Capitulo 3.
Sábado 28 de mayo del 2016
Y ahí estaba él. Observando la ropa en la sección de hombres. Su atuendo casual, hizo que su ex se derritiera. Llevaba una camisa de color negro desabotonada en el cuello, con las mangas dobladas hasta los codos, un Jeans negro y zapatos deportivos. Su castaño cabello engominado estaba peinado hacia atrás y usaba una barba descuidada, que lo hacía ver bastante atractivo. Jared aún no se percataba de la presencia de Alice. Ella entre tanto, rogaba porque él no la viera, ni la reconociera, y no sabía que hacer. Nerviosa movía la cabeza de un lado a otro buscando algún escondite, hasta que su mente volvió en sí,reaccionando de manera rápida.
— Camille, abre. — urgió la rubia tratando de no gritar, mientras golpeaba con bastante fuerza la puerta del probador donde se hallaba su amiga poniéndose su zapatos, luego de haberse colocado la ropa, con la que andaba ante de probarse el vestido que escogió para su cita.
— Un momento— respondió Camille — Aún no termino.
— ¡Rápido, déjame entrar! — insistió Alice en un tono asustado.
— ¿Pero por qué? ¿Qué pasa?— dijo Camille abriendo la puerta — ¡Oh mira es Jared!— exclamó la morena alzando un poco la voz, al ver al artista por sobre los hombros de Alice.
— ¡Shh! Cállate— le espetó ella a su amiga mientras la empujaba de vuelta al probador cerrando la puerta detrás de sí.
— ¡Pero, Alice! — le reprochó Camille.
— Silencio, te puede oír.
— De seguro ni siquiera nos vio — dijo entre susurros Camille.
— ¿De seguro no nos vio? — reprochó Alice entre diente un tanto irritada — Por poco gritas su nombre.
— Sí, pero no nos vio, así que tranquilízate — respondió Camille en el mismo tono frunciéndole el ceño a Alice. Enseguida se dirigió a la puerta pero cuando la abrió para salir, la morena no alcanzó a poner un pie fuera del probador cuando Jared, quien al oír su nombre se acercó a ese lugar con mucha curiosidad. Estaba a escasos metros del probador esperando a ver quien estaba ahí adentro, pues algo le decía que se trataba de un conocido.
— ¡Camille, hola! — saludó él con una gran sonrisa al verla salir.
— ¡Jared! — Respondió ella con la voz chillona — ¡Pero que sorpresa verte por aquí!
Dentro del probador, Alice volvió paralizarse, ni siquiera se atrevía a respirar,por miedo a delatar su presencia. Afortunadamente cuando Camille salió, ésta cerró la puerta del cubículo casi de inmediato, por lo tanto Jared, no logró darse cuenta que la carismática morena estaba con compañía dentro de éste.
— Sí, también es una sorpresa para mí verte — dijo Jared sonriendo — ¿Viniste sola? — preguntó de manera directa pero queriendo sonar casual.
— ¡Sí! — Chilló nerviosa Camille — Necesitaba con urgencia ropa nueva, no sé si sabes que tu hermano y yo hemos estado saliendo.
— Algo así supe — respondió mostrando poco interés en el tema — Y... ¿has visto a Alice...? — Preguntó algo nervioso — digo, eres su mejor amiga... supongo que la ves seguido.
— Claro, sí... no tan seguido porque ella trabaja en el hotel de mi padre... ya sabes, como cantante, mientras que yo estoy en el área de administración del mismo — se le escapó decir — Pero en nuestro tiempo libres la veo.
— Así que... ¿trabaja en el lujoso hotel Reed? — preguntó Jared en un tono meditativo.
— ¿Ah?.
— Es lo que acabas de decir— respondió Jared — es en Malibú ¿no?
— Eh... — Camille se congeló, por dentro se regañaba así misma por ser tan boquifloja.
— Sólo era curiosidad — dijo él sonriendo levemente. Enseguida, miró su reloj. — Bueno, me tengo que ir, el deber llama.
— Ok... — dijo ella, aún en shock. Jared se le acercó, besó su mejilla y volteó para irse
— Dale mis saludos cuando salga de su escondite — añadió él, mientras se alejaba dando la espalda a la chica. Al oír eso, Camille abrió los ojos de par en par y no supo que responder.
Por su parte, Alice estaba dentro del vestidor hiperventilando, Jared sabía que estaba ahí y ella lo notó de inmediato por la forma en que preguntaba las cosas, conociéndolo, supo que tarde o temprano él iría por ella y bien sabia Alice que no podría ocultarse para siempre.
2008
Thirty Seconds To Mars estuvo nominado a los premios MTV latino América. Por lo que debieron viajar a México. Ellos estaban felices, pues la banda había ganado el premio a mejor artista de Rock. No obstante, su felicidad se vio truncada cuando EMI atacó de nuevo. A la mañana siguiente de los premios, aún estando en México, Jared, Tomo y Shannon se enteraron, que la discográfica, les envió ciertos documentos solicitando distinto tipo de información como, Email, demos de canciones incluso ideas y letras de éstas, escritas antes del 4 de julio del año 2008. El documento decía también, que los demandantes podían meterse en sus computadoras, discos duros o celulares. Todo para obtener información que les ayudase a ganar el caso.
Así que, volvieron a Los Angeles, felices al llevarse un premios a casa esa noche, pero preocupados al darse cuenta que la discográfica haría de todo para ganar sin importarles en absoluto si Thirty Second To Mars tuviesen éxito en su carrera o no, el asunto era ganarles a la banda, sin embargo, los chicos no estaban dispuestos a cumplir dicha petición.
Sea cual sea los obstáculos, él seguiría luchando por lo que era justo ante sus fans, ante Shannon, Tomo y todo el equipo Mars, e incluso ante su querida madre si fuese necesario. Pero ante la solitaria intimidad, aquello daba lo mismo, Jared una vez más, se entregó a los recuerdos y añoranzas que sólo se permitía sufrir durante la noche.
Tiró la maleta sobre su cama sin ninguna ganas de desempacar. Entonces, sólo salió de su habitación y se dirigió a la sala del piano, no para tocar algún tema en específico. Se sentó sobre el banquillo y simplemente apoyó su cabeza sobre el piano y muy pronto comenzó a teclear con un dedo notas al azar. Shannon escuchó aquel sonido desde la cocina, tenía ganas de hacerse una taza de café y al oír el piano, se dirigió a la sala con la taza en mano.
— Que días de locos ¿no? — comentó Leto mayor asomándose por la puerta. Jared al comienzo no dijo nada, continúa presionando tecla al azar hasta que se enderezó mientras suspiraba y volteo a ver a su hermano.
— Así es— respondió Jared— Me parece que no tiene fin.
— Lo solucionaremos— dijo Shannon animando a su hermano menor
— Sí, eso espero — respondió Jared un tanto ido.
— ¿Estás bien? — quiso saber un tanto preocupado el mayor.
— Sí, es sólo que... sí, estoy bien — dijo Jared. Él estuvo a punto de decirle a Shannon lo que ha estado soñando, incluso estuvo a un segundo de decirle que no podía ni quería superar a Alice; pero no quería añadirle más preocupaciones a la vida de su hermano, para Shannon como para todo el resto del equipo, era suficiente tener que lidiar con una demanda de treinta millones de dólares, como para el cómo de males, tener que soportar los problemas de corazones rotos por parte de su líder. Jared estaba consciente de eso y por eso mismo decidió acallar su alma y su mente, sí tenía que desahogarse, no sería con la gente que lo rodeara, mucho menos con Shannon. Por otra parte, pensó que podría platicar del tema con su amigo Terry Richarson, aunque, claro si tuviese planes de ir a Nueva York, pero mientras no estuviesen claras las cosas con EMI, no habría otro motivo para ir hasta allá.
— Estoy cansado. Eso es todo. — finalizó poniéndose de pie para salir de la habitación e ir a su dormitorio —Buenas noches — murmuró mientras cruzaba la puerta dejando a su hermano ahí solo parado en medio de la sala confundido y preocupado, pues él sabía que Jared podría estar ocultando algo.
Habían pasado un par de meses desde sus primeros sueños, y cada noche se agregaban a éste nuevo personajes, algunos más llamativos que otros, como por ejemplo,« Los Gorras Rojas», criaturas que a simple vista, eran hongos de tallo blanco y sombrerillo rojos , pero cuando alguien se les acercaba o le tapaban la luz del sol haciéndoles sombra, éstas criaturas se transformaban en pequeños duendecillos que se movían con rapidez buscando el brillo del sol o cualquier objeto que destellasen, pues, a Los Gorra Rojas, le atraían las cosas brillante y odiaban la oscuridad. Cuando se transformaban, el tallo era el cuerpo, siendo su vestimenta de un color blanco tal como lo era el tallo y el sombrerillo pasaba a ser, justamente eso, un sombrero rojo que adornaban sus pequeñas cabezas.
Otro personaje que le atraía a Jared, era « Lady Mariposas»; una joven cuyo maquillaje era un poco parecido al de la chica del columpio y la bailarina de ballet. Era delgada, cual modelo de pasarela, su piel completa era de un tono blanco mortífero, lo que hacía creer que lo que llevaba en su rostro, no sólo era base blanca para maquillaje, era su tonalidad natural. Mejillas sonrosadas de un tono pálido, labios rosados, sombra de ojos color lila y cejas un poco depiladas, cosa que sólo tenía vellos en las zonas centrales de su ceño. Su cabellera era una melena rosa de corte francés, Jared no estaba seguro sí lo que ella llevaba era una peluca o se trataba de su cabello natural. Él prefirió pensar que era natural, ya que en ese mundo, no sería extraño para el cantante. Su vestido era negro de tela sedosa, sin mangas, en su lugar tenía dos tiras gruesas que se amarraba por encima de su cuello, era muy poco lo que cubría, dejando a la vista, sus brazos completamente desnudos, su espalda, parte de sus costilla y un poco de sus pechos por los costados.
Pero lo que más le caracterizaba era la razón de su nombre: "Lady Mariposas", pues sí, ella estaba rodeada de mariposas monarcas naranjas y azules y otras variedades de distintos tamaños y colores, éstas se posaban sobre la chica como si fuese una flor, y sin duda era de los personajes que Jared no borraría de su memoria ni aunque estuviese despierto.También estaba, « el Conde abejas». Otro personaje que Jared, sin duda pensó que era muy interesante: era un hombre calvo de complexión ancha, tan blanco como todos los demás seres allí, no llevaba camiseta, y sólo vestía con pantalones negros de tela de algodón. Su nombre se le atribuía al hecho de que las abejas se posaban en su cuerpo como sí éste estuviese cubierto de miel o fuese el panal mismo.
La rosa estaba cada vez más abierta, sus pétalos se extendían como abanicos y expelían un aroma realmente embriagante. Las hadas y mariposa que la custodiaban abrieron camino y de pronto, la burbuja de cristal que la cubría desapareció lentamente con destellos de luces que poco a poco se iban apagando, los Gorra Rojas corriendo se aglomeraron en ese lugar y se pararon bajo el tallo saltando y bailando mientras intentaban atrapar los destellos entre sus manos. La chica del columpio bajó la velocidad de su balanceo paulatinamente hasta detenerse fijando su mirada en la flor.
— ¿Qué sucede? — preguntó Jared parado junto al Conde Abejas una noche cualquiera del mes de octubre. Habían pasado tres meces desde que comenzó a soñar con aquel mundo onírico.— El momento que hemos estado esperando... es ahora. — dijo Lady Mariposas.— Nuestra princesa ya está aquí — dijo alegre la chica del columpio.— ¿Princesa? — repitió Jared con curiosidad.— La princesa es hija de nuestro rey. — Dijo el Conde abejas señalando el sauce —, y de nuestra reina. — Señaló la rosa con un ademán solemne. Esa fue la primera vez que Jared lo escuchó hablar, después de tanto tiempo de haberlo visto en sueños anteriores sin decir una palabra. Él notó que la voz del Conde Abejas era profunda y muy gruesa.
— Ve y echa un vistazo — dijo la bailarina girando en puntillas al rededor de Jared. Él caminó hacia la rosa con lentitud, y todos los presentes le dieron el paso haciéndose a un lado de manera que formaron una pasarela. Cuando llegó hasta la flor, él se inclinó y pudo darse cuenta que la rosa no sólo estaba abriendo sus pétalos, sino que también se hacía más grande.
Jared se acercó un poco más, y con asombro observó un bulto que comenzaba a moverse poco a poco. No sabía bien lo que era, al principio parecía una pequeña masa rosada, enseguida, la pequeña masa comenzó a hacer un sonido, como un suave gemido agudo, casi tan parecido al maullido de un gato. Jared comenzó a sacar los pétalos de rosa que estaba sobre aquel bultito Y fue cuando se dio cuenta de que no se trataba de cualquier cosa. Aquel, era un bebé recién nacido arrugadito y con los ojos apretados; estaba acostado dentro de la rosa en forma fetal pero a diferencia de un bebé realmente recién nacido, éste parecía que llevaba sólo un par de horas, ya estaba limpio. No tenía ni líquido amniótico, ni sangre, ni mucho menos el cordón umbilical. En cambio tenía una frazada hecha de pétalos de rosa y un gorro hechos de igual manera.
Jared nunca creyó en Dios de la misma manera que un religioso, sin embargo, en aquel momento al ver a ese bebé dentro de una rosa, pensó que había visto el milagro más grande del mundo; insuperable a cualquier otro milagro de la historia a pesar de que lo que presenciaba fuese un sueño.
— Es... Un bebé— dijo el cantante como si lo que viese no fuese obvio
— ¡La princesa ha nacido! — vociferó con solemnidad el Conde Abejas.
— La princesa ha nacido — repitió la chica del columpio de manera alegre.
Jared sonrió, él siempre ha demostrado una gran debilidad por los niños, pero sentía que este bebé en particular era especial, para él, llegó a creer que el recién nacido que estaba durmiendo en un lecho de rosa, era un bebé encantado y mágico, que poco a poco robaba su corazón. De pronto, sintió el impulso de querer tenerlo en sus brazos, y con mucho cuidado lo cargó para observarlo más de cerca mientras le sonreía.
— Ponle un nombre — le susurró en el oído Lady Mariposas.
— ¿Yo? — preguntó Jared.
— Sí, tú. ¿Qué nombre le pondrías a esta princesa? — dijo ella. Jared se quedó mirando al bebé por unos segundos y luego sonrió.
— Rose— dijo finalmente. — Su nombre es Rose.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top