Capitulo 17
Al otro día...
Feliz, sacó de su libro la foto que me había tomado aquel día allá en Santiago, cuando fuimos del paseo a La Moneda. La miró detenidamente.
_ Te amo Stephanie, de verdad que te amo profundamente y más ahora que estás embarazada de mí
Miró mi sonrisa en aquella foto y sonrió con amor.
Miró la hora en su reloj pulsera y me llamó...
Mareada, ya había vomitado dos veces en la mañana y pálida. Me sentía de lo peor.
El olor a comida y a todo el equipamiento de hospital me provocaban mucho asco.
De pronto, sonó mi celular y sonreí al instante.
_ Hola mi niña hermosa – sonrió – Te dije que iba a llamarte ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Dormiste bien?
_... Hola mi vida... - me notó mal –
_ ¿Te sientes bien?
_ Dormí bien, pero hoy amanecí más o menos. Estoy mareada y tengo muchas nauseas. Vomité todo mi desayuno
_ Oh hermosa. Deben ser síntomas del embarazo
_ Si. Me siento horrible mi amor – se preocupó –
_ Oh mi vida – me dieron otra vez ganas de vomitar.
_ Espérame un momento... tengo que ir a vomitar otra vez...
_ Ve. Yo te espero aquí mi amor...
Escuchó que yo me levanté rápido de la cama, fui corriendo al baño y se preocupó.
<< Oh mi amor >>
Un poco más aliviada, volví casi sin energías a la cama y tomé de nuevo el celular...
_... Halo, mi amor
_ Pude oírte de aquí ¿Cómo te sientes?
_ No muy bien
_ ¿Sabes qué? No resisto esto, voy a llamarte por video llamada. Necesito verte, estar de alguna manera a tu lado niña mía
_ No amor. No quiero – más se preocupó –
_ Pero mi vida
_ Acordamos que no nos veríamos hasta que tu volvieras. Ese fue nuestro dulce acuerdo, además, no quiero que me veas con esta horrible cara, que ahora tengo
_ Lo sé, pero me muero por verte amor mío - se me regocijó el corazón de felicidad y sonreí toda encantada.
_ Yo también lo anhelo, de verdad, pero nuestro dulce acuerdo, como dijiste, debe continuar. Sé y confío en que me llamarás y al oír tu voz seré feliz y me sentiré cuidada y protegida por ti
_ Te amo Stephanie
_ Y yo a ti mi Joey
_ Te llamaré siempre y a cada momento, si es la única manera por ahora de sentirte cerca de mí
_ Ya me tienes cerca mi amor. Siempre me has tenido
Sonrió tierno y suspiró todo enamorado.
_ Me alegra saber que al menos así podré acompañarte
_ A mí también me alegra y me da ilusiones a esperar con más cariño el día que llegues y al fin podamos vernos
_ Así será. Solo confía en mí
_ Confió en ti amor mío – sonrió perdidamente enamorado...
Días después...
Recogía nuestra ropa y prendas y Juan Pablo la miró serio y en seco.
_ Si esto de irte con tu hija es solo una treta para que yo corra por ti, déjame decirte que estás muy equivocada. Jamás te he rogado y te rogaré para que te quedes, así que piénsalo bien Rita
_ No tengo nada que pensar. Solo quiero irme con mi hija de esta casa y alejarme para siempre de ti – abrió los ojos de ira y le costó creerlo.
_ Te vas a arrepentir Rita. No puedo creer que la puta de tu hija...
_ ¡No vuelvas a insultarla en frente de mí infeliz! ¡Te toleré mucho, pero ya se acabó! ¡Ya no te tengo miedo y con tal de defender a mi hija haré lo que sea, incluso enfrentarme a ti si puedo! - sonrió con ironía.
_ Supongo que no me dirás a donde piensan irse ¿verdad?
_ Jamás. No volveré a exponer a mi hija a tus maltratos
_ Seguramente aún no te has dado cuenta quien es el padre de ese bastardo que espera
_ Eso a ti no te importa, ahora déjame pasar, que ya llegó mi taxi a recogerme...
Tomó el equipaje y pasó por su lado. Juan Pablo furioso, la jaló del brazo. Ella lo miró valiente, muriéndose de miedo por dentro.
_ No te perdonaré jamás esta traición que me estás haciendo Rita
_ No me importa, ahora suéltame, si no quieres que me ponga a gritar, para que todos te escuchen
Temeroso de aquello, la soltó y mi madre se alejó de él.
Juan Pablo sin poder hacer nada, apretó los puños con ira.
_ Esta vez puedes huir y esconderte con tu hija, Rita, pero las descubriré y las hallaré el día menos que lo piensen
_ No te tengo miedo, ya no, y si puedo matarte para salvar a mi hija de ti, lo haré
_ Perra infeliz...
Mi madre salió de la casa y a punto de subirse al taxi, que la llevaría al hospital para pasar por mí, y de ahí irnos a nuestra nueva casa, allá muy lejos en la costa, Vicente la detuvo.
Ella lo miró sorprendida.
_ ¿Cómo se encuentra Stephanie? Necesito verla ¿Mi hijo está bien?
_ Stephanie me dijo que tú no eres el padre de su hijo y yo lo creo, así que no insistas en esa mentira y déjala tranquila, porque ella no quiere saber nada de ti. Vicente, tú le hiciste mucho daño a mi hija
_ Pero yo la amo
_ Ella no Vicente. Stephanie a quien ama realmente es al padre del hijo que espera
_ ¿Y quién es ese sujeto? Para romperle toda su cara por habérmela quitado
_ No lo sé y aunque lo supiera, jamás te lo diría
_ Buscaré a Stephanie sea como sea y le pediré que me perdone y usted, ni ese imbécil podrán impedirlo
_ Solo perderás tu tiempo. Ahora debo irme y te insisto, no vuelvas a molestarla...
_...
Mi madre se subió al taxi y se fue y dejó a Vicente ahí en la calle, perdido en la nada y ensimismado en sus pensamientos.
Mi madre llegó a verme a la habitación para buscarme, ya que ese día por fin me darían el alta.
Nos iríamos a una acogedora casa, allá en la costa, cerca del mar, lo que a mí siempre me había fascinado.
Aquella casa se la había dejado una hermana de mi mamá a ella, lo que nunca se lo contó a Juan Pablo. Ahí iniciaríamos nuestra vida, juntas, con mi amado bebe en camino.
Durante todos los días que estuve en el hospital, Joey me llamó, lo que me hizo enormemente feliz y me sentí más que acompañada por él. Fue un apoyo fundamental para mí y nuestro hijo, lo que me hizo enamorarme mucho más de él que antes.
Antes que abandonará la habitación, le avisé que ese día me daban el alta y le di la dirección en donde comenzaríamos a quedarnos mi madre y yo. Él feliz la anotó y ansió estar ahí conmigo.
En cuanto llegamos a la que sería nuestra nueva casa, la miramos con cariño y nos pareció de inmediato agradable y acogedora.
_ Es muy bonita mamá
_ Si y es solo para nosotras – sonreí con ilusiones –
_ Para nosotras y mi hijo
_ Jejeje, si así es. Ahora sí que estaremos bien hija y muy felices
_ Tenlo por seguro mamá...
Comenzamos a ordenarlo todo, desempacamos nuestro equipaje y rápidamente llenamos aquella casa vacía con nuestra dedicación y cariño. Era perfecta, era nuestra casa.
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