Capitulo 21.



—Sácame de aquí — la voz de Rose se le quebraba al hablar y sus temblorosos labios estaban violetas.

— Lo siento, pequeña yo no puedo hacer eso.

— ¿Por...por...por que n...no?

— Porque soy el guardián de los sueños, mi trabajo es cuidar de ellos, pero no los creo, eso lo haces tú— explicó Morfeo de una forma tierna— si realmente quisieras salir de aquí ya lo habrías hecho tú misma.

— Yo...quiero, sa...salir de aquí... ¿Ja...Jared...donde...está...Ja...red? — quiso saber la niña.

— Lo que quieres en realidad es que Jared te saque — dijo Morfeo suavemente, mientras le acariciaba el cabello a la niña — Tranquila, él ya viene en camino, pronto estará aquí — respondió el dios de los sueños en un tono tranquilizador.

— Tengo fr...frio — expresó Rose acorrucándose más a su lechuza de peluche — y sueño, quiero dormir.

— ¿Pero qué dices? — Exclamó Morfeo en un tono divertido y cariñoso —. No puedes dormir, ya está dormida ¿Lo olvidas? Este es tu sueño.

— Entonces, quiero despertar...pe...pero se me cierran los ojos, no puedo evitarlo — murmuró Rose, su voz poco a poco se le apagaba y su lucidez era cada vez menos.

— Aguanta un poco más, pequeña, Jared ya viene, sólo debe solucionar algunos obstáculos — dijo Morfeo sentándose al lado de la niña sobre la muñida y congelada nieve mientras apoyaba su espalda en el tronco del sauce. A continuación él tomó a Rose por los hombros e hizo que ella recostara su rubia cabecita en su regazo. Desde ese momento el dios de los sueños cambió un poco sus prioridades. Al comienzo estaba dispuesto acompañar en esta aventura, tanto a Jared como a Rose. Pero sí bien él era omnipotente, decidió que en ese sueño compartido; Jared debía arreglárselas solo, después de todo, Morfeo estaba seguro que el cantante había recibido todas las herramientas para desafiar mejor aquel mundo lleno de frio y oscuridad. En tanto que Rose, era sólo una niña asustada y perdida en un lugar al que ella no pertenecía y por cosas del destino, fue aparar ahí para ser atormentada; por lo que Morfeo tenía que quedarse con ella para ayudarla a sobrevivir dentro de su pesadilla.

Si bien Rose oía una voz masculina, el rostro del dios de los sueños para ella siempre era difusa cuando éste tomaba forma masculina, lo único que sabía era, que su voz era agradable y en su espalda llevaba dos grandes alas negras que batía en el aire constantemente cual colibrí. Sin embargo, otras veces Morfeo le agradaba aparecerse ante ella en imagen y semejanza a su abuela materna, pues para la niña, ella era su persona favorita después de su madre o su abuelo.

Cada vez que iba a Forks, Rose pasaba con su abuela leyendo libros de fantasías, o cuentos de hadas, y en ocasiones paseaban juntas bajo la lluvia por el bosque, o caminaban a la orilla de la playa las pocas veces que había sol en aquel pueblo que tanto adoraba, y que muchas veces era la cuna de su imaginación.

Paralelamente, en esa misma noche, Jared se encontraba caminando por unos pasillo bordeado de puertas, que, al parecer correspondían a departamentos de viviendas o suites de algún hotel de lujo. En cada extremo de aquel largo y ancho corredor se hallaba la metálica puerta deslizante de un elevador y junto a cada uno de éstos, una pequeña pero de patas largas mesa redonda que servían como soporte para los floreros que decoraban el ambiente con rosas en uno y jazmines en otro.

Jared se preguntó cuál era el significado de esas dos flores, ya era la segunda noche que soñaba con esas dos plantas en específico, pero no estaba seguro de su simbolismo. Tenía claro que la rosa estaba presente desde que comenzó a soñar con todo eso, y que por esa razón la niña a la que él le decía princesa llevaba el nombre Rose, sin embargo; estaba bastante confundido con la presencia de la flor de jazmín.

Detuvo su caminata de pronto, quedándose congelado en medio del pasillo. Uno de los ascensores se abrió y de éste, salió el enmascarado, sin embargo, en esta ocasión no estaba solo, a su lado estaba ella; vestida de manera normal, usando un pantalón de color negro ajustado, botas largas y un abrigo de cuero brillante negro de corte campana abotonado hasta el cuello, el pálido rostro de Alice llevaba una mirada tan ausente que no pareciera que fuese ella en realidad...pero sí lo era.

Los ojos de Jared se posaron en las muñecas de Alice y con horror notó que ella estaba esposada. El enmascarado esta vez no parecía estar dispuesto a atacar a Jared, y para su propia sorpresa el cantante tampoco estaba dispuesto a atacar. El hombre de la máscara de cuero, salió del ascensor y Alice simplemente siguió sus pasos caminando atrás de él con la mirada gacha y perdida, cual sumisa siguiendo su captór.

Ambos pasaron junto a Jared ignorando por completo su presencia, como si éste fuese invisible; como si quisieran pretender que él no estaba ahí. Así, Jared sin entender nada de lo que ocurría, en silencio comenzó a seguir los pasos de Alice y el enmascarado hasta un departamento que se encontraba al final del pasillo, pero antes de que pudiese seguir, vio como su ex novia entraba con aquel extraño hombre a dicho departamento cerrando la puerta casi en su cara.

Los sucesos de aquel sueño causaron tanta impresión en él, que despertó sobresaltado y completamente sudado en la cama.

Su respiración estaba agitada y su corazón como así su pulso, estaba acelerado. Sus sueños eran cada vez más cortos, pocos claros, y muy perturbadores. Dejándolo con una extraña sensación de frustración al no entender lo que sucedía; por un lado sabía que todo ahí era parte de sus extraños sueños recurrentes, pero por otro lado eran inconexas, confusos y con poco sentido, llegando a creer por momentos que se trataba de otro sueño, y no de aquellos que lo unían a esa misteriosa niña a la que le tenía especial cariño.

12 de julio del 2016

Un día más en el hotel Reed. Aquella mañana todos los chicos de la banda se levantaron temprano para ir hasta el sector del campamento, faltaba un mes exacto para el Camp Mars por lo que ya no tenían mucho que hacer, pues los preparativos estaban casi listos, de hecho, su presencia ahí era casi innecesaria, así que se suponía que aquel, sería el último día que estarían en Malibú.

El plan era ir durante la mañana a supervisar los trabajos ya listos y afinar algunos detalles como escenario, piscina, cabañas y un sin fin de etc. Luego de eso, volverían al hotel, empacarían para regresar a Los Ángeles y eso sería todo por el momento al respecto. No obstante, estaban pensando seriamente en ensayar unas cuantas veces más para los conciertos de apertura y clausura, pero dado a que Jared tenía otros compromisos durante la siguiente semana, decidieron que los ensayos serían los días que le quedaban en esa semana estando allí, por lo que, el cambio de planes era ensayar cada mañana en esos tres días restantes y descansar o hacer lo que quisieran durante el resto de la jornada.

— ¡Hey Jared!—llamó Stevie tratando de alcanzarlo cerca de los ascensores esa tarde luego de haber vuelto al hotel— ¿Te puedo hacer una pregunta?

— Sí, claro ¿qué sucede? — contestó el vocalista, mientras presionaba el botón de llamado al elevador.

— ¿Crees que queden algunos pases para el Camp Mars? Esperaba invitar a Alice, a Camille y a su hija— Jared al oí eso volteó hacia su amigo con una mirada de extrañeza en su rostro.

— ¿Camille tiene una hija? — Preguntó Jared — wow, eso es nuevo.

En ese instante el ascensor abrió sus puertas y rápidamente, Jared ingresó a éste, no así Stevie quien al notar que el cantante mal interpretó su palabra, se quedó parado frente al elevador, aún con las puertas abiertas. Su cansada mente se ocupó más en tratar de responder a la pregunta de manera correcta, sin darse cuenta de la llegada del ascensor al primer piso.

— No, no... Vaya, me expresé mal— intentó explicar el guitarrista — me refiero a que...

— ¡Detengan ese ascensor! — gritó una voz femenina interrumpiendo de manera brusca a Stevie, Alice agitada y cargada de bolsas, se acercó a ambos músicos sin darse cuenta de quienes eran al principio, pues ella estaba muy ocupada tratando de acomodar su cartera sobre su hombro con el brazo ligeramente extendido hacia arriba, ya que la hebilla de su bolso refalaba por su antebrazo mientras que sus manos aduras penas, intentaban sostener un gran manojo de paquetes de compras. Jared sonrió para sus adentros y a partir de ese momento, todo fue tan rápido que sólo él pudo reaccionar a la situación.

Al verla acercarse de esa forma tan complicada observándola por sobre el hombro de su compañero, el vocalista detuvo la puerta del ascensor. Deseaba ayudar a Alice a cargar sus bolsas, por supuesto. Pero tuvo lo que él creyó, que era una mejor idea, y aprovechando que Stevie ni siquiera volteó a ver de quien se trataba la apurada mujer, por estar más ocupado en su auto corrección, mientras se respondía así mismo como debió ser la oración que formuló momentos antes, Jared esperó a que ella cruzara la entrada del ascensor, mientras le respondía a Stevie:

—...a Alice, Camille y su hija... no, eso no tiene sentido... a Camile, Alice y su hija, a Alice, su... — continuó el guitarrista pensando en voz alta

— Oh... bueno, veré que puedo hacer— interrumpió Jared ignorando la extraña reflexión del guitarrista. — Aunque no te prometo nada — y tras decir esas palabras, se apresuró a soltar la puerta del ascensor para que esta se cerrara rápidamente, justo en el instante en que Stevie finalmente se percató de que había quedado afuera del elevador por haber estado distraído.

— ¡Stevie! — exclamó Alice al levantar la mirada mientras ambas puertas metálicas se unían

— ¡Alice! ¡Espera, espera, Jared yo! ... — bufó Stevie frustrado al ver como la puerta se cerraba irreversiblemente — también iba a subir... ¡y mi novia estaba ahí! — exclamó — gracias por nada — masculló.

Resignado, Stevie apretó el botón del segundo elevador, pero este estaba aún en la cima del edificio y tardaría al menos unos quince minutos en bajar, sin embargo,el guitarrista estaba tan agotado, que se negó a subir a su habitación por las escaleras por lo que decidió esperar.

— Ups... bueno, hay escaleras — dijo Jared al quedar asolas con Alice

— Lo hiciste apropósito ¿no? — le regañó su ex.

— ¿Qué cosa? — preguntó él con una muy bien actuada inocencia.

—Nada, no importa— dijo ella soltando las bolsas para apoyar su espalda a la pared y cruzarse de brazos.

— Sabes, tu actitud es algo incomprensible— dijo él de pronto— si lo piensas, en retrospectiva, soy yo quien debería estar enojado. Después de Todo fuiste tú quien me dejó.

Alice se lo quedó mirando en silencio y su rostro que un momento antes era de enfado, sufrió una notoria transición que luego pasó a ser de angustia y arrepentimiento—al menos que yo haya hecho algo en aquel entonces y no me he enterado, no veo la razón por la que estés molesta conmigo —añadió él acercándose al botón rojo que detenía el ascensor a mitad de camino. —Enseguida, se acercó a Alice de manera intimidante para acorralarla y acariciar su rostro usando su nariz y labios, mientras le ponía una mano al rededor de su cuello suavemente como era costumbre cuando estaban en un ascensor detenido a mitad de camino. — Siento que nuestra relación quedó inconclusa y aún no sé por qué — susurró él en el oído de ella.

— Se te está haciendo un habito hacer esto, Jared — murmuró ella

— Pídeme que me detenga y lo haré — dijo él mientras sus labios se desplazaban por el cuello al hombro de Alice. Ella no respondió, y aquel silencio lo dijo todo en realidad. Jared continuó unos segundos más. Enseguida se alejó un poco y tomando el rostro de Alice suavemente para apoyar su frente a la de ella dijo:

— Dime qué fue lo que te hice, Alice — suplicó en un murmullo el cantante, cuyas palabras chocaron contra los labios de ella como si fuese terciopelo al tacto con su propia boca.

«Si supieras que no fue por algo que tú hiciste» respondió Alice en sus fueros internos, mientras cerraba los ojos y dejando que él la acaricie.

En el pasado, cada contacto que Jared le propinaba era como si se le erizaba la piel, acompañado con una gran sensación de fuego que comenzaba desde su vientre y se propagaba al resto de su cuerpo, sensación que le invitaba a seguir aferrándose a él como si su vida dependiera de ello olvidando todo lo demás. Sorprendentemente para ella, eso era justo lo que le estaba ocurriendo en aquel momento, cual fantasma del pasado que le recordaba que con él era feliz, y si ella así lo quisiera; ambos podrían volver a serlo. Recordándose así misma, que si tuviese valor, le diría a Jared la existencia de Rose y la posibilidad de formar una familia entre los tres, sería bastante probable sí tan sólo fuese capaz de confesar todo lo ocurrido en el pasado.

—Sólo quiero saber... que fue lo que hice mal—insistió él sin dejar de darle cortos besos en la piel de quien siempre sería el amor de su vida.

Como respuesta a su última frase, obtuvo algo que ninguno de los dos logró prever. Un espontaneó y dulce beso que ella depositó en aquellos delgados e inflados labios masculinos. Ante la sorpresa de ambos, se separaron mirándose a los ojos detenidamente uno al otro, mientras él dio un paso atrás, ella se arrimó más hacia la pared con una expresión tímida suplicando una silenciosa disculpa por dejarse llevar. Jared, frunció levemente el ceño, ladeó una sonrisa juguetona y enseguida la tomó de la cintura; de ese modo él fue quien tomó la iniciativa esta vez, besándola nuevamente con el propósito salvaje de anular cualquier posibilidad de escape. Conociendo a Alice, estaba seguro de que ella intentaría salir huyendo, sin embargo, bajo esas circunstancias, ella no tenía oportunidad de ir a ninguna parte de todas formas y él lo sabía, su acción fue netamente para demostrar control y provocación.

Alice quería detenerlo, pero no lo hizo pues sabía que aquello no era lo que realmente deseaba. Entonces ambos se dejaron llevar y continuaron besándose. No obstante, el cantante se detuvo para luego presionar el botón rojo y hacer que el ascensor siguiese su curso hasta el penúltimo piso.

A continuación, cuando el elevador llegó a su destino, Jared agarró las bolsas de compras de Alice y sin decir nada se dirigió a su propia habitación.

— ¿Qué haces? — preguntó ella algo nerviosa y confundida al ver que él dejaba los paquetes dentro de la habitación. Jared no dijo nada, sólo la miró, le dio una sonrisa y enseguida la jaló del brazo para hacerla entrar cerrando la puerta tras de sí.

Estando adentro, Alice comenzó a temblar ligeramente, lo que Jared acababa de hacer la tomó desprevenida, pero bien en el fondo sabía que tarde o temprano, ella se vería acorralada de alguna forma que Jared no la dejaría salirse con la suya como lo ha estado haciendo en los últimos encuentros que han tenido.

— Esta vez... no permitiré que dejes las cosas inconclusas entre nosotros, ya no mas — dijo él en un tono enigmático que ella pudo reconocer.

La rubia tragó saliva, dando pequeños pasos hacia atrás al sentirse intimidada, él por su parte, daba pequeños pasos hacia delante dirigiendo a Alice hacia la pared del recibidor y lo siguiente que ella recordó, como si estuviese despertando de un repentino desmayo, era que ambos se besaban y se acariciaban con desesperación, mientras se quitaban la ropa uno al otro.

Jared la cargó en sus brazos llevándola ahorcajadas hasta el dormitorio. Alice cayó con suavidad sobre el colchón y él contempló con nostalgia y ternura aquella semidesnuda mujer que aun, y a pesar de los años seguía pareciéndole hermosa y frágil. Pero por sobre todo seguía amándola al punto de que le parecía difícil creer que estuviese a punto de hacerle el amor por primera vez después de tantos años.

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Nota de la autora: Chicos, sí notan algo diferente a lo largo de la historia, es porque he hecho un par de correcciones, es especial en el cálculo del tiempo que ha pasado y la edad de los personajes principales. Por eso, pido disculpa por mi error anterior.



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