¿Escapar no será fácil? Será como beber whisky.

Ha pasado un tiempo desde que estaba allí encerrado. ¿Cuánto en realidad? No lo sabía con exactitud, pero tampoco era como si le importará mucho mientras que su familia estuviera a salvo y teniendo vidas normales en la Tierra.

Esperaba que Beth no la estuviese pasando tan mal como lo imaginaba, ella no tenía la culpa de que hubiera llegado a su vida de repente y que, de un parpadeo, haya decidido irse de ella nuevamente. Sabia que ella se sentiría terrible, pero esperaba que no sea tan malo como lo pensaba. ¿Morty? Él estaría bien, lo conocía demasiado bien como para saberlo, era fuerte e inteligente aunque no lo pareciera. Summer debía estar bien, seguro con su móvil todo el tiempo en mano. En cuanto a Jerry, él era un idiota, pero un buen idiota, estaría bien.

Aún recordaba cuando decidió sacrificarse por su familia para que estos tuvieran una vida normal y tranquila, cuando se hizo pasar por su yerno entregándose y dándo la ubicación de su familia, junto con la propia, a la Federación Galáctica. Aún recordaba cuando fue trasladado hasta allí, como si fuera un criminal dirigido hacia la horca, la mismísima muerte. Recordaba cuando fue encerrado en esa "celda", si es que así podía llamarse a esa caja. Recordaba con claridad las palabras del alienígena a su lado:

-¿Por qué estás aquí, eh? -pregunto.

-Por todo. -respondió de manera simple.

Habían pasado tres meses desde que se entregó a la Federación Galáctica y fue sentenciado a la vida con la máxima seguridad. Ahora todos los días seguía la misma rutina: levantarse, ducharse, comer, hacer lo que sea, comer de nuevo, tiempo de inactividad, comer, dormir. Espuma, enjuague, repita hasta que termine su oración. Para gente como Rick, ese día se suponía que nunca llegaría.

Pero había estado analizando cuidadosamente la prisión, aguardando su tiempo, hasta que estuvo bien hacerlo, estudiando su alrededor. La rutina aburrida, la comida grosera, y lo peor de todo, no había alcohol. Ya no más, pensó aquella vez mientras que afilaba el hueso de una carne extraña con sus dientes. Planeó usarlo como un cuchillo improvisado hasta que pudiera poner sus manos en algo mucho más peligroso.

Todavía colgaba en el área de máxima seguridad de la prisión, el zumbido demasiado familiar de la campana de la cena sonó por todo el lugar. Los prisioneros fueron sistemáticamente flotados abajo, desencadenados de sus plataformas y escoltados a la cafetería. Rick guardó el hueso en su calcetín y se unió al resto de sus compañeros en la fila. La cafetería era tan mala como el resto de la instalación, decorada con tonos ominosos de negro, morado y rojo. Era relativamente normal, además de la combinación de colores.

Después de que el hombre paseó metódicamente por la línea de comidas, tomó su comida y se sentó, comenzó a inspeccionar el área. El único alienígena que pudo llegar a la conclusión de ser el jefe de toda la prisión era una enorme y blanda mancha amarilla con penetrantes ojos verdes, sobre su espalda había bolsas de color naranja que palpitaban, donde sus corazones estaban almacenados, pensó para sí mismo. Había visto esa especie antes en una aventura con Morty. Cuál, su cerebro envejecido, no podía recordar.

-¡Hey Sánchez! -dijó el alienígena-. ¡Sal de mi asiento ahora mismo!

-Solo ve a buscar otro. -respondió Rick, sin levantar la vista-. No seas un bebé.

-¿Tienes la oportunidad de llamarme un bebé? -el extranjero gritó-. ¡Lo vas a pagar Sánchez!

Cuando el alienígena intentó atacar a Rick, éste se deslizó hacía un lado para que su atacante se perdiera, buscó el hueso afilado en su calcetín y apuñaló uno de los bulbos anaranjados en su espalda, la sangre verde neón salió de la herida. Rick, sin sentimiento alguno, pinchó los otros sacos y observó como el extranjero se desangraba frente a sus ojos. ¿Cómo era posible que este tipo fuera el líder de cualquier cosa? Se preguntó mientras apartaba el cuerpo del camino y se dirigía a la pandilla del alienígena.

-Las reglas de la prisión dicen que eres mi perra, ahora lo que vas a hacer es ayudarme a escapar. -dijó a los alienígenas que le rodeaban, sus palabras no eran una sugerencia, era un hecho.

¿El plan? Sencillo, causar el motín más grande jamás visto en el universo. Después de que los prisioneros fueron escoltados de regreso a sus celdas para el tiempo de inactividad, Rick reunió a sus dos pandilleros. Sus nombres eran Niji y Kojo, que parecían pertenecer a la misma especie de extraterrestres tipo Pegasus, con alas para emparejar. Salieron de sus celdas hacia a la iluminación minimalista del pasillo exterior, dando al camino una apariencia misteriosa.

-Este lugar me está dando la pica. -dijó Niji, doblando sus alas azul oscuro contra su cuerpo de color idéntico a este.

-Oh wow. -Rick se burló-. Mejor llamar la atención, podría haber una cuchilla de afeitar en el suelo, sólo se debe esperar el momento para obtenerla ya.

El rostro de Niji se transformó en una expresión de vergüenza, con el cabello negro colgado en su cara. Rick gruñó ante la vista cuando los tres alcanzaron una esquina que conducía al ascensor que los llevaría al bloque principal de las celdas.

-Oye, Greyface, vuela al ascensor para asegurarte de que no está atascado o algo así. -ordenó.

-Es Kojo. -respondió. Él, sin embargo, todavía obedeció el comando y voló alrededor de la esquina al elevador. Se agitó en su lugar mientras lo inspeccionaba. Niji notó una luz al lado del ascensor que iluminaba el cubículo.

-Creo que eso significa problemas... -dijó en un fuerte susurro. Señaló con uno de sus cascos en la dirección de la luz.

-¿De qué estás hablando? -comenzó Kojo antes de ser interrumpido por un ding del ascensor. Aterrizó, haciendo contacto visual con un corpulento guardia blindado.

-¡Tú idiota, lo has estropeado! -gritó Rick.

-¡Todavía no ha terminado! -Kojo se dio la vuelta y se lanzó contra el guardia en la cara-. ¡Corran!

Los tres se amontonaron en el ascensor, Niji presionando botones aleatorios en el panel.

-¡Vamos, cierra maldita sea!

El guardia recuperado, tomó un walkie talkie de su cinturón.

-Tres presos de máxima seguridad han escapado, repito, tres presos de máxima seguridad han escapado. Despachen todas las unidades a todos los pisos, el ascensor de servicio del tercer piso va a...

-¿¡Qué botón presionaste!? -preguntó Rick.

-¡No lo sé! -dijó Niji-. Acabo de empujar uno con la esperanza de escapar. -agregó, ante esto Kojo miró el panel.

-Bueno, tuviste suerte, la primera parada es el bloque principal de celdas.

El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, revelando un océano de guardias vestidos de color púrpura.

-¡Allí están! -gritó uno de ellos.

Habían tenido apenas un momento para parpadear con la rapidez con que los guardias entraron.

-¿Tus hijos de puta quieren algo? -Rick gritó maníacamente-. ¡Vengan por él!

Sacó su hueso ya a medio camino para apuñalar a un guardia en su pecho blindado, pero detuvo su brazo. Sabía que no funcionaría. Notó una pistola de rayos de oro en el cinturón del guardia, esquivó un golpe en la cara y utilizó el tiempo mínimo de recuperación para insertar su cuchillo en el ojo del guardia. Mientras gritaba de dolor, Rick le robó el arma de su cinturón y acabo con él con una explosión sorprendentemente poderosa del arma.

-¡Vámonos! -dijó Kojo, volando por delante de los dos que todavía estaban en el ascensor.

-Ponte de mi espalda. -le ofreció Niji-. Seremos más rápidos de esa manera.

Rick puso los ojos en blanco ante la perspectiva, pero obedeció. Tenía razón, después de todo, serían más rápidos. Niji despegó en dirección al pegaso gris con Rick en su espalda. Más guardias salieron de todas las direcciones. Uno disparó a Niji y lo golpeó contra el suelo, dejando una mancha ensangrentada en el suelo. Rick pensó que frente a esos muchos idiotas del gobierno no tenían posibilidad alguna.

-Ahora, si te rindes te llevaremos de vuelta a tu celda, y podrías vivir para ver el sol otra vez. -dijó uno de los guardias con un arma que empuñaba hacía Rick.

-Mierda, estoy temblando en mis botas. -dijó, sus ojos se lanzaron hacia una alarma de fuego de color rojo brillante, eso será fácil-. Oh, bolas de fuego y pensamientos, no sé. -agregó mientras retrocedía hacía la alarma de incendio-. ¡Oh, porque todos son idiotas!

Empujó la palanca, una fuerte campana sonó por toda la instalación y una lluvia dura disparó desde el techo. Empapando a los tres prisioneros que se encontraban en el bloque de las celdas principales. Rick sabía que las celdas se abrían automáticamente en el caso de un incendio. Eso es lo que quería después de todo.

-Tú, vuela hacia el techo.

Ordenó a Kojo. Saltó sobre su espalda y los dos volaron tan alto como pudieron. Rick odiaba estar en la espalda de esos dos, pero era necesario, y ciertamente conveniente. Señaló su arma de rayos hasta el techo y disparó para silenciar la conmoción.

-¡Escuchad hijos de puta! -anunció, la prisión ahora tranquila-. ¡Plumas, allá abajo! ¡Asegúrate de que los guardias no puedan entrar!

-¿Por qué no puede llamarnos por nuestros nombres? -Niji murmuró para sí mismo.

-Tengo el mejor trato en sus vidas sin sentido, ayúdame a escapar y no morirás. Y no tienes elección.

-¡Eso no es un trato! -dijó un extranjero-. ¿Por qué debemos escucharte de todos modos?

-¿Quieres probarme? -Rick, sin dudarlo, disparó contra el preso, sin armadura se desintegró al instante-. ¿Alguien más quiere unirse a él? Porque tengo mucha carga en esta cosa y suficiente sociopatía para todos.

-Cualquier oportunidad de escapar me suena bien. -dijó un alienígena.

-¿Todos los demás están de acuerdo? -preguntó Rick. Nadie dijo nada-. Bien, Bluefucker, desabrocha la puerta.

-Eso fue grosero. -dijó Niji.

-Solo hazlo. -pensó en lo mucho que Niji le recordaba a Morty. Su naturaleza hipersensible selló el trato. Pero Morty era la razón por la que estaba haciendo esto.

Kojo aterrizó a petición de Rick. El único humano desmontó del pegaso rubio y miró hacia la puerta. Antes de que Niji pudiera abrirla, la barricada fue embestida por los guardias afuera. El rostro de Niji fue reconocido.

-Steven, ¿Qué estás haciendo?

Steven, una criatura morada de tipo mantis rojizo, le dio a Niji una mirada sádica de ojos negros.

-¿Que pasó? -gritó, sus ojos verdes vidriosos de lágrimas no derramadas.

-¿De qué estás hablando? -Steven gruñó-. Nunca he estado mejor, debería estar preguntando qué te pasa, intentar escapar de la prisión es una ofensa seria.

Empezó a acercarse lentamente a Niji. El pegaso azul retrocedió por miedo hasta que golpeó a otro guardia. Steven sacó las garras, dispuesto a atacar.

-Tienes que deshacerte de ella. -dijó fríamente. Niji cerró los ojos en anticipación al ataque.

-¡No!

Volvió a abrir los ojos para encontrar a Kojo que se cernía sobre él. Niji también vio una hoja púrpura empalándolo, sus ojos dorados lentamente perdiendo luz.

-Kojo... -gimió, sosteniendo la cabeza del pegaso gris en sus pezuñas-. No tenías que hacer esto.

-Sabes que haría cualquier cosa... -gruñó-. Para mi hermanito.

Rick miró fijamente el "momento desgarrador". ¿Qué era esto, una ópera desagradable que a menudo observaba su nieta?Steven apartó el cuerpo de Kojo de su garra.

-Eso estuvo muy bien, Steven.

El nombrado se apartó y se arrodilló con sus muchas piernas.

-Gracias, señora Absentina.

Los otros guardias también se apartaron para dejar paso a la mujer. Absentina. Parecía un híbrido entre un lobo gris-púrpura y un humano vestido con un traje femenino blanco y negro. Rick la recordaba, esa perra tenía una obsesión con él, había entrado en el área de máxima seguridad, ordenó que su plataforma se cerniera, se agarrará la cara y se ensuciará con él.

No eres nada, decía ella. Un día serás mi esclava, diría él. Tratando de romperlo, quebrarlo, fue molesto para Rick.

-Mierda. -dijó Rick en voz baja-. ¡Ataquen!

Una pelea de masas estalló entre los prisioneros y los guardias. Uno golpeó a Rick con fuerza en el estómago, sacando la respiración fuera de él. No te hundas de rodillas, pensó para sí. Respiró hondo y disparó la pistola de rayos al azar, sin preocuparse por las bajas.

Rick oyó lo que sonaba como un generador corriendo, y luego sintió algo caliente y doloroso azotar duramente contra su espalda, golpeándolo al suelo. Cuando estaba a punto de levantarse, Absentina caminó sobre su espalda y clavó su talón negro en él, envolviendo su látigo eléctrico también. El dolor era insoportable, pero Rick cerró los dientes para hacerle frente. Sintió un líquido caliente caer por su espalda, estaba sangrando.

-¿De verdad pensabas que podrías escapar bajo mi reloj? -preguntó, con un leve acento británico en la voz.

-Bueno, no lo sé, quizás porque apenas tienes a los lacayos que patrullan el lugar. -bromeó Rick.

-¡No me hablas así!

Ella volteó el mango del látigo para manejar ahora una daga eléctrica. Condujó la hoja directamente hacía el hombro derecho de Rick y la arrastró por su brazo. Todo lo que recordó fue que Niji había sido llevado y algo relacionado con problemas de ira antes de caer inconsciente del dolor y la pérdida de sangre...

Cuando el científico recuperó la conciencia, todo lo que vio fue completamente negro, confinamiento solitario en la oscuridad pura. El suelo estaba frío, igual que la pared sorprendentemente húmeda que hacía contacto con su espalda, pero la habitación estaba húmeda y cargada.

Le dolía el hombro y el brazo con un ardiente dolor, trató de frotarse el hombro, pero sus muñecas estaban sujetas con esposas. Él recurrió a empujar contra la pared fría para calmar la sensación desagradable y se frotó el brazo mientras tanto. Sintió la pared con el alcance limitado que tenía en las manos. Probablemente era un bloque de cemento, ¿Cómo diablos salía de aquí?

Se obligó a levantarse de la posición sentada en la que estaba y caminó alrededor de la habitación. Su exploración le dijo que la celda estaba apretada y que las otras paredes también estaban húmedas. Aún cuando acababa de despertar, Rick seguía sintiéndose cansado. Sin saber qué más hacer, se deslizó contra la pared de nuevo en su posición original, dejando que la frescura de su mono de prisión naranja, ahora húmedo, lo acunará para dormir.

Unas horas más tarde Rick se despertó pensando en Morty por alguna razón, le recordó a Niji, lo vio capturado justo antes de que se apagará. Sintió un ligero vacío en su pecho ante la idea de que el pegaso azul se había ido. ¡Eso era estúpido! Era un llorón muy sensible, no debería estar utilizando ningún pensamiento sobre él.

Rick no sabía cuánto tiempo había pasado, podría estar muerto por todo lo que sabía, ¡Ese lugar era tan malditamente oscuro! Lo que sentía, sin embargo, era una sed extrema que se hacía notar en su boca y garganta. Miró la pared detrás de él con una mirada invisible de disgusto en su rostro.

-Uf, qué degradante. -su voz resonó en la habitación, haciendo que su silencioso comentario pareciera mucho más fuerte de lo que realmente era, como chocar levemente con agua estancada.

Cuando estaba a punto de empezar a lamer la pared, la pesada puerta de acero se abrió con un crujiente ruido, la luz brillante entrando en los ojos de Rick.

-Aquí tienes tu comida. -dijó el guardia, a quien Rick reconoció como Steven, éste lanzó un cuenco de misterio que golpeó fuertemente contra el suelo-. Nos vemos en dos días.

La puerta de acero se cerró de golpe, trayendo consigo la oscuridad anterior. Rick se arrodilló hasta donde creía que el cuenco había aterrizado y estaba probado por la sensación blanda de la papilla. No se dio cuenta de lo hambriento que estaba hasta que empezó a comer la comida que le traían, sabía como una bomba de sal pura y olía peor que vodka barato de cinco dólares, pero no obstante era comida. Después de terminar, él tomó su brazo y comenzó a masajear suavemente de nuevo. El corte largo todavía ardía, y ahora se sentía hinchado y caliente.

-Probablemente esté infectado. -dijó una voz familiar.

Levantó la vista de su brazo para ver a una figura de ave plateada mirar hacia abajo.

-¿Hombre Pájaro? ¿Qué diablos? Estupendo, alucinaciones por privación sensorial, justo lo que necesito.

-Rick. -comenzó a decir su contrario-. Estoy aquí para ayudarte a escapar.

-De acuerdo, como si fuera a tomar consejo de una maldita ficción de mi imaginación. - se burló, cruzando los brazos encadenados.

-Puede que no sea real, pero sigo siendo tu amigo.

-Si eres mi amigo, entonces, ¿Cómo es la muerte?

-Ha sido menos que satisfactorio. -admitió-. Pero no veo un punto en que me lo preguntes.

-¡Y yo no veo un punto en parecerse a un lunático de mierda hablando con mi mejor amigo muerto que mi cerebro acaba de inventar para llenarme de estimulación real!

-Rick, ¿No es mejor tener dos cabezas que una? -respondió-. Estoy aquí para ayudarte, sé que quieres regresar con Morty y hacer las cosas bien. -sus ojos se alejaron-. Pero si todavía no quieres mi ayuda, entonces ya no te molestaré.

-Eres la mejor oportunidad que tengo, ¿No? -preguntó Rick.

-Yo diría que sí. -concluyó.

-Entonces, ¿Cuál es el plan, un maniquí? -dijó Rick-. Oh espera, no tienes uno. Porque no eres real.

-Steven dijo que volvería dentro de dos días. -declaro-. La puerta es pesada y deja un nicho cuando se abre, si te escondes detrás de ella cuando vuelva Steven...

-Puedo atacarlo a hurtadillas. -se dio cuenta.

En realidad adoraba secretamente la compañía que le proporcionaba la ilusión de Hombre Pájaro. Pero todo lo que quedaba por hacer era esperar. Después de dos días en los que Rick pasó el tiempo durmiendo la siesta y hablando con su alucinación, tomó su posición junto a la puerta para esconderse cuando está se abriera. El lugar estaba más frío que de costumbre, no siendo calentado por el calor del cuerpo de Rick. La puerta se abrió y Steven entró. Caminó alrededor de la habitación buscando a su prisionero.

-¿A dónde has ido?

-Ahí está Steven. -susurró.

-¡Por aquí, Sherlock! -siseó Rick.

-¿¡Quién dijo qué!? -gritó Steven.

Se dirigió a la fuente de la voz. No tuvo tiempo de reaccionar cuando la puerta de acero fue golpeada en su cara, golpeándolo en frío.

Rick salió corriendo de la celda hacía el pasillo negro y rojo que no estaba iluminado mucho mejor que el aislamiento, frotándose el brazo cortado. La acción de empujar la puerta sobre Steve hizo que su extremidad doliera de nuevo. Dobló una esquina y se cubrió de una corriente de guardias corriendo hacia la conmoción, sus pies clavando contra el suelo de baldosas negras.

Después de que pasaron, Rick reanudó su caminata a un ascensor del mismo tipo que antes, lo que lo llevaría a la superficie. Miró brevemente a los guardias. Todos parecían haberse ido, así que corrió hacia las puertas doradas justo enfrente de él. Redujo la velocidad justo delante de las puertas para inspeccionar algunos elementos sospechosos del ascensor. No tenía ningún botón cerca de él, así como las puertas que se agrietaban ligeramente, deslizó su mano pegada a su brazo bueno en la grieta y abrió una puerta, luego la otra.

Él tomó una posición de batalla para prepararse para que cualquier atacante entrante no encontrará nada. Todavía en su guardia, entró en la caja de metal pulido y encontró un panel esta vez, empujó el botón que lo llevaría arriba y descubrió que las puertas no cerraban. Las cerró manualmente y esperó mientras el ascensor retumbaba. El viaje terminó con otro temblor de la caja y Rick forzando las puertas abiertas.

Lo que encontró fue un ejército de guardias vestidos de armaduras púrpuras que inmediatamente lo rodeador. Rick estaba luchando para recuperar el aliento en el caos cuando los guardias lo cortaron y lo golpearon en todos los sentidos imaginables. Uno logró reabrir su herida de cuchillo infectada anterior, una cascada de sangre y pus lavando la espalda del científico. El dolor era insoportable. Rick se hundió lentamente hasta quedar de rodillas, esperando que el frío de la caja del ascensor entorpeciera su agonía.

-¡Eso es suficiente, todavía quiero que sea utilizable! -Absentina entró en el borroso campo de visión de Rick, sus ojos azules helados le daban una mirada calculadora-. Ahora llévelo a la enfermería.

Dos guardias arrancaron a Rick por los brazos y empezaron a llevarlo a la enfermería. Apenas tuvo la fuerza para gemir de dolor cuando el trío se dirigió a la habitación. Veía como todo estaba teñido de rojo: su sangre, el suelo, incluso ahora la iluminación minimalista, ¡Todo era rojo!

Sin duda la enfermería era un oasis luminoso y cálido en el frío océano carmesí que lo rodeaba. Rick cedió a su fuerza de desvanecimiento y suplicó que cuando despertará, estuviera en algún lugar mejor. Las oraciones del adulto no fueron contestadas. Él despertó con su cuerpo recostado hacía abajo por barras de metal de plata sobre una cama misteriosamente blanca y limpia. Oyó un ligero pitido en dirección a su oído izquierdo, así que giró la cabeza para encontrar un monitor cardíaco. Las brillantes luces de arriba le hirieron los ojos, pero no pudo protegerlos con el brazo, así que los cerró.

-¿Aún arriba, Sánchez? -abrió los ojos para ver a Absentina al pie de la cama, su piel púrpura y su traje negro, un marcado contraste con el brillante y estéril trullo blanco de la enfermería que calmaba los ojos de Rick.

Empezó a caminar hacia el científico atado mientras daba palmadas lentas.

-Oh wow, el aplauso lento. -dijó Rick. Toda esta prueba le recordó a ese otro Rick capturándolo y tratando de matarlo-. Que creativo, ¿Qué es lo siguiente? Tal vez quieras...

-Eso es suficiente de ti. -interrumpió, empujando el émbolo de una jeringa insertada en el muslo de Rick. El líquido transparente rápidamente se extendió por el cuerpo de Rick, dejando una sensación que no era dolorosa, pero que le hizo querer retorcerse.

Desafortunadamente, el líquido lo paralizó. Ser forzado a embotellar una sensación extraña que lo energizó mientras estaba inmovilizado era la tortura. Cada parte de Rick se sentía pesada, como si su sangre fuera reemplazada con plomo líquido.

-Ahora que estás prestando atención. -dijó la mujer-. Podemos comenzar nuestro pequeño experimento, lo llamo Operation Make Rick Sanchez My Slave.

¿Operación Hacer a Rick Sanchez Mi Esclavo? ¿Qué mierda estaba planeando esa perra? Cuando Absentina sacó una bolsa IV llena de un líquido negro, todo se conectó. Steven, el tinte negruzco de su forma, la enfermería, todo. Ese líquido negro lavó el cerebro a la gente. Planeó esto todo el tiempo y se enamoró de él. No le sorprendía que no había guardias en los pasillos. Rick se regañó por ser tan estúpido, la frustración de otra emoción que se acumulaba en su cuerpo petrificado por la fuerza.

Absentina cargó la bolsa en un soporte intravenoso y colocó la aguja en su muñeca. Rick deseó poder temblar por el frío que tenía el suero en su cuerpo. Cada uno de sus miembros se volvía más y más pesado a medida que el suero se extendía por todo su ser. Mantén la calma, se dijo, no tiene sentido perderla ahora. No era físicamente posible, cuando el suero se extendió a su cabeza, sintió que sus párpados se hacían pesados, luego se cerraron contra su voluntad.

Rick volvió lentamente a un estado de vigilia, levantándose de una calle agrietada gris en una ciudad en ruinas. Miró hacia arriba para encontrar sus ojos asaltados por una imagen de un cielo rojo, se sintió más ligero, pero más pesado al mismo tiempo. No era un peso físico, sino algo más cercano a la culpa intensa. Trató de hablar de nuevo sin éxito, incluso sus pensamientos estaban deshabilitados. La mejor herramienta de Rick, su mente, había sido deshabilitada. Al igual que un niño, él tuvo que depender únicamente de la emoción para interpretar el mundo y tomar decisiones con claridad.

Después de no sentir durante tanto tiempo, el sorprendente miedo de Rick abrió las compuertas. El agua de las emociones no se hundió en el suelo seco que era su cerebro, como cuando llueve después de una sequía, sin inteligencia emocional y nada para adormecerlos, actuó sobre sus sentimientos. La primera acción fue escuchar un grito en la distancia. Empezó a correr por la ciudad muerta, más cerca del llamado de angustia. A medida que se acercaba, Rick empezó a reconocer la voz. No podía ser posible.

Cuando llegó a su destino, que estaba dentro del edificio más grande y más demacrado de todos ellos, una oleada de dolor lo invadió, haciendo que sus piernas ligeramente entumecidas estuvieran aún más débil. Vió a su nieto atado a un tablero vertical, un dispositivo con un cuchillo unido a él delante del tablero, preparado para apuñalar.

-No eres nada. -dijó una voz en su cabeza. Absentina-. Eres un fracaso, pero no te sientas mal, todos los fallos ayudan a impulsar el éxito. Todo lo que tienes que hacer es dejar ir.

Rick soltó un fuerte movimiento de cabeza, eso era todo lo que podía hacer para resistir su influencia con sus pensamientos bloqueados, mantuvó su mirada fija en Morty todo el tiempo.

-¡Rick, tienes que ayudarme! -dijó Morty, con miedo puro en los ojos-. ¡Q-q-quien este c-controlando esta cosa va a matarme!

Rick sintió una sensación nueva pero familiar. Una que hizo que todo su cuerpo comenzará a picar como el demonio, pero se sentía pesado, especialmente sus piernas. Sintió que su garganta se endurecía y su visión se desdibujó, seguida por una ira abrasadora que se acumuló en su pecho, haciendo que su garganta se endureciera y causará que sus lágrimas fuertes fueran exprimidas más rápido.

-¿Estás en serio -eructó- gritando por un Morty? -otra voz cercana se burló-. Eres realmente patético.

-¿Quieres saber quién es esa persona? -dijó Absentina-. Bueno, lo estás descubriendo independientemente de si quisieras o no.

Las luces se encendieron en un abrir y cerrar de ojos. La neblina blanca reveló una cinta transportadora debajo de Morty y el aparato de cuchillo. Escondido en la parte trasera estaba un panel de control cerrado, oxidado, que se iluminó por último para revelar a un Rick que había sido víctima del lavado de cerebro, la piel morada y todo. En otro Rick tenía razón, era patético por llorar por un Morty, pero él no iba a sentarse y hacer pucheros como un idiota.

-¡Rick, sácame de esta cosa! -Morty lloró. El mayor rápidamente se precipitó hacía el tablero y comenzó a desabrochar a su nieto antes de que el otro Rick empujará una palanca en su panel de control, empujando el cuchillo para cortar la mano de Rick y alejarlo.

-¿Por qué diablos te importa este chico? -El otro Rick preguntó-. ¡Es sólo un maldito disfraz!

-Sólo hazlo, -Absentina empujó más lejos-. Debido a que has decepcionado a todos en tu vida, debes pagar el precio. ¡Acepta tu destino y deja ir!

-¿Qué estás esperando? -dijó el otro Rick-. ¡Quítate la cabeza del culo y cógela!

-¡Rick, no lo hagas! -gritó Morty-. ¡Lo que el otro Rick está diciendo no puede ser verdad! ¡Sé que piensas en mí como más que una herramienta!

-¡Vete a la mierda, estás tomando demasiado tiempo!

El otro Rick tiró otra palanca, que envió el cuchillo directamente a través del corazón de Morty. Rick observó impotente, aparentemente pegado a su lugar, mientras el cuchillo le quitaba la sangre a Morty del pecho, dejando los ojos de su nieto sin vida, pero todavía en pánico. Rick se sintió tan adormecido que cayó de rodillas. Se sentía demasiado entumecido. Eso era exactamente lo que quería evitar. Sin alcohol para ahogar el dolor, Rick deseó una salida rápida.

-Soy Rick Sánchez.

Dijó una voz casi inaudible en su cabeza. Era reconfortante y familiar. Rick repitió el mantra en su cabeza, cada vez que sus pensamientos recuperaban la fuerza. Lentamente se puso de pie mientras un pozo de esperanza brotaba dentro de Rick y se sentía físicamente y mentalmente más ligero, no se había sentido tan libre en un rato. Un largo rato. El sentimiento era extraño, pero un cambio bienvenido.

_Este es un maldito sueño. -le dijo a Absentina-. Todo esto es sólo una ilusión. No tiene sentido.

-¿Qué estas diciendo? -Absentina replicó-. ¡Por supuesto esto es real! ¡Tu nieto acaba de morir apuñalado!

Eres una gran mentirosa, perra. Pensó.

-Puedes decir que... -Absentina fue cortada por otra voz mansa en su cabeza-. ¡Rick, tienes que despertar! Rick, ¿Estás bien?

-¿Qué demonios? -Rick se quedó sin aliento al despertar. Niji entró en el campo de su visión.

-Me las arreglé para salir del aislamiento. -comenzó el pegaso azul-. Estaba volando al garaje, pero te vi atado aquí, así que decidí regresar por ti. Habrías hecho lo mismo por mí, ¿Verdad?

-Si seguro. -dijó Rick con aire gordo-. ¿Dónde está el garaje?

-¿Qué estás haciendo? -Absentina estaba en la entrada de la enfermería, con un látigo eléctrico en la mano-. ¿Y no estabas en confinamiento solitario?

-Bueno, ya ves. -dijó Niji.

Rick miró a una mesilla de noche y encontró una pistola gris allí, en perfecto alcance de él. Idiotas. Tomó el arma y disparó con rapidez contra el pecho de la mujer. Apenas lo intentó, la bala golpeó su hombro en lugar de su pecho, se dirigió indiferente a Absentina, disparó a su lado, la empujó al suelo y la pateó con fuerza en el costado de la cabeza.

-¿No fue un poco áspero? -Preguntó Niji.

-He hecho algo. -dijó Rick-. Eso es más de lo que puede decir el Sr. Estoy en la cárcel, aunque no sé cómo sacar a los malditos policías.

Niji miró hacía otro lado en vergüenza, pero rápidamente se recuperó.

-El garaje es allí. -usó un casco para señalar a la izquierda de la enfermería.

Rick montó en la espalda del Pegaso y voló en la dirección de su destino a la derecha en una horda de guardias. Afortunadamente, había guardado el arma desde antes y comenzó a disparar a las patrullas. Por desgracia, tuvo poco efecto. Tiró el arma a un lado una vez que se quedó sin munición cuando un guardia arrojó una red del tipo eléctrica hacía los dos. Rick se preparó para el dolor ardiente sólo para encontrar la red cubriéndolo a Niji y a él. Ese alivio se perdió rápidamente cuando la trampa se pegó a la pared de metal, una red magnética. El dolor de golpear en la pared y la quemadura sólo ligera de la electricidad en la red reanimaron el dolor en su brazo infectado y herido en el hombro, lo que añadía a la debilidad.

El autor del arma sostuvo un cuchillo listo para cortar. Rick logró deslizar una pequeña parte de su pie debajo de un hueco en la red. Cuando el guardia estaba a punto de apuñalar a Rick en el abdomen, usó su pie para patear su codo y lanzar la hoja en la pared junto a Niji. Cogió el cuchillo con la boca y lo pasó a Rick.

El científico intentó, lo más rápido posible, cortar los imanes que sostenían la red en su lugar. Antes de que pudiera cortar el último de los tres imanes a su lado, un guardia lo apuñaló justo en medio de su palma. El cuchillo se clavó en el suelo cuando el guardia retiró su propia arma de la carne de Rick.

Niji, viendo lo floja que estaba la red, usó sus pezuñas traseras para darle la espalda a sus atacantes. El proceso dolió profundamente, y Niji gimió durante toda la acción, pero la red cayó sobre los guardias, atrapándolos al final. Sin palabras, Rick estaba en la espalda de Niji y los dos continuaron su camino hacía la libertad. En su camino al garaje, varios guardias más seguían detrás de la pareja, Rick agarrando su mano lesionada a su pecho.

-¡Ve más rápido! -ordenó.

-¿No crees que lo estoy intentando? -Niji replicó.

El garaje era un área negra oficial, elegante, con muchos coches de la Federación Galáctica estacionados en una formación de rejilla.

-Primero tenemos que abrir las puertas. -dijó Niji-. Ellos están ahí. -hizó un gesto hacía un gran botón rojo junto a una caja de control. Se precipitó hacía él y lo presionó.

Dos grandes puertas de metal en el frente se abrieron lentamente para revelar el negro abismo del espacio, una vista refrescante cuando has estado encerrado en una cárcel por tanto tiempo. Un grupo de guardias invadió la entrada trasera para enfrentarse cara a cara con la pareja. Rick vio algo brillar en la luz de las estrellas en uno de los cinturones de los guardias. Un llavero, uno debía ser para un coche del pelotón.

-Vamos. -ordenó Rick a Niji-. Tengo un plan.

Niji obedeció y voló directamente al cofre blindado de una patrulla. El impacto golpeó a Rick, ya fuera de vuelo. Después de recuperarse, en su mayoría brevemente amamantando el dolor en su brazo, Rick utilizó el tiempo comprado robando el llavero del guardia y haciendo un descanso para el coche más cercano.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó Niji.

-Escapar. -Rick simplemente respondió.

-¿Me vas a dejar aquí? -Niji gritó mientras luchaba contra los guardias-. ¡Confiaba en ti!

-Ese fue tu primer error.

Dijó mientras subía a un coche mientras esos guardias estaban distraídos por Niji. Rick atasco la llave en el anillo en el agujero de la llave. En un golpe de suerte, la ignición comenzó. Se levantó de los otros coches y se acercó al espacio, camino a la Tierra. Un guardia se precipitó a la enfermería para encontrar a una Absentina medio consciente que sangraba.

-Señora, ¿Está bien?

-¿Hmm? -gimió la directora.

-Lo siento, ¡Pero el prisionero 7150972 ha escapado!

-¿Sánchez? ¿Me estás tomando el pelo? -Absentina, empapada en su propia sangre, alcanzó débilmente su teléfono en el bolsillo y se conectó a los altavoces de la prisión-. Atención a todo el personal de la prisión, el prisionero 7150972, o Rick Sánchez, ha escapado. Repito, el prisionero 7150972 ha escapado, aseguren la prisión y emitan una búsqueda y recompensa a su cabeza en todos los planetas de la Federación Galáctica.

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