Aún lo recuerdo

-Y uno y dos y... ¡Bom! ¡Lily! Te ves increíble, ¿Quién es la hermanita más linda de todas? ¡Eres tú!- se escuchaba la voz de cierto chico proveniente de las afueras de las habitaciones, tratando de hacer que todo se viera mejor, dando un intento de una buena primera impresión.

-¿Ahora qué demonios hace ese bruto?

-No tengo la más mínima idea, Lynn, si te soy sincera, quisiera plantearme alguna idea acerca de su sobresalto.

-Creo que tengo una pista. Lola dice que ayer cuando regresó no llevaba puesta su camiseta, tenía rasguños por todas partes y que deliberadamente tomó una de las revistas de moda de Leni y se fue a leerla por horas a la cocina.

-Eso es extraño pero creíble.

-¿Crees que se trate de esa nueva chica?

-Puede ser, Haiku me contó que son tal para cual y que al parecer ambos se llevan tan bien con ella que hasta los escuda en sus llamadas a media noche.

-Wow... Creo que esa chica está... Espera ¡Ya sé!- exclamó Lynn victoriosa al imaginar las tretas alocadas que su hermano muy inteligentemente estaba llevando a cabo justo ahora.

-¿Qué sucede, Lynn?- le preguntó su hermana menor Lucy sin comprender (como siempre) sus extrañas ideas.

-¡Es más que obvio! No... Eso significa...- y Lynn salió disparada al pasillo armada únicamente con su toalla personal, un shampoo y jabón.

-¡¿Qué rayos haces?!- pese a no tener un gran volumen en su voz, era sencillo darse cuenta cuando Lucy se encontraba confundida.

-¡¿Bromeas?! ¡Me voy a bañar!

-Ajá... ¿Y por qué?

-¿Qué no es obvio, tonta Lucy? ¡Él acaba de invitar a su "no novia" a la casa!- puede que fuese algo boba, brusca e incluso distraída, pero Lynn sabía cuando alguien actuaba extraño, era como su "súper poder". A Lucy todavía le costó un par de segundos atar los cabos sueltos. Sin embargo, ella no podía actuar sin estar segura de la situación.

Su triste calma andante fue suficiente para escabullirse hasta la habitación de su hermano, su única intención era sacarle la verdad sin que se diera cuenta pero él era muy tonto como para guardar sus propios secretos. Lucy pasó sin pena ni gloria hasta la abertura de la puerta semi abierta de la habitación de su hermano donde lo encontró hablando solo como siempre:

-¡Y Lily está lista! Creo que ya tengo todo preparado. La casa está limpia, mis hermanas menores presentables, a excepción de Lucy, Lori llegará tarde, Leni saldrá de nuevo con quién sabe quién, Luna dijo que estará con Sam y me ocupé de que Luan tuviera la agenda llena el día de hoy, además, creo que puedo confiar en Lynn para que me ayude a no parecer un tonto. Si, creo que todo estará perfecto para cuando ella llegue- Lucy escuchó todo, hasta la última palabra, así que decidió irse para hacer algunas llamadas, sin embargo, debió haberse quedado un poco más, así tal vez las cosas hubiesen salido mejor:

-Y ahora sólo me falta arreglar mi habitación, pedirle a Lola que se porte bien con Rose para saber todo sobre las pasarelas de Royal Woods... Y... Bueno... Creo que la gelatina de piña estará lista para cuando ellas lleguen... Pero, ¿Por qué me preocupo tanto? Ku ya ha venido aquí y Rose es demasiado linda como para preocuparse... Entonces... ¿Por qué me dan tantos nervios? Siento como si mi corazón se me fuera a escapar del pecho... Y no sé si Ku pueda venir, no después de lo que sucedió ayer con sus padres- con solo recordar lo sucedido, sus nervios volvieron a su rostro regalando ese color rojizo que adornaba la vergüenza de su rostro -¡No!- se dijo al golpearse en el rostro repetidas veces para despertar y huir de su propia vergüenza -no es momento para que piense en eso. Además... Tengo que esconder esto, Haiku no parecía interesarle, debió ser incómodo para ella. Con lo tímida que es no dudo que fuese así. La gelatina es para pedirle disculpas... Claro... Solo eso... ¡No, alto! Mejor pienso en qué cómic podría recomendarle... Vaya... No creí sentirme así pero que alguien se interese en ti se siente lindo...- lo malo de las palabras al aire es que cualquiera puede escucharlas. Desde la puerta de su habitación el pequeño pelotón de hermanas escuchaba los alaridos deseos de un joven inmaduro... Uno que había olvidado que la privacidad es algo de lo que no goza en su hogar.

-¿Lo ven? ¡Se los dije!- mencionó victoriosa una de las más pequeñas del hogar, la amenaza rosa de las hermanas Loud.

-Oh no, claro que no, la que lo dijo fue la amiga de Lucy ¡Pero eso no importa! ¿Escucharon lo que dijo?- tal parecía que el mal entendido solo tenía la intención de crecer más y más -¡Es oficial!- aseguró Lana -Lincoln tiene luz verde con esa chica, ¡Nadie se interesaría en sus pasatiempos solo porque sí! Y menos en unos tan extraños.

-Tienes razón, querida Lana. No obstante quisiera reiterar que, al parecer, ellas no tardarán en llegar si es que está tan apresurado- como siempre, la astuta observación de Lisa venía a hacerles ver más allá.

-Basta, Lisa, esto no es para tomarse a la ligera. Mejor ocupa tu tiempo en llamar a Lori y a Luan- dijo Lynn quien recién se había terminado de bañar.

-Ya lo hice- respondió Lisa con un pequeño teléfono sobre su mano -dijo que Bobby le canceló su cita así que tiene tiempo. Entonces dime, Luna, ¿Qué hay de Sam?

-Oh, ella tuvo que salir al museo con Simon, al parecer por un proyecto de la escuela. Así que creo que me quedaré en casa.

-¿Y Luan?- preguntó Lucy saliendo de quién sabe dónde asomándose por encima de Lisa.

-Le cancelaron sus shows- aclaró Lana -los chicos resultaron contagiados de influenza, así que sus fiestas se van a retrasar un mes al menos o eso dijo Luan, sea como sea ella ya viene para acá.

-¿Y Leni?- cuando se trataba de asuntos delicados, olvidarse de alguien era fatal y más aún si esa alguien era la tierna Leni Loud. Sin embargo, pese a las llamadas, mensajes y demás ella no respondió, por lo que su única salida fue hacer que Lily y Lisa hicieran guardia para cuidar que no arruine la "reunión" de su hermano con Rose.

Todo parecía ir a la perfección... Al menos hasta ese momento en que todo comenzó cuando Lucy recibió un mensaje de su mejor amiga; Haiku.

-Hola, Lucy- texteó Haiku -¿Tienes tiempo? Te necesito.

-Para ti lo tengo, ¿Qué pasa?- preguntó Lucy imaginando que sería algo relacionado a la "cita" de su hermano y Rose. Cosa que no era tan equivocada, excepto por un minúsculo detalle que todos parecían estar olvidando.

-Bueno, es algo delicado...

-¿Tiene que ver con Lincoln y tu prima?

-Eso es... Parcialmente acertado... Tiene que ver con fría superficialidad y gustos.

-Extrañamente específico, ¿Qué quieres?

-Bueno... No sé si sepas que tu hermano nos invitó a pasar un rato en su casa el día de hoy.

-No lo sabía, pero ahora lo sé. No eres tan sutil como creía.

-¡No hay tiempo para que me regañes!

-Ya lo sé, ¿Pero qué es lo que quieres? Desde que nos enteramos que se prepara para la "espontánea" llegada, nosotras también estamos apuradas.

-¡Ya lo sé! Lo único que quería saber era tu opinión sobre esto- y de la nada llegaron un par de fotos de Rose modelando un par de vestidos oscuros de un buen estilo, tanto como para que Lucy se preguntara si a ella le quedarían igual de bien las mismas prendas -quería preguntarte, ¿Cuál de esos crees que prefiera el inútil de tu hermano?

-Oh, Haiku, ¿Esto es por él? ¡Si! Sabía que mis conjeturas estaban correctas. Sé que digo que de vez en cuando me molesta pero es genial ser chaperona de sus relaciones.

-¡Lo sé! Sólo dime rápido cuál prefiere.

-Ya, ya, señora impaciencia. Creo que le gustaría más el segundo. El de encaje morado y sin mangas. Aunque ahora hace un poco de frío, asegúrate de decirle a tu prima que la calefacción de aquí es pésima así que mejor vengan abrigadas.

-No te preocupes. Me aseguraré de que lo sepa.

Y, de esa manera, las horas pasaron una tras otra, con las hermanas arreglando su vestimenta y el joven Lincoln tratando de hacer que su habitación no se viera tan horrenda. Para el pobre chico todo parecía marchar a la perfección. Sus postres estuvieron a tiempo, incluso antes de lo esperado. A cada minuto todo parecía ir más y más rápido para él, creía firmemente que su plan sería perfecto, que solo tendría que controlar a sus hermanas menores, al menos así fue hasta que Luan entró por la puerta trasera muy a su estilo... Con un globo de agua que golpeó a su hermano.

-¡LUAN!- exclamó furioso -¡¿Qué haces aquí?!

-¡Oh, hola Linc! Tristemente las funciones de hoy no podrán rodar así que regresé a casa más temprano de lo normal. Por cierto, ¿Qué estas haciendo?- cuando Luan se dió cuenta de los postres que su hermano estaba cocinando quedó maravillada -¡Oh, Linc! ¡Estos pastelitos son deliciosos! ¡Sabes que me encantan los rellenos con sabor a melón! ¿Lo ves? Eres más tierno de lo que...- cuando Luan intentó tomar uno, su hermano le golpeó la mano con una pala de madera para evitarlo.

-Nada está listo todavía así que no puedes agarrarlo- y en cambio le obsequió un rol de canela -puedes tomar este.

-¡Gracias! Sabía que eras una dulzura jajajaja ¿Entiendes?- sin embargo, cuando Luan dió media vuelta su hermano la llamó para pedirle que se quedara, necesitaba de ella.

-Oye... Luan... ¿Puedo preguntarte algo?

-Ya lo estás haciendo.

-¡Sabes a lo que me refiero, grosera!

-JAJAJAJA ay, hermano, sabes que puedes. Así que, dime, ¿Qué necesitas?

-Bueno... Es sobre una chica...






























-¿Crees que llueva? El servicio meteorológico decía que solo iba a ser una llovizna suave.

-Posiblemente. Sin embargo, podemos preguntarle a la hermana de Lincoln, creo que tiene una mini estación meteorológica en su casa.

-Si... Haiku, ¡Estoy nerviosa! ¿Estás segura que sus padres no están en contra?

-Tranquila, están tan acostumbrados al alboroto que nuestra plática será más amena.

-¿Y sus hermanas? No creo soportar a tantas chicas juzgándome al mismo tiempo ¡¿Qué hago?! ¿Cómo las conmuevo?

-Jajajaja ¿Conmover? Oh, querida y boba Rose. A la gente no se le trata de hacer creer que eres perfecta. De hecho, podría decir que cada una de ellas es un caso imposible en ese aspecto, sin embargo, el ser tú misma te abrirá las puertas de ese hogar- yo, siendo una persona no tan cruel, intenté darle un buen consejo de cómo ser mejor aceptada en ese hogar... Sin embargo, algo todavía me resultaba molesto, era como sentir que con cada paso que dábamos tenía más y más deseos de guiarla a otro lado... De dejarme llegar solo a mí. Las voces en mi cabeza gritaban que hiciera una cosa distinta, cientos y cientos de ideas golpeaban mi cerebro como si con cada segundo pudiera hacerlas todas al mismo tiempo.

Tal y como Lucy había mencionado, el frío era abrasador, creí que mi abrigo era suficiente... Al menos para cubrir mi ser, cuidando que no fuese observado por Lucy, ¡Maldición! ¡¿Para qué hice algo tan tonto?! ¡¿Qué pensará Lucy si me ve así?! No, no, no... ¿Qué demonios estoy haciendo?

-Y llegamos- dije al final de nuestro recorrido -creo que llamaré a Lincoln para que venga a abrirnos.

-Cla... Claro... Oye, prima... Gracias por acompañarme, sé que no eres alguien que suele interactuar con el mundo y mucho menos alguien que desperdicia su tiempo, así que, gracias.

-Por favor... No me agradezcas...- no sé la razón, pero sabía que no me sentía cómoda con que me diera las gracias... Decidí ignorar a mis propios demonios y nos acercamos en silencio hacia la puerta. Creí que esperar afuera mientras le enviaba el mensaje sería suficiente... O eso era lo que tenía en mente, claro que el caos en su hogar echó a perder mis planes apenas al tocar la puerta.

-¡¡LYNN, ALTO!!

No me di cuenta hasta que la puerta se despedazó justo frente a mí...

Después de un largo tiempo desperté en un lugar extraño... Se sentía algo suave al tacto con un aroma peculiar, algo conocido de hecho, sabía que lo conocía, apenas el día anterior lo había percibido... Oh... No...

-¡¿Dónde estoy?!- cuando levanté mi rostro sin querer golpeé a su hermana mayor directo en la cabeza -¡Ouch! ¡No, perdón!

-Nada de eso- me respondió Lori tan amable como siempre sobando su propia frente -nosotras te debemos una disculpa. Tranquila, estás en el cuarto de Lincoln. Tu prima Rose nos pidió traerte aquí- después se acercó a susurrarme: -en realidad sólo quería ver el cuarto de Lincoln, espero que no te moleste.

-Por supuesto que no... Rayos... ¿Qué me pasó?

-Nada, solo fue Lynn arrojando a Lisa por los aires. Creyó que sería divertido tratar de ponerle un vestido. No funcionó.

-Jajaja hasta yo admito que sería interesante ver eso. Basándome en lo que sé de su familia gracias a Lucy me atrevo a decir que apoyo tal idea. Por cierto, ¿Dónde están esos dos?

-Oh, por supuesto. Tu prima está siendo interrogada por Lynn y Luna, pero Lincoln está tratando de hacer que Lola y Lana no se coman los postres que hizo.

-¿De verdad? ¿Él sabe hornear?

-¡Por supuesto! Él sabe cocinar, hornear, barrer, limpiar y planchar, ¿Quién crees que le hizo el gorro navideño de murciélago a Lucy?

-Jajaja oh vaya, Lucy va a odiar que me hayas dicho esto. Espero probar esos postres, no me vendría mal un aperitivo después de ese golpe. Juro que me quedará inflamado.

-Hablando de eso...- y cuando Lori me mostró mi reflejo en su espejo, bueno, ahora tenía un cuerno saliendo de mi frente... Cool.

-Genial, ahora soy más rara de lo que ya era antes.

-Tranquila, estoy segura que los postres de Lincoln te harán sentir mejor, puede ser que ese bobo sea distraído pero él y Luan son los mejores cheffs de esta casa.

-Ja, cuesta trabajo creer que un hombre sea tan atento con las chicas.

-Lo sé, por eso lo estamos educando- ¡No podía ser cierto! Vaya que Lucy había sido exagerada, Lori era genial ¡Y no lo digo por nada! Era atenta, divertida, inteligente y muy bonita. Con un minuto hablando con ella me sentí como en casa en un abrir y cerrar de ojos -y vaya que a Rose le debe encantar la piña.

-¿La piña? ¿A Rose?

-¡Claro! Ese tonto lleva haciendo un pie de mermelada de piña desde ayer. Creo que le pondrá gelatina o algo así, no lo sé, es lo que ha estado tratando de evitar que las gemelas se coman.

-Oh... Si... Si... Ya... A Rose... Le encanta la piña...- sabía que esa, aunque no era una mentira del todo, no era la verdad sincera. En mi interior, recordaba cuando le mencioné que adoraba la gelatina de piña. A decir verdad, esa era mi fruta favorita, la como todo el tiempo... Y él lo recordó... Acaso ese bello y delicioso postre casero... ¿Lo hizo para mí?

-¡Wow! ¿Estás bien, amiga?- sin darme cuenta mi rostro comenzó a hervir de nuevo coloreando mi rostro gris con un rosado carmesí, desde mis mejillas hasta mis manos sentía mi poca sangre recorrer cada centímetro de mi cuerpo.

-Ajá...- puede que fuera tenebrosa y oscura... Pero mi voz cambió de ser terriblemente tétrica al tono de una bella dama ansiosa por el momento de degustar un postre con té de canela.

-¿Estás segura? Puedo darte algo para la cabeza, no, se hecho, en un momento lo traeré- y Lori se alejó de inmediato de mí. Todo parecía ir no tan mal, el único obstáculo ante mí era que al parecer no sabía cómo comportarme con los hombres, ¿Qué se suponía que debía hacer en este momento?, ¿Levantarme de la cama acaso? Pero no quería hacerlo, era suave, mucho más de lo que cualquiera esperaría, ¿Acaso desde ahí podría ver algo nuevo de él? Con esa idea en mi cabeza comencé a buscar algo interesante que ver en el cuarto, cualquier cosa, algún recuerdo, fotografía, figura o por lo menos... ¡Ahí! En una de las esquinas del lugar que yo suponía que usaba para hacer tareas o jugar en su laptop había una caja oscura cerrada con un candado de esos de los que utilizaban una contraseña para abrir, muy parecido a las de las caricaturas con las que cerraban las cajas fuertes. Tenía mis dudas sobre echar un vistazo o no, quería mantenerme firme pero preguntar por ello no tenía pero alguno, creí que podría seguir indagando sobre ello durante un rato más hasta que alguien entró en completo silencio, escabullendo su ser por debajo de la cama en un abrir y cerrar de ojos, juro que por poco me saca un susto, ese bulto que apenas percibí era muy chico para tratarse de Lucy y muy rápido para haberlo visto mejor, creí que podría ser su gato negro que tanto me encantaba por lo que bajé de la cama justo para encontrarme con él pero lo que vi fue a su pequeña hermana de no más de dos años tratando de abrir una pequeña mochila.

-Ayhg, gha- escuché como forcejeaba la pequeña Lily tratando de abrir la mochila.

-Hola- le saludé con mi tono de voz habitual -¿Qué es lo que buscas?

-Gha, Bun.

-¿Qué cosa?

-¡Bun Bun!- ¡No podía ser cierto! ¡Ella estaba a punto de dar con el mayor secreto de Lincoln! Ese que tanto había ocultado de mí ¡Y no podía creer que estaba a un par de centímetros de ello! Con Lily buscándolo por cuenta propia, creí que, al ser pequeña, el que yo la hubiese ayudado sería más creíble que decir "oye, mira lo que encontré al estar hurgando por toda la habitación". Traté de alcanzar la mochila solo con mi brazo pero vaya que estaba atorada, no tardé nada en abrirla, sin seguros, cierres o algo que lo impidiera fue sencillo. En aquel entonces la tierna Lily no tenía vergüenza alguna así que rápidamente me pidió con sus brazos que la cargara para que subiera a la cama. Lo hice sin pensar mientras buscaba algo extraordinario en la mochila, pero ahí solo había bolsas, facturas de sus compras en linea y lo que parecía ser un antiguo libro de biología básica.

-No Bun Bun- dijo Lily.

-Creo que tienes razón, por cierto, ¿Qué es lo que estamos buscando?- Lily me observó por unos instantes como preguntando "¿Quién eres tú?" -¿Tu hermano escondería ese "Bun Bun" aquí? ¿Sabes dónde está? ¿O al menos qué es?

-Yo lo tengo- no supe de quién era esa voz pero era claro que no se trataba de Linc o de Lucy y mucho menos de Lori... Cuando aquella chica me habló todos mis sentidos palidecieron por completo. Yo estaba de espaldas a la puerta por lo que no quise voltear ni por un segundo -oye, Lily- dijo aquella chica -lo que buscas está en mi habitación en la cama de Luna, puedes ir pero que nadie te siga, ¿De acuerdo? Si nadie te encuentra te daré chocolate por la noche.

-¡Siiii!- y de esa forma, mi pequeña secuas se fue para dejarme enfrentando mis propios problemas. De verdad que lo último que quería era voltear y enfrentar a quien sea que me haya descubierto.

-¿Qué haces exactamente?

-Estaba... Jugando con Lily.

-Puede que Lily sea una bebé pero no es tonta. Cualquiera le habría preguntado primero qué era lo que estaba buscando. Tú, por el contrario, mostraste interés inmediato, supiste que estaba buscando algo que Lincoln guarda con cuidado. Sabías que lo estaba ocultando y que Lily podría guiarte, de seguro pensaste "oye, si es Lily quien lo encuentra no habría ningún problema" ó "tal vez descubra que es lo que esconde si ella lo busca por mí". Eso es muy bajo, incluso para alguien tan sombría como tú. Lucy dice que ustedes son más respetuosos, tranquilos e inteligentes que el resto de mortales del mundo, ¿Acaso eso es una mentira?

-No... Nos... Nosotros somos... Igual de malos que las demás personas... Pero sí que pensamos más en lo que hacemos- ¿De qué demonios estaba hablando?

-Está bien- aquella chica me dejó un par de pastillas sobre la cama de Lincoln sin tratar de hablarme más allá de ello -hay un par de botellas de agua bajo su buró, las guarda en caso de necesitar una para algo, él tiende a ahogarse con su respiración en las noches- y posteriormente ella se fue...

-Oh no... ¿Qué demonios acabo de hacer?... ¿Linc va a enojarse conmigo? De seguro que sí... ¡Fallé a nuestra promesa! ¡Creí que había hecho algo bueno después de todo! ¡Creí que...! Esto... Que... Creí que podría hacer... Que él note que... Que soy más que una triste chica...


























-Y este es Charles, es nuestro perro. Lo acogimos después de que lo encontré robando la comida sobrante de la basura.

-¡Es demasiado bonito! ¡¿Crees que pueda tomarme una foto con él?! Es que míralo es tan tierno que quiero comerlo a besos.

-Jajaja no te apures, aunque debo decirte que no le gusta que le pongan nada para las fotos, una vez mordió a Lori por tratar de ponerle un suéter.

-Ow y yo que quería ponerle un pantalón.

-Rose, no creo que los perros usen pantalones.

-¡Claro que sí! Se ven tiernos ¡Van sobre sus dos patitas traseras!

-Espera, si son pantalones, ¿No deberían de ir en las cuatro?

-No lo creo, eso se vería raro.

-Pero no es por como se ve, se trata de "tapar" a los perros, digo, no es como si nosotros usemos los pantalones solo en una pierna.

-Puede que tengas razón pero también buscamos la estilización de nuestra persona. Lastimosamente la moda manda en la ropa, bien una corbata puede hacer la diferencia en un juzgado o los relojes caros a la hora de ser acogido en una firma importante de un bufete de abogados. Lo que intento decir es, que si no le tomas la debida importancia a la moda, tal decisión puede influir en las decisiones más importantes de tu vida.

-Wow- dijo Lola entrometiéndose en la plática de su hermano -oye, Rose...

-Dime- respondió Rose sonriente como siempre.

-¿No quieres ser parte de la familia? ¡Tú serías una perfecta hermana mayor! ¡Di que sí!

-Pero tú ya tienes muchas, ¿Una más no te molestaría?

-¡No te preocupes por el número! Podemos echar a Lisa si quieres.

-¡Yo escuché eso!- el comentario de Lola no le hizo tan bien a la pequeña Lisa quien se enfadó de inmediato -¡Cuida tu lenguaje o quedarás calva de nuevo!

-Espera un minuto- y sin haber mediado palabras alguna, Rose comenzó a acercarse a Lisa -yo te he visto antes, ¿Qué no eres la que dió hace un año un seminario acerca de la materia oscura?

-¿Y tú cómo sabes eso? Creí que las chicas de pasarela eran unas totales descerebradas.

-Jajaja lastimosamente es un estereotipo que la gente tiende a hacerse, pero no. Verás, una de las condiciones que los jueces utilizan para dar un veredicto proviene de una prueba académica. Para mi fortuna debía de elegir entre historia, filosofía y astronomía. La historia me hace sentirme insensible en torno a cuánto los sujetos con poder pueden cambiar la vista del pueblo, así que no me gusta discutirla para ser después regañada por ello; por otro lado, la filosofía es muy compleja para mí, datar entre las charlas de Platón o la teoría china del confusionismo es muy difícil; y por otra parte, la astronomía, aunque compleja y conceptual, es más divertida, es como notar la fantástica forma en que el cosmos se observa a sí mismo a través de nosotros. Yo vi tu seminario gracias a mi interés personal. Es genial haberte conocido antes de esto, espero que pueda cambiar tu visión de las chicas bonitas sobre nuestro intelecto- Lisa observó detenidamente a Rose quien le sonreía fervientemente, después le dió un vistazo a su hermano para luego ver a Rose de nuevo, repitió lo mismo un par de veces sin mucho sentido hasta dirigirse de nuevo a su hermano -oye, Lincoln.

-Dime, Lis.

-Ella me agrada y tú eres muy bruto como para conseguir a alguien más. No la dejes ir.

-¡LISA, NO DIGAS ESAS COSAS!- su mal comentario solo hizo enojar a su hermano y reír a Rose quien no podría estar más encantada con ella.

-Y tú, buena Rose, ¿Le aceptarás otra cita a mi hermano?

-¡LISA!- puede que la tranquilidad de Lincoln tuviera un límite muy lejano, pero lo tenía. En un momento de vergüenza tomó a su hermana por los brazos solo para entregársela a Lori -toma- le dijo a su hermana mayor -tiene 5 minutos de castigo.

-Claro- y Lori se llevó a Lisa a un "tiempo fuera".

-Lamento eso- dijo Lincoln a su invitada -es que a veces Lisa no mide sus palabras.

-Tranquilo... Aunque... Ella tiene una mejor visión que tú para este tipo de situaciones- tranquilamente, Rose se alejó hacia las escaleras -deberías pensar mejor cada situación.

-¿Pensar mejor?- Rose no le dió la respuesta a su inquietud, de hecho, le preguntó a Luna por el baño, yéndose de inmediato.

-Ay, hermano- dijo Lana -eres muy astuto, pero también un menso.

-¡Oye!- exclamó su hermano.

Mientras Lincoln, Lana, Lola y Lisa peleaban por lo que el chico debería de hacer con su invitada, otras más se partían la cabeza pensando en todos los cabos sueltos que ahí andaban.

-¿Estás bien, Lucy? ¿No quieres ver cómo está tu amiga?

-No, muchas gracias...

-Te ves desanimada, ¿Sucede algo?

-No... Eso creo.

-¿Eso crees?

-No lo sé, es confuso... Haiku me ha hecho pensar mucho el día de hoy. Digo, en la mañana preguntó algo extraño...

-¿A qué te refieres con extraño?

-¿Podrías describir el atuendo de Rose?

-¿Qué podría decir de ella? Es elegante, femenina, al parecer ama el rosa y el amarillo oh, y también le encantan las faldas según ella, ¿Por qué?

-¡Mira lo que me mandó Haiku esta mañana!- un pequeño vistazo al teléfono de Lucy dijo mucho más que mil palabras -no creo que Rose lleve puesto ninguno de estos vestidos, ni siquiera una prenda parecida.

-Ahora comprendo... Que estás muy paranoica jajajaja ay Lucy, eres demasiado fisgona, ¿Qué tal si Rose se arrepintió al último minuto? Tú sabes que los nervios nos pueden superar cuando vemos a la persona que nos gusta.

-Lo sé... Pero eso no me hace estar menos nerviosa. Algo extraño pasa aquí y yo lo voy a descubrir.

-Bueno, puedes hacer lo que quieras pero en mi opinión diría que es mucho mejor que los dejes solos por ahora, después puedes indagar todo lo que quieras- y repentinamente su teléfono sonó -ups, lo lamento pero creo que debo salir por un par de minutos, ¿Puedes vigilar los bocadillos por mí?

-Si puedo tomar un par para mí y para Haiku por supuesto que puedo hacerlo.

-¡Es cierto!- escucharon ambas hermanas decir a su invitada especial -¡No sé cómo está Haiku! Oye, Linc, ¿Crees que podamos subir a verla? Sé que está en tu habitación y todo y si quieres podría esperarlos aquí y yo...

-Tranquila- le respondió su amigo -estoy seguro que Haiku está bien, pero subamos de todas formas, ¿Qué dices?- Rose le tendió la mano para tomar la suya, con el más mínimo roce de todos fue Rose quien más sintió que su corazón se estrujaba con una sola caricia.

-Esto es genial- pensó Rose mientras subía de la mano de su amigo.

Sin embargo, no todo es color de rosa y nada puede ser perfecto, ¿Qué es lo que le daría una mejor "chispa" al ambiente? Eso es sencillo, simplemente la chica más loca de toda la casa, esa que se vuelve una completa desquiciada cuando el primero de abril llega a su hogar. Mientras los dos adolescentes subían dispuestos a entrar a la habitación donde se suponía que estaba Haiku, fue Lincoln quien observó por poco que Rose pisó sin querer una cuerda que si bien no podría ser nada, en esa casa era una trampa mortal. Cuando Rose pisó aquel artefacto extraño muchos ruidos comenzaron a emanar del techo, seguido por lo que parecía un costal de papas viniendo a toda velocidad para el pobre incauto que fácilmente cayera en la trampa. ¿Qué podría ser? Algo malo quizá o tal vez algún tipo de harina difícil de quitar, fuese lo que fuese, Lincoln sabía que Rose no debía ser golpeada por ello.

-No sabes cuánto te odio justo ahora, Luan- y al igual que la vez en que Ronnie Anne lo visitó, decidió caer en la trampa él mismo antes que Rose alejándola de la trayectoria siendo golpeado en su lugar. El golpe fue tan fuerte que el pobrecillo chico salió volando directo hacia su habitación, la cual también terminó por cerrarse desde dentro bajo una cerradura muy extraña, siendo claramente la firma de alguien peculiar que suele hacer este tipo de cosas.

-¡Lincoln!- por supuesto que su amiga se asustó cuando él salió volando sin mesura por los aires.

-¡Tranquila!- le dijo su amigo desde dentro -creo que Luan te quería jugar una broma.

-Lamento que me tuvieras que salvar.

-No te preocupes, estoy bien- por supuesto que Lincoln intentó abrir la cerradura de inmediato pero parecía que en realidad estaba tratando de abrir una caja fuerte -mejor busca a Luan o a Lori para que nos abran.

-¡No te preocupes! ¡Vuelvo enseguida!- Lincoln no tardó en escuchar los pasos de Rose mientras se iba, quedándose a solas con...

-¡Haiku!- dijo su nombre al recordarla, no obstante, lo único que encontró fue un pequeño bulto cubierto por sus propias sábanas metido dentro de su cama -¿Haiku? ¿Estás despierta?- pero no obtuvo respuesta alguna -demonios, lamento lo que pasó, si tan solo Lynn no fuera tan agresiva... Bueno, creo que tenemos un par de segundos hasta que Rose...

-¡Regresé!- le gritó Rose desde la puerta -Luan no está y tu hermana Lynn dice que Lori y Luna fueron a buscar a tu hermana Leni, ¿Qué hago?

-¡Ya sé! ¡Dile a Lana que venga! Ella puede abrir la puerta.

-¡Ya voy! ¡No te preocupes querido Linc! ¡Rose te salvará!- y la tierna Rose se fue casi corriendo a buscar a Lana.

-Vaya que Rose es increíble. Es igual que tú- Lincoln no sabía si Haiku lo estaba escuchando, él conoce los golpes de Lynn y sabe que uno puede dejarte fuera de combate por un par de horas así que creyó que lo más probable era que Haiku todavía estuviese durmiendo, así que, para matar el tiempo, sólo continúo hablando -sabes, Ku, eres la tercera chica que no es de mi familia que entra aquí. La primera fue Ronnie Anne y vaya que me arrepiento de haberlo hecho, cuando la invité a pasar se burló un poco de mis figuras de acción, así que las guardé para evitar esos comentarios... La segunda fue Stella aunque ella es mi amiga, pero se salió de inmediato, es que ella es claustrofóbica... Y ahora tú... Vaya, si pudieses oírme te darías cuenta de lo patético que soy... Tener la cuenta de las chicas que entran a mi habitación no es normal... Y aún así estoy aquí, hablando contigo... Oye... Sé que tal vez no estás escuchando pero creo que jamás lo he dicho de manera literal así que... Haiku... Perdóname... Sé que lo que pasó durante el baile no fue culpa de ninguno de nosotros pero aún así quisiera pedirte perdón, no me porté como el hombre que se pone que debería ser y mucho menos como un amigo. Definitivamente una chica como tú merece que la traten bien y no como yo lo hice... Así que, Haiku, perdón... Vaya, debo recordar esto para cuando me puedas escuchar, estoy seguro que...

-No...- de repente, ignorando todo lo que pasaba a su alrededor, Haiku alzó un poco su voz para evitar encontrarse de frente con Lincoln.

-¿No?- preguntó su amigo -bueno... Creo que lo merezco, ¿No? Digo, de todas formas tenías razón, solo me comporté como un patán mientras tú...

-No hablo de eso... Tú no tienes que pedirme perdón... Si alguien debe rogar por el perdón soy yo.

-¿Tú? ¿Pero por qué?

-Soy un asco de persona...

-Haiku, no digas eso...

-¡Si lo soy!- y fue entonces cuando Haiku se descubrió a sí misma. Con un fuerte grito alzó las sábanas que la cubrían demostrando su ser -¡Traté de usar a Lily!

-Espe... Espera... ¿De qué hablas?- los tartamudeos de inquietud y vergüenza emanaron de su voz por lo que sus ojos veían. Frente a él la linda Haiku se mostraba frágil, tal escena le generaban más y más ganas de abrir ya esa maldita puerta.

-¡Ella entró hace un rato! Tu hermanita vino buscando a Bun Bun y yo... Yo intenté descubrir qué era así que (sniff), yo traté de usarla para descubrir tu secreto y (sniff) creí que podría hacerlo pero (sniff) una de tus hermanas me descubrió y me regañó así que (sniff) ¡No quise bajar a que vieras mi cara de vergüenza!- Haiku empezó a sollozar terriblemente, sus frágiles lágrimas cubrieron de inmediato sus ojos demostrando una escena que Lincoln jamás creyó tener la suerte de presenciar -¡Sé que soy horrible! ¡Sé lo que debes de estar pensando! (Sniff) ¡Pero por favor, prometo que...!- y, Lincoln la hizo callar de la única manera que conocía -¿Pero por qué me abrazas? ¿Qué no estás molesto conmigo?

-Claro que me enfadé un poco... Pero jamás podría odiarte- no dijo nada más, no hacían falta más palabras. Sin decirle nada, Lincoln abrió su "caja fuerte" digitando una clave que quitó el candado -escucha, Haiku... Si te digo esto, ¿Prometes no reírte? Esto es un tesoro para mí.

-Lo prometo... De hacerlo que me caiga un rayo- dijo al hacer una cruz sobre su corazón.

-Haiku... Tú eres la primera persona a quien le muestro algo como esto...- la vista de Haiku se perdió un poco dentro de aquella caja metálica tan extraña, sin embargo, lo único que observó con cuidado fue un conejo algo viejo hecho de felpa -este es Bun Bun... Mi abuela lo tejió cuando supo que iba a nacer. Lo hizo pensando en que nacería niña, pero eso no le impidió regalarlo. Cuido este peluche con todo mi corazón. Desde Lucy hasta Lily ha cuidado sus sueños cuando los rayos no las debajan dormir o cuando se sentían enfermas por las noches- Haiku no lo podía creer... Su amigo, ese a quien estaba utilizando unos días atrás, le entregó uno de sus mayores tesoros sin problema alguno. Con un suave toque aquel peluche descansó sobre sus bellas manos delgadas -es algo viejo, así que cuídalo, ¿Puedes?- Haiku no entendía cómo alguien podría confiar en ella después del horrible acto que hace unos instantes había cometido. Cuando tuvo al peluche sobre sus manos lo observó durante unos segundos, después alzó la cabeza hacia su amigo y, de la nada, comenzó a llorar.

-¡No es justo!- reclamó mientras ahogaba su cuerpo bajo el abrazo de su amigo -¡¿Por qué eres tan bueno conmigo?! ¡¿Tienes idea de lo que estás haciendo?!

-Pero Haiku, ¡Yo no he hecho nada!

-¡Claro que sí!- para evitar que sus lágrimas siguieran siendo tan evidentes recostó su cara justo al lado de la de Lincoln, todo mientras sostenía el tierno peluche sobre sus manos -¡Me estás haciendo débil! Antes de hablarte nada de esto me habría hecho sentirme así ¡¿Por qué me haces sentir esto?! Tus historias (sniff), tus palabras que se vuelven en prosas cuando las escucho en mi cabeza ¡No es justo! ¡Solo haces que me sienta todavía peor! ¡Traté de hacer trampa!

-Haiku, no digas eso- Lincoln le devolvió el abrazo intentado que Haiku no lo hiciera a un lado, cuidando que sus manos no la tocasen de alguna manera inequívoca -eres mi amiga... Y eres la primera que no se burló de todo lo que aprecio. Eres la primera persona que se interesa genuinamente en mis gustos... Y de las pocas en verme sin camiseta.

-Jaja, lamento mucho eso...- cuando Haiku recordó lo sucedido cayó en cuenta que, efectivamente, guardó en secreto aquella prenda que todavía olía a él... Igual que justo ahora...

-No tienes que disculparte- poco a poco, Lincoln también sintió algo que ya conocía, un extraño aroma dulce que lo hacía temblar -lo que trato de decir es... Que si quieres saber más de mí puedes preguntarme a mí o a mis hermanas... Solo no lo vuelvas a hacer, no quisiera ver que alguien a quien de verdad aprecio traicione mi amistad.

-Jamás podría hacer eso... Prometo no volverlo a hacer- Haiku estuvo a punto de romper el abrazo, quería ver el rostro de Lincoln una vez más... Al menos hasta que sus labios rozaron un poco la mejilla de aquel chico...

-Confío en ti...- siendo un chico, Lincoln estaba dispuesto a romper el abrazo en el momento en que Haiku lo hiciera, así que esperó... Y esperó... Y esperó... Creyó que tal vez ella no estaría bien hasta que sintió una mano sobre su espalda y la otra junto a la suya, buscando regresar a Bun Bun a casa.

-Gracias por ser... Tan lindo conmigo.

-Wow... Oye... Oye... Ha... Haiku... Yo...

-Eres un chico muy interesante- Haiku creyó que pasaría desapercibida si su boca acariciaba al menos un poco a su amigo, así que lo hizo lo menos posible tratando de no separarse de su lado -pero no quisiera irme sabiendo que me liberé así de fácil de mis actos.

-¿En serio? Yo creo que no hace falta nada más.

-No... No puedo ser así... Mamá me ha enseñado que siempre debo arreglar mis errores...

-¿Haiku?

-Por eso mismo te debo una.

-¿A qué te refieres?

-Puedes pedirme algo... Cualquier cosa que pueda hacer por ti, sin restricciones, te lo mereces. No has sido más que amable conmigo y yo solo te he tratado mal... ¿Qué dices?

-Yo... No sé... ¿Qué se supone que pida?

-Piénsalo, sé que no harías nada que me hiciera daño o algún mal a mi persona.

-¿Por qué confías tanto en mí? ¿Acaso hice algo para que lo hagas?

-Lo hiciste, pero prefiero reservarme eso para mí. Lo que hiciste por mí fue genial... Así que, gracias- y cuando nos separamos del abrazo creí que no habría nada más que me pudiese emocionar si no fuera porque Lana, Rose y Lisa empezaron a abrir la puerta. No sé porqué pero sabía que no podían vernos en una situación así por lo que salté hacia la cama para cubrirme con las mismas sábanas con las que ya habia estado tapada.

Quisiera decir que todo sucedió más rápido desde ese momento pero no, lo único que pasó fue que él y Rose me hicieron compañía mientras intentaba recuperarme del golpe. Comimos sus deliciosos postres de los cuales decidí no decir nada por el momento más que un enorme gracias acompañado de un abrazo. Creí estar a salvó de cualquier otra situación extraña, estaba segura que nada más podría salir mal si me mantenía junto a él y a Rose, excepto por una minúscula cosa que había olvidado durante todo este tiempo: Lucy.

-Está bien, ¿Qué estamos haciendo en tu cuarto, Lucy?- le pregunté sin comprender su extraño modo de actuar conmigo.

-Quisiera preguntarte un par de cosas, te he estado vigilando y sé cuando mi mejor amiga está actuando extraño.

-No tengo idea de lo que estás hablando- no quería que Lucy me interrogara así que solo me di la media vuelta -me iré con Rose y...

-¿Puedes quitarte esa gabardina?- cuando Lucy me pidió tal cosa... Vaya... Sentí cómo mi alma abandonó mi cuerpo en un tétrico momento de maldad por parte de mi mejor amiga.

-No- respondí tratando de no verme tan obvia a la presente evasiva -hace frío y no quiero resfriarme. Vamos a tener la salida al mirador y no quiero enfermar.

-Claro...- su voz parecía querer decirme algo, si perdía los estribos estaba segura que descubriría la verdad... Una que yo no quería descubrir -hablando de ello quisiera pedirte una disculpa.

-¿Una disculpa? ¿A qué te refieres?

-Tendrás que encontrar a alguien que te acompañe a dormitar en tu tienda de campaña. Los padres de Sasha dijeron que podría ir solo si me quedaba con ella, incluyendo las noches. Sé que Persephone dijo que dormirá con Boris ya que solo él soportaría dos noches enteras sin dormir junto a ella. Por eso me disculpo.

-No debes preocuparte- le dije antes de retirarme, imaginando que el destino estaba comenzando a tener un lado inclinado hacia mi fortuna -creo que puedo encontrar una triste alma que me acompañe por las noches. Preguntaré en dirección el lunes si es posible, admito que de serlo mi pasantía en el mirador será bastante más cómoda. Gracias por decirme la verdad, nos vemos- y así, me retiré de su habitación para regresar con Rose.

-Haiku, puede que engañes al resto del mundo pero no a mí ni a mi mirada de oscuridad... Solo de pensar en lo que creo que está pasando contigo...- Lucy se fijó que no hubiera nadie a su alrededor, cerró la puerta, corrió hacia su cama y al pegar su cara a la almohada ella gritó:

-¡Lo sabía! No estoy loca, estoy segura que Haiku tiene algo raro que ver con mi hermano... ¿Acaso será lo que creo?... No lo sé, los tendré que vigilar más a fondo, ¿Pero cómo hago que estén reunidos sin que Rose lo acapare todo el tiempo? Tengo que pensar...




























-¡¿Entonces es un sí?!

-Bueno... Es la primera vez que alguien me pide algo así, ¿Prometes que no será nada extraño?

-¡Por supuesto que no lo prometo! Solo me aseguro de que tu sangre sea compatible con la de mi hermano, es solo una medida de seguridad.

-Oh... Entonces mejor paso, creo que preferiría...

-¡Pasar un rato conmigo!- exclamó Lola a Rose tratando de acaparar a la única chica que, según ella, era perfecta para su hermano -¡Lo prometiste!

-No recuerdo haberlo hecho pero podría jugar contigo por un momento, es sólo que...- y Lola la detuvo llevándose a Rose hacia su habitación solo para susurrarle tenebrosas palabras: -si vienes conmigo te diré todos los sucios secretos de Lincoln.

-¡Y por eso digo que iré contigo! Pero solo un momento, también quisiera ir con él solo para pasar un rato... A fin de cuentas creo que ese era mi único objetivo jajaja.

-Solo serán un par de minutos... Prometo que con lo que te diga ese tonto caerá a tus pies.

Puede que fuera por alguna razón extraña del ferviente destino que siempre juega con los corazones, no lo sé, siempre que pienso en ello trato de comprender las razones del porque de cada circunstancia, pero en aquel momento me encontré de nuevo en la habitación de mi amigo disfrutando de un momento a solas.

-Así que esta es tu habitación- dije para romper un poco la densa atmósfera que yo misma había creado -es muy pintoresca, demasiado diferente de la mía.

-Es que la tuya es demasiado oscura jajaja- me respondió, sin embargo, yo sabía que sus actitudes trataban de ocultar algo

-Claro...- y, si quería descubrirlo debía asegurarme de tener al menos un minuto a solas con él -por cierto... Quería hablar de algo contigo- cuando le dije mis intenciones él dió media vuelta mirando solo hacia su laptop, en ese momento aproveché para cerrar la puerta detrás mío -es sobre lo que sucedió el otro día, sobre nuestra pequeña aventura en el centro comercial. Hubo algo que hiciste que...

-¡Lo sabía!- me respondió casi a gritos -¡Perdón, yo sabia que solo te estaba incomodando! ¡Perdóname! ¡Es sólo que tus manos eran tan...!

-¡No hablo de eso!- por supuesto que él se comportó como un tonto -¡¿Por qué mencionas eso justo ahora?!

-¡Perdón! ¡Es sólo que yo creí que tomar tu mano te había incomodado! Eso y todavía lo que sucedió con Ronnie Anne junto al regalo que te hizo sentir...

-¡Ese es el problema! ¡Nunca me dejas hablar!- ¡Claro que me enfadé! Ese tonto siempre me quitaba la palabra, así que creí que al arrinconarlo podría hacer que se cayara solo por un momento -¡Eres un tonto!

-¡Pe... Pero Haiku, yo...!

-¡Cállate! ¡Eres un tonto! ¡¡CLARO QUE NO ME MOLESTÓ TU REGALO!! ¡AL CONTRARIO! ¡Me alegré cuando me diste algo! La gente suele asustarse cuando trata con personas como yo. Creen que solo por ser amante de la oscuridad no me pueden gustar las cosas tiernas ¡Claro que me gustan! Odio que todos crean que mi personalidad se basa solo en la oscuridad, todo aquel que me mira piensa "¡Oh, no! ¡Cuidado! Ahí viene la estúpida gótica ¡De seguro tiene la cabeza de un pájaro en la punta de su pluma" ¡Claro que no! ¡Nadie pregunta por mis cosas favoritas! ¡Dan por hecho que todo lo oscuro, brutal y sangriento es en todo lo que pienso! Nadie se detiene a imaginar que me gusta oler flores en primavera o que tal vez adoro los panes de zarzamora recién horneados ¿O acaso tú...?

-Sé que te gustan los días nublados pero no cuando hay lluvia porque recuerdas que no te gusta llorar. También sé cuánto te gustan los peluches tejidos de esos que todos usan como llaveros. No creas que no sé nada de ti.

-Pero tú nunca has...

-Lucy me contó sobre eso cuando tuvimos aquella cita, traté de aprender todo sobre ti pero creo que me faltaron un par de cosas sobre la chica oscura más dulce del mundo jajaja... Así que perdóname, prometo ser un mejor amigo a partir de ahora.

-Bu... Bueno... ¡Más te vale!- sabía que me había hecho callar, ¡Rayos! Era bueno en esto, no obstante, sabía que podía conseguir lo que había venido a buscar -¡Pe... Pero a cambio quiero algo!

-¡Claro! ¡Lo que tú quieras, Ku! ¡Es tuyo!

-Son... Son dos, no, tres, ¡Tres cosas!

-¡Lo que tú quieras!

-Pri... Primero... ¡Quiero que me lo des! ¡Quiero ese murciélago que me ibas a regalar!- sabía que tenía poco tiempo así que solo podía apresurarlo rogando para que Rose no viniera. Lincoln sacó por debajo de un par de comics una caja muy pequeña donde venían guardados un par de cristales extraños, una píldora y el regalo que muy celosamente había guardado.

-Sé que no es la gran cosa- me dijo tratando de ocultarse en su pequeña habitación -pero cuando lo vi pensé en ti y bueno, lo demás es historia. Creí que sería un bonito detalle pero...

-Lo lamento- mis tristes susurros fueron escuchados, mis lamentos dejaron de perderse para ser atendidos por los oidos más dulces del mundo -ese día estaba nerviosa. No suelo ser así de grosera y mucho menos con alguien que solo intenta ser amable. Acepto que esta vez fui yo quien no supo cómo actuar y créeme que esta no es la primera ni la última vez que ocurre así que por favor tenme paciencia.

-No hay por qué disculparse- lentamente me tomó por el hombro para hacerme sentir mejor. Después, ambos nos sentamos en su cama mirando al otro sin perder de vista ni un solo detalle.

-Espero que así sea, odiaría tener que mostrarme frágil de nuevo con alguien tan sentimental como tú.

-¿Yo soy el sentimental?

-Ajá- respondí prepotente a su acusación.

-Y lo dice la chica que lloró cuando el ratón de "vida a ciegas" murió.

-¡¿Y TÚ CÓMO SABES...?! Alto... ¡LUCY, DATE POR MUERTA!

-JAJAJAJA perdóname pero ese comentario de Lucy no podía quedar en el olvido.

-No puedo quedarme así ¡Necesito estar a mano contigo!

-Jajaja no lo creo, ¿Crees que te diría algo vergonzoso de mí solo con pedirlo?

-No lo sé... Pienso en algo como "estilo gótico" o "cosplay de Lucy", ¿Te suena familiar?

-Oh no, Haiku claro que no.

-¡Oh Linc, claro que sí! Alguien me contó que todavía se guardaba una foto tuya con ese aspecto. Quisiera verla, solo para reírme un poco.

-Oh, vamos Ku ¡No quieres hacer eso!

-¡Claro que quiero! No podría estar más en desacuerdo contigo acerca de esto.

-No sabes cuánto me odio justo ahora ¡Bien! Le pediré a Lynn las fotos ¡Y qué conste que sólo es por circunstancias especiales! Solo promete que...

-Rose también las verá.

-¡Rayos!- sabía que solo se lamentaba por ser gracioso. Jamás sentí que realmente lo estuviera incomodado. Sin embargo, sabía que debía de preguntarle acerca de mis futuros planes en el viejo mirador. Esta era mi oportunidad.

-Por cierto, Linc... ¿Recuerdas el mail que nos llegó el día de ayer?

-¿Hablas sobre los tres días en que nuestros clubes estarán de excursión?

-A esos me refiero... Bueno, verás... Yo... Como sabes tu hermana iba a ser mi acompañante en la tienda de campaña pero al parecer los padres de Sasha le pidieron quedarse con ella y Persephone no cambiaría su lugar con Boris y yo no quisiera estar sola en el campamento ¡Si algo pasara no quisiera estar sola y yo...!

-¿Quieres quedarte conmigo?- y como siempre ese tonto me quitó las palabras de la boca -sé que puede ser raro que un chico y una chica compartan tienda pero en el club no soy tan querido, de hecho, estaba planeando dormir solo al igual que tú así que, creo que si no queremos estar solos, entonces tú y yo...

-Si no llevas malvaviscos para asar estaré muy enfadada, me gustan los que son de colores morado y azul que venden en la dulceria que está frente al mercado. Si los olvidas no creas que no me enfadaré contigo solo porque somos amigos, ¿De acuerdo?

-Solo si prometes traer un buen libro de terror para dormir temblando. Nada mejor para una fogata que una excelente historia nocturna.

-Lo prometo... Por cierto, Linc, quisiera preguntar algo absurdamente arbitrario. Verás, hace un par de días vi algunos anuncios sobre unas tiendas de videojuegos y cosas frikis como las que te gustan y bueno, se acerca el cumpleaños de Persephone y como te habrás dado cuenta ustedes dos son muy parecidos así que, si fuera tu cumpleaños, ¿A ti te gustaría ese tipo de regalo? Quisiera darle algo así ya que el año pasado compramos un dispensador de hielo con saborizantes de uva, frambuesa y fresa, pero esta vez quisiera darle algo distinto, ya sabes, algo que no olvide.

-Eso suena... Extrañamente específico... Dime, Ku, ¿No te habrán platicado de algo mis hermanas o sí? Algo extraño sobre mí.

-Exceptuando que al parecer disfrutas de las duchas extendidas, que sabes coser y que tienes una colección de monedas no recuerdo haber escuchado algo, ¿Por qué?, ¿Tiene algo que ver con Persephone?

-No... Es sólo una precaución- ¡Diablos! Creí que sería más distraído pero vaya que cuidaba de sus secretos -bueno, si fuera Persephone definitivamente quisiera tener el nuevo videojuego de Tekken, recuerdo que platicamos sobre los juegos de pelea y ambos coincidimos en ello, según recuerdo ambos teníamos solo la versión beta pero la definitiva es la que cuenta, ¿Crees que te ayude?

-Definitivamente- sabía que nuestra corta reunión debía de culminar, nuestro permiso para estar fuera estaba pronto a llegar a su fin y sabía que Rose me mataría por haber acaparado a Linc durante los cortos cinco minutos en los que hablamos -bueno, creo que debemos irnos no sin antes pedirte una última cosa. Recuerdo que te pedí una recomendación de novela gráfica, ¿Tienes algo que pueda llevar conmigo?

-¡Oh! ¡Por supuesto! Creo que este te encantará- sé lo que piensan: ¿De verdad quería leer algo como un cómic? Creí que no al menos hasta que vi el diseño en el que estaba impreso, parecía una edición especial de un libro. Creí que esas cosas eran más parecidas a revistas o cosas así pero no, tal parece que unos son mucho más interesantes que otros.

-¿Es de Batman?

-Un superhéroe clásico, creí que comenzar con algo así te vendría bien. Sin embargo, este no trata tanto sobre la pelea contra el crimen y cosas así, este revela la verdadera escencia de Batman, ya sabes, juega con el rol de las pistas metiendo al lector en los zapatos de Batman, créeme que esto lo vas a disfrutar.

-Le daré la oportunidad... Solo por tratarse de ti- sabía que tenía poco o más bien dicho nada de tiempo disponible, así que, para hacer que mis tontas acciones tomaran algún significado decidí retirarme de mi gabardina.

-¡Diablos!- dije al aire tratando de no verme tan obvia -creí que traía mi bolsa de mano debajo- tristemente mi inocencia y vergüenza me superaron, casi de inmediato me volví a colocar mi prenda de vestir -creo que tendré que meterlo en la bolsa de Rose, ¿Te molesta?

-Bah...- creí que estaba tratando de murmurar algo, pero no le entendí.

-¿Hola? ¿Tierra llamando a Linc?

-¡OYE, LINC!- ¡Demonios! Justo cuando creí que podría responder mis propias dudas, Rose decidió regresar -¡Tengo algo que decirte! Y créeme, esto te encantará.


































-¿Qué es lo que buscas, querida? Llevas horas tendida en el piso.

-Nada, creí que había perdido un pendiente pero no estoy segura...- lo peor de tener una buena madre es que no puedes ocultar secretos, no si ella está tan obsesionada contigo -ajá- y tristemente fui descubierta antes de haber imaginado algo divertido -sabía que mi perfecta vista no me había engañado. Este botón anaranjado no podría ser de Haiku, ¿Acaso es de Rose? Pero eso no explicaría la huella que encontré en mis rosales. Alguien estuvo aquí y lo voy a descubrir.

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