Capítulo 1
—Amiga, mira esto. —Una mujer, con algunos kilos de más, cabello corto teñido de verde y vestida con lo primero que encontró en su ropero, se acercó a su amiga con celular en mano para mostrarle una foto.
Se trataba de una fotografía recién tomada del miembro viril del hombre con quien ella estaba saliendo.
—Wow, ¿y a qué viene mostrarme eso? —respondió la otra chica con un tono más serio, contrastando totalmente con la personalidad tan jocunda de su amiga.
—Esta noche por fin me voy a encontrar con él. Además, ya sabes que siempre soy muy abierta contigo. Siempre estoy encima tuyo contándote y mostrándote todo. —La alegre chica se llevó las manos al pecho esbozando una sonrisa.
—Escucha esto, Maribel. Eso lo entiendo, pero ya es algo exagerado mostrarme esas cosas.
—Bueno, tal vez sea porque nunca te pusiste, digamos...con la temperatura elevada. Oye, Sofía, tal vez, tu también deberías descargarte una de estas aplicaciones de citas y conocer chicos. Te veo muy solitaria, siempre aquí encerrada. —La chica con cabello tintado, tomó asiento al lado de su amiga con un gesto de preocupación en su rostro.
—¿Y para qué? Yo soy feliz estando aquí comiendo helado. —Sofía muestra el pote de helado, el cual tenía una capacidad de un kilogramo, y ya no había casi nada de contenido.
—¡Ay, amiga! Valoro tu superpoder de vivir comiendo y nunca engordar. Mírate, a penas tienes unos rollitos pequeños. Estás divina.
—Tú también lo estás, amiga. —Sofía esbozó una sonrisa mientras se zampaba otra cucharada de helado.
—No lo sé...yo tengo bastantes kilos de más... —Maribel se mostró insegura con respecto a su cuerpo.
—Si quieres verlo así, para mí, eres una 'BBW'. —El pote de helado se terminó, por lo que dejó tanto el recipiente, como la cuchara, en la mesa.
—Ah...¿me ves como un auto? —La cara de la chica con sobrepeso ahora denotaba una gran confusión.
—¡No, idiota! Eso es 'BMW'. Yo hablo de 'BBW', o sea, una chica grande de cuerpo, linda, con buenos atributos, y sexualmente muy atractiva. —Sofía abrió los brazos con intenciones de darle un abrazo.
—O sea, que yo te parezco físicamente atractiva...de modo que si fueras lesbiana, que desconozco, porque desde que somos amigas nunca te conocí alguna pareja, ahora mismo estarías tirándote encima mío.
—Me refiero a que tienes un gran atractivo físico para el "público". ¿Entiendes ahora?
—Creo que sí. Por cierto, sé que debía hacer algo ahora, pero no recuerdo exactamente qué.
—Si, revisando la hora que marca el reloj, en diez minutos debe venir a buscarte tu chico. —Sofía observó el horario actual en su teléfono celular.
—¡No! No estoy nada preparada, debo peinarme, maquillarme, cambiarme la ropa. —Maribel salió corriendo en dirección a su habitación, desesperada.
La otra la siguió.
—¿Hay bastante prisa, verdad? Parece que te va a llevar a un buen lugar.
—Si, me llevará a un hotel muy lindo, y con jacuzzi.
Sofía se paró en la puerta de la habitación de su amiga, mientras la observaba preparándose, con su cabello negro largo y desprolijo, como si nunca lo hubiera peinado en toda su vida. Un rostro muy bello, con una agradable sonrisa y brillantes ojos marrones. Su cuerpo era delgado, con curvas pequeñas pero que aun así, tenían su encanto. Su ropa no era gran cosa, ella siempre fue de ponerse lo primero que encontrara en el armario. Vistiendo en ese momento, una remera blanca sencilla y un jean descolorido y bastante arruinado.
En, aproximadamente, unos quince minutos, sonó el timbre de la casa. Efectivamente, se trataba del chico con el que Maribel iba a salir.
—Actúa normal, no me hagas pasar vergüenza. —susurró la chica con kilos de más.
—Hola, amor, ya llegué. —Y abrió la puerta, revelando a un hombre de piel morena, cabello rapado y barba candado, vestido como rapero.
—Hola. Ya me termino de preparar y salimos. —comentó Maribel sonriendo tímidamente.
—Pero, bebé, ¿para qué vas a gastar tiempo en ponerte ropa linda? A mi me pareces mas bonita cuando te tengo desnuda.
—Oh, creo que te amo. Por cierto, ¿puedes esperarme afuera? Yo ya casi salgo.
—Como digas, nena. —El hombre se dirigió a la calle para esperar a Maribel, mientras terminara de prepararse.
La puerta se cerró e inmediatamente, la chica de cabello tintado se dirigió a su amiga.
—¿Estuve bien? —preguntó Sofía con bastante curiosidad.
—¡Ni un poco! Te dije que actuaras normal.
—Eso hice.
—Tu nunca te preocupas por la limpieza de la casa. Asi que no es algo normal verte barriendo la sala principal —Maribel observó la suciedad por todo el suelo—. Además que ni siquiera lo hiciste bien.
—A ver, ¿y qué sería normal para mí? —Sofía se cruzó de brazos.
—Que estés tirada en el sofá, revisando tus redes sociales mientras ves programas de televisión basuras.
—No me digas eso que me tientas. Pero, déjame corregirte, revisando las redes sociales no, comiendo algo sí.
«Ya sé que ese programa de televisión es basura, pero el chico que lo presenta es tan guapo. Lamento esconderle esto a Maribel, porque ella nunca me oculta nada a mí. Pero es que se pone muy cargosa e insoportable con estas cosas, y yo quiero transitar por todo esto lo más relajada posible.» —Se decía Sofía a sí misma, perdida en sus pensamientos.
Pocos minutos después, Maribel sale de la habitación llevando un elegante vestido rosado largo y unos tacones cortos.
—¿Qué te parece? Estoy preciosa, ¿no? —pregunta Maribel con bastante alegría.
—Te he visto más linda en otras ocasiones. —responde Sofía poniendo una cara de indiferencia.
—Oh, ¿de verdad?
—Para nada, estás divina. —La morocha saltó sobre su amiga con alegría, provocando que ella perdiera el equilibrio y ambas cayeran al suelo. Las dos se pusieron de pie rápidamente y rieron.
—Bueno, creo que iré yendo. Mi chico debe estar cansado de esperarme. —Las amigas se saludaron y la del cabello tintado rápidamente salió de la casa, dejando a Sofía en soledad.
—Bien, una noche entera dedicada a mí. Lástima que no pueda quedarme hasta muy tarde. —Ciertamente, Sofía debía levantarse temprano al día siguiente ya que se había ofrecido para trabajar en el censo nacional, y debía presentarse para realizar la labor.
La chica procedió a pedir algo de comida para que la envíen a su casa, y que terminó llegando al cabo de unos cuarena minutos. Se quitó la ropa para quedar solamente con la ropa interior vieja y descolorida que usaba como pijama, y se recostó en el sofá para comer mientras miraba televisión.
«¿Mañana conoceré a algún chico en el trabajo o en las casas que visite?» —Se preguntaba Sofía a sí misma.
Como fuere, el sueño le estaba ganando, asi que se decidió por dejar de mirar televisión y dirigirse a su habitación. Por desgracia para ella, esas horas de sueño no duraron mucho, puesto que Maribel no tardó en regresar.
—¿Eh? ¿Qué pasó? —preguntó Sofía, entredormida y confundida, al oír el sonido de la puerta.
—Resultó ser un mujeriego tremendo. Mientras estábamos en el auto de camino al hotel, recibió la llamada de una Carla. —Maribel se mostró bastante furiosa mientras se tiraba en su cama.
—¿Tal vez era alguien de su familia? —respondió la otra sin ganas, ganada por el cansancio y el sueño.
—Ah...no lo pensé.
—¡Quiero dormir! —Sofía dio media vuelta en la cama y continuó con lo suyo.
Mientras tanto, Maribel se cambiaba la ropa para irse a dormir ella también.
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