Ama nuestra historia.

-¡Boo! ¿Te asusté?- la pequeña Lindsay congenió bastante bien con quién cree que es su nueva tía, desde aquel día en el juzgando ambas juegan cada vez que pueden pasando el rato juntas de miles de maneras diferentes.

-Todavía no cariño, aún es muy temprano para que intentes asustar a la gente.

-Pero es divertido, antes la tía Lucy solo jugaba conmigo pero ahora tú también, es mejor asustar con más personas.

-¡Lo mismo digo cariño! Por cierto ¿En dónde está Leni?

-Mamá está trabajando, la tía Luan y Leonore me dijeron que podía venir para ayudar.

-Y lo agradezco muchísimo cariño ¿Ahora por qué no vas a tomar un jugo del refrigerador? También puedes llevar uno para tu prima.

-Me despido ¡Por un jugo!- la pequeña salió corriendo en dirección a la cocina deseando un pequeño y delicioso aperitivo.

¿Qué está pasando? La respuesta es fácil ¡Trabajo en el hogar! Haiku junto a Lincoln, Benny y Luan han estado arreglando el departamento de Haiku para poner cómodos a sus nuevos "roomies" quienes esperan con ansias esta nueva etapa... O eso querría Haiku pues Lincoln todavía no confía completamente en ella para cuidar de la bebé, la ve como un peligro para ella, piensa que no tiene nada que ver con Loan a pesar de agradecerle el haber ayudado con el caso y el haber cuidado de ambos... Simplemente todavía no confía en ella, tal acción lastima el corazón de Haiku pero no podría reclamar, su pasado con él no le permite pedir más que eso, tiene todo lo que siempre quiso con él pero no de la manera en que lo había deseado, él la quiere pero no confía en ella, muy pronto tendrán que unirse ante la ley como pareja por su misma idea pero sabe que la latente alerta del posterior divorcio no es tan distante, debe de ganar el cariño y confianza tanto de Lincoln como de Loan si quiere conservar lo que ahora tiene... Una familia.

-Veo que sigues pensando- Luan tan perspicaz como siempre se da cuenta de sus pesares.

-¿Cómo lo supiste?- le pregunta Haiku sin mirarla a los ojos.

-Instinto maternal, despierta en las madres cuando es necesario ¿Quieres un té?

-Entiendo... Acepto el té, muchas gracias- una mujer servicial, atenta y muy responsable, en eso se había convertido Luan sin rastros del desastre de su juventud... O al menos no por ahora. Después de cinco minutos haciendo un té en la cocina de Haiku ambas procedieron a tomar asiento en la mesa que ahí había.

-¿Y Loan?- preguntó Haiku preocupada por la pequeña.

-Está bien dormidita en su cuarto, Leonore y Lindsay están con ella.

-¿Crees que podrían despertarla?

-No, les dije que si se mantienen en silencio iríamos con Loan al parque.

-Entiendo.

-Haiku lamento mucho que Lincoln quiera que yo cuide a Loan mientras él trabaja, por lo menos hasta que puedan darle el permiso de su permuta para llevarla al trabajo.

-Lo veo muy difícil Luan, quiere trabajar de Lunes a viernes de siete de la mañana a cuatro de la tarde, alejarse de los quirófanos dedicándose únicamente a consultas.

-Veo que estás bien enterada.

-Vamos a ser marido y mujer en papel, debo de saber lo que sucede con mi esposo y con Loan, es mi deber.

-Supongo, no es como si quisieras conservar esto- para relajar a la tensa mujer que era Haiku, Luan no hizo más que un pequeño chascarrillo sonriendo como siempre, esperaba que Haiku riera pero al ver que ella dió media vuelta bebiendo de su té mientras escondía un pequeño sonrojo sorprendió a Luan -espera ¿De verdad quieres conservar esto?

-Luan... Soy una mujer joven, estoy a punto de casarme con el hombre que quiero desde que soy una niña, tengo un buen trabajo y si todo sale como deseo... Tendría una linda personita viviendo en mi casa aprendiendo de su padre y de mí.

-Haiku no quiero romper tus esperanzas pero dudo que Lincoln quiera eso.

-Y por eso tengo un año para enamorarlo de mí y de mi vida otra vez, quiero acostumbrarlo a vivir conmigo.

-No tomes a mal mi comentario pero no apoyo esa idea, tuviste tu oportunidad más de una vez, todas nosotras te ayudamos, alentamos y quisimos como pareja de nuestro hermano, confiamos en que guardarías su amor con todas tus fuerzas y que te darías cuenta que el amor de Lincoln es único... Yo... Creí que serías su novia... Cuando creímos que estabas embarazada... ¡Wow! Exploté de felicidad, investigué miles de maneras para cuidar de ti y del que creí que era el hijo de mi hermano ¡El hijo de mi hermano! ¿Eres siquiera capaz de entenderlo? Tenía la esperanza de ser tu amiga, de vernos en navidad y sonreír, de poder hacerles una broma en su boda... De estar en el desastre de tu embarazo y que al final nuestras hijas juguetearan juntas en el jardín de la casa mientras bebíamos una copa quejándonos de la hermosa maternidad ¿Por qué Haiku? ¿Por qué no quieres a mi hermano?

-¡LO AMO! ¡LUAN YO AMO A LINCOLN! ¡LO AMO DESDE QUE ÉRAMOS NIÑOS! Sus dibujos, sus tiernos videojuegos, sus bellas sonrisas, el hermoso tacto con el que me habla... Amo a ese hombre pero todo en nuestra vida fueron miles de malos entendidos, nunca quise esto ¡Yo desee esto por años! ¡YO ME ENAMORÉ DE LINCOLN! Quiero estar con él por el resto de mi vida, no importa si mis padres no lo aprueban ¡Yo voy a enamorar a Lincoln! Yo... Quiero que él me mire de otra manera... Su compañía me hace falta todas las noches, vivo en una monotonía que desaparece cuando él me besa... Yo... Prometo amarlo y respetarlo... Prometo que en menos de un año yo seré la legítima esposa de Lincoln- las lágrimas de Haiku lastimaron a Luan, frente a ella no se encontraba una mentirosa sino una tierna chica enamorada plenamente de la farsa en la que se metió -Luan... ¿Cómo hago para que me perdone?- Haiku se deshizo frente a Luan, no quería negarlo, el dolor de haber perdido al amor de su vida le ardía hasta los huesos, dejó su té de lado para pasar a llorar en los brazos de Luan -¡Yo no quería esto! (Sniff) ¡Yo también quería ser tu cuñada! ¡Quería ser parte de tu familia, dar a luz a un bebé mío y de Lincoln! Yo... Quería que Lincoln me quisiera- Luan no tuvo más opción que abrazarla tratando de hacer que se calmara, nunca se imaginó ver a tal mujer oscura familiar de la muerte llorando por el amor de su hermano. Pasaron cuarenta minutos dónde Haiku estuvo llorando producto de las recriminaciones que Luan le restregó, el té se enfrió por supuesto y con él la más bella llamada pidió por Haiku.

-¡Mami! ¡Loan está llorando!- una tierna Leonore salió disparada hacia Luan brincando directo a sus brazos.

-¿No la despertaron verdad?

-No mami, nosotras estábamos leyendo los cómics del tío Lincoln en silencio, nos dimos cuenta que olía feo y después Loan lloró, Lindsay quería cargarla pero le dije que no y vine ¡Hola tía Haiku! Su hija está llorando- no... Leonore no lo hizo con malas intenciones, una niña pequeña que observa a la pareja de su tío y a una bebé... Los niños siempre dicen la verdad, ellos ven el mundo tal y como es, sin dolor, sin mentiras, sin colores medios... La verdad para los niños es lo único que existe y para Leonore, Lincoln era su tío, Loan era su prima y Haiku era su tía, esposa de Lincoln y por ende madre de Loan...

-¿Mi hija?...- se preguntó Haiku pensando en las palabras de Leonore sintiendo de nuevo ese calor tan extraño que la ahogaba, aquel que sintió cuando Lincoln besó sus labios durante el juicio, el mismo que sintió cuando alimentó a Loan con ayuda de su padre...

-Oh cariño no digas eso- madre como pocas Luan corrigió a su hija con un beso y un lindo abrazo -Haiku no es...- claro que al darse cuenta Haiku ya iba de camino hacia Loan en completo silencio, un andar elegante y silencioso con pisadas suaves golpeando al suelo, Luan la siguió con Leonore detrás suyo, entraron al cuarto observando a Lindsay que trataba de mecer la cuna de Loan intentando cantarle.

-¿Por qué no se duerme? ¡Tía Haiku!- la pequeña corrió desesperada para abrazar a la antes mencionada -Loan no quiere dormirse y nosotras no la despertamos ¡¿Qué le pasa?!

-Tranquila cariño- le respondió Haiku acariciando sus castaños cabellos -sólo necesita un cambio de pañal y un buen juego- Luan iba a detenerla, de verdad que quería detener a Haiku de encargarse de Loan pero... Bastó un tacto para que la bebé disminuyera sus llantos, Haiku la levantó sobre su hombro cuidando cada milímetro de ella desde el dedo pequeño de su pie hasta el último de sus cabellos -bien, bien mi vida, vaya que ensucias tu pañal, necesitaremos ir al súper para hacer las compras amor ¿Verdad que quieres ir conmigo? Pero antes esperemos a que crezcas un poquito más y que pueda explicarte todo lo que pasa con mejores palabras, espero que mi mímica no te haga reír.

-Jeje- la risa más hermosa de todas se asomó para saludar a Haiku, el dulce tono con el que la bebé río iluminó el frio rostro de Haiku congelando sus palabras.

-Luan...

-¿Si Haiku?

-¡Ella río! ¡¿LO VISTE?! ¡MI PEQUEÑITA RIÓ! ¡FUE SU PRIMERA RISA! ¿O antes ya lo había hecho? ¡No importa! ¡Para mí es su primera risa! ¡POR DIOS DÓNDE ESTA UN TELÉFONO CUANDO LO NECESITAS! ¡LUAN SACA TU TELÉFONO RÁPIDO! ¡¡QUIERO GRABAR LA RISA DE LOAN! ¡Cuando sea vieja querré ver esto! ¡¡LUAN RÁPIDO O DEJARÁ DE REIR!

-Tranquila Haiku (sniff) he estado grabando desde que la levantaste... Todo quedó grabado- sin querer Haiku proclamó a Loan como "su pequeñita" y aunque Luan se enfadó un poco al principio supo que ella no lo hizo con malas intenciones, sin darse cuenta miró a Loan no como hija de Lincoln o de Lori... Sino como "su pequeñita". Un cambio de pañal guiado por Luan tranquilizó por completo a la bebé, por petición de Haiku fue Leonore quien le llevó una pequeña cuna portátil para estar con Loan en todo momento.

-No tenía idea de que tuvieras una de esas Haiku.

-Tu madre me la dió el día que regresamos de la resolución del juicio, dijo que era por si acaso... Y de hecho... Me dijo que me prestaba el anillo diez meses y que después vendría a buscarlo.

-¿Te refieres al de compromiso?

-Si a ese mismo, me pregunto si de verdad es una reliquia.

-Por supuesto que lo es, Lucy y Lincoln lo encontraron de pequeños en el cajón de mamá mientras buscaban fantasmas jajaja ella dijo que fue de nuestra bisabuela Harriet.

-Wow... Creo que esto es mucho para mí.

-Claro que no, si mamá lo dijo entonces tiene sus razones para confiar en ti.

-Gracias Luan- ver el actuar de Haiku bastó para hacerse a la idea de a lo que su madre se refería.

-Sabes Haiku creo que me tragaré mi orgullo y creo que eres perfecta para cuidar de Lincoln.

-¿Qué?- las palabras de Luan desconcertaron a Haiku.

-Oh y también de Loan, quiero confiar en ti y algo me dice que harás un maravilloso trabajo.

-No lo sé... Creo que no tengo mucha experiencia cuidando bebés veinticuatro siete.

-Jajajaja oh por supuesto, yo te ayudaré un par de semanas con ello, prometo convertirte en una experta en bebés en menos de un mes.

-Si haces eso de verdad que me salvarías la vida.

-Te equivocas Haiku en realidad estaría salvando la de Loan. Tú serías una gran mujer para mi hermano siempre y cuando te comprometas a quererlo y claro a aceptar que Loan será siempre su prioridad.

-Siempre tengo eso presente, me decepcionaría si no fuera así, no sería el Lincoln del que me enamoré.

-¡Basta o me harás llorar de ternura! Lo mismo dijo Lincoln cuando le pregunté sobre esto.

-¿De verdad? ¿Puedo saber qué te dijo?

-Le pregunté si estaba seguro de hacer esta farsa y él dijo que sí, aseguró que de no haber sucedido lo de Lori tal vez las cosas entre ustedes habrían sido mejores, que también soñó con alguna vez tener esto contigo.

-Ay Luan todo esto es mi culpa, nunca quise que lo nuestro terminara de esta manera, yo soñé muchas noches con pedirle perdón pero también me convencía que el empezar de nuevo siempre era la mejor opción, si pudiera regresar el tiempo evitaría cometer todas las idioteces con las que lo lastimé, claro que él también tuvo sus pequeños errores, ambos pusimos nuestros granitos de arena para que lo nuestro se quedara estancado pero digamos que por cada diez granitos que yo ponía él colocaba uno más, es mi culpa, mía y de nadie más.

-Eso te salió en verso y sin esfuerzo jajajaja ¿Entiendes?- Haiku no río ni un poco -vaya que eres amargada. Sabes, mi recuerdo más lindo de ustedes dos es en aquel baile, Linc vestía un traje azul marino y tú un hermoso vestido rojo ¿Quién diría que te movías así chica?

-Vamos no es para tanto haces que me sonroje de solo recordarlo, aquella vez tuve uno de los besos más hermosos y perfectos del mundo, por mi culpa casi perdemos jajaja.

-Pero ganaste un novio... Que después botaste a la basura.

-¿Y si te dijera que nunca fue así?

-No podría creerte, quisiera hacerlo pero no podría- claro que nadie confiaría en ella, en los recuerdos de Luan su hermano siempre llora en la sala, en su habitación o en la escuela, recuerda los gritos de dolor que Haiku le causó ¿Debe confiar en ella? La respuesta es sí pero el deber de hacerlo es historia de otra mesa.

Haiku mece de arriba hacia abajo a Loan arrullando su pequeña cuna portátil, la bebé no quiere dormir y sin más observa a Haiku con un par de ojos penetrantes porque si, Loan ahora tiene tres meses de haber nacido, sus enormes ojos parecen un par de gemas azules que brillan con el Sol, su mirada profunda le hace sentir a cualquiera que la mire como si estuviera siendo juzgado, Luan teme un poco cuando la observa pero a Haiku la enamora con su frágil mirada, ambas se toman de las manos aunque claro Loan juega con la enorme mano de Haiku observando cada minúsculo detalle.

-Dedo cariño, se llama "De-do"- tal vez el empezar por hablarle era lo escencial, Loan presta atención a todo pero nadie ha notado que a quién más observa es a Lincoln y a Haiku, los mira a todas horas todo el tiempo que puede, los ve dormir y despertar, los llama con llantos cuando quiere estar con alguno y aunque no lo parezca le gusta mucho cuando le dan de comer.

-Es hermosa- dijo Luan tocando la punta de la nariz de Loan -Haiku... ¿De verdad quieres conservar esto?

-Jamás seré su madre- le respondió Haiku cargando a Loan en brazos -pero la última vez que sólo fuimos Lincoln y yo hice una promesa, aquello que fuera importante para él lo sería también para mí con la misma intensidad, si él ama a Loan no tengo peros para quererla, soy una pésima persona pero creo que una linda ilusión de tener una familia no es una mala idea, soy joven y estoy apunto de casarme con el hombre que amo, la verdadera pregunta es... ¿Por qué no conservarlo?- la pregunta de Haiku resonó en el corazón de Luan, no había duda alguna en que ella quería a Lincoln pero una gran inquietud todavía hacía estragos en su mente.

-Haiku... Quiero apoyarte, ayudarte a conquistar a mi hermano una vez más pero antes quisiera saber si de verdad vale la pena que tú estés en sus vidas.

-¿Cómo puedo demostrarte que es lo mejor? Prometo cuidar de Loan todo lo que mi cariño me permita.

-No... El abuelo solía decir que para ver hacia el futuro hay que vivir el presente y para ello debemos aprender del pasado, yo pienso en el futuro de mi sobrina, veo su presente y algo me dice que contigo estará bien pero no conozco el pasado de quienes serán los que la cuiden y protejan hasta de ella misma.

-¿Qué quieres decir?

-Me gustaría saber todo acerca de ustedes ¿Por qué dices que todo es un gran malentendido? ¿Desde cuándo quieres a Lincoln? ¿Por qué lo hiciste sufrir? Quiero saber qué te impulsó a hacer lo que hiciste, convénceme que aún quieres a mi hermano y que con ese amor pretendes tratar a Loan, por favor Haiku, no, Stephanie... Dime cuál es tu historia.

-Suena justo Luan no podría tratar de ser tu cuñada si no me conoces, además- Haiku colocó de nuevo a Loan en su cuna jugueteando con sus manitas haciéndola reír -mi pequeña necesita un cuento para dormir... Espero contarle esto cuando sea más grande. Pon mucha atención porque no me gusta recordar esta historia...































¿Cómo empezar? A veces un simple acto de egoísmo puede traer millones de pesares, las acciones que tomamos respecto a nuestros sentimientos pueden traer dicha o coraje, el inicio siempre tiene un fin, la vida irremediablemente llegará a la muerte y el sentido de la vida misma muchas veces es ficticio, puede que no haya un objetivo por cumplir y nuestro egoísmo sea el causante de buscar algo en la vida que puede que no exista así que ¿Por qué no sólo vivir? Podemos ser felices sin la necesidad de complacer lo que muy estúpidamente nos han hecho creer acerca del valor y nuestro amor propio, necesitamos dejar los estereotipos de lado y abrirnos a la posibilidad de que quizás nada sea lo que parece, tenemos que madurar en algún momento y la vida siempre se encarga de hacer que suceda, muchas veces perdemos nuestro camino con nuestras decisiones, es nuestro deber recuperar lo que nos distanció de nosotros y aceptar lo que la vida nos regala... Porque a fin de cuentas... La vida terminará y con ello debemos de estar satisfechos con el viaje que hicimos para que al morir podamos decirnos:

¿De quién fue la vida que estuve viviendo?

¡Fácil!

Esa fue mi vida

Y aunque hay veces en las que el destino nos coloca trampas en el camino es nuestro deber resistir la tempestad, refugiarnos en nuestra fuerza y salir adelante con una gran sonrisa en el rostro.

Esta no es una historia de amor, de esas hay muchas, esta es una de pesares, dolor y comprensión, el amor es efímero pero cuando logramos comprender a alguien más y aceptar todo de su persona realmente logramos amar... Pero antes de amar viene el cariño y antes de él está un pequeño "te quiero" el cual muchas veces es casi mudo ante el temor del rechazo y mucho antes de ello se encuentra la pregunta... ¿Quién eres tú?

Esta historia comienza no con ruido, desastres y gritos sino más bien con una hermosa mañana tranquila, una suave cama y un lunes por la mañana. La escuela siempre es un desastre, las personas que cohabitan por ahí tampoco ayudan a que la experiencia sea más amena, los amigos ayudan y por ellos muchas personas se alegran al ir a tal lugar.

El sonido de la alarma que todos odian, a veces quisiéramos destrozar esa maldita alarma y seguir durmiendo hasta haber descansado por completo y para la chica que hasta hace poco dormía en los brazos de Belcebú no es la excepción.

-Uh... Maldita alarma de los lunes- de verdad que odiaba aquellos días, aún lo hace pero en aquel entonces vaya que se molestaba al levantarse. Detuvo su alarma, estiró sus brazos y sus piernas estando recostada en su cama, como buena pre adolescente de doce años toma su teléfono celular incluso aún sin estar consciente del todo -notificación, notificación, mensaje de Lucy, noticias ¡Uy el eclipse solar será dentro de poco! Desperté al tercer tono... Creo que me estoy acostumbrando... ¡¿A quién engaño?! Odio los lunes, al menos papá no está y podré ir sola a la escuela, odio que me lleven, sus mimos me avergüenzan- si, una chica muy madura o eso pensaba ella de sí misma, al levantarse anda descalza por su cuarto, se lava la cara para despertar por completo, cepilla sus dientes y se cambia su pijama negra por un lindo y tenebroso vestido morado de encajes negros, cepilla ciento cincuenta veces su hermoso cabello negro liso como la virga de las nubes, en menos de media hora se encuentra arreglada, aseada y lista para ir a la escuela, baja a su cocina donde su madre la espera con un plato de cereal, diez dólares y un periódico -buenos días ma- un saludo cortés y hasta un poco cariñoso sabiendo cómo suele ser.

-Buenos días Stephanie- su madre una mujer seria, estoica y de carácter fuerte que aprecia los logros -¿A qué hora te fuiste a dormir ayer?

-A las nueve- dormir tan temprano para una chica que comienza a descubrir la libertad de no seguir normas al pie de la letra le hace decir una que otra mentirita blanca.

-¿Estás segura? Estuviste conectada a las diez con cuarenta.

-Me dormí con el teléfono y me desperté a conectarlo, no me gusta que se descargue en las horas libres.

-Está bien- pese a que no lo parezca su madre le pone bastante atención a su hija -¿Irás con Lucy al club esta tarde?

-Si, necesitamos acordar los preparativos para el funeral del perro de su vecino.

-Ay esta juventud, todavía sigo sin entender la pasión en los funerales.

-Son grandiosos para los que saben apreciarlos.

-No lo dudo cariño- una mirada de pies a cabeza fue suficiente para regalarle una sonrisa a su hija -te ves muy linda pero abotona bien el cuello del vestido y arregla las mangas, aún te falta aprender a cuidar esos detalles y anda ven a comer o sino te llevaré a la escuela.

-Si, ya voy ma- tal vez fuera el desempeño en su trabajo pero su madre logró hacerse el tiempo de llevarla a la escuela y aún pasar tiempo de calidad con ella. Sentadas en la mesa del comedor una lee las noticias matutinas mientras que la otra mira las divertidas publicaciones de sus redes sociales en su teléfono.

-¿Podrías dejar esa cosa mientras desayunas?- aunque estricta su madre se preocupa mucho por ella.

-Si mamá- sin resongar, pedir o hacer un berrinche ella le obedece ¿Por qué? ¡Fácil! Es el respeto que le tiene tanto como madre al igual que como persona, ella sabe que su madre ha trabajado muy duro para conseguir todo lo que tiene y su admiración por ella es tan grande que lo demuestra respetando su casa y sus reglas.

-Oye cariño quisiera hablarte de algo y es muy delicado.

-¿Problemas?

-Mejor dicho ajustes. Escucha, al hermano de tu padre le fue mal en un juego.

-¿De nuevo apostó?

-Si pero no lo digas así y tampoco menciones que yo te lo conté- madre e hija chocaron los puños sellando su secreto -bien, como decía será un pequeño ajuste. Tu padre invitó a su hermano y a su familia a quedarse aquí... Y por falta de habitaciones extra tu prima Rose se quedará contigo un tiempo.

-Mamá ¿Puedo maldecir?

-Claro, yo tampoco estoy tan alegre con la decisión de papá.

-¡MALDITA SEA!- la relación con su prima no era del todo agradable y no era debido a algún problema del pasado o ideales propios sino que sus características distaban de ser parecidas, su prima Rose era una chica muy linda al igual que ella pero mucho más femenina, amante del color rosado, mejillas resplandecientes y sonrisa encantadora, si, todo lo contrario a la elegante, lúgubre y oscura Stephanie o Haiku como a ella le gustaba que le dijeran. En el pasado se llevaron muy bien pero conforme pasaron los años y cambiaron de pensamientos la distancia entre ambas se hizo cada vez más grande, no se llevan mal pero hace casi un año que no se ven y Haiku teme que tal vez su relación no sea pacífica. Le gusta tener su espacio personal, es muy distante con aquellas personas que no son cercanas a ella, sus amigos son los únicos que poseen una relación íntima fuera de su familia.

Quince minutos después de un buen desayuno seguido de un riguroso rato cepillando sus dientes va de camino a su escuela pensando en cientos de palabras desoladas llenas de un profundo sentimiento, su inimaginable figura es observada desde la distancia por su mejor amiga y confidente.

-Hola Haiku- un gran saludo silencioso propio de su amistad.

-Hola Lucy- contesta sin algún indicio de felicidad -es bueno verte tan temprano.

-Lo sé, esta vez decidí irme sola.

-¿De nuevo Lynn tocó a Edwin?

-No desde que hicimos su muñeco vudú- el par de amigas rieron un poco recordando tan buen rato que pasaron juntas torturando a la hermana deportista de Lucy -pero esta vez fue Lincoln, se le olvidó su tarea como siempre, se tropezó y cayó lastimándose el brazo, vi un poco de sangre pero no la necesaria como para que se desmayara.

-Ese llorón.

-Oye aún es mi hermano.

-Lo lamento Lucy pero sabes lo que pienso de él, un oportunista, infantil y aprovechado, tal vez hasta un poco machista porque ¿Quién sale con cinco chicas en una sola noche?

-Te dije que fue una confusión de nosotras a la que lo obligamos a ir, al menos gracias a ello tienes un buen amigo.

-Si, Clyde es buena persona pero no me lo recuerdes Lucy últimamente no quiero hablar con él, se ha estado comportando raro, me envía canciones muy extrañas de amor... Y un día mientras iba al baño de la escuela escuché cómo estaban hablando dos de sus amigos sobre mí... No lo sé creo que si esto sigue así tendré que esperar lo peor.

-¿Y si no es lo que piensas? Perderás a un buen amigo por una confusión.

-Por eso no he hablado con él, no me gustaría que mis estúpidos sentidos me traicionen.

-¿No te gustaría que le pregunte a mi hermano? Tal vez él nos pueda decir algo.

-Si pudieras Lucy me harías morir en vida.

-No agradezcas Haiku, veo que tú también sacarás provecho de él.

-Ja y ja mejor dejemos de hablar de cosas estúpidas porque quiero desahogarme contigo. Mi vida está a punto de sucumbir ante el sufrimiento.

-¿Y qué tiene de malo?

-Este si es un mal sufrimiento, mi prima la "princesa rosa" se quedará un tiempo conmigo en mi habitación ¿Sabes lo desastroso que será eso? ¿Sabes lo que será compartir mi espacio con alguien tan diferente a mí?- Lucy no pudo expresar más ironía e ímpetu por las palabras de su amiga, su rostro se adornó con una mueca de desagrado al recordar con quién comparte habitación -oh claro lo sabes.

-Por supuesto que lo sé y si quieres un consejo te recomiendo que delimites tu espacio pero también respeta el de ella, pongan reglas sobre la limpieza aunque a veces pueden darse el lujo de desordenar por un día, no dejes que toque tus cosas ni que haga cambios es tu cuarto por muy bien que se lleven, tus límites son lo único que tendrás de ahora en adelante oh y aprende a defender tus cosas.

-Supongo que prefiero compartir cuarto con mi prima rosa que encontrarme en alguna situación con tu hermana.

-Oh créeme es mucho mejor dormir con cualquiera que tratar de adaptarse a Lynn o roncazilla como le dice Lincoln aunque a veces aprendes a convivir con alguien más hasta sentirte agusto, no te vayas a acostumbrar.

-Podría hacerlo pero en realidad adoro mi independencia, no me siento bien dándole problemas a los demás, me agrada resolver mis propios dilemas pero a veces hablar con alguien no es tan malo.

-Quién te entiende, vaya que eres complicada.

-Cállate Lucy.

-No te preocupes yo también me siento bien teniéndote como amiga- eventualmente Lucy apresuró su andar para evitar el terrible momento tan penoso que ambas estaban viviendo, se quieren por supuesto pero el aceptarlo siendo como ellas son es un gran reto, los sentimientos en Haiku no son su especialidad y mucho menos llegado el momento de demostrarlos.

El día en la escuela fue un fastidio, lo mismo de siempre con las mismas personas, el club de Haiku era lo único que tenía para descansar en un lugar que básicamente era una cárcel con pequeños tiempos de libertad. El almuerzo fue muy normal para Haiku y sus amigos, la plática del lunes en el club fue después de clases.

-Y el ataúd fue tallado con cartón y pegamento ¿Alguna duda para la ceremonía?- como una de las líderes Lucy debía de organizar todos los preparativos de las actividades.

-Ninguna- contestó el resto del club.

-¡Bien! Entonces nos vemos el día de mañana después de clases en casa de Lucy por muy mal que eso suene- comentó Haiku sólo para molestar a Lucy -pero hablando en serio esto tiene que salir bien, nuestro servicio jamás ha tenido problemas pero si pudiéramos...- Haiku fue interrumpida con el toque de la puerta del lugar donde estaban, Lucy fue para atender a quien fuera que estuviera tocando aunque al abrir la puerta tuvo una pequeña sorpresa de cabello blanco, dientes grandes y sonrisa resplandeciente, todo lo que los seres de oscuridad que se encontraban ahí dentro odiaban.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Lucy incrédula por la repentina sorpresa de la persona menos peculiar por la que pudiera esperar... Su hermano.

-Mamá me envió para acompañarte de regreso a casa ¡Y mira!- por supuesto que él no quería ser grosero ni nada por el estilo sin embargo sacó de su mochila una bolsa repleta de pequeños dulces de cereza -¡Tus favoritos! Me comí unos de camino pero aún hay suficientes y también te traje una leche de chocolate como te gusta, además quería saber si quieres que te acompañe ya sabes a dónde por tus...

-¡Lincoln no digas eso!- Lucy no podía creer lo que su hermano estaba haciendo ¡Poniéndola en ridículo frente a todos sus amigos! Todos los del club escucharon su gusto infantil por los dulces de cereza y la leche de chocolate, enfadada Lucy golpeó a Lincoln varias veces para hacerlo retroceder -¡Largo, vete!- su hermano no comprendió lo que había hecho ¿Qué estuvo mal? Hizo lo que le ordenó su madre y un poco más por Lucy al ser una de sus hermanas más cercanas, llevarle un pequeño aperitivo e ir con ella de incógnito a comprar la última figura de la princesa pony no era nada malo para su criterio, sin más que decir decidió dejar a su hermana sola pensando en lo que hizo mal. Lucy le cerró la puerta frente a sus narices hirviendo en furia -¡Estúpido Lincoln!- gritó al aire quejándose por su hermano, ninguno de sus amigos dijo nada, pensaron que el actuar de Lucy fue algo exagerado pues a ninguno le molestó en lo más mínimo ni mucho menos les causó gracia alguna saber que a su amiga le gustan los dulces.

-Sabes Lucy- un chico alto, delgado y con aspecto semejante a un típico vampiro de la literatura decidió alzar la voz -tal vez tu hermano no sea normal como nosotros pero creo que te pasaste... A mí me gustan las manzanas acarameladas.

-Boris no trates de defenderlo ¡Ese bobo siempre me hace enfadar!- no solo era por la intromisión pues según las palabras de Lucy él ya había arruinado su mañana recientemente -¡Sólo hoy no quise soportarlo!

-Lo entendemos Lucy- por otro lado una chica alta, muy joven y linda intentó hablar con su amiga -pero creo que a los raros como tu hermano les lastiman estas cosas.

-Persephone no digas más- nadie se lo esperó, Lucy pensó en seguir discutiendo con sus amigos pero una chica fuerte y seria decidió terminar con el problema -lo que Lucy y su hermano hagan es su problema, este espacio es sólo para hablar de nuestro club y cualquier cosa que quieran tratar con Lucy pueden hacerlo a solas los demás no tenemos que enterarnos de lo que no nos importa ¿Está claro?- la madurez de Haiku era impresionante, ella por supuesto que tenía sus propias ideas pero sabía que la presión social para Lucy era insufrible, sin decir nada todos los miembros aceptaron lo que su presidente dijo, las palabras tan sabias provocaron el fin de la discusión. La reunión terminó, nadie quiso indagar más acerca del reciente problema que se había desatado en aquel recinto estudiantil, los miembros del club se fueron inmersos en un incómodo silencio dejando a las presidentes a solas mientras organizaban el próximo funeral.

-Lucy- su mejor amiga Haiku pensó que sería un buen momento para hablar.

-Ahora no Haiku- le respondió sin dudar -no quiero hablar de eso.

-A veces nos cuesta admitir nuestros errores pero no quiero hablarte de tu bobo hermano sino de ti.

-¿Qué rayos querrías saber de mí?

-En primer lugar ruego que te tranquilices, no me hables como si fuera tu enemigo- por supuesto que las palabras de Lucy molestaron a Haiku quien decidió hablar sin rodeos -la verdad es que me duele que no confíes en los que somos tus amigos- la declaración de su amiga hizo pensar a Lucy.

-¿A qué te refieres?- preguntó Lucy sin entender a su amiga.

-No me molesta que te gusten los dulces o la leche de chocolate, de hecho me gustan las paletas de malvaviscos bañadas en chocolate, Boris ama las manzanas acarameladas y así como nosotros el resto también tiene gustos por algún bocadillo, no me enoja que le hables así al tipo que se portó como un patán conmigo pero me molesta que pienses que algo tan ingenuo pueda causarnos risa o molestarnos, pareciera que no nos conoces o peor aún que no confíes en nosotros.

-Sabes perfectamente que no es eso Haiku- Lucy hizo el intento de defenderse -pero es que ese tonto...

-Sacó a flote que no confías en nosotros- Haiku estando muy molesta decidió empezar a caminar hacia la puerta -estaré en el funeral esperando una disculpa, nos vemos Lucy- la molesta chica salió caminando en completa calma ocultando sus sentimientos, vaya que le afectó saber que su amiga no confiaba tanto en ella como habría querido, no era su culpa, no podría hacer que la gente sintiera lo que ella quería -por eso los sentimientos son complicados- se mencionó a sí misma una y otra vez ignorando cualquier cosa que se le pusiera enfrente; Lucy decidió enfadarse con su hermano por su actitud y para dejarlo claro decidió llamarlo:

-¡Oye! ¡Me hiciste quedar como una tonta!

-¿Yo? Lucy yo sólo quería acompañarte a casa y al local de siempre, quise darte un detalle por haberme salvado el otro día cuando sin querer descompuse la transmisión del auto de Lori ¡Yo sólo quería hacerte un favor!

-¡Pudiste hacerlo después y no frente a mis amigos!

-¡Pues si tus amigos se burlan de ti entonces no son tus amigos!- sin ton ni son Lincoln cortó la llamada -¡Maldita sea Lucy!- gritó en el aire maldiciendo a su hermana -ahora podría estar con Clyde ayudando en el plan pero nada... Ni modo, me comeré los dulces aquí sentado, beberé la leche y me iré a casa- la vida a veces suele ser dolorosa e insoportable pero muchas otras trae consigo buenas noticias disfrazadas de una tímida llamada del mundo, sin divisar al horizonte podríamos perdernos del más hermoso arcoiris por el tonto hecho de vigilar la vaguada que tal vez nunca llegará... Un par de pasos inaudibles, un arrastre atroz, una chica tenaz que se encuentra furiosa por discutir con su amiga camina sin rumbo por la entrada de la desolada escuela cargando sus libros en la mano va directo hacia un chico delgado, triste y enojado con su hermana por ser tan temperamental y exagerada -¡Maldito día!- dicen al unísono en sus mentes sin haberse cruzado antes, Haiku sigue caminando sin darse cuenta de nada perdida en sus pensamientos imaginando una maldición que le cause una caída a su amiga... Pero a veces el karma se encarga de llegar en menos de un parpadeo.

-Como sea tengo que llegar con Clyde y... Oh...

-Hola torpe.

-¡AHHHH!- Haiku logró darse cuenta de que aquella pequeña molestia estaba frente a ella, al detenerse un segundo se dió cuenta que estaba tan perdido en sus pensamientos al igual que ella un instante antes así que decidió caminar hasta sus espaldas, asomarse por encima suyo y saludarlo para darle un buen susto y claro que lo logró haciendo que Lincoln cayera de cara contra el pavimento aplastando su rostro contra el suelo.

-Jajaja eso sí me subió el ánimo- claro que el verlo sufrir le levantó el ánimo a Haiku.

-Pues me alegra que mi sufrimiento te haga sentir bien.

-Te agradezco al sufrir por mí torpe- un rostro serio y afligido por las penumbras resplandeció en el rostro de aquella chica.

-Era sarcasmo.

-Con alguien como tú nunca...- ¿Lo ves? El karma actúa antes de darte cuenta, gracias a la caída de Lincoln uno de los pequeños dulces redondos cayó en el suelo, Haiku al dar un paso lo pisó cayendo al suelo también.

-¡Haiku!- tal vez se burló de su caída pero claro que sus valores le dijeron que debía ayudarle -¿Estás bien?- una mano amigable le fue extendida enfrente suyo junto a una cálida sonrisa -vaya que fue una fea caída jajaja.

-Quítate- de la vergüenza por haber sido vista al caer golpeó su mano apartando de enmedio a Lincoln -mis libros- los mismos salieron votados un par de metros lejos de la caída, Lincoln no sabía que hacer más que ayudarle con sus libros recogiendo y entregando los mismos una vez que Haiku estuvo de pie.

-Toma Haiku, creo que la pasta de uno se rompió- en realidad se percató desde que los vió tirados pero dárselos sin nada que decir sería muy extraño a su parecer.

-Gracias...- Haiku dió un largo suspiro tratando de arreglar la pasta de su libro con la mano -el karma me golpeó duro por haberme burlado.

-No importa, Lucy también se burla cuando me caigo.

-¿Como hoy en la mañana?- Lincoln no supo que responder ¿Cómo lo sabía? No le había dicho a nadie más que a Clyde y Stella (sus dos amigos más cercanos) de la caída tan abrupta que había tenido en la mañana.

-¿Cómo sa... Sabes eso?- Lincoln temió por las palabras de la chica.

-Oh lo ví en una esfera de cristal hoy en la mañana, busqué la palabra "patán" y ví tu caída.

-¿En serio puedes buscar por ahí como en Google?

-¡No bobo! Lucy me contó hoy en la mañana ¿Por qué querría ver a alguien como tú? No desperdicio mi tiempo en cosas sin sentido y mucho menos en personas como tú.

-Vaya que me odias.

-Odiar sería algo muy bueno para ti pero no, no te odio, más bien "me caes mal".

-¿Podría saber la razón al menos?

-¿No recuerdas el baile señor patán?

-Oh por supuesto... El baile.

-Aunque gracias a ello obtuve una buena amistad con Clyde debo decir que el salir con varias chicas no es algo para aplaudir.

-Si... Lamento mucho eso...

-Oh por supuesto- con un gran tono de ironía Haiku río frente a Lincoln -haré como que te creo.

-¡Claro que sí! Eso no fue nada más que una confusión...

-Sabes esto no es algo que quisiera hablar contigo justo ahora, mi día solo ha ido de mal en peor y no quiero seguir tropezando una y otra vez con los problemas así que si no te importa me iré a mi casa.

-¿Y qué tal si te acompaño?

-¿Tú? ¿A mí? Antes preferiría comer helado de fresa y vestir de rosa.

-Jajajaja eres justo igual a Lucy- el comentario no le agradó en nada a Haiku quien se dió la media vuelta caminando hacia su casa -oh vamos fue una broma- aún así Haiku no detuvo su caminar, claro que Lincoln se quedó parado pensando en lo que había sucedido -vaya que es rara ¡Ni modo! A Clyde le gustan así... Pobrecito- Haiku continúo caminando hacia las afueras de la escuela decidida a irse directamente hacia su casa... Pero una voz detestable hizo que sus sentidos se congelaran en un segundo.

-¡Diablos!- una molesta chica vestida de rosa iba caminando hacia su escuela, no quería hablar con ella por nada del mundo así que en silencio optó por dar media vuelta para regresar en compañía de Lucy... Y eso obtuvo... Más o menos.

-Veo que volviste- la boca de Lincoln lanzó palabras pronunciadas de una manera muy extraña.

-¿Qué dijiste?- le preguntó Haiku.

-Que volviste, lo siento me estaba comiendo los dulces de Lucy.

-Hablando de ella ¿Cuándo saldrá?

-De seguro salió hace rato por la puerta trasera, cuando se molesta no le gusta que la vean, es un poco infantil cuando se enoja pero de seguro se le pasará.

-Esa llorona, es mi amiga pero saber que ella no me tiene confianza me hace sentir...

-¿Mal?

-Ajá... ¡Oye! No tendría que estar diciéndote esto.

-Jajaja tranquila si eres como Lucy de seguro no querrás que le diga nada de esto a nadie- Haiku posó su fría mirada frente a Lincoln causando miedo en su ser.

-Si dices algo de esto me meteré a tus sueños causando pesadillas, entonces ¿En qué hemos quedado?

-¿En que no diré nada de esta plática?

-No, lo preguntaré otra vez ¿En qué quedamos?

-No lo sé...

-Bien- con gran molestia Haiku le quitó los dulces de la mano -por hacerme enojar me quedo con los dulces, hoy los Loud son más molestos que de costumbre.

-Por supuesto, todos tuyos- Haiku comenzó a caminar en sentido contrario al que Lincoln creía que debía de ir, al haberse llevado sus dulces y haberlo amenazado pensó en lo más lógico que alguien podría intuir:

-¡Voy contigo! Y mi familia no es una molestia- Lincoln comenzó a seguir los pasos de Haiku y al ver que ella no dijo nada pensó que sería buena idea seguirla, el problema fue que el silencio comenzó a incomodar a Lincoln, Haiku no era una chica a la que le gustara hablar y él no la conocía salvo por los mensajes de Clyde, no recordó nada de lo que su mejor amigo le había contado sobre ella así que como buen pre adolescente decidió improvisar:

-Y... ¿Qué tal el clima?

-Es el mismo de siempre- contestó sin mirarlo siquiera.

-Rayos si, hoy y siempre está loco el clima, aunque cuando digo clima mi hermana Lisa se enoja conmigo.

-Es comprensible para alguien tan quisquillosa como ella, tal vez sea por la boba terminología que usas, tal vez eso de "a lo que tú te refieres es tiempo meteorológico" o "la verdadera etimología de tal palabra es esta", es entendible que se enfade.

-Wow veo que sabes muchas cosas.

-Los libros siempre me han acompañado desde siempre, al leer aprendes unas cuantas cosas, un patán como tú debería intentarlo.

-Ya te dije que no soy un patán.

-Por supuesto que lo eres, Lucy me contó que tal confusión se creó a base de que no quisiste salir con la chica que te gustaba por ir a jugar un bobo videojuego ¿Eso no es ser un patán?

-De acuerdo tal vez tengas razón pero créeme aprendí mi lección y ahora sé que nadie puede jugar con los sentimientos de alguien y mucho menos quitarle algo tan valioso como el tiempo que nunca vuelve.

-Vaya hasta sonaste un poco menos menso al decir eso.

-Lo leí en un anuncio de un cómic, era de relojes.

-Oh claro, esas cosas bobas.

-Oye no son bobas, si un día leyeras alguno te apuesto a que lo amarías.

-Jajaja eso sí me hizo reír- la inexpresividad de Haiku hizo más notoria la ironía de sus palabras -¿Calzones de fuera y súper héroes de fantasía? No gracias, yo prefiero los vampiros y los muertos a Superman.

-Oh mi hermoso anochecer ¿Qué te he hecho yo para que me atormentes de esta manera? Mi misión ha sido limpiar este mundo de las apestosas he inmundas criaturas que hoy cagan por mis narices ¡¿Cuántos más tienen que morir para que veas que la luna debería de iluminar al igual que el Sol?! ¡YO TE RESPONDERÉ!...

-Una sola, si mi vida basta para detener este sufrimiento me entrego a ti en son de lo que más amé, a mi hermano... El hombre... ¿Pero cómo sabes...?

-¿El poema de Van Helsing al anochecer antes de morir? Fue un cómic muy especial por su nueva serie de televisión, que por cierto fue una tontería, pero que el cómic fue capaz de revivir lo que es de verdad su sacrificio al matar a Drácula ¿Ahora ves que los cómics no son tan malos?

-Si un patán como tú pudo aprender tan hermosas palabras en un cómic... No, aún siguen sin llamar mi atención- claro que dijo eso pero por primera vez congenió con alguien en dos cosas: la primera era que ese poema debería de ser recordado y la segunda que la serie del gran cazador de monstruos fue un asco.

-Doble ouch- de la nada Lincoln sostuvo su pecho emulando un infarto -tus palabras hieren mi corazón.

-Al menos así podría ir sola a casa patán.

-Oye ya no me digas patán, si me equivoqué perdona pero no creo que arrastrar una noche del pasado sea la mejor manera de demostrar lo que sientes.

-¿Y tienes una mejor idea? No me agradas pero eres el hermano de mi amiga, siempre se queja de ustedes pero también dice que los quiere ¿Sugieres que solo olvide y ya?

-¡Exacto!... No... Tengo una mejor idea- Lincoln caminó hasta encontrarse frente a frente, respiró hondo confundiendo mucho a Haiku quien estaba esperando el momento para seguir caminando -¡Oh hola! Mucho gusto mi nombre es Lincoln Loud, te ves como una buena persona, gusto en conocerte- con una enorme sonrisa y un cordial saludo Lincoln se presentó frente a Haiku lo que causó en ella algo muy raro... Una pequeña risa.

-Jajaja ¿Qué rayos fue eso?

-¡Un nuevo comienzo! Nunca salimos, nunca me viste y no sabes que soy el hermano incómodo de tu mejor amiga, verás, en los cómics hay veces en que la historia se vuelve boba, repetitiva y tediosa ¿Y cuál es la fórmula mágica para solucionarlo? ¡Un reinicio! Todavía no nos conocemos mucho y siempre digo que los amigos de mis amigos son mis amigos, eres amiga de Clyde y no veo porqué no nos podríamos llevar bien o por lo menos dejar de disgustarte tanto jajajaja- una idea no tan descabellada para Haiku pero vista con un ángulo completamente diferente.

-Si puedo tener su confianza tal vez podría hacer que me ayude a detener a Clyde en lo que sea que quiera intentar conmigo, no lo lamento Lincoln, tú me usaste para elevar tu hombría así que yo haré lo mismo- un pensamiento atroz y sin sentimientos con la única intención de sacar ventaja de la situación, las intenciones de Haiku fueron claras desde un inicio pero cuidado porque como dicen; si te metes con un toro...

-Por primera vez tuviste una idea no tan mala- se arregló el cuello de su vestido, aclaró su garganta y dijo:

-Mucho gusto, yo soy Haiku, me gusta que me digan así y nunca me preguntes por mi nombre.

-Muy bien "Haiku"- la ironía en la voz de Lincoln lanzó una risa en su mismo rostro pero en el de Haiku apenas y si sus labios se arquearon unos milímetros -mi hermana se enfadó conmigo ¿Te parece si volvemos a casa?

-No tengo nada más que hacer, mi mejor amiga fue una tonta hoy, supongo que puedo permitir que un raro como tú me acompañe.

-Oye yo no soy tan raro- ¿Por qué rayos Lincoln querría acercarse más a Haiku? Bueno la respuesta recae en su mejor amigo Clyde, un chico tímido e inseguro con cientos de pesares que solo existen en su imaginación pero los detalles son historia de otra mesa.

-Las personas normales como yo opinamos lo contrario- aunque no lo pareciera Haiku comenzó a tranquilizarse, los dulces eran deliciosos y el plan que estaba poniendo en marcha parecía funcionar y aunque temía perder la buena amistad de Clyde debía de hacer lo correcto según fuera lo que estuviera pasando.

-Bueno, supongo que en realidad todos somos raros a nuestra manera...

-¡Stephanie!- oh no, aquella misma voz insoportable, chirriante y aguda llamó a Haiku por el nombre que tanto le disgustaba escuchar, no quiso voltear, no tenía las fuerzas para hacerlo, en realidad tuvo la necesidad de salir corriendo pero el recordar que tendría que vivir con ella de ahora en adelante hizo que se tragara su orgullo dando media vuelta, observó a una chica muy parecida a ella, del mismo tamaño, algunas facciones parecidas e incluso un tono de voz similar pero mucho más dulce, vestía rosa en su totalidad, rosa y nada más que rosa...

-Hola Rose- Haiku la saludó sin la mínima sonrisa.

-Oye así no se saluda a tu prima ¡Ven aquí almejita!- aquella chica estaba fascinada de ver a Haiku de nuevo, corrió hacia sus brazos tratando de dar un cálido abrazo pero lo que recibió fue un fuerte empujón.

-¡NO ME LLAMES ASÍ!- la furia de Haiku estalló contra Rose, su rostro se tornó de un rojo muy curioso por la vergüenza de cómo la habían llamado.

-¡Oh vamos! Ese es nuestro mejor... Oh...- Rose no lo había notado pero un chico estaba al lado de su prima, un chico bastante curioso a sus ojos y por supuesto que había comprendido su error -lo lamento mucho- con la cabeza mirando hacia el suelo alejó a Haiku un par de pasos de aquel chico, se acercó a su oído para susurrar -oye lo lamento mucho, perdóname en serio.

-¡Claro que no!- aunque estaban susurrando Haiku se había molestado mucho con ella -¡¿Cómo se te ocurre llamarme así en público?!

-¡En serio que lo lamento! No había visto que estabas con tu novio.

-¡¿Qué rayos pasa contigo?! Él no es mi novio, literalmente nos acabamos de conocer, más o menos, lo necesito para saber algo de alguien más, íbamos de camino a casa.

-Oh perdón, otro error mío jeje- Rose lo miró detenidamente, observó sus ojos, su rostro y su persona -no, es muy normal para ti.

-¡Oye! Él es el raro.

-Jajajaja por supuesto, déjame disculparme por ti- Haiku no entendió lo que su prima estaba por hacer, se recogió el cabello y caminó directo hacia Lincoln -¡Oye!- llamó su atención con una fuerte voz -¡¿Podrías olvidar lo que dije hace un momento?!- si... Rose no parecía ser tan inteligente como su prima, claro que Lincoln comprendió que a Haiku le molestaría recordarlo.

-Oh claro, no te preocupes, lo olvidaré.

-¡Si! ¿Lo ves Stephanie? No fue tan difícil.

-Oh por Belcebú eres una idiota- fueron las palabras que Haiku soltó contra Rose -como sea, vámonos a casa.

-¡Si! Sólo déjame...- Rose trató de quitarle uno de los dulces que Haiku llevaba en la mano pero ella le dió un manazo para impedirlo -oye eso fue grosero.

-Son míos- le dijo Haiku apartando sus dulces -tuve un mal día y no quiero compartirlos con nadie.

-¡Eso no es justo! ¡Oye tú!- parecía que la pena en Rose no existía, sin dudar le habló a Lincoln con fuerza -¡Dile que me dé dulces!

-Ella me recuerda a Lola- se dijo a sí mismo dentro de su mente y con ello una buena idea llegó a él pues si en algo se parecía a Lola quizá sus caprichos podrían desatar un terrible escenario -oye... Lindo cabello ¿Qué acondicionador usas?

-¿Tú de verdad sabes siquiera algo de eso?- repentinamente Rose olvidó los dulces y a su prima por el comentario que recibió.

-Le'froghte es bueno para las puntas abiertas a menos que lo ates en forma de trenza francesa frecuentemente, para ello es mejor usar el Ch'alle que es más amable con el cabello largo- las palabras de Lincoln fascinaron a Rose, sus ojos brillaron llenos de ilusión cuando sus oídos fueron cautivados.

-¿Cómo lo sabes? ¡¿Cómo lo sabes?!- Rose olvidó por completo a su prima, brincó hasta estar frente a Lincoln con ojos resplandecientes, para él su mirada le recordó a Lola cuando le regaló aquellos lindos pendientes en navidad.

-Ayudo a mi hermana con varios certámenes de belleza- una chica linda y muy enérgica estaba literalmente pegada a él y como buen nerd amante de los cómics comenzó a tartamudear de los nervios -a ella... Le... Le gustan cosas como esas.

-¡No me digas! ¡Yo también he ido a varios concursos! Comencé desde los cuatro años pero como ahora ya no he tenido tiempo los dejé hace unos años ¡Soy Rose, es un gusto!- a diferencia de Lola y de su mal humor a los ojos de Lincoln, Rose parecía ser alguien mucho más amable, risueña y que parecía no comprender lo que significa espacio personal -¿Cómo te llamas?

-Yo soy Li... Lincoln- para el pobrecillo chico con enorme falta de afecto femenino la cercanía con una mujer le comenzó a jugar en contra.

-¡Wow como el presidente! ¡No te lo creo! ¡¿Y a dónde iban?!

-Íbamos camino a casa de Lincoln- por primera vez en el día Haiku habló de una manera tranquila sin hostilidad en su voz -él se ofreció para acompañarme pero... Creo que podría mostrarte mejor el lugar que yo, es amable y muy hablador al parecer, creo que se llevarán bien.

-¡Stephanie que gran idea! ¡¿No te parece genial?! ¡Nuevo amigo en la ciudad! ¿Qué dices Lincoln? ¿Me mostrarías Royal Woods?- ¿Una chica linda pidiendo un paseo? Uno tendría que ser un tonto para no aceptarlo... O tendría que tener novia, afortunadamente Lincoln no era ninguno de los dos pero tampoco le pareció solamente irse así como así.

-No lo sé ¿Tú qué dices Haiku? ¿Habría algún problema si estoy con Rose?

-¿Por qué me preguntas a mí?- a Haiku no le importó un comino ni Rose o Lincoln.

-Es que es tu prima y...

-Oh por supuesto, llévala a mi casa en dos o tres horas, le diré a mi tía que está con un buen amigo pero que quede claro Loud solo diré eso para que no me interroguen, tú y yo no somos, fuimos o seremos amigos ¿Entiendes?

-Si... Claro... Pero no te enojes.

-Es para aclarar, detesto los malos entendidos y tú Rose- la tierna chica rosada le sonrió a su prima atenta a sus palabras -si este bobo te hace algo dímelo enseguida ¿De acuerdo?

-¡Claro Stephanie!- respondió con una enorme sonrisa.

-¡No me digas así! Todos aquí me llaman Haiku ¿Entiendes?

-Claro Stephanie ¡Oh lo siento! Que diga ¡Claro Haiku!- y así Rose se fue guiñando un ojo para su prima -¡Vamos nuevo amigo! Quiero conocer la ciudad -la linda nueva amiga de Lincoln lo tomó del brazo llevándoselo al horizonte sin rumbo alguno lejos de la vista de Haiku... Al estar sola... Bueno... Ella...

-¡SI, OH SI! ¡Ese par de tontos por fin me dejaron sola! ¡No suelo sonreír pero vaya que este momento lo amerita! Y eso que no estuvo mal un plan hecho en tres segundos, primero me acercaré un poco a Lincoln para saber las intenciones de Clyde y de ser lo que creo poder rechazarlo de la mejor manera posible tratando de conservar nuestra amistad ¡Y eso no es todo! ¡Al fin conseguí a alguien que me quite esa molesta niña rosada! Y qué mejor sería si de verdad se hacen amigos, los raros deben estar juntos ¿No? Ellos se entenderán y podré estar todo el día sola en mi cuarto sin ser molestada por esa boba ¡Lucy gracias al cielo que salí con el patán de tu hermano! Siento que podría seguir siendo feliz pero no, un desliz no tiene nada de malo ¡Tres pájaros de un tiro! Haiku te has superado a ti misma- mejoró su estado de ánimo mucho más de lo que habría esperado, en su hogar su tía y tío le saludaron preguntando por Rose, por supuesto que ella les dijo que la dejó con uno de sus mejores amigos porque según sus palabras "debería de tener amigos con quiénes estar fuera de ella", aseguró ser un buen chico además del buen apoyo que sin querer su madre les dió al decir que el vecindario era muy tranquilo excepto por el ruido de cierta zona en el lugar, cuando Haiku regresó a su habitación vió que su prima ya se había instalado ahí pero también notó que ella respetó su espacio y sus cosas -al menos no es una chismosa- se dijo antes de lanzarse a la cama para dormir.

Cuatro horas después...

-Mh... Chocolate... Pastel... ¡Pastel de chocolate!- el olfato tan desarrollado de Haiku la obligó a saltar de la cama, un dulce aroma acarició sus sentidos, comenzó a babear del hambre pero lo que vió al despertar casi le quitó el apetito -oh sólo eres tú ¿De dónde sacaste ese pastel?- su prima estaba sentada en una silla a los pies de su cama devorando un gran trozo de pastel.

-¡Hola compañera!- Rose sorprendentemente se encontraba mucho más feliz de lo habitual, su cara estaba muy roja al igual que repleta de chocolate.

-Hola Rose ¿Y ese pastel?

-¡Linky lo compró para mí!

-¿Ahora ya hasta le diste un apodo?

-¡Claro! Y de hecho tenías razón, es muy amable, cuidadoso y un caballero. Fuimos al centro comercial, compramos un Flippy para cada uno, me llevó a los teatros dónde son los concursos de belleza, dimos vueltas por el parque y al final llegamos a una pastelería en dónde compró unas rebanadas de pastel ¡Él las pagó! Y ni siquiera tuve que pedirlo, llamó a una de sus hermanas para que me trajera aquí a casa porque había olvidado el camino, mamá le ofreció un vaso de agua y después vine a cargar mi teléfono- Rose se dió cuenta de que su prima no le quitaba el ojo de encima al pastel -¿Quieres un poquito?

-Si por favor, es el pago por quedarte en mi habitación- Haiku comenzó a comer del pastel sin preocupaciones con Rose robándole un abrazo -¿Y eso por qué?

-Gracias por recibirme, sé que te debo de estar molestando pero... Papá recurrió al tío Steven porque no teníamos de otra... Lamento si te molesto.

-No es molestia, somos familia después de todo, creo que sólo diré que me debes una Rose.

-¡Trato hecho!... Aunque a decir verdad creo que te deberé otra, necesito ayuda con algo muy importante... Dime una cosa... ¿De verdad Lincoln solo es un amigo?

-No, en realidad está en el término "conocido frecuente" ¿Por qué...? Oh... Rose no me digas que...

-¡No! Nada de eso... Pero digamos que... Después de todo lo feo que sucedió en casa, la mudanza y perder los certámenes... Que alguien me tratara bien y me ofreciera un día completo sólo para mí... Me hizo ver...

-¿Qué cosa Rose?

-Que Linky es... Lindo... Muy lindo... Y su cabello peculiar se hace notar por si solo.

-Oh claro ¿Y en qué quieres mi ayuda exactamente?

-Mamá dijo que tal vez nos quedemos aquí un año en lo que todo se resuelve pero el año escolar acaba en un par de semanas... Pensaba en salir más veces contigo para "encontrarme" con él y no sé... Tratar de conocerlo un poco mejor.

-No lo sé, eso te costará más pastel y varios favores.

-Bueno Haiku creo que lo vale, un buen amigo por un pastel ¿Qué podría malir sal? Jajajaja ¿Entendiste?

-Si... Mal chiste por cierto, odio los malos chistes.

-Vamos ahora que seremos compañeras de cuarto los escucharás muy seguido jajajaja.

-Rayos. Pero antes quisiera "quitarte" unos ratos con él de vez en cuando, tiene algo que necesito y en lo que me puede ayudar, te lo diré en su momento así que por ahora no preguntes.

-Ow- y sin darse cuenta el izar la bandera de una nueva historia comenzó sin aviso alguno. Pero en la casa Loud, para ser más precisos a la hora de la cena también estaba sucediendo algo muy peculiar.

-¿Y en dónde te perdiste hoy Linc? Te necesitaba para limpiar la jaula de Gary- la chica más feliz de Royal Woods de dientes grandes, frenos que adornaban su sonrisa y molesta como pocas, la gran Luan Loud comenzó a hablar con su hermano mientras estaban sentados para cenar.

-Oh claro... Verás... Hoy yo... Jeje... Fui a dar una vuelta.

-¿Con quién exactamente?- otra chica única, fuerte y muy ruda no se tragó el cuento que muy probablemente su hermano estuviera a punto de contarles, la fuerte Lynn Loud nunca duda de sus instintos -y queremos la verdad.

-Pues... No me creerán lo que sucedió hoy, pasa que al salir de la escuela y más precisamente cuando Lucy se enfadó conmigo fui a comer dulces en las afueras de la escuela cuando de pronto...

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