Capitulo 2.



2008

No eran luciérnagas, eran hadas... hadas y mariposas que revoloteaban juguetonamente frente a él y la rosa protegida por esa burbuja de cristal. Lo pudo comprobar la noche siguiente cuando se durmió y volvió a soñar lo mismo, sólo que esta vez, ya no era él y la oscuridad; poco a poco se iba formando un ambiente más colorido y armonioso. Él no se había movido de su lugar desde que despertó la noche anterior. Al irse a dormir a la noche siguiente, se vio sentado en la misma posición junto a la flor que tanta curiosidad le causaba. Con la diferencia de que ya no estaba solo, ya no estaba esa luz y mucho menos la intrigante oscuridad.

Vio a su alrededor y asombrado descubrió que estaba en un prado verde adornado de la más exquisita flora y fauna, un árbol gigante con grandes y delgadas lianas colgaban como el cabello largo de un rastafari, Jared se dio cuenta que estaba sentado en el interior de las lianas que lo rodeaban cual cortinas. Se aventuró a creer que aquel era un sauce llorón muy grande con largos ramilletes verdes y rosa de hojas pequeñas, lo que le parecía muy extraño, porque los sauces no tienen flores como el que estaba en su sueño, o al menos, eso creía él, pues no recordaba haber visto uno con flores en realidad; hasta en ese momento . No obstante, luego se le vino a la mente que quizás se trataba de una Enredadera Wisteria. Sabía que esa especie de árbol era de un follaje muy parecido al sauce llorón, y tanto su forma como su tamaño también, con la diferencia, que éste tenía flores rosas que hacían parecer, que el árbol fuese de ese color. Pero, a pesar de esa observación, estaba consciente que aquel era un mundo extraño e irreal y todo lo que viera ahí sería surrealista por lo que, no se sorprendería sí ese árbol cambiase de color cada cuanto segundos o algo así, es mas... esperaba que sucediera... y sucedió, pues no pasó un minuto, cuando notó que las hojas comenzaban a cambiar en degradé a un tono violeta y azules.

El sauce se hallaba en medio del prado, era el centro de atención y en donde la mayoría de las criaturas, tantos fantásticos como reales se aglomeraban alrededor de él como si fuese el punto de reunión obligado. La rosa roja encerrada en la burbuja de cristal, (cuyos pétalos se comenzaron abrir un poco más) estaba plantada al pie del árbol, y Jared no se explicaba como fue que de haber estado rodeado de oscuridad y una misteriosa luz viviente; de pronto estaba en medio de todo un ecosistema natural, de esos, que van quedando muy pocos por culpa de la humanidad y su avaricia, pero al mismo tiempo tan irreal.

En una de las largas y gruesas ramas del gran árbol, una chica joven se balanceaba sentada en un columpio de lianas hechas de flores y hojas, éste parecía que fuese parte del árbol, como si las raíces y ramas se enredaran y entrelazaran al rededor. Logrando que ni siquiera el tronco se pudiese ver del todo, y cada vueltas y trenzas del follaje tuviesen vida propia e independiente.

La chica del columpio tenía la apariencia de una muñeca con largas trenzas rojizas a los lados, un vestido infantil de mangas cortas y abombadas, un sombrero de paja blanco adornado con una cinta rosada. En su rostro tenía un maquillaje de fantasía, la base era blanca, en su mejilla llevaba dos círculos rojos que simulaban ser rubor, sus labios sólo estaban pintados en el centro y usaba un par de guantes blancos con encajes.

También había una chica vestida de bailarina de válete, su atuendo era absolutamente negro, desde la maya, hasta el tutú. A Jared le recordó un poco la parte oscura de Odette, la protagonista Del lago de los cisnes. Esta chica, también utilizaba un maquillaje de fantasía de tonos oscuros que resaltaban en su rostro blanco, pero a diferencia de la chica del columpio, la bailarina parecía que fuese de porcelana y sólo se movía cuando hablaba... las pocas veces que hablaba.

— Bienvenido al pueblo Primavera eterna — dijeron ambas chicas al unísono. La bailarina al saludar al recién llegado, se inclinaba hacia delante mientras estiraba completamente una pierna hacia atrás con el pie apuntando hacia arriba. También tenía los brazos extendido hacia los lados y su mirada en dirección a Jared. Entre tanto la chica del columpio, sólo seguía balanceándose sin parar mientras sonreía.

Esas fueron las primeras y últimas palabras que escuchó antes de abrir los ojos y despertar con el sonido de la alarma de su Blackberry.



2008 un mes después.

Un mes desde que Alice desapareció de su vida, un mes también desde que Jared y la banda recibieron la demanda.

Ese día despertó con esa extraña sensación de que aquel sueño recurrente, se trataba de un sueño compartido, pues le parecía extraño que él siendo un adulto maduro con tantos problemas económicos y emocionales, estuviese soñando con un mundo tan infantil y al mismo tiempo tan oscuro, puesto que no sólo criaturas de fantasías como duendes, sirenas y hadas albergaban aquel lugar onírico, también otro tipo de personajes, los cuales prefería quitar de su mente en ese momento, puesto que debía y quería concentrarse en su trabajo. Sin embargo, aún estaba el cuestionamiento de sí aquel sueño era sólo suyo, o lo compartía con alguien más, en ese caso quería saber con quién lo compartía y porque en su subconsciente aparecía todo eso. No le encontraba el sentido, no había ninguna referencia que se relacionara con su vida real, excepto algunos personajes que le recordaban un poco a gente que conocía o que alguna vez vio.

Entró al estudio de grabaciones, de inmediato las cámaras comenzaron a filmar alguna toma rápida mostrando los elementos que había en esa habitación.

Entre tanto Shannon y Tomo estaban ubicados, cada unos en sus puesto frente a sus respectivos instrumentos

El sonidista, en otro cuarto, separado por una puerta de vidrio que conectaba a la habitación donde se hallaban los chicos, estaba junto a la consola. Flood, el productor musical, se hallaba también ahí junto a los tres músicos, con unos grandes audífonos sobre sus orejas para chequear que tal sonaban. Éste era un hombre un tanto regordete de mediana edad, cuyo cabello castaño oscuro estaba encaneciendo. Vestía con un atuendo casual, camisa blanca de mangas cortas y pantalones de tela, sobre el puente de su nariz se hallaban puestos, unos anteojos ópticos rectangulares de montura café oscuros y en su blanco rostro llevaba una barba de tres días.

— Vamos a tocar... Kings and Queens. — Anunció el vocalista tras haberse sentado frente a un piano electrónico con micrófono apoyado en un atril.

El sonidista dio la señal con un gesto de la mano a través de la puerta de vidrio, Jared hizo un conteo que sólo llegó hasta el número "uno" y comenzó a cantar las primeras tres palabras de esa canción, primero en acapella.

«Into the night...»

Luego, le siguieron los acordes de la guitarra que Tomo sostenía en sus manos con gran maestría

«Desperate and broken

The sound of a fight

Father has spoken...»

Tras unos segundos de silencio en el que sólo se escuchaba el instrumento de cuerdas, la batería comenzó a sonar fuertemente entre cortado dándole un efecto dramático a la introducción de esa canción.

— Definitivamente hay algo ahí — dijo Jared, al detenerse en ese instante. Los demás simplemente asintieron — Vamos a intentarlo de nuevo— añadió el vocalista. La música comenzó desde principio de manera inmediata.

Al finalizar las grabaciones del disco, se tomaron un descanso para salir al patio a comer en la terraza. No obstante, las cámaras que grababan el documental seguían corriendo y mientras comían, comentaban sobre la canción. Jared expresó lo buena que le estaba quedando, incluso decía que no podía quitársela de la cabeza y que ésta era infecciosa.

— Esa guitarra aumentando al final — dijo Flood

— ¡Genial! — respondió Tomo con la boca llena

— Sí— terció Jared mientras se cruzaba de brazos y se balanceaba sobre las patas traseras de la silla

— Yo sé de hacer discos — continuó Flood — Esto, es trabajo duro. La lucha... es parte de ella— seguía diciendo mientras miraba al vocalista a la cara, quien en ese momento parecía estar algo ido, no así sus compañeros, quienes parecían prestar más atención a las palabras de su productor; Shannon lo miraba atento mientras cruzaba los brazos, en tanto Tomo intentaba digerir cada palabra. Tenía los codos apoyados sobre la redonda mesa de madera, y entrelazaba sus dedos para posar sus labios sobre sus manos en una posición meditativa. Los consejos de Flood sonaba muy paternal. Era como si fuese un padre hablándole a sus hijos. —Se trata de ser sincero consigo mismo. Eso es lo que quiero decir ahora. Es como si pudieras tomarlo y abrazarlo e irte con él ¿entiendes? — Hizo una pausa para mirar a Jared, pues éste era el que estaba sentado frente a él. — Tener un poco de balance — continuó — intentar hacer algunas locuras y ahora estas en un lugar genial para hacerlas.

Terminaron de comer en total silencio, Jared seguía un tanto ido tratando de separar sus problemas existenciales de lo laboral. Quería seguir los consejos de Flood por lo que, por una vez en la vida consiguió hacerlo.

Así que, al pasar los días, y aún no conseguían terminar Kings and Queens, Jared se propuso desconectarse de sus problemas y conectarse más con la canción... o eso pretendía, pues no siempre le fue fácil. Sin embargo, cuando volvieron a tocar esa canción por enésima vez durante todo el mes, el último intento de grabar la canción se hizo más expedita por fin y sin nada de equivocaciones ni contratiempos, parecía que Jared ya estaba teniendo mejor concentración en su labor y nada lo distraería de hacer su trabajo animando a los demás hacer lo mismo.

Sólo que en realidad, no era así, pues él no estaba pensando solamente en la letra de Kings and Queens. Sin darse cuenta, a ratos su mente insistía en recordarle el hecho de que aún no podía superar a Alice. Según él, nunca la superaría ya sea que pasen años desde esa ruptura. A eso también se le colaban las imágenes fugases de los extraños sueños que tenía cada noche. No obstante, aprovechando sus dotes de actor, se propuso así mismo, fingir que todo estaba bien, que dejaría de pensar en ellos, o en su ex, y que su prioridad sería sus proyectos laborales.

Ante las cámaras y ante sus compañeros, debía fingir que lo único que tenía en mente, era el disco y la demanda... nada más.

Ese día, cuando él decidió que todo estaría bien, aunque fuese mentira. Dejaría que Alice continuara atormentándolo, pero se permitiría asimismo, pensar en ella durante las noches, cuando no tuviese que pensar en otra cosa más que en la mujer que tanto amaba, en lo mucho que la extrañaba y deseaba tenerla de vuelta entre sus brazos.

Sábado 28 de mayo del 2016

— Tenías veinte años. — le dijo Camille a Alice, mientras se miraba frente a un espejo de cuerpo entero para observar con más detalle el vestido negro que escogió. — Prácticamente una adolescente con poca voluntad, pero ya has madurado lo suficiente para tomar tus propias decisiones .

Ambas se encontraban en una tienda de ropa exclusivas en el centro comercial. Ese día, durante la noche, las dos amigas tenían una cita, sólo que no se trataba de una cita doble. Alice se reuniría con un chico que conoció en su trabajo, un hotel en el que ella era cantante del pub que hay en este mismo. Mientras que Camille consiguió una cita con Shannon Leto.

— Lo se... — dijo Alice aún buscando entre los colgadores que atuendo probarse. — Pero entiende, no es tan fácil como crees, y no me refiero a Shannon o a Emma, es sólo que...

— Tienes miedo, lo sé — interrumpió Camille — Ok, definitivamente este es el indicado añadió cambiando de tema. Dio un pequeño giro para mirar por el espejo que tal le quedaba el vestido por la espalda y enseguida miró a Alice — ¿Qué te parece? — preguntó sonriendo nerviosamente

— Perfecto... es tan tú — contestó la rubia

— Eso quería oír — dijo su amiga con gran entusiasmo, para luego volver al probador, y cambiarse de ropa.

— ¡Ay, y yo aún estoy en veremos! — Se quejó Alice — Es que no quiero algo tan provocativo, esta no es una cita oficial, ni siquiera somos novios

— Ah... ¿crees que sólo debes verte bien y provocativa cuando ya sean novios? ¿Antes no? — se mofó Camille

— No es eso, sólo no quiero darle falsas esperanzas, me gusta como amigo, eso es todo

— Vamos, date la oportunidad, a veces toma tiempo para sentir algo mas fuerte por alguien — dijo Camille estando aún dentro del probador. Alice suspiró al tiempo que negaba con la cabeza. Por un momento apartó la mirada de la ropa, a lo lejos pudo ver a la última persona que esperaba ver en mucho tiempo dejándola totalmente paralizada por unos segundos.


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