꒰ 040.
A medida que los días iban pasando, la relación entre Jaehyun y Doyoung se enriquecía cada vez un poco más. La confianza era recíproca y las pequeñas diferencias siempre podían resolverse luego de una ligera conversación y un intercambio de opiniones.
El pelinegro ya no se avergonzaba tanto ante las muestras de cariño que recibía de Jaehyun en la universidad. Iban tomados de la mano, en medio de flojos abrazos o incluso hasta se permitían el besarse cuando no habían muchas personas.
Jung Jaehyun ya no era el mismo de antes y, de eso, muchos se habían dado cuenta. El cambio había sido tan drástico que tanto chicas como chicos se rehusaban a aceptar la realidad actual. Ese en donde el castaño estaba plenamente enamorado de Kim Doyoung.
Ahora mismo se encontraba caminando por el extenso pasillo en busca del más bajo. Hace menos de tres minutos que la campana había sonado y él estaba aprovechando el receso para volver a verlo y almorzar juntos como casi siempre hacían.
Tenía la mochila colgada en tan solo un hombro y sus manos estaban metidas en los bolsillos de sus ajustados jeans. Su estabilidad hasta ese momento era buena y despreocupada, pero cuando giró a la derecha para por fin llegar al salón de Doyoung, todo aquello fue directamente a un tacho de basura.
Sus ojos captaron el preciso instante en el que Jungwoo intentó besar al pelinegro.
"Oh, vaya estupidez" Inevitablemente su ceño se frunció y las manos salieron al aire, tomando forma de puños realmente tensos. Se acercó casi a zancadas y empujó con fuerza el cuerpo del castaño, haciéndolo perder el equilibrio.
— ¡¿Qué mierda haces?! — bramó con la voz más grave y ronca de lo usual.
Doyoung se sorprendió completamente, jamás había escuchado ese tono de voz de parte del castaño.
— ¿Lo viste? — respondió, sonriendo con burla palpable.
— Vi claramente cómo te rechazó porque no le interesas en absoluto, imbécil. — siguió siendo arisco, poniéndose al frente de Jungwoo.
— Eso es lo que hacen todos, Jung. — intentó tocar el hombro adverso, pero rápidamente este se zafó con un movimiento brusco. — Se hacen los difíciles cuando en realidad se besan con alguien que ha sido una mierda de persona con los demás. — lo miró directamente, desafiándolo. — Conozco a chicos como Doyoung, con esa carita pero siendo una- — calló ante la reacción del otro.
— Jaehyun... — trató de intervenir al observar cómo el mencionado volvió a empujar al castaño de manera mucho más dura, haciendo que los huesos de su espalda tronaran contra la pared.
— No intentes faltarle el respeto. — gruñó, sosteniéndolo del cuello de la camisa.
— ¿Qué? ¿Piensas golpearme por decir la verdad? — habló con diversión, reteniendo cualquier mueca de dolor.
— No estoy para tus juegos. — una de sus manos tomó la mandíbula contraria con tanta fuerza en el tirón que logró hacer que la cabeza de Jungwoo chocara estrepitosamente.
— Suéltame, idiota. — el dolor comenzó a ser consistente y punzante.
Tomó a Jaehyun de los hombros y se lo quitó de encima, ambos empezando a forcejear sin cuidado alguno.
— ¡Basta! — volvió a intentar el pelinegro.
— Anhelo por enseñarte a no meterte en relaciones ajenas. — esquivó el golpe que el castaño iba a propinarle.
— ¿Crees que él seguirá contigo? — rió sarcásticamente. — ¿Con el chico que nunca ha tomado enserio a una sola persona? ¿Esa que le teme a las relaciones y por eso no hace nada a hasta ahora? — siguió con sus hirientes palabras, haciéndole recordar la pésima persona que había sido por mucho tiempo. — Todos te conocen, Jung.
— ¡Cállate!
— Si te besa a ti. ¿Por qué no lo hace conmigo también?
Bueno, aquello había sido la gota derramó el vaso. La estúpida frase de Jungwoo hizo que consiguiera un fuerte golpe en su mejilla, haciéndolo caer toscamente.
— Te dije que te callaras. — bramó fuerte, viendo como el castaño se levantaba para empezar a lo que sería una pelea brusca.
Doyoung esta vez intentó meterse entre ambos, pero el castaño lo tomó del brazo para alejarlo rápidamente. Haciendo que gracias a ello, Jungwoo lograra golpear el abdomen de Jung con su rodilla. El pelinegro se alarmó por completo al ver que por las comisuras del labio de Jaehyun empezaban a descender gotas pequeñas de sangre. No tuvo de otra que correr en busca de profesores que puedan detener aquello e interponer absoluto orden.
Los sonidos fueron cada vez más fuertes, los gritos incrementaron en volumen y para cuando había rastros de sangre en ambos, varios estudiantes la hacían de espectadores. Algunos grabando, otros apostando pero nadie interviniendo porque hace ya mucho tiempo que Jaehyun no había vuelto a pelearse con alguien y el tan solo poder verlo otra vez, era algo épico y sorprendente.
Afortunadamente, Doyoung llegó con dos profesores como lo había planeado. Haciendo que el bullicio se diera por concluido y llevándose a ambos chicos directamente a la oficina del director. El pelinegro suspiró con preocupación, estaba dispuesto a acompañar a Jaehyun, pero fue mandando seriamente hacia sus respectivas clases.
No había sido un día tan agradable.
ꕤ
— ¡¿Qué hizo qué?! — gritó con fuerza.
— ¡Ten! — le resondró, tapándole la boca de inmediato. — No hagas escándalo, la idea es que podamos pasar desapercibidos. ¿Entiendes?
El rubio asintió con rapidez, soltando todo el aire retenido cuando Doyoung quitó su mano al fin.
— Vamos, espero y no le hayan dado alguna sanción— rogó el pelinegro con sinceridad.
— Bah, imposible. — agitó su mano restándole importancia. — Jaehyun ha tenido más problemas y peleas que un buen promedio en Economía. — se rió de su propio chiste, ganándose de inmediato una mala mirada de parte de Doyoung. Ten al notarlo carraspeó y ya no dijo nada.
Ambos siguieron el camino hasta la oficina, sumido en silencio hasta que el rubio volvió a hablar.
— ¿Y cómo que por qué Jaehyun empezó a pelear con Jungwoo?
Doyoung mordió su labio inferior. — Nada, fue una tontería.
— No lo creo, él dejó de ser tan impulsivo desde que empezó a salir contigo. Debió ser algo más.
— Sí, bueno- — fue interrumpido.
— ¡Tú! — la voz del castaño hizo acto de presencia y el rubio dio un respingo al notar que lo apuntaba a él.
— Jaehyun. — el pálido corrió hacia Jung, había ansiado que las horas pasaran rápido para poder verlo después de aquella tonta pelea que lo dejó herido.
— Chittaphon Leechaiyapornkul, eres hombre muerto. — lo amenazó, dejándose abrazar por Doyoung.
— ¡¿Qué?! — exclamó horrorizado. — ¡¿Qué fue lo que hice ahora?!
— Doyo, suéltame por favor. — le habló al oído suavemente. — Necesito hablar sobre algunos temas con Ten.
— No, Doyoung, no lo sueltes. — dijo apresuradamente. — ¿Qué acaso no eres consciente que me está tirando cuchillos con la mirada?
— Jaehyunie. ¿Qué pasa? — se alejó brevemente.
— Da la casualidad de que recordé quién fue el que empezó a hablar sobre nosotros cuando realmente no le incumbía.
Ten abrió sus ojos desmesuradamente. ¿Por qué se sentía tan aludido?
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