Era la mañana del día siguiente, Akutagawa había despertado bastante animado. Suishi estaba a su lado — buen día

— buen día, ¿como te sientes después de esa cita?

— me siento como un jovencito

— tienes 20

— como Niño

— tienes 20

— déjame en paz demonio loco

Suishi sonrió y se subió a su espalda — estas avergonzado, eso te pasa, incluso conmigo porque nos vemos igual, ¿verdad? ¿Verdad?

— Ya, déjame — pido el azabache sonrojado

Suishi no paraba de reír y colgarse así que ambos cayeron sobre el sofá, sus frentes juntas y sus labios cerca, Suishi se sonrojó y se separó — ay perdón

— está bien, no me haz quitado el primero

— no, para nada

Akutagawa tocó sus labios — me pregunto como se sentirán los de el...

— oh vamos avanzando con el deseo — Sonrió Suishi levantándose — bien, me iré al infierno

— ¿que? ¿Porque?

— ¿no es obvio? Tengo ganas

Suishi desapareció entre fuego morado y Akutagawa suspiró — es bueno cuando está tranquilo

Mientras tanto Suishi llegó gritando al infierno haciendo a varios demonios arrodillarse, camino por todo lo largo del Castillo demoniaco y pateo la sala real — ¡SATAN VAMOS A COGER! — gritó.

Satanas quien estaba con los pecados capitales trago saliva — bebe, estoy trabajando

— trabaja mientras te la chupo — se quejó yendo debajo de la mesa

— Aaah Satan, no puedo creer que Suishi sea tan Bueno contigo — se queja a lujuria — a pesar de venir de mi reino, nos despreció a todos

— ¿que te puedo decir? Suishi y yo tenemos algo especial

Suishi subió su rostro mirando a Satan — ¿tenemos algo especial?

— si, claro — le respondió Satan

Suishi se sonrojó y se sentó en las piernas de Satan recostándose en su pecho — ¿ahora qué pasa?

— solo... quiero sentarme aquí, sigan trabajando — cerró sus ojos relajándose. Se sentía bien

Un rato después, Suishi despertó en una enorme cama, miró buscando al demonio y le miró llegando a la habitación — Satan ¿a donde fuiste?

— revisaba unos contratos, pero eso es algo inútil ¿quieres decirme que tienes?

Suishi se sonrojó — Ayudó a Akutagawa con Atsushi

— ¿el chico humano idéntico a ti?

— si, prometió que si le ayudaba iba a ayudarme, así que lo haré firmar si le consigo salir con Atsushi

— bien pensado pero ¿Eso por que te tiene tan mal?

— admito que ayudarlos me hacen extrañarte. Hace tiempo que estamos juntos y solo al principio me llenabas de gustos y eso

— Suishi, los sirvientes siempre te atienden y ¿olvidas que tú mismo dijiste que no querías rosas ni juguetes? Recuerdo que dijiste

— "solo quiero sexo para sobrevivir y tu poder" lo sé, lo recuerdo... — trago saliva — pero... a-admito que me gu-gustas como demonio

— y tu a mi

— ¿en-entonces que sigue?

— lo que quieras

Suishi sonrió — ¿Quieres venir al mundo humano? Podrías conocer a Akutagawa y a Atsushi

— ¿no sería peligroso eso?

— no, a él le he hablado de ti

Satan sonrió — bien, hace mucho que no tomó forma humana

— ¡vamos a divertirnos!

Akutagawa estaba mandándose mensajes con Atsushi cuando sintió aquel calor, el humo morado llegó — Suishi, que bueno que regresas, Jinko y yo estamos conversando y — giro la cabeza viendo aquel chico.

Moreno, alto, su cabello era rojo pero de un rojo intenso como si fuera lava, a pesar de llevarlo largo, llevaba la nuca rapada.
En su rostro tenía líneas blancas y sus ojos eran de color gris — un gusto conocerte Akutagawa

— Akutagawa, el es mi novio, Sátanas

Akutagawa lo miró serio y se inclinó ligeramente — un gusto conocerte, Suishi siempre habla de ti

— Mi Satan viene a ayudarnos a que conquistes a Atsushi

— Suishi mencionó que me extrañaba, no podía abandonarlo

— oye, no digas eso — se quejó avergonzado

Akutagawa los miró, dentro de él había algo moviéndose, no por Suishi, si no el hecho de ver a "Atsushi" con alguien más. Aquello le hizo entrar en sentidos — acabo de decidir algo — dijo el azabache — viéndolos, me doy cuenta que no quiero que Jinko esté cerca de otros — volvió a inclinarse — agradezco su ayuda. Ayúdenme a conquistar a Atsushi lo más pronto posible

Suishi y Satanas sonrieron — démoslo todo

...

Esta capítulo esta cortito pero traerá grandes cosas pronto. Literal... grandeeees cosas

¡Gracias por leer!