.07.
—Woah, fue muy dulce en verdad. ¿Estás segura de que es real? —voltee a verla— Debe ser una fachada, ¡no existe tal cosa como el hombre perfecto! —reí suavemente.
—Tienes razón… —termino de recolectar la última bolsa de basura de los pasillos y alzo la mirada para verme.
—¿Qué harás entonces? —alzo su ceja— Digo, le diste tu número.
—Pues… —el director se acercó hasta nosotras, y rápidamente reverenciamos.
—Señorita Jung, ¿qué hace aun aquí? —Seok Jin me miro fijamente— debería estar en su casa.
—Yo… tengo un trabajo que hacer con unnie, asi que quise ayudarla para poder terminar temprano y volver juntas, lo siento. —reverencie una vez más.
—¿Es cierto? —se dirigió a ella, quién asintió— Entonces, deja el labor por hoy, mañana lo terminaras. —paso de nosotras y aún asi volvimos a brindar otra reverencia.
—Es un hombre extraño… —susurre y Sojung asintió.
—Aun asi, vamos antes de que se arrepienta. —ambas reímos para apurarnos en salir.
—¡Oh! ¿ya se van? —nos cruzamos en la entrada con Hoseok y su mejor amigo Yoongi, rápidamente baje la mirada avergonzada ante él.
—Sí, debemos preparar un trabajo. ¿Buscas a la irritante de tu novia? —hablo Sojung y él rió apenado.
—Lamento lo que ha ocurrido, pero ella no tuvo nada que ver con esa estúpida broma hacia Eunbi, ¿lo entienden?
—Como sea, siempre es igual contigo y los que te rodean. —miro a Yoongi con seriedad.
—¿Tengo algo en el rostro? —era raro que aquel chico hablara más de dos palabras, por ende levante el rostro para verlo con curiosidad.
De una tés muy pálida, ojos y labios pequeños pero con una sonrisa agradable, todos los amigos de Hoseok oppa eran lindos pero muy malos hacia mí persona.
Este chico de igual modo que Chen o Hoseok, jamás se han burlado de mí, pero tal cual Sojung trataba de hacer entrar en mí cabeza, tampoco paraban aquel absurdo pasatiempo.
De repente sentí su mirada sobre mí tomándome por sorpresa, por lo general eran pocas las veces en las que Min Yoongi me miraba, de hecho él a diferencia de oppa, nunca dirigió palabra con esos idiotas, siempre le agradecí aquello, ya que al menos sabía que no les toleraba y creó haberlo oído decírselo una vez a Hoseok.
Pero en fin, volviendo al tema, jamás mantenía la mirada, de hecho aunque suele ser intimidante, me resultaba cálido y tal vez por ello era al único chico de la escuela al que podía ver correctamente, ya que sentía de cierto modo que nos parecíamos.
Por ello aún me es extraño, ¿por qué corre su vista cuando siente la mía?
—En fin, debemos irnos. No quiero seguir discutiendo, es inútil Hoseok. Adiós Min. —tomo de mí brazo para aferrarse a él, pero antes de ser guiada por ella, reverencie ante ambos y le dedique una leve sonrisa al más bajo.
Al llegar a casa reíamos de los profesores y sus tareas infernales.
—Hola señora y señor Jung. —unnie reverencio con una sonrisa.
—Sojung, hace un tiempo que no te veiamos. —sonrió papá y ella asintió para conversar con ambos respecto a la salud de su abuela. Observé a unnie sonreír al teléfono y me acerque hasta ella.
—Unnie… —volteo a verme con su típica gran sonrisa.
—Pequeña llegaste. —me abrazó con fuerzas y asentí ante aquello— Tenemos buenas noticias.
—¿Mhm? —me separé de ella para poder verla mejor— ¿tenemos? —repeti confundida.
|....|
—Es una broma, ¿verdad? —pregunte incrédula ante tal absurda declaración, pero la sonrisa en sus rostros me impedía que optará por creer en eso.
—Hija es una gran oportunidad para ti, ¿tienes idea del número de chicas que quisiera una oportunidad asi? —aqui vamos de vuelta, todos los sueños y deseos que tenían para conmigo, pero no me veía siendo parte de ellos.
—No, pero sé que no soy una de ellas. —los tres se miraron entre si, Sojung por su parte, se encontraba sentada a mí lado en el sillón.
—Pero será divertido… hermana, tú... —claro que sí, para una chica radiante y brillante como Jung Ye Rin_ debes pensarlo bien, ¿no lo crees? —su sonrisa me partía el alma, aquel abrazó que recibí minutos atrás, fue el abrazo de la traición… fue el abrazo de Judas.
—Papá, —le mire suplicante— ¿no dirás nada? dime… tú, ¿piensas como ellas?
Internamente rogué porque me diera una negativa, que me permitiera elegir a mí, que me brindará el derecho al voto, o al menos a la duda. Como mínimo.
Suspiró— No de la misma manera, pero sí, quiero que lo hagas. —aquello fue como un sabor amargo pasando desde mi garganta y bajando directamente hasta mi pecho.
Me puse en pie y sin palabra alguna subí las escaleras, les oí llamar por mi nombre pero no respondí y me encamine hasta mi habitación, abrí la puerta y me deje caer en la cama boca abajo para poder gritar toda mi frustración encima de la almohada.
Oí el ruido de la puerta al abrirse, y deseaba que no sea Yerin.
—Eunbie... —la voz de Sojung me trajo paz y alivio, se acercó hasta la cama y se sentó en el colchón para tocar mi espalda.
—No es justo… —hable con sinceridad.
—Sabes que no lo hacen para herirte.
—Pero no pueden elegir por mí. Unnie, ¿tanto cuesta pedir mi opinión?
Suspiro— Es que es obvia, pequeña… ellos quieren que te des la oportunidad. —me di vuelta para poder recomponerme en la cama, sentándome frente a ella.
—¿Tú también quieres que lo haga? —cuestione con mi voz quebrada, pero negó.
—No me gustaría verte en bellos, delicados y diminutos vestidos de competición, postulándote para que un grupo de babosos te admiren las piernas. De solo pensarlo… —negó repetidas veces con sus ojos cerrados, ocasionando que riera— Eso, te ves hermosa riendo, siendo tu misma.
Ante aquello mi sonrisa se debilito, el dilema principal es que esta soy yo, y hay mucho más, tantas cosas dentro de mí que ninguno conoce, ni siquiera mi mejor amiga.
—Sowonie… —me apresure acurrucarme entre sus pechos y abrazarla para sollozar— hay secretos que no sabes… —susurre, pero sentí sus cálidas manos rodearme y acariciar mi cabello.
—¿Y eso? es normal tener secretos, incluso de tus amigos. —su timbre se volvió más suave de lo que alguna vez recordé— Yo también los tengo, eso no te vuelve una mala persona Bunny.
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