𔘓 18; no hope

CAPÍTULO 18;

sin esperanza

Nathan leía atentamente el artículo que Nancy les había dado sobre Victor Creel y el supuesto demonio de su casa que había atentado contra su familia en los años 50.

No lograba entender como o porque Vecna había decidido volver a atacar después de casi 30 años. Por mucho que intentara entender se formulaban más preguntas que respuestas.

— ¿Qué te confunde? — Dustin cuestionó hacia Steve— Todos los malditos por Vecna murieron excepto el viejo ese, Victor Creel.

— También Walker y Logan— Nathan le recordó— Algo debió pasar con ellos para vencer la maldición.

— Suponiendo que Victor estaba maldito, lo cual no sabemos— Steve comentó— ¿Vecna existía en los años 50? No tiene sentido.

— Hasta donde sabemos, Once no creó el Otro Lado, solo abrió el portal— Dustin explicó— Así que debió existir hace miles de años. Millones incluso.

— Pero si no existía un portal en los años 50, ¿Cómo entró Vecna?— Kiara habló por primera vez.

— ¿Y cómo entra ahora? — Steve apuntó — ¿Y por qué antes? Aparece en los años 50, mata a una familia.

— Y dice: "Ya está, fue divertido" y pum desaparece— Kiara dijo con notorio sarcasmo— Para regresar 30 años después a matar adolescentes, nada tiene sentido— soltó un suspiro pesado—. Vuelvo enseguida— dijo antes de subir las escaleras.

Con su mirada la siguió, durante todo el día había sentido a Kiara muy inquieta, no quería comentar respecto a eso, pero no podía dejarlo pasar.

Pronto su vista se centró en Max quien parecía muy concentrada en el escritorio y en algo que escribía.

La puerta se escuchó abrirse, todos voltearon para encontrar a Nancy, Robin y Logan quienes tenían una extraña sonrisa cómplice en sus rostros.

— Tenemos un plan— Nancy dijo tomando asiento en uno de los sillones.

— Gracias a los colegas de Nancy, somos estudiantes de Psicología de la Universidad de Notre Dame— Robin comentó

— Extraño porque creo que somos quienes más necesitamos terapia— Logan bromeó con una sonrisa ladina

— Soy Ruth— Nancy dijo.

— Yo soy Rose— Robin comentó

— Y yo Barton— Logan dijo con disgusto, pero sin borrar una sonrisa de su rostro.

Nathan observó el certificado en las manos de Dustin.

— Un poco ambiciosa, ¿no crees? — preguntó con burla al ver el 3,9 de promedio.

— Poquito— ella respondió—. Llamamos a Pennhurst y pedimos hablar con Victor Creel para una tesis de esquizofrenia.

— Y nos mandaron a la mierda— Logan dijo.

— Pero hoy veremos al director— Robin continuó— Solo tenemos que convencerlo de que nos deje hablar con Victor.

— Y liberar a Max de la maldición— Nancy siguió.

— Será muy fácil— Logan comentó con sarcasmo y una sonrisa arrogante.

— Leímos sobre Victor Creel y tenemos muchas preguntas— Nathan dijo mirando a Nancy.

— Nosotros también. Ojalá Victor las responda.

Había muchas preguntas sin respuestas, muchos problemas.

Nathan sentía que en vez de avanzar estaban estancados.

En el sótano sólo habían quedado Lucas, Dustin, Max y él, sabía que la pelirroja necesitaba su espacio, pero no podía estar lejos de ella ni un segundo más, mucho menos con la reciente situación que había sido como una bomba atómica que comenzaba a consumir su interior.

Decidido Nathan caminó hacia ella y tomó asiento a su lado, apenas logró ver un sobre con el nombre de Billy escrito en él.

— No sé porque creen que clavarme los ojos en la espalda me salvará de Vecna— dijo tomando todos los sobres.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó con suavidad.

— Bien, es decir, no he visto más relojes— Habló con ironía—. Gracias por preocuparte. — dijo mirándolo por primera vez

— No tienes que agradecer, Max— Nathan respondió con una sonrisa— Aún no entiendes que te sigo amando y haría cualquier cosa con tal de salvarte, no quiero perderte.

Ver la sinceridad en los ojos de Nathan le causaban escalofríos a Max quien no podía negar que su corazón aún palpitaba de la misma manera al tenerlo cerca, incluso si el tiempo había pasado sus sentimientos por Nathan no habían cambiado.

No tenía palabras, Nathan le había dicho que aún la amaba y ella solo se quedaba mirando.

— Gracias— intentó sonreír, pero no podía—. Esta es para ti— extendió un sobre con su nombre y un pequeño corazón al último— Estas se las podrías entregar a Mike, Once y Will, si es que alguna vez los vuelves a ver— Nathan negó y le devolvió los tres sobres.

— Tú se los vas a entregar— afirmó con seguridad.

— Nate, debemos ser realistas— Max dijo devolviendo los sobres. Y se levantó para caminar hacia Dustin y Lucas y entregarles sus respectivos sobres— ¿Qué hacen? No son para ahora. No las abran— dijo alterada al ver que comenzaban a abrir los sobres.

Escucharon la puerta abrirse, Steve y Kiara bajaban con cuidado, al llegar Nathan noto que la chica tenía ojos hinchados.

— Estás son para ustedes— dijo dándole un sobre a cada uno.

— ¿Qué es esto? — Kiara preguntó.

— Por si las dudas— respondió— Si las cosas no salen bien— hizo una mueca.

— No digas eso— la morena la cortó de golpe—. Las cosas van a salir bien, ¿de acuerdo?

— No necesito que me tranquilices y me digas que todo saldrá bien. Porque la gente me lo dijo toda la vida y casi nunca es cierto. Nunca es cierto— exclamó enojada— Por supuesto que este imbécil me maldice a mí. Debí haberlo anticipado.

— No eres la única víctima, habrá dos y haremos lo posible por salvarte a ti— Kiara se acercó a ella—. Lo hemos hecho antes y lo haremos ahora, no me importa lo que pienses, Max, tú vas a salir viva de esto.

Pero Max se quedó en silencio, todo el lugar estaba en silencio y por primera vez Nathan observó con pena a la pelirroja, él sabía por todo lo que había pasado, las cosas que la habían atormentado, parecía que solo estaba destinada a sufrir y eso le partía el corazón, mirarla a los ojos era como ver un lugar lleno de tus miedos que solo te causaba agonía pues se veían vacíos, pero a la vez llenos de frustración y enojo. Nathan podía notar que Max no tenía esperanza.

El silencio duró varios segundos, fue así antes de que su vista se concentrará en la radio sobre la mesa.

— Si vamos al este, ¿la señal llegará a Pennhurst?

— ¿Por qué hablaríamos de ir al este? — Steve cuestionó, y Max sólo lo miró, una mirada bastó para que Harrington entendiera— No— negó repetidas veces mirando a los menores.

Pero a Max no le importó y salió de la casa tras tomar la radio entre sus manos. El primero en seguirla fue Nathan, detrás de él venía el resto.

— Max, en serio. No te llevaré a ningún lado— Steve intentó detenerla.

— Si crees que pasaré el posible último día de mi vida en el sótano apestoso de Mike Wheeler, estás loco— habló sin detenerse.

— Te lo dije— Escucho decir a Kiara.

— O me llevas o tendrás que atarme lo cual sería secuestrar a una menor y si sobrevivo, te juro por Dios que te denunciaré— dijo e intentó abrir la puerta, pero estas no se abrieron.

Si era cierto que Nathan no sabía si era lo mejor llevar a Max lejos de la casa de los Wheeler, pero en algo tenía razón, no podían mantenerla encerrada en un sótano cuando su vida corría peligro.

Así que con cautela se acercó a Steve y se posicionó a su lado para que con agilidad pudiera meter una de sus manos en la bolsa de la chamarra del mayor.

— Quieras o no, Steve, llevaremos a Max a dónde quiere ir— Nathan le mostró las llaves de su auto.

— ¿Cómo? — reviso su chamarra— Eres un delincuente— lo apunto

— Prefiero llamarlo tener habilidades con las manos— Sonrió guiñando un ojo con una sonrisa.

— Henderson, más te vale que ese súper aparato tenga buena señal— Kiara amenazó y todos subieron al auto.

Cuando subieron al auto Max le regaló una sonrisa.

— Gracias— dijo mirándolo.

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