.13.

Desde aquella noche en que fui cubierta por espinas y heridas tajantes, desde que los brazos de Sojung me rodearon por horas y sus piernas se entumecieron con el peso de mí cabeza, lo comprendí.

Porque sus oídos ardieron al oir cada una de mis saladas quejas embelesadas por las lágrimas.

Lo entendí, claro que lo hice, se que debía de olvidarme de él, porque no me era lícito verle con esos ojos, porque este hombre perfecto lo es, pero tristemente, no es mí hombre perfecto.

¿Por qué lo conocí tan tarde? Tal vez si lo hubiese visto antes…

Negué con mí cabeza, ya había pasado una semana y media desde que me enteré que esta casado, desde que le vi besándose con aquella hermosa mujer, desde que lo supe, es el padre de Eunbi.

Y me siento patética, es decir, ¿por qué nunca vi aquel anillo en su dedo anular?. Es que acaso, ¿soy así de despistada?, ¿¡soy tan tonta!?

Pero debo de asumirlo, es hora de seguir, de avanzar, después de todo, debo seguir viéndole. Porque soy…

“Eunbie pequeña...”  —su pequeña modelo. 

Sobe mí nariz y avance hasta su casa, esta tarde deberíamos de juntarnos para las prácticas de aquel ridículo y riguroso baile sofisticado, pero no podía cumplir. No ahora.

También tenía una cita con Yoongi por un proyecto escolar, y no podía fallarle.

Últimamente estuve sintiendo unos ligeros mareos, mí cabeza punzaba. Solo deseaba saber que todo estaba bien, quería ir a la guardia. De seguro sólo se trata de mí mente jugando una mala pasada. Y no me equivocaba, puesto que el resultado final fue, simple jaqueca por estrés. Demonios.

Golpee la puerta y luego de unos minutos una ajumma me abrió, sonreí para reverenciar y explicarle la situación.

Ella sólo me hizo ingresar, según lo que dijo el “señor” esta en su habitación alistandose para el trabajo.

Espere en la sala principal, su casa era enorme y bien decorada, con cuadros familiares. Por lo que veo, Eunbi es la niña del hogar, no me es extraño el porque Jimin es tan cálido conmigo, es como todo buen “padre”.

Y entiendo porque suele decime "Eunbie", como a su propia hija.

—Eunbi, ¿cierto? —aquella melodiosa voz me tomó por sorpresa y sin darme cuenta deje caer aquel bello porta retrato de entre mis manos.

Observé el suelo con tanta vergüenza y pena embriagandome, oi su leve risa, y está coloreo mis mejillas.

—Lo siento mucho...

—Descuida. —se acerco hasta mí, y rápidamente lo recogí del suelo para entregarlo en sus manos.

—Soy muy torpe… —me disculpe con sinceridad, mis dedos comenzaron a jugar entre ellos. Grandioso, bienvenido mí querido estrés.

—Ya veo. —observó la foto que contenía una bella imagen de una Eunbi mucho más pequeña, de unos siete u ocho años, siendo cargada en los hombros de su padre.

Lo depositó en su lugar correspondiente, y el vidrio se agrieto con la brusca caída al suelo.

—Jimin habla bastante de ti. —baje la mirada apenada ante su comentario, algo intimidada por su belleza.

—Es un buen hombre. —asegure con inocencia, realmente pienso que lo es, se nota que es un buen padre y esposo, además de una buena persona.

—Lo sé, no es difícil de confundir su bondad con interés. —al parecer ella me mal interpreto.

—No quise… —jamás pensé que yo le interesará de el mismo modo, sólo disfrutaba de su calidez.

Sonrió— No importa, he conocido a muchas modelos, esta industria es feroz y bastante tóxica. Entre la competencia, los celos, la envidia... —me miro— y la tensión sexual. —aquello si que me tomó por sorpresa, fue como un balde de agua fría. Ella sonrió al notar lo helada que me había dejado con su comentario— El desfile anual “Miss rigth” es conocido nacionalmente por la belleza y buena conducta de sus participantes, —rió con encantó y un tono de ironía para negar con su cabeza— pero ninguna es tan inocente como aparenta, varios escándalos por acoso y deseos personales, más haya de lo laboral. Tú me entiendes.

—Yo no… —estaba atónita, ¿ella estaba insinuando lo que pienso?— No es ese tipo de relación, si es lo que in…

—Claro que no. Oppa, el suele ser tan carismático y agradable con las pequeñas muchachas. —podía sonar inofensiva, pero su tono reflejaba molestia e incluso asco— Pero sólo es el reflejo de lo mucho que quiere a su hija, la cual nunca le interesó ese mundo en verdad. Cosa que realmente agradezco. —sonrió para verme de arriba a bajo— Antes que tú, hubo varias niñas mal intencionadas, una de ellas casi le roba su pasión y su carrera.

Se acerco un poco más hasta mí, con pasos pequeños y suaves, delicados diria. La diferencia entre portes, alturas y belleza, ante mis ojos, era abrumadora.

—No permitiré que ninguna niñata con aires y teatro de ingenuidad, arruine mí familia.

Muy bien, si antes me creía intimidada, ahora creo que lo estoy en verdad.

Negué para casi sin voz aclararlo— Yo no… —pero ella me interrumpió.

—Que vergüenza para tus padres, piensa en lo que ellos sentirían si supieran quién es su hija. Realmente estarían decepcionados por no haberte criado como correspondía. —aquel fue el detonante que realmente rebalso el vaso.

Entre aquellas miradas de desaprobación, sus palabras juiciosas y ahora esto.

¿Quién se cree que es para cuestionar los valores con los que fui criada?, ¿¡para cuestionar a mis padres como tales!?

El miedo, la intimidación, la baja autoestima, todo se fue por la borda. ¡Al carajo!

Sonreí con ironía— Señora Park, dígale de mí parte a su “esposo” que esta tarde no podré reunirme con él y que lo siento. —reverencie para voltear y marcharme, apretando mis puños con fuerzas.

Si tanto miedo le tiene a las niñatas de mí clase, le daré de lo que tanto busca. Brindaré un temor genuino.

Park Ji Min, serás mio, cueste lo que cueste.




Ya ha pasado un mes completo, se ve tan diferente a ella misma, se que los cambios no son malos, pero ella es más que esto, mucho más.

Las miradas lujuriosas de todos los varones presentes en el pasillo, se posaban sobre ella o mejor dicho, sobre sus piernas y abdomen.

—Se ve realmente buena… —oi a un idiota pasar por mí lado mientras hablaba con otro retardado.

Suspiré con pesadez, odiaba esta nueva Eunbi y no sólo por su estúpida idea de querer ser más “liberal”, por mostrar más piel o por conseguir un guardarropa totalmente nuevo, con tallas más pequeñas de lo que deberían; más bien me desagrada porque me temo que termina por perderse en este absurdo camino de auto descubrimiento personal.

—Mí amor, ¿necesitas ayuda? —mí entrecejo no tardo en unirse, realmente es una idiota.

Mis pies se adelantaron con impotencia, esta niña tonta puede parecer fuerte y sensual, porque claro que si lo es, pero sólo es una niña tímida y dulce.

—Pierdete. —sostuve aquella mano asquerosa antes de que se pose sobre ella, este me miró de arriba abajo y sonrió con galantería.

—Hola belleza, ¿eres su amiga? No tengo problemas con los tríos. —guiño su ojo, y que asco, realmente detesto a este tipo de comportamientos. Estos pobres ilusos creen que de esta forma consiguen verse bien y varoniles, sólo son unos cerdos asquerosos.

La risa coqueta de la chica a mí lado logró sacarme de onda por completo.

—¿En serio? —el idiota le sonrió con picardía— Dime, ¿puedes tolerar más de unos minutos? —observó la cremallera de su pantalón.

¿¡Pero qué demonios!?

—¿Por que? —se inclinó aún más hacia su pequeño rostro— ¿Quieres averiguarlo? —este tipo es asqueroso, su pequeño amigo ya había comenzado a reaccionar, por favor, ¿sólo con una insinuación?

La risita aguda y mirada seductora de mí amiga no fue de ayuda para su pequeño problemita.

Solté con fuerza su muñeca, el volvió a verme para sonreír con arrogancia y antes de que pueda continuar le detuve.

—¡Largo! —tome la mano de Eunbi y la arrastre de aquel lugar. Al llegar a otro pasillo alejado del centro comercial, volví a verla con el ceño fruncido.

—¿Qué? —alce una ceja— oh vamos, sólo era un pequeño proyecto. —rió con dulzura e inocencia.

—¿Cómo diantres terminaste asi? —me observó sin comprender y no me sorprende, ella es tan inocente que aún me cuesta creer aquella escena— Dime, ¿de dónde sacaste aquello? —aún me miraba incomprendida, cerré los ojos y me forcé en no patearle el trasero perfecto que se carga— Las insinuaciones eróticas de hace un momento.

—Ahh eso~. —sonrió con dulzura— Revise la computadora de unnie. —aquello si me cayo de sorpresa.

—¿Yerin unnie? —asintió y mí mandíbula aún permaneció entre abierta— ¿Qué rayos estuviste viendo? —se encogió de hombros para comenzar a caminar— ¡Eunbi! —claro que la segui, solo para alcanzarla en un momento.

—No lo sé, videos. —se encogió de hombros— Supongo que Tae oppa y ella se ponen cachondos al verlos…

—Para, no quiero oírte. —cerré mis ojos e intente tranquilizarme, la imágen si me resulto repugnante, ella sólo se rió— ¿Te estás divirtiendo? —asintió con una dulce sonrisa de inocencia.

—Eres tan divertida, sólo son videos pornos, es normal que los chicos de nuestra edad los vean. De hecho científicamente dicen que la masturbación…

—¡Yah! —detuve aquella futura explicación que realmente estaba fuera de lugar, sobre todo por las miradas de juicio sobre nosotras de aquellas personas que pasaban por nuestro lado y lograron oírla. Sonreí con pena para reverenciar mí cabeza levemente y tomar su mano para acomodarnos a un costado del camino— ¿Desde cuándo hablas de estas cosas? —negué aturdida— ¿Por qué investigas sobre aquello? —frunci el ceño— No me digas que…

—No estoy planeando perder mí virginidad. —suspire de alivio— Aún. —sonrió para ingresar aquella tienda de lencería.

—Eunbi… —negué para seguirle, esto no estaba nada bien, a este paso, hará una estupidez en cualquier momento y luego se arrepentirá de ello.

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