Capitulo 12



En el infierno, Suishi se levantó, tenía un par de traseros a su alrededor y Satan lo miró — ¿despiertas tan energético después de orgia? ¿Que pasa?

— ellos lo hicieron — dijo sonriente — Akutagawa es todo mío

— ¿como?

— soy un demonio de sexo y lujuria se estás cosas — se levantó — vamos, hay que ir a verlos.

— ¿porque ahora?

— por que nuestro trato fue... Que me concedería lo que quisiera si lo conseguía

— tenemos tiempo Suishi

— me pediste traértelo pronto ¿porque te rehusas?

Satanas suspiró — Yo también... Siento unas cuantas cosas Suishi

— ¿Que?

— vamos al salón de visión

El albino siguió al más alto, entraron una zona de máquinas donde Sátanas dejó su mano y se activó, varias pantallas mostraron al mundo entero pero Sátanas la redujo a Atsushi y Akutagawa en la habitación — ¿Esto que tiene que ver? — Preguntó Suishi

— escucha

Sátanas aumentó el audio, y ambos vieron aquella escena.

Suishi apretó sus puños, — esto no es Justo, el lo prometio

— jamás hiciste un trato con el Suishi

— pero yo... pero el... — Suishi se cruzó de brazos — malditos humanos...

— buscaré una forma de tenerlo

— claro, entiendo

Suishi suspiró, reprodujo la escena otra vez "hoy y siempre, eternamente... Quiero entregarte mi vida, mi corazón, y mi alma" — Akutagawa no puedo creer que le diste tu alma a ese niño — suspiró — Si no nos pareciéramos podría ser mía

Suishi reaccionó — podría... ser mía — sonrió.

Fue corriendo hasta la habitación de sátanas — oooh my dear ~ — le sonrió Suishi — tengo un plan

— de acuerdo — mencionó sacando cuerpos de su ventana — ayúdame a tirar a los demonios de la orgia

— aaay, ya voy


Mientras en el mundo humano, Atsushi despertaba algo adolorido pero sonrió al ver al azabache a su lado, se incorporó ajustándose al cuerpo del mayor para ser abrazado y en ese instante en azabache despertó — Jinko no puedo creer que seas tan meloso

— no puedo evitarlo, me encanta tu pecho, el latir de tu corazón me hace sentir protegido.

Akutagawa besó su cabeza y le sonrió — ¿Que quieres desayunar?

—  Unmh... es que yo... re-realmente...

Si, con vergüenza y todo por delante, Akutagawa terminó dándole un pasaje a Atsushi en su espalda, el albino se sentía adolorido y entumido por todo el ajetreo de la noche.

Dejó su dedo recorrer su espalda, haciendo al menor mirarle — Ryu...

— Es que es linda... y bueno

— Que lindos, adorables

Aquella voz perturbó a Atsushi, miró frente de ellos, Akutagawa estaba sorprendido mientras Atsushi se quedó quieto. Era Suishi frente a ellos — ¿Que?

— Jinko, puedo explicarlo

— ¿explicarlo? Solo senti un escalofrío. Creo que tomaré un baño para relajar mi espalda

— oh si, buena idea. Ha-hare el desayuno

Atsushi le sonrió y besó su mejilla, levantó de la cama y fue al baño

Akutagawa miró mal a Suishi — ¿Que? ¿Olvidaste que no pueden verme?

— maldicion...

Akutagawa salió de la habitación con Suishi siguiéndole — ¿Que haces aquí?

— ¿Que hago? Cubrir nuestro trato ¿lo olvidaste?

— No pero no crei que vendrías así después de que el y yo

— Si, bueno... surgieron unas cosas. Necesito ese favor que no haz hecho

— ¿Debe ser ahora? Es nuestra primera vez y quiero hacerle un desayuno increíble

— te haz vuelto bastante blando eh

— me hace sentir en las nubes...

— No me tomará mucho tiempo — mencionó.

Akutagawa no pudo negarse, pues la habitación se volvió oscura y de ella aparecieron luces rojas, moradas, azules, de muchos colores; Suishi frente a él le sonrió — ¿vez esa luz amarilla tan cálida? — le señaló al fondo

— Si

— necesito que la atrapes por mi

— ¿solo eso?

— Yo no puedo tocarla al menos que un humano me la de, ¿podrías?

— Claro. Y después me dejas en mi casa

— Seguimos en tu casa, tranquilo. El tiempo no pasa

— Bien, bien.

Akutagawa comenzó a caminar entre aquellas luces de colores tan misteriosa; se sentía frío, algo desconcertado y un ambiente bastante macabro, como si las luces lo juzgaran, maldiciones o incluso peor. Llegó a aquella luz, trago saliva, se veía quieta, inocente; no lo juzgaba como las demás luces. La tomó sintiendo una enorme calidez, regresó sus pasos y le entró la luz a Suishi. Este sonrió y chasqueo los dedos. La cocina había vuelto a aparecer y aquella luz seguía en sus manos — ¿ahora que harás?

— Guardarla en un lugar correcto — mencionó sacando un collar en forma de óvalo. Allí la dejó entrar

— ¿eso es todo?

— si, es todo — dijo poniéndose el collar — estará conmigo por siempre

Atsushi salió de la habitación vestido, Akutagawa sonrió al verlo — Atsu, apenas haré el desayuno

— Uh mm... esta bien — respondió tocando su cabeza

— ¿Que pasa?

— ah, no es nada; algo mareado solamente... me siento muy cansado...

Akutagawa sonrió y lo sostuvo de su cintura — regresa a la cama, yo te llevo el desayuno

Atsushi sonrió, besó al mayor y le miró lamiendo sus labios — Ryu... No, no quiero que me dejes jamás... Sin importar que... Lo pensé y lo pensé, y me di cuenta que no necesitaba pensar más

— Jinko, Justo ahora yo...

— déjame hablar — pidió — Ryunosuke

— ¿si?

El albino acomodaba la ropa del mayor, estaba nervioso pero lo miró alegre — Yo... en verdad... Te amo

Akutagawa pudo sentir lágrimas caer de él, lo abrazó con fuerza y este a él

Suishi les miró y se sentó en la mesa a esperar. De un momento a otro, Akutagawa sintió un gran peso. Miró al albino y este estaba sobre sus brazos completamente caído — ¿Jinko? ¡Hey! Atsushi

— no despertará — dijo Suishi.

Akutagawa lo miró mientras lo sostenía — ¿Que... Que le hiciste?

Suishi sonrió — Yo nada — mencionó balanceando el collar entre sus dedos — te dije, yo no puedo tomarla

— ¿Qu-Que es eso?

— es la energía espiritual de Atsushi — mencionó sonriente — por cierto, ¿cuánta gente has matado? Jamás vi una casa tan llena de almas

— Yo... ¿por eso se sentía tan hostil todo? Me hiciste caminar por las almas que habitan está casa

— Si, solo tenías que llegar a Atsushi

— Era tan cálida y linda conmigo... ¿Por que? ¿Porque haces esto?

— El favor era que te unieras a los soldados del infierno, pero tu simplemente le diste tu alma a ese chico. Entonces necesito a ese chico conmigo — añadió sonriente.

— ¿Que? ¿Que le pasará? ¿El va a morir?

— Algún día, mientras... Vivirá debilucho, se repondrá, es solo que — le sonrió — le acabas de quitar toda su energía

— ¡Rashomon!

La tela apareció pero Suishi solo reía — ¿lo olvidaste? No puedes dañarme Akutagawa. Gracias por todo — Suishi desapareció.

Akutagawa seguía sosteniendo a Atsushi. se sentía desesperado y llevó al menor a la cama; el azabache se quedó allí.

Unas horas después Atsushi despertó, se sentía cansado y miró al mayor quien sostenía su mano — ¿Ryu?

— Atsushi... Lo siento, yo... estas

— está bien — le sonrió — jamás me había enamorado — el azabache le miró sorprendido — debe ser tanto, me siento... muy cansado

— Es todo mi culpa...

— No lo es Ryu, — estiró su mano sonriente — Te amo... Quiero estar siempre a tu lado... — bostezo — en las buenas y en las malas... te acompañaré

Atsushi se había vuelto a dormir, Akutagawa apretó sus labios — por favor... — mencionó entre lágrimas — ¡por favor ven Suishi!

Aquel demonio apareció desde la esquina, Sátanas le acompañaba — ¿me llamaste?

El azabache los miró con desesperación, trago saliva — Haré lo que sea, lo que sea... Solo... devuelve a Atsushi su energía

— Me temo que no puedo hacer nada — Dijo Sátanas, — le has entregado tu alma a ese chico. Y solo si el muere podrías dármela de nuevo

— No, yo no... Necesito que viva, que viva bien. Si ese es el caso, estoy dispuesto a morir sin el

Suishi y Sátanas se miraron — Pues... hay una forma

— Lo que sea...

— Puedo retroceder el tiempo al momento en que le das el libro. — dijo Sátanas — no tiene que cambiar nada, disfruta de tus tres meses, solo me darás tu alma a mi; y si se te ocurre hacer algo. Lo mataré

Akutagawa trago saliva, — si te doy mi alma... ¿el estará bien?

— Solo tú podrás recordar las cosas.

— De acuerdo — dijo Akutagawa— déjame volver; te daré mi alma, pero dejen a Atsushi

Sátanas sonrió — El amor, es tan bueno pero tiene un gran fallo, te hace débil. — tronó sus dedos.

Akutagawa fue rodeado por un viento fuerte, al abrir sus ojos, lo miró de frente, una vez más estaba entrando a la biblioteca, miró sus manos, si, llevaba el libro y miró al albino, allí estaba viendo los libros con devoción. Tapó su rostro con su mano, estaba conmovido, quería llorar.

Mordió sus labios para estabilizarse, debía actuar natural, aunque claro, esta vez el fue quien fue visto.

Atsushi lo miró y fue curioso a ver qué ocurría, — Akutagawa, oye — el azabache se sorprendió y vio al menor. Atsushi se sorprendió también de ver su reacción — ¿estas bien? Estas... ¿estas llorando? — Akutagawa vio a otro lado

— Estoy bien. Eso no te incumbiré Jinko

— lo lamento

La voz, Akutagawa no podía con su voz. — Debo irme — mencionó pero el albino tomó su brazo

— Akutagawa espera, no estás bien y yo

Akutagawa le jalo forcejeando y con ello soltándose pero también soltando el libro. Se fue de la biblioteca. Atsushi le miró confundido, se acercó viendo el paquete.

La caída había roto la envoltura así que el albino pudo verlo — es... el libro — miró a sus alrededores, tomó el libro entre sus brazos sonrojándose — Supongo... Que es algo lindo. ¡Ah! No, no, no, Nakajima Atsushi, no puedes suponer cosas así solo por que si, bobo


Un par de horas después, Suishi apareció frente Akutagawa, este estaba en su habitación, serio. — Vamos Akutagawa no me mires así

— Me quitaron lo que más amo, ¿porque me diste esperanzas? ¿Porque debo recordar lo bueno que era?

Suishi sonrió — ¿lo haz olvidado? Somos demonios

Akutagawa trago saliva.


Unos días después, Akutagawa caminaba  sin ánimos por la calle, a lo lejos el joven tigre lo vio y fue tras el — ¡Akutagawa! — su llamado lo alteró. Miró al albino correr hacia el y simplemente corrió al otro lado — ¿eh? ¡¿Eh?! Huye ¿de mi?

Atsushi apretó sus puños y comenzó a correr, siguió corriendo hasta alcanzarlo y saltar sobre el, el impacto hizo a ambos rodear dentro de un callejón y terminar en el suelo  — ¡Jinko! — le grito molesto

— ¿porque me evitas? — pregunto molesto

— ¿Que? yo — miró al albino.

Atsushi tenía una cara afligida y lágrimas en sus ojos — ¿porque estas llorando?

— n-no lo se, es que yo... — trago saliva — no se pero no me gusta que te alejes de mi

Akutagawa estaba sonrojado, sorprendido y comenzó a toser; Atsushi palmeó su espalda — Ya, ya tranquilo. ¿Quieres un poco de té?

— No

— ¿platicar? — el azabache le miró serio — no se que está pasando... pero... si huyes de mi, me siento terrible...

Akutagawa no pudo más, sus lágrimas comenzaron a caer y el albino lo miró sorprendido — ¿Akutagawa?

El mafioso se talló — Jinko, si te digo algo... algo loco. ¿Me creerías?

— S-si. Si eso te hace llorar, yo lo creería.

Akutagawa trago saliva, se sentó bien en el suelo — Jinko... Yo... Yo volví en el tiempo

— ¿eso se puede?

— si, no. Creo...

— ¿y por que huyes de mi?

— Yo... ese día en la biblioteca volví al tiempo. Ese día, te debía dar algo, comenzaríamos a salir, llevarnos bien, y con eso... co-con eso... u-un romance — miró al albino, estaba completamente rojo

— ¿en-en serio?

— Si no me crees, puedo decirte cosas como... te gustan los camaleones, quieres uno para llamarlo Mario. Tu límite es de 10 platos de chazuke. Esto aún no pasa pero leerás una novela mexicana demasiado dramática y comenzarás a investigar de Mexico. Y... — se sonrojó — te gusta sentirte protegido con los abrazos

Atsushi se había sonrojado completamente y lo miró — entonces... tú y yo...

— lo último que me dijiste... era que me amabas...

Aquello puso al menor completamente rojo — pe-pero ¿porque volviste?

— Volví en el tiempo, por que te ofrecía mi alma, algo que un demonio quiere. Entonces me engañaron y tome tu energía por accidente y para que tu volvieras a hacer tu... Tenia que volver y no dártela

— ¿pero no dijiste que en la biblioteca empezó todo?

— si

— ¿por que volviste tanto?

— ¿eh?

— ¿no es raro? ¿Haz notado cosas raras?

— he estado tan decaído así que no, la verdad no

— Ranpo-San me ha estado enseñando que... a veces hay fallas en los planes pero hay que ser analíticos y entenderlos. No tiene sentido regresar tanto

— hay un patrón.

— Entonces podrías

— distracción... — Akutagawa abrió sus ojos — Jinko ¿como te sientes?

— Yo bien, ¿porque? Piensas en algo

— Ellos dijeron que no podían dañarnos, dijeron que no podían hacer nada si tú no mueres

— ¿por que siempre quieren matarme?

— Suishi dijo que era bueno haciendo dormir a la gente... 3 meses

— ¿3 meses?

— fue lo que pasamos juntos antes de esto, y cuando te vi estabas tan débil y si, ¿y si esto es un sueño?

— ¿te encerraron en un sueño de 3 meses?

— si, para que tu... mueras y tengan mi alma

Atsushi trago saliva — Akutagawa no quiero morir así

— No, no te dejare

El menor se sonrojó — a-ahora entiendo por que sentí que ese libro que dejaste era para mi

El azabache le sonrió, — tranquilo, averiguaré cómo sacarnos de aquí...

— si, confío en ti

...

Bueno este es el comienzo del final alternativo, espero lo disfruten

¡Gracias por leer!

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