Hattori x Kazuha 🧡

- ¡Bienvenidos a Tropical Land amiguitos! ¡La diversión comienza desde aquí!

Hattori no pudo evitar mirar indiferente a la mascota del parque de atracciones que se hallaba en la entrada principal, y que les había asaltado a él y a Kazuha nada más pusieron un pie en el recinto. El chico entendía que aquella persona vestida de ardilla gigante sólo estaba haciendo su trabajo y recibía de igual forma a todos los que visitaban el parque, pero se sentía lo bastante adulto como para que ese tipo de actuaciones le parecieran ridículas e infantiles, más propias para un niño pequeño. Llevó sus manos a la parte de atrás de su cabeza y ando con paso firme pasando a su lado, demostrando que no estaba interesado en seguirle el juego.

Desgraciadamente Kazuha no pensaba como él.

- ¡Aaah! ¡Que lindo! - exclamó la chica emocionada, mientras tomaba las manos de la ardilla y daba pequeños saltitos.

Heiji suspiró resignado mientras su mirada vagaba por los alrededores. La verdad es que inicialmente él tenía otros planes para el día de San Valentín, desde hacía una semana había estado buscando el lugar más romántico de todo Kioto para llevar a Kazuha y decirle lo que sentía por ella. Estaba todo perfectamente estructurado en su cabeza, desde realizar un pequeño picnic en el monte contemplando desde lo alto la ciudad, a terminar viendo las luces nocturnas reflejándose en los estanques. A las chicas les gustaban esa clase de cosas, ¿verdad?. Puede que incluso si el ambiente era propicio podrían terminar besándose...

- ¡Que mona era esa ardilla! - canturreó Kazuha de regresó junto a su compañero - ¿Uh? ¿Pasa algo Heiji? 

- No, ¿por qué tendría que pasar algo?

- Es que te ves como muy sonrojado. ¿No te encuentras bien?

- ¡Para nada! - el chico negó con demasiada fuerza. Su ojos se posaron en el rostro de la chica, descendiendo justo hacía esa parte que hasta hace poco estaba imaginando besar. Notó más calor en su cara. Decidió desviar la atención -  Es por el sol, sólo no te entretengas con cualquier tontería, o sino se nos va a ir el día sin salir de la entrada.

- Perdóname por perder el tiempo. ¿Quién fue el que primero me dijo que me preparase para recibir la sorpresa de mi vida, y luego me arrastró a Tokio sin ninguna explicación  para contemplar como resolvía un aburrido caso? 

Ahí Hattori debía admitir que podía palmearse la cabeza a sí mismo como castigo, que estúpido había sido, es que le era imposible olvidar ni por un día que era un detective.  Así cuando le llamaron para contar con su colaboración no lo pensó ni medio segundo. Luego ya fue imposible echarse atrás, adiós a toda su planificación de la cita perfecta, adiós beso romántico bajo las estrellas... De modo que convenció a Kazuha de ir con él, en un intento de salvar el día. 

Pero ya estaba todo perdido.

El caso lo resolvió prácticamente en una hora, y después ya no supo qué más hacer ni a dónde llevarla. Intentó ponerse en contacto con Kudo, buscando desesperadamente hacer una cita doble (aunque depender de ese detective encogido le fastidiaba bastante), pero resultaba que Mouri había sido llamado fuera de la ciudad y su hija con el mini detective le habían acompañado. Sino hubiera sido porque Kazuha propuso ir a Tropical Land, ahora mismo estarían andando sin rumbo por la ciudad.

- Vale, vale, mi culpa... Dejémoslo estar, y vamos a empezar a subirnos a alguna atracción ya - se rindió el de Osaka, mientras metía las manos en los bolsillos y avanzaba algunos pasos. Al notar que Kazuha no decía nada, se giró a mirarla, observando que la chica permanecía en el sitio con la vista gacha - ¿Qué sucede?

-  Quizás no fue buena idea venir aquí, así que si quieres podemos marcharnos...

- ¿Mm? ¿Por qué ese cambio tan repentino? ¿No fuiste tú la que quería venir porque te hacía muchísima ilusión?

- En realidad... En realidad no. Antes cuando estábamos andando por la calle me di cuenta de que no tenías una idea clara de dónde ir,  así que llamé a Ran y me sugirió que viniéramos aquí.

Así que ese era el motivo por el que la sorprendió andando muy por detrás de él y hablando por teléfono en voz baja. No hablaba con una de sus compañeras de clase sobre las tareas de matemáticas como le había dicho. Kazuha frotó sus manos nerviosa al verse atrapada.

- Ella me dijo que estuvo una vez con Kudo, y que se lo pasaron muy bien, aunque hubo un asesinato en la montaña rusa, y después de aquello a él le estaban surgiendo unos casos muy difíciles que le mantenían alejado. Pero en general lo disfrutaron, así que yo pensé...

Oh. Ahora lo recordaba. Kudo le contó que fue en este parque de atracciones que se encontró a los Hombres de Negro y le dieron la droga que le encogió. Hattori bajó la cabeza y sus ojos quedaron ocultos por la gorra. Kazuha pensó que estaba molesto y rápidamente intentó arreglar las cosas.

- Bueno, pensé que era mejor idea que estar vagando sin un rumbo. Pero si vas a actuar todo el tiempo como si te fueran a sacar una muela, mejor nos marchamos y...

La chica no terminó la frase. Heiji se abalanzó sobre ella, y la tomó de los hombros. Kazuha le miró sorprendida y vio que había un brillo inusual en sus ojos.

- Kazuha... ¡Eres la mejor!.

- ¿Eh?

- Gracias a ti este va a ser el mejor día en la historia de este parque de atracciones.

- ¿Pero y a ti qué te pasa ahora?

- Que estoy deseando pasármelo bien, y montar en todas las atracciones que sean posible - brilló el detective, mientras tomaba su mano y la hacía correr hacia el castillo que se hallaba en el centro del recinto - ¡Venga, vámonos ya!

Kazuha no entendía a qué se debía aquel cambio tan repentino, pero por dentro se alegraba de que Heiji hubiera aceptado tener aquella cita con ella. Si estaba de tan buen humor, seguramente encontraría la manera de darle el chocolate que le había preparado sin avergonzarse.

Lo que no sabía era que el motivo de la alegría de Hattori era el hecho de que iba a matar  2 pájaros de un tiro, por un lado tendría una cita con Kazuha y por otro lado ganaría a Kudo, ya que él pasaría mejor día en el parque, pues no pensaba ni involucrarse en un asesinato ni dejarse encoger por ninguna organización criminal.

Un maravilloso día de San Valentín sin duda.

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