Capitulo 19.



A medida que avanzaba por aquel sombrío lugar, iba notado nuevos aspectos del paisaje que rodeaba aquella góndola. Uno de los aspectos era la fría y blanca nieve que caía suavemente como plumas de almohadas sobre su cabeza. Otros tantos caían en el fondo del bote acumulándose sobre y bajos sus pies. La nieve era una cortina gruesa que cubría todo el paisaje; cada copo se amontonaba sobre la superficie terrestre dejando un manto blanco en lo que antes era césped, otros tantos caían en el lago y flotaban como espuma.

Los animales, tantos reales como los mitológicos, habían desaparecido, tampoco estaban las Strippers que en el sueño anterior bailaban sobre los bloques de hielos. Los únicos seres vivos que Jared podía ver, era su acompañante femenina frente suyo en la góndola y algunas ninfas de hielo que vestían con ligeras ropas blancas cuyas telas, se movían al ritmo de la ventisca que acompañaba a la nevazón.

El lago por el que navegaba seguía tan líquido y gélido como siempre. Era muy raro para Jared que aquel lago no se congelara a pesar del frío que acompañaba a la nieve o los trozos de hielo que flotaban en el agua. Pero al ser consciente de que todo eso era un sueño, ya dejaba de parecerle extraño en realidad, no obstante; aún era asombroso para él, puesto que no era algo que viviría en su mundo real.

— ¿Por qué este lago no se congela sí está nevando? — preguntó abrazándose asimismo mientras se le quebraba la voz de tanto frío que sentía, sus labios estaban pálidos y temblaba de los pies a la cabeza. — No tiene sentido — añadió él a pesar de que ya sabía la respuesta.

— Dime ¿Has tenido alguna vez algún sueño que tenga sentido? — le cuestionó la chica. Jared no tuvo palabras para responder. Desde hace ocho año no había tenido otros sueños que se relacionara con ese extraño mundo de fantasía, y todos los sueños que alguna vez tuvo antes de estos, quedaron en el olvido.

Otro aspecto que no escapaba de su asombro, eran las miles de rosas rojas y blancas que surcaban todo el campo derecho hasta la orilla del lago. Las que poco a poco se abrían como si fuese magia haciéndose paso entre la nieve que alfombraba la superficie. A su izquierda, el panorama era similar, la blanca nieve que cubría el suelo, y de éste, de manera mágica; miles de jazmines blancos y azules comenzaron a surcar la tierra nevada.

Jared sonrió; por un instante pensó, que Rose nuevamente comenzaba a tomar el control de ese sueño, dándole una nueva esperanza de que pronto saliera de la triste desolación de aquel ambiente. Pero se dio cuenta que no era así, cuando todas las rosas de pronto se tornaban grises hasta ponerse completamente negras, mientras que los jazmines simplemente se marchitaban.

— Hemos llegado. — Dijo la mujer del antifaz pintado, sonriendo con satisfacción e ignorando el desencajado rostro de horror, que Jared tenía al ver aquellas flores morir una por una de manera lenta y seguidas.

La alarma de su despertador sonó horas después de haberse quedado dormido, por lo que al comienzo no le prestó mucha atención; simplemente la apagó y continuó durmiendo tratando de volver a su sueño recurrente, quería ver hasta donde llegaría esta vez. Sin embargo, la tranquilidad no le duró mucho; primero escuchó que alguien tocaba el timbre de su suite, por lo que no llegó a quedarse dormido nuevamente, simplemente se quedó acostado manteniendo sus ojos cerrados.

El timbre sonó unas cuantas veces más, pero también lo ignoró y se preguntó desde cuando las habitaciones de ese hotel tenían timbre afuera de sus puertas. Y la verdad era que siempre lo habían tenido, pero tanto Jared como Stevie, habían estado en el hotel Reed muy pocas veces, como para darse cuenta de ello. Ya que Jared por su parte ni siquiera había tenido la visita de un botones que fuera directo a la habitación en el que el cantante acostumbraba alojar.

Y Stevie por otro lado, no había entrado tantas veces a la suite de Alice, y cuando tuvo esa oportunidad alguna vez; fue en compañía de ella. Exceptuando en su primera cita, cuando fue por su novia a la suite y ni siquiera ahí, el guitarrista se dio cuenta de ese detalle.

Segundos después de que el estridente ding- dong de su habitación dejara de sonar, salió a la carga, el inesperado sonido de su celular avisándole que tenía una llamada entrante. Jared a regañadientes aceptó qué debía levantarse, tomó su teléfono y decidió contestar la llamada sin ver en la pantalla de quien se trataba.

La voz al otro lado de la línea, era de Sheila, quién tenía instrucciones específicas de llamarlo por teléfono a cierta hora para asegurarse de que su jefe estuviese despierto. Jared se odió asimismo por haber tenido esa gran y maravillosa idea, puesto que su asistente si bien era un poco rebelde y bastante habladora, en comparación con Emma; ella era realmente eficiente y en momentos críticos era capaz de tomar iniciativa propia en el lugar de su jefe cuando la ocasión lo ameritaba.

8 de junio del 2016

Si bien fue la primera en levantarse esa mañana, Alice en realidad no pegó un ojo en todo el resto de la madrugada. Para ella, los eventos de la noche anterior eran el equivalente de un extraño pesadilla, de esos que comienzan bien y normal; para luego notar que las cosas se ponen extrañas hasta terminar en un bizarro y perturbador mal sueño. Como cuando alguien propensa a las pesadillas, ve una película de terror la noche anterior.

En sus fueros internos, comenzó a recapitular cada detalle de la anterior noche, así que mientras se encontraba frente al mostrador de la cocina preparándose un café bien cargado y sin azúcar. Aún con pijama, y sobre éste usando una delgada bata de satén color salmón, ella se puso a recordar cada detalle. En primer lugar, se le vino a la mente el hecho de que Jared estuvo coqueteándole frente a Stevie y Margot de manera descarada durante toda la velada, para luego terminar atrayéndola en una trampa donde ambos quedaron asolas dentro de un ascensor.

Sus recuerdos eran tan vividos, que era capaz de reparar en ellos uno por uno con lujos de detalles, en especial, los que involucraban a Jared porque éstos fueron para ella los que más le marcaron. Ya, que sí bien Alice se resistía a caer en los tentadores brazos de su ex, ella se sentía obligada a admitir para sí misma, que le había gustado quedar asolas con él.

Sin embargo, aquellos recuerdos se opacaban y se difuminaban cuando se le venía a la mente a Shannon y el enfrentamiento con éste.

« ¿De verdad él es tan caradura como para de pronto mostrar interés por Rose después de lo que me hizo pasar? ¿Pero quién se creía? » Esos fueron los cuestionamientos que hicieron a Alice pasar una muy mala noche al punto de no dormir nada.

Tras terminar de beber su café, Alice volvió a su habitación y luego de seleccionar cuidadosamente su vestimenta, ella se encerró en su baño privado para darse un baño (valga la redundancia) de tina. Sentía que lo necesitaba luego de haber pasado una muy mala noche y esperaba con todas sus ganas no tener que pasar por lo mismo, sin embargo, sabía que otro encuentro con los hermanos Leto era algo inevitable estos días.

Comenzó a llenar la tina de agua caliente y mientras esperaba a que eso sucediera, se quitó el pijama y se miró al espejo ignorando su cuerpo desnudo. Se concentró únicamente en el demacrado rostro cuyas bolsas de color malva bajo sus ojos, destacaban más que cualquier otra cosa la palidez de su cara. Delatando así su falta de sueño, como sí no hubiese dormido en toda la semana. Ella bostezó, se refregó un poco los ojos y suspiró profundamente antes de cerrar la llave del agua y meterse a la bañera.

Se acomodó apoyando su espalda sobre la fría baldosa de la tina, y luego se recostó un poco sobre la pared de azulejo aguamarina cerrando los ojos para sentir la relajante sensación provocada por las burbujas artificiales de la tina. En su intento desesperado por mantener su mente en blanco y relajarse, su subconsciente la traicionó llevándola sin permiso a un pasado que sólo parecía un sueño casi borroso, pero poco a poco éste se iba poniendo real y muy nítido.

Año 2007

— Tenías razón— comentó ella recostando su cabeza en el desnudo, fornido y empapado pecho de Jared

— ¿En qué? — quiso saber el cantante. Su aspecto ya no era al estilo Emo como lo fue el año anterior, su negra cabellera con puntas rojas, fue remplazada por un castaño tono natural y si bien, aun mantenía su cabello largo, se lo había recortado un poco dejándoselo hasta un poco antes que su nuca.

— Hace un año, dijiste que tu siguiente vídeo clip sería colosal...—suspiró —y lo es.

Jared sonrió, mientras acariciaba la desnuda y mojada espalda de Alice con la yema de sus dedos, sentir el contacto suave de su piel era una parte importante en la vida del cantante. Siempre y cuando tenía la ocasión de estar asolas con Alice, él adoraba acariciarla y abrazarla cada vez que se le presentaba la oportunidad, ya que esa clase de demostraciones afectuosas, no lo hacía en cualquier parte, sin embargo, cuando lo deseaba y no podía, sentía una ansiedad enorme de estar asolas con ella, casi como una adicción.

— Aun no lo hemos estrenado, cariño— dijo él — además queda la post producción.

— De todas formas será genial. — replicó Alice aun abrasada a él.

Ambos estaban dentro de una tina en el baño privado del dormitorio de Jared; uno frente al otro con las piernas recogidas y entrelazadas. El agua cuajada de blanca espuma, estaba casi hasta el borde de la tina y de vez en tanto esta rebalsaba mojando la baldosa del suelo.

Luego de un largo y exhaustivo trabajo en Groenlandia rodando el vídeo de A beatefull lie, todos volvieron a casa incluyendo Alice y Camille quienes acompañaron a los chicos en esa travesía, en el que tuvieron varios días entrevistando a la gente de aquel lugar sobre el cambio climático; como era antes y como ha cambiado la vida de los habitantes, etc. Todo para lograr un video clip impactante y hacer concientizar Echelon.

Luego, comenzaron a grabar la canción. El escenario elegido, fue la superficie de un glaciar, por lo que tuvieron que trasladar el equipo tanto de ida como de vuelta en un helicóptero. Muchas veces, también debieron suspender las grabaciones por problemas climáticos, técnicos o por falta de movilización hacia el lugar.

Mientras eso ocurría. Alice y Camille se veían obligadas a quedarse en el lugar donde se hospedaron durante todo ese tiempo.

Como premio así mismo por haber regresado sanos y salvos; Jared y Alice se propusieron un relajante y romántico momento en la bañera. La que, con anticipación prepararon con sales aromáticas e incienso relajantes con aromas florales tales como rosas y jazmín.

Había pasado un año desde que supieron que eran el uno para el otro, y ya tenían una relación formal que sólo era conocida entre sus amigos más cercanos, pues ninguno de los dos quería que eso se hiciera público.

Él porque no quería que la prensa se inmiscuyera en sus asuntos personales, y ella porque no quería ser conocida como "la novia dé". Si algún día se hacía conocida, quería que fuese por sus propios méritos ya sea como cantante o como diseñadora grafico. Además, en aquel tiempo Alice aún estaba estudiando su carrera profesional, y prefería mantenerse en el anonimato como una chica normal y no como una especie de celebridad.

—Aunque, debo admitir que al principio no me entusiasmaba mucho que lo hicieras de esa forma

— ¿Ah no? ¿Por qué? — quiso saber él

— Temía por ti, era muy peligroso y el clima era horrible — contestó ella levantando su vista para buscar la mirada de su novio. — Además, no tenían ayuda, se encargaron de trasladar todo ustedes solos y yo me sentía algo inútil esperándolos en el hotel. —Él la tomó de la nuca con suavidad para atraerla nuevamente a su pecho y le dio un dulce beso en la coronilla.

—Tranquila, ya estamos aquí. — susurró Jared. —ahora hay que seguir trabajando y esperar el gran día del estreno ¿De acuerdo?

— Está bien — respondió ella.

— Ahora sólo quiero que disfrutemos este momento— añadió él mientras tomaba aire profundamente — me encanta este aroma, me relaja y me hace olvidar el estrés.

— Sí, el jazmín me encanta. Es una flor hermosa y huele lindo.— Comentó Alice en un murmuro, como sí se estuviese quedando dormida en los brazos de Jared

— En realidad, yo siento un aroma a rosas —replicó él — y aunque sea la flor más común, es la más significativa para mí. Si algún día tengo hijos espero al menos tener una niña para ponerle ese nombre. — Alice sonrió mientras cerraba los ojos al oír la ocurrencia de su novio.

— ¿Cuántos hijos quieres tener? — le preguntó ella, mientras soltaba una pequeña risita

— No lo sé, dos o tres... Los que sean necesario hasta que salga una niña. — Respondió Jared bromeando. Enseguida, ambos comenzaron a reírse hasta que lograron calmarse tras un breve suspiro.

—Rose Jazmín Leto...Scott. — Comentó Alice en un tono meditativo —Me gusta, en especial porque mi flor favorita es...

—El jazmín." interrumpió Jared finalizando la oración mostrando una dulce sonrisa.

— Sí—dijo ella riendo suavemente

—Sí, nunca lo olvidaré—dijo él abrazando a su novia.

— ¿Y por qué no?— quiso saber Alice sobre el hombro de él, mientras le devolvía ese cariñoso abrazo.

—Tú lo has mencionado, Rose Jazmín Leto Scott, ese será el nombre de nuestra futura hija, prométeme que nunca lo olvidarás, Alice.

—Te lo prometo. —Murmuró ella "nunca lo olvidaré.

Año 2016

— ¡Mamá, Stevie está aquí! — dijo Rose sacando a Alice de sus recuerdos. No estaba segura cuanto tiempo pasó, tampoco sabía muy bien la razón por la cual le llegaron esos recuerdos a la mente. Se imaginó quizás, que la causa de todo ello fueron los eventos de las últimas horas, o tal vez el aroma que emanaba las sales de baño o el champú con aroma a flores que siempre usaba, sin embargo; esa última opción prefirió descartarla porque creía, que si esa fuese la razón, todos los días estaría recordando ese momento...

« Aunque, en realidad siempre lo estoy recordando» se dijo asimisma.

Se salió de la tina y se colocó una bata de tela de toalla en su cuerpo y una toalla en su cabeza. Enseguida, tomó su pijama y volvió a su habitación.

Donde la esperaba sentada en su cama, mientras movía sus cortas piernas cual columpio, su hija, quien aún seguía con su ropa de dormir abrazando a su lechuza de peluche.

— ¿Mami?

— ¿Sí, mi amor? — preguntó Alice mientras se vestía sin pudor alguno frente a su hija

— ¿Stevie será mi papá?— la pregunta de Rose hizo que Alice se congelara a mitad de camino dentro de su camiseta. Luego se la acomodó correctamente y suspiró antes de terminar de vestirse, sin responderle nada a su hija hasta que se acercó a ella y se sentó a su lado.

— ¿Quieres a Stevie como tu papá? — le preguntó tomando a la niña suavemente del mentón para hacerla mirarla a los ojos. Rose con expresión de tristeza y algo de confusión negó con la cabeza

— ¿Pero por qué no? ¿Acaso no te gusta?

— No es eso—dijo la niña— me cae bien pero no lo veo como mi papá.

— Pues entonces, no lo será— dijo Alice en un tono tranquilizador. Ella podía notar perfectamente la preocupación en el rostro de su hija.

— ¿Y tendré un papá algún día? ¿Conoceré a mi papi real?

Alice por un momento no supo que decir. Se preguntó si acaso estaba haciendo lo correcto pero esperaba que sí. Rose siempre tuvo claro que tenía un papá, Alice siempre le decía que era una persona muy ocupada y algún día lo conocería cuando éste tuviese tiempo, pero nunca se imaginó que la niña le preguntaría si algun día tendría un padre adoptivo y que ese padre tal vez fuera Stevie. En especial porque no estaba segura de su sentimiento hacia él.

Por otro lado, odiaba admitir que Jared tenía razón en cuestionarle si ella realmente amaba a Stevie como para seguir con él; también odiaba admitir que Camille ha tenido razón en todo este tiempo en que, con insistencia le sugería decirle a Jared y a Rose la verdad, y por último odiaba también admitir que Shannon tenía razón en que él como Jared tenían derecho a estar con la niña.

En pocas palabras sabia que se estaba equivocando en todo, pero su orgullo no la dejaba razonar e inventaba una y mil excusas para no dejar que la verdad saliese a la luz.

Su último pretexto para acallar la verdad fue, esa mañana antes de levantarse; cuando a propósito de la recriminación hacia Shannon sobre la sugerencia de abortar que él hizo ocho años antes. Recordó la declaración que Jared había hecho vía Vyrt al Echelon expresando que estaba a favor de esa práctica.

« ¿Y si hubiese estado presente en esa discusión...? » comenzó a cuestionar mientras su mirada se quedaba fija en el perfil de Rose, muchas veces para ella era increíble el parecido que su hija tenía con Jared, sobre todo sus ojos y su nariz. — « ¿A quién hubiese defendido? ¿A mí o a su hermano? ¿Y si le hubiese dado la razón a Shannon y me hubiera obligado a abortar? ¡No, eso no, Jared no haría una monstruosidad así!... creo. Pero con la declaración que dijo sobre el aborto el año pasado, me hace creer que es una persona de doble discurso. No es posible que una persona que defienda la vida animal, no sea capaz de defender la vida humana... si es así, entonces mi elección de haberme alejado de él fue la correcta. »

— Mami, mami tengo hambre — dijo Rose tironeando a Alice de la camisa, pero ella no contestó. Aun seguía en sus cavilaciones sin siquiera mover un dedo

— ¿Mami? — intentó de nuevo la niña, pero no consiguió respuesta. Así que así sin más, la pequeña suspiró, se puso de pie y salió de la habitación resignada a esperar a que su madre fuese a la cocina a prepararle el desayuno.

«Pero entonces, si hubiese estado de acuerdo con Shannon, de todos modo no seguiríamos juntos... quizás había terminado conmigo para no tener que lidiar con la responsabilidad de ser padre porque su carrera como artista es mucho más importante que formar una familia...»

El golpe de una puerta cerrándose la hizo volver a la realidad.

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