Capitulo 15

Días después...

De mejor ánimo y síntomas, quería ir al centro comercial para comprarle ropa a mi bebe querido.

Bajaba por las escaleras y escuché sin querer a Juan Pablo y a mi madre hablar de algo que yo ignoraba por completo.

_ Está todo listo con la jueza

_ Perfecto. La hora está para hoy al medio día

_ Llamaré a Vicente para que se venga entonces

_ Si hazlo. No podemos perder más tiempo con tu hija, Rita

_ Lo sé, pero ¿Qué le diremos a Stephanie cuando se dé cuenta?

_ No te preocupes por eso. Tú desalmada hija tendrá que casarse si o si con Vicente...

Abrí los ojos de ira y bajé las escaleras como un avión.

_ ¡¿Así que eso pretenden?! ¡No puedo creer lo injustos que son conmigo!

Ambos sorprendidos, mi madre se me acercó.

_ Stephanie, cálmate por favor

_ ¡Que me calme! ¡Quieren obligarme a casar con un hombre al que no amo!

_ Pues no pensaste en eso cuando te encamaste con él...

Miré a Juan Pablo con odio y apreté los puños de ira.

_ ¡Escúchenme los dos! ¡No me voy a casar con Vicente! ¡No lo voy a hacer!

_ Tarde para eso. Él y la jueza vienen en camino, así que piensa mejor en cambiarte de ropa, porque te vas a casar, quieras o no con Vicente

_ Por eso te detesto y te voy a detestar siempre. Jamás serás como mi padre. Eres un ser despreciable

Juan Pablo se horrorizó y estalló de rabia. Mi madre interfirió.

_ Stephanie por favor ¿Cómo le dices eso a Juan Pablo? Quien siempre ha hecho lo mejor para ti

_ Eso es mentira y tú más que nadie lo sabe madre. No puedo creer que te hayas prestado a ocultarme semejante engaño

Ella trató de tomarme las manos para "hacerme entrar en razón", pero yo furiosa y decepcionada, me solté bruscamente.

_ Trata de comprendernos Stephanie. Es por tu bien

_ ¡Tú no sabes lo que es mi bien, o si no jamás te hubieras dejado convencer y casado con este sujeto!

_ ¡No voy a seguir tolerándote que me insultes en mi propia casa!

_ Así como lo dijiste "tú casa" ¡Ya no los aguanto más!

Subí cegada por la escalera y Juan Pablo fue tras de mí, enceguecido. Mi madre lo miró aterrada.

Sin pensar que me seguiría, solo tenía en mente en irme de esa jodida casa por el bien mío y de mi amado bebe y comencé a empacarlo todo rápidamente.

Juan Pablo abrió con violencia la puerta y yo lo miré muerta de miedo por dentro.

_ ¡¿Qué crees que estás haciendo eh niñita?!

_ Lo que debí haber hecho hace mucho. Largarme de esta puta casa para no volver a ver tu jodido rostro en mi vida – se me acercó furioso y me tomó bruscamente del brazo. El miedo se me delató en los ojos.

_ ¡¿Qué te pasa?! ¡Suéltame!

_ ¡Tú no te vas a ir de esta casa! ¡Me entendiste!

_ ¡Yo no tengo porque seguir tus estúpidas ordenes! ¡Soy mayor de edad y puedo hacer con mi vida lo que se me plazca!

Me solté en seco de su brazo y salí de la habitación, pero Juan Pablo me detuvo.

_ ¡Te vas a casar con Vicente si o si! ¡O si no, ese bastardo pagará las consecuencias!

_ ¡A mí hijo no lo vuelves a insultar sucio animal!

Me alejé de él con odio e ira y me acerqué a la escalera. Él fue detrás de mí y ambos seguimos discutiendo.

_ ¡No eres más que una zorra cualquiera! ¡Pero de esta no te salvas! ¡Me oíste bien!

_ ¡No seguiré escuchando tus idioteces!

Pretendía bajar, pero él volvió a tomarme del brazo y comenzamos los dos a forcejear.

_ ¡Suéltame Juan Pablo! ¡Suéltame!

_ ¡No! ¡Te vas a casar quieras o no con Vicente!

_ ¡No me voy a casar con él! ¡Y tú, ni nadie, me van a obligar a hacerlo!

_ ¡Mientras estés en esta casa, harás lo que yo diga!

_ ¡No!

Juan Pablo me jaló con fuerza del brazo, yo perdí el equilibrio y rodé por las escaleras.

Caí inconsciente al suelo y a mí madre se le escapó un grito.

_ ¡No, Stephanie! ¡Qué has hecho Juan Pablo!

_ Yo no hice nada, ella fue la que se tropezó

_ Rápido, hay que llevarla de urgencia al hospital

_ No. Déjala que se desangre, así perderá de una vez por todas ese bastardo que espera

Mi madre lo miró horrorizada y vio que yo comencé a desangrarme y se desesperó.

_ ¡Cómo pude equivocarme tanto contigo! ¡Eres un desgraciado! ¡¿Quieres acaso que mi hija se muera!?

_ Solo quiero evitar que ese embarazo termine, y esta es la mejor manera

_ ¡Maldito! ¡Mil veces maldito! ¡Me llevaré a mi hija al hospital y luego me iré con ella de esta casa y de tu lado!

Juan Pablo bajó rápidamente las escaleras y se acercó a mi madre.

_ No, tú no me puedes hacer esto Rita

_ Debí haberlo hecho hace mucho, pero fui una estúpida. Tú nunca cambiarás Juan Pablo y ahora solo quiero alejarme de ti

_ Te vas a arrepentir de esto Rita

_... Mi bebe...

Mi madre me socorrió y yo aturdida, sentí una fuerte punzada en el vientre y me miré la mano con sangre, lo que me aterró de inmediato.

_ ¡Estoy sangrando mamá!

_ Tranquila. Te llevaré a urgencias hija

Pensé en Joey y rompí en lágrimas.

_ ¡No quiero perder a mi hijo mamá! ¡No quiero!

_ Cálmate hija. Te llevaré ahora mismo al hospital

Apoyada de ella, mi mamá me ayudó a llegar hasta el auto. Traté de caminar pero me dolía mucho.

Tomás lo presenció todo, vio que yo no estaba bien y corrió a ayudarme.

_ ¿Puedo ayudarla señorita? – lo miré y tuve la impresión que aquel tipo ya lo había visto antes.

_ Si por favor. Llévenos al hospital, mi hija está sangrando. Está embarazada

_ De acuerdo. La ayudaré a subirla al auto

_ Si por favor...

_... Mi hijo, no quiero que le pase nada por favor – rompí en lágrimas y mi madre trató de calmarme. Tomás me miró y arrancó el auto hasta el hospital.

Pensó en su amigo Joey...

Asustada, no dejaba de llorar. Temí por la vida de mi amado bebe y mi mamá junto a mí, el ginecólogo me miró y me hizo el ultrasonido.

Gemí de susto y pensé en Joey con más amor.

_ Por favor dígame que mi hijo está bien doctor

_ Tranquila, pudimos detener la hemorragia, así que tu bebe está a salvo

_ Oh dios mío. Gracias, gracias doctor – dije entre mares y mi mamá me tomó la mano –

_ Tuviste mucha suerte Stephanie, pero esto no puede volver a pasar, ya que para la otra no puedes correr la misma suerte

_ No – dije aún llorando.

_ Debes evitar estrictamente el pasar malos ratos. Tu embarazo es de alto riesgo

_... Lo sé...

_ No se preocupe doctor. Yo me encargaré que mi hija esté tranquila. Se lo prometo y también se lo prometo a ella – la miré sorprendida y ella me sonrió.

Acostada en una de las habitaciones, pasaría unos días en el hospital, para evitar otra posible hemorragia y con un parche en la cabeza, debido al golpe, que había recibido por la caída, mi madre me miró y se le llenaron los ojos de lágrimas.

_ Perdóname hija, perdóname por todo

_ Ya mamá, tranquila sí

_ Es que nada de esto te hubiera pasado si yo no hubiera sido tan estúpida y ciega, pero se acabó. No volveremos a esa casa. Prometo cuidarte a ti y a mi nieto

- le sonreí con emoción y agradecida.

_ Gracias mamá. Gracias por apoyarme en esto

_ Desde ahora, en adelante, estaré a tu lado siempre hija mía...

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