Angel: y está vez señores nos concentraremos en el mundo de The Loud House

Oh sí hace mucho no hacemos una historia con los Loud, pero tendra cambios
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Era una noche sin luna cuando aquel pequeño niño nació, sus padres vivian frente a una laguna y aquellos llamados doctores eran rechazados por esta sociedad, unas señoras llegaron a intentar ayudar a la mujer de cabellos rubio oscuro que estaba entrando en labor de parto.

Pasaron una, dos y tres horas lo unico que se lograba escuchar eran los incesantes quejidos de la mujer mientras pujaba para que saliera su pequeño, mientras que su esposo se encontraba muy relajado a ojos de las ayudantes, pero la realidad es que el hombre estaba hecho un manojo de nervios pero debia mantenerse tranquilo para poder controlar a sus 5 hijas, sus mayores tesoros.

Ya era la media noche, la luna recien hace 2 minutos habia empezado a reinar en aquel cielo aun oscuro, los llantos de un pequeño niño inundaba aquel lugar, los padres se miraban sorprendidos aquel pequeño parecia un angel poseyendo aquel hermoso cabello blanco y unos bellos ojos grises que brillaban bajo el resplandor de la hermosa luna.

Las mujeres que habian ayudado a la mujer quedaron horrorizadas el niño no se parecia a ninguno de ellos dos, ni siquiera habia algun familiar de los señores que tuviera los mismos rasgos del pequeño, asustadas salieron de la casa y esparcieron aquella noticia por todo el pequeño pueblo.

A la mañana siguiente mucha gente miraba mal a la madre, susurraban a sus espaldas diciendo muchas cosas desagradables hasta llegaron a impedirle el paso a los pequeños locales porque según ellos era una mujer sucia.

Todo esto siguió y su marido por más que intento defenderla no lo logró, su familia tenía hambre y pronto no podrían mantener al más pequeño, así que tomaron una decisión y pusieron al niño en un canasto y lo dejaron flotar en el lago pidiéndole a la luna que tenga piedad y que cuide al niño.

A la mañana siguiente el canasto apareció en el pueblo estando este vacío a excepción de una pequeña manta y unos cabellos blancos, nadie supo del pequeño niño pero ese cambio también se notó en las noches la luna a veces cambiaba sin razón, tontos aquellos que no entendían que la luna cuidaba a aquella pobre alma dejada en el lago