CAPÍTULO O2:
necesita algo de diversión

La pequeña habitación estaba limpiamente ordenada, el único desperfecto eran los libros de astronomía regados por la cama tendida con sábanas azules. En las paredes blancas no había alguna otra decoración además de un reloj de pared color negro.

En el tocadiscos sonaba una melodía de música clásica que hacía que el joven se relajara y así lograra retener la información que contenían sus libros.

Aquella paz que sentía fue interrumpida por el ruido de una llamada entrando a su teléfono alámbrico. Decidió ignorarlo, no podía distraerse en ese momento. Pero el teléfono siguió sonando por varios segundos así que no le quedó otra opción más que atender la llamada.

─ ¿Quieres salir un rato?─ Escuchó la voz de Max al otro lado de la línea por lo que no pudo evitar sonreír.

Era gracioso como una completa desconocida se había convertido en una amiga en poco tiempo. A penas un mes atrás creía que jamás tendría uno, pero Max llegó a cambiar eso.

Ciertamente se habían encontrado casualmente en Starcourt, sus encuentros accidentales en el centro comercial se habían vuelto recurrentes y pronto se dieron cuenta que era agradable platicar con el otro; incluso si a Max seguía sin agradarle la actitud egocéntrica de Nathan o eso decía solo para molestarlo.

─ Se que no puedes vivir sin mí, pero tengo que estudiar─ Respondió pasando su mano por su cabello para peunarlo.

─ Esa es literalmente la mentira más grande que has dicho, ¿Estudiar? Estamos en verano. ─ Escuchó quejarse─ Además, te ayudo a qué no sigas con esa miserable y aburrida vida que tienes.

─ Soy feliz con mi vida aburrida.

─ Necesitas algo de diversión.

Solo Max lograba convencerlo se salir de su casa y dejar sus libros atrás.

Nathan le dio una mirada acusadora a Max a lo que ella le respondió con una sonrisa inocente. Jamás había comentado que tendrían que caminar mucho en medio de un campo junto al resto de los amigos de la pelirroja.

Y es que había convivido muy poco con ellos, quizá solo una o dos veces, y era notorio que no le agradaba a Mike ni a Lucas. Pero a él no le importaba pues no buscaba formar una amistad con ellos, si le había hablado había sido por Max. Aunque Will Byers era la excepción, había pasado algunos días con él, jugando Calabozos y Dragones.

─ ¿Quiénes son los nuevos?─ Había preguntado al ver a otros dos en el grupo que él no había visto.

─ Ellos no son nuevos─ Mike le respondió con disgusto.

─ Son nuevas personas para mí, tonto─ Respondió del mismo modo.

Se habían presentado como Dustin, un chico que recién regresó de un campamento de ciencias y Once, novia de Mike y chica de pocas palabras. Nathan aún se cuestionaba porque alguien llamaría a su hija como un número, sin embargo, no preguntó.

A Nathan le comenzaba a agradar Dustin, era un chico realmente brillante que había construido una torre de radio a batería para hablar a distancias muy grandes solo para comunicarse con su novia. Algo cursi para Nathan y un desperdicio de invento pues con ello podrían hacer cosas mucho mejores que aquello.

─ La gente en Utah tiene teléfonos─ Nathan se quejó soltando jadeos.

Estaba cansado de cargar aquella maleta, se había ofrecido a llevarla por Max la cual aceptó sin quejarse pues eso estaba pesado y la colina que subían era grande.

─ Si, pero Suzie es mormona

─ Mierda. ¿No tiene electricidad? ─ Lucas exclamó

─ Esos son los amish─ Nathan respondió con una sonrisa hacia el moreno.

Pero él solo puso los ojos en blanco y apartó su mirada para apresurar el paso y dejarlo atrás. Nathan intentaba hacer que por lo menos el ambiente no fuera tensó cuando estuviera con ellos, pero su actitud grosera que tenían con él no ayudaba.

─ ¿Qué son los mormones? ─ Will preguntó

─ Son blancos muy religiosos─ Dustin respondió─ Tienen electricidad, autos y eso.

─ ¿Y qué tiene que ver qué sea mormona con que no puedas llamarla por teléfono?─ Él volvió a cuestionar.

─ Cómo yo no soy mormón, sus papás no lo aprueban. Es un poco... shakesperiano

─ ¿Shakesperiano? ─ Max preguntó al no entender a qué se refería con aquel término.

─ Si. Cómo Romeo y Julieta. Amor prohibido

─ Entendí─ Dijo la chica.

─ Pero ambos terminan muertos al final─ Nathan dijo ganándose un codazo de parte de Max a lo que él soltó un quejido ante la repentina agresión─ ¿Qué? ─ preguntó con inocencia.

─ ¡Chicos! Esto es divertido, pero...─ Mike señaló el reloj en su muñeca.

─ Debo volver a casa─ Once comentó.

Pudo darse cuenta de la mirada que Dustin le daba a la pareja. Nathan era bueno para leer a las personas y lo que veía en el chico de gorra era que se sentía decepcionado, no le parecía justo que sus amigos lo dejarán tan temprano para pasar tiempo juntos como pareja y no con él que acababa de regresar al pueblo.

Eso no detuvo a Dustin y siguieron subiendo la colina, pero él se detuvo al notar que Will no los seguía y se quedaba de pie mirando con miedo un punto inexistente mientras llevaba su mano hacia su cuello.

─ ¿Estás bien? ─ Le preguntó amablemente.

─ Si─ Al hablar notó un temblor en su voz.

Era obvio que no estaba bien y había pasado algo que lo asustaba mucho. Nathan le hizo una señal con la cabeza para que Byers siquiera caminando, este le regaló una tímida sonrisa antes de seguirlo.

Cuando el cielo se tornó en colores rojizos anunciando el fin de otro día, los niños apenas habían llegado a su destino, agotados dejaron las cosas en el pasto.

─ ¿No podíamos jugar Calabozos y Dragones? ─ Will se quejó

─ Si puedes podemos reunirnos y jugar mañana

Will sonrió genuinamente al escuchar aquella propuesta de Fleming.

Volteó a ver cómo Lucas bebía toda el agua de su botella mientras Max lo miraba con seriedad, pero el chico no se detuvo hasta beberse toda el agua. Cuando Sinclair escupió un chorro de agua que tenía en su boca de regreso a la botella no pudo evitar mirar con desagrado.

─ Eso es egoísta y asqueroso─ Nathan se quejó─. Tu exnovio es un idiota─ Susurró hacia Max que se colocó a su lado.

─ No lo es

─ Mentirosa.

El resto de la tarde trabajaron en armar a Cerebro, mientras lo hacían platicaba con Will sobre el juego de mesa, quería aprender más sobre Calabozos y Dragones, hacía poco que lo había comenzado a jugar con él y le ayudaba a entenderlo mejor.

Para cuando el sol estaba por ocultarse la antena de la radio ya estaba construida por completo.

Se colocaron frente a Dustin que había sacado una radio y comenzó a llamar a Suzie sin obtener respuesta. Podía notar la impaciencia en los otros tres chicos, incluso él comenzaba a desesperarse pensando que todo había sido una mentira y en realidad la radio no funcionaba.

La noche había caído y el calor que el sol brindaba había sido reemplazado por el frío y las estrellas en el cielo. Nathan se había recostado sobre el césped para poder ver el cielo estrellado, no era el mayor fan de estar en la naturaleza, pero no se quejaba de aquel momento, podía sentir una gran tranquilidad mientras sus ojos recorrían los puntos brillantes en el cielo tratando de reconocer algunas de las constelaciones.

Por el rabillo de su ojo pudo ver cómo Max se tumbaba junto a él.

─ ¿Puedes ver esa estrella, la que brilla más que todas? ─ preguntó señalando hacia el cielo.

Los ojos de Max buscaron la estrella que su reciente amigo decía. Asintió una vez que la encontró.

» Es la estrella sirio, es la más brillante de todas y está en la constelación canis maior─ Explicó

─ ¿Cómo sabes eso? ─ preguntó sorprendida volteando a observar al chico.

Su perfil era perfecto, tenía una linda nariz que estaba cubierta por pequeñas pecas y sus labios rozados tenían un arco de cupido que formaba un corazón, sus ojos eran decorados por unas largas y tupidas pestañas que los hacían resaltar.

─ Te lo dije, estaba estudiando.

─ Eres demasiado nerd─ Se burló.

─ ¿Tienes frío? ─ Le preguntó al notar como su piel se erizaba

Max no quería admitirlo así que negó, pero a él no le importó pues podía notar como el clima hacía efecto en ella. Así que se quitó su camisa de cuadros que llevaba sobrepuesta y se la dio.

» No es una sudadera, pero sirve para cubrirte─ Dijo con una sonrisa

─ Gracias─ Respondió con las mejillas sonrojadas.

─ Pareces un pequeño tomate─ Se burló al notar el rubor debido a la resplandeciente luz de la luna─. Necesito irme, es tarde─ Dijo al ver la hora en su reloj de muñeca.

─ Vamos─ Max se levantó y estiró su mano para ayudarlo a levantarse a lo que él miró con una ceja alzada y su típica sonrisa burlesca─. Te acompañaré a tu casa.

─ Gracias, porque corro mucho peligro a qué me secuestren por ser hermoso─ guiñó un ojo a lo que la pelirroja rodó los ojos con diversión

Aceptó su mano y cuando ambos anunciaron que tenían que irse se ganaron una mirada incrédula del resto.

─ Lo siento─ dijo hacia Dustin─, fue genial conocerte y tu invento es impresionante. Espero que puedas comunicarte con tu novia─ Dustin le regaló una sonrisa decepcionada─ Nos vemos luego.