Ayer, soñé contigo. Soñé que me abrazabas y me besabas al llegar a la casa el lunes. Me quejaría contigo por no venir a verme a nuestra casa, me quejaría porque siempre estás durmiendo en casa de tus padres o trabajando, me quejaría de porque no contestas tu teléfono, de porque no me llamas.

Ayer, soñé con que venías a mis brazos, y yo me disculpaba, ambos pidiendo regresar, y que retomáramos nuestra relación, pero, otro sentimiento me invadió, comencé a gustar de otra persona, pero por dentro sabía que todavía te elegía a ti.

Ayer, aterrorizado de perderte, te abracé en mi sueño para que no te fueras. Rogaba y pedía perdón por lo que había hecho. Estaba asustado, pero soñé que te recuperaba.

Si, ayer te dije que estaba obsesionado, que ésto no me hacía bien. Ayer soñé que te alejabas, que me dejabas aquí, y todo por mi culpa.

Si, ayer soñé contigo. Me levanté llorando, golpeando mi pecho por mi cruel decisión de dejarte, pero el corazón no me puede gobernar. Sabías? Me estoy arrepintiendo desde ese día martes 26 de marzo, donde, cuando cumplimos los 11 meses de casados te dejé, pero, por mucho que te quiera de vuelta, tú no eres para mi, y yo no soy para ti.

Si, ayer soñé contigo, aunque nos hayamos convertido en amigos, las ganas de besarte no se me quitan. Las ganas de verte, tampoco se van y las ganas de estar contigo me consumen.

Sólo puedo decir que si, ayer soñé contigo, pero ya, ya no eres mía, así que perdón.

Es verdad, estoy sufriendo ahora que estás en coma, pero me arrepiento por haber firmado aquel papel que nos separó.

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No siempre el divorcio es la mejor solución, habla con tu pareja antes de romper, ninguno de los dos tiene por qué sufrir. Recuerden que ya llegará esa persona en el momento adecuado.