Stan Marsh nunca fue fan de los hospitales; siempre le habían generado incomodidad. Los hospitales están hechos para sobrevivir. Y esta noche, Stan intentaba sobrevivir.

Acostado en la cama, con una intravenosa en su mano izquierda, Stan mira el techo, reflexionando sobre las situaciones que lo trajeron aquí. Sobre cómo su decisión final era una estupidez. Dejarlo todo parecía tan sencillo y ahora parece un pensamiento en la lejanía.

—(Bueno, ahora estoy aquí)—Piensa Stan mientras sigue mirando el techo—(Ójala tuviera una televisión aquí, me estoy aburriendo).

Entonces escucha unos pasos agitados corriendo hacía su habitación, y cuando la puerta se abre, se aprecia a Kyle Broflovski, con el suéter naranja mojado por la lluvia que sigue azotando afuera.

Kyle rápidamente camina hacía la camilla dónde yace el pelinegro. Stan no necesita preguntarle qué le pasa, porque la cara de Kyle rápidamente expresa enojo, preocupación y miedo.

Stan a veces no comprende como Kyle soporta tantas emociones al mismo tiempo sin explotar.

—¿Cuál es tu puto problema?—Expresa el pelirrojo mientras se sienta a su lado, tan molesto que sus orejas están rojas y con la respiración entrecortada porque vino corriendo desde casa al hospital.

—¿Eh?—Es lo único que Stan balbucea, ni siquiera tiene tiempo para pensar en otra cosa porque Kyle coloca las manos entre su rostro.

—Te amo—Dice Kyle con el corazón fatigado—Eres un estúpido, y te amo, pero jódete, me preocupaste un montón.

—Lo siento...—Dice Stan en voz baja mientras sonríe levemente—También te amo.

Kyle quería gritarle más, pero ver a su novio débil, demacrado, y con una voz quebradiza lo hizo sentir una punzada de culpa. Kyle sabe que no es su responsabilidad cuidar de Stan, pero no podía evitarlo. No cuando ve a Stan de esta manera.

—Me preocupaste un montón—Kyle toma delicadamente la mano derecha de Stan—Si yo hubiera estado ahí...

—Kyle, fue mi decisión.

—No me importa, si yo hubiera estado ahí lo habría evitado, habría sido lo mismo de todos los días, y ahora mismo estaríamos en casa.

—Kyle, no pienses en lo que pudo haber pasado, sino en lo que realmente sucedió, y sucede que soy un estúpido.

Kyle no pudo evitar soltar una risa ligera. Su novio es la persona más terca y pendeja que conoce en toda su vida; y aún así no puede evitar amarlo con todo su corazón. Está feliz de volver a escuchar su voz, de sentir el calor en su mano, y que esos bellos ojos azul marino lo observen.

—Eres el más estúpido de los estúpidos—Dice Kyle mientras aprieta ligeramente más fuerte la mano del pelinegro—No soportaría estar sin ti.

—Kyle...—Murmura Stan mientras abre un poco sus ojos por la sorpresa, es la primera vez que Kyle le dice algo por el estilo; el "te amo" era lo más cursi que se habían dicho.

—¿Estuvo un poco fuera de lugar?—Pregunta Kyle con una sonrisa burlona, sintiéndose feliz de provocar nerviosismo en su novio.

—Pues...—Antes de que Stan pueda responder, sus otros dos amigos entran: Eric Cartman vistiendo con una chaqueta de cuero y Kenny Mccormick con su clásico abrigo naranja—Hola...

—Hola—Dice Cartman de manera seca, dejándose caer en una silla puesta al otro lado de la camilla—El judío llorón hizo un puto escandalo hace rato, nos llamó y estuvo berrinchando sobre "Ay Stan esto "ay Stan aquello".

—Y aún así viniste, gordo puto—Comenta Kyle sin dejar de soltar la mano de Stan.

—¿Puto? Pero si ahora mismo eres el más puto de todo el hospital—Responde Cartman—Sólo Stan puede ser tu competencia, más o menos.

Stan se pone a reír de repente, sorprendiendo a los presentes. No sólo por el contexto actual sino porque hace tiempo que Stan no se reía tanto. O más bien no reía en absoluto.

—Son un par de pendejos—Expresa Stan mientras se limpia una lágrima a causa de la risa.

Kyle no puede evitar sonreír; siempre ha creído que la risa de Stan es muy bonita, no le importa hacer el ridículo con tal de que Stan ría aunque sea un poco.

Se preguntaran porque Stan se encuentra en el hospital.

Y no, no es nada turbio, no fue un intento de suicido ni nada por el estilo. Es algo más pendejo en realidad.

—¿Por qué putas decidiste usar el móvil mientras caminabas por la calle?—Pregunta Kenny de manera casual, entonces todos miran a Stan esperando la respuesta.

—Porque...—Y Stan se dio cuenta de lo idiota que había sido—Porque podía, creo.

—Felicidades Kyle, tu novio es idiota—Comenta Cartman, a lo que Kyle levanta los hombros, como si no lo supiera.

—Pero es mi idiota—Responde Kyle con una suave sonrisa—Lo importante es que Stan está bien.

Stan no está acostumbrado a recibir tanta atención de golpe, quién diría que estar cerca de la muerte provoca que las personas se fijen en tí después.

Haber sido atropellado y tener el tórax destrozado al parecer te vuelve más atractivo.

—Pero estás bien ¿no?—Pregunta Kenny.

—Bien, bien jodido—Responde Stan—Pero estaré bien, sólo tengo fracturada las costillas, una contusión en los pulmones, y un golpe fuerte en el hígado, pero fuera de eso, he estado peor.

Aunque Stan lo diga con una sonrisa y apatía en las palabras, Kyle no puede evitar sentirse culpable; casi siempre caminan juntos, pero hoy simplemente estaba entretenido con una partida del Fifa 14, así que hizo la excepción en no acompañar a Stan a casa.

—Te pondrás bien—Kyle quiere que Stan se aferre a esas palabras como él mismo lo hace—Me aseguraré que te recuperes de la mejor forma.

Stan observa a Kyle, y como siempre, decide confiar en él.

—Lo sé—Responde Stan.

—Ugh, huele a marica—Cartman se levanta de la silla—Hay un Carl's junior aquí en la esquina, iré por una hamburguesa mientras ustedes cogen.

—Yo también iré, ¿quieren algo?—Pregunta Kenny por educación porque no tiene dinero.

—Alitas de pollo—Responde Kyle sin dejar de mirar al pelinegro.

—Tengo tanta hambre que me comería un pollo crudo—Añade Stan.

Kyle rebusca en su bolsillo y le entrega a Kenny un par de billetes, y rápidamente vuelve a sostener la mano de Stan.

—Cómprale a Stan el combo más grande que haya—Expresa el pelirrojo.

—Bien, pero no devuelvo cambio—Dice Kenny antes de darse la vuelta e irse con Cartman. Kyle no reprocha nada porque sabe que es verdad, y a estas alturas no le molesta.

Vuelven a quedarse solos; Kyle se acerca y besa con suavidad la mejilla de Stan.

—¿Tus padres siguen de viaje?—Pregunta Kyle.

—Si, y Shelly todavía está en el trabajo, siempre regresa hasta tarde.

—¿Y no quieres llamarlos?

—¿Para qué? Contigo basta.

Stan toma la otra mano de Kyle y la coloca en su mejilla, cerrando los ojos, disfrutando del tacto. A veces sólo necesita sentir cerca a Kyle para no caer en el pesimismo.

—Lo siento...—Murmura Kyle—No eres el único idiota aquí.

—Calla, arruinas el momento.

—Siempre te acompaño a casa, y hoy simplemente por mi flojera no lo hice, ¿qué clase de novio hace eso? Soy una mierda.

—Pero eres mi mierda—Comenta Stan todavía con los ojos cerrados—Y ya deja esas ideas, esas si son una mierda.

Kyle decide mantener la boca cerrada, y mueve ligeramente sus dedos por la mejilla de Stan. A veces sólo necesita sentir la calidez de Stan para no caer en la angustia.

—Sobre lo que dijiste hace rato—Añade Stan, rompiendo el silencio—Yo tampoco soportaría estar sin tí, eres lo mejor que existe Kyle.

Kyle sonríe mientras intenta no llorar, no hay motivo para llorar, y quiere centrarse al 100% en Stan. Así que se inclina y roza sus labios con los de Stan.

Cuando por fin sus labios se tocan y el beso se forma; Stan ignora el dolor del cuello y abdomen para centrarse en sentir los labios de Kyle.

Los labios de Kyle saben a Sabritas, y Stan no puede evitar sonreír antes de volver a besar al pelirrojo. Kyle siempre come Sabritas cuando está en una cita con Stan.

Una cita. Una cita de pareja. Porque se aman con locura.

Pasados un rato, Eric y Kenny regresan con bolsas de papel de Carl's Junior, no les importó siquiera el permiso de las enfermeras.

—Hola par de jotos—Saluda Cartman mientras vuelve a sentarse en la silla—Sólo no hagan eso mientras comemos.

Kyle no tenía ánimos de discutir con Eric, sino de querer a Stan con toda su existencia.

Tras comer y reír un poco. Stan se sintió terriblemente cansado, así que en mitad de la charla, cerró los ojos y se dejó vencer por el agotamiento.

No tiene ni idea de cuánto tiempo estuvo dormido, pero al despertar, apenas estaba amaneciendo. Sin embargo, lo primero que le llamó la atención fue que sus amigos y su novio no se habían ido, sino que ahí estaban, ligeramente recargados a su alrededor, dormidos y roncando.

—(Supongo que a las enfermeras no les molesta)—Piensa Stan, volviendo a mirar al techo, aunque el sentimiento que se forma es diferente.

No se siente solo; sino amado.

Y honestamente, se sintió afortunado de poder experimentarlo ahora. Y se asegurará de mirar dos veces antes de cruzar la calle para experimentarlo mil veces más.

Fin

Este fanfic es una petición de @camilitita345 <3 como agradecimiento por apoyar tanto este libro 💕 gracias!!