Capitulo 24
12 de junio
Horas más tarde, Jared se alejó de la barra para volver a la mesa con los chicos y Camille se había unido a ellos para estar con Shannon, parecía que aquella relación que sólo era aventura, se convertía en algo cada vez más serio.
El show estaba a mitad de la función, los cliente llegaban poco a poco y se iban acomodando tanto en la barra como en las mesas, otros tantos se amontonaban en el plató de baile mientras se movían al ritmo de una alegre canción sobre el desamor y el rompimiento de una romántica relación que quedaba atrás. La voz de Alice resonaba incluso fuera del bar, imponente y armoniosa.
Miguel algunas veces tocaba en la banda de Alice, él era tecladista, pero sólo lo hacía cuando el tecladista oficial de la banda faltaba a las presentaciones o a los ensayos. Las otras veces, sólo se dedicaba a observar que tal era el desempeño de los músicos que contrataba arriba del escenario. Además, él era el coordinador del espectáculo y entretenimiento, por lo que no sólo se dedicaba a la música, también estaba tras bambalina supervisando a los artistas cuando en el bar se realizaban otras actividades tales como: obras de teatro, se presentaban humorista de stand up comedy, musicales, o se organizaban karaokes y en ese caso, el moreno se encargaba de ser el anfitrión de esa actividad, presentando a los participantes que generalmente eran los huéspedes del hotel y algunos que otros miembros del personal que aprovechaban ese momento en sus días libres.
Por otro lado, no sólo trabajaba en el Hotel Reed, su apariencia y su forma de vestir, mostraba lo que era en realidad; un productor musical que se especializaba en músicos emergentes en la ciudad de Los Ángeles. Su discográfica no era muy conocida y tampoco era una gran casa disquera, sin embargo, era decente y bastante respetable y profesional. Muchos artistas jóvenes grababan demos y discos homónimos ahí.
El latino se hallaba sentado en la barra escuchando cada canción que Alice entonaba. La lista de temas era escogida cuidadosamente por él en conjunto con Alice, por lo que cada vez que a la rubia le tocaba interpretar alguna canción escogida por él, Miguel prestaba mucho más atención de lo normal.
— Haré que cante en español — comentó para sí mismo en voz alta tras beber un sorbo de tequila recordando la conversación que él y las dos amigas tuvieron en el camarín horas antes.
Pasando un rato, él se sintió algo aburrido, hacía bastante rato que ya se había tomado la última gota de tequila y se estaba sintiendo algo mareado, lo que consideraba que no era bueno para el negocio estar borracho en su jornada laboral. Esa noche en particular no tenía mucho que hacer, ya que lo de lo único que se tenía que ocupar, era de supervisar los ensayos y la presentación de Alice y su banda, pues era el único show de esa jornada. Afortunadamente para él sólo sería media hora de música en vivo y el resto de la velada estaría ambientada con música grabada previamente programada. Lo que significaba que con eso terminaría su trabajo.
Caminó hacia la pista de baila y lamentó que no estuviese su novio, ya que éste estaba en Hollywood grabando una serie de televisión y ese día ambos estaban hasta el cuello de trabajo. Afortunadamente, Miguel se desocupó antes de los ensayo pese a la tardanza de Alice y para cuando el bar estaba abriendo, él estaba en su despacho terminando algunos papeleos. De modo que cuando acabó con eso, se dirigió al bar a tomarse un trago y a observar el espectáculo.
Paseó su mirada por todos lados mientras caminaba entre todo ese mar de gente bailando, y al fijar su mirada al frente por un instante vio a Camille, sin embargo, lo que más le sorprendió alegrándose por dentro, fue haberse dado cuenta de quienes eran los que acompañaban a la hermosa heredera del Hotel Reed.
Caminó con decisión hasta allá y al pararse frente a ellos se presentó ante Thirty Seconds to mar como si fuesen viejos amigos, no sin antes aclararse la garganta para anunciar su presencia, logrando de ese modo llamar la atención de Jared, Shannon Tomo y Stevie quienes al verlo no pudieron disimular su confundida expresión que delataba su pregunta:
«¿Quién rayos es este tipo?»
— ¡Mike, cariño! ¿Que se te ofrece? — preguntó Camille quien estaba sentada en el regazo de Shannon. El joven latino fingió ignorarla y se dirigió a Jared con una sonrisa coqueta.
—Hola ¿Qué tal? Soy Miguel Gonzalo Cortez- se presentó al tiempo que le ofrecía su mano. Jared se la estrechó de forma inmediata— manager, productor y el jefe de la hermosa cantante que está allí sobre el escenario. Gracias a mi ella aprendió todo lo que sabe ahora.
— ¿Enserio? — preguntó Jared siguiéndole el juego.
— Por supuesto. Gracias a mí, todos esos músicos son los mejores artistas emergentes. — Aseguró él, mientras se tambaleaba de un lado a otro pretendiendo ser grácil y juguetón
Jared y Shannon intercambiaron miradas rápidas mientras reprimían la risa que amenazaba por salir. Ambos hermanos se dieron cuenta de que Miguel intentaba coquetear con ellos de manera fallida.
—A Alice por ejemplo - continuó — la chica que está en el escenario, yo la descubrí — explicó sin saber, que le estaba mintiendo a quien conocía a la rubia desde ya hacía mucho tiempo-. Pero ya no te aburro mas.- Dijo con un gesto de la mano, como si le quitara importancia— es sólo alguien más de los tantos inspirantes de esta ciudad, de seguro ni te interesa saber de ella.
« Alice no es aburrida, pequeño farsante. Yo la conozco mejor que tú» - pensó Jared en sus fueros interno, deseando con todas sus ganas hacerlo callar.
—Estás hablando de mi novia — le recordó de pronto Stevie, a lo que éste hizo que Tomo estallara en su característica risa contagiosa.
— Oh, cierto. Tú eres parte de esta maravillosa banda también. ¿Acaso dijiste que es tu novia? — añadió apuntando a Alice con su pulgar hacia atrás por encima del hombro.- ¡Vaya! La suerte de algunos, tener novio guapo y famoso.
—Tú ya lo sabías, Mike — intervino Camille. Enseguida ella se puso de pie y caminó hacia él rodeando la mesa. —Tenemos que hablar
—¿Que, ahora?
—Ahora — apremió la morena
—Sí su alteza — respondió el latino con sarcasmo ofreciéndole una teatral reverencia. Camille lo alejaba de ahí agarrándolo del brazo.
— Punto uno, no intentes impresionar a nadie.- Dijo una vez asolas —, Alice ya sabe cantar desde muy pequeña, y punto dos Jared no está disponible, además, no eres de su tipo.
—Bah, pero yo he oído que...
— Deja de creer en todo lo que escuchas, Mike, sabes muy bien que la tierra de la farándula es un caldo de cultivo para los infecciosos falsos testimonios de quienes quieren sus quince minutos de fama. Además, déjame recordarte qué tú — lo pinchó con su dedo índice en el pecho— ya tienes novio, Mike.
— ¡Miguel! — corrigió él de manera cortante
—Mike — insistió Camille sólo para molestarlo — ¿es que ya no recuerdas a Alejandro... el grande? — se burló ella haciendo un ademan de grandeza.
— Eso no te incumbe, Camila — respondió aquel latino cruzándose de brazos como un niño berrinchudo.
— Deja a Jared en paz, te lo advierto — amenazó la morena antes de alejarse de Miguel para volver con los chicos.
13 de junio
Esa tarde, luego del ensayo, Stevie se dirigió derecho a la suite de Alice, puesto que pretendía sorprender a las chicas aquel día con una inesperada noticia, incluso inesperada para él.
—¿Qué? ¿El Camp Mars? No, no, no... Eso sí que no, no puedo, ese fin de semana trabajo
— ¿Se te olvida que soy la hija del dueño de este hermoso hotel? — Dijo su mejor amiga - hablaré con Mike, pediré que se te de ese fin de semana libre, después de todo ese día se estrenará una obra... y además, tienen a una cantante de reemplazo ¿recuerdas? La que es camarera cuando no canta.
— De todas formas, ya no hay entradas — intentó excusarse Alice.
— No hay problema, hablé con Jared... alias; mi jefe. Y me dijo que haría lo posible para que ustedes puedan ir ¿Y adivinen qué? Él cumplió, ni yo lo creía pero... — dijo Stevie revisando el interior de su mochila — Les he conseguido pases a todas. Jared me las dio esta mañana, son cuatro entradas VIP en caso de que quisieran invitar a alguien más.
—Wow, chicos, creí que de estas ya no quedaban — dijo Camille arrebatándole los pases de las manos al guitarrista. La morena admiraba aquellos boletos como si fuesen de oro o se tratasen de tarjetas de beisbol imposible de conseguir para un coleccionista.
—¿Como lo convenciste? — preguntó Alice en un tono dubitativo mientras observaba con sorpresa los boletos junto a su amiga.
— No fue difícil, sólo se lo mencioné ayer y aunque su respuesta no fue muy alentadora, hoy me dijo que consiguió estos pases especialmente para ustedes como muestra de agradecimiento por todo.
— ¿Ah sí? -dijo Camille, lanzándole una fugaz mirada significativa a Alice, quien de pronto sintió que su estomago se encogía. — Si, supongo que debe estar muy agradecido — comentó la morena de manera indirecta. A lo que Alice le lanzó una mirada asesina.
— Ya sabes, por tenernos aquí durante todo este tiempo- contestó Stevie sin percatarse de la situación implícita.
— Es un hotel, no creo que haya nada que agradecer — dijo Alice con suspicacia resuelta a rechazar tajantemente aquella invitación.
— Vamos, será divertido, a Rose le encantará y pueden invitar a un amigo o amiga. — Insistió Stevie -piensa en todos los hilos que Jared tuvo que mover para conseguir estos pases, no creo haya sido fácil, en especial de un día para otro y faltando un mes para el campamento.
— No quiero que Rose se exponga a las picaduras, es alérgica — dijo Alice.
— Habrá repelentes — contestó Stevie — hemos pensado en todo, y en todos. Jared es muy meticuloso, no se le escapa ningún detalle
— Si, además no le faltará su antihistamínico — dijo Camille, Alice abrió la boca para decir algo, pero la morena le interrumpió casi de inmediato — No hay excusas valida, ya verás que todo saldrá muy bien.
— Eso depende en qué punto de vista lo veas — masculló la rubia.
— ¡Rose, cariño! ¿Puedes venir? — llamó Camille a la niña quien salió de su habitación acompañada de su mejor amiga Morgan, una niña pelirroja con su blanco rostro cuajado en pequeñas pecas marrones.
— Niñas ¿qué les parece ir al Camp Mars en cuatro semanas más? — dijo Stevie
— ¡Sí! — chillaron las dos pequeñas al unísono. Enseguida ambas volvieron corriendo de vuelta al dormitorio saltando y riendo.
— No se hable más. Ya es un hecho — anunció Stevie
— Y tú ya no puedes decir que no porque le romperías el corazón a tu hija — añadió Camille — piensa que no han estado muy bien últimamente, esta será la oportunidad para reconciliarse.
Alice estuvo a punto de protestar, pero entonces el sonido del timbre interrumpió su queja
— ¡Yo voy! — saltó Camille parándose de su asiento cual resorte. Entonces cuando ya estuvo muy cerca de la entrada, se asomó por el visor de la puerta y sonrió
— ¡Hola, cariño! — expresó ella alegremente cuando abrió y vio al baterista apoyando una mano sobre la pared de manera casual
— ¿Qué tal, princesa? — dijo Shannon sonriendo coquetamente para luego abrasarla por la cintura y plantarle un corto pero intenso beso.
— ¿Es enserio? — cuestionó Alice desde el sofá
— ¿Algún problema, Scott? — preguntó el baterista por encima del hombro de Camille quien lo tenía rodeado por el cuello. Enseguida, se soltó de él y lo hizo pasar a la estancia. Shannon caminó directo al pequeño butacón que se encontraba junto a Alice y ambos se lanzaron una breve mirada, la de Alice era acecina y sacaba chispas, mientras que la del baterista era desafiante.
— ¡Wow! Amor, para ser una Echelon, siento cierta fricción entre ustedes dos — observó Stevie. Ambos aludidos apartaron la mirada, y casi como si se hubiesen puesto de acuerdo, hablaron al mismo tiempo:
— En absoluto — soltó Shannon.
—Para nada — mintió Alice.
— No, ninguna - intervino Camille — ellos se llevan muy bien, y además no hay problema de que mi novio venga aquí, pues ambas estamos de acuerdo que si ella trae a su pareja a este departamento, aunque esté o no esté Rose en esta suite, yo también tengo derecho de traer a quien se me plazca... ¿verdad, Alice?
— Sí — murmuró la aludida, sintiéndose algo humillada y pasada a llevar, no recordaba haber llegado a un acuerdo claro al respecto. Pero estaba consciente de que Camille, en el fondo tenía razón, era bastante inútil evitar que Shannon se metiera al departamento y más cuando ya estaba enterado de la existencia de Rose. Por lo demás, era lo justo, después de todo, aquella suite que la rubia consideraba su hogar, no era más que un lugar provisorio que su mejor amiga le ofreció mientras estuviese trabajando en el hotel. En pocas palabras, Alice y Rose eran allegadas en ese lugar y no tenía derecho de exigirle nada a Camille.
— ¿Seguro? — insistió el guitarrista de apoyo — hasta podría jurar que ya se conocían desde hace tiempo
— ¡Bien! — Dijo Camille interviniendo en un tono muy alegre — esta noche, será noche de películas, iré por las palomitas, Shannon, cariño ¿Me ayudas con las bebidas?
—Sí — dijo él poniéndose de pie para seguir a Camille hasta la cocina.
Al pasar las horas, Rose y su amiga Morgan estaban profundamente dormidas dentro de la habitación de la niña; Morgan solía quedarse a dormir cada vez que Rose la invitaba a jugar y eso a la pelirroja le encantaba, ya que a ella, quedarse en un hotel le parecía una idea fascinante.
En la sala de estar, la película que eligieron esa noche los cuatro adultos, ya estaba en los créditos finales. Ambas parejas se hallaban juntas sentadas en el suelo con la espalda apoyada en la parte baja del sofá. Así mientras Stevie tenía a Alice abrazada de los hombros, mientras ella recostaba su cabeza en el pecho de su novio. Shannon y Camille se encontraban juntos, pero no tan unidos como sus dos amigos, simplemente estaba uno al lado del otro compartiendo un gran bol de palomitas de maíz.
— Bien, estoy algo agotado — dijo Stevie soltando un bostezo mientras se estiraba tras terminar de ver la película.
—Sí, yo igual — dijo Shannon — mañana debemos levantarnos para ir a ensayar. Jared se ha puesto muy quisquilloso con los preparativos del Camp Mars.
Ambos hombres se pusieron de pie al tiempo que las chicas también lo hacían, enseguida todos se dirigieron a la puerta y salieron al pasillo para despedirse.
— Buenas noches, amor.— dijo Stevie tras besar la mejilla de Alice y luego darle otro beso en los labios — Por favor piensa en la propuesta de ir al Camp Mars. No es que me quiera meter en conflictos familiares, pero deberías reconciliarte con tu hija, es sólo una niña asustada y confundida que piensa que sustituiré a su padre, ponte en su lugar
—Fue muy insolente contigo — dijo Alice
— Vamos, el rencor no es bueno, debes calmarte un poco, no me molestó, yo diría lo mismo en su lugar si mi madre tiene a alguien que no es mi padre. — Tras decir eso, le guiñó el ojo de manera cariñosa y se alejó para subir al ascensor que lo llevaría a su piso.
— ¿Es que acaso debo ser la villana? No lo entiendo... todo estaba bien y ahora... — comenzó a decir Alice un tanto angustiada cuando Stevie desapareció tras las puertas del ascensor
— Y ahora debes admitir que Shannon tiene razón, que yo tengo la razón. Además, guardarte este secreto no te va hacer bien, no es sano, ya sea en el campamento o en cualquier otro lado— dijo Camille.
— En fin, las horas corren, los días pasan y todos debemos definir nuestras prioridades — terció el baterista con una maliciosa sonrisa mientras miraba a la rubia.
— Conozco muy bien mis prioridades, Leto. — Gruñó Alice — Me pregunto si tú conocías las de Jared en su momento — añadió con sagacidad mientras se cruzaba de brazos y le sonreía triunfantemente.
— Eso no funcionará, Scott... — respondió Shannon — y ya veremos si realmente conoces tus prioridades. — Su mirada era desafiante — ¿Escuchan eso? — Añadió teatralmente mientras alzaba un dedo como si estuviese atento a un extraño sonido — es un reloj... tic, tac— enseguida se alejó de ellas soltando una pequeña risotada, que provocó aún más la irritación de Alice.
— ¡Ugh! ¡Shannon me está chantajeando! — dijo desesperada.
—Shannon no te está chantajeando, te dio un ultimátum, algo que cualquiera haría en su lugar— dijo Camille
— ¡Deja de defenderlo! - vociferó Alice.
Camille guardó un momento de silencio y bajó la mirada mientras rodeaba los ojos en una actitud sumisa ante el estado de humor en el que su amiga quedó, pero mas tarde decidió seguir hablando:
— ¿Y? — preguntó Camile dándole un codazo a Alice, con el ánimo de cambiar el tema para aligerar un poco la densa tención que quedó en aquel corredor
—¿Y qué? — preguntó haciéndose la desentendida
— ¿Como fue hacerlo con Jared? — preguntó la morena sonriendo de manera picara, justo en el segundo en que la puerta de la habitación 6288 se abrió, y Jared salió al pasillo dedicándole una traviesa y silenciosa sonrisa de lado. Las chicas en silencio se lo quedaron mirando con los ojos abiertos de par en par, sin mover un sólo dedo, mientras observaban al cantante alejarse hasta perderse tras las puertas del elevador, seguramente para ir al bar o a dar un paseo nocturno antes de acostarse.
— Perdón — suplicó Camille. Alice furiosa le lanzó una mirada asesina a su amiga y entró a su departamento con Camille pisándole los talones.
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