Tras acabar la reunión con los fans esa tarde, Jared le pidió a Sheila que fuese a buscar a Alice

— Te espera en el camerino —le dijo de manera discreta a la rubia mientras todos al rededor se ponían de pie y se dispersaban por las instalaciones del campamento

— Ve, yo cuido a las niñas — dijo Camille

— ¡Queremos helado! — dijeron al unisonó las niñas

— No antes de almorzar — dijo Alice de manera imperativa

— ¡No, mami! — se quejó Rose.

— Ya dije — dijo Alice con firmeza.

— Ok, Ok, no te preocupes, ve, ve. Las llevaré almorzar y luego del postre a la piscina— terció Camille

— De acuerdo, no olviden el bloqueador solar y que no se metan al agua antes de media hora después del almuerzo — dijo Alice

— No, tranquila, ve, ve no lo hagas esperar — urgió Camille.

— Ok, Ok —aceptó la rubia tras seguirle los pasos a Sheila.

Jared, Shannon y Tomo se encontraban en una casa rodante que ellos utilizaban como camarín improvisado. Sheila guió a Alice hasta ahí y luego se marchó.

— ¿Hola? — llamó ella con timidez mientras subía las escaleras que daban al interior del vehículo. Enseguida se adentró aún más y vio que los tres músicos se encontraban sentados sobre un sofá bebiendo agua, charlando un poco o jugueteando con sus instrumentos musicales, tal como Shannon quien tenía sus baquetas en mano y las golpeaba contra una mesa de centro de manera rítmica mientras mantenía sus ojos cerrados.

Cuando se percataron de la presencia de Alice, Tomo se puso de pie y corrió a abrazarla como si fuesen viejos amigos que no se veían en mucho tiempo.

— ¡Hola, Alice! — saludó alegremente el guitarrista mientras aún la tenía abrazada y se movían de un lado a otro con cierta rapidez. Alice creyó por un momento que se marearía

— Hola, Tomo, me alegra verte —contestó riendo ella por aquel recibimiento inesperadamente efusivo — enseguida cambió su tono de voz y poniéndose algo más seria preguntó de manera más compasiva: — ¿Como estas? — Ella sabía por lo que Tomo estaba pasando estos últimos tiempos. — ¿Te has sentido mejor?

— Ah, sí... sí... bueno al menos eso intento pero perder a un ser amado es algo muy duro en especial sí era tu hermano, no obstante la vida continúa ¿no?

— Claro, eso es importante, seguir adelante — dijo Alice

— Permiso— interrumpió Shannon dejando sus baquetas a un lado para luego ponerse de pie — yo voy a preparar mi siguiente actividad — pasó a un lado de Alice sin despedirse y salió de la casa rodante. Ella se lo quedó mirando por un momento mientras él se iba, y se preguntó qué problema tenía. Pues si bien tenían algunos que otros roces y discrepaban en muchas opiniones y forma de pensar, tampoco era que se odiaran a muerte; su relación era más bien cordial.

— Bueno, yo también tengo cosas que hacer — dijo Tomo. Enseguida volvió abrazar a Alice de manera animosa y tras besar su mejilla abandonó el lugar quedando sólo Alice y Jared, quien se mantuvo callado durante todo ese tiempo desde que Alice entró al vehículo.

— Wow — susurró ella mientras observaba al pelinegro salir hasta que desapareció completamente por la puerta

— Si, lo sé — dijo Jared hablando de pronto por primera vez. Eso hizo que Alice se sobresaltara un poco — ha tenido una gran fortaleza a pesar de todo lo que vivió estos meses

— ¿Todo? — Repitió Alice — ¿Es que hay algo más?

— Murió su suegro y luego su hermano menor. Le ofrecí tomarse estos días, pero ya lo ves él está aquí como si nada, tan alegre como siempre, sé que aun sufre pero no lo demuestra, al menos no siempre

— Quizás, quiere mantenerse ocupado — observó Alice

— Es probable — comentó Jared tomando su guitarra para tocar algunos acordes de manera improvisada

— Me mandaste a llamar — dijo Alice cambiando de tema

— Si — dijo él aun tocando la guitarra libre y relajadamente

— ¿Y? — preguntó extrañada ella

— ¿Y qué? — replicó Jared

— ¿Que quieres? ¿Por qué pediste que me trajeran hasta aquí? — quiso saber ella con una mezcla de curiosidad e impaciencia, impaciencia que le surgía cuando Jared se comportaba exageradamente misterioso.

—No sabía que tenía que tener un motivo especial — dijo él — sólo quería verte

— Nos vimos hace un rato — dijo ella mostrando una sonrisa incrédula

— Pero no estábamos asolas— comentó él sonriendo pícaramente el cantante. Alice se cruzó de brazos y suspiró mientras ponía los ojos en blanco — tranquila, bromeo... en parte. — Añadió al ver la cara de la chica — En realidad quería verte porque creo que es importante que planeemos como decirle a Rose la verdad, si vamos a decírselo, no podemos hacerlo así como así, debemos tener un plan

— ¿Y qué sugieres? — quiso saber Alice

— No lo sé, tú la conoces mejor que yo — respondió Jared

— Podrías invitarla al escenario en el concierto de clausura — sugirió Alice

— Hm, no lo sé, tú sabes que no me gusta exponer tanto mi privacidad

— Sólo para que la veas más de cerca— replicó ella —además a Rose le gustaría que la invites al escenario, como lo has hecho con otros niños. No tienes que decir que eres su padre delante de todo el mundo, sólo hablarle como a cualquier otro niño que subes al escenario. — Alice miró hacia él y sonrió. Jared al verla se sintió morir, no había visto esa sonrisa desde hacía muchos años. Era una sonrisa picara, con intenciones ocultas y era la sonrisa favorita del cantante. — Y luego hablaremos con ella en privado— continuó ella explicando su plan como si se tratase de una travesura — será como un modo de tantear el terreno.

— Sí, me gusta la idea — dijo él sonriendo al terminar de oír lo que ella le planteaba.

Jared se quedó callado por un instante para pensar un poco en la propuesta de Alice. Lo cierto era, que él creía que no era una mala idea, mientras más cerca de la niña estuviese, sería mejor. Ya tenía ganas de conocer su rostro, de ver sí se trataba de la misma niña que salía en sus sueños y decirle princesa, como en sus sueños.

De pronto, sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de unos fuertes pasos; Alice y Jared vieron como poco a poco la figura de Stevie iba apareciendo en cada peldaño que subía, hasta llegar a plantar ambos pies sobre el suelo de la casa rodante. En silencio los miró a ambos con cierta seriedad. Alice pudo ver en sus ojos lo dolido y traicionado que se sentía y su corazón se encogió como esponja de baño siendo apretujada.

— Los dejaré solos — anunció Jared poniéndose de pie.

— Jared, espera— intentó detenerlo Alice tomándolo del brazo cuando él pasó justo a su lado

— No hay más tiempo, Alice — dijo él — ahora es cuando — y tras decir eso, se marchó

El silencio que se formó tras la salida del cantante era tan denso y gélido, que Alice estaba segura de que se podía palpar. Ni ella ni Stevie se atrevían hablar primero, eran como un par de niños nerviosos incapaces de mirarse a los ojos desviando sus miradas a las puntas de sus zapatos o a la ventana que se hallaba cerca de la puerta del vehículo/camarín.

Tras varios minutos de un incomodo y mudo momento en el que Alice pensaba cuanto odiaba a Jared por obligarla a enfrentar a Stevie en ese instante; finalmente ella se rindió. Simplemente no podía, ni quería lidiar con esa situación, no estaba lista. Tras soltar un suspiro de resignación se dispuso a marcharse, pero un fuerte apretón en su ante brazo la detuvo. Alice levantó la mirada y por primera vez en todo ese rato, se vio obligada a mirar a Stevie a los ojos nuevamente

— Alice... — comenzó él con la voz temblorosa — nosotros... quiero decir... ¿ya no hay mas "nosotros"?— preguntó él

— No, Stevie— dijo ella. Apenas le salía la voz y sentía un nudo en la garganta que le dificultaba tragar — Ya no hay más nosotros. No me puedo seguir engañando, esto no es justo para ti ni para mí. Lo siento, pero ya no podemos seguir juntos... — hizo una pausa — además, lo nuestro se ha estado enfriando desde hace un buen tiempo.

— Sí, Lo sé— dijo él cerrando los ojos y bajando la mirada mientras soltaba un fuerte suspiro— Tarde o temprano esto pasaría, y en parte, debo admitir que es mi culpa

— No, no digas eso — suplicó Alice

— Si, lo es. Desde que me enteré que Rose es hija de Jared, las cosas cambiaron.

— De verdad lo siento— dijo ella— pero temí que sí te lo decía desde un principio tú pensarías que me acerqué a ti por Jared... además, quería olvidarme de él... pero...

— No pudiste — afirmó Stevie. Alice negó con la cabeza en silencio — No te preocupes, estaremos bien. Lo importante es, que recuperaste a tu familia y tu felicidad y la de Rose es lo que a mí personalmente me importa.

— ¿Stevie, como puedes ser tan comprensivo? Nunca me juzgaste y me aceptaste con mi fallas y todo

— Sería un cretino si no — respondió él con una leve sonrisa.

— Gracias — respondió ella — por haber sido el novio más comprensivo y por no haberme prejuzgado por mis decisiones o por el simple hecho de ser madre soltera

—Ya te lo dije, habría sido un tonto sí hubiese actuado de otra manera — dijo él regalándole otra pequeña y triste sonrisa... ¿Alice?

— ¿Si? — replicó ella

— ¿Te puedo dar un último abrazo?

Ella sin dar respuesta verbal, rodeo con sus brazos a Stevie desde el cuello y así se quedaron por un buen rato dándose a la idea de que ya no serían novios nunca más, conformándose así con una simple y estrecha amistad. Y es que teniéndola entre sus brazos, Stevie comprendió que Alice nunca le perteneció en realidad pues ella sólo era de un solo hombre en su vida; y cualquier relación romántica que haya tenido después ( Stevie incluyéndose) sólo eran intentos desesperados de querer olvidar a quien siempre amó y amará.

Una de las noches más emocionante había llegado a su final para las dos pequeñitas de siete años; sin embargo, para el resto esa noche aún comenzaba. Así que, luego de que el concierto de apertura hubiese terminado. Alice y Camille se aseguraron de dejar a Rose y a Morgan bien arropadas sobre sus camas, no sin antes batallar con ellas.

— ¿Por qué no podemos ir a la caminata nocturna? — preguntó un tanto triste Rose, lo que más le emocionaba del campamento, era poder explorar el bosque y mas sí era de noche. Sufrió una gran decepción cuando Alice le informó que debían ir a la cama apenas terminara el concierto.

— Porque es tarde, es de noche y hace mucho frío — contestó la madre por enésima vez tras escuchar una vez más la misma pregunta

— Nos podemos abrigar, por favor— suplicó la hija poniendo sus dos manos juntas. Ella y su amiga Morgan ya estaban con piyamas puestas y se encontraban en la cama tapadas hasta el pecho pues ambas niñas estaban sentadas sobre el colchón.

— No, Rose. Además, la caminata nocturna es por el bosque, el grupo es demasiado grande y nosotras no podríamos encontrarlas entre tanta gente en un lugar tan grande y oscuro sí se separan

— Pero prometemos que no nos separaremos — dijo Morgan

— Miren — intervino Camille — hagamos un trato, ustedes dejan de insistir en esto y mañana iremos al concierto de clausura y a la fogata

— ¡Sí! — respondieron al unisonó las dos niñas.

— Bien, ahora a dormir — añadió Alice casi como si se tratase de un sargento ordenándole a sus subordinados

— ¿Podemos leer un rato antes de dormir? — preguntó Rose

— Vamos, déjalas que se desvelen un rato, es un campamento de verano, Alice, no un voluntariado en Afganistán. — le dijo Camille al ver la cara de seriedad a la rubia — Además están de vacaciones

Alice derrotada y con resignación suspiró, viéndose de ese modo, a asentir con la cabeza para demostrar su no muy convencida aceptación — Está bien— contestó la rubia en un murmuro de derrota al verse desautorizada frente a su hija y su mejor amiga.

— ¡Bien! — volvieron a decir las niñas

— Pero sólo un cuento, Rose, hablo enserio, cuando volvamos ya las quiero ver dormidas.

— Lo prometemos de verdad, mami — respondió la niña.

— Ok, díganme que libro quieren — pidió Camille

— El que me prestó tío Shannon — dijo Rose— está en la mochila

Camille se acercó a la pequeña mochila roja y dorada de Rose y extrajo de ella Los cuentos de Beedle el bardo que Shannon había tomado prestado desde hace varios meses del cuarto de Jared. Luego de entregarle el libro a la niña, todas se dieron un beso de buenas noches y enseguida las dos amigas adultas se dirigieron a la gran caminata que la banda ofrecería esa noche para los campistas.

Temblorosa, pálida y con la fuerza suficiente para abrazar A su enlodada y húmeda lechuza de peluche. Morfeo estaba a su lado pero Rose no parecía notarlo. Como si de pronto el dios de los sueños fuese invisible.

La mirada de la niña estaba absolutamente perdida y fija en las lianas del sauce. El enmascarado ya no aparecía, pero este logró su objetivo, pues Rose ya no se sentía tranquila ahí sentada en una esquina, arrimada contra un tronco caído, hecha un ovillo sobre la gélida nieve que no dejaba de caer.

Tenía el aspecto de una esquizofrénica asustada, como un gato callejero que ha sido abandonado desde cachorrito, Morfeo la observaba desde otra esquina Pero él ya nada podía hacer; Rose estaba perdida mentalmente, en lo más profundo de sus temores, llorando, y sin parar de repetir en un suave sollozo cual mantra, que en lugar de tranquilizarla la alteraba cada vez más, ella decía:

— Vienen por mí, vienen por mí, vienen por mí

Continuaba repitiéndose una y otra vez esas palabras, ignorando absolutamente que frente a ella, dos figuras humanas le hicieron sombras de manera amenazantes. El conejo y el pájaro, quienes las observaron muy de cerca y tras intercambiar miradas silenciosas, la tomaron ambos cada uno de un brazo para luego arrástrala hasta afuera del sauce tomando a la pequeña una vez mas de rehén a vista y paciencia de Morfeo, él no pudo detenerlos, mas lo único que podía hacer era observar cómo se llevaban a la pequeña niña, ésta última chillaba suplicando como una poseída, que le ayudaran, que la salvaran mientras intentaba en vano forcejear.

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Nota de la escritora: Capitulo corto, lo se, sabe a poco. Pero les aseguro que valdrá la pena esperar, pues este capitulo se acerca cada vez al final. No digo que éste sea el penúltimo, no... sólo digo que se acerca cada vez mas al final, pues ya estamos en la recta ... final ( valga la redundancia) 

Hasta pronto , las quiero, bye ^^