Capítulo 55
Oscuro...
Todo era completamente negro. Sabía que tenía los ojos abiertos, una pequeña brisa tocaba mis pupilas.
Si daba un paso, avanzaba a lo desconocido. Si movía los brazos, tocaba al vacío.
¿Dónde estaba? ¿Cómo llegué aquí?
Cierto, Leo me golpeó la nuca y perdí la conciencia. Este lugar debe ser una clase de mi subconsciente.
Empecé a caminar. Eso siempre funcionaba en las películas, tal vez encuentre algo.
A medida que avanzaba, mi ritmo cardíaco iba en aumento. Estaba cerca de algo o tal vez sea la adrenalina de no saber dónde piso o hacía donde voy.
De pronto, la ansiedad se apoderó de mí. Mis piernas flaquearon y caí de rodillas.
Las imágenes de todo lo que había sucedido me sacudieron como si una ola violenta me hubiese golpeado.
¿Qué estoy haciendo? ¿A dónde me dirijo? ¿Q. Qué debo hacer?
Mis piernas perdieron fuerza y caí. La ansiedad se apoderó de mí y comencé a temblar mientras sollozaba.
Tengo miedo...
—No quiero volver a estar sola... —gimotee.
Sentía como si la oscuridad quisiera devorarme.
Ahora que papá tiene a Lys, ¿Va a abandonarme otra vez? ¿Lo va a preferir a él? ¿Lograré protegerlo?
¿Mamá volverá a la normalidad? ¿Podré tenerla a salvo, Tina y a mis amigos?
Y Gil... Ahora que encontró a su hermano, ¿Me traicionará y abandonará?
Todo lo que le mantenía cerca de mí ya terminó.
Si yo era su moneda de cambio por su hermano, una herramienta para su búsqueda, mi misión para él estaba completa. No tenía porque estar a mí lado, ya no. Y eso me aterraba.
Desde que lo conocí todo estuvo patas arriba. Nada para mí volvería a ser igual, pero a pesar de lo tormentoso que todo resultó, no volvería atrás.
Lo quiero a mi lado. Quiero seguir luchando junto a él.
Tengo que confiar en él. Gil no volverá a abandonarme, tenemos que ser capaces de proteger a nuestros seres queridos.
Me levanté, al hacerlo, en medio de la oscuridad, toque algo en el suelo. Redondo y metálico, era una manija.
Jale y abrí. Una fuerte luz siguió después de un chirrido.
Me tomó algunos instantes acostumbrarme a la intensa luz, pero en cuánto ví, mi padre estaba frente a mí, me limpie las lágrimas y me acicalé lo más posible para que no viera el desastre que estaba hecha.
—¡Papá! — salté a abrazarlo, pero lo único que toque fue el suelo.
Me quejé, sobándome la frente, ¿Lo atravesé?
—Es lo mejor. Haz que me odie para que se aleje de mí de manera definitiva.
Su voz sonó triste. Me giré, aún en suelo, para ver qué le entristecía y me encontré a él, sentado en la orilla de mi cama, acariciando la cabeza a una versión más pequeña de mi, y a su lado se encontraba mi madrastra.
—Sabes que ella es capaz de recuperar sus recuerdos. ¿Cuánto crees que funcione esto? — mi madrastra colocó su mano morena sobre la frente de mi yo pequeña.
Me acerque para ver mejor lo que sucedía, pero ellos no se percataron de mi presencia. No pueden verme.
—No tendrá motivos para descomprimir sus verdaderos recuerdos, ella no se veré envuelta en nada de esta batalla.
—Y después tengo que convertir en niña a Rebeca... Qué lío.
—Por favor, Rubí, necesito mantenerlas a salvo.
Rubí, a si se llamaba ella, la persona que había destruido mi familia, o al menos eso recordaba. Ella suspiró y colocó su mano en mi frente. Una luz azul surgió de ella y me envolvió mi yo pequeña.
Mi cabeza pulso. Esta sensación era desagradable, parecía un deja vú.
Unos segundos después, todo volvió a su calma inicial. Rubí se levantó y colocó su mano huesuda en el hombro de Van.
—Inserte recuerdos lo suficientemente impactantes para su edad. Te odiara y a mi. Soy su madrastra y coloque recuerdos futuros, ella pensara que tendrás una hija conmigo y esa niña será Rebeca. Te ayudaré a mantener la falsa por un tiempo, pero luego me esfumare.
—Gracias, Rubí, te debo mucho —Van la abrazo —. No sabía cómo protegerlas.
—Lo sé... Venga, vamos, tenemos que hacer a Rebeca una linda niña.
Impactada me mantuve quieta sin saber cómo reaccionar. Ellos me atravesaron y salieron de la habitación. Mis piernas reaccionaron antes que yo y los seguí. Di un vistazo a mi yo durmiente en la cama antes de irme, un sentimiento de anhelo me inundó, deseando volver a esa época en la que la inocencia
Pero no hay marcha atrás. Debo seguir.
Abrí la puerta, la cual me volvió a envolver en una luz cegante al atravesarla.
Cuando recupere la visión, me encontraba en un callejón.
Recorrí el húmedo y solitario lugar. Era de noche, todo lucía espeluznante. Frente a mí un bote de lata voló al otro lado, un gato blanco corrió tras de el y empezó a jugar. Eso me había asustado. Intenté tocar al gato, pero lo atravesaba.
Suspiré, qué lástima, era tan lindo. El animal me escuchó suspirar y sus ojos se cruzaron con los míos, empezó a maullar y a intentar restregarse en mis piernas, pero no me podía tocar.
Sus ojitos confundidos me llenaron de ternura. Pero de pronto el gato se erizo y gruñó más al fondo del callejón. Segundos después un cuerpo una persona cayó a mi lado.
El animal huyó. Mi instinto me decía que hiciera lo mismo, pero el rostro de la persona que recién apareció me llenó de curiosidad.
—Gil... — lo llamé, pero no me hizo caso. Él tampoco puede verme.
Del lado que provino, varios pasos se acercaron. Más de cinco soldados aparecieron, sus características alas me daban a saber de quienes se trataban. Ellos se acercaron de manera amenazadora a él.
—¿Entendiste tu misión? — dijeron los soldados con voz grave. Uno de ellos, el que parecía el líder, lo levantó por las solapas para mirarse frente a frente.
—Si, claro. Hacerlos picadillo — blasmo y en un abrir y cerrar de ojos los cuerpos de cuatro soldados cayeron al suelo sin cabeza. Un segundo movimiento y sus extremidades se desprendieron de sus cuerpos.
El olor a la sangre se impregnó en mi nariz. Las ropas del último soldado y de Gil quedaron sucias de sangre ajena como propia.
—Estúpido.
Fue la última palabra que logró articular el soldado, Gil le había roto el cuello igual que los demás.
—Deja de joderme, imbécil — masculló el íncubo, recargandose en la pared. Parecía cansado, desalineado, como la primera vez que lo ví.
Por inercia voltee a ver la entrada del callejón y allí estaba yo. Mirando los ojos dorados de Gil. Él se sacudió y trato de ir tras de mí, pero emprendí la huida, él se quedó allí.
Esa noche estuvo en mi casa, imaginé que me había seguido, pero no.
Otra chica apareció, y él la capturó, para devorarla. Vi impactada como se alimentaba en su estado salvaje, totalmente diferente a como obtenía su comida de mi.
Dejó caer el cuerpo sin energía de la chica y siguió el camino de mi huida.
¿Está muerta? Me acerqué dubitativa a la mujer y acerqué mi oído a su rostro. Aún respiraba.
Exhalé fuertemente , había estado aguantando la respiración, me sentí llena de consuelo al ver que aún se encontraba con vida. Quise acomodarla, pero me era imposible tocarla, frustrada decidí ir detrás de Gil, pero antes de salir del callejón, una penumbra me absorbió.
La oscuridad de nuevo me rodeó, aunque ahora cuatro puertas plateadas se encontraban frente a mí, tenían unas palabras en otro idioma, cómo jeroglíficos, que fui capaz de leer.
—Qué extraño...
Lo que al principio parecían símbolos sin sentidos formó palabras. No recuerdo haber aprendido otra lengua.
Miré la primera puerta a la izquierda.
—Pasado...
¿Qué será? Estiré la mano y abrí. La perilla giró lentamente y me mostró la imagen de mi yo más pequeña jugando con Van. La deje abierto y me dirigí a la siguiente.
—Presente.
Abrí sin titubear. Me sobresalte al verme hito a hito. Mi rostro entero estaba hinchado y los ojos rojos, mi cabello castaño estaba más enredado que lo normal y mi blusa estaba llena de sangre por las heridas que yo misma me había provocado.
Aparte la mirada a la otra puerta. No soportaba seguir mirándome.
—Futuro.
El siguiente grabado en la puerta me intrigo. Giré la perilla de inmediato, pero no se abrió. No era capaz de abrirla. Tiré de ella una y otra vez sin ser capaz de descubrir lo que hay dentro.
Más abajo, en letras pequeñas, vislumbre una frase; "nadie puede saber su futuro si no están preparados para el presente".
¿Qué rayos significa eso? Nadie está preparado para el futuro porque no se sabe que sucederá en el presente.
Eso significa que ¿Jamás podré saber el futuro?
Tengo que enfocarme en el presente. Dejar el pasado atrás, recopilar toda la información para moverme en el presente y poder atacar en el futuro.
Tengo que regresar a la actualidad para seguir luchando y terminar con esta absurda guerrilla sin fin.
Una resolución intensa me motivo, si quiero que las cosas cambien tengo que cambiar y actuar. No acobardarme y hacer que los cambios sucedan.
Por lo pronto, tengo que despertar, tengo que regresar.
A medida que mi deseo por retornar a la conciencia, un dolor intenso se insertaba en mi torrente.
Una sensación desagradable que aumentaba gradualmente al igual que un ardor insoportable. El tormento aumentó su intensidad, sentía que mi sangre me abrasaba las venas y respirar se hizo inaguantable.
Cuando un fino ardor en mi cuello intensificó la agonía, un alarido de dolor provino de mi garganta.
Abrí mis párpados de golpe y me enfrente a la realidad de nuevo.
Grité hasta quedarme sin aire, trate de mover mis brazos pero estos no respondían, alcé la vista y ví que estaban amarrados en lo que parecía la cómoda de una cama. Mis piernas habían encontrado el mismo camino.
Frustrada, me agité para intentar liberarme, pero me fue imposible.
—No te muevas, Ren, estate quieta por tu bien.
Una voz susurró por debajo de mí cintura. Baje la mirada encontrándome con una cabellera rubia hurgando entre mis piernas.
Desgañite cuando un fino dolor se incrustó en mi muslo derecho. Una quemazón inmensa recorrió todo mi cuerpo, me curve del dolor y mis dientes se aferraron en mi labio inferior para tratar de apaciguar la agonía, pero mientras más rechazaba la sensación ardiente, mi agonía aumentaba.
Algo húmedo y ardoroso escurrió por mi muslo y un aliento asqueroso rozo mi piel. La sensación de ardentía era cada vez más intensa.
—No me rechaces, aceptame y sentirás un placer inimaginable — el dolor paro por un segundo en cuanto las agudas agujas salieron de mi cuerpo, él pasó su lengua por mi muslo hasta limpiar la sangre.
—Aceptame como antes, por favor — me dijo con voz suplicante.
Negué. Entonces fue cuando se posó frente a mí y me obligó a verlo. Sus ojos rojos me paralizaron y sus manos acariciaron suavemente mi cuello, mostrando gran interés en mi pulso.
—Déjame — mascullé. Él denegó mi petición.
—No, eres mía — murmuró con dulzura, pero sus ojos estaban llenos de un deleite escalofriante, su rostro se escabulló en el pliegue de mi cuello, lamió y enterró sus colmillos en mí —. Mía — gruñó.
Luche contra él hasta perder la conciencia.
¡Hola!
Linda tarde, noche o día. Por acá ya es de noche.
¿Cómo han estado? Ya es temporada de frío así que abrigense bien y tomen chocolatito caliente.
Logré traer un capítulo largo para disculparme por la demora. Hago lo mejor que puedo.
Los invito a leer otra historia que recién empecé y la encontrarán en mi perfil con el título de "Por una jalada". Una nueva aventura que les hará llorar y reír sin límites.
Sin más, espero que esté capítulo les guste.
Les mando besos y abrazos, cuídense. ♥️
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