Estaba sólo otra vez. Ya no tenía a Lucía para besos ni a Alexia para abrazos, no tenía a ninguna para compartir historias ni cuentos. Todo se había ido, todo se había escapado en este especial 8 de abril. Miré el mar mientras caminaba por la orilla.

- Quisiera ser como la arena, ser arrastrado por el agua hacia la orilla luego de lanzarme a nadar.

Empecé a arrepentirme de mis acciones, otra vez, quejándome de mi actitud, de mi forma de ser, de mi personalidad, y recordé que muchas veces me repiten la misma frase.

- Eres un psicópata - qué tiene de malo querer que te atiendan las 24/7? Estoy adaptado a que yo tengo que ser el centro de atención, y todos deben mirarme a mi. Esa obseción por mi mismo me ha llevado a ser crueles con ellas, a portarme así.

Un día especial como el 8 de abril, donde dos pares de zapatos estaban frente a mi puerta, el líquido rojo corría por todo el piso, ya era inútil, ahora si me atraparía la policía, no tenía sentido huir. Sonreí mirándolas a ambas en el suelo, dando su último suspiro de vida.

- Si tan sólo me hubiesen prestado atención desde el principio y no se hubieran alejado de mi, todo hubiese sido mucho más fácil para las dos - me agaché, tomé el cabello de Lucía, lo envolví en mis manos y lo acerqué a mi nariz sintiendo ese característico perfume de rosas azules de Lucía, e hice lo mismo con Alexia.

Ahora, mientras la policía me lleva como principal sospechoso a la comisaría, no tengo más nada que decir que no sea......

- Yo soy el culpable de matar a esas dos mujeres.

- Por qué lo hiciste? - me preguntó el oficial y le respondí sinceramente.

- Porque hoy es 8 de abril - reí, miré a través de la ventana - Todo empezó el 20 de marzo, y espero que pueda escuchar mi historia con atención, oficial.

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No debes llevarte jamás por impulsos negativos, conducen a caminos peligrosos y dolorosos.

Como dice el dicho de otra persona, toda acción tiene su reacción.

Posdata: No es mal carácter, es ciencia.