

-No lo entiendo, ma ¿Cómo sabes de...?

-¿De Marie? Las madres tenemos nuestros métodos.

-¿Y qué es lo que opinas?

-Primero quiero saber ¿Cuándo fue que estuvo aquí?

-...

-Tranquila, prometo no enfadarme.

-Bueno (sniff) fue el día que llovió y terminé empapada no podía dejar que regresara a su casa con toda su ropa mojada así que le ofrecí una de mis toallas y... Y entonces... Nos abrazamos... Pasamos un largo rato en un lindo abrazo que fue... Fue lindo... Me sentí enaltecida en todos los aspectos, descubrí que yo también merezco ser feliz... Lamento no haberte presentado pero cuando llegaron nos dió tanto miedo que corrió por la ventana y se fue corriendo.

-Eso lo explica... Amor ¿Se trata de la misma persona que te hizo llorar el otro día?

-¡Si! ¡Pero ese día fue por mi culpa! Yo lastimé sus más profundos sentimientos (sniff) de verdad que fue mi culpa... Esa fue la primera vez que le hice una carta a alguien.

-¿Y cómo era la carta? ¿Algo cursi?

-Jajaja no, lamento decirlo pero fue una disculpa pura y sincera... Sin embargo, lo que pasó hoy fue horrible. Estábamos en el parque, fuimos a pasear con su perro pero en un momento dado nos sentamos en una banca... Ma... Esa fue la primera vez que tomé su mano por decisión de querer estar más cerca suyo y... No me rechazó, de hecho me devolvió el sentimiento entrelazando nuestros dedos y... Wow... Fue... Único... Sin embargo ¡Llegó esa maldita! ¡Una chica de la escuela! Ella me dijo que... ¡Que era su novia y yo...! Yo huí de ahí...

-¡Esa perra!- lo que no entendí es que mamá no se refería a Hanna sino a "Marie" -¡¿Y qué no lo sabías?!

-¡No! ¡Jamás los he visto en la escuela de la mano! ¡Tampoco que se den siquiera un beso! Ella solo llega y... Le da abrazos... Y... Y...

-Espera, amor ¿Qué fue exactamente lo que te dijo esa chica? ¿Ella usó la palabra "novia"?

-Si... Bueno... No (sniff) no exactamente... Ella dijo que... Eran como una pareja...

-¿Y dices que jamás viste que se comportaran como una pareja?

-Así es... Espera ¿No estás insinuando lo que creo?

-Haiku... A veces eres un poco distraída, dime ¿Le preguntaste por ti misma?

-No... Solo... Le di un abrazo, le dije que no podía seguir buscando su mano y yo (sniff( me fui tan rápido como pude y... Y entonces...

-Ya, ya, no pasa nada- mamá me abrazó también fuerte que expulsó todas mis lágrimas de inmediato. Su analogía simple me hizo pensar ¿Y si en realidad Hanna mintió? Si así era ¿Por qué lo hizo?

-¿Entonces eso significa que Hanna es una mentirosa?

-Yo no dije eso. Puede que tú intuición sea la correcta pero para ello necesitas saber si son pareja en realidad.

-¿Y si lo son?

-¡Te ayudaré a maldecir cualquier alma que se tan osada como para lastimarte! Pero si no lo son entonces no tienes nada de qué preocuparte.

-Gracias, ma... Gracias por escucharme... Oye... No quisiera sonar grosera pero ¿Podrías dejarme a solas un momento? Creo que tengo que pensar mucho.

-Claro que sí. Solo no divagues mucho, podrías lastimarte más de lo que buscas- mamá me abrazó y me dijo:

-No te dejaré, prometo no decir nada y juro no opinar nada sobre lo que piensas o sientes, seré tu caja de secretos que estará cerrada para siempre.

-Mamá...

-¿Si?

-Creo que lo tengo... Pero si todo sale mal ¿Prometes no castigarme?

-Amor.

-¿Si?

-Ve y parte la cara de esa imbécil.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top