No sé de dónde obtuve la fuerza, pero a penas el susodicho termino de hablar, alcé el rostro a su dirección.

Él dejó caer la gorra, mostrando su perfecto cabello negro amarrado tras su nuca. Sus ojos dorados y su sonrisa maquiavélica eran perturbadoras. Todo era tan borroso. ¿Ese era Jon? ¿El famoso hermano perdido?

Me costó creerlo, hasta que la voz de Gil se quebrantó en un susurró, que pareció más un lamento.

—Jon...

Era él...

—Me da gusto verte Gil, aunque haya un pequeño inconveniente entre la reunión... — sus ojos brillaron en mi dirección.

Gil siguió su vista hasta mí. Retrocedió sin dejar de verlo, me levantó y me abrazo contra su pecho. Sus manos temblaban al sostenerme. Esto debe ser tan impactante para él como para mí.

—Entregamela.

Le ordenó. No había necesidad de decir que quería: yo era su presa.

—¿Qué significa todo esto Jon?

—Significa que el verdadero cambio está por suceder. Solo debes de darme a la chica y todo irá como siempre soñamos.

Cerré los ojos, incapaz de mantenerme consciente del todo. Las voces a mi alrededor eran difusas. La droga era cada vez más fuerte en mi sistema.

—Renata, Renata... — Gil me agito, abrí los ojos y vi su rostro alienado. Suspiré y logre hablarle.

—Estaré bien.

Él negó. Mi intento por tranquilizarlo falló.

—Dame el antídoto —bramó.

—No hay nada como un antídoto. Es una droga, no tiene curación. Solo hay que esperar que el efecto pase, pero... hay algo que puedo hacer, solo tiene que ir conmigo.

—No.

Gil me sentó contra la pared, me sujeté a su brazo, no quería alejarme de él. No tenía un buen presentimiento.

Jon tronó la boca, demostrando su disgusto ante la respuesta.

—Gil, Gil, el pobre Gil que cree que puede lograr lo que se propone de la buena manera, verte ahora me repugna. Yo era como tú. Esperaba un cambio sin querer ensuciarme las manos, pero sabes que las cosas no funcionan así.

—No me jodas. No entiendo ni una puta mierda de lo que dices. Solo sé que te busqué para no encontrarte. Te desconozco, Jon, no sé quién eres.

Jon se rió.

—Sí, tienes razón. No soy igual que antes, pero solo algo permanece igual; mi deseo de libertad.

—¿Libertad? —Gil lo encaró.

—Exacto. Siempre bajo las hadas, siempre haciendo el trabajo sucio, viendo como los de nuestra especie viven en la miseria acompañada de la esclavitud. Siempre quise destruirlos, sobre todo después de que la sangre de nuestros padres manchó sus manos. Las hadas sucumbirán y los demonios extienden sus brazos. Es nuestro momento de brillar, pero necesito a la chica.

—Juraste protegerla.

—Eso es pasado, Gil. Además, ella solo es otro producto defectuoso. A partir de ahora ninguna soñadora deberá de existir. Las hadas han sido demasiado blandas en ese aspecto.

—Ellas son simples humanas. No tienes que meterlas en este asunto.

—Humanas con poderes. Siendo sincero, mi querido hermano, planeaba dejarlas vivir, pero me dí cuenta que son realmente molestas. En especial esa chica, ha estado arruinando todo desde que metió sus narices. Son una amenaza que no se puede controlar, así que hay que erradicarlas de raíz.

—Si quieres tocarle un solo cabello, tendrá que ser sobre mi cadáver — Gil apretó y mano —. La deje sola una vez, no cometeré el error dos veces.

—Deberías. No te haré nada Gil, pero la chica tiene dos opciones; morir aquí o llevarmela para que él la tenga, te aseguro que la quiere mucho y estará bien cuidada, si quieres te pasamos fotos cada mes para que te des cuenta que está bien alimentada.

Jon habló de mí como si de un animal se tratase.

—La verdad yo la mataría, pero mi socio la reclama como suya. Será la única soñadora que sobreviva, mira que tiene suerte la pequeña.

La sombra de Jon se acercaba lentamente a nosotros. Cuándo estuvo frente a nosotros, Gil apretó mi mano y la soltó. Sentí un vacío inmenso. Instantes después, una ráfaga cortante marcó una distancia entre los hermanos.

—¿Socio? — Gil interrogó, pero Jon esquivo la pregunta.

—¿Planeas luchar? — la voz de Jon mostró una gran sorpresa —. Te he dicho que...

—¡Cierra la puta boca! — Gil gritó —. He oído suficiente. Ella es mía, no sé la entregaré a nadie.

Sentí frustración y rabia en la voz de Gil. Entendía la acumulación de diversos sentimientos en su pecho.

Después de tantos esfuerzos, encontró a su hermano, pero realmente Jon no estaba en problemas, al contrario, el los estaba ocasionando. Un golpe de estado contra las hadas, el mismo objetivo por el cual se ha estado luchando tanto tiempo, por el cual los padres de los íncubos murieron. Pero esta vez, Jon estaba decidido a cumplirlo sin importar el método.

Un golpe resonó en el lugar, fuerte y conciso. Luego otro, y poco a poco fueron más seguidos y violentos.

—Pensé qué estabas en peligro, me volví loco buscándote — reprochó.

—Al principio me capturaron las hadas, pero un conocido me ofreció poder, no iba a negarme a obtenerlo.

Las cosas alrededor empezaron a romperse. No veía nada claramente, pero a mi alrededor una feroz batalla se desarrollaba.

La impotencia se apoderó de mí. En un momento como este no podía hacer nada. ¿Cómo iba a defenderme? ¿Qué podía hacer para ayudar?

De pronto, la conversación que tuve con papá y Gil cruzo mi mente.

"Es posible manipular el tiempo. Eso es lo que hacen ustedes, Renata. ¿Cómo es posible atravesar dimensiones sin afectar tu alrededor?

Vuestro poder es más fuerte de lo creen"

Si es así tengo que ser capaz de hacerlo, de retroceder el tiempo. Tengo que regresar lo más posible y así prevenir todo esto.

Me levanté, apoyándome en la pared.

Lo lograré, debo hacerlo por todos.

—No hagas eso.

Una mano tapó mi boca y susurró en mi oído.

—Te puedes lastimar.

Iba a protestar, pero me paralice, frente a mí Gil lanzaba un fuerte ataque contra Jon, pero este lo esquivo y el poder iba dirigido contra mí.

—¡Renata! — Gil gritó, su voz se quebró y sus ojos se abrieron con sorpresa, no sé si por verme en peligro o por la persona tras de mí.

Pero antes de que la energía oscura me tocará, la persona desconocida pego en mi nuca haciéndome perder la conciencia.

Antes de caer inconsciente, el desconocido me susurró con una voz familiar: —Tranquila, yo te protegeré.

—¿L.le...o?

Holi!

Cortito pero seguro. Planeaba actualizar a finales de la semana, pero tendré mucho trabajo, así que mejor me apure a terminar hoy este pequeño capitulo. Espero les guste.

▶️Depositen sus teorías.

▶️Dudas.

▶️Sugerencias.

Estoy súper contenta. De verdad les agradezco, son muy amables conmigo y no se que haría sin vosotros.

Soy solo una novata, pero prometo esforzarme para dar lo mejor.

Cuídense mucho, besos y abrazos.

Amigas de Perú, mucha fuerza, estamos con ustedes.