.09.
Cada día lograba sentirme un poco más ansiosa que el anterior, y es que el señor Park es tan dulce y carismático, realmente comenzaba a gustarme el hecho de que fuera mi tutor con respecto a toda esta falacia.
Y es que él no me lo hacia sentir como un experimento, ni como un estúpido conejillo de indias, claro que no. Park sabía como manejarlo, conocía perfectamente que decir, como actuar y como debía de tratarme, él era todo un caballero, uno realmente agradable.
—Hola, tierra a Eunbi... Maldición, ¡Jung! —abri mis ojos de golpe por aquel grito agudo que me llevó a voltear a verla. Sojug se encontraba masticando su almuerzo con notoria molestia.
—Lo siento mucho unnie, ¿qué decias?
—¿Por qué haces cosas por las que debes disculparte? —me miro fastidiada, y sonreí apenada— Dime, ¿ya quieres ignorarme e ir detrás de esas "bellas y perfectas" damitas que están por la otra mesa? Porque no me ofendería oírlo de una vez. —rei avergonzada ante su melodrama.
—Unnie es muy exagerada, lo lamentó mucho. Es sólo que, últimamente estoy tan agobiada, tengo mucho que aprender. —voltee a ver la mesa de Sinb y sus amigas— Su mundo es tan complicado... —susurre con un mohín entre mis labios.
—¡Bingo! Entonces si lo tienes bien en claro, ¿por qué te esfuerzas? —comió su hamburguesa, y es que hoy optó por algo poco común, ella solía cuidarse— ¿No qué ibas a salirte en la primera ronda?
Es cierto, lo planificado fue asi, pero las cosas resultaron así. Y es que él se esfuerza tanto, que no puedo fallarle, simplemente me es imposible.
—Lo sé y aunque dudo que llegué a pasar la primera ronda, no me puedo permitir pasar por una ilusa. Sabes que no lo soy, ¿verdad? —no respondió, más bien optó por comer en silencio y con su entrecejo totalmente fruncido.
—Ese hombre... —tomo un poco de cola para digerir— ¿Cómo dijiste que era su nombre? —mis palpitaciones se aceleraron al pensar en él.
—Park Ji Min. —respondí sin más y observé la mesa de Eunbi, Hoseok estaba a su lado pero se les veía algo distanciados.
—No me cae del todo bien. Eunbi, Eunbi... —volvi a verla— ¿Es en serio?
—Lo siento... —le brinde de mis papas como un fuerte soborno, a lo cual sonrio— ¿Qué decías?, ¿quién no te cae bien?
—Park Ji Min. —le miré extrañada— No lo preguntes, es sólo que... no lo sé, algo se siente extraño cuando le veo que viene a recogerte.
—Ahh, mamá cree que será de gran ayuda para las tutorías. —negué para comer un poco de mí bandeja.
—¿Y... qué clase de tutorías son? Digo, se que te prepara para el concurso "Miss Rigth" y de hecho suena ridículo hasta el nombre. —rodo los ojos— Pero, ¿qué es lo que hacen ustedes dos a solas?
—Nada en realidad, sólo me enseña protocolos, me muestra la historia del concurso, su nacimiento y las grandes figuras de "miss rigth." —nuestros ojos se desviaron hacia la mesa de la otra punta en el centro.
Eunbi se levantó de su silla con brusquedad, alejándose de sus amigos, las chicas rápidamente no dudaron en seguirla y era de esperar que su novio también lo hiciera. Pero misteriosamente, no fue el caso.
—Oh por dios, se esta acercando...
—No, no lo esta.
—Lo esta haciendo...
—Vale, si, lo hace... oye ¿qué diantres haces? —tomo mi mano antes de que pudiera si quiera pensar en huir y me volvió a sentar.
—Hola chicas. —sonrió Hoseok y a su lado se acercaba Yoongi casi obligado— ¿Cómo estan?
—Bien, pero de hecho antes estábamos mejor.
—Unnie... —reprendi su mal genio del día.
—¡Ahh! Lamento la escena de hace rato, al parecer no dejamos comer con calma... —se disculpo apenado.
—Si, ver al grupete de niñas "bien" me da indigestión. Aunque los idiotas que se creen una versión pobre del F6 no se quedan detrás. —declaró y el mayor sonrió apenado para reverenciar.
—Lamento oír aquello.
—No, Hoseok no debes de disculparte... —comente al fin y los tres voltearon a verme— U-unnie ha estado algo cascarrabias hoy jejej... —asegure en busca de alejar la incomodidad en el ambiente, suficiente tenía con mis propios nervios. No necesitaba la ayuda de Unnie para empeorar la situación.
Ella por su parte, solo se encogió de hombros para seguir comiendo sus ahoras papas.
—Ah, hyung tiene algo que decirte Eunbi. —Hoseok codeó al chico que estaba a su lado, con una mirada y un movimiento de cabeza le incito a hablar. Le miré atenta, ya que era algo único poder oír su voz.
El pobre chico de tes más pálida suspiró para cerrar sus ojos y rascar su nuca con algo de "fastidio."
—Me disculpo por los panfletos.
—¿¡Eh!? —tanto unnie como yo nos detuvimos en seco ante aquella declaración.
—Yoongi, ¿dime qué no estas insinuando lo que creo? —unnie se percibia más que molesta y eso en serio me asusta.
—Ta-tampoco es tan asi... —Hoseok sonrio preocupado.
—Sabia quienes idearon esa estúpida idea, de hecho arrebate los primeros, pero no fui de más ayuda. —se encogió de hombros.
—Maldición Min, tú no tienes idea de lo que me duelen los músculos ¿o si? —Sowon le miro molesta— Dime una cosa, ¿quién fue?, ¿fue la idiota de Sinb? —Hoseok bajó su mirada sin decir una palabra, lo cual me resulto bastante nuevo. Ya que siempre la defiende— Jah, lo sabia...
—No, de hecho, ella fue quien rompió los folletos. —comento con su típica mirada perezosa— Cuando estaba tomando una de mis siestas matutinas en la biblioteca, oí a Jennie y a Lisa reírse mientras veían la fotocopiadora, no quise entrometerme pero al oírlas hablar no pude evitar tomar aquellos panfletos y verlas de forma negativa.
—¿Qué tiene que ver eso con la ausencia de Sinb en esa estúpida "broma" sin sentido?
—Ella nos escuchó y sólo me arrebató los folletos para romperlos. Les reclamó que se detuvieran, pero no escuché nada más porque salí del lugar. —rasco su nuca, ante la mirada de recelo de mí mayor, entonces sonreí.
—En serio lo lamento, defendi a Eunbi y a sus amigas, pero ellas... —Sojung interrumpió a Hoseok con su terrible humor del día, y dándole buen uso a su técnica de ironías fatales.
—Gracias. —Yoongi volteó a verme.
—¿Es a mi? —asenti con una sonrisa— ¿Por qué? Debi de haberle dicho al director, gracias a mi tu mejor amiga esta con tarea extra y dolores musculares. —su timbre de voz podría interpretarse como ruda o áspera, pero yo no la sentí de tal modo, más bien, me resultó cálida.
—Aún así, reprendiste a ambas al oírlas, tomaste esos panfletos y puedo asegurar que no pensabas devolverlos. —sonreí con gratitud— En serio estoy agradecida contigo Yoon oppa.
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Mientras esos dos discuten acerca del comportamiento estúpido de ese grupito. Ella, quién se encuentra sentada frente a mis ojos, está sonriendo, de hecho, sonriendome a mi.
—Estoy segura de que habrás tenido tus propios motivos para no haber ido a dirección, descuida~.
Aquello me era inevitable, realmente, esta niña que conocí hace un par de años atrás, la misma que vi sonreír, aquella que observé por un largo tiempo a la distancia. Particularmente, sigue resultandome tan hermosa como la primera vez que mis ojos se posaron sobre ella.
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—Hola mi amor. —saludo Yuna al ver ingresar a su adorada hija a la casa.
—Mamá. —fruncio el ceño para sentarse en la mesa del comedor junto a ella— ¿En dónde esta papá? —pregunto al fin— hace rato que no le veo.
La señora de la casa tomaba un té mientras leía unos documentos— Entrenando a su nueva Miss rigth.
—¿Otra vez con eso? —fruncio el ceño— Crei que lo había superado.
—No cariño, te superó a ti. —negó— No a la oportunidad de volver al concurso.
—Es una estupidez. ¿Por qué no puedo tener un padre normal como cualquier otro? —se la notaba fastidiada, y su madre la miró de reojo para dar otro sorbo a su té.
—¿Qué te molesta? Querias que tu papá deje de presionarte para formar parte de ese "insulso" concurso. —le recordó sus propias palabras.
—Últimamente, dejó de formar parte de todo. —suspiro.
—¿A qué te refieres? —dejo los documentos de lado, y es que si, ellas tenían ese tipo de relación única de "madre e hija."
De hecho, Choi Yuna era una mujer tan única, que solia ser buena oidora, tanto para su adorado esposo, como para su amada hija.
—Últimamente, no soy la persona "indispensable" que creí... mira a papá, solía estar siempre para mi, pero ahora... —rio ironica— solo se concentra en quién quiera que sea su "señorita correcta." —su mamá tomó de su mano y la acarició, comprendía que no era todo, pero no la precionaria.
—Tú padre te ama, siempre serás su prioridad. Pero también tiene derecho hacer lo que quiera, tal cual tu rechazaste sus inumerables peticiones para que seas su adorada pequeña correcta. Esa oportunidad te llevaba a compartir mayor tiempo de calidad, como padre e hija. —suspiro— Asi que...
—Lo sé... gracias por recordármelo omma. —sonrio sarcástica. La mayor acarició sus manos con ternura.
—Amor, deja de culpar a los demás y empieza a ser más autocritica. —la menor la miró con algo de asombro, ¿era tan transparente ante ella?, sonrió— Intena comprender mejor a ese pobre chico.
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