La mañana del lunes llegó con prontitud, la fría brisa mañanera era la alegría de todos los días, pero hoy se sentía diferente.

Claro que me duele no ver la sonrisa genuina en los labios de mí hermana, pero agradezco poder tener una idea al respecto de mis sentimientos.

“No necesito esa mierda, tampoco tu.”

Se que ella no quiere esto para mí, pero Jimin es diferente, puedo asegurarlo. Él no es como papá, tal vez tampoco sea como el tonto de Tae oppa.

Se que realmente valdrá la pena. No sé como, pero lo sé.

Porque aunque no estoy segura de que es lo que siente él hacia mí, no me creo el chiste de que únicamente me ve como a su "hija", no es posible, sus ojos se desvían en cada práctica, estoy cien por ciento segura de que no es asi con Sinb.

Lo sé, no sólo me ve con ternura.

El plan es sencillo y por más que intente confabular una estrategia espectacular y bien definida, la realidad es que no la tengo, sólo debo darle celos. Pero, la incógnita, ¿con quién?

—Hija come… —pidio papá al observarme divagar y asi lo hice, pero realmente necesito de alguien con urgencias.

—¿Por qué estas tan distraída? —sonrió mamá con picardía dejando los últimos platos con comida sobre la mesa— ¿Es por ese chico que te presentaron tu hermana y mí yerno? —me atragante con la carne sin dudarlo.

—Ommo hija… —papá se asusto al contemplarme, unnie por su parte me pasó un vaso con jugo de naranja que rápidamente tome entre mis manos para tragar de un sorbo y respirar con alivio.

—Mamá deja de entrometerme, ella aún es pequeña para pensar en chicos. —ambos mayores se vieron desconcertados.

—Pero si tú misma los presentaste Yennie…

—Lo sé, y créeme, me apresure un poco. —se llevo hasta la boca una cucharada de arroz— El día que mi bella galaxia salga con un chico, debe de ser el indicado.

—¿Cómo se supone que sabre eso? —le miré con preocupación en mis ojos, no quería decirlo en voz alta, solo pensarlo.

Unnie, ¿hablas por mi o por ti misma?

—Lo harás, de igual modo que tu hermana. —sonrió— Ella y Tae son el uno para el otro, realmente… —el sonido del cubierto de Yerin tocando la mesa de madera interrumpio a mamá.

—Hija, ¿estás bien? —pregunto papá con preocupación en su semblante.

Unnie cerró sus ojos e inhalo y exhalo todo el aire posible en busca de calma. Al abrir sus ojos nuevamente, les miró a ambos con seriedad y dureza en las facciones de su optimista rostro.

—Taehyung y yo, hemos terminado. —ambos abrieron sus ojos para verse mutuamente con sorpesa y comenzar a realizar aquellas interminables preguntas.

—¿Cómo puede ser? Ustedes dos… —mamá se encontraba en un colapso nervioso. No me sorprende, ella enserio amaba a oppa.

Puedo asegurar que se imagino la vida filial de Yerin y él, incluso a los pequeños Kim de su seno familiar.

Sentí pena por unnie.

—Llevaban cuatro años de relación. Princesa ¿qué ha pasado? —pregunto con calma y templanza papá, intentando que mamá tomara aire.

Pero su mirada fue dura y sombría, sin importar cuánto la presionaran, mantuvo su punto de vista.

—Él… supongo que tenía a otras princesas debajo de sus colchas. —se puso en pie e interrumpió antes de que puedan pronunciar alguna palabra— Iré al trabajo ahora, gracias por la comida. —reverencio para salir del comedor dejándolos en un limbo de preocupación.

Salí de casa posteriormente, y me encontré con Sowon en la parada del bus, esperándome. Unnie me contaba sobre su hermano y lo devastado que se encontraba, aún asi, citando sus palabras: “Es un cerdo, unnie merece más que eso.”

Honestamente prosiguió todo el camino al instituto, comentando el tema. Pero no podía concentrarme, mamá resolvió una incógnita, pero me habría otra.

¿Era Yugyeom la salida que buscaba?

—¿En qué tanto piensas? —mire a unnie sentada a mi lado— Debemos bajar. —se puso de pie y la segui, una vez a bajo del bus, tome mi celular y me decidí en escribirle.

Debo de averiguarlo.

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—Eunbi, ¿estás escuchando? —pregunto fastidiada.

—Si, So y prometo no romper las reglas. —reí luego de oír sus sermones de madre sobreprotectora— Deja de preocuparte, todo esta bajo control.

—Eso espero… —unos bocinazos se hicieron oir, ambas volteamos a ver de dónde provenían.

Sonreí— Debo irme. —me adelante caminando en reversa para poder verla aún— No pelees con nadie eh~. —me burle de ella y su temperamento, es que hace minutos atrás casi golpeó a un pobre chico que intentó tocarle el trasero en el receso.

Si el director Kim no hubiese aparecido, probablemente su mano no contaría la historia.

—¡Recuerda lo que hablamos!

—¡Si! —sonreí para tomar aquel bello casco celeste y ponerlo sobre mí cabeza, oppa saludo con su mano a Sojung y esta asintió con su cabeza levemente.

—¡Cuídala! —exclamó de repente y ambos sonreímos, él levanto su mano izquierda para dar una señal de “okey” con sus dedos.

Al subirme al asiento detrás de él, con mí mano derecha rodee la cintura de Yugyeom y con la izquierda salude a unnie con emoción.

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—¿Cómo vas con los parciales? —pregunto al caminar a mi lado con su helado en la mano.

—Bien, aún estamos con trabajos y proyectos grupales, pero no se me esta complicando tanto por el tema del concurso. —le di una lamida a mi helado y unas cuantas gotas de frutilla se cayeron de los laterales del cucurucho para enchastrarme.

Oppa soltó una pequeña carcajada y con dulzura se detuvo en busca de unos cuantos pañuelitos descartables.

—Espera… ten. —me extendió su helado y ahora si me encontraba complicada, con ambas manos ocupadas y con tremendo pavor de cometer un homicidio doble de sabores sobre mi.

Una vez al tener el paquetito en mano, no tardó en limpiar mi barbilla y cuello, se que no había ningún tipo de maldad en sus acciones, podía sentirlo y me resultaba tan dulce y encantador.

—Eres realmente como un niño pequeño.

—“Niña.” —remarque y él solo sonrio con dulzura.

—¿Cómo esta Yennie? —pregunto de repente para terminar de desaserse de los pañuelos usados y tomar su cucuruco helado— Tae me contó, esta destrosado, pero supongo que Yerin debe de estar pasándola peor. —se oía angustiado y en verdad preocupado, no sólo era simple cortesía o galanteria, él estaba interesado en mis asuntos.

Yugyeom en verdad es una excelente persona, no puedo utilizarlo tan vilmente para mis deseos egoístas. De hecho el pasar la tarde junto a él, sólo me lleva a dudar de esta estupida idea.

¿En serio debo de hacer esto?

“Piensa en los sentimientos de tus padres, haber fracasado como tales...”

Aquellas palabras, aquel tono vanidoso y aquellas miradas de superioridad y menosprecio. Realmente me hierve la sangre con el simple hecho de recordarla, ella no se lo merece y entonces, no pienso dejarselo.

—Eunbie… —volvi a verlo, estaba de espaldas pero con su mirada por encima del hombro, sonriendome— Hemos llegado.

Observé hacia el frente, el porche de mi casa se hizo presente.

—Ya puedes soltarme. —rió por lo bajito, entonces observe mis manos rodeando su abdomen con tanta comodidad, como si fuese mi oso favorito a la hora de dormir. Le solte con torpeza y bajé de la moto para quitarme el caso y dárselo en mano— Gracias…

—Eso debería decirlo yo, gracias por todo oppa. —sonrei genuinamente para reverenciar y oir su tierna risa.

—En serio eres linda, espero que se repita. Me ha gustado mucho pasar la tarde contigo.

—Igual a mi… —tarde en responderle, pero no porque no lo sintiera así, más bien porque realmente lo disfrute.

Y que la idea de utilizarlo se haya cruzado por mi cabeza, logra hacerme sentir tan mal conmigo misma.

—Entra, anda. —sonreí para asentir y voltear, como todo un caballero espero a que ingresará a la casa. Al estar del otro lado le vi por la ventana, puso en marcha la moto y se marcho con una sonrisa en sus labios.

Fue un hermoso día a su lado, definitivamente no pienso utilizarlo en esto.

Es demasiado bueno para algo asi. Para alguien como yo. No lo merezco.