7

Narrador omnisciente:

El lugar estaba lleno de personas, el sonido de la música chocaba contra las cuatro paredes haciéndola rebotar y resonar más en el lugar.

Mark y Félix charlaban en una de las tantas barras mientras bebían un poco de alcohol fuerte, pero no tanto para que se emborrachasen facílmente.
Varias parejas estaban en la pista de baile, también había grupos de hombres y mujeres solteros, algunos en busca de simple diversión con amigos, otros de una pareja y otros tantos en solo una noche con alguien, la mayoría era de clase alta ahí, la zona no era tan vulnerable para un robo, pero eso no evitaba que enemigos estuviesen ahí sin ser vistos buscando el punto débil de su víctima, un hombre de una empresa con la que el mayor competía, ambas iban a la par, pero solo una quedaría en pie, ya que la empresa de aquel hombre peli-negro estaba quedando en quiebra, y si lograba derribar a la otra estaría salvado.







Tal vez nunca se debió mencionar el nombre de Sean en la conversación.









Por otro lado, en aquella gran mansión todo estaba tranquilo, el sonido de la melodía de los grillos se podía escuchar claramente ahí, Rosalia preparaba un poco de cena para ella, Natalia y Sean.

El menor se encontraba sentado en una de las sillas de la mesa de la grande cocina, se había cambiado hacía unos momentos después de haberse dado una relajante ducha, ahora vestía con un jersey, jeans azules y unas vans negras, su cabello estaba mojado y desordenado, ya que, por más que trato su cabello rebelde verde se negaba a acomodarse y termino estando tan desordenado como ahora...bueno, eso después de media hora quejándose frente al espejo sin exito alguno.
Ahora mismo esperaba la comida con ansias, a pesar de haber comido ya hace 3 horas y bastante, se sentía como si nunca hubiera ingerido ni un solo bocado, la boca se le hacía agua cuando el olor de la deliciosa comida que casi terminaba de preparar Rosalia llegaba a él, pero también traía recuerdos, de cuando era pequeño y su madre cocinaba, el olor era tan delicioso que no podía evitar balbucear en aquel entonces.
Ágito un poco la cabeza para sacar esos recuerdos de su cabeza, mientras veía como Natalia llegaba vestida casi igual a él y se sentaba en frente de él sonriendole.

Tenía la impresión de que se llevaría bien con ella.

---------------------@

*sale de su cueva* hola, han pasado 84 años desde la última vez que nos vimos *insertar voz de anciana aquí*

PERO AQUÍ ESTA \:V/

Ahora, tengo que huir de la ONU *c bah*

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top