Capítulo final III - Retornando a...


 Trascurriendo el interminable tiempo en aquel viaje, las cosas ya no eran tan oscuras, pero aun había vestigios de la lúgubre atmosfera gris. No obstante, ya se lograban mermar un poco con nuevas y fascinantes criaturas hermosas, que pese a ser de una gama de colores más variada, su presencia estaba acompañada con ciertos toques misteriosos y oscuros en su aura. A Alice le recordó un poco a Infra tierra, el mundo que Tim Burton creó para Alicia en el país de las maravillas. De pronto ella misma se sintió como si fuese aquel personaje, siempre rodeada de las criaturas más increíbles e imaginables.

Aún sabiendo que sólo se trataba de un sueño (bastante infantil para su gusto) ella tenia la creencia de que en cierto modo, los sueños siempre se les da una doble lectura, por lo que, aunque un sueño pueda parecer la fantasía infantil de algún niño, o incluso, aunque se trate de un sueño bizarro y ridículo, éste tenía un trasfondo mucho mas oculto u oscuro que probablemente pudiese afectar a hechos de su vida real.

Los distintos seres que habitaban en esa especie de bosque que bordeaba el rio por el cual ella, Jared y Rose viajaban, se asomaban entre los árboles que poco a poco se tornaban más vivos a pesar de su presencia opaca y triste. Cada habitante en ese lugar, desde la piedra más chiquita, hasta la bestia más salvaje y enorme, llevaba consigo tonalidades variadas pero apagadas. A Alice se le antojó algo bastante deprimente, pensaba que se encontraba dentro de una pintura que alguna vez fue una obra de arte llena de colores brillantes pero luego se destiñó con el tiempo, volviéndose una pintura marchita y mal tratada con el tiempo, mostrando colores opacos, sin fuerza y agonizantes.

Algunas criaturas se asomaban desde atrás de los árboles con cierta timidez, otros simplemente se escondían y otros pocos, los más extrovertido y orgullosos simplemente se dejaban ver como si la barca con los tres soñadores no existiera. Ejemplo de ellos eran en específico dos majestuosas criaturas; el imponente ave fénix que exhibía un hermoso plumaje anaranjado rojizo cual fuego ardiente, y el otro era la increíble aparición de un thunderbird (ave trueno) éste último era tan hermoso como el fénix; sólo que su amarillas plumas no eran cual fuego, pero sí brillantes (dentro de lo posible.) Su aspecto físico era parecido a un águila pero de un tamaño gigantesco. Al batir sus alas, truenos iluminaban el cielo encapotado de nubes y nieve mientras que su agudo trompeteo invadía como eco cada metro cuadrado por el que volaba.

En la superficie terrestre, flores emergían de lo más profundo de la tierra en forma de botón. Abarrotaban toda la orilla del rio, como si fuese una plaga incontrolable de botones brillantes, que manchaba el blanco suelo nevado; éstas iban abriendo lentamente mientras cambiaban de colores cada tanto segundos hasta llegar a un tono café, luego negro. Llegado a ese punto, estas se marchitaban tanto que se volvían cenizas, pero sólo por un breve momento pues una vez hechas polvo, las flores volvían a resurgir de sus propias cenizas. Éste era un patrón que se repetía constantemente una y otra vez por todo el camino.

Pero llegó un momento en que el patrón se detuvo dejando sólo flore de tonos fucsia y naranjas, contractando de manera notoria con la atmosfera grisease y colores opacos del ambiente y el blanco de la nieve que no paraba de caer, incluso el brillo incandescente de esta plantas era aun más intenso porque la noche poco a poco se venía encima.

De las flores que se mostraban abiertas en su totalidad, salían pequeños haces de luz similares a las de las estrellas fugaces que poco a poco comenzaban acaparar el cielo nocturno, pues a medida que salían de dentro de cada flor, una por una tomaba vuelo hasta dirigirse con gran velocidad a lo más alto de las copas de los arboles.

— ¿Son luciérnagas o mariposas? — preguntó Rose sin parpadear mientras se acercaba a la orilla de la góndola para verlas más de cerca. Su pregunta fue respondida cuando dos de estos haces de luz se acercaron al bote y al verlas de cerca, pudieron darse cuenta que se trataban de algo muy parecido a un par de mariposas color arena revoloteado alrededor de la familia de manera juguetona.

Cada una se paseaba de allá para acá como si compitiera para ver cuál de las dos era más rápida. En el aire, se podían ver pequeñas partículas anaranjadas como polvos estelares que las mismas mariposas despedían de sus propios cuerpos, pero muy pronto Rose se dio cuenta de que no se trataban de mariposas, eran hadas; tan pequeñas que sus alas eran más grande que su cuerpo, razón por la cual en un comienzo se creía que eran mariposas.

Cuando Rose estiró su mano, como queriendo agarrarlas, una de estas se posó en la punta de los dedos de la niña; en ese instante ambas hicieron contacto visual y cuando se miraron a los ojos sonriéndose una a la otra, la hada sopló por encima de su palma rociándole aquel polvo anaranjado al rostro de Rose. Al principio le molestó un poco y hasta sintió picazón en los ojos y nariz provocando que ella estornudara, se frotó los ojos y sin darse cuenta su cuerpo perdió toda gravedad; levitando por encima del bote. Alice asustada, la tomó del tobillo y la hizo volver a su asiento, pero la niña volvió a elevarse cual globo relleno de helio.

— ¡Esto es muy divertido! ¡Soy una hada, mami, mírame puedo volar! — Exclamó la niña agarrando vuelo con sus brazos para elevarse más alto — ¡Vengan aquí — los llamó haciéndoles un gesto con la mano — aquí arriba es hermoso

— No temas — dijo Jared — Nada malo le ocurrirá, deja que fluya

— Pero... se puede lastimar — dijo Alice preocupada

— Claro que no, esto es un sueño, sólo se está dejando llevar — dijo el cantante sonriendo de lado

— Dijiste que este lugar aún no era tan seguro — le recordó ella

— Estamos dejando atrás Por siempre invierno. En este momento estamos por llegar a la frontera — explicó — y ya va siendo tiempo que tú también te dejes ir — al decir eso empujó a una hada contra la cara de Alice y al impactar, el pequeño ser despidió una enorme cantidad de polvo haciendo que Alice comience a flotar mientras ella sufría un ataque de estornudos. La otra hada comenzó a reírse a carcajadas, como si lo que acabara de ver fuese la situación más chistosa. Aunque la que chocó contra la frente de Alice quedó algo aturdida y su vuelo se hizo errático. Afortunadamente no por mucho tiempo, y luego de recuperar estabilidad, ella también comenzó a reír.

— ¿Me permiten? — dijo Jared refiriéndose a las hadas, estas entendiendo lo que él quería, volaron a su alrededor y comenzaron a rociarle de su polvo por todo el cuerpo— Muchas gracias, señoritas — dijo el cantante mientras se elevaba y le hacia una teatral reverencia con la cabeza. Las hadas soltaron una pequeña risita e hicieron otra reverencia tomando los bordes de sus vestidos mientras cruzaban los pies. Luego de eso, las dos se elevaron con gran velocidad para unirse nuevamente con sus compañeras.

— Vamos, Alice, vamos a ver que hay arriba— dijo Jared tomando la mano de su novia, quien finalmente se dejó guiar por el momento. Ambos eran como un par de niños pequeño aventurándose en el cielo. Si Rose por su parte se creía un hada, Jared era como Peter Pan y Alice como Wendy Moira Ángela Darling.

— ¿Cómo te sientes? — le preguntó Jared a Alice

— Algo asustada...pero libre — dijo ella al fin sonriendo — podría hasta bailar — añadió dando un giro sobre su eje

— Pues, bailamos — respondió él tomando la mano de ella al tiempo que también le sostenía la cintura. Sus pasos eran lentos y ligeros, como la de una pareja en su baile escolar. Ella apoyó su cabeza en el hombro de él al tiempo que cerraba los ojos para sentir la suave briza acariciando su rostro. Él de manera inconsciente, llevó su mano al rubio cabello de Alice y comenzó a acariciarlo, mientras giraban lentamente en su propio eje y seguía el suave ritmo de un tarareo que las mismas hadas comenzaron a entonar a coro.

—Jared — llamó de pronto ella, luego de un breve silencio en el que ambos seguían abrazados, mientras se movían ligeramente al ritmo de la mágica música.

— ¿Sí? — respondió él.

—Te amo— dijo de pronto Alice. — Se que no te lo he dicho antes... y que piensas que he sido algo fría desde nuestra reconciliación

— Yo no... — trató de interrumpirle Jared mirándola con el ceño algo fruncido pero a la vez sorprendido por sus palabras, por fin ella le dijo lo que tanto quería oír aunque fuese en un sueño.

— No hace falta que lo digas, te conozco y sé lo que piensas, se nota en tu rostro. Pero lo cierto es, que siempre te he amado... — Hizo una pausa, levantó la mirada para buscar la de Jared quien atento y aun con el ceño fruncido, la escuchaba en silencio. — Postergué muchas cosas cuando nació Rose: vida social, vida amorosa. Incluso dejé de trabajar por un tiempo... y no te culpo a ti — se apresuró añadir — es lo que nos pasa a las mujeres cuando tenemos hijos, no soy ni la primera ni la última —Comenzó a narrar, aunque tenía claro que eso era algo que Jared ya sabía — Pero luego Camille me ofreció el trabajo de cantante en el hotel y me dijo que cuidaría a Rose las veces en que no pudiese conseguir una niñera... luego, pasando el tiempo conocí a Stevie y lo vi como una oportunidad para comenzar de nuevo. Creí que si aceptaba salir con alguien más después de tanto tiempo sola, te superaría de la misma forma que tú me superaste a mí... —Jared la detuvo en ese punto sosteniendo el rostro de ella entre sus manos para fijar su mirada en la de ella.

— ¿Realmente parece que te haya superado? — replicó él

— Yo creí que todas esas chicas...

—Muchas de ellas amigas, otro producto de simple especulaciones y rumores de la farándula — contestó él en un tono suave pero serio

—Pero algunas de ellas sí fueron tus novias— dijo Alice un tanto triste. Jared posó la punta de sus dedos en los labios de ella para que guardara silencio, se reusaba a oír lo mal que su novia se sentía al ver que él se mostraba al mundo aparentemente feliz y bien acompañado.

— Sí, tienes razón pero esas mujeres nunca han significado nada para mí en realidad— dijo el cantante

— ¿Cómo puedes decir eso?— replicó Alice un poco sorprendida— ¿Qué hay de sus sentimientos?

— Alice créeme, yo tampoco signifiqué algo importante para ellas — comentó Jared

— ¿Cómo lo sabes?— quiso saber ella

— Porque así es este mundo... ''mi mundo''— hizo una breve pausa— Muchos fingen una amistad o un noviazgo real. Por darte un ejemplo, acepté fingir una relación con Margot Robbin sólo porque los fans nos querían ver juntos, Jargot, supongo que oíste hablar de eso— Alice asintió un tanto molesta — bueno, esa relación era una buena publicidad para Escuadrón Suicida, pero la realidad es, que nunca existió, sólo fuimos amigos con derechos.

— ¡Dios, Jared! ¿Quieres decir que tenías sexo con esa mujer? — espetó Alice

— En mi defensa, tú y yo no estábamos juntos... y tú, salías con Stevie

— Bu...bue...bueno, s...sí — comenzó a decir Alice con evidente nerviosismo — Pero tú pensabas en mi... y te gustaba detener el ascensor a mitad de camino para insinuárteme... aun sabiendo que estaba con Stevie

— Yo nunca he dejado de pensar en ti... y volviendo al tema anterior. Algunas cantantes salen con otros famosos y luego de terminar la relación componen su próximo éxito musical — se encogió de hombros — pero yo no soy así. Lo que tenemos es real, no tengo que fingir frente a cámaras ni esconderme

— Pero sí nos escondemos, Jared, y ahora más que nunca— replicó ella.

—Alice, tú y tus excusas son imposible — le sonrió de lado antes de continuar — pero te recuerdo una cosa— movió ligeramente la cabeza a los lados — más bien dos: Una, esa fue tu decisión y dos, yo simplemente acepté por tu tranquilidad y la de la niña; porque si fuera por mí, yo le diría al mundo entero quien eres tú y quien es Rose y lo importante que son para mí.

— ¿Tú? — Cuestionó ella un tanto sarcástica mientras sonreía — el que cuida de su vida privada

— Sí yo. El que tiene una vida no muy privada— respondió él sonriendo

— Pues eso no me tranquiliza — dijo ella borrando su sonrisa

— Todo saldrá bien — dijo él acariciándole la mejilla— cuando despertemos de este sueño, veras que todo irá bien — tras decir eso, se acercó lentamente a ella — Te amo, Alice — susurró sobre sus labios antes de darle un apasionado, pero romántico beso.

Las hadas nocturnas quedaron atrás, el viaje en la góndola continuó, mientras el sol volvía a asomarse por algún lado de la frontera que limitaba Por siempre invierno con Perpetuo otoño, aquel era un lugar maravilloso. Los colores se hacían cada vez más nítidos y vibrantes; la opacidad del ambiente poco a poco se iba al olvido. Incluso para tristeza de Rose, la nieve había dejado de caer dando paso a un día resplandeciente y soleado, pero aun con frio, y es que Perpetuo otoño era el lugar donde la nostalgia y los colores marrones y dorados, junto a un tenue brillo solar, reinaban el ambiente.

Al llegar al final de la frontera; Jared detuvo la góndola, los tres bajaron para dirigirse al ya conocido punto de encuentro: el Sauce, el cual ya no era blanco, sino más bien era verde suave con tonalidades marrón claro entremedio.

— Desde aquí podríamos ir caminando— propuso Jared. — Ya hemos llegado a Perpetuo Otoño y el sauce está ahí — anunció con una gran sonrisa en su rostro mientras señalaba el árbol que se hallaba a unos metros de ellos.

— Ese sauce — dijo Alice en voz alta pero meditativa — se parece al que estaba frente a la casa de Invierno Absoluto.

— Sí — dijo Jared — ese sauce, es el mismo

— ¿Y qué significa? — quiso saber Alice

— Básicamente sin él, este mundo no existiría. Es una representación conceptual de mí

— ¿Y por qué un sauce? — Preguntó Alice — ¿por qué no un roble o un arce?

— Tal vez significa que no soy tan fuerte como un roble — contestó el cantante entre broma — Bien, vamos. Sólo estamos de paso por aquí.

Diciendo esto, Jared adelantó un poco sus pasos dejando a Alice un tanto perpleja por la respuesta que le dio, y es que, ¿Qué quiso decir él con eso? Alice siempre había creído que Jared era una persona fuerte, era una de las razones por la cual lo admiraba para comenzar. Siempre alentando a sus fans diciéndoles que jamás debía arrepentirse ni pedir permiso de las cosas que hagan, que sigan sus sueños y todas esas cosas que siempre decía en entrevistas y charlas motivacionales. E incluso en las letras de sus canciones dejaba plasmado aquel concepto, en especial en las canciones de los dos últimos discos. Y por último poniendo como ejemplo su pasado y su trágica infancia y adolescencia ¿Acaso eso no es ser fuerte? Alice no lo entendía, claro que Jared era fuerte, incluso tanto como un roble. ¿Entonces, por que se representaba a sí mismo como un sauce?

Rose, quien apenas se bajó de la barca corrió con prisa hacia el sauce y se perdió entre las lianas dejando a los dos adultos atrás. Pero cuando ambos cruzaron las cortinas de hojas silvestres que el sauce tenía como follaje, vieron a la niña saludando a los habitantes que rodeaban el gran árbol, en especial a la bailarina y la chica del columpio. En ese instante, Alice lo entendió todo. Aquel mundo de fantasía, todas aquellas criaturas, no se trataba sólo de la imaginación de Rose, era producto de un trabajo en conjunto entre Jared y la niña. El árbol no era la representación de la fortaleza o debilidad de Jared, el sauce no era más que la representación de la parte artística y sensible del cantante. Sacando por conclusión que Jared era en realidad, el rey de la creatividad.

Jared saludó a Odette, la bailarina de ballet que Alice reconoció de inmediato como la pequeña bailarina que se movía sobre la caja de música que ella contemplaba en su sueño anterior.

— ¡Wow! — Exclamó con sorpresa la niña al mirar a su madre — ¡Mami, tu vestido es mágico!

El atuendo de Alice había mutado acorde al ambiente. Su vestido era el mismo, pero de un color dorado, su cabello estaba suelto haciendo relucir sus bellos bucles y su cabeza estaba adornada con una corona de hojas marrones, rojizas y doradas. Y Es que aquel detalle no lo había notado nadie hasta en ese momento. El vestido de Alice iba cambiando su tonalidad poco a poco a medida que se iban alejando de Por Siempre Invierno y se aproximaban más a los otros tres pueblos.

— Mira a quien traje de vuelta, Odette — dijo Jared

— Así veo — replicó la bailarina dando sutiles pasos en punta de pie

— ¿Dudabas que no pudiese lograrlo?

— No, pero sí me preocupaba

— Tranquila, yo nunca fallaría en ayudar a mi princesa

— Nuestra princesa —replicó nuevamente Odette — veo que, también has traído a nuestra reina

— ¡Nuestra reina está aquí, nuestra reina está aquí! — exclamó con alegría la chica del columpio sin dejar de balancearse en su hamaca.

La bailarina se le acercó a Alice y le hizo una reverencia. Luego un grupo de hadas otoñales le llevaron en caravana una rosa roja en forma de botón envuelta en una burbuja de cristal, y mientras Alice un tanto confundida recibía el obsequio, miró a Jared y éste le sonrió asintiendo una vez con la cabeza en señal de aprobación.

— Ahora la familia real ya está completa. — Dijo él — Alice, esa rosa es la representación conceptual de ti, nuestra hija nació dentro de esta flor — explicó — Es por eso que no hay nada que represente a Rose, ella es parte de este sueño por sí sola, sin figuras conceptuales.

Alice, recordó haber leído algo sobre el significado de las flores y los árboles en la personalidad de la gente, y al ver a todos esos personajes principales rodeando aquella cabaña, supo lo que quería decir la presencia del sauce, así como la representación de la rosa roja que se refugiaba dentro de la burbuja de cristal.

— El sauce representa tu creatividad... — dijo ella.

— Así es. — Respondió Jared siguiendo el juego. Él estaba fingiendo que ya lo sabía, pues hasta ese momento Jared aun no encontraba el significado de algunas cosas en esos sueños, pero sí de algunas otras como las que descubrió en Por Siempre Invierno al rescatar a Rose de ese lugar.

—...Y la rosa roja es el amor... y además, es tu flor favorita.

— Sí — afirmó Jared sonriendo ante la conclusión de su novia. — Continúa por favor.

— Sí, eso tiene sentido para mi, tú eres la creatividad y yo el amor. Tenías tantas ganas de estar conmigo que te viste a ti mismo de manera metafórica como un árbol y a mí como una rosa roja.

— ¡Eso es! — Dijo Jared con alegría — ¿Que mas? ¡Continúa!

— ¿Pero por qué Rose no tiene una figura representativa en este sueño como nosotros? Ella existe en el mundo real al igual que tú y yo.

— Sí, pero ella es un sueño hecho real. — Respondió Jared, esta vez sabiendo la respuesta por sí solo, como si algo en su interior le dijera la respuesta — Cuando entré a este mundo por primera vez hace ocho años atrás, yo no sabía que Rose también existía en el mundo real — afirmó él sonriendo. Alice hizo lo propio mirándolo a los ojos. — Para mí, sólo se trataba de una niña que existía aquí haciéndome compañía cada vez que me dormía y entraba a este lugar onírico. — Continuó el cantante — Siempre me pregunté por qué de pronto una niñita apareció en mis sueños de manera recurrentes, y casualmente coincidió su llegada cuando tú me dejaste. Creí que me estaba volviendo loco, porque al comienzo me recordaba un poco a ti y no estaba seguro porqué.

— Oh... vaya, en ese tiempo yo estaba embarazada

— Lo sé — dijo Jared — ahora todo cobró sentido para mí. Cuando la vi por primera vez, era una bebita recién nacida. La vi salir desde dentro de esa rosa en Primavera Eterna— dijo señalando la burbuja de cristal— todos estos años la he visto crecer en este mundo hasta su edad actual.

— Esto es muy extraño — dijo Alice — incluso si es un sueño

— Y se pone mejor — añadió Jared poniendo una expresión reflexiva, como si recordara algo que hubiese olvidado —años más tardes, hace unos meses para ser precisos, vi un prado de flores en plena nieve, a un lado del lago habían rosas, tanto blancas como rojas y del otro jazmines azules y blancos— Alzó la mirada — tus favoritas, Alice

— Mi nombre es Rose Jazmín... — dijo la niña interviniendo en la conversación —emm... ¿Leto...? — Jared al verla dudar sobre su nuevo apellido, sonrió y asintió para confirmar su duda —... Leto Scott. — continuó Rose — Y ahora estamos los tres juntos.

— Como una familia — dijo Jared tomando en brazos a la niña mientras ambos se sonreían mutuamente. — Una familia real, real en muchos sentidos.

— Sí — dijo Alice sonriendo entre lágrimas de felicidad. — Así es, por fin los tres juntos.

Tal como Jared anunció, sólo estuvieron en Perpetuo Otoño por muy poco tiempo; pero antes de marcharse, le mostraron la cabaña a Alice, quien quedó tan encantada con aquel refugio rustico, que no quería irse de ahí; no obstante, Jared le prometió que regresarían muy pronto, pero en ese momento quería que se cumpliera cierto itinerario.


Finalmente volvieron a embarcarse en la góndola para dirigirse a su siguiente destino. Luego de un buen rato contemplando las maravillas del otoño, más allá del sauce mientras avanzaban hasta Verano Absoluto, nuevamente la noche se hizo presente y hadas nocturnas del otoño se dejaron ver por todos los alrededores del bosque y el lago. Imagen que Rose jamás olvidaría, pues estos seres les hicieron compañía durante todo el resto del viaje hasta el amanecer cuando por fin llegaron a la zona oeste. Donde Verano Absoluto los esperaba junto al gran sauce de brillantes colores verde, cuajado de flores y mariposas que provenian de las manos de Lady mariposas, y abejas que abandonaban el lampiño cuerpo de Conde Abejas. Jared los saludó a todos, incluso a la chica del columpio y a la bailarina de ballet que ya habían visto en Perpetuo Otoño. Los tímidos Gorra rojas salieron de su escondite, al ver el atrayente brillo dorado que Alice tenía en su cabello y comenzaron a rodearla mientras el mágico vestido que ella llevaba puesto, esta vez se tornaba en un rosado pálido y en su cabello estaba adornado de flores y mariposas que se posaban como una corona en forma de guirnalda.

— ¿Creen que si me meto al lago podré nadar sin ahogarme? — preguntó Rose. Ver a todos esos niños jugueteando con las ninfas y las sirenas, le causaron una gran curiosidad y tenía ganas de ser parte de ello.

— Pues, averigüémoslo — dijo Jared tomando la mano de la niña y de ese modo ambos se unieron a los habitantes acuáticos y a los niños que los acompañaba, entre ellos las versiones infantiles de los hermanos Leto.

Mientras Rose y Jared se divertían en el lago con los niños que jugaban y bailaban con todas esas criaturas mágicas. Alice por su parte prefirió mirar todo, estando sentada sobre el césped mientras apoyaba su espalda en el tronco de un florido árbol.

Después de varios minutos compartiendo con las distintas criaturas, jugando y bailando mientras el flautista de plata entonaba en su dulce y alegre instrumento la canción Do or die. Ambos (padre e hija) se acercaron al lugar donde se encontraba la rubia observándolos con una gran sonrisa.

— Mami, debes venir, el agua del lago está muy agradable y calentita — dijo la niña jalando del brazo de Alice

— No lo dudo, cariño, pero yo prefiero estar aquí.

— Disculpen si interrumpo — dijo una voz muy familiar para todos — busco a una princesa

— ¡Tío Shannon! — chilló alegre la niña

— Hola, princesa — dijo el recién llegado tomando en brazos a Rose

— Hola, Morfy, ya me extrañaba no haberte visto antes — dijo Jared

— Sí, bueno... soy el Dios de los sueños y hay muchas personas soñando en el mundo — explicó — pero he venido a buscar a esta princesita para mostrarle la sorpresa especial que le preparé.

Alice estaba sin habla, se preguntaba cómo era que la niña le decía Tío Shannon a quien ante los ojos de Alice era en realidad su abuela, Rose Mary.

— ¿Puedo ir, mami? — preguntó la niña sacando a Alice de su estupor

— ¿Ah? — preguntó sacudiendo la cabeza

— Te preguntó si la dejas ir con Morfeo a ver qué sorpresa le tiene — terció Jared

— ¿Morfeo? — preguntó aun anonadada la rubia

—Sí, él — dijo el cantante señalando al Dios de los sueños

— ¿Te refieres a mi abuela? ¿Mi abuela es el Dios de los sueños?

— No, mami él es tío Shannon — dijo la niña

— Te lo explico luego — dijo Jared a Alice, enseguida se dirigió a Morfeo y Rose — vayan, aquí los estaremos esperando.

Dicho eso, Morfeo y Rose se alejaron y rápidamente llegaron a un gran castillo que la niña, emocionada reconoció muy bien cuando se pararon frente a su gran puerta.

Mientras tanto, alejados de todo aquel mundo mágico que sólo la niña y Morfeo entendían; Alice y Jared se quedaron a la orilla del lago, como si se tratara de un bello día de campo. Se acostaron sobre el césped para mirar el azul del cielo, la tibia briza del verano les acariciaba el rostro y el resplandeciente sol les obligaban a cerrar los ojos. Alice se puso en posición fetal y Jared se sentó, invitando a Alice a que reposara su cabeza en el regazo de él. Ella así lo hizo permitiendo de ese modo que el cantante comenzara acariciarle el cabello y el rostro.

— ¿Crees que podamos tener otro bebé? — preguntó de pronto Jared. Alice se tensó ligeramente sin responder, enseguida volteó un poco para mirarlo desde su perspectiva mientras él seguía acariciándola

— ¿Tú querrías? — Preguntó Alice —eres un hombre casado con tu trabajo, Jared

— En ese caso, mi trabajo sería mi amante...

— ¡Jared! — exclamó Alice incorporándose un poco en su lugar

— y tú mi esposa, a quien amaría mas

— Sí, arréglalo ahora — espetó Alice en un tono serio y dolido.

— Está bien, creo que lo plantee mal, lo siento — dijo él dándose cuenta de su error— pero piénsalo un poco... lo del bebé. Esta vez, yo sí estaría contigo, como siempre debió ser; no tendrías que huir de mí por miedos ni amenazas ridículas... — hizo una pausa y llevó su mano al vientre de Alice y la acarició con suavidad. Gesto que a ella le hizo recordar su primer sueño. — Esta vez vería tu pancita crecer mes a mes

— No querrías verme gorda, Jared — dijo ella riendo levemente mientras posaba su mano sobre la de Jared en su vientre

— No digas eso. Te seguiré amando aunque estés rellenita. Además, no estarás gorda, estarás embarazada

— ¿De verdad quieres a otro hijo? ¿Y qué hay de Rose? Aún no la has disfrutado como es debido

— Lo hago, créeme, lo hago todo el tiempo — aseguró él — pero esta vez, desearía que las cosas fuese diferente para todos nosotros; poder hacerlo mejor desde el principio.

— ¿Y qué hay de la banda y tu carrera como actor? — quiso saber Alice. Pero Jared no respondió, no quería tener que escoger, pues él lo quería todo sin mayores sacrificios, después de todo, si quería mantener una familia tenía que trabajar en algo, y no renunciaría a nada ni a nadie por tener una vida mejor, si había de quererla, tenía que ser bajo sus propios términos.

Volvieron a Perpetuo Otoño, esta vez el viaje fue más rápido y permanecieron ahí por mucho más tiempo. Incluso Jared y Alice pudieron disfrutar de su momento de intimidad asolas, pues Rose ya no estaba, Jared pensó que de seguro la niña había despertado al mundo real, mientras él y Alice seguían durmiendo y soñando. Soñaban juntos, que se encontraban en la cabaña haciendo el amor. Mientras la bailarina y todos los demás se hallaban afuera, en el mismo sitio de siempre como si Jared y Alice no estuviesen dentro de la cabaña.

Tiempo más tarde, cuando llegaron a Primavera eterna, (incluyendo Rose) los tres se hallaban junto al sauce, Rose jugando con Lady mariposa y Conde abeja, Alice al verla supo de inmediato la razón por la que su hija insistía en ir a campamentos de verano aun sabiendo que era alérgica a las abejas, no obstante, era consciente que las abejas en la vida real, no eran como las de los sueños, pues esas del mundo real sí podían hacerle daño.

Agotados por haber pasado un día tan mágico y emocionante que parecía nunca detenerse, por fin estaba los tres juntos, acostados en una gran cama King size. Jared en una orilla, Rose en medio y Alice en la otra orilla. Ambos padres en posición fetal mientras la niña dormía plácidamente boca arriba. Alice depositó un tierno beso maternal en la mejilla de su hija y luego fijó su somnolienta mirada en Jared quien a su vez también le miraba a ella con sus grandes ojos abiertos de par en par, mientras le sonreía con ternura y le acariciaba el rostro suavemente a su novia.

— Este ha sido un gran día. — Dijo ella en un susurro, mientras continuaba sonriendo — quisiera que siempre fuese así, quisiera no despertar y vivir en este mundo — prosiguió diciendo — ¿Podremos hacerlo? — Quiso saber, esta vez añorando aquello realmente — No despertar al mundo real y seguir siempre aquí, los tres juntos... por siempre y para siempre. — Hizo una pausa y suspiró — pero me temo, que tal vez en algún momento tendré que despertar.

Y mientras Jared la escuchaba hablar, él no dejaba de mirarla con cierta nostalgia en sus ojos sin responder a su pregunta, simplemente la escuchaba, porque el sonido de su voz soñando en voz alta, era lo único que quería escuchar en aquel momento.

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