Capitulo 26

— Será mejor que Alice aun no se entere de lo que acaba de pasar esta noche — dijo Shannon subiendo al elevador junto a Camille, Tomo y Stevie

— No entiendo. ¿Por qué Jared reaccionó así?— preguntó Stevie. Sin embargo, nadie le contestó, aunque por alguna razón tampoco esperaba una respuesta en realidad.

— Rayos ya estoy viendo la cara de Alice cuando sepa lo que pasó — comentó Tomo aún con el impacto del momento que presenció en el bar.

— No le diremos — interrumpió Shannon insistiendo en su idea —Alice no debe enterarse de lo que ocurrió allá abajo

— Pero, Shannon...—dijo Camille

— ¡No! Ya es hora de que ese par de pendejos arreglen sus cosas asolas y nosotros no vamos a intervenir.

— Me parece bien— dijo ella— si; tienes razón, es mejor que se entere por el mismo Jared. — Guardó unos segundos de silencio y luego se apartó el cabello del rostro en un gesto desesperado — ¡Uy! — Gruñó entre dientes con fastidio — Le dije mil veces a Alice que se lo dijera a Jared y ella no me escuchaba, ahora no le queda de otra que confesar y asumir su responsabilidad.

— ¿Confesar? — Repitió Stevie — ¿Me perdí de algo? — Estaba tan confundido, que la expresión en su rostro era obvia

— Bueno, de todas formas, algún día tenías que enterarte — dijo el baterista suspirando pesadamente — Alice y Jared ya se conocían desde hace mucho tiempo y por alguna razón te ocultó que fueron novios hace un tiempo atrás.

Stevie al oír aquello sintió que un balde de agua fría con hielo, le caía sobre su cabeza. « ¿Es que acaso Alice no confiaba en mí?» se preguntó « ¿Por qué me ocultó eso?» también se preguntó por qué Jared tampoco le dijo nada. Pensó que quizás era porque él estaba con Margot y su tema con Alice era cosa del pasado ¿Pero acaso esa era una razón para ocultar que él y Alice fueron novios?

«... ella sólo sale con músicos »recordó lo que Rose le dijo sobre Alice cuando conoció a la niña «En especial los que tocan en una banda de rock ¿tú tienes una banda de rock? »

«Él sigue vivo, es sólo que... bueno, no ve a su hija» recordó que dijo Alice en su primera cita « Pero no es su culpa, en realidad... cuando quedé embarazada, él ni siquiera lo sabía, lo cierto es, que tenia asuntos más importante de que preocuparse en ese momento y un hijo sería un problema más en su vida en aquel entonces»

Y ahí estaba, todos los cabos, que alguna vez estuvieron sueltos, Stevie por fin pudo atarlos en ese mismo instante. Lo que era bastante abrumador para él, porque ya no estaba seguro de nada. No sabía sí debía terminar con Alice o hacer la vista gorda y seguir con la relación, al menos por un tiempo.

— Pero... ¿Por qué me ocultaría algo así? — habló por fin él casi sin timbre en su voz

— Es obvio que lo hizo porque tú formas parte de la banda — dijo Camille justificando a su amiga — no era fácil para ella involucrarse sentimentalmente con alguien, en especial sí resultaba que ese alguien coincidentemente es un miembro de Thirty seconds to Mars.

— ¿Me estás diciendo que ella aceptó salir conmigo porque en parte, soy un miembro de la banda?

— ¡No! ¡Eso jamás, Alice no es así, jamás usaría a la gente! — Exclamó Camille — lo de ustedes fue... una jugarreta del destino, por decirlo así, pero no quita que se trate de una relación sincera y genuina. — Por alguna extraña razón, Stevie no creyó mucho en las palabras de Camille y estaba seguro que ni ella misma se las creyó.

— ¿Pero por que mentirme? ¿Por qué nunca me dijo que Rose es hija de Jared? Porque supongo que, ella es su hija ¿no? — Shannon y Camille asintieron con la cabeza en silencio

Tomo, quien estaba en silenció parado junto a la puertas metálicas del elevador y la espalda apoyada contra la pared; levantó la mirada con los ojos abiertos de par en par, mirando a cada uno de sus acompañantes por separado — ¿Ja...Jared tiene una hija? — preguntó quedando boquiabierto ante lo que acababa de oír como sí la señal de afirmación que el baterista y la joven heredera del hotel Reed, no fuese suficiente.

El ascensor se detuvo en el penúltimo piso, y apenas sus puertas se abrieron, los cuatro salieron de éste con gran prisa. Shannon y Tomo se dirigieron a la suite de Jared mientras que Camille y Stevie se detuvieron en la suite 2677.

Shannon presionó una y otra vez el timbre de la suite en donde su hermano se hospedaba, pero no hubo respuesta, enseguida sacó su teléfono celular pero al marcar el número de Jared, éste le pasaba directo a la contestadora.

Al mismo tiempo, Camille intentaba desesperada encontrar la tarjeta llave de su propia suite, pero con los nervios, no podía hallar su billetera dentro de su cartera. Fastidiado, Stevie tocó el timbre y sólo bastó una sola vez para que la puerta se abriera de pronto y saliera Alice un tanto sorprendida y llevando su dedo índice a los labios en señal de silencio.

— Shii, no hagan ruido — pidió en un susurro — Rose se acaba de dormir. ¿Qué ocurre, por qué esas caras de funeral? ¿Por que llegan tan temprano?

Jared había estado caminando por las calles de Malibú prácticamente toda la noche. Su mente se sentía saturada y no tenía idea de cómo lidiar con eso.

Antes de volver al hotel, se detuvo en la playa; el sonido cadente del mar y la brisa marina azotando su rostro lo dejaban en una especie de letargo, sólo que esta sensación no era reconfortante, era más bien como un aturdimiento. Su confusión era tal, que sentía la cabeza pesada y le dolía como si le fuese a estallar. Se apoyó contra una roca, estando muy cerca de la orilla del mar, las grandes olas amenazaban por cubrir todo su cuerpo de agua salada, pero antes de que eso sucediera, se alejó y caminó hasta la arena; enseguida se sentó en el suelo. Le encantaba la sensación que le provocaba la arena fría en sus manos.

A lo lejos aún se podía oír los autos en el tráfico y las voces de la gente rondando a esa hora. Su teléfono celular llevaba apagado desde que salió del hotel, porque simplemente quería ignorar las llamadas entrantes para no oír a nadie, ni siquiera a su asistente, quien se había regresado a Los Ángeles ya hacía varios días para preparar el itinerario de Jared de la siguiente semana.

Se sentía cansado tanto física como mentalmente. Miró su reloj y se dio cuenta que en unas horas debía estar de vuelta a Los Ángeles porque tendría que viajar a San Diego con sus compañeros de reparto, pues ellos estaban comprometidos para La Cómic com. Pero para ese evento, faltaban algunos días; sin embargo, quería pensar en eso en aquel momento para disipar de su mente lo que realmente le estaba sucediendo. Le gustaba pensar en el trabajo cuando se sentía agobiado, era su mecanismo de defensa y evadir sus problemas personales.

Se puso de pie lentamente mientras sus ojos observaba como se iba aclarando el día y los colores del mar poco a poco iban cambiando sus tonalidades, pasado de un gris oscuro a un azul marino hasta ponerse de un color calipso. Enseguida, se dio media vuelta y caminó hasta el hotel dejando el sonido del mar y las olas a su espalda.

16 de junio por la tarde.

Esa mañana llegó al hotel directo a recepción. Pagó su estadía y caminó hasta el estacionamiento. Ni siquiera se reunió con sus compañeros. En su lugar, subió a su Hot wheels de tamaño real y condujo directo a su hogar. Le pidió a Sheila que fuera por sus cosas al hotel porque no quería ver a nadie ese día. Y si bien estaba consciente de que su comportamiento era bastante infantil, lo cierto era que necesitaba enfriar su cabeza y pensar muy bien cómo encarar a Alice una vez mas y exigirle una explicación, pero para eso necesitaba un tiempo asolas.

Al llegar a su casa, se fue directo a su estudio. Creyó que si trabajaba un poco para las canciones del quinto disco, se le despejaría la cabeza, pero se equivocó, no lograba concentrarse, al tocar el piano se equivocaba en las notas, tampoco lograba tocar bien la guitarra y ni hablar al intentar cantar. En su mente sólo reinaba la frustración.

Se tumbó sobre el sofá del estudio desistiendo de sus labores, se quedó ahí con los ojos cerrados pero sin pretender dormir, su cuerpo estaba cansado pero su mente seguía tan activa como un proyector mostrando millones de imágenes por segundos cual diapositivas.

Eventualmente, su mente también se cansó y de forma involuntaria, volvió al mismo lugar que ha estado desde hace varias noches.

— El enmascarado esta con ella — dijo Alice tal como lo dijo en su sueño anterior. Jared frunció el ceño. Eran exactamente las mismas palabras, incluso estaban parados en la misma posición, él mirando y buscando a quien desapareció ante sus ojos y ella acercándosele por la espalda — Quiere que vayas tú también. Te necesita, ahora más que nunca. —Con lentitud volteó hacia su ex y se la quedó mirando con extrañeza. Entonces él lo entendió.

— Rose — dijo Jared abriendo los ojos de par en par tanto en el sueño como en la vida real despertando bruscamente al sentir que alguien lo observaba dado que en el momento del sueño, su mente estaba en el estado de vigilia pudiendo sentir y oír lo que ocurría en el mundo real mientras soñaba.

— ¿Por qué te fuiste sin avisarnos? — Le reprochó Shannon quien se encontraba sentado en el brazo del sillón con sus propios brazos cruzados mientras observaba a Jared dormir — nos tenías preocupados.

— Necesitaba estar solo, Shannon — alegó el cantante mientras se enderezaba y se sentaba correctamente.

—Lo entiendo, tenías que asimilar la noticia y todo eso, pero al menos pudiste contestar tu teléfono, así sabríamos que estabas vivo

— Lo estoy, hermano ¿que no me ves? — respondió Jared de malas ganas poniéndose de pie para asomarse a la ventana que daba al patio trasero

—Así veo — suspiró el baterista — Escucha, si necesitas hablar de esto...

—Ahora no, gracias — respondió Leto menor en un tono cortante. Pero él sí quería hablar de ello, quería desahogar toda su ira con su hermano y Shannon lo sabía, sólo estaba esperando el momento que Jared hiciera explosión. Sin embargo; sólo hubo silencio, un denso y largo silencio. De pronto se dio cuenta que aún no terminaba de asimilar las cosas pero tampoco quería callar por tanto tiempo

— ¿Como esta Alice? Quiero decir... ¿La viste antes de venirte? — Preguntó Jared sin apartar la mirada de la ventana.

— Ella está bien. Los chicos y yo decidimos no decirle lo que ocurrió anoche — respondió Shannon a su espalda aun sentado en el brazo del sillón. Jared volteó hacia su hermano en silencio y asintió con la cabeza una vez como señal de aprobación.

— Yo... estoy cansado, no dormí casi nada anoche — dijo Jared cruzando la habitación para salir de ahí y encerrarse en su dormitorio.

— ¡Espera! — dijo Shannon levantando un poco la voz y llamar su atención. Jared volteó quedando parado en la puerta del estudio— No le dijimos a Alice lo de anoche porque queremos que vaya al Camp Mars — Jared no dijo nada, simplemente se lo quedó mirando con una expresión neutra — ¿No lo entiendes? Si ella va, también llevará a la niña... podrás conocerla.

— La cosa es, hermano... que no estoy seguro si quiero esto... no puedo, no estoy listo para enfrentarlo. — respondió Leto menor antes de alejarse definitivamente de la puerta, y abandonar la habitación dejando a Shannon bastante sorprendido ante esa reacción.

El baterista no reconocía a su hermano, ese no era el Jared luchador e insistente que conocía, le parecía más bien un hombre asustado y algo aturdido que reprimía sus emociones impidiéndole saber que era lo que realmente pensaba al respecto. El Jared que conocía, lo habría tapado de preguntas e insultos por haberle guardado ese secreto que estaba seguro que Shannon sabía desde hace bastante tiempo. Pero en su lugar, sólo veía una sombra, una carcasa bacía y sin emociones definidas. Tal como en aquella vez, hacia ocho años cuando volvieron de México y lo encontró en la sala del piano tan ido como en esta ocasión.

Sin embargo, lo que Shannon no sospechaba, era que Jared estaba acumulando su ira, su rabia y sus preguntas para el momento y la persona adecuada. Al no saber la historia real, él estaba seguro que todo recaía en ella, en Alice... en el amor de su vida, la mujer que amaba y en aquel momento comenzó a odiar por no decirle que era madre de una niña cuyo padre era un misterio para él.

— ¿No te has puesto a pensar que la niña quizás es tu hija? — Le preguntó la mujer de antifaz esa noche cuando se durmió y se encontró dentro de su sueño recurrente caminando por las nocturnas y nevadas calles de Por siempre Invierno

— ¿Qué? ¿Cómo llegué hasta aquí? — preguntó él algo confundido mirando a su alrededor. No se había dado cuenta que ya estaba soñando.

— Como siempre lo has hecho — respondió la chica riéndose — quedándote dormido

— ¿Donde está Alice? ¿Y el enmascarado? Debo encontrarlo— Jared se sentía algo alterado, lo que era normal pues cada vez que entraba a lo más oscuro de su sueño, sentía un dejo de inquietud, sólo que esa noche era maximizado al doble.

— La dejaste ¿recuerdas? Ella está donde siempre ha estado... nunca se ha ido en realidad, sólo se distanció

— Sí, lo se... pero lo que no se, es porque lo hizo

— Debes averiguarlo tú mismo — dijo la mujer de antifaz

— ¿Dices que Rose es mi hija?

— ¿Te refieres a la princesa de los tres pueblos?— preguntó ella— Sí, claro— La pequeña Rose es hija del rey de Por siempre invierno.

— Así que insinúas que yo soy el rey de este lúgubre lugar — dijo Jared en un tono meditativo e incrédulo, pues para él, el rey era el imponente sauce que abarcaba los cuatro pueblos. La mujer asintió — Que irónico, en el mundo real, me premiaron por ser el Príncipe de la oscuridad. — comentó recordando aquel galardón que recibió hace bastantes años atrás — y ahora soy el rey de este frío mundo en mis sueños — añadió alzando los brazos hacia los lados en un ademan de resignación— Al parecer me perdí mi coronación.

— Todo rey tuvo que ser príncipe al principio — dijo la chica— y cada rey también debe tener un heredero o una descendencia.

— No, eso es imposible. Rose es hija del gran Sauce y la rosa en la burbuja de cristal. Yo mismo la vi salir entre los pétalos de esa flor, ya hace varios años.

— ¿Hace cuanto fue eso? — preguntó la mujer

— Hace unos ocho años, cuando Alice me dejó — respondió Jared deteniendo de pronto su caminata — ¿Eso quiere decir, que he estado teniendo estos sueños compartido con la hija real de Alice? ¿Rose existe?

— Pues entonces hay que ver que procede — respondió la mujer dedicándole una enigmática sonrisa a Jared. — Las respuestas, están al final del camino. — añadió retomando su andar obligando a Jared a seguir sus pasos por aquella oscura y poco iluminada calle cubierta de nieve.

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