Capítulo 20.

En casa de los Law...

Marshall se encontraba durmiendo junto a su esposa, se sentía tranquilo a pesar de tan raro día.

A pesar de buscar descansar, no evitaba soñar con sus propios recuerdos...

Hace 20 años....

En un hotel...

- ¡Regresaré a Estados Unidos, no soporto estar más aquí! - Recoje todas sus cosas - ¡Nunca más volveré a estos malditos torneos, jamás, nunca más! - Tira una mesa de la rabia que sentía - ¡Necesito ver a mi familia, necesito protegerlos! - Exclamó un joven Marshall de 27 años mostrándose horrorizado y prepotente.

- Marshall, cálmate, te lo rogamos - Dijo Paul abrazándolo por detrás, llorando en su hombro.

- ¡ESA HIJA DE PUTA NOS TRAICIONÓ A TODOS, NO VOY A QUEDARME AQUÍ A ESPERAR LA TRAGEDIA! - Se tira contra la pared para soltarse de Paul - ¡Entiéndeme Paul, ya muchas tragedias ha vivido mi familia, no voy a permitir una tragedia más! - Voltea ver a Michelle - Y tú.... - La señala - Será mejor que para la próxima vez dejes de ser una maldita confianzuda porque POR TU CULPA ahora mi familia peligra - Dijo Marshall cegado por la rabia para luego retirarse tan rápido como podía.

Corriendo rápidamente al aeropuerto más cercano, el luchador conocido como "El dragón" aguanta las largas horas de viaje, sin comer, sin tomar agua, sin siquiera dormir, apenas tocó el suelo estadounidense, se dirigió con rapidez a su casa, llegando exhausto, pero buscando abrazar a su esposa y a su pequeño hijo de 4 años.

Corría con desesperación hacia su casa, a pesar de que sus conocidos del barrio chino buscaban detenerlo sin éxito.

Al llegar, no puede siquiera moverse, se cae en la calle de la impresión que sintió al ver policías fuera de su hogar.

- ¿M-mi.... Mi familia? - Preguntó Marshall ahogándose en sus lágrimas, agarrándose fuertemente del pecho mientras miraba como un oficial se le acercaba.

- Sr Law, usted tendrá que acompañarnos - Dijo un oficial sintiendo pena por él, ofreciéndole la mano para que se levantara.

Luego de horas en la comisaría en dónde le explicaron lo ocurrido, él se sienta al lado de su, casi muerta, esposa, en la habitación de un hospital.

No solo tenía que soportar el ver a su mujer y madre de su hijo en coma por una golpiza que en ningún momento se buscó.

Su esposa no era ninguna luchadora, no era ninguna persona problemática, era una ama de casa dedicada a la crianza de su pequeño hijo y al cuidado de su hogar.

Un hogar que Marshall siempre cuidó y que descuidó al ir a ese torneo, al que asistió por buscar venganza hacia Baek Doo San, quien atacó a su dojo y mató a uno de sus estudiantes.

- Prometo encontrar a nuestro hijo, Linda, lo encontraré, no despertarás sin tener a nuestro hijo en brazos...- Dijo el maestro de dojo con la voz cortada, tomando la mano de su esposa para besarla con suavidad.

- Marshall - El dirige su mirada hacia la puerta de la habitación, encontrándose con una vieja amistad, Hon Fu - Yo estoy llevando el caso, no comprendo aún como ocurrió todo esto - Se acerca a dónde estaba a él y mira a la internada - Estoy sorprendido de que este viva - El joven Marshall lo voltea a ver horrorizado - Según lo que entendí de la escena, es que ella y tu hijo estaban tranquilos en casa y una personas desconocidas entraron a la fuerza - Lo toma del hombro - Buscaron arrebatarle el niño y ella hizo hasta lo imposible para detenerlos, Pero a pesar de ello, se lo quitaron de sus brazos - Niega con la cabeza - Mi maximo respeto a tu esposa, esperemos que se recupere pronto - Dijo Hon Fu igual de preocupado que su amigo.

- Esto lo hicieron los Mishima, yo lo sé... - Dijo Marshall con rabia, aguantandose para no explotar frente a su inconsciente pareja.

- ¿Acaso se enteraron de lo que tú sabes? - Sorprendido - ¿¡Cómo saben que tú sabes de...!? - Preguntó Hon Fu inaudito.

- ¡No, ellos no saben nada de lo que yo sé! Es una larga historia, ellos jamás se enteraran de lo que sé de sus malditos negocios... - Se cruza de brazos - Lee jamás me va a traicionar, somos como hermanos, el problema no fue con él - Contó Marshall.

- ¿Entonces a quién de esa cuerda de homicidas hiciste enojar? - Preguntó su amigo seriamente.

- Jun Kazama nos traicionó - Dijo Law claro y raspado.

- Debe de ser una broma... ¡Se supone que ella es una agente de la Interpol, no tiene que ver con ellos...! - Exclamó Hon Fu indignado.

- Como escuchaste, Jun Kazama, y no te voy a repetir por tercera vez el nombre de esa grandísima bastarda - Dijo Marshall entre dientes.

Pasaron horas, días, y semanas, en los cuales Marshall se dedicó junto a su amigo de toda la vida, el detective Hon Fu, en encontrar a su hijo secuestrado.

El estrés era demasiado grande, Marshall no soportaba tanto dolor, así que recurría a consumir alcohol casi todos los días para aliviar sus penas, cosa que Hon Fu buscaba evitar a toda costa, porque no era sano.

Recordándole que ni su esposa ni su hijo les gustaría verlo así.

Hasta que al fin llegó el día en dónde encontraría a su pequeño hijo, casi dos meses que pasaron como el infierno después de su secuestro.

Hon Fu y Marshall fueron citados por otro detective al despacho de la policía local, en dónde una oficial le entregaría a su hijo, quién apareció en una comisaría de otra región, Metro City.

- ¡FOREST, HIJO MIO! - Corre hacia él y lo abraza fuertemente sin querer soltar, llorando de la desesperación y alegría que sentía en ese momento, su corazón estaba más que roto, pero con esperanzas de sanar al ver a su niño bien.

- ¡PAPÁ, PAPÁ! - Llorando al igual que él - ¡PAPÁ TE EXTRAÑE MUCHO, TENIA MUCHO MIEDO! - Aferrándose fuertemente a él - Tenía mucho miedo.... - Dijo el niño entre lágrimas, teniendo su cara toda roja de tanto llorar y agonizar.

- Ya todo pasó, Forest, ya estás en casa... - Dijo Marshall llorando como nunca antes lo había hecho, estaba más que agradecido con Dios al ver a su hijo de nuevo, y sanito, sin ningún rastro de maltrato.

- ¿¡Y mi mamá!? ¿¡La mataron!? - Preguntó el menor muy preocupado, sin dejar de llorar.

- No Forest, no la mataron, no la mataron ni a ella ni a mi, estamos bien, luchamos mucho por encontrarte hijo mío - Lo besa en la frente y lo sigue abrazando - Todo volverá a la normalidad, cariño, estaremos juntos sin importar los problemas, como la familia que somos - Dijo Marshall tomando a su hijo suavemente de los hombros, sonriéndole para darle tranquilidad.

Su hijo sonríe igualmente, sin importar la ansiedad que sentía.

- Es increíble, que nivel de cinismo... - Se cruza de brazos - Esto fue obra de alguien que tenía algo bastante personal con este hombre - Niega con la cabeza - Antes de traerlo, lo lleve al pediatra, está perfecto... Gracias a Dios - Dijo la oficial sintiéndose ciertamente tranquila en ese sentido.

- Muchísimas gracias Lucia, de verdad si no me fueras dado la mano, dudo haber podido con todo esto, me afectó mucho, serás una grandiosa detective si te lo propones - Dijo Hon Fu llorando de la felicidad.

- Odio a la gente corrupta y con poder... Podré solo ser una cadete, pero no soy ciega- Dijo la oficial entre dientes, colocando sus brazos detrás de sus caderas.

Al paso del tiempo, luego de una última tragedia, Marshall saca adelante a su familia hasta darles la mejor estabilidad económica que podía, gracias al Dojo, negocios, y torneos locales.

Notaba que Forest se encontraba perfecto, a pesar de lo ocurrido en tiempo pasado, su sanidad mental parecía intacta al igual que su inocencia, era un niño alegre y soñador.

Y su esposa, gracias al cielo, no quedó con ninguna secuela luego de su recuperación física, al contrario de lo que creía, ella no pasaba por ningún trauma a raíz de eso.

Lo único malo es que su relación amistosa con Paul y Michelle estaba más que rota, no había manera, en ese entonces, de reconciliación, debido a que, bueno, todo por lo que pasó su familiar fue por ese maldito torneo y los Mishima.

Y lo que lo arrastró a participar fue un contratado de Heihachi.

El problema no fue como tal que haya participado, sino confiado en una persona miserable como lo es Jun Kazama, y todo por influencia de Michelle y Paul...

Pero eso no le importaba ahora, le importaba ver a su familia sana y salva.

- ¡Linda, ya llegué! - Exclamó el joven Marshall bastante contento luego del trabajo, trayendo algunos víveres, pues quería hacer el almuerzo el día de hoy.

Con Forest en la escuela, la mujer de la casa se encontraba melancólica en la sala, con algo en manos, viéndose desanimada.

- ¿Que pasa? - Deja las cosas sobre la mesa de la sala y se le acerca - ¿Otra vez tu mamá te está molestando? - Preguntó su esposo preocupado, sentandose a su lado.

- No, no es eso, mejor dicho, mi mamá creo que ya me sacó totalmente de su vida - Se ríe con tristeza - solo es que... Se me está yendo la juventud y soy incapaz de quedar otra vez embarazada - Se abraza a si misma y se aguanta la gana de llorar - ¡Lo peor de todo es que el problema es mío, no tuyo! - Rompiendo en llanto - No puedo fracasar como mujer... - Dijo Linda encontrándose muy sensible, y era entendible, tenía deseos de tener un segundo hijo y le era imposible, ni el mejor tratamiento hormonal la podría ayudar.

El estrés anteriormente vivido la dejó estéril.

Pero ella no se rendía...

- No vuelvas a decir eso nunca jamás, no eres ninguna fracasada... - La abraza en busca de consolarla - Seguiremos intentando, y si no ocurre nada, a mí no me importa, Linda, si no se puede, no se puede, y no por eso te voy a dejar de amar... ¡Y tú mucho menos puedes tratarte así, no es tu culpa! - Exclamó Marshall seriamente.

Ella solo se calma y limpia sus lágrimas.

- Estaba pensando en ir este fin de semana a Carmel, de visita, ya sabes, para ir a la playa y eso ¿Podria ser buena idea para ti? - Él asiente con la cabeza - Forest me dijo que quería volver a ver a su vaquita ¡Nuestro antiguo vecino me dijo que aún estaba viva y de hecho, ya había crecido bastante! A nuestro hijo le llenará de alegría volver a ver a su vieja mascota, aparte, podría ayudarnos para tomarnos un leve relajo del trabajo semanal - Dijo Linda alegrandose un poco.

- ¡Si, por supuesto que si, lo que sea por nuestro hijo! ¡Y por nosotros también! - Exclamó Law sintiéndose más animado, tomando a su mujer de la mano.

Y así fue, aquel fin de semana la familia volvió a Carmel-by-the-sea, solo a visitar a sus antiguos amigos y darle más tranquilidad a su hijo.

- ¡Cuando sea grande, les prometo que nunca nadie nos volverá a separar! ¡Seré muy inteligente y fuerte y estaré siempre con ustedes! ¡Seré un dragón como tú, papá! - Exclamó el pequeño Forest de 5 añitos con mucha emoción, mientras jugaba en las orillas de la playa con una gaviota.

- Claro que lo serás, recuerda que serás lo que te propongas... - El niño corre a brazos de su madre para abrazarla fuertemente - ¡Ay retoño, eres todo un dragonsito ya, solo espera a crecer! - Exclamó su madre con dulzura mientras lo mimaba.

Marshall estaba seguro que su hijo sería el más digno luchador de todos, y lograría llevar su apellido a lo más alto, y lo más alto no es necesariamente la fama o lo materia.

Sino, más bien, el que sea el orgullo de la familia, y eso fue desde que nació.

Presente.

El viejo Law se despierta con delicadeza, sentandose sobre la cama, mirando hacia la ventana, sin fijarse siquiera en qué hora era.

Solo suspira con suavidad para luego tomar aire y abrazarse a si mismo.

Ya todo estaba bien, su esposa y su hijo estaban bien, su dojo estaba bien, su vida estaba bien... Su corazón, estaba bien.

Llora en completo silencio, para no asustar a su dormida pareja.

Sentía melancolía y necesitaba entrar otra vez en serenidad antes de dormir y lograr descansar.

Se levanta de la cama con cautela para ir a tomar un poco de agua a la cocina, tenía bastante sed y necesitaba buscar la manera de enfriarse.

Se queda un rato sentado en una silla de la cocina, mientras seguía tomando agua, quería relajarse antes de volver a dormir.

- No pienso permitir que ni Baek ni Jun arruinen la paz de mi familia una vez más... Jamás, y más luego de tantos años de buscar sanar... - Suelta el vaso y se recuesta un poco hacia atrás, en dónde se truena la espalda.

Mokujin, quien bajaba de la habitación de Leo, lo encuentra alli, no duda en acercarse para ver cómo estaba.

Sus vibras decían mucho, así que solo se acerca a él

- ¿Que haces despierto, "Pinocho "? Deberías de estar durmiendo - Dijo Marshall enderezandose para verlo mejor.

El pequeño Mokujin de roble solo abre la nevera y saca un refrigerio, y se va.

- ¿Acaso será para él o para Eleonora? - Se confunde un poco - ¿Cómo podría comerse eso siendo un maniquí de madera? - Suspira - << Debería de llamar a Forest para saber cómo está, no creo que sea tan tarde >> - Pensó Marshall levantándose de allí para ir a la sala.

Acercándose al teléfono de la casa, le marca a su hijo, dudando un poco pero sin arrepentirse.

No quería parecer intenso, aunque simplemente quería saber cómo estaba su único hijo, si estaba todo bien, si estaba en casa de Paul o no, solo quería saber de él.

Con Forest...

- ¡Dame un segundo, Julia, me están llamando de mi casa! - Se ríe un poco y responde - ¡Buenas noches! - Exclamó el más joven de los Law con alegría.

- ¡Hola hijo! ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo? - Feliz al ver que todo parecía totalmente bien - Te llamaba para saber como estaban, me preguntaba sobre la cita - Dijo su padre solo por molestarlo.

- ¡Agh, papá! ¡Si fueras dicho eso más temprano, probablemente me hubiera enojado! Pero si, es una cita... ¡No pensé que pasaría pero pasó, me siento feliz! - Dijo su hijo entre risas.

- ¿¡De verdad!? ¡Pues debiste contarnos, no decir mentiras! ¡No nos tengas desconfianza, te fuéramos ayudado!  - Exclamó Marshall en regaño, aunque estaba más que feliz.

- ¡Es que... Ay papá, todo pasó tan rápido! - Se apena - ¡Mañana te cuento, lo prometo! - Exclamó Forest entre risas nerviosas.

- No me sorprende, ya tu madre y yo lo veíamos venir - Dijo Marshall riéndose.

- ¿Y cómo están mi mamá y tu? ¿Todo bien por allá? - Preguntó su hijo con curiosidad.

- ¡Bien, tu mamá ya está durmiendo! Yo me desperté a ordenar unas cosas de la cocina que se me habían olvidado - Suspira - Como sea hijo, cuídate mucho y pórtate bien, cuida mucho a Julia y saludos ¡Hasta mañana, te amamos mucho, hijo, recuerda eso siempre! - Exclamó Marshall con serenidad.

- ¡Yo también los amo un montón, papá, feliz noche! - Cuelga, Marshall solo se siente más tranquilo y deja el teléfono en su lugar.

Ahora solo se relaja un poco en el sofá, pensando, ¿Cuantos años han pasado desde la última tragedia de su familia? Sentía que algo podría pasar este año, Forest fue a un torneo, Kazuya estuvo en San Francisco, ahora, Baek Doo San regresa y es puesto en un altar en el comité deportivo como si no fuera vandalizado su dojo y asesinado a uno de sus estudiantes.

Habían demasiadas cosas por las cuales preocuparse, pero sentía que no debía de darle cabeza, ¿No es más importante estar al pendiente de su familia? Por supuesto, tenía que pensar en su restaurante, el dojo, su hijo, su esposa, sus inversiones, sus amistades.... Eso era lo que valía la pena.

- ¿Marshall? ¿Que haces despierto a estas horas...? - Bosteza un poco y se estira - ¡Es viernes, tienes que descansar de tanto laburo, mañana hay que madrugar! - Exclamó su esposa extrañada, y con el cabello todo esponjado.

Volteando a mirar a su esposa, no sabía que decirle, no quería decirle con lo que había soñado, la aterraria.

Ya tenían suficientes preocupaciones encima para recordar tragedias, así que él simplemente suspira y se le acerca.

Quería hacerla reír, no hacerla llorar más, mucho menos angustiarla.

- ¿Estás bien? - Preguntó ella con curiosidad.

- ¡Pues claro que estoy bien! ¿Y tú qué haces despierta también? ¿No puedes dormir sin mi? - Preguntó el viejo Law solo por molestar.

- ¡Ya vas a empezar con tus bromas de mal gusto! - Niega con la cabeza - Pues quédate durmiendo aquí, me da igual, disfruta del sofá - Dijo la Sra Law con arrogancia, dándole la espalda.

- Pareces un gato persa malhumorado - Se cruza de brazos - ¿Por qué no preparas ese cóctel que tanto nos gusta? Y tomamos un poco para bajar el estrés y recordar nuestra juventud y darnos cuenta de que nuestra vida es preciosa - La toma de los hombros con delicadeza y la masajea un poco - Vamos mujer, mañana no hay que madrugar, cancelé todo lo que tenía que hacer por pasar tiempo con mi familia ¡Y aparte necesito distraerme! - Exclamó Marshall tranquilamente, con cariño.

- ¡Pero, recuerda que Leo está aquí! - Niega con la cabeza - ¡No hay que ser indiscretos! - Exclamó Linda colocando su dedo índice en los labios de su esposo, riéndose.

- ¿Pero y eso que? ¡Dudo que se vaya a despertar por una tontería! - Exclamó su esposo divertido.

- ¡Te conozco Marshall, eres bien escandaloso y más cuando te ríes! - Exclamó Linda negando con la cabeza, evitando seguir riendo.

- ¿¡IBAN A HACER UNA FIESTA!? ¿¡Y SIN MI!? - Preguntó la joven Eleonora horrorizada asomándose desde la sala.

Marshall y su esposa solo se miran aburridos.

- ¡A DORMIR ELEONORA! - Exclamaron ambos señalandola.

Leo solo se asusta y se sube a su habitación otra vez por miedo a un regaño.

La pareja solo se ríe un poco.

Por otro lado...

- ¡Bueno, pero! ¿Que onda contigo? Eres como una maldita piedra en el zapato ¡Aburres! - Exclamó Jacky irritado, hasta tapándose los oidos mientras caminaba por las calles de la ciudad.

- ¡Ni siquiera he dicho nada, rubio estúpido! - Exclamó la persona que le acompañaba, parecía ser Kage-Maru, la amistad que trajo su hermana de Japón.

- ¡Con solo escuchar esas sandalias de madera que tienes es más que suficiente! - Niega con la cabeza - ¿Podrías vestirte... Más americano? - Preguntó el joven Bryant aburrido.

- De hecho quería hacerlo, Pero ahora como sé que odias el ruido de mis sandalias, ¡Me las dejaré! - Exclamó el japonés burlándose de él.

- Lo único bueno de ti es que a pesar de que eres un japonés, caes bien - Dijo Jacky siendo honesto.

- Muy bien, es que tú hermana me pone de buen humor - Dijo Kage-Maru entre risas.

- ¿¡QUE MI HERMANA QUE!? - Preguntó el rubio inaudito.

Cerca de allí, se encontraban Forest y Julia, los cuales está vez no andaban solos, pues se consiguieron de casualidad con Yun y Pupa, quienes por alguna razón andaban a estas horas en la calle.

Los 4 estaban sentados en las escaleras de un bar restaurante cercano al Golden Gate Bridge, un lugar en dónde había la suficiente iluminación para sentirse seguros.

¿¡Cómo Forest y Julia llegaron tan rápido al otro lado de la ciudad!? Parece que pidieron un taxi.

Forest no quería quedarse tan temprano en casa.

- Que loco lo que hizo Katarina hombre, ya hasta me dió miedito, aunque no me extraña - Dijo Pupa aburrida, quitándose su gorro de lana.

- ¿A ti no te contaron que una vez ella trató de drogar a Bob? - Preguntó Yun con intriga.

- ¿¡A Bob!? Cada vez esto es más confuso para mí - Niega con la cabeza - Ya no solo tenemos que lidiar con Jann, ahora también con Katarina ¡Increíble, ahora resulta que mis amigos una vez cada año se vuelven enemigos! - Exclamó Forest agobiado.

- Oye Forest, ¿Si te contaron que un posible hijo de Baek Doo San estuvo rondando el dojo? - Preguntó Pupa con preocupación.

- Si, lo sé, pero no me angustia de ninguna manera, tengo seguridad en mi mismo, si ese tipo se cree su padre, lo acabaré por completo, solo con la palabra - Se cruza de brazos - verá él si quiere que lo saque de una patada de nuestro dojo - Dijo Forest con tranquilidad.

- Tranquilo Forest, si aparece, lo acabaremos a golpes entre todos - Sonríe y pone sus brazos detrás de la nuca - ¡Sería muy divertido! - Exclamó Yun entre risas.

- Como sea, ya sabemos que tenemos a una completa ruda en el dojo - Mira a Julia - ¡Debió ser genial acabar con unos monteros y golpear a Bob! - La rodea con un brazo - Será una anécdota graciosa para que cuentes el lunes, Julia - Dijo Pupa bastante animada.

- ¡Me halagas Pupa, gracias! - Sonríe y le da una palmada en el hombro - Pero eso no superará jamás esa vez en la que golpeaste a Yun con una escoba por quitarte tu gorra - Dijo Julia entre risas.

- ¡NO LE RECUERDES ESOOOOO! - Exclamó el joven Lee protegiéndose la cabeza.

- Oigan, Pero no sé olviden de la vez en la que Yun se puso de diva a discutir con Julia de quién tenía el cabello más largo - Contó Forest aguantando la risa.

- ¡O cuando tu te reías como una foca cuando Jacky se cayó hoy! - Exclamó Yun señalando a Forest.

Los 4 se rien de tantas anécdotas graciosas luego de hablar de tragedias.

- ¡Deberíamos ir a las ferias! - Exclamó Pupa.

- ¡Claro que sí! - Exclamaron Forest y Julia al mismo tiempo con emoción en sus ojos.

- A estos dos les encantan las ferias, veamos si les encanta la casita del terror... - Dijo Yun para luego reírse como un loquito de centro.

Los otros 3 se le quedan viendo raro.

En las ferias...

- Todo está muy lindo como siempre, Pupa y yo planeamos ir a la casa embrujada ¿Y ustedes? - Preguntó Yun con curiosidad.

- Estábamos pensando ir a los juegos de premios y eso, nos gustan un mucho - Dijo Julia sonriendo.

- ¡Aparte, siempre llegamos a ganar algo, ya llené la habitación de Julia de puros peluches! - Exclamó Forest con bastante orgullo.

- Y yo ya llené la de Forest también de puros peluches, especialmente de vacas, ¡Le encantan las vacas! - Exclamó Julia con ternura abrazándolo con discreción.

- Una vez Yun y yo estuvimos jugando un juego de esos, lo único que ganamos fue una pelea con el vendedor - Dijo Pupa con diversión.

- ¡Mira Forest, un nuevo juego de premios, tenemos que ir! - Exclamó Julia encantada, aferrada al brazo de su pareja, señalando el nuevo juego del que hablaba.

- ¡Esperemos que los premios sean buenos! - Exclamó Forest ansioso, acercándose con ella a dicho puesto.

Pupa y Yun solo se miran divertidos y mejor se buscan algo para comer mientras los otros juegan.

Estando allí, notan que el dueño del puesto, encontrándose de espaldas, estaba acomodando los juegos, eran bastante curiosos.

- ¡Hola, buenas noches! ¿Si está disponible este juego? - Preguntó Julia con cierta diversión.

- Si claro, por supuesto, déjenme acomodar esto y... Ya los atiendo -

Forest y Julia se miran entre si, porque la voz de la persona se escuchaba bastante extraña y ajena al acento común, pero, no le dan importancia.

- ¡Muy buenas noches amiguitos, parejita... Lo que sea!  Mi nombre es Sabre, vengo de Francia, hoy seré su anfitrión en estos juegos americanos - Dijo el dueño del puesto, claramente extranjero.

Forest lo notaba bastante extraño.

Un hombre de mediana edad, de cuerpo atlético, cabello rubio hacia atrás, y una cara de que ha vivido lo suficiente en la vida.

Sus premios se veían extraños, como si de una venta de garaje se tratase.

Capaz solo era un tipo recién divorciado vendiendo todas sus baratijas en las ferias.

- ¡Vaya, que premios más extraños tienes allí! - Fascinada - ¡Tienes hasta libros y joyas! - Exclamó la nativo americana motivada para jugar.

- ¡La primera ronda es gratis, ándale! - Le entrega 3 aros - Debes de meter, aunque sea uno, en una botella para poder reclamar tu premio, si metes las 3, puedes ganarte un premio mayor - Explicó el francés.

- ¡Bien! - Se prepara para jugar - ¡Ya vas a ver, Forest, lo haré excelente y ganaré algo para ti! - Exclamó Julia alegremente volteándolo a mirar para luego empezar a jugar.

- Que lindo, es bonito cuando te quieren regalar algo -  Sonríe ligeramente - ¿Acaso están en una cita? Perdón por sonar entrometido, pero me gusta charlar - Dijo Sabre tranquilamente.

- Si, técnicamente estamos en una cita ¡Tranquilo, no te preocupes! Siempre se puede socializar - Dijo Forest tranquilamente.

- Gracias, es que no pude evitar acordarme de la que fue el amor de mi vida, la mujer más hermosa que conocí en mi vida, llamada Daeva - Dijo el francés con ilusión recordando su juventud.

- ¡Ah, genial! Entonces no hay de que preocuparse - Sonríe, le presta atención a Julia, la cual aún trataba de lanzar el aro de la mejor forma - ¡Lo estás haciendo excelente! - Exclamó Forest dándole ánimos.

- ¡Ay, no me interrumpas, Forest! - Exclamó Julia un poco arrogante.

- Esto es mi culpa, yo la volví fanática de los juegos de feria - Dijo Forest entre risas.

Ella lanza el primer aro, sin embargo, falla.

- Caramba... - Dijo la castaña colocando sus manos sobre la cintura.

- Hasta acá llega el temperamento de búfalo - Dijo de la nada Yun llegando a la escena, con un algodón de azúcar porque tenía mucha hambre, Pupa le acompañaba con un maiz asado.

- Si yo tengo temperamento de búfalo, tu tienes temperamento de gallina - Dijo la joven Chang con fastidio.

Ella lo vuelve a intentar, nuevamente falla.

- Estamos muy torpes hoy - Dijo Julia lamentándose.

- ¡Todo es culpa de Forest! - Exclamó Pupa solo por molestar, riéndose de la escena.

- ¡Claro que no! - Toma el último aro de las manos de Julia y lo acierta - ¡SI SE PUDO! - Exclamó Forest alegremente rodeando a Julia con un brazo.

- ¡No es justo, yo quería ganar! - Exclamó Julia bromeando.

- ¿Que quieres tomar cómo premio? - Pregunto el francés.

Los jovenes hablan entre ellos hasta llegar a una acción.

- ¿De qué es ese libro que tienes allí? El que tiene en la portada lo que parece ser una mujer con patas de cabra - Preguntó Julia con curiosidad.

La cara de Sabre de llena de alegría al escuchar eso, no lo duda, y se lo entrega.

- Si les gustan los temas de demonios, angeles, espíritus y ocultismo, esto es para ustedes - Dijo Sabre con cierto cinismo.

- ¡Me lo llevo! - Exclamó Julia bastante segura de su decisión.

Al parecer la noche no se echó a perder a pesar de lo ocurrido en el bar, las alegrías seguían gracias a la compresión y apoyo mutua de Forest y Julia.

Pasaron el resto de la noche en aquel lugar tan alegre y divertido como las ferias, hasta viendo como Pupa montaba un toro mecánico por andar apostando con Yun.

La primera cita no salió tan desastrosa como se pensaba.

- Que genial se ve la ciudad desde acá, admito que me da pánico los lugares tan altos, pero, me siento tranquilo - Dijo Forest algo nervioso, mirando desde la ventana de un puesto de la rueda de la fortuna.

- Tranquilo, yo también estoy nerviosa por la altura - Lo toma de la mano con cuidado - Sin embargo, todo estará perfectamente bien, ahora solo aprovechemos de hablar para que estos minutos pasen rápido - Dijo Julia con serenidad, colocando su mano libre sobre el pecho del joven Law.

- ¿Por qué no aprovechamos más bien para que trates de besarme ? - Preguntó él molestando un poco.

Ella solo se apena y se ríe, mirándolo con amor.

- ¡No puedo, me da pena! - Exclamó Julia bien ruborizada.

- ¡Entonces ven acá! - Extiende sus brazos y ella solo lo abraza con suavidad - Mira eso, parece que una botarga de Bob Esponja está peleando contra un payaso - Dijo Forest ciertamente perturbado.

- Apuesto a que gana Bob esponja - Dijo ella entre risas.

- ¿Quieres leer algo de ese libro que te ganaste? - La besa en la mejilla y se lo entrega - Así sabemos con tiempo de que trata - Dijo Forest curioso.

- ¡Si claro! - Aprovechando el poco espacio, se sienta en la esquina contraria y extiende sus piernas sobre el regaso de Forest - ¡Perdón, es que tengo las piernas algo acalambradas! - Apenada - Bien, empezaré a leer esto - Dijo Julia escondiéndose en el libro, al abrirlo, rápidamente se topa con algo que no le cuadra.

- Quiero decirte pero tengo miedo de que suene muy raro - Dijo Forest bastante divertido riéndose.

- ¿Que me quieres decir? No creo que sea nada raro, más raro que yo diciendo que tienes las pechugas más grandes que yo no creo que sea - Preguntó Julia riéndose con él.

- ¡No me recuerdes, eso, y pensar que eso lo dijiste cuando éramos amigos! - Ambos disfrutan de tal anécdotas, riéndose y vacilando - Lo que te voy a decir es algo parecido a eso - Se cruza de brazos - Tus piernas son muy bonitas - Dijo el joven Law riéndose de si mismo y de lo que dijo, sonrojandose por completo.

- No es raro a lo que yo, previamente, había dicho - Se le acerca y lo besa con rapidez para luego regresar a ricón con el libro - ¡Ya habrá tiempo para eso, hora pilla esto, Forest! - Aclara su garganta - El título de este libro es "Daeva" - Dijo la nativa bastante intrigada.

- ¿Daeva? - Preguntó Forest impresionado.

- Si, Dae... - Un fuerte trueno se escucha en lo más oscuro del cielo, haciendo exaltar a ambos.

- ¡AAAAAAAAHHHHHH! - Exclamó el dúo dinámico abrazándose fuertemente del miedo.

- ¡Hola! ¿Me han llamado? - Una sombra humanoide se presentó ante ellos en el puesto del al frente - Veo que dijeron mi nombre 3 veces, es mas que suficiente para que me aprecien -

- ¡ERES LA MUJER DEL LIBRO! ¡LA QUE ERA NOVIA DE ESE VENDEDOR! - Exclamó Forest muy asustado señalandola.

Aquella entidad femenina era Daeva, la mujer ilustrada en la portada del extraño libro que se habían ganado en aquel juego de premios, su cuerpo era muy extraño, patas de cabra, pelaje cubriendo sus partes nobles y unos grandes cuernos de cabra sobresaliendo de su cabeza, aparte de dos adicionales sobre su frente.

Largas uñas en sus pálidas manos, así como una orejas parecidas a las de un elfo, y apenas de eso, su rostro era más que perfecto.

- ¡Eso no es cierto, yo jamás fui nada de Sabre! - Exclamó Daeva con cierta molestia.

Forest y Julia dudan en hablarle, pero, ya habían visto cosas peores, como Ogre.

- ¡OH ESPÍRITUS, POR FAVOR NO PERMITAN QUE ESTA ENTIDAD SE ROBE NUESTRAS ALMAS! - Exclamó Julia con horror rezando.

- ¡Hey, hey! No soy un demonio, solo tengo aparecía de cabra porque se sacrificaron como a una en un Eid-al Adha hace muchísimos siglos atrás - Suspira - Solo estoy aquí porque se enteraron de mi existencia, ¿Se puede saber que hacen con ese libro en manos? - Pregunto la mujer cabra aburrida.

- Se supone que era el premio de un juego de ferias... - Dijo Forest rascándose la nuca.

- ¿Eid-al Adha? Que horror, odio esa basura de "Tradición", solo es una excusa barata para sacrificar animales inocentes de la manera mas brutal - Se cruza de brazos - Como odio a esas "culturas..."- Dijo Julia con cierta, sabia de lo que hablaba.

- ¡Nos entenderemos excelente! Me alegra escuchar eso, por pensar así fue que terminé siendo esto que están viendo ahora - Extiende sus brazos - Como sea, ahora tenemos que hablar de la parte importante - Chasquea sus dedos y se convierte en una mujer corriente, únicamente vestida con una túnica negra y elegante - Mi nombre es Daeva, soy una entidad facil de invocar, soy una mujer que lleva siglos de siglos vagando por el mundo vivo en busca de venganza continua - Se cruza de brazos - Siento que ustedes ya saben sobre estás cosas... - Dijo la mujer arqueando la ceja.

- Es verdad, nos enfrentamos a una entidad azteca llamada Ogre, la cual fue invocada por una familia de mal nacidos a base de un sacrificio fallecido, no tenemos la certeza de si sigue aquí o no - Contó Forest seriamente.

- Depaso ocurrió en un templo improvisado en Japón, no era un templo azteca real - Dijo Julia.

- ¿Ogre? Ah, esa cosa vieja e inútil - Niega con la cabeza - Hay cosas peores pero imposibles de invocar a estas alturas - Pensativa - Puede que ya esté sellado, normalmente las entidades que vienen de lo mas antiguo de las civilizaciones duran muy poco en tierra debido a que no hay nadie que crea en ellas o les den sacrificios para satisfacerlos - Contó Daeva con seriedad.

- ¡Esa información vale oro, muchísimas gracias Daeva!  - Exclamó Julia fascinada.

- Otra cosa que deben de saber es que a veces los sacrificios no sirven de nada, es decir, si la persona que invocó a Ogre quiere volverlo a invocar, no le servirá, una sola persona no puede invocar a una entidad maligna por segunda vez, cualquier sacrificio será en vano porque no existe una secta y grupo de creyentes de este - Dijo Daeva.

- Tengo una pregunta, ¿Ninguna entidad tiene poder si no tiene creyentes? - Preguntó el joven Law.

- ¡Bingo! - Exclamó Daeva aburrida.

- Entonces, ¿Estás aquí porque sabemos de tu existencia? - Preguntó la castaña abrumada.

- Seh, pero es mejor para mí no estar acá, prefiero estar en el Inframundo - Señala el libro - ¿Que buscan leyendo eso? - Preguntó la mujer con molestia.

- Es algo muy complicado de explicar - Dijo Julia agobiada.

- ¡Me da igual, denme esa basura! - Se lo arrebata de las manos y lo quema, volviendolo rápidamente en cenizas que luego desaparecerian - ¡Y más les vale no volverme a invocar, que horror! - Exclamó la cabra humanoide como regaño.

Y de la nada....

- ¡Ah, todo ha sido un sueño! - Mira por la ventana - ¡Estamos justamente en el nivel en dónde estábamos antes de que yo empezara a leer - Dijo Julia ciertamente mareada y nerviosa.

- Solo no leamos su nombre en voz alta y ya - Se ríe - Está interesante los conceptos que nos dió esa cosa en nuestro sueño compartido - Dijo Forest bastante pensativo.

- En fin, ya el lunes o el domingo podemos empezar con nuestra investigación sobre entidades... - De queda mirando el libro - La mujer cabra realmente se ve que es alguien que no quiere que le den ninguna clase de mención, es mejor respetar eso porque si no hacemos, probablemente suframos las consecuencias - Dijo Julia seriamente.

- Tienes toda la razón, evitemos decir nombres al momento de leer de esas cosas, es lo más responsable - Ve que Julia nuevamente se sienta y se recuesta en su hombro - Ahora hagamos como si nada y disfrutemos de la noche... Aunque, deberíamos de dejar este libro en un lugar que no sea la casa de Paul - Dijo Forest igual de serio, pensando más que todo en no maldecir nada.

- Si, es verdad, Pero, ¿En dónde? - Pregunto la nativa agobiada.

- Pues... - Dijo el joven Law teniendo ya dónde ir a esconder esa cosa.

¿En dónde tendrían aquel libro raro?...

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RECOMENDACIÓN: Siempre que lean a un personaje que no conoces, visiten la primera parte de esta historia.

Los personajes nuevos como Sabre y Daeva son personajes de Kakuto Chojin, un Fighting Game diseñado por el mismo creador de Tekken y diseñador de Tekken 1 y 2 , Seichii Ishii.

Pronto les traeré un fic individual de dicho juego, el cual, tiene un lore como producto bastante triste, ya que Xbox lo quitó de la existencia en la listas de su empresa originaria.

En el mismo material que pronto subiré les explicaré el motivo de su masiva cancelación por parte del occidente.

Sin más que decir ¡Nos leemos luego!

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