Capítulo 3


Akutagawa caminaba tranquilo, bostezo amplio pues no había dormido bien, quien le seguía era sus asistente, una rubia de ojos miel. Ichiyo Higuchi. Akutagawa conocía los alcances de aquella mujer — Akutagawa-senpai. ¿No quiere que le consiga algún café?

— No Higuchi.

— pero allí hay una cafetería

Al señalar la mujer, el miró hacia la cafetería, pudo verlo y sus mejillas se ruborizaron. Estaba viendo la tabla de cafés — ¿sabes que? Si quiero un café — menciono para dar inicio a su destino

Entró a la cafetería serio mientras pudo escuchar al menor pedir un café negro con tres terrones de azúcar

— A mi también me gusta así — murmuro.

Aunque quería acercarse a pedir, Higuchi ya estaba pidiendo. Atsushi y ella cruzaron miradas, no eran extraños, y admitirlo o no, Higuchi había tomado aprecio del joven tigre después de que le ayudó a descubrir a la amante falsa de Akutagawa quien era realmente su hermana.

— chico tigre, buen día

— buen día Higuchi-san — respondió amable y sereno

— Jinko — le llamó desde atrás haciendo su piel erizarse

— A-Akutagawa, buen día — hablo nervioso al inicio.

— Aquí tiene — le habló la barista entregándole el café

— muchas gracias. — les miró — aaam... tengan un buen día — extendió su saludo para retirarse.

— Higuchi

— ¿Si?

— pide unas galletas también

— si senpai


Atsushi iba caminando por el parque con su café cuando escucho su nombre ser pronunciado, miró hacia atrás encontrándose con la mafiosa llegar corriendo — ¡Chico tigre!

— ¿Que pasa Higuchi?

— ga-ga

— ¿ga?

— galletas — dijo dándole o más bien lanzándole las galletas a la cara

Regreso corriendo por el mismo camino dejando al joven agente confundido.

Por su lado, solo y tomando su café, suspiró — Jinko no deja de aparecer en mis sueños... cada vez insiste más — suspiró — si tan solo me dijera que le gustó en persona además de mis sueños

Sobre el techo o más bien, atravesado en la pared del techo Suishi le miraba — así que por eso no te acuestas conmigo. No quieres sexo, quieres "hacer el amor" malditos humanos y sus conceptos. Son de carne, viven de la lujuria, si Asmodeo te escuchara te mata.

La rubia llegó al lugar y Suishi dejó sus ojos en blanco, podía ver hilos. ¿Su asistente? Había un gran hilo morado proveniente de ella hacia el, pero el azabache estaba envuelto en hilos negros, uno azul que se iba a lo lejos; y uno rojo que daba a dirección con Atsushi.

Suishi tomó una decisión, decidió dar paso a dirección de Atsushi.

Ahora con su igual humano, miraba fijamente sus movimientos y gestos, habrán nacido con el mismo rostro pero Suishi era un demonio, y no cualquiera, era su Súcubo que había logrado dominar a todos los más grandes demonios y tenia para el solo al gran Satanas. Suishi no era poca cosa en lo absoluto.

Ahora tenía que adaptarse al pequeño, inseguro y noble Atsushi.

Llegó a la agencia donde volvió a dejar sus ojos blancos, podía ver los colores, por extraño que fue, encontró un color negro con brillos rojos en el compañero del albino. Y en el albino, nada. No había hilos — usualmente eso solo pasó con bebés humanos en sus primeros días. — se quejaba Suishi. — los humanos siempre tienen lazos... — sonrió — Nakajima Atsushi, ahora entiendo por qué Akutagawa Ryunosuke está tan interesado en ti.

Dazai había suspirado y miró a la ventana serio, Suishi no le importó hasta que le miró seguirlo, se sorprendió.

En cuanto el castaño vio al demonio sorprenderse. Pasó su mano en los hombros del albino — ¡Atsushi-kun! ¿Y esas galletas?

— oh, me las dio Higuchi-san

— ¿la asistente de Akutagawa?

— sip

— quizá fue Akutagawa

— no, para nada. Me llevó bien con Higuchi

— Ya veo... ¿Quieres acompañarme?

— ¿a donde Dazai-san?

— tengo una junta con Chuuya, ven conmigo

— de acuerdo.

El menor se levantó, salieron de las oficinas y fueron por la calle, Suishi los seguía, prefirió ocultarse desde que vio a Dazai seguirlo con la mirada.

Y era cierto, llegaron a una estación de bebidas con una cabaña al aire libre, Dazai se sentó en la mesa de picnic donde Chuuya estaba recostado — Nakahara Chuuuuuya

El sombrero voló de su cara asustado, y golpeó lo primero que encontró, claro que Dazai lo evitó — bastardo

— buen día Chuuya

El más bajo pero mayor del grupo se sentó en la mesa y miró a todos — Sabía que ibas a traer al chico tigre, por eso traje a Akutagawa

— ¿porque se enfrentarían?

— perro le gana a gato

— no soy un gato — se quejó Atsushi mientras Akutagawa evitó reír. El aceptaba y llevaba orgulloso su nombre de "perro"

Suishi les miró y sonrió — Ahora entiendo — dijo divertido viéndolos.

Era cierto que Atsushi no llevaba ningún hilo, pero también pudo notar que podría brotar en cualquier momento, y el primer hilo era el más importante.

— Tendré mucho trabajo contra esos dos







༄ Continuará

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