《01》
Encontrarse en ese tipo de situación era normal para él. No tenía dinero, ni padres cariñosos, ni novia, solo era él contra las cosas cotidianas de la vida, y sus amigos. Aunque, para cualquier otra persona, esa no era una situación cotidiana.
-Muévete -le dijo aquel hombre cincuentón sin siquiera salir del auto.
-¿No se va a disculpar siquiera? -escuchó decir a su amigo.
-No vale la pena -suspiró.
-¿No me oíste, mocoso? ¡Que te muevas! -gritó con arrogancia, Jungkook se levantó del suelo soportando el dolor y dio dos pasos hacia el costado para que pudiese avanzar.
-¿Lo dejarás así? -le preguntó una chica que había quedado congelada al ver lo sucedido.
-No vale la pena -repitió sobándose el brazo herido.
-¿Es una broma? -rugió su amigo mientras el auto avanzaba rapidamente.
-Tenía cara de querer golpearme
-Pero... acabas de ser atropellado -dijo la chica con la voz temblorosa.
-Yo no le llamaría un atropello, solo fue un topón -sostuvo su brazo mientras volvía a la acera.
-Aún así... -murmuró ella, tenía los nervios de punta.
Su amigo se encargó de calmarla mientras Jungkook se arreglaba el desorden de la ropa.
Había sido un día un poco movido, tuvo que pasar también a la enfermería de la universidad para que le vendaran el brazo, y su amigo no paraba de sermonearlo en el camino.
Entonces, fue ese mismo día, que en su pieza, sentado en su cama con el computador sobre su regazo, mirando ofertas que lanzaban personas muy random en una página que acostumbraba usar, Jungkook leyó algo que si era real podía cambiarle la vida. Bueno, de cierta forma podía ser que le arruinase la vida, quizás ni siquiera era real, y justamente por eso es que quizá y solo quizá, nadie se había atrevido a llamar aún, pero como Jungkook acostumbraba llevar una vida no tan común como la mayoría, apenas si fue conciente de que estaba marcando ese número cuando sonaron los timbres del celular en su oído.
-¿Hola? -respondió una voz rasposa, medio acabada, al otro lado de la línea.
-Hola -dijo quitando el computador de encima suyo para inclinarse un poco más hacia adelante.
-¿Con quién hablo?
-Eh... ¿vi el anuncio en internet? -dudó mientras rascaba su nuca, Dios... cómo podría haber sido cierto, que idiota.
-Ah, sobre eso... -tosió un poco para aclarar su garganta- Si realmente está usted interesado, ¿le parece venir mañana a eso de las cuatro?
Jungkook agrandó los ojos en sorpresa pura, no se lo podía terminar de creer. Bueno, igual mañana llegaba a la dirección que indicaba el aviso y terminaba descuartizado, pero estaba esa probabilidad retorcida de que fuese real.
-Claro, señor -asintió para sí mismo apretando el celular contra su oído.
No sabía bien en qué se estaba metiendo, pero así era siempre con las desiciones que solía tomar para su vida. Esa noche le costó dormir, tanto por su brazo esguinzado, como por su mente, que no dejaba de recordarle que a las cuatro tenía que estar en un lugar desconocido probando suerte con la vida, una vez más.
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