Kyle siempre ha tenido problemas para dormir; algunas veces es fácil dejarse llevar por el sueño y otras es prácticamente imposible. Durmiendo cuatro horas porque su imperativa mente no es capaz de descansar.

Fue ahí cuando descubrió su somnífero, mejor conocido como Stan Marsh.

No es porque Stan sea aburrido, sino porque cada vez que duermen juntos es más fácil cerrar los ojos. Cuando comenzaron a tener pijamadas, sentir la presencia de Stan se convirtió en una calidez única para Kyle.

—Suficientes películas por un día—Dijo el pelinegro tras soltar un largo bostezo—Tengo sueño, vámonos a dormir.

—Creía que veríamos películas hasta el amanecer—Respondió el pelirrojo con una sonrisa mientras mira el reloj en la mesa de noche: apenas las 12:40.

—Tengo el cerebro frito—Stan se arropa entre las cobijas—¿Porqué las películas de comedia son las peores para ver de noche?

—Quizás porque a estás horas nadie quiere reír—Kyle apagó la luz y se acomodó, tienen la costumbre de mirarse frente a frente cuando tienen pijamadas aunque Stan ya cerró los ojos—Buenas noches.

—Buenas noches, Kyle...—Dijo Stan en un suspiro mientras su mente poco a poco comienza a envolverse en el sueño. Al cabo de unos minutos quedó dormido como un tronco.

Kyle también cerró los ojos, esperando ese mágico momento dónde simplemente tu mente se apaga; pero no sucedió. Intentaba acomodarse de la mejor manera, pero su mente seguía despierta a pesar de tener el cuerpo cansado.

Comenzó a divagar, pero no dió resultado, ¿de qué más podía pensar?

Entonces la solución surgió apenas lo reflexionó. Su amigo frente suya...¿Stan siempre lució así de lindo? Quizás porque es su mejor amigo y siempre está cerca de él, por ende, si debe señalar a alguien lindo tiene que ser Stan.

Kyle cerró los ojos nuevamente, y está vez decidió pensar en Stan. Que gay.

Haber, ahora que está en esta situación marica, ¿qué puede pensar de Stan? Esto es demasiado nuevo...

Quizás en un sonrisa, la cual siempre le ha parecido tierna. O en esa costumbre que tiene de cubrir su boca con la mano cada vez que ríe dándole ese detalle de timidez—cuando Stan está lejos de ser tímido—, o quizás en su forma de hablar, tan pacífico y serio, contrario a Kyle.

Kyle abre un poco sus ojos, no debería pensar en esas cosas cuando Stan duerme sereno frente suya. Pero decidió continuar, en algún momento su mente se cansará y dará el apagón automático.

Además no es como si fuera algo malo ¿o sí? Tan sólo está reconociendo las mejores cualidades de su amigo, nada más.

Kyle se acercó un poco más y suavemente pone su mano junto a la de Stan, ese contacto se sintió bien. Hizo que una diminuta sonrisa se dibujara en los labios del pelirrojo y volviera a cerrar los ojos.

Siguió pensando en su amigo, en lo mucho que se divierte con él; y aunque haya veces en que no estén de acuerdo, siguen juntos, quizás porque Stan acepta todo los detalles de la personalidad de Kyle.

Con esos pensamientos rondando su cabeza, Kyle consigue dormir, con un revoloteo inundando su pecho; una sensación nueva de la cual no le interesa descubrir que es por miedo a que desaparezca.

Al día siguiente, Kyle despertaría de buen humor y ver a su mejor amigo dormir a su lado, fue suficiente para que otra sonrisa tonta se formara en el rostro del judío enamorado.

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