Capítulo 48

— ¡ME RINDO!

Me deslice entre las sábanas como un ratón escapando de una serpiente, y la serpiente estaba muy salvajemente erecta ante mí.

Tengo que admitir, qué aunque era muy raro, raro, rarísimo, me encontraba extasiada y aunque nunca tendría suficiente de Gil, mi cuerpo humano exigía un descanso. Mi entrepierna ardía, mi cuerpo se sentía pesado y cansado.

Definitivamente un vibrador nunca sería rival para un íncubo. Podría pasar horas divirtiéndome con ese aparatejo, pero él simple suceso de estar entre sus brazos era vigorizante. Sus manos tocandome hacían que cada parte de mi vibrará, muy a diferencia de mis manos.

¿Será por su poder de íncubo que cada sensación se intensificaba? ¿O era el simple hecho de ser él?

— ¿Te rindes? ¿Sabes por culpa de quién casi muero?

¿Mi culpa? Si él fue el que decidió no alimentarse de nadie más. Pensé con el orgullo. Pero en mi pecho surgió una extraña calidez. Si, pero eso fue por mí. Y aguantarse el hambre por tanto tiempo, para cualquiera, era demasiado angustiante.

— Lo sé, pero si sigues la que morirá soy yo — alcé la voz. Él se rió y recostó a mi lado, abrazándome por la espalda, hasta chocar contra su pecho.
Gimotee cuando su dura erección se deslizó entre mis piernas.

— Y pensar que estabas moribundo...

Susurré, él beso mi cuello.

— Pero tú me devolviste a la vida.

— Si, alguien bajo mi está muy vivo — gemí. Su miembro comenzó a moverse entre mis piernas, rozando mi húmeda entrada.

— ¿Le dejas entrar una vez más en ti? — cantó de manera seductora en mi oído. Aunque no sé porque se me figuro más a la súplica de un niño pequeño cuando tiene un capricho.

— No — mi cuerpo no lo aguantaría. Pensé.

Él me observó como perrito moribundo. Santo cielo. Este íncubo sabía como manipular y si no hacía algo pronto para cambiar la situación, su anaconda estaría navegando por las aguas de mi excitación. Eso no sonó muy bien...

— Una felación. Eso o nada — ofrecí.

Su miembro dejó de moverse entre mis muslos y me tomó de la cintura, girandome hasta vernos directamente.

Sus labios se curvaron con burla y sus cejas se alzaron ante la espectativa.

— ¿Hablas en serio?

Fue mi turno de devolverle los gestos. Estaba avergonzada, pero una parte de mí gorgoreaba ante la nueva experiencia. Quería hacerlo.

— ¿Cuándo he propuesto algo que no quiera hacer? — mi lengua se trabo un par de veces por el nerviosismo.

— Nunca. Y eso me encanta — se deslizó sobre mí, hasta que sus caderas se posaron a la altura de mi rostro, mostrando magnificencia ante mis ojos. Inconscientemente me hice para tras.

— ¡Oye, ten cuidado que me vas a picar un ojo! — exclamé. Segundos después él comenzó a reír. Si miembro se movía de lado al lado mientras su pecho se agitaba por las carcajadas. ¡Ahora me va a dar una cachetada!

— Ren, Ren, Renata ¿Qué voy a hacer contigo? — se agachó para darme un beso profundo, largo y hechizante. Suspiré cuando sus labios se alejaron de los míos, para volver a la posición inicial — Por lo mientras, quiero ver de lo que eres capaz.

Movió su pene de un lado a otro. Cómo si tuviera vida propia. ¿Eso era una provocación?

Mi boca se hizo agua. ¿Por la emoción? ¿Por el deseo? No lo sé. Era como si mi boca se estuviera preparando para recibirlo.

Sonreí. No creo que esto tenga mucha ciencia, y he visto los suficientes videos porno como para saber que hacer. Esto sería pan comido.

Lo tomé entre mis manos. Lo acaricie lentamente, sintiendo su longitud, la manera en que palpitaba entre mis manos y luego me incliné y lamí el inicio de su abdomen.

Sus mejillas estaban teñidas de rojo y su respiración era inusual. Su rostro emocionado tenía un poder destructivo. Sus labios entreabiertos, su mirada anhelante.

Un sonido gutural, agradable y sensual surgió de sus labios. Por alguna razón mis sentidos se incrementaron. Un hombre que siempre me estaba enloqueciendo de placer, estaba indefenso ante mí.

En mis manos su miembro se está a haciendo más grande y caliente de lo que esperaba. Hasta ahora no me había dado cuenta que era bastante grande a comparación de su cuerpo, qué aunque era demasiado musculoso, era delgado.

— ¿Te gusta? — le susurré perversamente. Agite su miembro y lo toque con mi lengua. Le miré con deseo, quería que el sucumbiera ante mí.

Lamí un poco más la punta, sople mi aliento caliente en él. Introduje la pinta y ejercí presión en la base su miembro con mis palmas. Él apoyo sus manos contra la pared mientras repetía el proceso varias veces y le dedique una sonrisa. Sus ojos suplicaron por más. Algo agradable recorrió mi espalda.

Con confianza. Lo introduje un poco más. Las comisuras de mis labios ardieron al abrirse de más, era demasiado grande. Jugué con mi saliva combinandose con su líquido seminal y probé la piel caliente con mi lengua. Le chupe con mis labios, succionando, moviéndome hacía arriba y abajo de su virilidad, ondeando mi lengua alrededor de su longitud.

Sus gemidos aumentaron de tono, motivada por esto, aumente el poder de mi lengua contra su miembro.

Con mis dedos tentaba el resto de su tronco, acariciando y apretando, esparciendo sus líquidos y mi saliva.

Gruñó.

Sus caderas empezaron a moverse en mi boca, con velocidad, con potencia. Llegando al fondo de mi garganta. Al llegar tan profundo, sentí arcadas, y esas mismas succionaban más su virilidad.

Con los ojos llorosos, se vino en mi boca. Mi cuerpo se contrajo y tiemble, extasiada por las sensaciones.

Con el líquido en mi boca, no supe si tragarmelo o escupirlo en la cama. Pero ninguna opción me pareció correcta.

Esto no era mío, era de él. Gil debería beberlo.

Con el pecho agitado, recargo la cabeza en la pared y se deslizó hasta quedar hincado frente a mí. Se acorrucó en mi pecho.

Alcé su rostro para besarlo, y con mi lengua empuje el líquido amargo en su boca. Asombrado, empujó mi lengua, y al final ambos la bebimos.

— Gil... — Jadee cuando me tomó de la nuca y devoró mi boca. Enredé mis brazos en su cuello y él me acerco a sí tomándome de la cintura.

Cuando se separó, mi boca sabía a él y a mí.

— Demasiado bueno para ser la primera vez — murmuró disgustado. Escondí mi rostro en su pecho y me reí. Me acunó en su cuerpo como una niña pequeña. Era demasiado celoso para su bien, ¿Por qué pensó en eso después de que me esforcé?

— Sí, no fuiste el primero — bromee, pero en automático sus músculos se tensaron. No pude aguantar la risa ante su rápida reacción de disgusto y él entendió de inmediato mi mentira.

— ¡Tú! Deja de jugar conmigo y enloquecerme, pequeña — me estrujó. 

Y así estuvimos jugando un rato. Cómo si nada. Hacer el amor y divertirme y que se sintiera natural. Era algo indescriptible.

Y al final, la seriedad tuvo que volver a mi. Sólo para mantenerlo al tanto.

— Y en conclusión mi papá no es mi papá sino un soldado de las hadas, EL MEJOR — remarque, cómo si eso me hiciera sentir orgullosa, me crio el mejor — y es pareja de Lysander.

— Genial, tú padre resultó ser el amante de tu esposo.

— Sí, nunca me lo espere. Pero Rebeca sigue desaparecida. Y me quedé sin plan.

Admití, casi diciéndole que me ayudara. Él pareció notarlo y me acarició la cabeza con cariño, algo contrario a la expresión siniestra que se dibujo de repente en su rostro.

— Yo tengo un plan.

Me estremecí. No presentía nada bueno.

¡Hot! ¡Hot!

Pero si mi mente es una cosa pero bárbara. Necesito un exorcismo y sacar todas esas escenas morbosas en mi mente, pero nos quedamos sin historia. XD

¿Qué tal? ¿Les gustó? Cualquier cosa saben que aquí estoy. Voy a comenzar a contestar comentarios, así que esperenme, a mí y a mis locuras.

El capítulo es corto pero seguro.

Besos y abrazos. Recuerden que Renata y Gil siguen en los sueños de Ren.

Cuídense y huyan del COVID!!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top