4
Ojos color sol dispersos en rejas eruditas, siendo oradores en el velatorio de su alma. Ojos candentes, fundidos con el color de su piel crema que se mancha de partículas de dunas, esas dunas que lo ciegan en la tempestad, pero las mismas que se abren, permitiéndolo subir por la escalinata de piedra. Pasos sigilosos en el murmullo del viento, sinestesia de su mirada, de ese a perlado y aterciopelado rostro expresivo, facciones que enamoran, arbustos que florecen de su rostro, que decoran sus ojos, protegiéndolo. Protegiendo aquel ser de ojos de sol, ojos de ámbar en las sombras, en las sombras de sus cejas.
No hay día en el que su mirada, no se halle en la idea imaginativa, de aquella que lo mira sentada en la duna, admirando aquella alucinación del desierto.
La segunda parte:
Sigues intacto,
y no sabes las veces que intento quemar cada página,
ella se reintegra de las cenizas formando tu rostro,
yo pérdida en las dudas reniego tu nombre,
porque los ojos sol se alejaron de la puerta donde me pidió esperar,
volvió sólo a mostrarme que no estaría solo,
yo ya no era su vigía,
los ojos color sol,
nunca fueron míos.
Todo fue un engaño del desierto en medio de mis delirios de soledad,
la falta creo mi perdición.
Te dedique el primer poema cuando era tu todo, el segundo fue cuando fui la nada.
16/02/2016
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top