꒰ 023.
— Sin duda me encanta más este sabor. — comentó Jaehyun luego de haber dado una probada al envase de su helado.
Doyoung asintió levemente y ahora fue él quien degustó de su delicioso helado de chocolate y fresa. — Yo creo que el mío es mejor. — respondió el pelinegro con cierta diversión.
— Deberías probar entonces el de lúcuma. — Jaehyun no lo dudó y llenó su cuchara del helado de dicho sabor. Lentamente extendió su brazo hasta llegar cerca a la boca de Doyoung. — Prueba un poco. — dijo suavemente, con esa sonrisa boba que lo caracteriza cada que vez que observa a Kim.
El pelinegro tomó entre sus labios el postre y luego de que pasara por su paladar hasta su garganta, cerró los ojos complacido. Tenía un toque cremoso y suave, dulce pero sin llegar a ser empalagoso.
— ¿Lo notas? Es uno de los mejores. — agregó Jaehyun, volviendo a llevar el cubierto a su envase.
— Creo que tengo un nuevo sabor favorito desbloqueado. — sonrió brevemente. — Trataré de venir siquiera una vez al mes.
— ¡Podemos venir! — exclamó con cierta emoción anticipada. — Esta era mi heladería favorita... Mejor que sea el lugar favorito de ambos. — comentó algo avergonzado. Ah, Jaehyun solo quería poder pasear al lado Doyoung, poder decir que aquel precioso e inteligente chico era oficialmente, su chico.
— Claro que sí. — aceptó antes de siquiera analizarlo correctamente. Sus emociones eran mucho más fuertes e impulsivas.
— ¡Perfecto! — el Jaehyun sonrió de manera amplia.
Ambos volvieron a mirarse y en medio de aquellos dulces postres, siguieron conversando de manera amena y divertida. Descubriendo que tenían gustos tan parecidos en algunos aspectos, como diferentes en otros.
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— ¡Muchas gracias por su elección! ¡Vuelvan pronto! — exclamó la jovencita, tan feliz y amable como siempre.
— Gracias a ustedes también. — comentó Jaehyun, tomando delicadamente al pelinegro por la cintura para dirigirse a la salida del local.
Era inevitable, Jung anhelaba con todo su corazón poder estrecharlo dulcemente entre sus brazos.
— ¡Dios! ¿Los has visto Yeri-noona? — habló la joven al llegar a la caja. — ¡Son una pareja muy adorable! — chilló con emoción.
— ¡Sh! — frunció levemente el ceño ante lo escandalosa que era la pequeña. — Sí, parece que fue tanta tu adoración que casi no dejabas de mirarlos. ¿Recuerdas las reglas? No. Incomodar. A. Los. Clientes. — culminó con cierta seriedad.
— Yah~ — se quejó. — Apuesto que ni lo notaron. ¿Viste al castaño? No dejaba de mirar ni por un instante al otro chico. Su mirada era preciosa, se nota que lo ama mucho. — sus ojos brillaron junto a una breve sonrisa que se expandió por su rostro. — ¡Son tan lindos!
— Sí, lo que tú digas. Ahora ve a traer más servilletas.
La jovencita siseó, pero nadie le quitaría la idea, ella lo sabía. Era amor, un amor del bueno.
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Jaehyun se separó del pelinegro para ir hacia la motocicleta y sacar el casco, mientras que Doyoung se ajustaba la mochila más a los hombros. No obstante, Kim logró escuchar leves sonidos provenir de una caja. Miró al castaño un par de segundos más y después se dirigió hacia aquel árbol, pues al lado de este se encontraba una vieja y sucia caja de cartón de donde provenían los soniditos.
— Dongs, toma esto. — dijo el castaño extendiendo el casco, pero al no recibir respuesta elevó su mirada. Para ese entonces el pelinegro ya estaba de cuclillas.
Leves gimoteos agudos resonaron y Doyoung ya no pudo resistirse ante la curiosidad, abriendo con lentitud aquel objeto. Sus ojitos se expandieron en total sorpresa y sintió que su corazón iba a derretirse ante la ternura que le chocaba el ver a un cachorrito ahí. Jaehyun se acercó rápidamente a Doyoung, viendo al animalito también.
— Es una preciosura. — comentó el pelinegro totalmente embelesado. No esperó más y lo tomó entre sus manos, acercándolo a su pecho. — Es demasiado chiquito, no puedo dejarlo aquí.
— ¿Permanecía en la caja?
— Al parecer sí, escuché sus sollozos y me acerqué. — Doyoung propinó suaves caricias al cachorro,mirándolo con cariño puro. — Es un Pomerania, seguirá siendo pequeño. — agregó lo último.
— ¿Piensas quedarte con él? Puedo apoyarte en lo que el pequeñín necesite. — sonrió levemente, acariciando también al animalito.
Doyoung esta vez apreció el rostro de Jung. — ¿E-en serio harías eso?
— Por supuesto que sí.
— ¡Gracias! — sonrió en grande. — La verdad es que me siento algo solo en mi habitación, este cachorro sin duda es lo que quiero y necesito. Me encantan los perritos. — se abrazó suavemente al tierno animalito y Jaehyun juró que era una imagen demasiado dulce para él.
Sin embargo, su buen ánimo se desvaneció al sentir pequeñas gotas mojar su cabello. Jaehyun alzó la mirada y lo comprobó. Estaba comenzando a llover.
— Será mejor que avancemos antes de que empiece a llover más fuerte.
Doyoung pudo sentir la caída de las gotas e hizo un pequeño puchero. Con lo que él adoraba las lluvias y no podría disfrutarlas. Ahora tenía un cachorro que cuidar. — No puedo subir a la motocicleta, Jaehyun, tengo al pequeño y sería muy irresponsable y riesgoso de mi parte dejarlo en la mochila simplemente.
— No puedes irte caminando, será cansado y puedes enfermarte.
— Pero...
— Y tampoco es bueno para el cachorro. — interrumpió a Doyoung, dejándolo sin fundamentos. —Bien, tomemos un taxi.
— ¿Qué? Pero... ¿Y tu moto?
— Luego vengo a recogerlo, lo dejaré, no pasa nada. Primero eres tú y el pequeñín.
Doyoung sonrió, sintiendo que su corazón era envuelto por una linda y agradable calidez.
— Gracias, Jaehyun-ah.
— Eso no es nada, me importan que estén bien. — soltó con sinceridad, poniéndose de pie y ayudando a Doyoung a reincorporarse.
El pelinegro tomó con mucho cuidado al cachorro y trató de cubrirlo con su chaqueta. Para suerte de ambos, lograron llamar la atención de un automóvil.
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— Es demasiado lindo. — comentó Doyoung, poniendo al perrito frente a su rostro. Aún seguían en el automóvil, el camino aún iba para rato.
— ¿Ya tienes algún nombre? — Jaehyun observó al pelinegro con total deleite, adorando como su naricita de botón se fruncía al hacer contacto con la del pequeño cachorro. ¿Podía ya morir de ternura?
— Aún no. — dejó al pequeño en su regazo. — Pero lo haré muy pronto, este bebé necesita mucho amor y cuidado, le daré eso primero.
— Cuenta conmigo entonces, quiero que este pequeñín sea de ambos. — los dedos de Jaehyun tocaron delicadamente la cabeza del perrito, sin darse cuenta que Doyoung lo miraba a él más que encantado.
A veces algunos actos simples pueden tocar el corazón de muchos.
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