Seda y Algodón
Desde aquí los capítulos serán más largos <3.
Un torrente de sangre hizo su aparición sin dejar posibilidad a la espera.
Mientras que Soobin se congeló en su sitio sin saber muy bien qué hacer, Yeonjun rápidamente echó la cabeza hacia atrás para evitar seguir derramando sangre, intentó cubrir sus fosas nasales parcialmente con sus dedos, pero esto no bloqueó el flujo de esta, sino que ocasionó que sus dígitos también se ensuciaran de carmín.
Yeonjun, en lo que batallaba contra la fuerza de la gravedad para evitar más desastres, esperaba y suponía que Soobin había ido a buscar papel, o bueno, un pañuelo, cualquier cosa que haría una persona normal en una situación así. Sin embargo, cuando lo ubicó, esperando ver por primera vez a un Soobin útil, se llevó una gran decepción al hallarlo ahí parado, en la misma posición, congelado, y lo peor de todo, con una particular cara que le decía "soy imbécil". Y obviamente, don paciencia...
——¡¿Que haces ahí parado, maldita sea?! ¡¿No ves que me estoy desangrando?! ¡Trae algo para limpiarme, joder!
Y con eso Soobin reaccionó y empezó a moverse.
——Sí, sí, sí, sí ——repitió automáticamente para después salir trotando al corredor.
Lo bueno era que el baño estaba en una entrada del mismo corredor, por lo que no estaba muy lejos de la biblioteca. Tal como Yeon rogaba, Soobin fue rápido hasta el baño y sacó todo lo que pudo de papel, de la misma manera regresó con él.
——Aquí, ten ——Soobin le extendió el papel tan pronto llegó. Pudo notar como gran parte de las manos del peliazul estaban cubiertas por el líquido rojo. Yeonjun no respondió verbalmente, con presura tomó lo ofrecido e intentó detener la hemorragia. Soobin tan sólo pudo observar nervioso como segundo tras segundo todo el papel que había traído se convertía en pequeñas flores rojas, y eso que le había traído bastante.
——Trae más ——pidió Yeonjun con la cabeza hacia atrás, su voz sonaba un poco ahogada, y por lo que podía captar Soobin, parte de la sangre había bajado hasta su labio inferior.
——Era todo lo que había.
——Bueno, no sé, mira en tu mochila o algo ——El torniquete que el mayor intentó hacer, rápidamente se cubrió de rojo, por lo cual dejó de servir ——Ugh, puta madre...
——Oye, eso no es un sangrado normal ——opinó consternado ——. Mejor vamos a la enfermería, ¿sí?
Sin esperar confirmación de su parte, Soobin empezó a recoger las cosas que cada uno había traído en sus respectivas mochilas.
Cuando Yeonjun procesó lo que quería hacer, el pánico lo invadió y tuvo que bajar la cabeza normalmente, la sangre hubiera corrido incesante de no ser por el cuarto torniquete de papel en su nariz.
——¿Qué? ¡No! No iremos a ninguna enfermería, cállate y trae más papel.
Al peliazul le extrañó la reacción del más alto, pues éste sólo se quedó ahí parado, cesó sus acciones y se le quedó mirando con una mueca extraña, cosa que logró ponerlo nervioso.
——¿Qué?
Oh, lo que pasaba en la cabeza de Choi Soobin.
Lo que sucedía era que estaba molesto, bastante molesto. Él no era una persona muy volátil, pero es que Choi Yeonjun...
——¡¿En serio?! ¡¿Te estás jodidamente desangrando y ni siquiera en un momento así me quieres dejar de llevar la contraria?! ¡Eso es estúpido! ¡Esto es por tu bien, idiota!
Yeonjun miró sorprendido al menor, más que nada por la agresiva contestación con falta de honoríficos y tono elevado. ¿Qué mierda le pasaba? Oh, definitivamente lo pondría en su lugar después, ¿Quién se creía que era para faltarle el respeto así?
——¡No es llevarte la contraria, imbécil! ¡Sólo no quiero ir a la puta enfermería y ya!
Soobin iba a explotar. ¿Cómo una sola persona podía arruinarle de ese modo un buen día?
Pero no, no lo dejaría ganar. Yeonjun perdería en este caso.
"Entonces búscate tu papel, quédate solo y muérete desangrado, ¡me vale una mierda!" Pudo exclamar, pero por alguna razón, por más que detestara al mayor, lo que salió de su boca fue:
——No, ¿Y sabes qué? Ya me hartaste. Así como tú me has obligado a hacer cosas, yo también puedo ——Lo señaló amenazante con el dedo índice ——. Vas a mover el trasero y vas a ir a la enfermería conmigo si no quieres que yo mismo traiga a la enfermera hasta aquí.
——¿Por qué diablos crees que puedes...?
——Voy a contar hasta tres, Choi.
——E-estás demente, ya casi ha parado el...
——Uno.
——¡Soobin, cállate maldita sea!
——¡Dos!
——No voy a ir contigo a ningún puto sitio, joder.
——Tres.
Tan pronto Soobin se dio la vuelta con ademán de dejar la cafetería, Yeonjun no pudo resistirlo; de todas formas, era eso o probablemente morirse de hemorragia, porque la estúpida sangre parecía no querer detenerse.
——¡UGH, BIEN! ——Furia evaporó de aquellos poros, el peliazul pateó la silla en la que estaba sentado con molestia, guardándola bajo la mesa ——. Como te odio, puta madre ——le espetó a Soobin, quien sonrió con soberbia. Con brusquedad, tomó todos los papeles marmoleados de banco y rojo de la mesa para guardarlos agresivamente en su mochila, cuando terminó encaró al más alto con desagrado——. Camina pues, ¿Para eso jodes tanto?
Iba a recoger su bolso para colgárselo, pero sintió que el torniquete que llevaba en su fosa nasal derecha estaba por resbalarse, así que, dejando su mochila de lado, tomó lo último que quedaba de papel limpio para reemplazar el otro, tirando los usados adentro, junto a los demás.
Soobin miró con una mueca asqueada el contenido y comentó:
——Pobre mochila.
Se escuchó la sonora inspiración del peliazul cuando volteó hacia Soobin con unos ojos encendidos en flamas.
——Una jodida palabra más, Choi, y eres hombre muerto.
Y como Soobin era Soobin y no alguien cualquiera que se habría sentido intimidado por eso, sólo apretó los labios asintiendo como si Yeonjun hubiera dicho algo sabio, obviamente siempre burlesco.
——Sí, bien ——exhaló y dio un aplauso ——. Vamos de una vez que dudo que ese torniquete aguante hasta que lleguemos a la enfermería si sigues hablando así.
Soobin se colgó su propia mochila, pero luego cerró el cierre de la de Yeonjun e intentó colgársela también en el hombro contrario.
——¿Qué haces? ——preguntó desconfiado.
——Eh, ¿Llevando tus cosas? ——contestó con obviedad.
——No lo necesito, yo puedo llevar mis...
——Por dios, qué muchacho ——resopló comprendiendo que Yeonjun sí podía ser más insoportable y necio ——. Cállate, cabeza arriba y camina. Vamos rápido y deja de ser un llorón al respecto.
Ya no tenía ganas de discutir. No esperó a ver lo que Yeon haría o diría, él sólo tomo las cosas ajenas y salió de la biblioteca con mentón en alto, relajado, pero a paso apresurado, sobre todo confiado de que un chico peliazul muy testarudo y algo bonito lo seguiría por detrás.
En la enfermería yacía un Soobin apoyado en el marco de la puerta, soltando aire con desgano y con ambas mochilas colgadas.
Yeonjun se hallaba sentado en la camilla, finalmente con la hemorragia nasal detenida, bajo la revisión de la enfermera Lee, quién tenía una linterna con forma de lapicero en la mano.
——Mmm... ——enunció la señorita tras revisar dentro de la nariz del herido ——. Creo que el sangrado fue producto de la rotura de una arteria o dos de las principales en el cartílago nasal. ¿Te duele, Yeonjun? ——inquirió cuando empezó a palpar en otras zonas de la misma.
——No ——respondió desanimado, viendo a un costado. Ya no parecía ser el chico enojado de la biblioteca, sino que parecía avergonzado. Soobin no entendía cómo una persona podía ser tan cambiante, tampoco por qué se notaba apenado.
——Puede ser por calor, en ese caso ——consideró Lee.
¿Calor? Sí, Claro.
——Lo dudo ——rebatió Soobin, ganándose la atención de los otros pares de ojos ——. Todo este mes la temperatura más alta registrada para Seúl es de 11 grados por la temporada.
——Tuve clase de deporte antes ——excusó apresuradamente Yeonjun, haciendo que la atención recaiga sobre él nuevamente ——, tal vez me esforcé demasiado.
——Oh sí, eso puede ser ——coincidió ella, enderezándose en su asiento. Después de apuntar unas cosas en una libreta que tenía por ahí, la cerró para guardarla en su bolsillo y dirigirse otra vez a su paciente, con una pequeña sonrisa ——. Eso es todo, Yeonjun.
El aludido asientió una sola vez y se levantó de la camilla con una expresión abatida.
——Gracias. ——Tuvo que decir Soobin, porque el maleducado mayor aparentemente no lo haría. Ante el agradecimiento, Lee se giró para sonreírle al azabache.
El mayor de los Choi ya estaba por acercarse a la puerta cuando la enfermera volvió a hablar:
——Yeonjun ——llamó al recordar un detalle, el chico se volteó hacia ella ——, casi me olvidaba, al ser tu primera visita necesito que completes unos datos, por favor.
——¿Por? ——cuestionó. Soobin le dedicó una mirada fea porque no le gustó que fuera tan grosero con la señorita que sólo lo había ayudado, pero como Yeonjun no estaba viendo al menor, se lo perdió.
——Es un protocolo. Todos los alumnos tienen su propio archivo. Tengo que actualizar el tuyo también, siempre que viene alguien, lo hago, ya sabes, para tener recuento de lo que sucedió el día de la visita. Es por si acaso.
——¿Eso significa que tengo que quedarme? Tengo clase.
——Por ese lado no te preocupes, yo le entrego una nota a tu profesor y asunto solucionado. Siempre la salud es primero, Yeonjunssi.
——Bien ——bufó.
——Soobin, también debes marcar algunos datos, más que nada porque viniste de acompañante. Es para el historial, ¿sí?
——Oh, sí, de acuerdo ——aceptó sin problema alguno y se acercó al escritorio de la enferma, se encorvó un poco por su altura y empezó a rellenar los datos.
——¿Vas a quedarte a esperar a tu amigo hasta que termine el chequeo general? ——preguntó la mujer.
——Él no puede ——interceptó inmediatamente el más bajo de los chicos ——. Tiene taller, ¿cierto?
Burlesco, Soobin exhaló una risa.
"Yo tampoco quería estar cerca de todos modos"
——Sí, tengo taller.
——También le daré una nota a tu docente, no te preocupes. Me buscas en el siguiente receso para poder acordar eso.
——Gracias, señorita Lee ——Regaló una sonrisa que fue correspondida por ella.
Soobin ya estaba saliendo de la enfermería cuando Yeonjun lo llamó repentinamente.
——Choi ——Cuando el chico volteó, señaló su hombro ——, mi mochila.
Soobin por poco olvidaba ese detalle.
Con paciencia se descolgó el bolso del mayor y la depositó sobre una silla cercana.
"¿Por qué creí que me daría las gracias?"
——Hasta luego. ——Soobin le regaló una última sonrisa a la enfermera en gesto de despedida.
No tardó mucho más en retirarse del lugar. Salió al pasillo y empezó a caminar hacia su clase, tarde, pero hey, que por lo menos había hecho algo bueno.
Mientras iba a su sala, un tono rojo en su mano le llamó la atención. Resultaba que un poco de la sangre de Yeonjun estaba en su mano ahora. Fabuloso.
Lo miró sin sentir mucho asco, pues el pensamiento que lo invadió en ese momento fue "Yeonjun tonto".
En la enfermería, Yeonjun se encontraba más que incómodo y algo intranquilo mientras esperaba las indicaciones tras rellenar todo.
——Recuéstate en la camilla y sácate la camiseta, por favor.
A duras penas y titubeante, el peliazul hizo lo indicado y actuó como si nada cuando la mujer lo detalló con ojos abiertos y con un jadeo de sorpresa.
——¡Por dios! ¡¿Qué te sucedió?! ¡¿Q-Qué son todos estos moretones?!
——Practico boxeo, es normal tener hematomas, no se preocupe... ¿Va a tardar mucho?
Lee sacudió la cabeza quedamente y carraspeó para recomponerse y seguir examinando. Algunos estaban sanando y otros eran recientes, el chico hacía muecas y maldecía a veces muy bajito por los toques invasivos, pero no se movió ni fue mayor conflicto.
——Bien, voy a recetarte unos analgésicos y desinflamatorios de venta libre; una vez al día, ¿está bien? Ahora que sé que practicas deporte estoy un poco más tranquila en cuanto a la causalidad de los moretones, pero por favor, Yeonjun, debes cuidarte. Es bastante peligroso.
——Sí, claro...
Con gusto lo haría.
Durante toda la semana siguiente, Soobin no se cruzó demasiado con Yeonjun, además de que la única vez que lo hizo, el mayor estaba sumamente amargado -más de lo usual-, y él tampoco tenía tantos ánimos para soportar su actitud. Pero como los acontecimientos en la vida son aleatorios y mayormente sorprendentes, aquella tarde, la señorita Lee llamó su nombre cuando vio pasar al estudiante cerca de su puesto de trabajo.
——Soobin, qué bueno verte por aquí, ¿Cómo ha estado tu amigo, Yeonjun?
——Eh, bien, supongo. La verdad no somos tan amigos ——contestó con una sonrisa prieta educadamente, realmente no tenía el tiempo para quedarse y conversar, iba apresurado.
——Oh, es que me dejó un poco preocupada con su primera visita aquella vez ——comentó con un suspiro ——. Hace una semana que debió venir y no se ha aparecido para su chequeo como se lo pedí. Quiero ver el estado de sus moretones, deberían estar mucho mejor si tomó la medicación que le indiqué. Si lo ves p-
El ceño del alto se frunció enseguida.
——¿Moretones? ¿De qué moretones habla?
——Bueno, cuando lo revisé y se sacó la camisa el otro día descubrí diversos hematomas en su torso. Según me ha dicho, práctica boxeo.
¿Boxeo? ¿Choi Yeonjun? Él no quería ser de aquellos que juzgaban sin conocer, pero el peliazul parecía ser de todo menos atlético. A Soobin le resultaba muy extraña siquiera la imagen mental.
——No lo sabía. ¿Es muy grave?
——Debe cuidarse, le receté unas pomadas y pastillas, pero si continúa así, podría complicarse a futuro ——explicó con consternación.
——Entiendo ——suspiró con una mueca, no se sintió muy tranquilo con el diagnóstico ––. Voy a mencionarle que usted lo está esperando apenas lo vea, no se preocupe.
La mujer le agradeció antes de desaparecer en su puesto de trabajo, dejando a un confundido e intrigado Soobin en pleno pasillo.
Yeonjun no parecía ser tan misterioso, o tal vez sí, pero eso a él no le incumbía, aunque no podía negar que todo el tema había despertado cierto interés en la situación. Sabía que claramente el mayor no le diría si era cierto o no lo del boxeo: ¿Podría ser mentira? ¿Estaba pensando demasiado sobre ello? ¿De qué otra manera se haría aquellos hematomas? ¿Y por qué estaba encaminándose hacia Choi Beomgyu en vez de ir a la cafetería a comprar su almuerzo? Ni él lo sabía. A veces lamentaba ser tan curioso.
——¡Hey, hola! Hace días no te veía mucho por ahí, Soobin ——saludó con amabilidad, sonriendo para el más alto.
——Hola, Beomgyu, he estado algo ocupado. ¿Tienes un minuto? Quisiera preguntarte algo sobre Yeonjun ——Así, sin rodeos ——. ¿Sabes si de casualidad practica boxeo?
Beom torció su gesto con cierta diversión en medio de su desconcierto.
——¿Boxeo? ¿Bromeas? Yeonjun no es del tipo deportivo, además no me ha mencionado nada, sería raro... Ni siquiera le gusta correr demasiado, ¿por qué lo preguntas?
——No, nada, simple curiosidad. Hay cientos de rumores por ahí ——Trató de lucir convincente a pesar de estar descolocado con todo el asunto. Le dio una palmada amigable en el hombro del más bajito y se despidió.
Así que boxeo, huh.
——Recuerda mostrarles quien manda, campeón.
Yeonjun no sonreía tanto tiempo en otras ocasiones, sólo lo hacía así delante de su familia, pues ya estaba acostumbrado a mantener aquella imagen con su padre en cada oportunidad que le hace un comentario; uno que por dentro le hace querer gritar.
Sus comisuras decayeron en una expresión automática de desprecio y fastidio una vez pisaba la universidad, listo para un seguro día de mierda.
Agradecía al menos tener los medicamentos recetados por la señorita Lee, le habían servido para minimizar el dolor al que tan bien estaba acostumbrado y era más fácil conciliar el sueño de ese modo. Sin embargo, estos no eran mágicos como tal.
——Vaya, vaya, mi abogado favorito luce como todo un imbécil con esa chaqueta hoy.
——Es como una princesa, ¿cierto?
––Cierren la boca, tengo clases.
La evasiva no funcionaba nunca, pero Yeonjun no cambiaria su orgullo por aquellos individuos de tan bajo IQ. Su actitud indiferente motivó a aquel grupito de sujetos a hacer con gusto lo que sabían hacer mejor, molestarlo.
——¿Quien mierda te crees que eres para hablarnos así, Choi? ——amenazó el que estaba al frente del resto, contrastaba al ser más alto y ejercitado ——. Tal vez deberíamos esforzarnos más en recordarte tu posición.
Oh, carajo, esto no era nada bueno.
Yeonjun tuvo que tragar y contener todos los insultos que solían formularse en su mente cada que aquello acontecía. Fue iluso al pensar que lo dejarían tranquilo por consideración a la última vez.
——Gwi-Nam, encarecidamente te pido que muevas a tus perros y me permitas ir a mi examen ——pidó naturalmente, como si no le estuviesen observando un montón de idiotas rabiosos a punto de saltarle encima ——. No me jodan ahorita.
El "líder" sonrió con sorna y le dio un rápido vistazo antes de chasquear con la lengua en su mejilla y contener a los otros que maldecían a Choi.
——Bien, no faltes a la salida o te irá mucho peor después, ya conoces la tradición.
¿Había funcionado? Gracias al santo cielo...
Yeonjun, al menos algo aliviado de poder ir y rendir su examen, suspiró profundamente y se encaminó a clases. Detestó con toda su alma tener que quedarse estoico mientras lo insultaban y empujaban. Seguro estaban muy ansiosos por que llegara el fin de las horas academicas, malditos puercos.
Si era honesto consigo mismo no podía más; vivir así era una basura, Pero tenía que soportarlo pues no quería levantar sospechas, ni preocupar a sus padres, ni decepcionarlos...
A unos cuantos metros, Choi Soobin observaba desde lejos con total intriga el cómo el otro Choi era ligeramente empujado por aquellos idiotas mayores, quienes se carcajeaban y hacían un escándalo alrededor suyo.
«¿Se junta con ellos, o qué?»
Soobin probablemente debió ignorarlo, no era su asunto, no solía meterse en la vida de los demás, pero como si ya fuera un impulso programado en su ser, estuvo todo el día pensando en aquello con un mal presentimiento encima. Tal vez ese fue el motivo que lo impulsó a seguirlo como todo un acosador, cuando se suponía que tenía que quedarse esperando en la biblioteca su llegada. Debía de estar furioso con el chico porque se dirigía a otro sitio que no era donde él le esperaba para su proyecto, pero no era normal que Yeonjun llegara al estacionamiento trasero del campus totalmente desolado. Él ya estaba sobrepasando los límites de la privacidad, lo que lo hacía cuestionar su moral; cualquier otra persona se habría dado la vuelta y habría respetado su espacio, pero, oh, Soobin nunca fue alguien más.
Empezando porque se quedó ahí vigilando como un idiota la escena: otros chicos altísimos rodeando a Yeonjun y riéndose como si contaran un chiste que a este no le causaba ninguna gracia.
Hasta que comenzaron a empujarlo. Hasta que Yeonjun no se defendía, cabizbajo.
Hasta que Gwi-Nam le propinó el primer rodillazo en su abdomen, lo cual dobló su cuerpo y probablemente lo dejó sin aire.
Soobin se paralizó en medio de todo, no sabía cómo reaccionar ante todo, ¡¿por qué el idiota y amargado de Choi no se defendía?!
——¡Eres una nena, Yeonjun! ¿O debería decirte princesa?
——Hijos de...
Yeonjun recibió un nuevo golpe que le hizo caer al suelo con un gruñido adolorido, siempre trataba de no mostrarse débil, pero todavía tenía secuelas del ataque anterior. Si no se aguantaba aquello, iba a ser mucho peor, era consciente de que las amenazas de esos brutos eran reales.
Sabía que podía ser mucho más doloroso e intolerante.
——¡¿Qué demonios piensan que hacen?!
Todos giraron hacia el chico alto que exclamó en su dirección, totalmente desorientados por su aparición.
——¿Ah? ¿Y quién es éste imbécil?
Yeonjun estaba retorciéndose del último puñetazo, pero no contiene una tos con voz ahogada al toparse con el azabache:
——Soobin, ¿Qué haces aquí?
——Con que es tu amigo ——Gwi reconoce con sorna, riendo de la misma forma mientras tomaba bruscamente o por la camisa a Yeonjun, levantando su cuerpo como si fuese de trapo y abrazándolo por los hombros ——Sólo nos divertíamos con Choi, amigo.
Posterior a aquello resonaron unas carcajadas y Yeonjun fue lanzado al suelo nuevamente, haciendo que emitiera una maldición.
——¡Suéltenlo, maldita sea! ——bramó sobre el escándalo, estaba comenzando a enfurecer por la manera tan deplorable en la que agredían al peliazul. Le enfadaba que este no se defendiera, nunca creyó extrañar al chico amargado y arisco ¿dónde diablos estaba? ——Juro que si no lo hacen voy a...
——Lárgate ——A pesar de ser un gruñido débil, había súplica en los orbes de Yeonjun ——, no lo hagas peor, Choi.
Sí, Yeonjun admitía que no sólo te aterraba lo que le harían los cretinos, sino que Soobin también saliera herido por su culpa.
"No seas cabeza hueca y sal de aquí, estúpido chico bonito" .
——¿Qué harás, niño? ——se burló uno de ellos.
Si se tratase de una persona común, probablemente hubiese huido a buscar ayuda o hasta perderse, no cualquiera se habría acercado a ayudar a alguien que, además, ni siquiera le agradaba. Soobin no estaba siendo la persona más cuerda y razonable en ese momento. ¡Pero, carajo, si no hacía algo iban a seguir golpeando a Yeonjun!
Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, y no era el fuerte de Soobin el ser inteligente en aquellos casos.
——¡Les voy a romper toda la puta cara si no me hacen caso! ——tomó lo primero amenazante que halló en su mochila, una llave metálica que pertenecía a su tío, pues se supone que se la llevaría esa tarde, pero tal parece que ahora sería su única arma. La agitó como si fuese la varita de Harry, haciendo el ademán de clavársela en sus rostros, tal cual ágil espadachín. Para su buena suerte, logró asustarlos en aquel arrebato de valentía ——. ¡Vamos, atrévanse a tocarlo de nuevo y se quedan sin ojos!
——¡W-wow, wow, estás loco!
Los otros tres sujetos retrocedieron casi orinando sus pantalones, porque, vamos, Choi Soobin era muy alto y lucía sumamente intimidante, como un desquiciado agitando la llave, con esos ojos profundos saltones por la ira.
Yeonjun lo observaba boquiabierto, se hubiese pasmado de risa en otras circunstancias, pero ahora le dolía hasta pestañear.
Gwi-Nam quedó solo sin su séquito, por lo que reconoció que no estaría muy respaldado si el chico se le lanzaba histérico con un arma.
——De acuerdo, tú ganas por hoy ——Asintió con una risa nerviosa, girando para chequear a su víctima favorita antes de irse ——. Nos vemos, princesa.
Al quedar solos nuevamente, Soobin corrió hasta Yeonjun, dejando su mochila de lado y la llave dentro, intentó ayudarlo a incorporarse hasta que... fue empujado por el mayor.
——¡¿Acaso eres sordo?! ¡Te dije que te fueras, joder!
Por supuesto que Soobin se ofendió, pero no se apartó ni gritó.
——Una persona normal diría un "gracias por salvarme el culo".
——No te pedí hacerlo, estaba bien.
——Oh, claro, bien listo para ser puré de pato, chico boxeo.
Aquellos dejó al mayor sin palabras unos segundos.
——Jódete ——siseó para volver a quedar unos segundos en silencio, no se atrevía a levantar la mirada, se sentía patético e impotente. Apretó sus puños antes de volver a modular con seriedad: ——. Pudieron hacerte algo, esos idiotas no juegan.
——¿Te preocupas por mí ahora? ——inquirió sin creérsela por supuesto, no se percató de que estaba sonriendo un poquito hasta que el otro Choi le miró y farfulló. Se limitó a levantarse y extenderle su mano ——Deja de ser tan amargado y sujétate de mí.
Yeonjun vio con desconfianza la mano más grande, hasta que se rindió y aceptó. Fue alzado y sujetado por los hombros, el menor sosteniendo la mayoría de su peso y llevándolo entre sus quejidos a la enfermería.
––No vayas a contarle nada a la señorita Lee.
Soobin le echó un vistazo de reojo, el peliazul lucía tan decaído... y no era para menos, por lo que no quiso contribuir a su miseria; asintiendo y continuando su trayecto, sin soltarlo.
Aquel día marco en el calendario una fecha importante, el primer gran paso de su historia .
Nota:
¿Por qué creen que Yeonjun es como es?
Capítulo traído gracias a: Mari-Unicorn
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