.36.

Al salir de la oficina del director Kim, no logré contener mi mal genio, realmente no quería hacer esto y un fuerte portazo se escuchó debido a mi mano sobre el picaporte.

-Tampoco quiero esto, pero al menos contrólate. –lo observé con furia- No quiero que su proceso de "ayuda terapéutica" dure más de la cuenta. ¿Tú si?

-Eres un… -el timbre de voz de Hoseok me interrumpió. Al enfocar mis ojos sobre su rostro, frunci el ceño.

-So, me alegra tanto que estes en el instituto. –no dudo en abrazarme en un acto de inercia personal- Estaba realmente preocupado por ti, sabes que… -se que su personalidad es radiante y amorosa, tal cual Eunbi nunca se cansó de recalcar.

Honestamente nunca fue de mi total agrado, siempre le vi como un cero a la izquierda, porque no se despegaba de aquel pequeño grupo de idiotas. Pero a su favor, reconozco su noble corazón.

-Gracias por tus mensajes. –se separo de mi para verme y sonreir.

-Pense que no los habias visto, como no has respondido ni siquiera uno. –rió divertido.

-Lo lamento, es que… -negó rápidamente.

-Se que no habrá sido para nada sencillo. Descuida, me alegra saber que fueron un pequeño abrazó al alma para ti. –realmente es un chico muy cálido.

-¿Por qué tienes unos hematomas en tus mejillas? –cuestione con preocupación. Su sonrisa comenzó a disminuir levemente.

-No te preocupes, sólo ha sido una tontería.

-¿Estás seguro? –asintió para tomar mis manos y sonreírme.

-Quiero que sepas que estoy de tu lado. Cuentas conmigo, tienes todo mi apoyo. –sonrei con ternura al oírle, se que es completamente sincero al decirlo.

-Debemos irnos. –informó de repente el más alto detrás nuestro. Suspiré con frustración, por un momento Hoseok consiguió librarme de mis malestares personales, pero nuevamente llueve un baldazo de agua fría sobre mi cuerpo. 

-¿Disculpa? –fruncio el ceño al verlo- ¿Acaso no eres el causante de todo esto? –su pregunta resonó con tanto enojo en su garganta. La sonrisa estúpida y vanidosa volvió a formar parte de los labios del mayor- ¿Cuál es la gracia?

-No sabia que Sojung tenia guarda espalda personal. Disculpa si me parece divertido, pero el que seas un gánster por su honor es interesante. –frunci el ceño ante sus palabras.

-¿De qué estás hablando? –interrogue con fastidio, más el castaño a mi lado le interrumpió.

-De nada, absolutamente nada. –el más alto sonrió mostrando sus hoyuelos para adelantarse con sus manos en los bolsillos, aún ante la atenta mirada de mi nuevo amigo.

-Hobi, dime de que esta hablando. –su postura de guardia se relajo y volteó a verme.

-Olvidalo, no debes de preocuparte. Mejor dime, ¿por qué andas con él? –suspire rendida para contarle las “nuevas”.

(….)

Al ingresar a casa, me encontré únicamente con mi madre terminando de organizar unas cuantas cosas en el comedor, por ende apenas me saludo.

Subi las escaleras, rumbo a mi habitación. Honestamente me siento más agotada de lo habitual, el día de hoy se sintió algo frenético y a su vez, bastante solitario. Deje caer mi mochila a un lado de la cama, aún en calcetines y con el uniforme escolar me deje caer en el colchón.

Respire con profundidad y observe el techo de mi habitación, aquel color marrón oscuro era hermoso y a su vez tan deprimente.

Un pequeño y rápido flashback inundó mi mente, la sonrisa de Yoongi oppa formaba parte de un bello momento registrado en este cuarto, él encima de mi cama con su teléfono en mano y una simple app de piano en ella. Una bella melodía que resonaba en todo el cuarto, su melodía, el arte de oppa acompañado de un pequeño brillo de felicidad en sus preciosos ojos.

No sé en que momento en especificio aquel pequeño nudo de opresión se formó en mi pecho, no soy consciente de si lo estuve reteniendo en todo el transcurso del día o simplemente, el recuerdo de un Yoongi radiante me lleva a cuestionarme tantas cosas.

Mis ojos comienzan arder, mi labios a temblequear, no quiero quebrar pero mi cuerpo me lo pide.

-Eunbi –la puerta de mi habitación se abrió tan de repente, que apenas comprendi de quien se trataba-  necesito que… -unnie guardó silencio al contemplarme y recomponiendo la postura, fruncio el ceño- ¿Ocurre algo? –pregunto sin dudarlo.

Hace un largo rato que no hemos conseguido conversar y no me refiero al típico monólogo entre hermanas. Más bien, al diálogo sincero y emocional que ambas solíamos tener. Se que estos casi tres meses fueron tristes para ella, su corazón aún lleva un fuerte stigma que no quiere reconocer.

-U-unnie… -y lo hice, rompi en llanto frente a mi gran hermana mayor, quién no dudo ni por un segundo el apresurar sus pasos hacia mi cama, enrollandome entre sus cálidos brazos, permitiendo sentir el palpitar de su acogedor pecho.

(….)

Antes de abrir aquella puerta intenté tomar todo el aire posible, pese a que estoy totalmente acostumbrado a tener tanto espacio sólo para mi, aún logró sentirme ancogojado por su ausencia.

Tomé el picaporte de aquella puerta y lo giré, me preparé mentalmente para no romper nada em cuanto ingresará.

-¿Puedes guardar silencio? –la voz fatigada de mi padre se hizo oir.

-Disculpame un momento –aquel timbre sonó dulce como la miel- ¿Qué ocurre contigo “cariño”? –pero aquella pregunta sólo destilo veneno- ¿No puedes hacer nada bien por ti mismo?

-Pero quien lo dice, por favor Ah Young –el tono sarcástico del contrario irritó a la mujer.

-No me faltes el respeto, si no fuera porque sigo aquí la mayoría de tus negocios se iran al diablo.

-Solo te meneas delante de los inversionistas, ni que fuera la gran cosa. –se moffo aún frente a su computadora.

-¡Eres un idiota! –el fuerte ruido de aquel jarrón siendo volteado hacia el suelo inundó todo el salón principal- “Oppa” –volvió toda su atención al celular para reir con falsa gracia- Vallamos a comer y luego al hotel… -mofandose de mi padre sonrió para menear sus caderas alejándose de aquel pequeño despacho, mientras se oía su clara risa encantadora al teléfono.

-Bien que te encanta el dinero que recibes... –susurro para alejarse de la computadora y frotar sus ojos con cansancio.

Pero luego recuerdo porqué decidi mudarme de nuestro antiguo distrito. Las memorias no faltan, no necesitó refrescarlas ni por un maldito segundo. Estar lejos de sus constantes pleitos es mucho mejor.

Subi rumbo al segundo piso con cautela de no ser visto por ellos, no deseaba ser parte del espectáculo. 

Me despoje del pantalón oscuro para encaminarme a pasos lentos hasta aquel armario viejo, lleno de garabatos y letras desconocidas para el resto. Pero tan personales para mi.

Ignore aquel escrito reciente en él, en busca de aquella toalla blanca, que tomé entre mis manos, sólo para voltear y arrojar la corbata luego de tironear de ella sin ningún tipo de cuidado.

Con fatiga y a pasos pesados me dirigí rumbo al cuarto de baño del segundo piso. Desabroche botón por botón de la camiseta escolar, encendí la ducha y me libre completamente de dichas últimas dos prendas. Por un momento me detuve al recordar aquella situación en los pasillos del instituto, antes de llegar a dirección.

-¿Escuchaste? –reia Suho para negar con su cabeza mientras caminaba al lado de su amigo.

-Es increíble, aunque no me sorprende tanto… -sonrio Chen- digo, Sojung no podía ser tan perfecta después de todo. Aunque que maldito desperdicio. –se mofo con frustración.

-¿Recuerdas cuándo te la querias tirar? –se burlo el mayor.

-No seas idiota, bien que a ti también te calentaba. –golpeó el pecho de su amigo con picardía.

Ladeo su cabeza con una leve sonrisa- Con razón no se sentía impactada al recibir cartas y confesiones de algunas chicas, es decir… ella parecía comprender a la perfección sus necesidades, tsk. Malditas tortillas.

Las risas de ambos idiotas resonaban con fuerzas y sin disimulo alguno, de hecho lo más patético de dichos parásitos andantes, es la forma en la que se dirigen hacia ella. Como si fuera un juguete sexual asignado.

Intenté evitarlos y seguir mi camino, pero cuando aquel comentario totalmente desagradable llegó hasta mis oídos, me detuve en seco, apreté los puños desde los bolsillos de mi pantalón y dispuesto a insultarlos voltee. Pero mis ojos se abrieron de par en par.

-¿Qué mierda te pasa? –cuestiono frenético Chen al ver a su amigo en el suelo. Quien cabe destacar, cayó solo de un empujón.

-¿Se creen mejores? Sólo son unos pobres infelices, no tienen lo suficiente para alguien como ella. –una sonrisa formó parte en los labios del mayor.

-Tienes razón, para alguien "como ella" sólo necesitas presentarle a tu hermana y armar una orgía, ¿cierto? –la risa no tardó en llegar de la garganta de Chen.

-Eres un… -quien interrumpió al castaño.

-Hobi amigo, debes aceptar que estuvo buena. Una de las chicas más calientes del Instituto, ¿Quién diría que le gustaba hacer chequeos de aceite en…? –fue cayado de un sólo golpe, por lo que Suho no tardó en reaccionar para arrojarse encima del pobre chico y quedando encima suyo, brindando unos cuantos puñetazos.

El agua caliente caía con fluidez impregnando mi visión por completo, agradecía estar en casa. El día fue una completa mierda de por si.

-¡Hyung! –el grito del moreno se hizo oir, corrió con prisa para separar a Suho del pobre de Hoseok, quien apenas pudo sostenerse sin la ayuda de Chen- ¿Qué carajo les pasa?

-¡Sueltame! –forcejeaba con ira- ¡este imbecil!

-Idiota, ¿quieres que te sancionen? Recuerda las palabras del director… -apenas logró calmarlo, pero no quedó callado antes de marchar.

-Eres una mierda, no difieres de nostros Jung, recuerda eso. –se alejo al lado de su amigo.

-Hyung… -Kai soltó un pesado suspiro al verlos marchar, solo para voltear a verlo en el suelo- ¿Estás bien? –intento ayudarlo, más el contrario se levantó solito- No le hagas caso, él solo…

-Tiene razón. Pero no pienso volver a equivocarme, espero también te alejes de toda esta mierda. Todavía no es tarde. –se alejo aun ante el llamado del menor.

Cerré las perillas para correr la cortina de la ducha y salir de esta. Observé el vidrio del espejo totalmente empañado y con la palma de mi mano le limpie, observé mi reflejo con el ceño fruncido.

-“Todavia no es tarde”, ¿para qué?... “volver a equivocarme” –movi la mandibula bastante tenso ante aquel sentimiento interno, aquel que me grita un claro y dudoso “alerta”.

Sali del cuarto de baño, aún logró oír los ruidos de ciertas cosas rompiéndose.

-Deja eso… detente… ¡Basta!

-¡Dejame!

-Ahyoung… piensa en tu hijo, ¿Qué crees que estás haciendo? bast… -otro fuerte ruido se hizo oír, pero tan solo, decidí cerrar la puerta de mi habitación, no escucharía este espamento, no de nuevo.

Soy consciente de que ni siquiera han notado mi presencia, pero vuelven a romper el trato. Nuevamente me están engañando, como si fuera un crio, uno totalmente iluso.

Ladee mi cabeza y tomé entre mis manos aquella camiseta holgada, estaba dispuesto a cambiarme y recostarme de una buena vez. Pero nuevamente, mi mente jugándose de las suyas.

-Como ya lo informó el director Kim, seré su terapeuta. Mi nombre es Park Soo Young y quisiera comenzar diciendo algo importantísimo. Todo tipo de relación es salvable, siempre y cuando dos personas dispongan de si para ello. Nam, So, quiero que se miren el uno al otro y que digan tres cosas, que les gustan del otro. –ambos nos observamos por encima del hombro, entonces ella levantó su brazo lentamente- Sojung.

-¿Puedo ir segunda? –la sonrisa en el rostro de la mayor se tenso levemente al oirla.

-De acuerdo, si claro… ehm, ¿Namjoon?

-Bueno, Sojung, me… gusta que me dieras a la coneja, me gusta que seas su amiga porque la ayudas mucho. –pense por un momento en algo más que decirle- También me gusta… que estes en terapia hoy.

-Bien, -dedicándome una sonrisa volvió sus ojos en ella- tu turno Sojung.

-Entiendo. -suspiró frustrada y ante nuestras atentas miradas continuó- Me gusta tu uniforme, como te queda, -negó levemente levantando sus hombros sin idea de que más decir- tal vez tu piel. –volteó hacia ella- ¿Ya fueron tres? –sonreí ante ello.

-¿Ehm? fue como una y… -alzo sus manos para con su mano izquierda levantar su dedo índice y con el dedo contrario restar- luego, uno “a”. –evite reir por bien de ella- Chicos, necesitó que se abran conmigo en esto. ¿Creen poder? –ambos guardamos silencio, entonces  soltó un suspiró- Bueno, no nos iremos hasta cumplir con dichos sesenta minutos, asi que depende de ustedes.

Cerré mis ojos para darle “play” a la lista favorita en mi celular, una leve sonrisa hizo acto de presencia, estirando mis labios sin mi autorización.

Es cierto el día no fue de los mejores, apenas logré hablar con la coneja, observé varias actitudes interesantes de parte de Hoseok y aquel grupito. Pero por su parte, perdí una hora y pico de silencio gracias a la rectitud de So perfección Jung orgullosa.

Aún así, el recuerdo de aquella nonna de bata blanca era aluscinante.
















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¿Quién lo diría? Este cap debería de ser el epílogo, pero aqui tamos ejejejj~

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