Capitulo- 8.
2016
El club «The Edison» era tal como lo había dicho Stevie. Se trataba de un club nocturno tranquilo con música en vivo que se especializaban en el Jazz, blus, y las bandas sonoras de las películas más famosas de Hollywood.
Alice y Stevie se dirigieron a las mesas. Escogieron un puesto muy cercano a la barra. El ambiente era tranquilo, la música en vivo era relajante, casi de ambiente, de modo que no tenían que andar a los gritos para llevar una buena conversación
— Qué lindo — dijo Alice mirando el lugar a su alrededor — ¿habías estado aquí antes?— preguntó ella mientras se quitaba la chaqueta deslizándola por los hombros hacia atrás
—No, me lo han recomendado. Aquí es un lugar tranquilo e íntimo— respondió Stevie — pensé que sería buena idea para salir un poco de lo rutinario
— Tienes razón... me gusta — dijo Alice sonriéndole de manera complacida
Jared y Margot se fueron a la barra, y como si aquello fuese planificado de ante manos, se ubicaron justo frente a la pareja de novios, claro que ellos no se daban cuenta de la presencia del cantante y su acompañante, ya sea por la considerable distancia, o porque Alice y Stevie estaban muy concentrados en su conversación.
— ¿Sabes? Hay algo que Rose me dijo, que me tiene muy intrigado— comenzó a decir Stevie mientras se sentaba frente a Alice.
Jared no dejaba de observarlos desde la barra, sin embargo, no podía oír bien la conversación, desde su lugar, sólo podía verlos mover sus labios y hacer ademanes y gestos.
— ¿Qué cosa? — quiso saber Alice
— Me dijo que su padre es una estrella de rock— comentó el músico— eso me hace pensar... ¿Le has hablado de él?
— No exactamente — dijo Alice algo extrañada — la verdad no sé de dónde saca esas ideas, como ya te dije, ella tiene una pequeña obsesión con las bandas de rock y la música en general. Tal vez le gusta imaginar que su padre es un cantante roquero
— Tal vez — dijo Stevie — o tal vez, algún día esa pequeña sea cantante, tan talentosa como lo es su madre— añadió acercando un poco más su rostro a ella en un gesto cariñoso, Alice sonrió y Jared desde la barra no pudo evitar hacer lo mismo de manera inconsciente. La sonrisa de Alice irradiaba y según él era capaz de contagiarla en los momentos más duros de su vida. «Ojala hubiese estado ahí para contagiarme su alegría en el momento que mas la necesitaba» pensó para sí mismo.
—Sí, quizás tengas razón... — respondió Alice — y no lo digo porque sea su madre, realmente Rose es una niña muy, muy talentosa
— Ya veo...—dijo Stevie. Enseguida un breve pero incómodo silencio, se apoderó entre ellos dos, sólo la música y el ruido de ambiente acompañó aquel momento. Alice desvío la mirada hacia la banda en vivo que en aquel instante se encontraba sobre el escenario del local, y Jared por su parte siguió con la mirada hacia donde estaba fijando sus ojos ella.
Sobre el escenario estaba parada frente a un micrófono una mujer, más o menos de la edad de Alice. Y eso le hizo recordar al cantante, la noche en que descubrió que Alice y él sentían algo el uno para el otro.
2006 noche de karaoke.
Era el año 2006, en aquel tiempo Jared y Alice aun no eran novios. Ella era una jovencita de dieciocho años que recién estaba cursando su primer año de universidad. Se había trasladado desde Forks hasta Los Ángeles para entrar a estudiar diseño gráfico, pues además de cantar, ella se manejaba bien en los programas de Adobe y sabía dibujar muy bien a mano. (Muchas veces dibujaba a Jared en su block de dibujo.)
Tenia inventiva, imaginación y era buena editando y creando videos.
Mientras tanto, Thirty Second to mars llevaba un año desde que sacaron al mercado su segundo álbum por lo que estaban yendo y viniendo de un lado a otro con sus giras promocionales y proyectos cinematográficos de la época.
El asunto era claro para Alice, ella quería independencia y emanciparse de sus padres apenas cumplió la mayoría de edad, así que, tras recibir la oferta de su mejor amiga, Camille, de irse a vivir juntas a California; ella decidió aplicar en Los Ángeles City College. Muy pronto ella recibió el sobre de aceptación y de esa manera, los padres de Alice se enteraron de los planes de su hija, quienes al comienzo se negaron, pero gracias a la insistencia de ésta y las palabras de convencimiento de su abuela; y de la mejor amiga de Alice, ellos finalmente aceptaron. Pues su única hija (mujer) estaba creciendo y con dolor debieron dejarla ir.
Alice y Camille eran muy amigas de Emma Ludbrook, ya había pasado mucho tiempo desde que se conocían y sabían también cual era el trabajo de la australiana, incluso antes de dejar Fork, por lo que no era sorpresa para ninguna de las dos ver a los hermanos Leto, a Tomo Milicivik o Matt Wachter (quien aun era parte de la banda en aquel año) rondando a Emma en ocasiones.
Una tarde de viernes, cuando el sol estaba ya ocultándose y la noche se acercaba cada vez más; Alice y Camille salieron del departamento de estudiantes que en aquellos tiempos arrendaban, para dirigirse a Hollywood Hill, lugar de trabajo de Emma y también la residencia donde el famoso Jared Leto vivía.
Cuando el timbre sonó aquella noche, fue el mismísimo cantante el encargado de atender la puerta.
Las chicas se habían enterado de que Mars habían llegado de su gira nacional, lo que significaba que Emma también había regresado a casa y sacando esa conclusión, las chicas decidieron ir por su amiga a la casa de Jared puesto que la australiana pasaba más tiempo en ese lugar, que en su propio hogar.
— ¡Emma, es para ti! — gritó él hacia dentro de la casa cuando vio frente a la puerta a la hermosa rubia de bucles dorados y a la carismática y sexy morena de cabello teñido al estilo californiano
— Lindo look, Camille — comentó Jared dejando pasar a las chicas
— Gracias, puedes copiarme sí quieres hacerlo algún día — respondió ella
— Tal vez lo haga — dijo él riendo por la respuesta de la chica. Él en aquel tiempo llevaba una brillante cabellera negra con las puntas rojas; sus ojos azules, resaltaban con el deliñador a lápiz que se aplicaba en los contornos de estos y sus uñas tenían rastros de esmaltes negro ya desgastado.
— Me encantó From yestarday — dijo Alice al entrar de tras de Camille y pararse frente a Jared — creo que ha sido uno de los mejores vídeos que han hecho hasta ahora
— Gracias — respondió él dedicándole una sonrisa sincera
— ¿Enserio entraron a la ciudad prohibida para realizar el vídeo?
— Sí. Pero que eso no te sorprenda, espera a ver lo que tengo planeado para el siguiente sencillo
— Wow ¿será algo grande? — preguntó Alice con los ojos abiertos de par en par, Jared podía ver la emoción y el entusiasmo reflejado en su rostro cual niña pequeña con gran curiosidad.
— Será colosal — respondió él mientras le guiñaba un ojo de manera simpática.
Emma Ludbrook entró a la estancia desde el pasillo principal de la casa mostrando una gran sonrisa al ver con felicidad a sus dos amigas, las cuales no había visto en meses, puesto que la gira de Mars la obligó a separarse por un buen tiempo de ellas. También estaba el hecho de que el rodaje de From yesterday en China las hizo perder todo contacto con la gente que la vinculaba a una estrecha relación tanto fraternal como familiar.
— ¡Chicas! — chilló la australiana corriendo a abrazar a Alice y a Camille al mismo tiempo
— ¡Hola! — contestaron ellas al unísono mientras respondían a ese gran abrazo.
— Las eché tanto de menos — dijo Emma — me alegra que estén aquí.
Sintiéndose ajeno a la situación, Jared comenzó a caminar hacia la cocina para dejar que las tres amigas tuvieran su reencuentro emotivo de manera privada. Luego, él se acercó al refrigerador y sacó de éste una botella de leche de almendras, caminó hasta la mesada y se sirvió un vaso de aquel líquido blanco que tanto le gustaba. Y, mientras bebía de su brebaje no podía dejar de pensar en aquella rubia de bucles dorados y mirada de asombro constante que a él le parecía tan especial. No entendía lo que le estaba sucediendo, no recordaba sentirse de esa manera desde que su relación con Cameron Díaz había llegado a su fin.
Estaba a punto de salir de la cocina pero cuando abrió la puerta, atropelló a Alice con ésta. Ella se tambaleó un poco y casi cayó de espalda, pero Jared rápidamente la sostuvo de la cintura rodeándola con un sólo brazo
— Lo siento — dijo ella levantando la mirada como si se sintiera culpable de aquel accidente
— Yo...también lo siento — dijo él
— Sí yo igual lo siento — terció Emma de tras de Alice — ¿sería mucho pedir que no bloqueen la entrada por favor?
Camille se retorcía a carcajadas por esa situación, mientras que Jared pudo ver a Alice roja como un tomate. Él la soltó y entró a la cocina nuevamente, mientras que las chicas hicieron lo mismo.
— Jared queremos pedirte prestada a tu asistente por unas horas. — dijo Camille —. Es noche de karaoke en el hotel de mi padre.— explicó — y, queremos divertirnos esta noche deleitando a la gente con nuestras hermosas voces — finalizó, diciendo lo último de manera teatral pestañando coquetamente mientras hacía ademanes y gestos de delicadeza.
— ¿Un karaoke? — Repitió Jared — ¿tú cantarás? —le preguntó a Alice mirándola con curiosidad e interés.
— No.— contestó ella sintiendo como le subían los colores al rostro— es sólo para pasajeros nosotras sólo iremos a mirar— aclaró ella.
— Pues, ya que lo mencionas— respondió Camille — el hotel de mi padre está en Malibú y el karaoke tendrá bar abierto, lo que significa que estaré muy borracha para conducir hasta aquí de vuelta así que reservé mi suite privada para nosotras tres— Alice la fulminó con los ojos. Sabía que Emma tampoco se arriesgaría a conducir si se sentía mareada por el alcohol y ella, Alice; había olvidado su permiso de conducir en Forks.
— Lo has hecho a propósito— le acusó a su amigo señalándola con el índice
— ¿Qué chiste tiene ir a un karaoke y no cantar?— replicó la morena con una sonrisa triunfante
— Buen punto. —comentó Jared con complicidad al tiempo que se recargaba sobre la mesada apoyándose en una mano. Alice desvió la mirada y se cruzó de brazos, parecía una niña caprichosa y aquel gesto a él le estremeció. ¿Qué le estaba pasando? Él no lo entendía, siempre vio a Alice como una chica mas, una conocida cuyo trato con ella era cordial al ser amiga de su asistente personal. Pero en ese momento, no lograba verla de ese modo.
— Vamos, Alice. No seas aburrida, tú eres buena cantante... en cambio yo, ni en la ducha lo logro — rogó Camille juntando sus palmas
— Vamos, será divertido, — dijo Emma — no tienes que subir a cantar, sólo mirarás como Camille y yo hacemos el ridículo ¿sí? Te prometo que nosotras no te obligaremos a cantar. — dijo la australiana alzando una palma mientras que la otra la ponía en su corazón
— Bueno... que se diviertan, chicas — dijo Jared intentando salir de la cocina al sentirse nuevamente ajeno a esa conversación
— ¿Qué? ¿Tú no iras? — preguntó Camille. Jared la miró algo extrañado
— Pues, no... Creí que sólo querían la compañía de mi asistente personal — dijo el cantante
— Además — aclaró Emma — un karaoke es sólo para aficionados... él es un profesional ¿no es así, Jared?
— Así es— respondió él sintiéndose orgulloso por aquel pseudo halago
— ¡Oh, no sean tontos! — Dijo Camille castañeando la lengua — cualquiera puede ir, es viernes y la noche es joven. Están todos invitados.
Jared se lo pensó por un momento mientras miraba a las chicas con un gesto meditativo y enseguida sonrió
— De acuerdo — dijo sin borrar su sonrisa — pero ustedes adelántense, yo las alcanzo enseguida, debo cambiarme de ropa.
— Lo que significa, que no saldríamos nunca de esta casa si nos quedamos a esperarlo — dijo Emma — vayámonos, chicas — añadió — nos vemos, Jared.
El tráfico estaba bastante expedito, por lo que casi no tuvieron problemas a pesar de haber sido viernes por la noche y una hora más tarde Alice y las chicas se encontraban acomodándose frente a una mesa dentro del pub del hotel Reed. Escogieron uno de los lugares más céntrico del lugar, ni muy atrás, ni muy adelante.
Una mesera se les acercó para ofrecerles algo de beber, Emma y Camille hicieron su pedido, el cual era un ron para cada una, pero cuando le tocó el turno a Alice, ésta no parecía prestar mucha atención. Estaba mirando disimuladamente de un lado a otro observando a la gente entrar y salir, intentando no verse muy ansiosa; sin embargo, su actitud era demasiado obvia.
— ¡Hey! — Llamó Emma sacudiéndola un poco desde el hombro— tranquila, él ya va a llegar, de seguro aún está buscando que ponerse
— No se dé que estás hablando — murmuró Alice
— ¿Desea pedir su orden, señorita? — Preguntó la mesera — Alice la miró pretendiendo ignorar la mirada burlesca de Camille y la risa que Emma trataba de reprimir — un mojito — respondió Alice. La mesera se retiró mientras anotaba y Alice fijó sus ojos en el escenario para intentar ignorar a sus amigas
— Eres tan obvia, amiga — dijo Camille
— ¿Qué? ¿De qué hablas? — dijo Alice
— Los halagos — dijo Camille
— Las miradas cómplices — continuó Emma
— La ansiedad en tus ojos al ver si llega o no — comentó Camille como si ella y Emma se turnara para decir cada palabra como si fuese un guión de teatro —tú y Jared tienen algo
— ¡No, por supuesto que no! — respondió Alice a la defensiva
— Pero quisieras que así fuera ¿no? — preguntó Emma mientras apoyaba su codo sobre la mesa y se tocaba la mejilla con la mano sonriéndole a su amiga.
Alice no pudo rebatir, en aquel momento llegó la mesera con los pedidos y los repartió en silencio, solamente se oía la música de fondo. Cuando la chica se fue, se olvidaron de retomar el tema pues las tres amigas se pusieron a beber mientras observaban a los participantes que subían a cantar su tema de karaoke; algunos eran buenos y bastantes afinados, incluso llegaban a sacar ovaciones de pie por parte del público; pero otros como la chica que estaba sobre el escenario en aquel momento cantando las últimas frases de la canción One way or anather de Blondie, sólo estaban ahí para ser blanco de burlas y risas de los presentes borrachos o de los que aún no se le subían las copas a la cabeza. Alice al oírla tenía la impresión de qué alguien le estaba pisando la cola a un gato y cuando pensó que no podía ser peor, el animador del evento llamó a Camille al escenario. Entonces Alice supo que si podía haber algo peor que alguien cuya voz sonara como un gato adolorido por un pisotón, su amiga entonando de manera terrible la canción The Kill.
En aquel momento Alice deseó que Jared no apareciera en realidad y rogaba en sus fueros internos que no pudiera asistir a ese karaoke, de lo contrario, tendría que rogarle a la tierra que se la tragara por completo.
— Wow, eso sí que es matar una canción— dijo una voz masculina en un tono aterciopelada pero divertida, característica de él a espaldas de las chicas. Alice y Emma voltearon lentamente al reconocer quien era y ambas chicas se quedaron mirando a los dos Leto con los ojos abierto de par en par. Jared llevaba un atuendo casual que hacía que Alice se derritiera. Tenía puesto una camisa blanca desabotonada en el cuello, un bolero negro, unos jeans gris y una pañoleta roja con negro al rededor de su cuello
— Vaya que sí— dijo Shannon — oye, hermano deberías demandarla por daños y prejuicios; y además, derechos al autor
— Está borracha — mintió Alice rápidamente, sonaba como si estuviera justificando a su amiga; sin embargo, ella conocía muy bien a Camille y sabía muy bien que no se embriagaría con una sola copa de ron, menos con un par de sorbos
—Ah, pues... entonces la perdono — dijo Jared sonriendo mientras colocaba una silla junto a Alice para sentarse a su lado — ¿enserio no vas a cantar?
— No — dijo ella — no me inscribí
— Es una lástima, de verdad me hubiese gustado escucharte, tu voz de por sí ya es hermosa al hablar — Alice sintió algo de calor y sus mejillas se sonrojaron
— ¡Un aplauso para Camille Reed, damas y caballeros! — Dijo el animador cuando la morena terminó de cantar — hija y heredera del señor Reed; quien por cierto, si no lo saben es el dueño de este hotel — al decir esto, todos los presente aplaudieron obligatoriamente — bien— continuó el animador aclarando su garganta — ¡A continuación, se presenta en este escenario Alice Scott!
— ¿Qué? —pregunto Alice sin poder creérselo
— Creí que no... — comenzó a decir Jared
— ¡No lo hice! — le cortó ella
— ¡Okey! — dijo él levantando sus palmas levemente mientras abría sus grandes ojos de par en par
— ¡Alice Scott, te estamos esperando! — dijo el animador buscando entre el público
— ¡Aquí está! — dijo Camille señalándola con el dedo cuando ella volvió a su puesto. Enseguida saludó a los chicos — ¡Jared, Matt, Tomo!— Dijo alegre — Shannon — añadió cortante
— ¿Qué tal, princesa? — contestó el baterista, pero no de modo halagador, era más bien de manera irónica, pues él creía que Camille se comportaba como el estereotipo de las típicas herederas de grandes empresas cuya personalidad era digna de una diva.
Un único foco de luz alumbró en dirección a Alice cuando Camille la señaló con el dedo, la rubia se tuvo que cubrir su rostro para no encandilarse con la brillante luz y desvió la mirada
— Debe ser un error, yo no me inscribí — insistía Alice poniéndose de pie hablando fuerte y claro
— ¡Tu nombre está en la lista, Alice Scott!— dijo el animador desde el escenario— ¡al parecer es algo tímida, damas y caballeros! ¿qué tal si le damos algo de ánimo para que venga aquí arriba?— el público comenzó a aplaudir mientras aclamaba su nombre y con sorpresa a Alice descubrió que se unieron a ellos sus dos amigas, y los chicos de la banda
— Me prometiste qué no me obligarías— murmuró entre dientes Alice a su amiga Camille
— Error, esa fue Emma, en cambio yo... yo no te prometí nada— dijo la aludida
— ¿Por qué me haces esto? — replicó ella murmurando
— Es tu público quién te aclama. No deberías ser egoísta con tu talento, sí lo tienes muéstralo— respondió su amiga
— Estoy de acuerdo con ella — dijo Jared, aunque él no sabía que ella cantaba, ni siquiera la había oído cantar alguna vez; pero esta noche, él quería averiguarlo.
Alice miró a su alrededor; la gente aplaudía. Camille le ofrecía una mirada desafiante y Jared les sonrío al tiempo qué le guiñaba un ojo para infundirle ánimo. Entonces a ella no le quedó más remedio que dar un suspiro de resignación y caminar hacia el escenario; por un momento, el trayecto hacía allá se le antojó algo largo y lento, como si caminara hacia su sentencia de muerte o algo por el estilo.
Cuando llegó al escenario, el animador le sonrió y ella se puso frente al micrófono, el animador lo ajustó a su altura y se marchó. Alice miró a la gente, ésta le devolvía una mirada expectante. Aquellos fueron los segundos mas largo de su vida, ni siquiera sabía que iba a cantar hasta que muy pronto, comenzó a sonar la melodía de la canción "Eternal Flame" de The Bangles. Alice suspiró aliviada cerrando los ojos, ella conocía muy bien esa canción a pesar de que no se le quitaban los nervios.
«Close your eyes, give me your hand, darlin'
Do you feel my heart beating
Do you understand»
— Es buena — dijo Emma sin creérselo cuando Alice comenzó a cantar
— Sí— afirmó con orgullo Camille mientras sonreía
«Do you feel the same
Am I only dreaming
Is this burning an eternal flame
I believe it's meant to be, darlin'»
Alice decidió no mirar a nadie, simplemente se concentró en un punto fijo, ni siquiera miró la pantalla donde figuraba la letra de la canción. Entonces, sus ojos se encontraron con los de Jared, quien la miraba anonadado al oír su voz; era hermosa, según él; y aquello le cautivo. Por su parte, Alice continuó la canción sin apartar la vista de esos dos enormes ojos azules y muy pronto comenzó a relajarse. La canción fluía como agua de manantial. Por un momento Jared tuvo la leve impresión de que ella le estaba cantando directamente a él
«I watch you when you are sleeping
You belong with me
Do you feel the same
Am I only dreaming»
— Wow, Jared ¿ estás ahí? — preguntó Shannon pasando su mano frente a la cara de su hermano, pero éste no respondía simplemente se negaba a perder el contacto visual que tenía con Alice en aquel momento.
«Or is this burning an eternal flam
Say my name
Sun shines through the rain
A whole life so lonely
And then come and ease the pain
I don't want to lose this feeling, oh...»
La canción terminó con un perfecto final y Alice recibió una gran ovación por parte del público, algunos aplaudían de pie, otros silbaba y pendían otra. Alice volvió en sí y se marchó del escenario rápidamente como si hubiese estado huyendo.
— ¿Qué te pareció, Jared? — preguntó Camille mirando en su dirección — ¿donde se fue? — quiso saber, pues para su sorpresa, y sorpresa de los demás, Jared ya no estaba. Todos comenzaron a buscarlo con la mirada, pero él se había escabullido entre la gente para alcanzar a Alice justo en el momento en que ella bajaba la escalera del escenario.
— ¿Jared? — lo llamó ella al verlo parado al final del último escalón. Él sonriendo le tendió su mano como todo un caballero para ayudarle a bajar los últimos peldaños, y ella devolviéndole la sonrisa aceptó. En ese pequeño trayecto, ambos se sostenían la mirada hasta que al llegar al final él aprovechó aquel poco espacio para tomarla por la cintura y pegarla ligeramente a su cuerpo sin dejar de mirarla a los ojos
— ¿Qué haces? — susurró Alice un tanto sorprendida, pues no se esperaba algo así. Jared le estaba coqueteando, lo había notado desde antes que se fuera a la gira meses atrás, pero hasta esa noche, aquello se estaba haciendo aún más notorio y Alice no estaba segura como responder a eso, pues era sabido que él siempre coqueteaba con las chicas les gustara o no.
— Yo, pues... admirándote cada vez mas — dijo Jared con la voz queda, sin despegar su mirada de los sorpresivos ojos de Alice.
— ¿Por qué a mí? — preguntó ella. Jared bajó su mirada a los labios de ella
— ¿Y por qué no? — replicó él mientras acortaba la distancia hasta que los labios de ambos hicieron contacto de manera perfecta, suave ... encajándose uno al otro como si ambos fuesen piezas de un rompecabezas que poco a poco se iba armando.
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