Nunca he visto nada como tú (Parte 2)



No es un cobarde de ninguna manera, pero le cuesta tomar mucho coraje para levantar el teléfono por fin y pedirle a Sebastian que salgan a cenar y Sebastian esta tan calmado, como: —Claro, ¿a qué hora? Si manejas, tomare.—

Chris está aterrorizado de que Sebastian no entendió en absoluto el significado de su pregunta (no lo hizo) y está tan aterrorizado sobre qué ponerse y si se supone que debe comprar la comida o lo que se supone que debe hacer cuando se va a una Cita con un Chico y además con un Chico que te la Chupa Regularmente.

Su mamá le enseñó mucho, pero esto es completamente nuevo.

(Sebastian lleva una camisa blanca de botones y jeans negros, con unas ridículas botas de punk y su cabello esta peinado y bonito, y Chris solo quiere desordenarlo. Es hermoso, y es como si ni siquiera Sebastian hubiera intentado o ni siquiera sabía lo que le haría a la polla de Chris el hecho de salir de la cama y vestirse informalmente. O tal vez lo hizo. Sebastian es completamente un misterio).

Piden mucha comida; muchas proteínas, y Sebastian está a la mitad de una botella de Borgoña caro cuando dice:

—Amigo. Oye. ¿Pasa algo?. ¿Te mudas de Boston o algo así? ¿Acaso el Tío Feige cambió tu contrato? ¿Estás embarazado, Chris?—

Es adorable y francamente sorprendente que Sebastian pueda percibir su estado de ánimo como un genio o algo así.

—Eres tan jodidamente tonto,— responde Chris.

Y Sebastian dice:

—Sí. Es por eso que me amas.— Y sonríe tan deslumbrante, grande y perfecto. Son muchos dientes, pero es hermosa esa sonrisa, y sube a sus ojos y sonríe con toda su cara; cada centímetro de Sebastian es encantador.

Es un restaurante de moda y basura hipster en el medio de Los Ángeles y Chris Evans besa a Sebastian Stan directamente en la boca. Y no piensa en nada más durante unos dichosos segundos.

Hay lengua y labios, jadeando para tragar, y esta el sabor a vino tinto y todo lo que es Sebastian y Chris solo quiere ahogarse en él para siempre.

Pero cuando él se aleja, está la cara de Sebastian como un balde de agua helada en modo terror total. Sebastian no parece feliz o feliz de haber sido besado, o incluso algo contento con este giro de los acontecimientos.

Parece que va a vomitar.

Con la voz más profunda y más seria de Sebastian Stan, murmura:

—Sabes que al menos cuatro personas nos tomaron una foto en este momento. ¿Cómo quieres jugar esto? Haré lo que quieras.—

Chris es un jodido tonto, es un idiota y es tan jodidamente tonto. Y si, este es el momento de decirlo, él va a aceptarlo.

—Sí,— dice Chris, —Te amo.—

Hay algo oscuro y horrible en los ojos de Sebastian y este momento es el más terrorífico que Chris haya tenido en su vida.

—Deberíamos de irnos,— dice Sebastian, finalmente mirando hacia otro lado e inmediatamente señalando a la mesera para el pago. —Sí, lo siento encanto, surgió algo, ponlo todo en esta tarjeta,— dice casualmente, como si nada hubiera pasado.

Todo lo que Chris puede escuchar es el golpeteo de su corazón en la boca porque Sebastian está enojado, o disgustado, o todo está mal. Es tan estúpido, nunca debería haber hecho nada de esto.

Se disculpa para ir al baño muy rápido antes de que se vallan, le envía un mensaje de texto a su hermano: odio todo

Cinco segundos después llega la respuesta: ¿qué te hizo todo?

El hermano de Chris está incluido en todo lo que odia, y bromean cuando cosas importantes como las emociones están en juego, pero sus dedos todavía están temblando. Vuelve a salir y le sonríe a Sebastian con esa pequeña sonrisa en la comisura de la boca, y salen al auto de Chris (De hecho Sebastian había bebido).

Se sientan en el auto y Sebastian dice:

—Está bien.—

Y Chris dice: —¿Qué?—

Sebastian dice: —Está bien. Pensé algo como. Siempre te mirabas así, como disgustado por esto. Cuando me arrodille. Pensé que estabas un poco asqueado pero demasiado educado y amable para decir algo al respecto.—

—Oh, Dios mío,— dice Chris. —¿Que?. ¿Que?.

—¿Qué?— contraataca Sebastian.

Chris se inclina y lo besa nuevamente. Es el mismo beso que en el restaurante; principalmente de un solo lado, y significa todo lo que posiblemente no pueda poner en palabras.

—Oh, Dios mío,— murmura Chris de nuevo, contra los labios de Sebastian.

—¿Fue esto una cita?— pregunta Sebastián, después de un momento.

—¿Eso está bien?— responde Chris aterrorizado, porque nada tiene sentido ahora. Porque, ¿cómo pudo haber pensado que algo de lo que habían hecho era ... era algo más que increíble y desconocido?

Sebastian hace una mueca.

—Enciende el auto.—

*

Es un viaje tenso al condominio de Sebastian en Santa Mónica, por lo que Chris solo sube la música y se concentra en el camino.

Sebastian lo mira durante la mayor parte, y su mano está tan cerca del muslo de Chris todo el tiempo.

El teléfono de Chris zumba en su bolsillo.

todavía odias a todo?

No responde.

*

Chris estaciona el auto en el condominio de Sebastian, es horrible porque en su lugar reservado, los pasajeros no pueden salir por la puerta del pasajero, tiene que salir por la puerta del conductor, y por eso están sentados allí. Y por una vez, Chris no está huyendo.

—Entonces me amas.— dice Sebastian. Todavía reflexionando sobre todo. —Eso es una cosa. Es una cosa.—

Chris ni siquiera puede reunir las palabras. Pero lo intenta.

—Me fácilmente me encariño con las personas que repetidamente ponen mi pene en sus bocas, — dice, medio frenéticamente.

Sebastian se encoje levemente.

—Pero tú también,— dice Chris rápidamente. —También me encariñe contigo, para ser honesto muy muy fácilmente.— Hace una pausa. —Estoy realmente atado a ti. Como. Sinceramente. Dios, soy un desastre.—

—Eres un maldito desastre. No puedo creer que haya subido a este auto contigo.— responde Sebastian, su boca en una semi sonrisa pero sus hombros están duros como una roca.

Chris abre su boca y luego la cierra, y toma la manija de la puerta.

Sebastian agarra su muñeca. —No dije que pudieras irte.

Hay un pequeño y triste sonido que sale de la boca de Chris.

—Tus señales confusas me están jodiendo en este momento,— logra decir Sebastian. Agarra al muslo de Chris, donde su mano ha estado revoloteando la última media hora. —Mira, realmente me gusta, esta cosa que hemos estado haciendo.—

Oh, piensa Chris. Oh. Esta cosa que acabo de arruinar.

—Y supongo que esa cosa incluye que digas que me amas a veces.—

Cada pulgada de la piel de Chris está en llamas; El pánico es un viejo amigo que se desliza como el hielo en su torrente sanguíneo y lo atraviesa como agujas en los pies y manos, en el cuello y la cara.

Esta respirando tan fuerte.

—Sabes lo que es bueno para un ataque de pánico,— dice Sebastian, agarrando su muñeca y acercándola a su boca. Él no acaba de besar la piel de Chris.

—Alguien me mostró un truco una vez.— Exhala Chris.

—¿Entramos?— dice Sebastian en voz baja, su pulgar acariciando el pulso de Chris. Sin duda no debió formularse como una pregunta.

¿Eso quiere decir que es oficial o algo así? ¿Significa que están casados si cruzan el umbral? Chris está siendo ridículo, pero apenas puede pensar con claridad. Sebastian lo ha chupado como al menos veintitrés veces a estas alturas y se siente como un principiante.

Alguien está enviando fotos de ellos besándose en un restaurante a TMZ en este momento.

—¿Quieres que llame a tu mamá y le pregunte si puedes quedarte hasta tarde?— pregunta Sebastian, sonriendo con toda su cara.

*

No toma mucho tiempo.

—Detente,— jadea Chris, —Detente, detente, oh Dios mío.—

—No puedes ir a besando personas en lugares públicos y luego esperar que no te la chupen,— reprende Sebastian, aunque sus manos se están deteniendo en el cierre de Chris. Lo deja de bajar y lo acaricia lentamente con la palma de su mano, como diciendo, está bien, estoy pensando en tu pene, pero vamos a hablar esta vez.

Van a hablar. Después de todo este tiempo.

—Uhh,— dice Chris.

—No necesitas probarme nada,— dice Sebastian suavemente. Hablándole a los jeans de Chris. Es como sentarse sobre el conducto de la calefacción en una piscina. Ese calor agradablemente fundido. Y luego se ríe en la entrepierna de Chris. —Mira, amo tu pene. Lo amo. No puedo tener suficiente, en caso de que no te hayas dado cuenta.—

Chris había pensado mucho esto, sobre si Sebastian estaba chupándosela a alguien más. Porque seguro, él amaba los penes, pero ¿era el pene de Chris en términos específicos o simplemente, ya sabes, ese peso contra su lengua y el sabor del semen?

Se siente muy mal por esto.

Por su parte, desde que todo esto comenzó, Chris había visto un par de pornos gay para probar y anticipar todas las posibilidades. Se había masturbado sin entusiasmo, y luego había renunciado, porque ninguno de los tipos en la pantalla de su laptop eran Sebastian.

Está jodidamente metido hasta el fondo, hombre.

—Quiero hacer esto,— se las arregla, haciendo que Sebastian se ponga de pie. Lo besa, presionando sus labios juntos, y sus dedos de los pies casi se enroscan en sus tenis. Solo por el hecho de que ahora puede hacerlo. Sebastian tararea, una agradable vibración contra sus labios. —Quiero ... Jesús, no estoy tratando de pagar un favor aquí. Es un poco tarde para eso, ¿no crees?—

El condominio de Sebastian está sofocante, apenas y se las arregla para mantener las ventanas abiertas. Una vez miraron películas de Robert Redford en una cama en Cleveland, y luego Sebastian le había dado a Chris un beso de buena noches. Chris lo empuja hacia la cama. Lo besa —¿Quieres ver Spy Game?— pregunta, un poco desesperado.

—No,— responde Sebastian, sonriendo y arrastrándose sobre la cama. —¿Tú?—

—No,— le dice Chris. —Quiero chupártela.—

—Bueno, entonces hazlo,— responde Sebastian. No está siendo cruel al respecto. Está sonriendo. Tiene ese tipo de sonrisa que cualquier tipo podría considerarla como una sonrisa come mierda, pero nunca lo hace con esa intención. Él es tan bueno. Él es un buen chico.

Chris va a apestar en esto, y no de una manera sexy.

Básicamente no tiene la habilidad de suprimir su reflejo nauseoso. No puede mantener el ritmo sin sincronizarlo con las canciones pop en su cabeza. Sebastian es encantadoramente cínico acerca de cómo él es una pulgada más pequeño que Chris (apenas). Las mamadas son increíblemente diferentes en este extremo del eje.

La mano de Sebastian está enredada en su pelo, tirando de manera vacilante contra su cuero cabelludo, donde está tratando de no agarrarlo fuertemente. Chris está haciendo eso. Chris está haciendo que eso suceda. La extraña sensación de orgullo que se eleva en él le da una gran cantidad de sentido del por qué a Sebastián le encanta hacerle esto.

—Me voy a venir,— dice Sebastian muy bajo. —Chris, voy a...—

Chris intenta pensar rápido.

Lo va a tragar. Él puede hacerlo. Sebastian lo hace aproximadamente el noventa por ciento del tiempo.

Sebastian se viene con casi exactamente el mismo tipo de gruñido embarazoso que Chris hace, y se vine en el labio inferior de Chris y su barbilla. Él jadea, jadea y jadea más, mientras que Chris se limpia, y luego Sebastian se tira hacia atrás contra la cama, cubriéndose los ojos con el brazo. Se está riendo.

—Eso fue horrible,— dice.

—De nada,— le devuelve Chris, la risa es un poco contagiosa. Se le acaba de chupar a Sebastian por primera vez y se ríen de eso. Esto es... Debería estar ahogándose en un infierno de ansiedad, pero en su lugar se están riendo.

Sebastian levanta su brazo un poco, mirando por debajo de él. Sus ojos tienen bordes oscuros, y siempre se mira como si necesitase horas extras de sueño, y se ve tan tierno.

—Dime que me amas de nuevo,— dice.

Chris hace una cara. —No.—

—Idiota. Lo dijiste en público, donde cualquiera podía oírlo.—

—Mierda. Lo siento mucho, no ... —

—Calla. Todavía eres un desastre. Quiero que lo digas solo para mí.—

Chris exhala. —Vendí los derechos de todas las futuras declaraciones de amor a People.—

—Esta es la actual,— dice Sebastian con cariño.

Chris se sube a la cama junto a él, acostándose sobre el estómago de Sebastian con los codos atrapados debajo de él, como un niño. Desde este ángulo, solo puede ver el cabello revuelto de Sebastian, la punta de su nariz, algunas colinas y valles que hacen que su cuerpo sea extraño y abstracto.

Ese profundo impulso de presionar su cuerpo contra Sebastian lo golpea de nuevo como un puñetazo en el estómago.

—Tienes lubricante, ¿verdad?— logra decir. —Eres el tipo de persona que tiene lubricante.—

Sebastian resopla. —Soy el tipo de persona que tiene varios tipos de lubricante.—

Chris está callado, ordenando sus pensamientos, armándose de valor. En realidad nunca le ha pedido a Sebastian que le haga nada, nunca directamente. Es difícil abrir la boca, y siente un temblor extraño de ansiedad en sus hombros y brazos.

—Oye,— dice Sebastian, acercándose y tirando de él en un abrazo realmente agresivo, todo a la vez. —No tenemos que hacer nada que no quieras hacer. Estoy bien, esto es bueno.—

Inhalando, Chris besa a Sebastian lentamente, cierra la boca y mantiene los ojos abiertos. Lo que ve: Los ojos de Sebastian se cierran; Su cara tiene una expresión muy específica en ella.

Sebastian es un buen actor y retrata las emociones de una forma excepcional. Si Chris no lo conociera tan bien, podría decir que Sebastian se está metiendo en esto tanto como él.

—Mira,— comienza Chris. —Mira, no estoy listo para... Está bien, no estoy listo, no estoy exactamente listo, pero realmente quiero tus dedos en mi culo cuando me venga.—

La última parte sale tan rápido y desesperada que Chris se sonroja más de lo que quisiera, y es una de las cosas más extrañas que ha dicho, y está bastante seguro de que algún jodido ángel o algo se va a aparecer y lo arrojará al infierno por decir algo tan sucio.

Sebastian hace una pausa para pensar en ello antes de sonreír tan ampliamente que Chris se pone nervioso.

—Suena divertido, suena como...— dice Sebastian, besando a Chris de repente con más lengua que labios y es desordenado y perfecto.

Dios, piensa Chris, ¿cómo hicimos esto por tanto tiempo sin besarnos? Podría haber estado besándolo todo este tiempo, piensa.

Cuando Chris hace un gruñido silencioso y desesperado, Sebastian sonríe contra su boca. Al igual que alguien experimentado en esto, Sebastian de alguna manera lo sigue besando mientras busca a tientas el cajón de su mesita de noche, sus dedos hurgando en los diversos y varios que encuentra hasta que agarra el que estaba buscando.

Chris literalmente nunca ha hecho esto antes; y nunca se lo hizo a alguien. Ha compartido muchas primeras veces con Sebastian, y esta será una de las más locas.

Cuando Sebastian intenta moverse hacia la polla de Chris, Chris lo agarra del hombro. —No,— dice, —quiero tu boca aquí arriba.— Probablemente se ve tan loco como suena.

—Funciona para mí,— se ríe Sebastian y esparce el lubricante en su mano izquierda.

Hay dedos cálidos y lubricados agarrándole la polla y dedos calientes y lubricados que le rodean el culo, y Chris comienza a respirar con fuerza a través de un breve período de pánico. Ha pasado el punto de no retorno, no puede escapar de esto.

Lo que es más aterrador: no quiere.

Sebastian lo calla, ralentiza sus movimientos y presiona besos a lo largo del cuello de Chris. —Te tengo,— dice mordisqueando la oreja de Chris y su dedo se empuja, resbaladizo y profundo. Chris muerde fuertemente su labio, se concentra en el sonido de la respiración de Sebastian y el ritmo constante de sus manos. Anula el ruido en su cabeza, silencia su cerebro y se deja llevar.

El dolor que se ha estado acumulando en él todo este tiempo parece disminuir.

Es la primera vez, por lo que Sebastian solo pone dos dedos, pero dice algunas cosas que hace que los dedos de los pies de Chris se curven contra las sábanas. —Te gusta esto,— le dice Sebastian. —Te gustará más cuando sea mi pene.—

El pene de Chris, grueso y lleno en la otra mano de Sebastian, se tensa. Los ojos azules miran fijamente a los suyos, observándolo mientras se estremece desesperadamente a través de un orgasmo que lo deja perdido y destruido todo a la vez. La boca de Sebastian es infinitamente mejor que su mano, pero esto es algo más que un buen momento, más que una cosa casual. Espera que el murmullo roto que sale de su boca sea en su mayor parte alguna forma del nombre de Sebastian; espera que Sebastian lo sepa, espera que Sebastian lo entienda.

(Y si no lo hace, lo hará con el tiempo. Chris no es de los que se rinden).

Sebastian es lento y cuidadoso mientras retira sus manos, sus dedos mojados. Y con un cariño casi aplastante, dice: —Supongo que también te amo un poco.—

*

Chris despierta y la cara de Sebastian está presionada contra su pecho, no ha dormido, solo respira cálidamente sobre su piel y sonríe suavemente. Hay un ligero resplandor que rebota de la pantalla de su teléfono en la parte inferior de su mandíbula, justo para capturar su barba de tres días.

—Así que esto es una cosa.—

Sebastian levanta su teléfono y lo empuja hacia la cara de Chris.

—Esto es totalmente una cosa,— dice, secamente. Hay una foto de ellos besándose en el restaurante y teniendo lo que parece ser una conversación breve en el auto de Chris. Solo Jared, piensa. Quizás TMZ.

—Haré lo que quieras,— dice Sebastian, sus labios en la piel de Chris ahora. Suena como si estuviera tratando de ser adulto, pero se ve mitigado por los pequeños ruidos de besos que hace en el hombro de Chris. —En serio. Lo que quieras.—

—¿Lo que yo quiera?— se ríe Chris. —¿Chúpame la polla?—

—Bueno.—

Esa risa se eleva desde sus rodillas, todo el camino hacia arriba a través de su vientre, y por su boca. Chris está temblando de risa, o tal vez algo que no es risa del todo, y Sebastian se aferra a él.

—Esto es una cosa. Lo voy a twittear.—

—Oh, Dios mío,— dice Sebastian, sin poder hacer nada. Sonriendo. Cuando Chris lo conoció, tenía los dientes un poco torcidos. Chris le devuelve la sonrisa.

Cuando Chris agarra su teléfono, ve un mensaje de texto de su hermano.

SEBASTIAN STAN!!! oh mi dios, estoy tan celoso que podría matarte

Scott es un idiota. Chris debería estar volviéndose loco por esto. Él realmente debería.

Es solo... Es solo que conoce a alguien que tiene un buen truco para calmarlo en estos días.


FIN


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Bueh como prometí segunda y ultima parte, espero que les halla gustado, el evanstan me da vidah-

No olviden votar.

Les dejo mi twitter jejee: Nopbucky

nos vemos después.

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